Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Volumen 5: Un Nuevo Juramento Entre La Luna y Las Estrellas I

Extra 14: Juego Otome IV Lado Femenino – [C-5] Investigando La Mancha Oscura

“Hay una mancha oscura detrás de esas estanterías… ¡Qué intrigante!”

Mia entrecerró los ojos hacia la parte más trasera de los archivos, donde unas estanterías dispuestas desordenadamente arrojaban un velo de oscuridad sobre una zona.

“Me pregunto si esconde algo interesante. Tal vez encuentre un libro en el suelo que me dé algunas ideas. Quiero decir, es ciertamente una ilusión, pero…” se dijo a sí misma mientras se acercaba.

“¡Eeek!”

Saltó cuando una pequeña sombra surgió de la oscuridad. Sus piernas le fallaron al aterrizar, lo que la obligó a arrastrar el trasero hacia atrás mientras gemía de terror. Entonces, la sombra habló.

“¿Eh? ¿Señorita Mia?”

“…¿Eh?”

Detuvo su retirada glútea y levantó la vista para encontrar a una perpleja Bel de pie junto a ella.

“¿Qué haces aquí?”, preguntó la joven.

“¡E-Esa es mi pregunta!”, exclamó Mia, con la voz quebrada.

“Mmm…” Bel adoptó una pose pensativa. “Se supone que es un secreto, pero como tú eres especial, te lo contaré. En realidad hay un pasaje oculto aquí.”

“…¿Qué pasaje oculto?”

Mia siguió a Bel hasta el oscuro lugar donde, fiel a la palabra de la joven, encontró un agujero en la pared. La abertura era pequeña, y tuvo que agacharse para pasar.

“Eh, ¿quién iba a pensar que habría un pasadizo en un lugar como éste? ¿A dónde lleva?”

Asomó la cabeza pero no pudo ver la salida. La oscuridad ciertamente dificultaba la visión, pero también era largo, se extendía más allá del límite de su visión.

“A muchos sitios”, respondió Bel. “Lleva a las habitaciones del dormitorio de las chicas. También se puede llegar al dormitorio de los chicos. Incluso hubo una vez que salí a un lugar que nunca había visto.”

“Mi Dios… Qué pasaje tan fascinante. Eso explica muchas cosas. Así que así es como conseguiste esconderte durante tanto tiempo sin que nadie te encontrara”, dijo Mia antes de fruncir el ceño. “¿Pero por qué está aquí? ¿Una vía de escape secreta durante las emergencias, tal vez?”

“Para mí también es un misterio. Oh, debo mencionar que mientras estaba escondida aquí, sentí algo raro…”

“¿Oh? ¿Qué fue raro?”

“Sentí los ojos de alguien sobre mí… como si me estuvieran observando. Por supuesto, cada vez que me daba la vuelta, no encontraba a nadie, y a juzgar por la cantidad de polvo que se había acumulado, no parecía que hubiera nadie más cerca, pero…” De repente, Bel miró a Mia. “Tal vez haya un monstruo espeluznante que vive aquí abajo solo, y cuando cae la noche, se arrastra fuera del pasadizo y vaga por la academia…”

El intento de Bel de poner voz intimidatoria hizo que Mia estallara en carcajadas.

“Oh, por favor, guárdalo para la hoguera. ¿Qué, es la última moda en tu clase o algo así? ¿El acosador subterráneo de Saint-Noel? ¿Y realmente te lo has creído? Ah, eres un bebé, Bel”.

Después de reírse para sí misma con diversión, Mia se frotó la barbilla.

“Debo decir, sin embargo, que para ser una idea argumental, no está nada mal. Un monstruo misterioso que se esconde bajo Saint-Noel… Por ejemplo, la historia podría ser sobre una estudiante que es una marginada en su clase. Se encuentra con el monstruo, y éste trata de ayudarla impidiendo que toda la gente la atormente… excepto que lo hace a través de una serie de asesinatos. Para que funcione como una obra de moralidad, puedo trabajar en un mensaje sobre el significado del amor verdadero o algo así…”

Habiendo encontrado la inspiración en el más improbable de los lugares, Mia rápidamente puso la pluma en el pergamino. Afortunadamente, su cerebro fluyó libremente, llenando las páginas con sus fantasías. Al poco tiempo, tenía un borrador completo. Sin embargo, cuando se lo llevó a Rafina, se encontró con una respuesta inesperada.

“Entiendo. Así que sabes… sobre el monstruo…”

Mia se quedó paralizada durante un segundo, parpadeando en blanco.

“…¿Eh?”

“…¿Hm?”

Rafina le devolvió el parpadeo, aparentemente confundida también. Se miraron durante un rato. Tras un incómodo silencio, Rafina soltó una pequeña risa.

“Oh, Mia. Es una broma. Estaba bromeando.”

“A-Ah, entiendo. Sólo era una broma. Jaja.”

“Sí, por supuesto. Sólo una broma.”

Rafina sonrió, pero Mia no pudo evitar pensar que sus ojos parecían incómodamente serios.

Aquella noche, casualmente, Anne tenía trabajo que hacer, dejando a Mia sola con Bel en su habitación. Miró a Bel, que estaba sentada en la cama peinándose, y le dijo: “Eh, Bel, ¿por qué no dormimos en la misma cama esta noche?”

“¿Eh? ¿Por qué?”

Bel ladeó la cabeza, desconcertada.

“B-Bueno”, dijo Mia con una risa nerviosa. “Siento que hace demasiado tiempo que no tenemos una buena charla y, como abuela y nieta, creo que es bueno que nos pongamos al día de vez en cuando.”

Mia, Bel y el Monstruo de Saint-Noel

Fin –