Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Al pasar por la línea de meta, Ruby cerró los ojos en silencio. El rugido de la multitud llenó sus oídos. En medio de sus estruendosas aclamaciones, abrió lentamente los ojos… para ver a Mia delante de ella.

Se acabó. No lo había conseguido. Todo lo que quedaba era ver la pequeña forma de su oponente alejarse en la distancia.

Así que eso es todo… He perdido.

Tardó un tiempo en asimilar la realidad, pero estaba preparada para ello. Se suponía que estaba preparada. No se arrepiente. Se lo había dicho a sí misma. Al fin y al cabo, había hecho todo lo que estaba en su mano, forzando sus límites todo lo que el tiempo y su cuerpo le permitían. Se había esforzado al máximo… y había perdido. Se le había dado la oportunidad. Había sido capaz de luchar — realmente luchar, con todo su corazón y su alma — por la persona que amaba. Eso era algo maravilloso. Una bendición. Así que no tenía motivos para lamentarse. Ninguna razón… para desesperarse…

“Fue… una buena pelea. Definitivamente una buena pelea. Y una pelea tiene un perdedor. Y a veces, seré yo. Sé cómo funciona. Yo —”

Su voz se quebró. Respiró entrecortadamente.

“Yo… puedo soportar perder. Estoy…”

Las palabras se convirtieron en jadeos desesperados. Su diafragma la traicionó, convulsionando por sí mismo. Sus respiraciones se hicieron más cortas, más rápidas, exprimiendo el aire de sus pulmones. El paisaje que la rodeaba adquirió un brillo caleidoscópico antes de disolverse en un mar de colores apagados. Las gotas caían de sus ojos, una tras otra. Se frotó los ojos con fuerza, desesperadamente, pero no se detuvieron.

Ruby lloró. Con el dolor abierto y sincero de una joven que ha perdido algo querido, lloró.

¡Hnnngh, yo soy la que ha ganado! Yo. ¿Cómo es que tengo que sufrir así?

No sólo había dado la vuelta de la victoria al estilo saco de papas, sino que se había llevado otro de los cañones nasales de Kuolan en la cara. Maldiciendo esta amarga secuencia de acontecimientos, se dirigió con paso firme hacia el vestuario.

“¡Ha estado usted increíble, mi lady! ¡Absolutamente increíble! No se preocupe. Te limpiaré y te pondré guapa de nuevo en un santiamén.”

“Bien, gracias, Anne… Uf, mi pelo…”

Mientras caminaba, notó a Ruby en la distancia. Estaba de espaldas a Mia.

Puede que me haya avergonzado un poco en el proceso, pero una victoria es una victoria. Ella no puede molestarme más por Sir Vanos. Puede que no le guste, pero tendrá que conformarse con ello. Mia apretó los puños contra las caderas y se encorvó. De todos modos, todo esto era culpa suya. Si no me hubiera arrastrado a todo este fiasco, no habría tenido que sufrir la vergüenza de… ¡todo esto! ¡Necesito quitarme esto de encima! Muy bien Ruby, prepárate, porque es hora de que me regodee.

Con la esperanza de alegrarse de sus frustraciones, se acercó a Ruby, dando vueltas a su alrededor para poder ponerse en su cara.

“¿Quién —?”

El resto de la frase se le quedó en la garganta. Ruby estaba sollozando como si se le rompiera el corazón.

¿Eh? ¿Perdón? ¿Qué —? ¿Por qué está llorando esta chica?

Mia estaba totalmente confundida. Peor aún…

“La forma en que Su Alteza montó ese caballo fue increíble.”

“Ciertamente lo fue. Qué carrera. Nunca deja de impresionar.”

…Sus oídos captaron astutamente las voces de Sion y Rafina que se acercaban. La sincronización fue impecable. Impecablemente mala, eso es.

¡Uh oh! Si me ven con Ruby así, todos pensarán que la hice llorar. ¡Pareceré una especie de matona despiadada!

Tomó la decisión de agarrar a Ruby de la mano y tirar de ella hacia el vestuario cercano.

“Bien, vamos, por aquí. Entra.”

Afortunadamente, la única otra chica que había entrado en el torneo era la hermana de Malong, así que la tienda para cambiarse era efectivamente un espacio privado por el momento.

“Anne, ¿podría pedirte que hagas guardia fuera y te asegures de que no entra nadie?”

Aunque nunca está de más estar más seguros. Después de que Anne asintiera y saliera de la tienda, Mia se volvió hacia Ruby. Había dejado de sollozar, pero su cara seguía llena de lágrimas. No es que Mia tuviera mejor aspecto. El hecho de que el líquido seco que cubría la cara de Ruby fuera al menos de origen humano podría haberle dado ventaja en el concurso de “quién está menos sucia”.

“De todos modos, toma. Primero límpiate la cara”, dijo, entregándole a Ruby una pequeña toalla mientras contemplaba el motivo de las lágrimas de la chica.

Ah, a quién quiero engañar. Como si necesitara hacer muchas contemplaciones. La respuesta es bastante obvia. Después de todo, cuando se trata de temas como estos, puedo ser bastante perspicaz, si es que lo digo.

Cabe destacar que últimamente Mia había estado enganchada a una novela romántica que le había prestado Chloe. Toda esa lectura la había dejado con la sensación de ser una auténtica experta en relaciones. Ante esta situación, su cerebro se puso inmediatamente en modo romántico, lo que le permitió identificar con precisión el conflicto romántico presente en el escenario actual. Sabía exactamente por qué Ruby había estado llorando.

“Ruby, corrígeme si me equivoco, pero… Estás enamorada de Sir Vanos, ¿no es así?”

Entonces, en uno de esos momentos de objetividad desapasionada que la gente tiene a veces después de pasar demasiado tiempo en un estado de ánimo particular, se echó atrás mentalmente en su propia deducción.

Eh, eso es probablemente ir demasiado lejos, pensó con una sonrisa irónica. Estoy bastante segura de que está soltero, pero hay una diferencia de edad tan grande, por no hablar de la diferencia de estatus… Además, esa cara suya… Quiero decir, sé que es un buen tipo, pero hay demasiado “bandido” en sus rasgos…

Al reconsiderarlo, Mia decidió que probablemente la frustración y la decepción de perder habían hecho llorar a Ruby. En ese caso, la sugerencia sobre su enamoramiento de Vanos sonaría ridícula, pero supuso que funcionaría como una especie de rompehielos, siempre y cuando Ruby lo tomara como una broma estúpida.

Ruby no se lo tomó como una broma estúpida.

“…Realmente eres tan aguda como dicen. ¿Cómo lo supiste?”

En cambio, asintió suavemente. La visión de su creciente rubor hizo que Mia se pusiera en pie.

“¡¿Espera qué?!” exclamó Mia, sorprendida por este inesperado giro de los acontecimientos.

Luego, al darse cuenta de que su reacción estaba en desacuerdo con su declaración anterior, trató de justificarla.

“Eh, quiero decir, yo pensaba lo mismo, pero me sorprende que lo hayas admitido. Es muy valiente por tu parte… ya sabes, hacer eso…”

Mientras intentaba presentar alguna apariencia de coherencia lógica, revisó interiormente su propia comprensión de la situación.

¿Así que lo que pasa es que Ruby está enamorada de Vanos y yo me interpongo en su camino? Espera, ¿soy la villana aquí? Hm… ¿Cómo suelen resolverse estas situaciones? Mia consultó su repositorio literario mental. Oh, oh. Según mis investigaciones, la gente que se entromete en el amor de los demás suele recibir patadas de los caballos.

Miró nerviosa a su alrededor, en lo que sin duda era la concentración más densa de cascos equinos de la isla en ese momento. Aunque era un conocimiento que había obtenido de las novelas románticas sugeridas por Chloe, su dudosa aplicación en el mundo real no impidió que un escalofrío le subiera por la espalda.

Y… ¿la villana no fue apuñalada al final de ese libro?

Si Ruby, con su extenso entrenamiento en el manejo de la espada, decidía expresar su descontento de manera similar, Mia no tendría ninguna posibilidad. Una mirada incómoda en dirección a Ruby reveló un par de ojos inyectados en sangre, aunque no parecía haber resentimiento en ellos.

Estoy segura de que ahora mismo están rojos por el llanto… ¡pero me imagino el día en que sea porque quiere mi sangre!

Mia recordó cómo, en su vida pasada, había ido a pedir refuerzos a los Redmoons durante la revolución, sólo para ser rechazada. Si la razón de su reticencia había sido la muerte de Vanos…

Todo tendría sentido. Si me culpó por el incidente del bosque de Sealence, entonces definitivamente me guardaría rencor. Probablemente por eso se negó a ayudar.

Con el modo romántico actuando como lubricación mental, el cerebro de Mia dio vueltas y vueltas, tejiendo eventos aislados en una red de conexiones lógicas. En su centro estaba Ruby; ella era la fuente, y todo había girado en torno a su trágico amor. Envalentonada por esta visión completamente inédita, siguió explorando sus implicaciones.

Así que rechazó mi petición de ayuda para vengar al hombre que amaba… aunque eso la llevara a su propia ruina… El amor antes que la vida. El cuerpo puede morir, pero el corazón debe ver la devoción hasta su conclusión… ¡Lunas, esa es una actitud tan román — quiero decir, peligrosa!

Pensando que era demasiado arriesgado dejar a Ruby en su estado actual, se tomó un momento para ordenar sus pensamientos antes de hablar.

“Ruby Etoile Redmoon. Me has hecho una promesa, y haré que se cumpla.”

Los hombros de Ruby se estremecieron. Mia no le dio importancia.

“Tu espada, por favor”, dijo, extendiendo la mano.

¿Estaba confiscando la espada de un individuo potencialmente asesino? ¿Privando simbólicamente a una noble audaz de su orgullo? No, en absoluto. Al exigir la espada, pretendía adquirir no sólo el arma, sino también a su portador.

“Haré que me la entregue en prenda, para que pueda confiarle el mantenimiento de la Guardia de la Princesa.”

“…¿Eh?”

Ruby parpadeó totalmente confundida.

“Serás nombrada ayudante”, continuó Mia en el tono solemne de un decreto real, “del actual capitán, Sir Vanos. Espero que le ayudes en el funcionamiento y la supervisión de la Guardia de la Princesa.”

Al declararlo, había hecho un cálculo de una fracción de segundo. Ruby aún podría ser una Serpiente del Caos. No quería pensar que las lágrimas de la chica eran una mentira, pero entendía que una actuación así estaría bien dentro de las capacidades de una Serpiente. Teniendo en cuenta ese hecho…

Tengo que sopesar el riesgo de que Ruby sea ya una Serpiente y las posibilidades de que se convierta en una en el futuro. Esto requiere de extrema discreción…

Si le quitara la espada a Ruby y, en el proceso, la separara de Vanos, seguramente la dejaría totalmente desconsolada. ¿Ignorarían las Serpientes del Caos un alma tan vulnerable y madura para el despojo? Es poco probable.

La Casa de Redmoon tiene mucha influencia en el ejército. Si las Serpientes están tratando de deshacer el imperio desde dentro, Ruby sería un peón muy conveniente.

Hacer que Ruby se convierta en una Serpiente mientras le guarda rencor era casi el peor resultado posible. ¿Y si en lugar de eso colocaba a Ruby cerca de Vanos? Suponiendo que las Serpientes aún no la hubiesen atrapado, tal arreglo sería un fuerte impedimento contra futuros intentos de introducirse en su mente. Además, ¡le habría hecho un gran favor!

Sin embargo, si Ruby ya era una Serpiente, y estaba mintiendo sobre su enamoramiento de Vanos para colarse en la facción de Mia…

Es la misma situación que enfrenté con Sapphias… Mejor mantenerla al lado de Vanos para que la vigile. Así, si realmente es una serpiente, tendrá las manos atadas.

Desde que dijo estar enamorada de Vanos, tendría que permanecer cerca de él para mantener la pretensión. En efecto, estaría sometida a una vigilancia constante porque su fachada no le deja margen para quejarse.

Eso es definitivamente mejor que dejarla libre. Es más fácil tratar con alguien cuando ya tengo las riendas puestas.

Esa fue la esencia de su cálculo en una fracción de segundo. Sin embargo, había un factor subyacente que influía en todas sus consideraciones — tenía toda la intención de ver cómo se concretaba el amor entre Ruby y Vanos. ¿Por qué?

El amor entre clases sociales… ¡es absolutamente delicioso!

Porque Mia era una floreciente fanática de los romances y le gustaban las relaciones entre clases. Una de las novelas que le había prestado Chloe era una dramática historia de amor entre un caballero y una princesa, y se le hizo la boca agua al pensar que podría ver cómo se desarrollaba una en la vida real. Y, además, en primera fila.

¡Tengo que ver esto!

Al fin y al cabo, toda esa lógica y esos cálculos no eran más que la racionalización de sus ansias de melodrama romántico.

Mientras tanto, Ruby seguía tratando de entender lo que estaba sucediendo.

“¿Nombrarme… a la Guardia de la Princesa?”

Mia asintió.

“Así es. Entre nosotros, Ruby, planeo que la Guardia de la Princesa se encargue de algunas tareas muy importantes en el futuro. No sólo se encargarán de mi seguridad. Quiero que sean mis manos y mis pies. Un ejército personal a mis órdenes.”

Durante la gran hambruna, los transportes de alimentos que Ludwig preparó y despachó con tanto esfuerzo fueron asaltados con frecuencia antes de llegar a su destino. Las masas hambrientas y los soldados hambrientos se convertían en bandidos que atacaban los vagones de suministros. A veces, los propios guardias de los transportes se volvían ladrones y se llevaban los alimentos. Cada traición dejaba a Mia deseando más fervientemente tener tropas de confianza.

Ah, ojalá tuviera una tropa fiable en la que pudiera confiar… Tropas que no me traicionaran y que siempre hicieran bien su trabajo.

Vivir sin preocuparse por la posibilidad de traición a cada paso era, se había dado cuenta, un gran lujo. Sabiendo esto, se había preguntado si había alguna manera de utilizar a sus soldados de mayor confianza, la Guardia de la Princesa, para proteger esos valiosos transportes de alimentos cuando fueran necesarios.

Sería muy bueno si pudiera involucrar a Ruby… Muy bonito, de hecho. Con ella a bordo, podría incluso convencer a los Redmoons de que enviaran tropas de su ejército privado de élite.

Esos refuerzos que necesitaba tan desesperadamente en la línea temporal anterior… podrían estar disponibles para ella ahora.

De acuerdo, me estoy adelantando un poco. Quién sabe si las cosas funcionarán tan bien. Por ahora, voy a ver cómo se desarrolla el romance entre Vanos y Ruby, ¡y eso es suficiente para mí! Oho ho, ¡no puedo esperar! pensó, sonriendo mientras se entretenía con fantasías sobre los posibles desarrollos de la pareja.

La emperatriz de Tearmoon, Mia Luna Tearmoon, es conocida por ser una persona con muchos amigos. Al enumerar a sus más allegados, entre los que se nombran con frecuencia están Santa Rafina Orca Belluga, la Etoiline Esmeralda Greenmoon, Chloe de Forkroad & Co, así como la hija del Conde Foráneo Rudolvon, Tiona Rudolvon. A pesar de sus orígenes dispares, estas mujeres forjaron una verdadera amistad con la emperatriz Mia.

¿Y qué hay de sus aliados más cercanos? ¿Aquellas cuyo vínculo con ella se mantuvo no sólo por la amistad, sino también por una promesa de honor? Aunque las opiniones son sin duda variadas, someto a tu consideración, querido lector, el nombre de Ruby Etoile Redmoon.

Nacida en la Casa de Redmoon, hija de uno de los renombrados Cuatro Duques de Tearmoon, el linaje por sí solo debería haber sido suficiente para garantizarle una página en los anales de la historia. Pero, como seguramente sabes, su fama no se debe a su nacimiento privilegiado, sino a su papel como primera mujer en la historia de Tearmoon en servir como Ministra de la Luna de Ébano. Como jefa del Ministerio de la Luna de Ébano, que supervisa los asuntos militares, su amplia utilización de la influencia de su familia, junto con la cooperación de la que gozaba el Gran General Dion Alaia, le permitió instituir importantes reformas en el ejército imperial. Al acabar con la ineficacia de las viejas costumbres e implantar sistemas nuevos y eficaces que se ajustaban a las circunstancias contemporáneas, insufló nueva vida al ejército de Tearmoon y contribuyó en gran medida a la reforma general del imperio por parte de la emperatriz Mia.

Curiosamente, la forma exacta en que se involucró en los asuntos militares sigue siendo un misterio hasta el día de hoy. Aunque la Casa Redmoon ha tenido históricamente fuertes lazos con el Ministerio de la Luna de Ébano, el motivo por el que la hija de su duque eligió lanzarse al despiadado mundo de la guerra y el derramamiento de sangre es una pregunta sin respuesta clara, ya que no hay registros de su razón de ser. Basándose en el hecho de que su vida de soldado comenzó en la Guardia de la Princesa, parece razonable suponer que el acuerdo es al menos parcialmente atribuible a la voluntad de la entonces Princesa Mia, pero esto es y probablemente siempre será una mera especulación.

Existe un segundo misterio en torno a ella, y tiene que ver con su marido. En concreto, la desconcertante escasez de información sobre él. Aparte de la propia emperatriz, los Cuatro Duques son los nobles de mayor rango de Tearmoon. Parece impensable que el nombre de uno de sus yernos desaparezca de los registros históricos, y sin embargo, eso es lo que nos encontramos. Una teoría es la de un romance Mayo — Diciembre, en el que ella tomó como esposo a un soldado de nacimiento plebeyo y se dedicó a él de por vida. A pesar de la gran disparidad de edades y estatus social, la teoría afirma que las bendiciones privadas de la emperatriz Mia y sus amigos dieron a la pareja el respaldo necesario para perseguir su amor. Esto es, por supuesto, totalmente absurdo, pero la mera existencia de tal especulación habla de la enorme fascinación que ha suscitado el misterio. Sospecho que es el hecho de que sus tres hijos se convirtieran en hombres de gran estatura y que no existiera ningún noble contemporáneo de estatura similar a la de ella lo que dio lugar a esta pieza de folclore perdurable.

—Extracto del ensayo de un historiador