Durara! (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Su Juventud, Apogeo Y Ocaso

Parte 3

O, si la espada le hablara libremente como la de los mangas, probablemente se sentiría afortunada.

Pero saika no era más que una maldición que se había enterrado en lo más profundo de su corazón.

Saika tenía un solo deseo.

Amar a los humanos.

Enamorarse de la raza humana en su totalidad.

Eso era todo.

Pero para Saika, ’amar’ significaba ser ‘uno’ con la persona amada.

En otras palabras, con toda la humanidad.

Quería infectar a cada humano del mundo con su maldición y llenar sus cuerpos y almas con sus susurros cariñosos. De esa manera buscaba poblar la tierra con sus numerosas ‘hijas’ que nacían de su unión con la conciencia de los humanos.

Eso era todo lo que deseaba Saika.

Pero esto era controlado hasta cierto punto por la consciencia de Anri.

Anri, que siempre vio todo a su alrededor como si estuviese dentro de un marco, simplemente consideraba esos susurros de ‘amor’ como una imagen muy, muy lejos de ella.

Ella nunca fue amada por su padre y cuando empezó a sentir que su madre la quería, esta se abrió el estómago con Saika.

Lo que sentía por la espada, que amaba a la gente como si nunca fuera a cansarse de ellos, era una fuerte sensación de incomodidad, un poco de amistad y una gran envidia.

“Esta niña…Saika…ella podía amar a cualquiera como si su vida dependiera de ello.

Que afortunada.”

Un gran sentimiento de culpabilidad se apodero de la muchacha cuando se dio cuenta de lo que estaba pensando; sin embargo ese sentimiento de culpa no estaba dirigido a nadie.

Por otro lado Saika no hizo nada para salvar a Anri de su pesadilla.

No podía lastimar a la chica, que era el huésped, por lo tanto la tuvo que excluir de los humanos a los que ‘amaba’.

La usaba pero al mismo tiempo era controlada por ella y Anri admiraba a la Demon Blade.

No era una forma de simbiosis, sino más bien un tipo de parasitismo.

Si Saika había dejado un legado en Anri, éste sería la vasta experiencia grabada en la conciencia de la espada.

En el momento en que la otra mujer le estaba a punto de arrojarle las tijeras cortadoras de pasto a Anri…

Su cuerpo se corrió fuera de su rango de ataque.

Todas las experiencias de batalla que componían la consciencia de Saika tomaron el control del cuerpo de Anri.

Utilizándolas sin darse cuenta, ella movía su cuerpo vulnerable de la forma más eficiente.

— ¿Creo que no te conozco…estás segura de que no estás buscando a otra persona?

Al decir esto, la muchacha estaba preparada para poner a su propia situación en un marco imaginario.

A partir de eso, para ella, lo que veía ante sus ojos no era más que una pintura común.

De hecho, la situación probablemente se habría sentido surreal para cualquiera que fuera atacado por una mujer con una máscara y un par de tijeras.

Anri rezó para que la mujer en verdad estuviera buscando a alguien más, mientras pensaba en la forma más pacifica de solucionarlo. Al mismo tiempo ella sacó su espada de una forma tal en la que no salía desgarrando su ropa, sino de su mano.

Como la aleta de un tiburón que aparece bajo la superficie del mar, la punta de la espada atravesó la piel blanca del brazo y reveló su impresionante forma en el otro extremo de la palma. Saika ahora una katana completa, se encontraba firmemente en la mano de Anri.

— Um…en caso de que seas un ladrón no tengo dinero…así que por favor vete.

Vorona no pudo evitar morderse los labios al verla. Analizó el cuerpo de la niña por un instante.

Fue entonces cuando se dio cuenta que los ojos de la muchacha empezaban a brillar de color rojo.

Era como si los mismos globos oculares fueran el origen de aquella luz roja.

La nueva versión de ‘Village of the Damned’ de John Carpenter fue lanzado con el título de ‘Ojos brillantes’ en Japón. Ella recordó al instante la información que había leído del libro hace varios días. Pero eso no la ayudaba a entender que estaba pasando.

“¿Qué?”

Las dudas inundaban el cerebro de Verona.

“¿Que es esta chica?”

A pesar de eso, su cuerpo se empezó a mover solo.

Ella hizo una maniobra para que su cuerpo estuviera dentro del rango de la katana y preparó su codo para acertarle un golpe en la barbilla.

Sin embargo…

Hoosh

Estaba atrapada en el frio aire que parecía emanar de su propio cuerpo.

“Ah, voy a morir”

Esa idea se le pasó por la mente en un segundo.

Dejó de intentar atacar con su codo y en vez de eso saltó todo lo que pudo hacia atrás.

La espada blanca brilló peligrosamente cerca de la punta de su nariz.

A juzgar por el ángulo y la velocidad probablemente no pretendía ser mortal.

Parecía un ataque con la intención de herirla y no de matarla.

“Entonces, ¿Qué pasa si me corta?”

Ella había visto la increíble forma en que la katana se había desenfundado.

Tomando en cuenta que la hoja tenía un efecto surrealista, era lógico pensar que el solo hecho de ser tocado por la espada era peligroso.

“¿Qué es esta chica?”

“¿Es humana?”

Ella era diferente de todo lo que había leído y experimentado hasta ese entonces.

Vorona sintió todo tipo de emociones que pasaban por su corazón mientras miraba a la chica frente a ella.

“De alguna forma, me siento cálida.”

“He tenido esta sensación antes.”

“Esto es… lo mismo que sentí cuando…”

Era el mismo sentimiento que había tenido la primera vez que mató a una persona, en el segundo antes de matarla. Vorona retrocedió otra vez cuando se dio cuenta de esto.

“En este momento no estoy tranquila”

La mujer intentó evaluar la situación con la cabeza fría y así poder calmarse.

Escuchó la bocina de un camión a todo volumen.

Girando bruscamente, vio el camión estacionado justo delante de los edificios, prendiendo y apagando los faros en el código acordado.

“Emergencia”

Vorona le dijo al objetivo que tenía al frente:

—Eres increíble, muy interesante.

— …

—Volveré, lo espero con ansias.

Vorona corrió hacia la camioneta, mientras miraba a la chica en caso de que la atacara por detrás. Pero parecía que la chica no tenía intenciones de hacerlo Sin embargo, antes de que se pudiera relajar, escuchó un ruido alarmante.

El relincho de un caballo.

Una extraña sensación se apoderó del cuerpo de la mujer cuando escuchó el relincho que provenía desde algún lugar cerca de la camioneta.

Ella no se inmutó, sin embargo, al pasar por el asiento del conductor y señalar a Slon para que arranque.

Se escuchó el sonido de las llantas rozando intensamente contra el asfalto mientras la camioneta, con un impulso proporcional a su peso, se lanzó hacia delante como un toro.

Vorona saltó hacia el techo de la camioneta y se dio vuelta para mirar el monstruo que venía hacia ellos.

Y vio que era algo más que ‘anormal’, era de otro mundo. El tono negro de la moto sin faros llegaba lentamente cada vez más cerca. No venía a gran velocidad. En vez de eso, se acercó como si quisiera asegurarse de algo antes de atacar. Sin duda, era el piloto cuya cabeza Vorona había cortado recientemente. Ella lo pudo confirmar casi al instante.

Había un rasgo más llamativo que la motocicleta negra en la que viajaba. El piloto montado en la moto no tenía nada por encima de su cuello. Antes de que pudiera tener miedo, la mujer dudó. Fue el segundo fenómeno de ‘otro mundo’ que había presenciado en el mismo día. Ella empezó a sospechar de qué había tomado alguna droga sin darse cuenta. También considero la posibilidad de que estuviera soñando, pero esto se sentía demasiado real.

“De todas maneras, la situación es peligrosa”

Tal vez fue un sueño, tal vez no deba hacer algo al respecto.La situación no la dejaba tener pensamientos reconfortantes. Vorona estaba en una esquina de la parte trasera de la camioneta y abrió la puerta con sus habilidosas manos. Fue en ese entonces cuando notó algo raro. No se había dado cuenta que por un hueco de la puerta algo parecido a un hilo se había metido dentro de la camioneta. Los hilos estaban atados a la parte trasera de la moto que había estado montando. Justo al mirar a través de la puerta, vio que la moto se aproximaba hacia donde ellos estaban… La motocicleta relinchó con más fuerza que antes y aceleró más.

“¡Ese relincho es de la motocicleta…!”

Fue después de esto que Vorona se dio cuenta lo que la motocicleta negra tenía de extraordinario. Lo que no había notado antes por haber estado distraída por el motor de su propio vehículo. No había sonido de motor en esa motocicleta, solo el relincho de un caballo.

“Peligro”

El apartamento de Sonohara Anri estaba quizás en la calle con menos tráfico en toda Ikebukuro; raramente se veían automóviles o personas. Pero eso estaba a punto de terminar en el semáforo que estaba frente a ellos. Más allá de éste, estaban a punto de entrar en el tráfico del centro de Tokio con millones y millones de vehículos.

Aunque trataran de asustar los otros vehículos haciéndose camino con la fuerza y el tamaño de la camioneta, la motocicleta probablemente los alcanzaría en unos cien metros.

“¡Peligro! ¡Peligro! ¡Peligro! ¡Peligro! ¡Peligro!”

El juicio de Vorona fue rápido, y su reacción casi instantánea. Al rodar hacia la parte trasera de la camioneta, quitó la funda de ‘algo’ que estaba cerca de la entrada. La Motocicleta Negra aceleró más y acortó la distancia con la parte trasera de la camioneta. Pero en cuanto vio lo que había sido revelado bajo la funda, desaceleró rápidamente.

Era un objeto negro con una forma agresiva y brillo metálico. Un rifle de francotirador ruso calibre 50. Ese era el tipo de rifle usado contra tanques y helicópteros. Su rango variaba dependiendo del proyectil usado, pero se decía que era del tipo que podía romper fácilmente la armadura de un tanque a uno o dos kilómetros de distancia. Era un arma asesina de último recurso, Vorona lo tenía en caso de que los persiguiera una patrulla o un helicóptero. Nunca se había imaginado usarlo en las presentes circunstancias.

La mujer se apoyó sobre su rodilla derecha, levantó el rifle y se lo colocó sobre el hombro derecho. El fusil pesaba más de 10 kilogramos, pero Vorona era lo suficientemente experta como para ser capaz de posicionarse y ajustar la mira. De hecho, disparar con esta arma a otros combatientes estaba estrictamente prohibido por tratados internacionales. Vorona se había enterado de esto por un libro que había leído antes. Lingerin también le había dicho: ’No le dispares a la gente con esto’. Si lo haces, explotarían como globos de agua roja, y no serias capaz de limpiar el desorden’.

Pero para Vorona, el piloto sin nada sobre su cuello no entraba en la categoría de ‘gente’.

A pesar de esto, evitó disparar al cuerpo del piloto. Saber si lo hizo por vacilación, o porque era más fácil apuntar a la motocicleta, era algo imposible de decir.

Ya no importaba. Tratándolo como si fuera un carro blindado, Vorona apuntó a la motocicleta negra en la que estaba el Motociclista Negra y apretó el gatillo sin titubear.

BOOM

Las calles de Ikebukuro se sacudieron    como si una bala de cañón hubiera explotado. Los peatones tuvieron que cubrirse los oídos por el ruido estruendoso y sin tener la mínima idea de donde provenía.

Después de unos segundos, se empezaron a iluminar los apartamentos que estaban cerca donde los residentes abrieron sus ventanas para intentar ver que estaba pasando.

Vorona, por otro lado, no podía ver lo que ocurría detrás de la camioneta mientras seguía adentro de ella. La densa niebla dejada por el rifle le tapaba la vista. Le tomo unos segundos para que el viento dispersara la ‘nube’ y le permitiera ver de nuevo. Para ese entonces, la motocicleta negra no estaba por ningún lado. Ni siquiera sus restos.

El rifle fue especialmente construido para que el retroceso no fuera tan poderoso como se esperaría por su tamaño y capacidad. No había razón para un segundo disparo, la mujer bajo el arma y miro a su alrededor cuidadosamente.

Tan pronto como lo hizo, notó que la cuerda negra seguía atada a la parte trasera de la motocicleta que ella había estacionado atrás de la camioneta. Sin dudar tomó la tijera e intentó cortarlo.

Pero la cuerda negra era más resistente de lo que pensó. La chica intentó e intentó pero no lo logró.

—Slon, ¿qué pasó con la Motocicleta Negra?

—Ni idea, el tipo desapareció, es todo lo que puedo decir. Al menos no la veo por el espejo retrovisor. Hablando de eso, ¿usaste ‘eso’, Vorona?

— Si, era una emergencia

La camioneta se detuvo luego de unos minutos.

Parecía que habían llegado al cruce que conducía directamente a una calle principal.

Vorona cerró la puerta trasera inmediatamente. La camioneta entró a la autopista cuando el semáforo se puso en verde.

Ella pensó por unos segundos y tiró de la cuerda negra sin ninguna expresión en la cara. Después de que se hizo evidente que la parte trasera de la moto estaba completamente enredada en una red con la cuerda negra, ella habló con Slon por el transmisor.

— Debe haber una fábrica abandonada por ahí cerca. Llévanos allí por favor.

— ¿Qué quieres hacer?

— La moto nos puede comprometer, la voy a tirar por ahí.

Ella lo considero por unos segundos, y murmuró con una cara inexpresiva, como la de su padre.

— O usarla como una trampa para nuestra emboscada.

***

FRENTE AL APARTAMENTO DE ANRI

—¡Celty-san…!

Antes de darse cuenta, Anri había salido del apartamento al escuchar la fuerte explosión.

La pelea la había dejado confundida, pero lo que más la sorprendió fue ver a la criatura extraordinaria que ella conocía, dirigirse directamente a la camioneta en la que se había metido su atacante. Por no hablar del estruendoso sonido que recordaba a un cañón que le había seguido unos segundos después. Si algo le pasaba a Celty… el solo pensarlo era suficiente como para que Anri olvidara su propia situación y corriera rápidamente hacia la calle.

[Es peligroso]

Frente a ella, apareció una pantalla de PDA con estas palabras.

Inmediatamente, una mano que salió de la nada, la arrastró de vuelta a su propia casa.

Anri se dio vuelta rápidamente y se encontró con el Motociclista decapitado.

— ¡Celty-san!..¿Eh?

Celty tendría que estar persiguiendo al camión, entonces ¿Por qué estaba aquí?

El hada se encogió de hombros y comenzó a escribir.

[Bueno…yo tampoco lo sé…ella se movió para dispararme…así que hice una pared muy gruesa con mis sombras, pero de todas maneras me propulsó hasta acá…um…no sé, si ‘propulsó’ es la forma correcta de decirlo…hm…de todas manera fue peligroso. Shooter…pudo haber volado en pedazos.]

Celty usaba muchos ‘…’ en su escritura. Tal vez no sabía bien lo que quería decir.

Anri se concentró en su alrededor. Vio la motocicleta negra que se había parqueado atrás de Celty. También había un trozo deforme de metal en la mano del ser. Probablemente era lo que quedaba del proyectil que le habían disparado.

[Quería seguir persiguiéndolos, pero como no tenían miedo de disparar su rifle en el centro de la ciudad, sentí que estaría metiendo a los residentes en un problema innecesario] —

— Rifle…¿cómo..?

[¿Por qué te atacaron, Anri-chan?]

— Um…no sé.

Anri se puso un poco inquieta.

— No sé si ellos van a volver o no

[No hay problema, quédate esta noche con nosotros. Nuestro apartamento es muy seguro]

— Pero…

Viendo que la adolescente seguía vacilando, Celty sacudió las manos frente a su cara o en donde debería tener la cara.

La falta de cabeza hizo que el gesto, que era para calmar, se viera muy extraño.

[Esta bien, ya has estado antes, cierto? ¡Tenemos un apartamento grande de todas formas! Y sería una buena idea que pensemos que hacer con esas personas cuando estemos juntos]

Como el hada dijo esto, Anri no vio razón alguna para negarse. Con un ‘Gracias’ difícil de escuchar, ella había aceptado la oferta de la mujer sin cabeza.

Celty, por otro lado, golpeó su hombro como si acabara de recordar algo y le pregunto:

[Hablando de eso, ¿tienes una máscara o un casco en casa?]

— ¿Eh?

[Se me salió el casco y terminó al otro lado de la calle…fui a recogerlo pero ya había sido arrollado por un camión de basura y mi casco de repuesto está en casa]

Celty la miró seriamente, Anri lo consideró por un momento.

— Um…¿por qué no haces un casco con tus sombras como lo hiciste antes para mí?

Hubo un momento de silencio entre las dos.

Duro unos 10 segundos hasta que Celty se dio vuelta un poco avergonzada, se hizo un casco y le mostro a la niña su PDA.

[No había pensado en eso]

***

Con eso, el primer día de la Semana Dorada llego a su fin.

Diferentes criaturas estaban experimentando sus respectivas vidas descomunales sin darse cuenta de que lo mismo sucedía con los demás.

Esa noche fue lentamente remplazada por una mañana nueva.

El sol alumbró la tierra como lo hacía para la gente cotidianamente.

Y simplemente observaba desde lejos los extraños cambios que sucedían en Ikebukuro.

***

LA MAÑANA DEL 4 DE MAYO, APARTAMENTO DE MIKADO

“Resulta que no pude dormir mucho después de todo.”

Mikado se recostó en la silla frente a la computadora y cubrió su rostro exhausto con sus manos.

Había estado recolectando cada cachito de información que pudo encontrar después de haber escuchado sobre el ‘Incidente de los Dollars en Saitama’ en el chat.

Nadie lo estaba obligando, ni era su responsabilidad pero de alguna manera él sentía que tenía que hacerlo,

Para el joven, que era uno fundadores de Dollars, el grupo era parte de sí mismo.

No es como si lo necesitara para vivir ni nada por el estilo.

Pero tal como los teléfonos y el internet, era algo difícil de sacar de la vida una vez que ya lo había incorporado. Eso eran los Dollars para Mikado.

Aunque los nuevos miembros no seguían uniéndose al ritmo de antes, el número seguía aumentando. De hecho, el chico había perdido la cuenta de cuántos eran.

Era por eso que él siempre temía que los miembros se volvieran indisciplinados.

En una ocasión había cerrado la página de los Dollars.

Cuando la crearon, le habían puesto una regla en broma que decía: ‘los nuevos miembros de los Dollars deben confesar lo peor que han hecho’.

La pagina no duro mucho, la eliminaron por dos razones.

Primero, algunos miembros hicieron que la sección de comentarios de ‘confesión’ se volviera un chat, y algunos incluso lo llenaron con enlaces de descargas de contenido prohibido, o códigos de modificaciones de juegos. El foro había perdido su propósito original.

Segundo, la ‘confesión’ la cual había empezado como un pasatiempo divertido, se convirtió en algo peligroso.

Las primeras confesiones eran algo como ‘tomé la comida con las manos’ o ‘dibujé cejas en la cara de mi perro’ pero poco después comenzaron a llamar la atención las confesiones de robo y violencia que se hicieron más frecuentes.

Algunos incluso se burlaban de otros por no tener el valor de hacer cosas ‘más maduras’ y alardeaban de las horribles cosas que hacían. Después de ver cierto mensaje que decía ’robé por primera vez en mi vida, así puedo entrar a los Dollars’, Mikado decidió eliminar la página por completo.

Los Dollars era una organización fundada para divertirse.

No para destruir el orden social, bajar la moral o alardear sobre actos ilegales.

Era por eso que Mikado tenía que hacer algo para detener a los Dollars si se ponían difíciles.

Él no tenía idea si tendría éxito, pero si no trataba de investigar, estaría evadiendo su responsabilidad como fundador.

O era al menos lo que había pensado.

Hasta que unas horas atrás, recibió una llamada de Orihara Izaya.