Ryuu to Sairei (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: Una Varita En La Mano

Parte 3

 

 

Ellos se dirigieron a lo que parecía ser una sala de almacenamiento. Estaba sorprendentemente organizado, con objetos delgados alineados ordenadamente en los estantes. Tan pronto como entraron, vieron una puerta que conducía al jardín a su izquierda. No había nadie allí ahora. Una luz blanca brillante entraba por una pequeña ventana al final de la sala de almacenamiento. Cerca había otra puerta en el lado izquierdo. Parecía que esta propiedad consistía únicamente en la tienda, el trastero, el medio jardín, y una habitación trasera.

Yuui vio a Ix mientras tocaba la puerta.

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“Morna, soy Ix.”

No hubo respuesta.

Él miró a Yuui. Tras intercambiar asentimientos, I x colocó su mano en la puerta.

Mientras la puerta chirriaba al abrirse, escucharon el ruido de algunos objetos cayendo al piso.

Ix no le prestó atención y entró.


“Perdón por molestar”, dijo Yuui silenciosamente mientras lo seguía por detrás. Sin embargo—

“¿Huh? ¿Huh?”.

No pudo encontrar ningún lugar para poner su pie en el suelo, por lo que terminó tambaleando con una pierna en el aire cuando la habitación quedó a la vista.

Cajas de madera y paquetes de papel estaban apilados a ambos lados de la puerta. Una de esas montañas parecía haberse derrumbado en una avalancha, y estaba esparcida por todo el suelo. Algo parecido a una tela negra también estaba cubierto por el suelo. En una inspección más cercana, se dio cuenta de que era ropa.

Yuui dio un paso atrás hacia la bodega por un momento para tener una vista de toda la habitación trasera. Ella dejó escapar un suspiro, sin palabras.

Había pensado que el desorden en la tienda era malo, pero eso no era nada comparado con la catástrofe aquí.

Las tablas del piso eran completamente invisibles, oscurecidas por una mezcla caótica de artículos cotidianos, ropa, varias herramientas extrañas, madera (por supuesto), cadáveres de bestias mágicas, otras cosas que parecían ser materiales y lo que parecía ser basura sucia.

El único lugar de la habitación en el que podía pensar en llamar ordenado era el área alrededor de la estación de trabajo en la parte de atrás. La silla estaba libre de desorden, y solo unas pocas varitas en progreso y un cuchillo para trabajar en ellas descansaban sobre el escritorio. Herramientas similares estaban esparcidas por el suelo cercano.

Ignorando este desastre de habitación, Ix casualmente pisó los artículos esparcidos por el suelo hasta que estuvo cerca del medio de todo.

Luego se inclinó y metió una mano en una pequeña montaña de harapos cerca del escritorio. Dado que pilas de basura bloqueaban su vista, Yuui no podía ver lo que había allí.

La pila se tragó el brazo de Ix cuando lo tocó. Cuando su brazo estaba oculto hasta el codo, dio un violento temblor.

“Ahí vamos— la pesqué”, él anunció, retirando la mano. La basura y la tela cayeron al suelo para revelar a un ser humano.

“¡Ay!”, gritó Yuui mientras retrocedía. La luz del sol le permitió ver claramente la condición de la persona.

Era una mujer de cabello largo.

Sus mechones despeinados caían hasta su cintura, con volantes en todas direcciones. Llevaba una bata gigante con un agujero para que saliera su cabeza que parecía haber sido recosida en numerosas ocasiones. La tela no estaba remendada, pero era oscura y le parecía demasiado pequeña. En realidad, se veía ridículo, apretando alrededor del pecho y luego cayendo sin fuerzas desde allí. Aun así, obviamente no fue lo suficientemente largo, ya que Yuui podía ver parte de la pierna desnuda de la mujer asomándose cerca del suelo. Sus tobillos eran delgados, como ramitas. Parecían listos para partirse.

Era alta, tal vez casi tan alta como Ix, pero su mala postura la hacía parecer más baja. Sus ojos estaban entreabiertos y carecían de cualquier tipo de vida. Había un rastro de baba en su mentón.

“Uhhh…”, refunfuñó la mujer en voz baja.

O ella acababa de despertarse o todavía estaba medio dormida. Tiró del brazo de Ix y se lo frotó con fuerza por la cara. ¿Estaba tratando de limpiarlo? Debió haber algo de pintura o barniz en su cara porque el puño de su manga se puso negro. Yuui no se perdió el ligero ceño fruncido en su rostro inexpresivo.

Ya veo, pensó ella.

Yuui solo tenía a estos dos para hacerse la idea, pero estaba empezando a entender qué tipo de personas había tomado Munzil como aprendices.

“Despierta”, exigió Ix.

“Aaaaaah… agh”. Aunque la mujer permaneció en su lugar por un rato después de que Ix agitara su brazo, se derrumbó en el suelo en poco tiempo.

La mujer se sentó, tocándose la nuca donde se había golpeado con fuerza.

“Ow…”. Se frotó los ojos y miró a su alrededor. “… ¿Qui?”.

“Buenos días, Morna”, saludó Ix monótonamente.

“I-Ixie”.

¿Ixie?, pensó Yuui, sintiéndose débil.

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La mujer, Morna, se quedó unos segundos con la boca abierta. Pero cuando miró la cara de Ix, comenzó a hacer un sonido fee, fyuu que no era ni respirar ni hablar. Su boca estaba extrañamente torcida.

“I—I—I…”, ella tartamudeó.





“Anoche, te dije que vendría una vez que arreglara todo”, le recordó Ix.

“¿S-sí? Fee, fyuu…”.

“Te olvidaste. Me imaginaba podrías haberlo olvidado”.

“Hee, hee-hee-hee…”, Morna dejó salir un sonido desconcertante mientras sus hombros se sacudían.

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Yuui se dio cuenta de que el extraño sonido que Morna había estado haciendo era su forma de reír. No era que le faltara la energía para usar su voz o que estuviera aturdida por haber sido despertada; simplemente así era ella.

Morna se puso en pie tambaleándose. Su cuello cayó como el de un bebé mientras miraba alrededor de la habitación. Entonces su mirada se posó en la puerta. Sus ojos se encontraron con los de Yuui. De repente, Morna palideció. Ella retrocedió unos pasos, con la boca entreabierta, antes de retroceder contra la pared y dejar escapar un gemido.

Ryuu to Sairei Volumen 1 Capitulo 1 Parte 3 Novela Ligera

 

“I-Ixie, e-e-e-esa chica…”.

Morna tembló, pareciendo aterrada. Esto iba más allá de la timidez ante extraños. El alcance de su miedo de verdad hacía sentirse culpable a Yuui.

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“Oh, no tienes que preocuparte por ella”, le dijo Ix a Yuui cuando vio que intentaba salir de la habitación. “Morna siempre es así con las personas que conoce por primera vez. Ella mejorará si pasan algún tiempo juntas”.

“U-uh-huh…”.

“O-oye, Ixie, no me i-ignores…”, lloriqueó Morna, con lágrimas en los ojos mientras se aferraba a la manga de Ix.

“Esta es una de los clientes del Maestro. Él está muerto, así que ella vino a mí”, explicó Ix simplemente. “Es un trabajo de reparación y mantenimiento de varitas. Quiero que me prestes algunas herramientas y tu ayuda”.

“¿Una c-cliente?”.

“Así es. Ella tiene un contrato con el Maestro”.

Ambos se giraron para mirar a Yuui, quien dio un paso adelante e inclinó la cabeza.

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“Mi nombre es Yuui. Me disculpo por cualquier inconveniente que hayamos causado, señorita Morna”.

“Yuui…”, murmuró Morna.


“Sí”.

“……”.

Morna la miró con los ojos húmedos. Yuui pensó que parecían esmeraldas translúcidas. Se miraron la una a la otra durante unos segundos. Después de un momento de silencio, Morna rompió violentamente el contacto visual.

“U-uh, um… T-t-té…”, jadeó.

“No, gracias, estoy bien”, respondió Yuui.

“¿D-d-dónde estaba…?”.

“Cálmate, yo lo buscaré”, la tranquilizó Ix.

Hábilmente colocó su mano derecha sobre la cabeza de Morna, mientras la giraba de izquierda a derecha. Siguió aferrándose hasta que dejó escapar un “feeyuu” y dejó de moverse.

Se dejó caer en la silla y miró a Ix con ojos de cachorrito.

“G-gracias”, dijo ella.

“Mmm”.

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“Oh, prepararé el té. ¿Si no te importa decirme a dónde debo ir?”, dijo Yuui.

Casi salió corriendo de la habitación. Yuui definitivamente aún no tenía el coraje de estar a solas con Morna.

***

 

 

Con la chica nueva fuera, Morna se las arregló para lograr un semblante de calma. Miró aquí y allá alrededor de la habitación ocupada, sus dedos se retorcieron como las piernas de un cienpiés, pero eso era normal para ella.

Ix miró a Morna, lo que la hizo temblar de miedo. Ella levantó la vista vacilante.

“Oh, l-lo siento”, logró decir.

“¿Por qué?”.

“Uh, b-bueno, nada realmente…”.

“Bueno”.

“Sí”.

“……”.

“Oh…”.

Abrió y cerró la boca, haciendo ruidos que podrían haber sido palabras o algo completamente diferente. Aunque no era buena para hablar con la gente, tampoco podía soportar el silencio. Era una desagradable combinación de peculiaridades en una personalidad.

“Oh, b-b-bien”, dijo con tensión.

“Muéstrame”.

“¿Mostrarte qué?”.

“Uh, el c-contrato. Lo t-tienes, ¿Verdad?”.

Morna era como su maestro en el sentido de que tenía excelentes habilidades para hacer varitas, pero horribles habilidades interpersonales. De hecho, probablemente era peor que su maestro. Al menos Munzil había manejado su propia tienda. Y en cierto modo, ella era exactamente lo contrario, ya que él siempre fue muy agresivo con todos, mientras que ella siempre tenía miedo.

Después de deslizar sus ojos sobre la carta, Morna la dejó cuidadosamente en su escritorio de trabajo.

“Y—Ya veo…”.

“En serio, nos ha dejado un contrato increíblemente inconveniente. Y pensé que acababa de terminar de ordenar todo lo que había dejado atrás”, Ix suspiró.

“B-bueno, igual deberíamos repararla… ¿Correcto?”.

“Sí. Aunque el núcleo está roto”.

Mientras explicaba que no podía averiguar qué material había en el núcleo, Morna parecía perpleja.

“E-entonces, ¿Ni siquiera tú lo descifraste?”.

“No hay mucha investigación que pudiese hacer. No tengo magia de todos modos”.

“Supongo que sí…”, dijo Morna, levantando el contrato. “E-está bien, aceptaré este trabajo”.

“¿Huh?”.

“¿Qué?”.

Se miraron el uno al otro interrogativamente. “Uh, b-bueno, yo…”, gimoteó Morna.

“No, no estoy enojado”, dijo Ix, levantando una mano apaciguadora mientras Morna temblaba, con lágrimas en los ojos. “No es eso. Solo estaba preguntando por qué aceptarías el trabajo. Ahí mismo lo dice, ¿No es cierto? En cierto modo, soy el ‘simplón que lo leyó primero’…”.

“P-p-pero…”, Morna se detuvo allí antes de continuar. “¿D-dice ‘a-artesano’?”.

“Oh…”, Ix lanzó un suspiro tonto, incapaz de evitar que el sonido escapara de sus labios.

Ella estaba en lo correcto. De hecho, el contrato decía “un artesano que fue aprendiz de Munzil”. Por supuesto.

La cosa era que Ix no era un artesano.

Era exactamente como le había dicho a Yuui.

Eso significaba que la reparación de la varita recaería en Morna, por lo que ya no tendría nada que ver con él. De todos modos, sus habilidades eran significativamente mejores que las de él, y alguien sin margen de libertad en su monedero no estaba en condiciones de aceptar un trabajo gratis. Siendo realistas, también era la mejor opción para la cliente.

Sin embargo—

“No, no puedo poner esta carga sobre ti, Morna”. Su boca se movió antes de que tuviera tiempo de sincronizar sus pensamientos.

“¿Eh? P-pero—”.

“Yo haré la reparación. Solo tengo que registrarme en el Gremio, ¿Verdad?”.

“¿Estás seguro?”.

“Sí. A diferencia de ti, no tengo ningún otro trabajo en fila de todos modos. Solo necesito que me ayudes al principio”.

“Mm…”, Morna asintió, aunque con inquietud.

“Entiendo por qué estás preocupada”, respondió Ix con un resoplido, “pero incluso alguien tan inexperto como yo puede manejar el intercambio de un núcleo”.

“Ah, no, tu capacidad no es el problema…”.

“Oh, ¿Financiamiento? Afortunadamente, tengo algo de dinero ahorrado por ahora, así que estoy bien”.

“Mmmm, el dinero no es, bueno, um, eso también es un problema, cierto, pero eso no era lo que quise decir…”, dijo ella, sacudiendo ligeramente la cabeza. “¿P-p-por qué lo estás haciendo?”.

“Ya te lo dije; sería una carga para—”.

“N-no es realmente la gran cosa. Es la varita del Maestro. Q-quiero revisarla también”.

“Ah…”, Ix frunció el ceño. “Bueno, está bien, supongo. Pero puedes dejarme hacerlo. Después de todo, es mi primer trabajo”.

“¿A-ah sí? Primer trabajo… Hee-hee…”.

Él no entendía qué era tan divertido, pero parecía que había convencido a Morna con eso, porque ella no lo cuestionó más.

Entonces… ¿Por qué lo estoy haciendo?, se preguntó a sí mismo.

Ser su primera asignación no era una razón suficiente. No solo estaría mejor si se lo dejaba a Morna, sino que también era algo que debería dejárselo a ella de todos modos. En otras palabras, él estaba siendo egoísta.

¿Realmente estaba aceptando este molesto trabajo que su maestro le dejó, por egoísmo?

No entendía su propia decisión.

Una arruga se asentó entre sus cejas por un tiempo, pero eventualmente, suspiró y decidió olvidar la pregunta. El aliento que dejó escapar agitó el polvo en el aire. Se extendió y desapareció.

***

 

 

Yuui preparó el té en recipientes desperdigados y luego regresó a la habitación.

Morna sorbió el té, su miedo a Yuui se desvaneció ligeramente. Aun así, Morna se negó a mirarla a los ojos y, en cambio, la miró fijamente a los pies mientras hablaba.

“A-así que la, uh, varita…”.

“Gracias por examinarla”, dijo Yuui.

“Fuu, heh-heh-heh…”.

Morna  aceptó  la  varita,  retrocediendo  ante  Yuui  mientras  lo  hacía.

Sosteniéndola con ambas manos, la transfirió suavemente a la mesa de trabajo.

Luego realizó el mismo ritual que había hecho Ix.

En contraste con los movimientos pulidos de Ix, los de Morna eran desconcertantes. Se encorvó aún más y miró fijamente la varita espeluznantemente mientras la inspeccionaba. Mientras balanceaba su cuerpo de un lado a otro, de vez en cuando soltaba una risita.

“Está bien”, murmuró Ix en voz baja, acercando su rostro a su oído. “Se fabricó en el año… Su eficiencia de transmisión es… El método de adopción fue una transferencia de tubería Rednoff tipo dos… Su disposición es increíblemente moral… La tasa de flexión estimada es…”.

Yuui se preguntó vagamente si el cabello que le rozaba la cara no la molestaba.

Durante casi una hora, Morna usó instrumentos complejos para investigar la varita. Ix se paró junto a ella, echándole una mano. Seguramente su inspección terminaría pronto.

Pero sus expresiones no eran prometedoras. Profundos surcos se alineaban en sus frentes y sus rostros estaban llenos de confusión. Acababan de quitar la varita de un instrumento que tenía un gran cristal en el medio.

“Estás de acuerdo, ¿Verdad?”, murmuro Ix. “El ciclo es extraño para un núcleo de Shinee Aletts”.

“Uno de tipo R-R-Rednoff podría explicarlo”, replicó Morna, sacudiendo su cabeza. “Agiliza la juntura…”.

“¿Con afinidad extrema?”.

“S-sí”.

“Bueno, es un pensamiento interesante desde un punto de vista teórico, pero ni siquiera el Maestro podía garantizar tal precisión. Además, no funcionaría como una varita”

“Oh, sí…”, Morna giró la cabeza. Estaba tan absorta en el mundo de las varitas que ni siquiera reaccionó cuando se giró hacia Yuui.

“Tengo que intentar usarla…”, dijo Morna.

“¿Estará bien?”, preguntó Ix.

“S-sí. Probablemente. Funcionará”.

“Está bien”. Ix asintió, caminó hacia Yuui, luego se apoyó contra la pared junto a ella y se cruzó de brazos. Observó a Morna con una intensa expresión.

“Disculpa… ¿Qué está haciendo?”, preguntó Yuui.

“Magia de prueba. Quédate atrás—es peligroso”, respondió Ix.

“¿Peligroso?”.

“Ha pasado un tiempo desde que ella usó ese instrumento, y no es exactamente una gran lanzadora de hechizos. Podría explotar”.

Antes de que Yuui pudiera preguntar en más detalle, Morna anunció “A-a-aquí voy”.

Volvió a montar la varita en el instrumento que estaban usando antes y cerró los ojos. Yuui conocía bien esta parte. Las personas que no estaban acostumbradas a usar la magia a menudo se enfocaban así.

Morna respiró hondo y lanzó el hechizo.

La magia de prueba no creó luz ni sonido, por lo que Yuui solo sintió el flujo de maná. El volumen y la cantidad que produjo Morna fueron bastante decentes. Se podría decir que tenía mucho potencial como usuaria de magia, pero su manejo era tosco. Era obvio que ella no había sido entrenada en eso.

Después de mantener el hechizo durante unos segundos, Morna dejó escapar un suspiro.

“Terminé”, dijo, mirándolos.

“¿Sí?”, Ix se frotó la barbilla ligeramente. “¿Entonces?”.

“Mm, mm …”, Morna miró el instrumento y su boca se curvó con un “fuuee”.

“¿Morna?”, preguntó Ix.

“Foo-fyu-fyuu-fyuu…”.

“¡¿Q-qué sucede, señorita Morna?!”, preguntó Yuui, pero ella no respondió.

En cambio, ella balanceó los hombros mientras la baba goteaba de su boca.

Yuui miró el rostro de Ix. Parecía sorprendido, pero esa expresión se iluminó lentamente hasta que dejó escapar un grito de alegría al final.

“¡No puede ser!”, gritó él.

“Hee, sí lo era…”, dijo Morna.

“¡Ha-ha-ha! No puedo creer que la historia de mierda del Maestro sea cierta. Tiene sentido…”.

“T-tendré que investigar más. Podría ser reutilizada si la remodelo”.

“Espera, espera. Esa es la varita de mi cliente. Primero yo…”.

Los dos se reunieron alrededor de la varita, con sonrisas espeluznantes en sus rostros.

Yuui preguntó tímidamente “Perdón por la interrupción, pero ¿Por qué están ustedes dos tan felices?”.

“Oh, sí, Yuui”, respondió Ix, su rostro demostraba que él acababa de recordar su existencia. “En pocas palabras, sabemos cuál es el material del núcleo”.

“¿No es de Shinee Aletts?”.

“No. En realidad, es algo completamente diferente. Pensé que podría ser una posibilidad, pero no puedo creer que tenía razón”.

“Entonces… ¿Qué es?”.

“Bueno… no te sorprendas cuando lo escuches”.

“Por favor, ve al grano ya”, dijo Yuui con un suspiro exasperado. “Es mi varita después de todo”.

“Es corazón de dragón”.

“¿Qué?”, Yuui parpadeó un par de veces, incapaz de creer lo que oía.

“Es dragón. Corazón de dragón”, dijo Ix, profundamente impresionado. “Pensé que nuestro maestro solo nos estaba mintiendo cuando dijo que había hecho una varita con el corazón de un dragón antes. Pero no tengo más remedio que creerlo cuando la verdadera está justo frente a mí”.

“¿Dragón…?”.

“Síp. Sin duda alguna, ¿Cierto, Morna?”.

Ella asintió empáticamente. “E-e-esa es la única posibilidad. Es, absolutamente, un corazón de dragón. No hay nada más que pueda ser”.

“Huh…”, Yuui estaba confundida. “¿Y eso es de lo que están tan alegres?”.

“Por supuesto”, dijo Ix. “¿Por qué tú no? ¿Qué pasa con esa reacción tan extraña? ¿Quién era tu padre?”.

“No, lo que quiero saber es, ¿Es este material fácil de obtener?”, preguntó Yuui.

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“Por supuesto que no”, replicó Ix inmediatamente. “Morna y yo ni siquiera lo creímos hasta ahora, y escuchamos esta historia directamente de los labios del Maestro. No podemos estar seguros siquiera si hay más aparte del que tenemos aquí”.

“Um… ¿Entonces cómo planean arreglar mi varita?”.

“¿Eh?”, Ix miró a Morna. Ella lo miró de vuelta sin palabras.

“Después de unos momentos de silencio, ambos miraron a Yuui al mismo tiempo.

“¿Me están diciendo que ustedes dos estaban así felices solo porque tuvieron la oportunidad de ver un material raro?”, preguntó ella, incrédula. Si lo que ella sabía estaba en lo correcto, los dragones habían estado extintos por mil años.

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