Majo no Tabitabi (NL)

Volumen 2

Capítulo 13: Por el Bien de mi Ciudad Natal

Montañas achaparradas de arena se extendían sobre el horizonte.

El pequeño grupo de árboles y plantas eran como manchas en el paisaje desolado, proporcionando el más mínimo toque de color. Pero el cielo estaba envuelto en nubes de color gris ceniza, por lo que incluso la vegetación estaba totalmente inmersa en la sombra.

Una chica pasó volando por el árido paisaje sobre una escoba. Luciendo como toda bruja su siempre túnica negra, su sombrero puntiagudo y un broche en forma de estrella, la hermosa joven es una bruja y una viajera.

Su cabello era del mismo tono que las nubes, ondeando en el viento árido que dispersaba la arena, y sus ojos de color lapislázuli permanecían enfocados en su destino.

Pero su próximo país aún no estaba a la vista.

Sin embargo, algo extraño había llamado su atención.

La joven miró el terreno implacable que tenía por delante. Oh, ¿quién podría ser la hermosa joven?

En efecto. Soy yo.

“……”

Se suponía que iba en dirección al cadáver de un animal parecido a un zorro que parecía lo suficientemente grande como para tragarse un ser humano entero—si mal no recuerdo, un tipo de zorro gigante. En torno a su cadáver estaban las figuras de varios hombres y mujeres.

Se encontraban de pie en la parte posterior del zorro muerto, cortando su pelaje arenoso. Con sierras en mano, cortaban su cola gruesa y pesada, y habían abierto su gran boca, tratando de quitar los dientes.

Sin prestar absolutamente atención a la sangre negra coagulada que salía del cadáver, estaban cortando el cuerpo.

“Capturamos uno grande hoy”, dijo un compi⁵.

“Esto debería venderse a un buen precio,” comentó otro de muy buen humor.

Sus rostros brillaban de orgullo.

“……”

Reduje la velocidad de mi escoba y me detuve al acercarme a ellos. Por alguna razón, no pude pasar por alto la escena.

Además, había algo que quería confirmar.

Al bajar, una nube de arena azotó mis pies por unos momentos antes de desaparecer. Fue entonces cuando se dieron cuenta de mi presencia.

“¿…?” Se detuvieron y volvieron sus caras hacia mí al mismo tiempo.

Un hombre encima del zorro, que había estado cortando con una espada, me habló. “Oye. ¿Qué quieres? ¿Tienes algún asunto con nosotros?”

• Como por decir “un compa” (compañero, amigo) pero en un tono más amigable.

No sentí ninguna hostilidad o desconfianza. Eso fue un poco de alivio. Respiré profundamente y grité para que todos pudieran escucharme.

“Um, ¡Quiero que me digan una dirección!”

“Ah, ya veo. Estás perdida, ¿eh? ¿Te escapaste de casa o algo así?”

“Soy una viajera”.

“Oh. ¿Y estás perdida?”

“Bueno…”

No quería admitirlo, pero no tenía ni la más remota idea de dónde me encontraba. Aunque la visibilidad era buena en esta zona de colinas, no podía ver mi destino. Además de eso, todo este desierto estaba casi vacío, desprovisto de reinos establecidos. Después de todo, sería difícil vivir en un lugar sin mucha agua.

Debido a eso, a menudo había una gran distancia de país en país en las zonas secas.

Yo había estado acampando al aire libre durante los últimos días. De vez en cuando, incluso me había perdido y volé a algunos lugares extraños. Si pudiera evitarlo, no querría volverlo hacer; Esa era mi razón para interrumpirlos a mitad de su caza.

El hombre encima del zorro gigante dijo: “¡Ja-ja! Ya veo. Pero desafortunadamente, Señorita Bruja, tampoco estamos familiarizados con esta área. También somos forasteros”.

Podía sentir que comenzaba a hundirme en la desesperación, pero el hombre sonrió.

“Sin embargo, sabemos la ubicación del país más cercano. Te lo mostraremos”.

Tenía una gran sonrisa, pero como su cara, su espada y su piel estaban completamente cubiertas de sangre, era una vista extrañamente repugnante.

Cielos.

***

La que me señaló en dirección al país más cercano fue una chica mayor que había visto antes con las manos en la boca del zorro gigante. Era bonita, con piel morena y cabello negro brillante.

“Veamos. Para empezar, aquí es donde estamos ahora, así que—”

Su dedo trazó sobre mi mapa que habíamos extendido sobre una roca convenientemente cercana.

Un olor feroz rodeaba a la chica, debía ser porque previamente había tenido ambas manos en la boca de un cadáver gigante. Tienes moscas zumbando a tu alrededor. ¿Te parece bien estar así?

“En ese caso, el país más cercano a nosotros es este”, dijo la chica, presionando su dedo sobre el mapa.

“¿Oh?” La insté a continuar mientras recurría a respirar por la boca.

“No sé qué tan rápido puede ir tu escoba, pero si vas a caballo, ¿es un día, tal vez?”

“Hmm”.

Entonces, podré llegar en varias horas. ¡Excelente!

“No hay montañas en el medio, por lo que puedes llegar allí si se dirige directamente. De esta manera.” (Chapotear, Chapotear)

“Ah”.

“… Ha estado respirando pesadamente por un rato; ¿Te encuentras bien?”

“No te preocupes por eso”. Asentí. “Entonces, ¿qué camino debo seguir desde aquí?”

La chica miró varias veces entre el mapa y nuestra ubicación. “Um… Ah. Es por aquí. Deberías dirigirte hacia allí”. Se volvió hacia mí con una sonrisa, señalando con el dedo a la distancia.

Bien, entonces es hora de partir.

Y así es como volví a mi camino después de perderme.

“Muchas gracias. Con tu ayuda, debería poder llegar al próximo país hoy”.

“No hay problema. Darle instrucciones a alguien no es ningún problema en absoluto”.

Debajo del exterior de la chica—una mezcla caótica de olores picantes y moscas zumbantes—late el corazón de una buena persona. Mientras tanto, sus compañeros continuaron su espeluznante trabajo.

Quitaron la piel del zorro, se la llevaron y cortaron la cola.

“¿Qué está—? Bueno, ¿qué están haciendo?” “¿Estamos… cazando?”

Su reacción hizo que pareciera que realmente quería responder: “¿No es obvio?”

“Es un zorro gigante, ¿no?”

“Sí. ¿Ha visto uno antes?”

“Nunca. Al menos, no vivo”.

Aunque he escuchado que son lo suficientemente feroces como para comer personas.

“Podemos vender su piel y dientes por mucho dinero.

Por eso estamos de caza en esta área”.

“¿Oh?”

“Y luego llevaremos el dinero a casa—y ayudar a las personas de nuestra ciudad natal”.

“¿…?”

Incliné mi cabeza confundida por este extraordinario desarrollo, ella me contó la situación.

Según ella, estas personas eran viajeros que habían venido aquí para tratar de salvar su ciudad natal que había sido invadida por una terrible enfermedad.

Al cazar zorros gigantes y vender sus pieles y colmillos en un gran país cercano, podrían ganar lo suficiente para comprar medicamentos para contrarrestar la epidemia. Uno por uno, cazaron a los zorros gigantes que deambulaban por el desierto, y en poco tiempo, se habían vuelto bastante conocidos en las tierras circundantes. Ahora los países vecinos les habían encomendado la tarea de eliminar por completo a los zorros gigantes.

La chica me dijo con orgullo cómo, en los tres meses transcurridos desde que habían salido de su hogar, habían ahorrado suficiente dinero para ayudar a sus amigos y familiares que sufrían en su país.

Ella trajo una bolsa de dinero de un carrito cercano y la dejó caer en mi mano. Podía sentir su considerable peso.

La bolsa estaba llena de polvo. Esta debe ser la medicina.

“Esta es la medicina”, dijo, tal como esperaba. “Por cierto, Señorita Bruja, como agradecimiento por mostrarle el camino… bueno, no es obligación, pero si es posible, hay algo que me gustaría pedirle que haga mientras está de viaje”.

“¿Qué necesitas?” Ladeé mi cabeza.

“Si visita nuestra ciudad natal en sus viajes, ¿podría darle esto al jefe de la aldea? Tenemos que seguir cazando un poco más de tiempo”.

“¿Te parece bien que una viajera como yo lo lleve?” “No pareces una mala persona”. “…Eres muy confianzuda”.

Bueno, no es como si me lo fuera a robar. No tenía ningún uso, después de todo.

Además, le debo una por mostrarme el camino.

“¿Podrías mostrarme dónde está tu país?”

Parecía profundamente conmovida cuando pregunté. “¡Gracias! ¡Nos quitas un gran peso de nuestros hombros! Veamos; nuestro país es—”

Bajó la vista hacia el mapa; Arrugando la cara, pasó los dedos sobre la hoja de papel.

“¿Eh? No está aquí. Debería estar por acá—” (Chapotear, Chapotear)

Estaba señalando el borde del mapa.

A un lugar que había visitado una vez.

……

“Lo siento; No voy por ese camino. Estoy planeando ir al país más cercano de aquí y luego volar en la dirección opuesta, lejos de tu ciudad natal”, dije, fingiendo compostura.

“Oh, de veras…”

“Lo siento. Pasaste por la molestia de mostrarme el camino, y sin embargo…”

“No tiene que preocuparse por eso. Yo soy quien debería disculparse. Fue grosero de mi parte preguntar”.

“……”

Le devolví el bolso que contenía la medicina a la chica decepcionada.

La pesada carga me había sido quitada de la mano.

“……” Después de no saber qué decir, finalmente solté

algo tonto. “Espero que todos puedan volver con seguridad a su hogar”.

Eso fue todo lo que se me ocurrió decir.

“Gracias. Es usted muy amable”. La chica mostró una sonrisa triste.

Su expresión hizo que doliera mi pecho.

***

Había estado en el lugar que señaló en el mapa antes.

Fue exactamente hace dos meses.

Antes de haber adquirido mi mapa de la zona.

“……”

No era casualidad que su ciudad natal no estuviera registrada en el mapa.

El lugar ya no existía.

Cuando lo visité dos meses antes, el lugar estaba lleno de cadáveres. Pertenecían a muchos zorros gigantes, muchos soldados y muchos ciudadanos. Sus cuerpos habían sido apilados como montañas de escombros. Hubo personas que habían muerto con los ojos abiertos, personas con las tripas de afuera, cuyos cuerpos habían sido mutilados y grupos de materia que ya no tenían forma humana. El área estaba plagada de mortandad.

Fue una vista tan horrible que me hizo querer taparme los ojos.

Sin embargo, hubo sobrevivientes. En el lugar que una vez había sido la ciudad, se encontraban alrededor de los restos de los zorros gigantes, tal como la gente aquí había estado haciendo antes.

Les pregunté qué rayos había sucedido.

Los hombres reunidos alrededor de los zorros gigantes me lo dijeron.

“Somos soldados desplegados de los países vecinos. Escuchamos que los zorros gigantes habían aparecido con mayor frecuencia alrededor de estas partes, por lo que nos enviaron a investigar”.

“Cuando nos dimos cuenta de lo que estaba pasando, este pueblo ya estaba en ruinas. Como puedes ver, los locales fueron completamente aniquilados”.

“Parece que algunos idiotas expulsaron a los zorros gigantes de su territorio natal—ya que no viven en este tipo de climas”.

“Por culpa de esos imbéciles, la devastación ha llegado hasta nuestros países de origen. Es simplemente deplorable”.

“Según un comerciante, hay algunas pandillas que persiguen a los zorros gigantes. Probablemente sean la razón de este desastre”.

“El daño no se detendrá aquí. Expulsados de sus hogares en el desierto, los zorros gigantes devorarán gradualmente todo lo que está a la vista. Es solo cuestión de tiempo antes de que ataquen nuestros hogares”.

Luego uno de los soldados suplicó y dijo: “Señorita Bruja, si ve que un grupo los está cazando en el transcurso de su viaje, ¿podría hacérnoslo saber? No estaré satisfecho hasta que mate a esos idiotas”.

En respuesta a la solicitud sincera de ese soldado, asentí.

Porque en ese momento, aún no sabía sobre esta chica y sus compatriotas.

***

Emitiendo una nube de arena, seguí volando en mi escoba.

Seguí el camino que me habían mostrado amablemente.

En poco tiempo, podría ver el próximo país.

El terreno miserablemente vacío continuó, y no había señales de que un país pudiera estar cerca, pero ciertamente, si el lugar aún no estaba en ruinas, debería haber personas vivas en esa dirección.

……

Al final, no pude cumplir con ninguno de los pedidos: Ni la súplica de los soldados que habían sido perturbados por zorros gigantes ni el pedido de la chica y sus compañeros que continuaron cazando criaturas peligrosas por el bien de su hogar. No había podido conceder ninguno de los deseos.

Había apartado mi vista del triste incidente—y de la dura realidad.

Nadie era feliz ahora; Y saber que nunca lo serían… Era demasiado trágico.

Pero no había nada que pudiera hacer.

No importaba cuánto luchasen, solo la desesperación les esperaría al final.

Qué desgarrador.

“…Lo siento”.

No le murmuré a nadie en particular bajo el cielo intensamente despejado, mi simple ofrenda sería cubierta de arena y rápidamente olvidada.