Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 53: Oyente

Un antiguo velero de tres mástiles navegaba a través de una tumultuosa tormenta en el mar.

No era particularmente rápido. Con el clima y el mar como una escena catastrófica, el velero parecía actuar por separado. Independientemente de cómo se desatara la lluvia o de lo aterradoras que fueran las olas, continuó navegando pacíficamente sin ningún signo de duda.

Alger Wilson se paró en la cubierta vacía mientras miraba las enormes olas que parecían montañas. Sus pensamientos eran un misterio.

Va a ser lunes otra vez…  murmuró en silencio para sí mismo.

Era el día de la Madre Tierra, el comienzo de una serie de crecientes y menguantes.

Sin embargo, significó algo diferente para Alger. Ese día Pertenecía a una existencia misteriosa envuelta para siempre en una niebla de color blanco grisáceo.

Al menos no he sido reducido a un loco…  Dejó de mirar a su alrededor mientras soltaba una risita autocrítica.

En ese momento, uno de los pocos marineros que tenía se inclinó y preguntó con reverencia: “Su Gracia, ¿hacia dónde nos dirigimos esta vez?”

Alger inspeccionó su entorno y dijo con voz tranquila: “Persigue al oyente de la Orden Aurora”.

***

La tormenta amainó mientras la niebla emanaba. En un extraño velero con cañones a bordo, un niño de ocho o nueve años con cabello rubio miraba a los piratas a su alrededor con miedo. Eran desordenados: algunos disfrutaban de barriles de cerveza, algunos se balanceaban con cuerdas, otros se burlaban unos de otros e incluso peleaban con los puños.

Se volvió para mirar a un hombre vestido de negro que estaba de pie en las sombras. Suprimió su voz y preguntó: “Padre, ¿a dónde vamos?”

Hace cinco días fue la primera vez que vio a su padre, un padre que proclamaba ser un aventurero.

Si no fuera por la pintura al óleo que le dejó su difunta madre que confirmaba la identidad de su padre y el hecho de que el orfanato le había abierto las puertas, no estaba dispuesto a dejar su ciudad natal y seguir a su único pariente, que también era casi un extraño.

El hombre en las sombras bajó la cabeza y miró a su hijo. Con una expresión amable, respondió: “Jack, te llevaré a un lugar sagrado, la residencia santa donde una vez vivió el Creador”.

“¿Es ese el Reino de Dios? Nosotros, los mortales, solo podemos entrar si nos ganamos Su gracia…” Jack había sido bien educado por su madre y sabía mucho de esto. Estaba a la vez sorprendido y temeroso por el asunto.

De pie en las sombras, el hombre tenía una mandíbula inolvidable, lucía como si fuera una escultura cincelada por el mejor artesano.

Se llevó la mano a la oreja e hizo una pose de escucha. Respondió en un tono que sonaba como si hablara dormido: “Jack, los mortales son un concepto equivocado. El Creador creó este mundo y Él está en todas partes. Él existe en cada ser vivo. Por lo tanto, todos los seres tenemos divinidad. Una vez que la divinidad alcanza un nivel particular, podemos convertirnos en ángeles. Los siete dioses falsos de la actualidad son solo ángeles poderosos.”

“Mira, ahora puedo escuchar las enseñanzas del Creador. ¡Ah, qué extraordinaria es esta revelación! La vida es sólo un recorrido del espíritu. Cuando el espíritu es lo suficientemente poderoso y resistente, podemos encontrar nuestra divinidad y fusionarnos aún más con Dios…”

Jack no pudo entender la complicada descripción. Sacudió la cabeza e hizo otra pregunta que antes no había tenido la oportunidad de hacer.

“Padre, escuché de Madre que después de que el Creador hizo este mundo, Él se dividió en todos los seres y no existe en la actualidad. Entonces, ¿por qué existe Su santa morada?”

Como un niño de siete a ocho años, hacía preguntas lógicas.

El hombre del rostro cincelado se quedó desconcertado. Volvió la cabeza con la mirada perdida mientras parecía estar escuchando algo.

De repente, se tiró al piso y su piel comenzó a desprenderse como zarcillos, mostrando carne negra bajo su rostro.

Apretó la cabeza con ambas manos mientras su expresión se deformaba y gritaba con extremo dolor: “¡Están mintiendo! ¡Están mintiendo! ¡Están mintiendo!”.

***

Después del almuerzo, luego de que el Viejo Neil le prometiera que lo llevaría al mercado subterráneo la próxima vez que fuera, Klein regresó lentamente a la Compañía de seguridad Blackthorn. Estaba considerando las dos opciones de leer los documentos en la oficina del personal y practicar sus habilidades o aprovechar para salir y actuar como Vidente en el Club de Adivinación antes de que el Capitán Dunn lo detuviera.

Sin embargo, antes de que pudiera tomar una decisión, vio entrar a Dunn Smith. Iba vestido con la habitual cazadora negra y el sombrero de copa a la mitad.

“Capitán, ¿alguna actualización?” Klein pensó en el paradero del cuaderno de la familia Antigonus mientras preguntaba con preocupación.

Sin mostrar ningún signo de fatiga en sus ojos grises, Dunn dijo: “Los hechos han corroborado que el cuaderno de la familia Antigonus está en manos de Ray Bieber. Sin embargo, ha desaparecido por completo. Ya he informado a los diversos equipos de Halcones Nocturnos sobre este asunto a través de un telegrama. Se les pidió que prestaran atención a los diversos muelles y estaciones de locomotoras de vapor. El primer lote de retratos impresos se envió por correo ayer por la tarde y se imprimirá en varios periódicos importantes”.

Qué bueno sería que hubiera teléfonos, máquinas de fax, cámaras de vigilancia y datos masivos… Qué pena. Sé cómo usarlos todos e incluso entiendo un poco la lógica detrás de esto…  Klein exhaló en silencio.

“Pero independientemente, podemos considerar que hemos encontrado el cuaderno. Y todo esto es gracias a ti. Por supuesto, todavía necesita otra ronda de confirmaciones. Ya he enviado un telegrama a la diócesis de Backlund, solicitándoles que acompañen al Artefacto Sellado 2-049 hasta aquí. Alguna vez fue un objeto peligroso de la familia Antigonus. Nos puede ayudar a saber si Ray Bieber es descendiente de la familia Antigonus”.

Un artefacto sellado de grado 2… Peligroso… Pueden usarse con cuidado y moderación. Klein originalmente había querido preguntar sobre el Artefacto Sellado, sus habilidades especiales y el peligro que representaba por curiosidad, pero al instante recordó que carecía de la autorización necesaria. No tuvo más remedio que rendirse.

“Que la Diosa nos bendiga”. Klein golpeó cuatro puntos en su pecho, formando el signo de la luna llena.

Dunn abrió la puerta de su oficina y dijo asintiendo levemente: “La Diosa siempre nos ha estado protegiendo. Klein, si no hubieras elegido el camino del Vidente, serías un miembro formal después de que se verifique este asunto. Podrías haber elegido Insomne, una lástima… Para ser sincero, todavía estoy desconcertado por tu elección. Aunque Coleccionista de Cadáveres es bastante desagradable, también has visto a Daly. Debes saber que los médiums espirituales varían en fuerza. En cuanto a los Fisgones Misteriosos, también son una buena opción. Como mínimo, tienes al viejo Neil como modelo a seguir, por lo que se asegurará de minimizar el riesgo de perder el control”.

Con respecto a esta pregunta, Klein había preparado una respuesta desde el principio. Simplemente nunca tuvo la oportunidad de usarlo ya que Dunn no preguntó. Solo pudo responder de pasada.

Organizó sus palabras y dijo: “Mis consideraciones se derivan del hecho de que los Videntes y los Fisgones Misteriosos se consideran Beyonders con un papel de apoyo. No necesitan enfrentarse siempre a los enemigos porque eso es demasiado peligroso. Y tanto usted como el viejo Neil dijeron que en el dominio del misterio y Beyonders, la curiosidad y la experimentación generalmente producen resultados aterradores. La descripción de los Fisgones Misteriosos como entrometidos del misticismo me preocupó, así que… Heh, como sabe, yo era solo un graduado ordinario no hace mucho tiempo. La falta de agallas es la única razón por la que tomé esa decisión.”

“Vaya, esa es una respuesta muy razonable, va más allá de mis expectativas”. Dunn se masajeó las sienes y se rió entre dientes.

Se giró a medias mientras sus ojos grises examinaban a Klein.

“Sigue saliendo por ahora. No te limites a los caminos que van desde la casa de Welch hasta la calle del Cruce de Hierro. Tal vez puedas sentir el cuaderno y ayudarnos a confirmar la ubicación de Ray Bieber”.

“Bien.” Klein se dio cuenta de que ya no necesitaba estar en un dilema.

Se despidió de Dunn y se dio la vuelta mientras comenzaba a contar.

Tres dos…

“Espera”, gritó Dunn.

Klein volvió la cabeza y sonrió.

“Capitán, ¿hay algo más?”

Dunn tosió un poco y dijo: “Bueno, los Beyonders de apoyo tienen que luchar contra enemigos de vez en cuando. Aunque los Videntes suenan como si pudieran evitar tales batallas, no deben ser ignorados. Tienes que mantener tus habilidades de tiro y trabajar en tu físico”.

“Continuaré trabajando duro”. Klein señaló afuera. “Me iré”.

“Bien… Eh, espera un momento. Dunn lo llamó a gritos una vez más. Mientras reflexionaba, dijo: “Tal vez deba considerar contratar un entrenador de combate para ti. Por supuesto, este asunto se basa en la premisa de que te conviertes en un miembro formal”.

Klein respondió brevemente antes de preguntar con cuidado: “Capitán, ¿hay algo más?”

“No.” Al ver los ojos incrédulos de Klein, Dunn negó con la cabeza y sonrió. Volvió a enfatizar: “De verdad, nada”.

Sólo entonces Klein pasó por delante del tabique divisorio. Se despidió de Rozanne y la señora Orianna y se dirigió al Club de Tiro para practicar.

Con todo esto hecho, fue al Club de Adivinación y vio a la bella Angélica parada allí leyendo los periódicos tranquilamente.

“Hogar”…  Klein leyó en voz baja. Con el bastón en la mano, se acercó y saludó con una sonrisa.

“Buenas tardes, señora Angélica.”

“Buenas tardes, Sr. Moretti.” Sin prisas, Angélica dejó la revista. Se puso de pie y dijo: “No mucho después de que se fue ayer, vino el Sr. Glacis. Acaba de recuperarse de una enfermedad grave”.

Klein dejó escapar un suspiro de alivio mientras sonreía.

“Eso seguro es algo que vale la pena celebrar”.

Al escuchar esto, Angélica, que lo observaba atentamente, bajó la voz y preguntó con curiosidad:

“El Señor Glacis dijo que usted es un médico muy, muy, mágico. ¿Es verdad?”

¿Qué? Klein miró a la dama frente a él, sospechando si estaba escuchando cosas.

¿Qué le hizo pensar que soy médico?