Toaru Majutsu no Index – New Testament (NL)

Volumen 5

Interludio 2 : Entre Líneas 2

Solía ser que los castigos criminales fueran la principal forma de entretenimiento público en Europa Occidental.

Después de todo, esto fue antes de la época del baloncesto y los videojuegos. Existían libros en ese tiempo, pero la mayoría de la gente no sabía leer ni escribir. Siempre podían apreciar la música y el teatro, pero la mayoría de las masas tenían pocas oportunidades de experimentar estas cosas.

Así que los castigos criminales públicos celebrados en la plaza de la ciudad eran la mayor forma de entretenimiento porque movían las emociones de la gente de una manera u otra y proveían un estímulo fuera del ritmo normal de la vida diaria. (Por supuesto, la razón oficial era para que todos pudieran mostrar su desaprobación por el criminal.)

Y no siempre veían simplemente.

En algunos casos, participaban activamente. Aquí hay un ejemplo.

Un posible castigo era la humillación pública. Era uno de los castigos más amables cuando se comparaba a ser decapitado con un hacha o tener los brazos y piernas rotas y atadas en un nudo usando un gigante objeto parecido a una rueda.

La persona siendo castigada simplemente sería obligada a estar de pie en el centro de la plaza pública con los brazos y piernas atadas y luego dejada allí por una cierta cantidad de tiempo. El nivel de humillación del castigo se incrementaba por la gravedad del crimen cometido. A veces la persona tendría la ropa desgarrada o sería forzada a usar una máscara de cerdo.

A primera vista, la humillación pública no implicaba ningún tipo de violencia directa. Nada se le hacía al criminal más allá de atar las manos y piernas.

Sin embargo, había un entendimiento implícito de que el criminal no tenía forma de detener a las masas de lo que podrían hacer. Estos “buenos vecinos” que estaban hambrientos por algún tipo de estimulación harían todo tipo de cosas al criminal inmóvil. Ellos le tiraban piedras, lo golpeaban con palos, llevaban desechos humanos de sus casas y las tiraban sobre él, y por lo demás disfrutaban el “castigo justificado”.

Y además de eso, las habilidades de investigación criminal de la época eran bastante descuidadas incluso cuando no tomabas a las infames cacerías de brujas en cuenta. Y la gente era muy consciente de ello. Fingían hacer lo que hacían porque no podían ir en contra de los deseos de las autoridades, pero se puede suponer que sentían una alegría oscura por castigar a esas personas que no eran malvados sino vecinos a los que deseaban tratar como malvados.

Esa era la forma de las cosas en esa época.

En esa época, los cargos criminales y las leyendas sobre el criminal a menudo eran añadidos después del hecho.

Había muchas historias dichas de alguien que se tropezó con un hombre rico que fue decapitado como un gran ladrón legendario o una esposa criticando a su marido por engañarla siendo proclamada violenta debido a posesión demoniaca y luego que su cabeza decapitada parpadeaba o que una extraña planta en forma de mujer crecía desde la tierra donde cayó su sangre. De hecho, esas historias incluso llegaron a los registros oficiales del gobierno, por lo que una gran cantidad de información de esa época era de dudosa exactitud.

Y es por eso que las leyendas de esa mujer fueron enterradas en medio de todas las otras leyendas.

Fraulein Kreutune.

Esa mujer sobrevivió a 308 de los juicios por ordalía que se convirtieron en la base del método de “confesión por tortura” que más tarde era utilizado a menudo en la caza de brujas.

No importaba si la dejaban dentro de grandes llamas durante horas o era forzada a sostener piedras calientes abrasadoras en sus manos.

No importaba si era arrojada en una fuente con los brazos y piernas atadas. No importaba si era atada a la parte superior de una torre y le caía un rayo.

No importaba si era dejada en una celda sin comida ni agua durante más de un mes.

No sólo no murió, sino que su expresión ni siquiera cambió mucho, en lo más mínimo. La verdadera identidad de esa mujer y el truco detrás de su supervivencia no podían ser determinados simplemente llamándolos leyendas de la época.

La forma general de esos juicios por ordalía era someter a la bruja sospechosa a varias pruebas. Si era culpable, Dios la abandonaría y ella resultaría dañada. Si era inocente, Dios la salvaría y no sería dañada.

Más tarde, se decidió que los juicios por ordalías estaban probando a dios, lo que estaba prohibido, por lo que cambiaron sus métodos a simplemente obtener confesiones por tortura. Sin embargo, los juicios por ordalías lograron algunos resultados cuando se trataba de Fraulein Kreutune.

Irónicamente, los jueces de la época sólo podían llegar a una conclusión.

Fraulein Kreutune no había sido herida y por lo tanto era inocente y nada más que un simple humano.