Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

DEJÉ EL GREMIO y me dirigí al mostrador de intercambio de la puerta de al lado. Dos de los tres mostradores estaban atendiendo a los clientes, así que, naturalmente, fui al vacío.

“YO, chica oso. ¿Estás vendiendo lobos de nuevo?” Dijo el Sr. Gentz, sonriendo mientras me saludaba.

“También tengo otros monstruos”. Saqué diez lobos de mi almacén de osos. Los aventureros en la habitación estallaron en una ligera consternación al verlos.

El Sr. Gentz llamó a dos empleados del fondo y les indicó que movieran a los lobos. Cuando el mostrador se despejo, saqué diez liebres cornudas a continuación. La conmoción a mi alrededor en la habitación se hizo aún más fuerte. Por cierto, las liebres cornudas eran conejitos de un metro de largo. Se veían lindos, pero podían saltar como el demonio, y si no tenías buenas defensas, podían atravesarte con sus cuernos.

“¿Qué? ¿Incluso tienes liebres con cuernos? Todos estos también se ven frescos.” El Sr. Gentz llamó de nuevo a la parte de atrás y les indicó que se llevaran las liebres. “Como siempre, no los desmantelaste”.

“No sé cómo, y es un dolor en el trasero”.

“Bueno, le da trabajo al gremio, así que estamos felices de hacerlo, pero perderás dinero si no aprendes”.

“Aprenderé”, le dije, pero no tenía ninguna intención de hacer nada por el estilo. Podría haber sido más exacto decir que no creía que pudiera aprender. Solo había dejado de sentirme asqueada por los cadáveres de monstruos. Desmantelarlos era demasiado para mí.

“Entonces, ¿solo diez lobos y diez liebres con cuernos por hoy?”

“Hay más. Hay algo que el maestro del gremio me dijo que trajera.”

“¿El maestro del gremio te dijo que trajeras algo?”

Saqué un orco.

“Oye, ¿incluso tienes un orco? Espera un segundo. No me vas a decir que tienes diez orcos completos, ¿verdad?”

Los orcos más pequeños medían unos dos metros de altura; los más grandes podrían tener hasta tres. Era imposible llevar uno solo, y se interpondría si los ponía todos en el mostrador.

Los aventureros reunidos comenzaron a susurrar de nuevo. “No hay forma de que sea un orco”. “Pero definitivamente es un orco”. “¿Los venció ella sola?”

Ignoré su alboroto y respondí a la pregunta del Sr. Gentz. “Si, los tengo.”

“¿En serio? ¿Qué clase de bolsa sin fondo es esa? Estaremos en un aprieto si sacas a diez orcos aquí. Ven al almacén refrigerado de atrás.”

Seguí al Sr. Gentz detrás del mostrador hasta el almacén, escuchando las voces de los aventureros mientras avanzaba. “No hay forma de que ella pueda tener diez de ellos”. “¿Cómo los venció?” “Es porque es un oso”. “El Bloody Bear podría hacerlo”. “No insultes al Bloody Bear”. “¿Qué es el Bloody Bear?” “No lo sabes …”

¿Qué fue eso de un “Bloody Bear”? Pensé. Quería hacer una pausa y escuchar, pero no podía arriesgarme a perder de vista al señor Gentz.

El interior del almacén estaba lleno de gemas de maná de hielo que lo mantenían frío. “Asegúrate de cerrar la puerta una vez que entres, o dejarás entrar demasiado calor”, indicó el Sr. Gentz.

Cerré la puerta detrás de mí. Había innumerables cortes de carne, pelo, cuernos, piel y otras partes de monstruos desmanteladas amontonadas en el interior. Los lobos y las liebres cornudas que acababa de sacar también habían sido traídos. Los empleados claramente estaban ganando sus sueldos.

“Sé que hace frío, pero ten paciencia. La carne se pudre si dejamos que se caliente.” El Sr. Gentz se dirigió hacia la mesa más grande del fondo. Incluso entonces, solo había espacio suficiente para poner un orco. “¿Puedes poner uno encima de esto y luego dejar el resto en el suelo?”

Los saqué del almacén de osos como me pidió.

“Gracias. Debe ser difícil llevarlos a todos lados. ¿Estás seguro acerca de esto? Obtienes un corte más pequeño si los desmantelamos por ti “.

“No puedo desmantelarlos, y no necesito el dinero, así que está bien”.

“Supongo que todavía estás vendiendo mucho. ¿Cuál es tu rango ahora, chica oso?”

“Acabo de llegar al rango D”.

“Rango D, eh. Ese sería el caso si puedes derrotar a los orcos. ¿Puedo pedirte algo?”

“¿Que sería?”

“No puedes desmantelarlos, ¿verdad?”

“…”

“Entonces, ¿podrías darle el trabajo a una joven trabajadora que viene a desmantelarlos?”

“¿No perdería dinero el gremio?”

“Estaremos bien sin eso. ¿Cuántos aventureros crees que hay?”

Eso era cierto. El gremio estaba manejando bien antes de que yo llegara. Un cliente era una gota en el vaso. “Pero, ¿por qué solo esa persona?”

“Bueno, ella todavía es menor de edad y no una empleada del gremio. Ya la conoces.”

“No estás hablando de Fina, ¿verdad?” Solo conocía a una niña menor de edad.

“Tú también sabes lo que está pasando con su familia, ¿no es así?”

Asentí. No tenía padre, su madre estaba enferma y tenía una hermanita tres años menor que ella.

“Yo también le he estado dando trabajo, pero se supone que debo seguir trabajando en el gremio”.

“En otras palabras, ¿quieres que contrate a Fina directamente para desmantelar a mis presas?”

“Así es. Es bastante buena en eso, incluso para su edad. También es buena despellejando, así que tampoco creo que dañe la mercancía”.

“No me importa, pero no sé cuánto tiempo me quedaré en la ciudad”.

“Está bien. Solo hazlo mientras estés por aquí.”

“En realidad, ¿cuánto debería pagarle? No conozco la tasa de mercado de las desmanteladoras.”

“El gremio se lleva el veinte por ciento. Simplemente puedes darle el diez por ciento de lo que vendas de los materiales conseguidos.”

“¿Es suficiente diez por ciento?”

“Eso es realmente bueno. Incluso puedes darle menos si crees que es demasiado.”

“Entendido.”

“Bueno, llamaré a Fina, así que espera aquí”.

El Sr. Gentz se dirigió felizmente a una habitación trasera. Pensé que se iría por un tiempo, pero inmediatamente regresó con Fina.

“¡Yuna!” Ella corrió y me abrazó. Sí, ella era linda. Le di una palmadita en la cabeza.

“Fina, ¿cómo has estado?”

“Bien. ¿Es cierto que me estás dando trabajo?”

“Sí, ¿podrías desmantelar a los monstruos que traje?”

“Muchas gracias.” El rostro de Fina se iluminó con una amplia sonrisa.

“Entonces, Fina”, dijo el Sr. Gentz, “no tienes que venir aquí por un tiempo”.

“Pero…”

“La razón por la que hemos tenido más trabajo últimamente es porque tu hermana mayor traía cosas sin desmantelarlas. Si ella te da el trabajo, no tendremos mucho que hacer en el gremio. Sin embargo, voy a hacer que hagas un buen día de trabajo hoy, así que no te preocupes. Ella trajo algunos lobos, liebres cornudas y orcos, diez de cada uno.”

“¡Son tantos!”

“Entonces, ¿qué debo hacer a partir de mañana?”

“¿Puedo ir a tu posada mañana, Yuna?”

“Por supuesto.”

“En ese caso, estaré alrededor de las siete”.

Era un poco temprano para una cita, pero la gente en este mundo empezó a trabajar tan pronto como salió el sol y terminó una vez que se puso el sol. Nadie trabajaba bajo la luz de una gema de maná.

Salí del almacén helado al bochorno del exterior. Recogí mi parte del señor Gentz y volví a la posada.