Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

“Hmmm.”

Malong condujo un caballo hacia Mia. Ella le echó un buen vistazo.

“Así que este es un moonhare… ¿Cómo se llama?”

“Su nombre es Kuolan. Significa ‘tempestad salvaje’.”

“Tempestad salvaje… Qué nombre tan feroz”, dijo ella, mirándolo.

Kuolan le devolvió la mirada, resopló y luego despegó sus grandes labios de caballo en una sonrisa.

“…¿Eso fue una risa? ¿Este caballo se acaba de reír de mí?”

“Ja, ja, ja, tengo que decir que he estado rodeado de un montón de caballos, pero nunca he oído reír a ninguno”, dijo Malong con un encogimiento de hombros irónico.

“Entiendo. Supongo que es cierto. Pero por alguna razón, tengo la sensación de que se está burlando de mí… Tal vez sea sólo yo…”, murmuró mientras seguía estudiándolo.

A simple vista tenía el mismo aspecto que cualquier caballo corriente. Era de tamaño medio y no tenía cuernos ni alas. Todo en él era muy… mundanamente equino.

“Hmm… Supongo que no se puede saber de qué está hecho un caballo con sólo mirarlo. Hay que montarlo — Huh.”. Hizo una pausa cuando se le ocurrió una idea. “Eso me recuerda que creo que nunca he montado este caballo…”

Inclinó la cabeza con desconcierto, provocando una sonrisa pícara de Malong.

“Imagino que no lo has hecho. Después de todo, este caballo es muy rápido. Dejar que un estudiante inexperto lo monte es pedir que ocurra un accidente.”

“¡Eh! ¡No me digas!”

Mia miró de nuevo al moonhare Kuolan.

Lo entiendo… Así que lo que Malong está insinuando es que me considera capaz ahora de montar este caballo.

Su cara ya estaba a medio camino de una sonrisa de satisfacción cuando Malong añadió: “Tú, me imagino, pareces lo suficientemente robusta como para soportar una o dos caídas sin mucho problema.”

“…¿Hm? Qué raro. Estoy bastante seguro de que eso fue un cumplido, así que ¿por qué no me siento muy halagada?”

“Ja, ja, ja, de todos modos. Bromas aparte, ¿qué te parece? ¿Te apetece dar una vuelta con este buen chico?”

“Sí, supongo que debería. Probablemente sea una buena idea acostumbrarse a montarlo…”

A pesar del cumplido de doble filo de Malong, Mia estaba realmente bastante segura de sí misma. Había estado practicando más que nunca.

O, jo, jo, haz lo que quieras, Moonhare. Luego mira con asombro cómo te manejo con la mayor gracia.

Con un resoplido altivo, saltó sobre el caballo, su pelo ondeando majestuosamente al viento mientras la pareja galopaba en la distancia.

…Al menos, así se lo imaginaba. La realidad era mucho menos halagadora.

Qué extraño… Esto no es en absoluto lo que había imaginado. ¿Cómo he acabado en esta posición?

Se sentó en la espalda de Kuolan, encajada entre su cuello y…

“Sujétese bien, señorita. No se suelte, o podría caerse.”

…Malong, cuya estructura más grande la acunaba desde atrás.

¡M-Me está tratando como a una niña!

Sintiendo la necesidad de protestar por este hecho tan poco favorecedor, dijo: “Um, ¿Malong? No me importa ir en la montura, pero la última vez que monté con Abel fue más bien… Me senté en la parte de atrás y me agarré a él en la parte de delante.”

“Sí, este es el estilo de montar de mi clan, en realidad. Normalmente, es más fácil mantener el equilibrio si el jinete menos experimentado se sienta delante.”

“¿Oh? ¿Es así? Eh… no tenía ni idea.”

Habiendo tenido la impresión de que el estilo de montura que había empleado con Abel era la norma, ladeó la cabeza ante esta nueva información. Malong sonrió ante su gesto.

“En nuestro clan, todos montan. Los viejos, los jóvenes, los hombres y las mujeres. Es tan natural para nosotros como caminar.”

“Vaya, entonces podrías habérselo dicho bien a Abel antes de que me llevara a montar, malvado. Hmph…”, murmuró con un puchero.

Lo sabía. Siempre pensé que era raro cómo me las arreglaba para caerme. ¡Era culpa del estilo de montar!

… Y definitivamente no porque haya estado demasiado ocupada mirando a los demás. Sí, claro. Por supuesto. Finjamos que eso es cierto.

Honestamente, Malong puede ser tan despistado a veces. Después de todo este tiempo, de alguna manera se las arregló para omitir un detalle tan importante. Por otra parte, teniendo en cuenta la facilidad con la que Ruby le llevó allí, supongo que no debería sorprenderme.

Los labios de Mia se abrieron aún más. Su opinión sobre Malong cayó cerca de un punto.

“Ja, ja, ja, lo siento. Me imaginé que preferirías estar en la parte de atrás. Parecía el lugar adecuado para ti. Quiero decir, eres especial para él, ¿no?”

Sonrió implícitamente.

“¿Hm? ¿Qué quieres decir?”

“Tradicionalmente, cuando se monta en la montura de esa manera, lo llamamos estilo de pareja. Es la forma en que los guerreros montan cuando protegen a sus seres queridos en la batalla. El nombre viene de una historia sobre uno de nuestros antepasados, que fue un gran héroe. Cuenta que se sentó frente a su mujer, protegiéndola mientras cargaba contra cientos de enemigos. Desde entonces, se ha convertido en una especie de costumbre asumir que cuando una mujer cabalga detrás de un hombre, es su persona especial”. Le guiñó un ojo de forma llamativa. “Perfecto para ti y Abel, ¿no crees?”

¡Sinceramente, Malong puede ser tan considerado a veces! ¡De hecho, gracias a ese estilo de montar, he podido disfrutar de un tiempo de romance de calidad con Abel! ¡Es genial! Me encanta. ¡Viva el estilo de la pareja! Y, quiero decir, tal vez le gusta Ruby un poco demasiado, pero su aparición hizo que me mostrara este caballo moonhare, así que al final fue algo bueno. ¡Ah, Malong, sabía que nunca me decepcionarías!

Su opinión sobre Malong se disparó en ciento veinte puntos. Mia tenía la mente de un acróbata — Mejor dicho, su mente era un acróbata, dando vueltas y girando a su antojo.

“Tengo que decir, sin embargo, que no pensé que realmente se caería. Eso me dio un gran susto. Creo que tampoco me he disculpado adecuadamente, así que déjame hacerlo ahora. Lo siento.”

“Oh, jo, jo, no te preocupes por eso. No he dejado que me moleste, así que tú tampoco deberías. Además, no es propio de ti el preocuparte. No hace falta que te disculpes, así que quita ese pensamiento de tu mente”, dijo como una verdadera maestra de las volteretas mentales.

Sus quejas anteriores ya habían sobrepasado su horizonte mental y habían aterrizado en un grueso colchón de recuerdos desechados. No tuvieron que esforzarse mucho. De nuevo, tener el horizonte de sus recuerdos a no más de un tiro de piedra era uno de los pocos puntos buenos de Mia.

“¿Ah sí? Ja, ja, me alegro de oírlo, señorita. Veo que su corazón es tan grande como siempre.”

El elogio de Malong no llegó a su destinatario, pues Mia ya lo había ignorado.

Qué expresión tan maravillosa. Estilo de pareja. Como, pareja casada… Abel y yo, casados… Oh, jo, jo… Es como si nuestras vidas se entrelazaran en el momento en que nos subimos a ese caballo juntos. Qué pensamiento más bonito…

Con su cerebro firmemente atascado en el modo de ensoñación romántica, su cabeza estaba tan llena de diversas permutaciones de “Abel es todo un caballero” y “la forma en que me abrazó para detener mi caída fue tan soñadora” que no estaba procesando ninguna información auditiva. Como resultado, no procesó el inquietante significado del siguiente comentario de Malong.

“Sin embargo, esta vez no hay estilo de pareja. Si te dejo sentarte atrás, probablemente salgas volando directamente, y eso no será divertido para nadie. Abel tendría mi cabeza si eso sucediera”, dijo, la advertencia incrustada perdida en Mia. “De acuerdo. Agárrate fuerte, ¿vale? Asegúrate de no salir despedida.”

“¿Eh? U-Uh, por supuesto. Esto será pan comido. De hecho, apuesto a que puedo manejar este caballo sin ti. Es hora de que demuestre los resultados de toda esa práctica que he estado haciendo.”

Con ese comentario tan confiado, despegaron. Poco sabía ella, que pronto se convertiría en viento.