Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Un guardia nos estaba esperando en la puerta. Me miró fijamente, y recordé como lucia.

Oso. Ursidae*. Osito de peluche. Cualquiera que fuera la palabra que eligiera, era lo mismo, parecía sospechosa, pero no de una manera aterradora. Fina me había llamado “linda”. En realidad, me sentí tan linda que fue embarazoso. Probablemente se hubiera visto lindo si una chica de la edad de Fina lo usara, pero no tanto para una ermitaña como yo.

(*Familia animal de los osos)

Independientemente, el guardia realmente no necesitaba mirarme de esa forma.

“Tú ahí, niña, fuiste la que salió a buscar hierbas, ¿no? ¿Encontraste alguna?”

“Si”, dijo Fina. Ella sonrió.

“Bien. Parece que mantuviste tu promesa y no te adentraste en el bosque. Hay monstruos ahí “.

Sonreí con ironía ante esas palabras.

“¿Y qué pasa contigo, chica extrañamente vestida?”

“Hágame un favor, y no me haga caso”

“Bueno, cada quien tiene su propio estilo. Supongo, de todas formas, si vas a entrar, debe enseñarme su identificación”.

Fino mostro su identificación.

“No soy residente de este pueblo.” Dije, abriendo y cerrando la boca de los osos, “pero escuche que puedo entrar si pago”.

“Su identificación…” El guardia solo pudo pronunciar esas dos palabras.

“No tengo ninguna, pero puedo entrar siempre que pague una moneda de plata, ¿cierto?”

“¿No tiene ninguna identificación? Puede ser una identificación de cualquier pueblo.”

“Estuve viviendo en un lugar sin identificaciones.”

“Ya veo. En ese caso, tomaremos una moneda de plata como impuesto y examinaremos sus antecedentes criminales.”

Saqué una moneda de plata de la boca del oso blanco y se la di al guardia.

“Bien entonces. Si pudiera venir aquí…”

No debería haber ningún problema, ya que no había cometido ningún crimen desde que había venido a este mundo. Tampoco había cometido ningún crimen en el mundo real, obviamente.

No, realmente.

El guardia me llevó a un edificio cercano; probablemente uno de los cuarteles habituales que siempre parecían aparecer en las novelas de fantasía. Me llevó a un área como una recepción y colocó un panel de cristal frente a mí.

“Por favor ponga su mano sobre el cristal. Si es un criminal, se pondrá roja.”

“¿Solo necesito poner mi mano aquí?”

“Si. Reaccionara a su mana y le buscara.”

Puse mi mano sobre el cristal, pero este no reacciono.

“Parece que estas bien.”

“¿Realmente se puede saber con algo como esto?”

“¿Ni siquiera sabe que son los paneles? ¿De dónde eres?”

Una aldea lejana.

“Bien, supongo que eso lo explica. Este panel de cristal esta conectado a todos los paneles de cristal en el país. Cuando un bebe nace en un pueblo, obtiene una identificación (tarjeta de residencia) y al mismo tiempo se registra su mana. Igual sucede en la capital y demás pueblos. De esta forma, podemos saber de dónde viene alguien.

Entonces es como un registro de ciudadanos.

“Cuando alguien comete un crimen,” continuo, “podemos registrar esos datos en el panel de cristal. Si esa persona está registrada, sus datos se transfieren a todos los paneles de cristal. Basado en eso, a un criminal ya no se le permitirá el ingreso a ningún pueblo o a la capital.”

“¿Que sucede si este usa una identificación del gremio, o algún otro tipo de identificación?”

“Eso es imposible. Las identificaciones son hechas para responder al mana. Si el mana no coincide con el que fue registrado, la identificación no responderá.”

¿Así que el maná es una especie de huella dactilar?

“Pero si el mana no está registrado, esto no tendría sentido, ¿es así?” Pregunte.

Ese sería el caso. Pero eso es esencialmente único para aldeanos que viven en las periferias, quienes nunca han viajado a otros pueblos o a la capital, que no tienen identificaciones. Es poco probable que estas personas sean criminales.”

Pensé que también era improbable.

“Eso es todo por ahora. ¿Algo más que quiera saber? Si no, puede entrar al pueblo.”

Cuando le di las gracias y salí de la habitación, Fina me estaba esperando. Le di una palmadita en la cabeza.

“Yuna, ¿todo está bien?”

“Si, todo está bien.”

“Entonces vamos a vender los lobos en el gremio.”

Aunque la ciudad no estaba tan lejos de una ciudad del juego, sentí que había algo diferente en ella. Además, por alguna razón, sentí que todo el mundo me miraba. ¿Quizás es porque era una forastera?

“Tu ropa seguro que se destaca, Yuna.”

Oh, cierto.

Iba vestida con un traje de oso.

Fina me llevo a un gran almacén. Había un edificio de buen tamaño a su lado y aventureros con espadas y bastones. Como sus pantallas de estado no aparecían, no podía saber si eran jugadores o NPC. Quería examinarlos más, pero decidí seguir a Fina por ahora.

“Los compraran aquí, Disculpe,” Fina llamo a un hombre detrás del mostrador, “nos gustaría que nos comprara estos lobos.”

“Bien, si no es Fina. ¿Qué estás haciendo aquí?”

“Vine a vender cosas.” Fina coloco los materiales de lobo sobre la mesa. Hice lo mismo.

“¿Como te cruzaste con pieles y carne de lobo?”

“Ellos trataron de comerme mientras recogía hierbas, y entonces ella me salvo.”

“¡¿Fuiste al bosque?!” el hombre en el mostrador exclamo.

“Si. Ya no tenía hierbas para mama.”

“¿No te lo he dicho una y otra vez? Si necesitas hierbas, yo te las conseguiré.”

“Pero no puedo confiar en usted para siempre, Sr. Gentz. Especialmente desde que no puedo pagar por ello.”

“Como dije, eso no importa. Si algo te pasara, ¿que se supone que le diga a tu madre?”

“Estaré bien. Además, he ido al bosque un montón de veces.”

“¿Pero no dijiste que te atacaron los lobos?” Y que fuiste salvada por esta extraña -que extraño- chica de allí. “Gracias, señorita- por salvar a Fina,” parecía tener dificultades para hablarme y mirarme directamente al mismo tiempo.

“Ningún problema,” dije. “Estaba perdida, así que ella también me ayudo.”

“Quiero darte las gracias,” dijo el Sr Gentz, “pero este es mi trabajo, así que tengo que darte la cantidad normal por comprártelos, si te parece bien.”

“Eso está bien.”

El hombre confirmo los artículos de los lobos.

“Uh, carne y pieles, uh. Este es lo que puedo pagar por todo.”

El Sr. Gentz coloco algunas monedas en frente nuestro. No podía decir si esto era un precio justo o si él nos estaba engañando.

“Si, por favor.” Fina parecía complacida, pensé. Ella trato de darme la mitad del dinero que había aceptado.

“Fina, no necesito ese dinero, pero ¿podrías mostrarme una buena posada? No sé adónde ir. Supongo que tienes que llevarle las hierbas a tu madre rápidamente, ¿no?”

“Está bien,” ella dijo. “Hay una posada de camino a mi casa, así que te llevaré allí.”

“Gracias.”

“¡Fina!” dijo el Sr. Gentz. “Será mejor que no te pongas en peligro otra vez. Dime cuando necesites algunas hierbas”.

“Ok, lo haré”, respondió Fina, luego giró y se fue.

“¿Conoces a ese hombre?” pregunte.

“Si, siempre ha cuidado de mí. Algunas veces me pide ayuda con el desmantelamiento cuando han traído muchos monstruos.”

Ah, ahhh. Pensé, entonces es por eso que es tan buena desmantelando.

“Y él sabe que mi mama está enferma, entonces algunas veces el me da hierbas y medicina más barata – o hasta gratis, de vez en cuando. Aun así, no puedo ir preguntándole por medicinas todos los días.”

Así que por eso salió sola al bosque a recoger hierbas esta vez. Quería hacer algo para ayudarla, pero probablemente tendría que esperar, especialmente considerando mi situación actual.

La posada estaba a 30 minutos caminando desde el almacen y por supuesto, estuve siendo observada con miradas fijas todo el tiempo que estuvimos caminando.

“Este es,” dijo Fina. “Todos dicen que la comida también es muy buena.”

“Gracias. Bien, date prisa y llévale esas hierbas a tu mama.”

“Si. Gracias, Yuna.”

Fina salió corriendo. Un increíble aroma pasó a mi lado mientras estaba fuera de la posada, viéndola irse. El sol empezó a esconderse; era hora de la cena. Por decoro, traté de reprimir mi alegría ante la perspectiva de una comida sabrosa mientras entraba. Una chica en su adolescencia que servía las mesas se detuvo a mitad de camino y me miró perpleja. No sabía qué hacer si todos me daban exactamente la misma reacción cada vez.

“¿Bi-Bienvenida?” la chica comenzó a decir.

“¿Escuche que podría quedarme aquí?”

“Si, puedes. Es una moneda de plata por día, incluye comidas, mañana y noche. Es media moneda sin las comidas.”

“En ese caso, me gustaría quedarme diez días, con las comidas.”

“El baño está abierto desde las seis de la tarde hasta las diez de la noche.”

“¿Tienen un baño?”

“Si, adentro. Tenga la seguridad de que las áreas de hombres y mujeres también están debidamente separadas.”

Que feliz accidente. Nunca espere que la posada tuviera baños.

“¿Puedo comer ahora mismo?”

“Efectivamente.”

Cuando terminé de escuchar su explicación, saqué diez monedas de plata de la boca del oso blanco. Cuando tomó el dinero, la niña apretó al oso negro.

“¡Vaya! Lo siento. Es tan lindo. Entonces son diez días con las comidas, ¿correcto? Prepararé la comida de inmediato, así que por favor tome asiento y espere. Oh, soy la hija del posadero, Elena. Encantada de conocerte.”

“Soy Yuna. Espero con ansias mi estadía.”