Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 1

Capítulo 2: Cargando Libros

Parte 1

Tres días pasaron.

Yuui entró a la tienda de varitas y solo encontró a Ottou, el encargado de la tienda. Estaba sacando troncos de las pilas uno por uno y golpeándolos con un mazo de madera para comprobar cómo sonaban. Aparentemente, era para ver cómo se secaban. Les lanzó hechizos con una variedad de varitas, tanto para verificar su funcionalidad como para producir nuevos materiales al mismo tiempo.

Ottou no reaccionó al sonido de la puerta abriéndose y en su lugar continuó trabajando, completamente absorto en su tarea.

“Regresé…”, dijo Yuui en voz baja mientras dejaba una canasta. Dentro de ella había varios huesos extrañamente gruesos — la columna vertebral de una bestia mágica que le habían pedido que comprara.

Aparentemente, un comerciante pasaba cada unos cuantos días y tomaba los pedidos de Morna. Cuando se trataba de materiales para hacer varitas, era una cliente tan buena que el comerciante viajaba personalmente hasta su tienda para entregar los productos a pesar de que el viaje consumía sus ganancias. Eso fue lo que condujo a la montaña de cadáveres en la esquina de la habitación. Podían descuartizar los cadáveres cada vez que necesitaban algo, y cada parte tenía su propio uso.

Pero este fue un caso especial de reparación del núcleo. Morna necesitaba partes específicas de bestias mágicas que no usaba con frecuencia. Yuui se había ofrecido a comprarlos directamente, ya que así era más rápido. Había pasado los últimos tres días yendo y viniendo entre la ciudad y la tienda.

Ix le había dicho que no podía hacer que una cliente ayudara, pero ella era libre de ayudarlo por su propia voluntad. Dado que Leirest era una ciudad llena de culturas de varios lugares, pensó que sería divertido echar un vistazo. Sin embargo, como alguien del este, pensó que un viaje de turismo informal estaba fuera de la mesa.

Los materiales que le pidieron comprar era un tanto asquerosos, pero prefería por lejos que la gente se asqueara porque anduviera con huesos de bestias mágicas a que la quedaran mirando con curiosidad o desdén.

Justo cuando iba a ir a decirles a Ix y Morna que había regresado, una explosión amortiguada resonó desde la habitación trasera.

“… Parecen ocupados. Quizás los espere por un tiempo”, se dijo a sí misma.

Suspirando, Yuui se sentó en una silla en la tienda. Las explosiones eran algo cotidiano en esta tienda. Todo lo que podía hacer era ignorarlas. Una vez, había entrado en la habitación de Morna porque estaba preocupada de que hubiera pasado algo malo, pero resultó ser terrible.

Ella podía oír el aleteo de alas en el techo de arriba.

No había ninguna señal de que apareciera un cliente. Yuui no había visto ni uno solo desde que vino aquí. Ix le había dicho que Morna solo tenía clientes que conocían su habilidad, pero en este punto, Yuui estaba empezando a preguntarse si incluso eso era cierto.

De repente, levantó la vista para encontrar a Ottou mirándola desde el centro de la tienda.

“Yuui Laika”, dijo él.

“Sí, hola, Ottou”.

“¿Tus preguntas?” .

“¿Hmm? Oh, sobre eso…”.

Cuanto más tiempo pasaba con él, más se daba cuenta de que Ottou nunca se molestaba con detalles innecesarios; simplemente iba directo al grano. En este caso, él le estaba recordando que había pasado los últimos días haciéndole una variedad de preguntas y ahora le preguntaba si tenía algo más que quisiera mencionar hoy.

“Oh, es cierto”, dijo Yuui mientras juntaba las manos frente a su pecho.

“Ix dijo que no podía usar magia antes. ¿Es eso cierto?”.

“Lo es”.

“Pero… nunca he oído hablar de una persona que no pueda usar magia. Cada ser humano tiene magia en él. Hay dudas sobre la cantidad y la calidad, por supuesto, pero cualquiera debería poder sostener una varita y lanzar un hechizo”.

“Hay algunos casos de pérdida de habilidad mágica como síntoma de sonim”.

“¿Eh?”.

Ottou habló suavemente mientras continuaba. “La mayoría de las mujeres embarazadas que contraen sonim mueren. Incluso si la madre sobrevive, su hijo nacerá muerto. Sin embargo, ha habido algunos casos muy raros en los que el embarazo continúa. Los niños que sobreviven a un nacimiento sonim carecen de magia y no pueden lanzar hechizos. Uno de esos casos se registró en el reino”.

“¿Y ese fue…Ix?”.

“No. Fue el hijo de un noble que murió posteriormente. Nadie conoce a los padres de Ix, así que no podemos decir con certeza que se infectaron con sonim”.

Tenía sentido que no haya registros de las vidas y muertes de la gente común, quienes, de todas formas, nunca habrían tenido la oportunidad de usar magia.

“Ya veo… Gracias, Ottou”, asintió Yuui.

Ottou cerró la boca y volvió al trabajo. Después de sacar un cadáver de la montaña de cadáveres de bestias mágicas, fue al jardín trasero. Probablemente iba a despellejarlo y curarlo.

Así que realmente era cierto que Ix no podía lanzar hechizos. Yuui suspiró.

No había usado magia de prueba, y parecía como si no hubiera sentido el maná que había usado Morna. De ninguna manera podría haber alguien así. O eso había pensado Yuui…

Se preguntó si, después de todo, sería capaz de triunfar como un fabricante de varitas. Aunque no era su problema, igualmente la ponía ansiosa. Ix no sería capaz de ajustar las varitas que él mismo hiciese. Era como un chef sin lengua.

En ese momento, hubo una explosión particularmente fuerte.

“¡Aah!”.

Yuui se encogió y miró a su alrededor.

El polvo cayó del techo mientras el edificio temblaba por la onda expansiva. Algunos troncos cayeron. Los únicos objetos que resistieron la explosión con una cantidad mínima de sacudidas fueron las varitas y los bastones, que estaban fijados a los estantes.

Eventualmente, el silencio volvió a la habitación como un retroceso.

En el momento en que todo estuvo en silencio, escuchó que la puerta se abría e Ix asomó la cabeza. Estaba frunciendo el ceño. Bolsas oscuras colgaban debajo de sus ojos; probablemente no había dormido mucho en los últimos tres días. La ropa que llevaba estaba algo sucia.

Se sentó en el piso de la tienda y tosió secamente.

“¿E-estás bien?”, preguntó Yuui automáticamente.

“¿Huh? … Oh, Yuui”, dijo él, frotándose los ojos antes de darse cuenta de ella.

“Compré las cosas que pediste”, dijo.

“¿Cosas?”.

“Um, los huesos…”, le recordó, levantando la canasta para que él la viera.

“Oh, eso…”, dijo débilmente, tal vez por la falta de sueño.

“Las usarás, ¿No?”.

“No, no es necesario. No funcionó”.

“¿Mmm? ¿Qué no funcionó?”.

“Me he quedado sin ideas”, espetó Ix. “Si los resultados de ese último experimento hubieran sido buenos, los habría usado, pero no lo fueron. Así que ya no los necesito”.

“En otras palabras—”.

“Nos      damos    por   vencidos.   No    podemos    reparar    ese   núcleo.

Desafortunadamente”.

A Yuui le tomó un tiempo procesar sus palabras sin emociones.

¿Él está diciendo que… la varita no se puede arreglar? Pensó ella.

Ix la vio luchar por las palabras y agregó “Bueno, no es que no obtuviéramos nada de los experimentos. Conseguimos acercarnos mucho a las propiedades de su núcleo sintetizando Shinee Aletts con agnasita, entre otras cosas. Es realmente interesante, desde la perspectiva de la creación de varitas. Podría llamarlo un “núcleo compuesto”. Apuesto a que se extendería como loco entre los artesanos si escribieramos un libro. Sin embargo, Morna no estaría de acuerdo…”.

“No me importa eso”, le dijo Yuui.

“¿No? Pensé que era una idea bastante asombrosa”.

Yuui se aclaró la garganta y tosió. Las varitas lo eran todo para esos dos.

No podía mantenerse al día con cada pequeño detalle de sus obsesiones.

“Te acercaste a las propiedades… ¿Pero eso no es lo suficientemente bueno?”, preguntó Yuui.

“No. El compuesto genera mucha menos potencia que el núcleo original. Así son los corazones de dragón. Están literalmente en una liga completamente diferente en comparación con los otros tipos de núcleo”.

“Entonces estás diciendo que no puedes hacer una réplica perfecta”.

“También, hay otro problema”.

“¿Cuál sería?”, dijo ella con un suspiro

“Esta técnica de núcleo compuesto no ha sido intentada antes. No hay garantía de que funcionará”.

“… Um, estabas fanfarroneando de ello antes, pero dijiste que si fallabas y rompías una varita, pagarías con tu vida, ¿No?”. “La técnica debería funcinar, en teoría.”.

“… Seguro”.

“Perdón por no ser lo suficientemente bueno”, dijo Ix débilmente antes de dejar escapar un gran bostezo. Ellos sabían que el material central era de un dragón, una criatura legendaria, por lo que encontrar un reemplazo seguramente sería agotador. Pero la actitud casual de Ix hacia la situación hizo que Yuui se sintiera dividida entre enojarse con él o tratar de consolarlo.

“Bien, ¿Qué quieres hacer?”, preguntó Ix.

“¿Qué podemos hacer?”.

“Cambiar el núcleo con el núcleo compuesto, aunque eso solo recrea las propiedades del original. Luego vender el corazón del dragón. Una cosa como esa pertenece a una bóveda del tesoro nacional, por lo que probablemente te dé una fortuna. Si falla… Bueno, no hay manera de que pueda hacer lo mismo, pero te haría la mejor varita que pudiera antes de tirar la toalla”.

“… ¿Quieres perder tu vida?”.

“No”. La expresión de Ix era seria mientras negaba con la cabeza. “No es como si hiciera varitas para morir”.

Para morir…

Yuui se quedó en silencio, su rostro era el mismo que el de otra persona en su mente por un momento.

“……”.

“¿Qué ocurre?”, él preguntó.

“N-nada”, ella tartamudeó rápidamente librando su rostro de cualquier emoción. “De todos modos, estaría en un gran problema si fallas. Absolutamente necesito esa varita…”.

“Espera”, interrumpió Ix significativamente, extendiendo los brazos y deteniéndola.

Bostezó de nuevo. Yuui notó que sus mejillas estaban hundidas y sus facciones estaban demacradas. Tal vez había estado tan emocionado de examinar el corazón del dragón que no había comido lo suficiente.

“Tenemos otra opción”, dijo, levantando un dedo.

“¿Huh…? ¿Cuál es?”.

“Encontrar un corazón de dragón”.

“… Los dragones ya no existen”.

“No necesitamos uno vivo. Solo necesitamos un corazón. En realidad, eso ni siquiera es cierto. Solo tenemos que encontrar algo con el mismo material”.

“¿El mismo material? Esa es una forma extraña de decirlo”.

“Solo corregí lo que dije antes para ser más preciso. Lo hemos estado llamando corazón de dragón, pero no sabemos con seguridad que sea eso realmente”.

“Um, ¿Pensé que el Sr. Munzil dijo que lo era?”.

“Todo lo que Munzil nos dijo fue su nombre – corazón de dragón—, sus características y sus propiedades para que pudiéramos distinguirlo de otras sustancias. Solo eso. No tenemos pruebas de que tu núcleo sea en realidad el corazón de un dragón real. El Maestro dijo que estaba mirando algunos huesos de dragón en un castillo cuando era joven y que era a lo único que se parecía este material, por lo que lo llamó “corazón de dragón”. Cuánto de eso sea cierto, no estoy tan seguro. Vamos con esta nomenclatura, pero solo porque no tenemos una idea mejor. Es posible que sea solo una piedra preciosa rara con propiedades poderosas. De hecho, varias cosas de esta sustancia se asemejan a la piedra”.

“¿Y tú qué piensas, personalmente?”.

“Bueno”, dijo Ix encogiéndose de hombros, “supongo que probablemente tenga alguna conexión con los dragones… Eso es todo”.

“¿Eh?”, Yuui parpadeó, ella no esperaba esa respuesta. “¿Y qué pruebas tienes de eso?”.

“El Maestro podría no haber estado completamente en lo correcto, pero, ya sabes, no era del tipo que miente descaradamente. Incluso si no vamos hasta el final y decimos que es un corazón”.

Por mucho que hable mal del tipo, confío en él, pensó Ix, aunque no lo vocalizó.

“Independientemente de lo que digas sobre su conexión con los dragones, no puedo evitar sentir que no tiene sentido porque están extintos”, argumentó Yuui.

“Pero no puedes decir que es imposible. Eso es lo que creo de todos modos”, respondió Ix, colocando una mano en la pared mientras se levantaba. “Además, creo que algunas personas tienen que saber qué es esto”.

“Todo el mundo ha oído leyendas de dragones…”.

“Exactamente. Aparecen en historias de todos los países. Pero luego, si le preguntas a alguien si cree que los dragones realmente existieron, te dirá que no. Una leyenda es solo una leyenda. Puede haber algunas personas que piensen que probablemente existieron, pero es casi seguro que nadie está seguro. Por supuesto que no– nadie puede garantizar lo que sucedió hace miles de años. Pero somos diferentes”.

“Porque tenemos algo verdadero…”.

“Sí. Dejando de lado nuestras dudas sobre su autenticidad, probablemente no haya nadie en el mundo que esté buscando seriamente este material. Por eso podemos tener esperanza. Sabemos con certeza que esta sustancia existe, así que ahí está hecha la mitad del trabajo”.

“Pero incluso si lo encontramos, no podemos estar seguros de si podremos comprarlo o convencer a alguien para que nos lo dé. ¿Sería realmente tan fácil conseguirlo?”.

“Bueno, eso es cierto. Morna y yo no tenemos esa cantidad de dinero.

¿Qué hay de ti, Yuui?”.

“No”. Ella se encogió de hombros.

“Incluso si lo encontramos, no sabemos si podemos tenerlo en nuestras manos. Tampoco sabemos cuánto tardaría en adquirirse. Demonios, ni siquiera tenemos una sola pista sobre dónde empezar a buscar. Es posible que podamos pasar una década en esto y aun así terminaría en un fracaso”.

“Es bastante incierto, sí”.

“¿Entonces qué quieres hacer?”, preguntó Ix. Miró a Yuui mientras se frotaba las manos como si dijera “He presentado todas las opciones, ahora depende del comprador tomar la decisión”.

Yuui pensó por unos momentos, pero no tuvo que lidiar con el problema por mucho tiempo.

“… Entonces, establezcamos una fecha límite”, propuso.

“¿De acuerdo?”.

“No tengo tanto tiempo. No puedo estar sin mi varita para siempre. Por lo tanto, primero buscaremos el material del dragón. Si llegamos a la fecha límite, nos daremos por vencidos y nos conformaremos con el núcleo compuesto. Al menos debería tener el poder de una varita normal con eso, ¿Verdad?”.

“Sí. Pero una varita de alta gama. Y si ese es el caso, puedo prepararte un reemplazo para que lo uses mientras tanto, lo que nos permitiría buscar a fondo. Esta varita es poderosa, pero dudo que pronto tengas algo que te haga necesitar—”.

“No, necesito esa varita”.

“¿Tienes algo tan apremiante? No sé si estás planeando ir a la guerra o qué”.

“P-por supuesto que no es algo tan absurdo como eso. Um… Bueno, es el único recuerdo que me dejó mi padre. Se siente mal tratarlo como una decoración que acumula polvo mientras uso otra varita”.

“… Está bien, entiendo”, Ix asintió, inexpresivo.

Se dio la vuelta y se dirigió a la habitación trasera. Yuui lo acompañó.

Mirándolo hacia arriba, ella le preguntó “De verdad querías conseguir el material de dragón, ¿No es así?”.

“Los deseos del cliente tienen prioridad. Ese es el código del artesano”, respondió Ix con firmeza, probablemente sintiendo algo de decepción. Sin embargo, parecía querer decir lo que dijo. Yuui frunció el ceño ligeramente.

Vio a Ottou en el jardín trasero, con un cuchillo para deshuesar en su pequeña mano. Porciones cortadas de cadáveres se alineaban en el área circundante. La carnicería iba bien.

La puerta de la trastienda seguía abierta. Yuui dio un paso e hizo una mueca. “¿Qué pasó aquí…?”.

La habitación de Morna estaba en peores condiciones.

Obviamente, había sido complicado antes, pero al menos tenía una especie de lógica. Como mínimo, las partes de la bestia mágica habían estado con las otras partes, y las herramientas habían estado con las otras herramientas.

Pero ahora, Yuui ni siquiera podía imaginar cómo describirlo. La vivienda de Morna parecía el lugar más alejado del orden en todo el mundo.

Al carecer de la energía para ser más cuidadosa, decidió ceder.

Mientras Yuui se resignaba, Ix habló con Morna sobre sus próximos pasos. “…Y por eso quiero información. No tienes ninguna conexión, ¿Verdad, Morna?”, él preguntó.

“Mm, no”, dijo Morna, antes de aplaudir con sus manos pálidas y enfermizas al darse cuenta. “Oh, es cierto. I-Ixie, ¿Q-qué tal si vas a la biblioteca?”.

“¿Biblioteca? Ese es el lugar con muchos libros, ¿Verdad”, preguntó Ix, confundido.

“S-síp, esa misma”.

“Uh-huh… Podría encontrar un libro sobre dragones”.

“¡S-síp!”.

“Bueno, en realidad…”, dijo Yuui, ladeando la cabeza mientras Morna e Ix se emocionaban.

Parecía que no sabían mucho sobre las bibliotecas.

Yuui había oído que se estaban volviendo populares en el reino. Últimamente, ciudades influyentes en todas las regiones se estaban construyendo una tras otra. Simplemente tener una en la ciudad era un símbolo de estatus.

Sin embargo, las colecciones de libros del reino no podían igualar la calidad de las bibliotecas que habían construido para albergarlos. Aparentemente, muchos de los volúmenes en sus grandes colecciones tenían agujeros, y los bibliotecarios te obligaban a ver muchos tomos mágicos dudosos y trozos de papel. Al menos, esos eran los rumores desagradables que circulaban. Los únicos textos de calidad en las posesiones del reino eran las escrituras marayistas.

El Marayismo era la religión más seguida en el oeste. En la actualidad, el reino era una teocracia ², y su soberano también actuaba como cabeza de la Iglesia de Maray. Cuando se estableció la teocracia hace unos cien años, barrió con las religiones indígenas de la región. Las escrituras dispersas de Maray de esa época terminaron alojadas en bibliotecas. Como nota al margen, mientras que el reino parecía haber pensado que esto aumentaría el número de creyentes devotos, una nueva orden de seguidores se había rebelado contra la iglesia estatal, acusándola de actuar en contra de las Escrituras. Esto estaba causando caos en el reino.

De todos modos, Yuui no había escuchado cosas buenas sobre las bibliotecas, por lo que no se hacía ilusiones.

“Ah, oh, pero…”, dijo Morna, de repente mordiéndose el dedo. “Escuché que solo ciertas personas pueden entrar allí…”.

“Necesitas un pase para la biblioteca”, intervino Yuui. Los dos se dieron la vuelta y ella miró hacia otro lado con incomodidad.

“¿Sabes mucho sobre eso?”, preguntó Ix.

“Puedes solicitar un pase con el bibliotecario en jefe, que se te entregará después de una examinación. El puesto de bibliotecario principal normalmente lo ocupa un noble retirado, por lo que sería difícil decir que está realmente abierto al público en general”, explicó Yuui.

Ix y Morna se miraron, con un incómodo silencio apoderándose del lugar.

“… Pensaremos en otra forma”, dijo Ix con un suspiro.

“S-s-sí”. Morna juntó las manos y asintió. “Oh… ¿Q-q-qué pasa si le preguntamos a Hermana Mayor? ¿P-por carta?”.

“… ¿Ella? ¿Hablas en serio?”, preguntó Ix.

“Mm… Oh, eso es correcto. Hay un c-cliente que hizo un pedido que sabe mucho sobre esas cosas”.

“¿Mmm? ¿Cuándo viene?” .

“Pronto, p-probablemente. Definitivamente”.

Ix sacudió su cabeza sin palabras, luego volteó hacia Yuui. “Oh, sí, hay algo que debo preguntarte”.

“¿Qué cosa?”, respondió Yuui.

“Dijiste que le pondrías una fecha límite a esto. ¿Cuándo sería eso, específicamente? Podría afectar a la forma en la que buscamos”.

• Teocracia es la forma de gobierno donde los administradores estatales coinciden con los líderes de la religión dominante, y las políticas de gobierno son idénticas o están muy influidas por los principios de la religión dominante.

“Me gustaría que esto esté hecho para el final del verano”.

“¿Verano de este año?”.

“Sí”.

“Eso es pronto…”, Ix frunció el ceño. “Así que tenemos que hacer una búsqueda así de complicada en el menor tiempo que podamos. Es una apuesta ¿Hay alguna razón por la que tienes tanta prisa?”.

“Sí…”, comenzó ella, pero parecía que él iba a interrogarla más, así que cambió de tema. “Um, sobre la biblioteca de la que hablabas antes, ¿Te gustaría acompañarme allí?”.

“¿Tienes un pase?”, preguntó Ix.

“Incluso sin pase, hay un sistema que te permite usar las bibliotecas públicas. Siempre y cuando cumplas con ciertas condiciones”.

“¿Condiciones?”.

“Como ser un estudiante de la Academia Real”.

“¿Huh?”.

Una expresión apareció en el rostro de Ix que nunca antes había visto. Era una mirada vacía y estupefacta que le recordó a Yuui a un pájaro de aspecto estupefacto que vivía alrededor de su tierra natal.

“Es decir que”, dijo Ix, abriendo una mano y mirándola significativamente, “¿Eres una estudiante?”.

“Lo soy”, respondió Yuui, asintiendo mientras forzaba su sonrisa a permanecer en su rostro.

“Y ‘al final del verano’ significa…”.

“Me gustaría que lograras algo durante el receso de la Academia, Ix. No podré tomar cursos de magia sin mi varita”.

“¿Receso?”, Ix levantó la vista y permaneció en silencio durante un rato. Luego abrió un poco la boca y se aventuró a decir “¿Estás segura de que un reemplazo temporal no servirá?”.

“¿Qué pasó con ese código de artesano tuyo?”.