Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 15

Capitulo 1: Una Relación Padre-Hijo Es Molesta Para Todas Las Partes

Parte 1

“¡Yo, Zagan! Este viejo está aquí de visita”. “Ya veo. Pétalo Único de Fósforo del Cielo”.

En la sala del trono del Palacio Archidemonio, Zagan dejó escapar un suspiro y disparó una cuchilla de su mayor hechicería. Había pasado algún tiempo desde que empezó a trabajar en el regalo de cumpleaños de Nephy. Había pasado cerca de medio mes desde que las cosas se arreglaron con Shere Khan, pero había habido muchos fallos en la elaboración del regalo, y aunque aún no estaba completo, el progreso era fluido.

La limpieza tras la última batalla, sin embargo, no iba tan bien. Habían evitado cualquier daño físico a la ciudad, pero el cese de todo tráfico durante tres días había tenido repercusiones importantes. Kianoides prosperaba gracias al comercio. En pocas palabras, sin mercancías que entraran o salieran, toda la ciudad había dejado de funcionar. Incluso contando sólo a los comerciantes, el daño causado era insondable.

Zagan tuvo que compensar tales daños y tratar a todos sus subordinados y Caballeros Angélicos heridos. Tenían que hacer recuento de todas las herramientas y catalizadores consumidos por el uso extensivo de la hechicería durante la batalla, especialmente para las Lluvias de Fósforo del Cielo de los Muertos Lamentosos. Además, había que tener en cuenta toda la comida necesaria y el estado actual de los almacenes de emergencia. Es más, incluso tenía que decidir qué hacer con los prisioneros de guerra supervivientes. Todo era interminable.

Normalmente, ya sería hora de que se ocuparan de todo, pero en ese momento andaban escasos de manos. A todos los que habían contribuido enormemente durante la batalla les habían dado unas largas vacaciones como recompensa. Esto incluía a los que normalmente se ocupaban de estos asuntos, como Raphael. El trabajo y el descanso debían mantenerse en equilibrio. Este era especialmente el caso de Raphael. No sólo se le había hecho pasar por muerto, sino que había salido a la luz el hecho de que había matado a un cardenal.

Oficialmente, tenía que permanecer oculto.

Por supuesto, dependía de cada uno cómo emplear su tiempo libre. Había un buen número de hechiceros que se sumergían en sus investigaciones en el Palacio Archidemonio. Esto era relajación para ellos, así que no podía arrastrarlos a trabajar. Por eso Zagan estaba atrapado en el Palacio Archidemonio en vez de en su propio castillo.

¡Quiero salir con Nephy y tomar el té! ¡Ni siquiera la he visto últimamente! Y no era sólo Nephy. Su hija Foll era ahora una Archidemonia y estaba recibiendo lecciones de Orias y Alshiera, por lo que también estaba raramente a su lado.

¡Yo también quiero tomarme unas relajantes vacaciones en familia! Por eso, falto de manos por todas partes y teniendo que ocuparse él mismo de la limpieza, había recibido la visita de este despreocupado vejestorio. Por eso era razonable que Zagan le hubiera lanzado por reflejo un golpe mortal.

El anciano torció el cuerpo y se inclinó hacia atrás, apoyando una mano en el suelo para sostenerse, consiguiendo a duras penas esquivar la llama negra.

“Acabas de intentar matarme en serio”, refunfuñó.

“Hmm… Ciertamente es difícil matarte con un ataque frontal. Como es de esperar de un antiguo Archidemonio, supongo. Como sea. Mátate por mí, entonces”.

Al igual que Zagan y Kimaris, este hombre estaba en la cima de todos los hechiceros especializados en la confrontación directa. Por otra parte, se había especializado tanto en ello que oponentes astutos como Shere Khan y Bifrons habían sido capaces de derribarlo fácilmente.

“Ni siquiera eres tan malo con Purgatorio cuando lo golpeas negro y azul.

¿Por qué eres tan duro conmigo?”

“Barbatos es un idiota, una basura y un villano, pero tiene talento. A diferencia de ti”. Al antiguo Archidemonio Andrealphus le salió una vena en la frente y tembló de rabia.

Al oír el alboroto, alguien abrió de golpe la puerta de la sala del trono y varias personas se apresuraron a entrar.

“¡Jefe! ¿Qué está pasando?”

El primero en entrar fue Shax. Era uno de los nuevos Archidemonios, pero debido a su naturaleza pesimista, se había negado a tomar vacaciones y había permanecido como consejero de Zagan. Incluso se estaba encargando del tratamiento de todos los heridos. Realmente era un hombre impresionante.

Bueno, supongo que también es porque Kuroka está de vacaciones familiares con Raphael… Esos dos se encontraban actualmente en Raziel disfrutando de unas aguas termales como padre e hija. Era poco probable que la iglesia se imaginara que su desaparecido ex Arcángel se estaba tomando unas vacaciones delante de sus narices.

En cuanto a Kuroka, habiendo finalmente entablado una relación con Shax, estaba segura de querer pasar más tiempo con el hechicero. Pero si los sentimientos de Raphael al respecto no eran puestos en orden, Shax estaba en serio peligro de ser asesinado. Como tal, esto era una necesidad.

Además, después de escuchar sobre el pasado de Raphael… Zagan no tenía intención de escuchar a escondidas, pero había oído la conversación en ese momento. Aunque no estuvieran emparentados por sangre, Kuroka era la hija de Raphael. Zagan quería que apreciaran el tiempo que pasaron juntos.

Aún en la postura de haber esquivado el Fósforo del Cielo, Andrealphus saludó a Shax.

“Oye, si es mi amado sucesor. ¿Te importaría echarme una mano? Tu maestro está tratando seriamente de liquidarme”.

“¿Qué has hecho esta vez…?” preguntó Shax con un suspiro exasperado.

Andrealphus tarareó con admiración, pero doblado hacia atrás como estaba, no tenía dignidad.

“Te has vuelto terriblemente tranquilo en el poco tiempo que llevo sin verte,

¿eh?”, le dijo a Shax. “Aunque supongo que el hecho de que la gatita no esté aquí tiene algo que ver”.

“Kurosuke no tiene nada que ver… es lo que normalmente diría, pero si actúo indeciso todo el tiempo, no podré protegerla”.

“Tienes buena cara”, dijo Andrealphus, enderezándose de nuevo.

A juzgar por su tono, tenía negocios con Shax. Justo cuando Zagan estaba a punto de presionarle para obtener respuestas, más gente entró en la sala. En lugar de apresurarse por la conmoción, habían venido por curiosidad.

“Tú eres, umm… Andre… ¿raffle?” preguntó Foll.

Ahora que Zagan lo pensaba, Foll había visto a Andrealphus antes, pero nunca había hablado con él. Era comprensible que apenas recordara su nombre. Para empezar, era culpa suya por tener un nombre difícil de recordar.

“¡Tan cerca!” dijo el vejestorio con un chasquido de dedos. “Es Andrealphus.”

Foll asintió dócilmente, y repitió tras él. “¿Andrealphus?”

“Hm… Supongo que es un poco difícil de pronunciar. ¡Entonces llámame tu amable tío!”

“Eso es… instintivamente desagradable”.

Estaba claro que la idea la desanimaba. Lágrimas de tristeza se agolparon en los ojos de Andrealphus.

“Eso es grosero, Foll. Hay veces en que tus sinceras opiniones pueden herir a los demás”. Levantando un dedo, Nephy reprendió suavemente a su hija y entró en la habitación. Probablemente había estado estudiando a Celestian. No llevaba su traje habitual de sirvienta, sino una túnica blanca azulada.

¡Parece tan digna así! Zagan se golpeó el pecho varias veces para calmarse.

“Ya veo… No me había dado cuenta. Lo siento”, dijo Foll.

“Espera, señorita. Disculparse así también duele”, dijo Andrealphus con los labios temblorosos, conteniendo desesperadamente las lágrimas.

“Aah, así que eres tú”, dijo una enorme figura con una espléndida melena. “Ha pasado mucho tiempo, Sir Andrealphus”.

“Sob… ¡Eres el único que me trata como a una persona aquí, Kimaris!” “No creo que eso sea verdad… ¿Pasa algo?”

Aunque se sintió profundamente conmovido al ser saludado como es debido, Andrealphus se sobresaltó y empezó a temblar.

“No es nada. Nada en absoluto…”

El puñetazo de Kimaris del otro día había tenido bastante efecto. Se suponía que este hombre estaba especializado en el combate cuerpo a cuerpo, pero aquel golpe le había costado horas recuperar el conocimiento. Sin embargo, no se le podía culpar por ello.

Bueno, dicen que los callados dan mucho más miedo cuando se enfadan…

Zagan al menos tenía espacio para algo de simpatía, pero viendo cómo Andrealphus se lo había buscado, no dijo nada.

“¿Andrealphus?” Dijo Gremory, entrando en la habitación en su forma de anciana, habiéndose recuperado por fin de sus heridas. “Hmm… ¿Está realmente aquí? Tiene tan poco poder de amor que ni siquiera puedo divisarlo…”

Entrecerró los ojos como si tratara de leer algo muy pequeño. Ella no fue cortada por Andrealphus entonces porque ella seriamente no puede verlo,

¿verdad…? En el caso de esta abuelita, no era descartable. Dejó a Zagan algo intranquilo.

Justo cuando Zagan pensaba que eran todos, una persona más se asomó a la habitación desde la sombra de la puerta.

“¿Qué demonios haces ahí, Alshiera?”, preguntó.

“No me parece una conversación en la que deba participar”.

Desvió la mirada con frialdad, pero estaba claro que era muy consciente de Zagan. Al igual que él, no tenía ni idea de cómo debían relacionarse.

“Si tienes curiosidad, entra”, dijo Zagan con un suspiro. “No podemos empezar hasta que la puerta esté cerrada”.

“……”

Alshiera aún parecía indecisa.

“No sabes cuándo rendirte. Ven aquí, Alshiera”, dijo Foll, tirando de su mano.

“Aaugh…”

Las puertas de la sala del trono se cerraron.

***

Reunidos en la sala del trono estaban Zagan, Andrealphus y los nuevos Archidemonios Shax, Foll y Nephy, así como Kimaris, Gremory y Alshiera. Estas eran las fuerzas más fuertes que quedaban en el palacio. En el castillo de Zagan, una reunión tan grande sería un poco apretada, pero esto no era nada para el Palacio Archidemonios.