Koujo Denka (NL)

Volumen 5

Capitulo 2: Remarqué

Parte 1

 

 

“Tina y Ellie están tardando” Remarqué.

“De acuerdo a la carta de Allen-sama, están viajando con el profesor, así que estoy segura que estarán bien. aunque, ¿crees que se hayan podido tener algún problema?”

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La luz del sol de la tarde del verano atravesó las ventanas de vidrio, iluminan el interior de la Estación Central en la capital del norte. La estación era bulliciosa con personas yendo y viniendo, quizás porque era el Día del Fuego, el inicio de una nueva semana.

Estaba esperando el tren llevando a mi hermanita, Tina Howard, y su maid personal y amiga de la infancia, Ellie Walker. Pero su hora de llegada agendada ya se había pasado.

“Stella-Ojou, ¿puedo suponer que el tren solo está llegando tarde?”

Me di la vuelta para ver al hombre alto, rubio y de apariencia joven en atuendo de mayordomo ajustando su monóculo.

“Probablemente tengas razón.” Dije. “Gracias, Roland”

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“No piensa en ello.”

De inmediato y desapasionado respondió. Él era Roland Walker. Los Walkers habían servido a la Cada Ducal Howard por generaciones, él era— supuestamente— el joven más consumado vástago de los cadetes de su familia.

Mi padre y nuestro mayordomo líder, Graham Walker, debieron haber pensado muy bien de Roland, ya que lo habían asignado a ser mi mayordomo durante las vacaciones de verano. Siendo franca… lo encontraba como un jovencito raro con el que tratar. Digo, nunca decía una palabra más de lo necesario. Lo recordaba siendo un poco más conversador la última vez que nos encontramos, cuando aún había estado en entrenamiento.

Aunque, es mi mayordomo personal. Si me dieran a elegir, escogería a alguien como… Allen-sama, por ejemplo. En efecto, ¿Q-qué si Allen-sama fuera mi mayordomo?

“Stella-Ojou” Él dijo.

“¿Le apetecería una caminata por la estación? Permítame sostener su mano en caso de tropiezo.”

“C-Claro.” Respondí, sonrojada, pero felizmente tomando su cálida y amable mano.

Sonreí mientras me imaginaba la escena.

En ese punto, regresé a la realidad. Agité mi cabeza para aclararla, presionando mis manos en mis sonrojadas mejillas.

¿Q-Qué me pasa? N-No debo pensar en tales cosas. No debo. Hacer a Allen-sama un mayordomo simplemente sería… sería… P-Pero ¿Tina y Ellie no dijeron que se visitó como uno en la mansión Leinster una vez? S-Significa que si encuentro el pretexto correcto, puedo ser capaz de convencerlo de vestirse y que lo vea en un apuesto atuendo.

P-Por otra parte, cuando le escribí acerca de Roland— solo para evitar cualquier malentendido— él envió una horrible respuesta. Dijo. “¿Hacen una bonita pareja?” Oh, si solo actuara un poco más celoso.

En medio de mi angustia, me di cuenta que Roland me estaba dando una mirada de asombro.

“¿Stella-Ojou, ocurre algo?” Él dijo.

“Oh…Ehm…Bueno… N-No es nada. N-No me prestes atención.” Respondí, apresurándome a reponerme y poner una sonrisa.

El mayordomo no dijo palabra, pero se paró recto

¡O-Oh no! ¡Me olvidé por completo de Roland y me perdí en mi mundo! No dije en alto alguna de mis fantasías, ¿verdad?

Coloqué mis manos en mis mejillas y cerré mis ojos. Necesito ser más cuidadosa.

Justo entonces, el tablero arriba se alumbró para anunciar que un tren había llegado. Pasajeros salían para entrar a la estación. Vi muchas razas representadas, pero muy pocos hombres bestias— un indicativo de su desproporcionado estatus social bajo. Mi casa debe emplear más de ellos para poner el ejemplo.

Esperamos por la entrada un rato más, y entonces… “¡Ojou-sama!”

“¡Stella-sama! ¿Huh? ¿R-Roland-Niisama?”

Mi hermana Tina y Ellie se nos acercaron, gritando y ondeando sus brazos. Estaban usando sombreros y vestidos de verano. Con ellas estaban con el profesor, cuyo conjunto de un sombrero de paja, camisa de manga corta, y pantalones largos anunciaba su intención de relajarse. Su gato negro familiar, Anko, se subió en su hombro.

Saludé en respuesta. “Estamos de vuelta.”

Mi hermana anunció cuando nos alcanzó, sonriendo de oreja a oreja.

“¡E-Es bueno estar en casa!” Nuestra amiga de la infancia añadió con una mirada de deleite.

“Bienvenida de vuelta.” Respondí.


“Veo que disfrutaron la Capital del Este” “¡La amamos!”

El mero sonido de sus animadas respuestas era suficiente para calentar mi corazón. Me giré al profesor, me incliné, y dije.

“Muchas gracias por escoltarlas hasta aquí.”

“No hay de qué. Solo me subí a un tren” Respondió. “¿Es Roland-bo al que veo detrás de ti?”

“¿Roland-bo?” Tina, Ellie, y yo no pudimos evitar repetir.

Roland Walker era conocido por ser frío y serio, el más perfeccionista en su familia, un hombre con agua helada en sus venas, y así seguía. El profesor probablemente era la única persona en el reino que podría salirse con la suya llamándolo “Roland-bo”.

El mayordomo ajustó su monóculo y me miró antes de responder.

“Mi padre está bien.” Luego de una pausa, añadió.

“Profesor, perdone mi comentario, pero ¿por favor dejaría de llamarme por ese nombre?”

“Pero siempre has sido Roland-bo. Nunca has tenido problema con ello— ¿Uhm? Ya veo cómo están las cosas.”

El profesor abruptamente cambio la ruta, dándole una maliciosa sonrisa a Roland y guiñándome el ojo por alguna razón.

“En ese caso, estaría encantado de corregirme— Al menos en presencia de Stella-Ojou”

El joven asumió una amarga expresión, pero sin ganas murmuró.

“M-Muchas gracias.”

Entonces bajó su cabeza y gruñó algo que sonaba como.

“¿Cómo pude haber sido tan despreocupado?” No puedo entender nada de esto.

Tina y Ellie se veían igual de confusas como yo al principio, pero entonces de pronto intercambiaron miradas y empezaron a juntar sus manos.

“¡Oh, Ellie!” Mi hermana exclamó.

“¡S-Sí! ¡Debe ser eso!” Nuestra amiga respondió.

El par saltó en el lugar y entonces asintieron entre sí.

¿Soy la única que no lo entiende?

Mientras me hacía la pregunta, Roland se inclinó a la más jóvenes.

“Tina-Ojou, Ellie-Ojou, bienvenidas a casa.” Él dijo.

“Su Excelencia, el Duque Howard me ha asignado como el mayordomo de Stella-Ojou durante su estadía en la capital norte. Espero su entendimiento.”

“¡¿Estás asignado a mi hermana?!” Tina exclamó, apretando sus puños.

“Ya veo. ¡Buena suerte! ¡Te estoy apoyando!”

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Roland se vio agitado por un momento, pero respondió.

“Soy solo un humilde sirviente.”

“¡Yo también…E-Estoy de tu lado!” Ellie intervino, sonriendo y chocando sus manos.

“Y, uhm…Ehm… No necesitas llamarme “Ojou”.”

“No comprendo, Ellie-Ojou. Eres la heredera de la casa principal”

Ellie gruñó. Roland ya estaba devuelta a su usual yo, cabeza fría. ¿Solo había imaginado su agitación hace un momento?

“Allen-sama me escribió acerca de la mayor parte de su tiempo en el este, pero ¿tienen algo más que decirme?”

Pregunté, cambiando la conversación al tema del viaje de Tina y Ellie.

“Nada.”

Mi hermana respondió luego de un momento de duda.

“Nada de nada. Ahora, Stella, vamos a casa. Andando.”

“U-Uhm… Veras, Stella-Ojou, en la estación en el Capital del Este, Tina-Ojou—”

“¿Ellie?” Tina intervino. Aún se veía calmada, pero su interrupción levantó mis sospechas.

Miré con dureza al rostro de mi hermana mientras una agitada Ellie sollozaba. Tina de pronto evitó mi mirada, y el mechón de sus flequillos estaba meneándose felizmente. Estaba escondiendo algo—

¡Y probablemente involucraba a Allen-sama! “Me dirás lo qué pasó, ¿verdad, Ellie?”

“¡Sí!” Ellie respondió.

“P-Pero yo, uhm, soy la maid personal de Tina-Ojou, así que…”

“¿Segura, Ellie?”

Dije calmadamente, mirando a mi amiga de la infancia a los ojos. Sus tímidos ojos se pudieron firmes, y levemente infló sus mejillas.

“¡Tina-Ojou ató su listón azul en el báculo de Allen- sensei en la estación de la Capital del Este!”

“¡¿Ellie?!” Tina gritó.

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“¡N-N creo que debía haber tratado de…A- Adelantársenos así! ¡Y-Y eso fue peligroso!”

“¡Yo…N-No estaba tratando de adelantarme a nadie!” Mi hermana protestó.

“Y-Y en cuanto a peligroso… Bueno, lo fue, pero…”

Mientras peleaban, me imaginé a Tina atando su listón alrededor del báculo de Allen-sama. No era justo. Desearía poder haber hecho lo mismo. Pero era su hermana mayor, y pensé que sabía qué habría hecho Allen-sama.

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“¡Sin pelear, las dos!”

Dije, levemente presionando un dedo índice en la frente de cada una.

“Tina, pasarte de lista con nosotras así no fue jugar justo. Ellie, demandemos atención extra para compensarlo una vez estemos de vuelta a la capital real. ¿De acuerdo?”

“¡S-Sí!” Ellie respondió.

“P-Pero…” Mi hermana gruñó, viéndose abatida. Acaricié su suave cabello.

“No te deprimas. ¿Qué más pasó?”

“Bueno— Oh, es cierto. Tengo algo que darte.”

Tina se veía algo molesta mientras me entregaba una carta. Era del mismo tipo usado para el Mail Griffin, excepto por el hechizo de fórmula inscrito en su lado reverso. Sentía que el corazón se me salía mientras lo tomaba.

“¿Qué es esto?” Pregunté, aunque conocía la respuesta.

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“Sé que no necesito decírtelo, Onee-sama” Tina dijo. “Es del Sensei”

“Y-Ya veo. G-Gracias.”

No pude detener que mi habla se agitara. Mi corazón se aceleró mientras empezaba a abrir la carta… y entonces me detuve.

“¿T-Tina? ¿E-Ellie? ¿N-Necesitan algo?” “Por favor, no nos…”


“¡P-Prestes atención!” El par respondió, fisgoneando detrás de mí como si fuera lo más natural del mundo.

“Tina-Ojou, Ellie-Ojou.” Mi mayordomo personal intervino.

“Por favor, absténgase de hacer algo que moleste a Stella-Ojou en—”

“No te preocupes, Roland. Estoy bien.”

Dije, silenciando al quisquilloso joven. Entonces, me dirigí a Tina y Ellie.

“Muy bien, leámosla juntas.”

“¡Onee-sama te amo!” Mi hermana señaló. “¡Y-Yo también te amo! Oh…” Ellie intervino.





Su entusiasmo me puso de buen humor mientras regresa mi atención al sobre. Aún parada, tomé varios respiros profundos.

¡Lista!

Traté de alistar mi corazón, el cual estaba latiendo con fuerza mientras lentamente rompía el sello. Los leves rastros del maná de Allen-sama que quedaban sobre él me parecían preciosos.

El sobre contenía una carta y una nueva libreta. Jubilo brotaba desde lo profundo de mí. Apenas podía contener mi deleite mientras abrazaba la libreta, tratando de no dañarlo. Mi corazón no tenía espacio para nada más— estaba en el cielo. Qué mujer tan simple era, pensé mientras reía con gustillo.

¡Había estado tan nerviosa cuando escribí “ya he completado todas las tareas en esta libreta que me diste” en mi última carta, temiendo que pedir una segunda podría parecer egoísta, pero dio sus frutos! Oh, p-pero ¿había sido una molestia? Si Allen-sama le desagradaba por esto, yo solo—

De pronto una carta en mi hombro derecho me regreso a la realidad.

“¿Sí, Anko?” Dije. “¿Ocurre algo?”

El familiar del profesor libero un nya. “¿Qué?”

Para mi asombro, la libreta flotó y se abrió ante mí.

Los ojos de Tina y Ellie se abrieron mientras gritaban “¿Onee-sama?” y “¿Q-Qué ocurre?” respectivamente. Roland se unió con una alarmado “Stella-Ojou”.

“No se preocupen.”

Les dijo mientras, desde entre las primeras páginas de la libreta, tomaba una reluciente pluma azul esmeralda.

“¡Esa pluma!” Tina exclamó, llevando una mano a su boca.

“¿Es   de   un   Griffin   oceánico?”   Ellie   preguntó, viéndose igual de asombrada.

“Oh-ho.” El profesor remarcó. “Esa es una rareza.”

“Es hermoso.”

Murmuré antes de saber lo que estaba diciendo. Entonces, sostengo la pluma cuidadosamente para no aplastarla, bajé mi mirada a la libreta y vi la gentil escritura del hombre que adoraba. Lo leí, “Un amuleto de buena suerte para una malhumorada presidenta del consejo estudiantil. Visitemos un café otra vez en la capital real.”

Cielos, Allen-sama. Usé toda mi buena suerte para conocerte, y ningún amuleto cambiará eso.

Mi brillante maná blanco azulado se escapaba de mí y revoloteaba por el edificio de la estación.

“Onee-sama se ve feliz.” Tina dijo. “Desearía estar en tus zapatos.”

Luego de una serie de chillidos de quinceañera, Ellie libero un añorado.

“Estoy tan celosa”

Ambas chicas tenían sus dedos en sus labios, mientras Roland no decía nada, pero ajustaba su monóculo dos o tres veces. Pero fui tan obvia para todos. Al fin que, esto demostraba lo mucho que estaba en los pensamientos de Allen-sama.

El profesor se hecho a reír.

“Eres una suertuda, Stella-Ojou” Él dijo.

“Esa pluma es preciosa, así que cuida de ella. Roland-bo, creo que es buen momento para irnos. Oí que Walter-san y Graham-san están fuera, pero Shelly-san nos dará unas palabritas si llegamos tarde. Vine aquí a aliviar mi estrés, no para agrandarlo.”

Él se pausó.

“Tengo más que suficiente con los problemas que me esperan en la capital real”

***

 

 

“Ellie. ¡Ellie! ¡Despierta!” “¡S-Sí!” Grité.

“P-Pero Tina-Ojou, no existe tal cosa…C-como un truco para hacer que tu pecho crezca— ¿Huh?”

Abrí mis ojos, y allí se parada Tina-Ojou en su vestido de noche, lanzando una luz mágica con su mano izquierda. Incluso en mis sueños, aún se veía encantadora.

“Tina-Ojouuu.” Grité, sonriendo felizmente mientras la abrazaba.

“¡O-Oye! ¡Déjame!” Ella gritó.


“¡V-Vamos, Ellie! ¡Despierta! ¡Dios!”

Grité mientras algo frío caía en mi frente, despertando mi mente.

¿Hielo?

Nuestros ojos se encontraron. “T-Tina-Ojou.” Dije.

“B-Buenos días.”

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