Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 19

Capitulo 2: Invitación Al Borde Del Bosque

Parte 1

“¡Whoa, realmente estamos en medio del bosque!” Tara vitoreó con entusiasmo.

Estábamos en el camino desde la ciudad postal hasta el asentamiento en el borde del bosque. Mirando de manera similar desde la parte trasera del vagón, Dora agregó: “Seguro que es algo”, claramente impresionada.

Actualmente era el décimo del mes violeta. Habíamos terminado nuestro trabajo en la ciudad postal, y era un poco más de la segunda hora más baja.

Este fue el día en que Tara y Dora finalmente pusieron un pie en el asentamiento al borde del bosque.

***

Todo comenzó dos días antes, el día después de la fiesta del té en la ciudad del castillo, cuando pasamos a comprar verduras de Dora por la mañana, como siempre.

Cuando mencioné que invitaríamos a Mikel y Myme, que vivían en las tierras de Turan, al borde del bosque en dos días, Dora comenzó a reflexionar: “Hmm…” mientras sostenía el aria que yo había ordenado. “El festival de renacimiento del dios del sol se acerca pronto, por lo que estamos terriblemente ocupados cuidando nuestra cosecha antes de que llegue el día. Estamos contratando a más personas de lo habitual para recoger todas las verduras a tiempo. Mira, desde la mitad del mes violeta hasta el comienzo del mes plateado, puedes vender tanto producto como pones a la venta”.

“Sí, definitivamente suena como un gran evento. También nos estamos preparando para expandir nuestro negocio por adelantado”.

“Por supuesto. Entonces, las cosas serán muy agitadas hasta que termine el mes violeta… Naturalmente, Tara y yo realmente no tenemos tiempo para perder el tiempo”.

“Parece que todos ustedes lo tienen difícil”.

“Es por eso que en este momento es casi el único momento en que tendremos margen de maniobra para movernos”, afirmó Dora, con una mirada resuelta en su rostro mientras le entregaba la bolsa de aria. “Oye, Asuta, ¿todavía quieres invitar a Tara al asentamiento en el borde del bosque incluso ahora?”

“Sí, por supuesto.”

Mientras me inclinaba expectante hacia adelante, Dora asintió en respuesta. “Ya veo. En ese caso, haré todo lo que pueda para convencer a mi esposa y a las ancianas en casa para que podamos escabullirnos del trabajo durante medio día para ir allí”.

“¡¿En serio?!” Pregunté en voz alta.

“Sí”, respondió Dora con una sonrisa. “Todos ustedes vinieron a las tierras Daleim, después de todo. Entonces, todos ya saben qué tipo de personas son y no deberían tener objeciones fuertes. ¡Y quiero ir a ver tu casa tanto como lo hace Tara!”

“¡Gracias! ¡Me encantaría que realmente pudiera suceder!”.

“¡Me aseguraré de que lo haga! Sin embargo, solo hay una cosa que quiero pedirte…”

“¿Qué es? ¡Haré todo lo que pueda para ayudar!”

“No es nada tan serio. Solo me gustaría invitar a otra chica entusiasta junto con Tara y yo”.

Resultó que estaba hablando de Yumi.

A pesar de la diferencia de edad, aparentemente ella y Tara realmente se habían llevado bien cuando la joven había hablado apasionadamente sobre el asentamiento en el borde del bosque.

Dora continuó: “Se supone que su padre es bastante testarudo, pero desde que comenzó a vender cocina giba, probablemente haya cambiado al menos un poco su forma de pensar sobre la gente del borde del bosque, así que estoy segura de que Yumi podrá convencerlo.”

Su predicación ciertamente dio en el blanco, ya que en nuestro camino de regreso para el día recibimos las buenas noticias de Yumi.

Ahora que había llegado a este punto, pensé que no sería justo mantener esto en secreto del resto de mis contactos comerciales, así que les informé a los otros propietarios de la posada.

Naudis de El Gran Árbol del Sur respondió con una sonrisa: “Suena como una reunión agradable”. Sin embargo, no parecía considerar venir él mismo en absoluto.

Nail de El Martillo felizmente entrecerró los ojos y dijo: “Creo que será una aventura muy significativa”. Había estado rezando para que el prejuicio contra la gente del borde del bosque se desvaneciera. Sin embargo, tampoco pareció llegar a la idea de cerrar la tienda para participar. Y como no quería que el número de invitados aumentara sin control, no intenté invitarlos yo mismo.

Sin embargo, de los que le conté, Milano Mas de La Cola del Kimyuus dijo: “Espera… Si vas a invitar a cinco personas del pueblo al asentamiento al borde del bosque, ¿te importaría agregar una más?”.

“¿Eh? ¿Quieres venir también, Milano Mas?”

Me tomó seriamente con la guardia baja, pero naturalmente estaría feliz de tenerlo. Sin embargo, negó con la cabeza y respondió: “No. No tendría ningún sentido que un tipo como yo viniera. Y tampoco es que tenga tanto tiempo libre en mis manos.”

“Entonces, ¿en quién estabas pensando?”

“Mi hija, Telia”.

Por un momento, me quedé sin palabras. “¿T-Telia Mas? Pero ella todavía tiene miedo de los cazadores del borde del bosque, ¿no es así?”

“Eso es exactamente por qué. Los cazadores rara vez visitan la ciudad postal, por lo que nunca los encontrará si no se dirige allí ella misma, ¿verdad?”

Yo, por supuesto, no tenía forma de saberlo, pero ¿sería realmente correcto seguir adelante con un método de tratamiento tan drástico? La única hija de Milano Mas, Telia Mas, era una niña muy educada y amable, pero también parecía muy frágil y tenía problemas para manejar las cosas cuando se ponían difíciles.

Personalmente, ya había sentido un gran progreso de su parte solo por cómo se había abierto a mí, a Reina Ruu y a Sheera Ruu a pesar de lo asustada que había estado de la gente del borde del bosque. Supuse que, con el tiempo, eventualmente se volvería completamente insensible por sí misma.

Sin embargo, había una mirada más seria de lo que jamás había visto en los ojos de Milano Mas.

“Ella tiene miedo de ustedes, gente del borde del bosque, porque la crie de esa manera. No es que me quede tanto tiempo, pero ella todavía tiene toda su vida por delante… Así que mientras siga respirando, quiero tratar de lidiar con mi error”.

“No tienes que decirlo así…”

El mejor amigo de Milano Mas y el hermano mayor de su esposa, el tío de Telia Mas, había muerto como resultado de las fechorías del clan Suun. Entonces la mujer del posadero se enfermó de angustia y los siguió. Debido a que Cyclaeus estaba manejando los hilos, los Suun no habían sido juzgados por esos crímenes. Con todo eso en mente, no fue una sorpresa que Milano Mas terminara discrepando con la gente del borde del bosque. Realmente no podía ser culpado por eso. Sin embargo, su expresión permaneció mortalmente seria.

Después de ser convocada por su padre, Telia Mas dijo con una cara pálida como la muerte: “Permítame acompañarla”.

Ahora que había llegado a este punto, no podía rechazarla exactamente. Tenía que confiar en que ver cómo vivíamos con sus propios ojos no terminaría teniendo un efecto negativo.

Agregándola a la lista, ahora estábamos tratando con un grupo de seis.

Ya había obtenido el permiso del jefe líder del clan, Donda Ruu. Cuando Dari Sauti e incluso Gulaf Zaza fueron informados del número que traeríamos, todo lo que tuvieron que decir fue: “No hay gran diferencia entre dos personas y seis”.

Ya se había comprobado que Mikel y Myme tenían una influencia positiva en los chefs del borde del bosque. Aun así, Telia Mas con sus sentimientos difíciles era una cosa, pero Tara, Dora y Yumi prácticamente iban de visita turística.

Aun así, los principales jefes de los clanes del borde del bosque habían dado su aprobación. Tal vez mi explicación de que nosotros y la gente del pueblo necesitábamos seguir trabajando para entendernos unos a otros les había llegado, o tal vez solo se debió a su falta de interés en tener algo que ver con los forasteros. No tenía forma de saberlo, pero de todos modos, los principales jefes de los clanes no rechazaron la solicitud.

Seguí adelante con el plan, con la esperanza de que pudiéramos satisfacer la gran emoción de Tara y Yumi y al mismo tiempo fortalecer los lazos entre la ciudad y el borde del bosque.

***

El día diez del mes violeta, nuestros carros se dirigían hacia el asentamiento de Ruu.

Habíamos venido a la ciudad postal con dos carros, pero como teníamos ocho trabajadores y nuestro equipaje en el camino de regreso, no podíamos tener a todos nuestros invitados viajando juntos.

El carromato que se había comprado para ayudar a los clanes de los Ruu a hacer sus compras había sido arrastrado hasta la ciudad por los totos de plumas rojizas Jidura. El que sostenía las riendas era el invitado del clan Ruu, Bartha.

“Perdón por la espera. Adelante, súbete”.

Myme se había llevado bien con Bartha durante el viaje a Dabagg, así que ella y Mikel viajaron en ese carro. Mientras tanto, Tara y Telia Mas parecían más cómodas en mi carro, así que acogí a los cuatro invitados restantes. De nuestros trabajadores, solo Yamiru Lea se quedó conmigo, ya que no era tímida en lo más mínimo, mientras que Toor Deen y Yun Sudra viajaban en el carro de Bartha.

Dentro del vagón, como era de esperar, Telia Mas parecía bastante tensa. Su cabello castaño oscuro estaba recogido detrás de su cabeza, y esta chica, que tenía más o menos mi edad, no solo estaba ansiosa con los extraños para empezar, sino que también yo era la única persona que conocía en el vagón. Las únicas otras personas del borde del bosque con las que podía hablar abiertamente eran Reina y Sheera Ruu, ya que todos le dimos lecciones de cocina en La Cola Kimyuus. Y ella no había tenido ninguna interacción con Tara y Dora antes de ahora.

Al final, la que ayudó a la tímida Telia Mas a relajarse resultó ser Yumi.

“¿Oye, me recuerdas? Nos hemos encontrado varias veces en reuniones de posadas antes.”

“S-Sí. Eres la hija de los dueños de El Viento Del Oeste, ¿no? Eso es lo que dijo mi padre.”

“¿Qué, entonces no me recuerdas después de todo? Mi nombre es Yumi. Y tu nombre era Telia Mas, ¿no?”

“E-Eso es correcto. Me siento honrado de que lo recuerdes.”

“No necesitas tener tanto miedo, sabes. ¡No soy tan mala como parezco!”

En realidad, no se veía mala en absoluto, pero Yumi todavía era considerada una chica mala en la ciudad postal. Estaba vestida con un top llamativo y una falda con vuelo, así como una serie de accesorios tintineantes. Sin duda, ese fue un gran contraste en comparación con Telia Mas, que vestía una blusa simple y una falda larga con poca piel expuesta. Aunque ambas eran hijas de dueños de posadas, sus personalidades y apariencias eran tan diferentes que era un poco sorprendente.

“¡Tengo muchas ganas de ver el asentamiento en el borde del bosque! ¡Estoy seguro de que Asuta nos hará cosas increíblemente deliciosas!”

“Eso es cierto… Mis habilidades culinarias aún son bastante inadecuadas, así que espero poder mejorar al menos un poco”.

“¿Hmm? ¿Viniste a aprender a cocinar? Yo mismo no tengo ningún interés en eso”.

“N-No, solo vine a observar, por supuesto. Pero como me estoy tomando un tiempo libre en el trabajo, al menos tengo que ganar algo con la experiencia…”

“¡Muy serio! Solo pienso en cómo saltarme el trabajo”.

Esta pareja que tenía lazos conmigo ahora estaba en el proceso de formar un nuevo vínculo propio. Realmente amaba cosas como esa.

Antes de que me diera cuenta, Tara y Dora también se habían unido a la conversación, y se puso bastante animada en el vagón. Mientras tanto, Yamiru Lea se había quedado al lado del asiento del conductor todo el tiempo y miraba el paisaje que pasaba. Puede que no haya sido tímida, pero tampoco tenía ningún interés en interactuar con extraños.

“Perdón por la espera. Llegaremos al asentamiento de Ruu en un momento.”

Habiendo superado el camino de fuerte pendiente en poco más de diez minutos, detuve la carreta un poco antes de llegar al asentamiento de Ruu. Normalmente reduciría la velocidad y tomaría el carro hasta la cocina de la casa principal, pero hoy estaba dando un recorrido por el borde del bosque, así que quería caminar el resto del camino a pie.

Primero me bajé del asiento del conductor, luego le entregué las riendas de Gilulu a Yamiru Lea y di la vuelta a la parte trasera del carro.

“Vamos, Tara.”

Las mejillas de Tara estaban sonrojadas por la emoción y la anticipación, y cuando le tendí la mano, ella la aceptó y se agachó. Dora fue la siguiente, seguida por Yumi y Telia Mas tomadas de la mano, momento en el que comenzamos a caminar por el camino amarillo transitado a través del borde del bosque.

El segundo vagón se estacionó y pronto aparecieron también sus pasajeros. Parecía que las mujeres del borde del bosque de allí también iban a acompañar a los invitados en un paseo.

“Wow… ¿Los árboles realmente crecen tan alto?” Dijo Tara mientras tiraba del brazo de su padre y se inclinaba tanto hacia atrás que parecía que se iba a caer.

Cuando Dora respondió: “S-Sí”, su mirada se movía inquieta.

Cuando Yumi notó lo que estaba haciendo, le mostró el blanco de sus dientes. “¿Qué pasa, viejo contador de tiempo? ¿Miedo al bosque?”

“Quiero decir, me han advertido desde que era un niño que no me acerque al bosque de Morga. Incluso si sé que no hay necesidad de tener miedo, mi cuerpo simplemente no me escucha”.

“Hmm, supongo que así son las cosas cuando vives en las tierras Daleim. Solo me dijeron que evitara a la gente del borde del bosque”, dijo Yumi, y luego se giró y me lanzó una sonrisa brillante. “Pero, bueno, gracias a que ignoré ese consejo, terminé acercándome a todos ustedes. Así que creo que está bien ignorar esas cosas de vez en cuando”.

Fue entonces cuando Vina Ruu se acercó con Myme y Mikel por detrás de nosotros. “Perdón por la espera… Ya que entraremos al asentamiento de Ruu, permíteme guiarte como la hija mayor de la casa principal de Ruu…”

“¿Hmm? ¿Realmente tienes algún tipo de posición aquí en el borde del bosque?” preguntó Yumi.

“No es nada importante… Simplemente nací antes que mis otros hermanos…”

Sorprendentemente, Yumi parecía haberse enamorado de Vina Ruu. Tal vez simpatizaba con la forma en que la hija mayor de Ruu necesitaba seguir sacudiéndose a los rufianes con una dulce sonrisa.

Mientras tanto, el rostro familiar de Reina Ruu se acercó a Telia Mas, que parecía aún más nerviosa.

“Ahora bien, pongámonos en marcha. El clan Ruu te da la bienvenida.” Y así formamos una línea y nos dirigimos hacia el asentamiento de Ruu.

En poco tiempo, el bosque se abrió a la izquierda y el asentamiento se extendió ante nuestros ojos. Constaba de ocho casas, todas situadas alrededor de una amplia plaza. La plaza era lo suficientemente grande para albergar a las cien personas del clan, y las casas de madera eran sencillas y sin adornos. Uno de ellos era la casa que Mida había trabajado tan duro para construir. Se podía ver a varios miembros del clan Ruu por todas partes, trabajando duro como siempre.

Algunos estaban cortando leña al costado de su casa.

Otros estaban curtiendo pieles sobre telas que estaban extendidas.

Los niños corrían jugando a la mancha cerca de varios cestos llenos de hojas secas de pico.

La grasa de giba probablemente se estaba hirviendo en una estufa en algún lugar para hacer velas y manteca de cerdo. Podía oler el fuerte olor a grasa flotando en el aire, con el que algunas personas tenían problemas.

Y luego estaba el aroma de las hierbas, tan fuerte como la grasa, que perduraba en la casa más cercana a nosotros.

Esa era la casa en la que Ai Fa y yo nos habíamos alojado en el pasado, donde Jeeda y Bartha vivían actualmente. Escuché que una de las habitaciones fue remodelada en una sala para fumadores, por lo que deben haber estado haciendo cecina. O tal vez estaban hirviendo huesos para practicar la sopa de huesos de giba.

En cualquier caso, la vista del asentamiento de Ruu se había convertido en parte de mi vida cotidiana desde hacía mucho tiempo.

Era una vista pacífica de personas trabajando en ese espacio circular despejado del bosque profundo circundante. Todo se sentía tranquilo, entre el cielo azul claramente delineado, el bosque verde oscuro y el suelo amarillo. Era una vista tan idílica que era difícil imaginar que peligros como giba, mundt e insectos venenosos acecharan en el bosque vecino.

¿Qué pensaron de todo esto nuestros cuatro invitados que nos visitaban por primera vez? No tenía ganas de apresurarme a preguntarles mientras caminábamos lentamente por la plaza, solo para que una pequeña figura saliera corriendo de detrás de la casa frente a nosotros con una velocidad increíble.

“¡Hola! ¡Bienvenido al asentamiento de Ruu!” Era Rimee Ruu, saltando como un conejito justo hacia Tara. La joven del pueblo había estado un poco en trance, pero ahora una vez más lucía una brillante sonrisa.

“¡Realmente viniste! ¡Es como si estuviera soñando!”

Rimee Ruu estaba abrazando a Tara fuertemente con todas sus fuerzas. Aunque era una niña, todavía era una persona del borde del bosque, por lo que Tara parecía bastante incómoda, pero no se quejó en absoluto, sino que se abrazó con fuerza en la espalda.

“¡Te mostraré los alrededores desde aquí! ¡Y si tienes algo de acero, lo tomaré por ti!”

“Nadie tiene cuchillas. Lo comprobé con antelación, así que no te preocupes” dije.

“Entiendo. ¡Pues bien, lo primero es la cocina!”

Dora y los demás habían dicho que querían ver nuestra vida cotidiana, por lo que el plan era prepararse para el trabajo nuevamente hoy y luego tener una sesión de estudio como siempre.

Después de eso, nos mudaríamos a la casa del Fa para cenar. Luego, una vez que termináramos de comer, todos serían escoltados de regreso en un carro. Rimee y Ludo Ruu también participarían en la cena, y habíamos hecho arreglos para que despidieran a todos.

“Ah, antes de eso, ¿sería posible saludar al jefe del clan Ruu?” intervino Dora.

Rimee Ruu había comenzado a caminar animada mientras sostenía la mano de Tara, pero ahora se volvió para mirarlo. “¿Te refieres a papá Donda? Está descansando en la casa debido a sus heridas”.

“Entonces, ¿vamos a verlo como una molestia? ¿Y sería grosero pedir una audiencia con uno de los principales jefes de clan para empezar?”

“¿Hmm? Ha estado diciendo que está tan aburrido que podría matarlo, así que no debería ser ningún tipo de molestia. Pero puede ser realmente aterrador para cualquiera fuera de nuestra familia”.

“Ah, lo he visto varias veces antes, así que eso no debería ser un problema.

Pero no sé los demás”.

Yumi miró directamente a Dora, vacilando un poco.

“Los principales jefes de clan del borde del bosque son esos hombres que llevaron a los criminales a la ciudad del castillo, ¿verdad? Entonces, ¿uno de ellos es tu viejo?”

“Si tienes miedo, puedes esperar afuera”.

“¡No tengo miedo!” Yumi gritó, aunque luego me susurró al oído: “Pero él no sería uno de esos tipos que usan calaveras de giba y pieles sobre sus cabezas, ¿verdad? Simplemente no puedo imaginar que alguien así tenga hijas tan adorables”.

“Ah, esos son los cazadores de los clanes Zaza y Dom. Aun así, diría que Donda Ruu se ve tan temible como cualquiera de ellos”.

“Entendido… Entonces seguiré adelante y fortaleceré mi determinación”, respondió Yumi, cerrando los ojos y respirando profundamente.

Mientras tanto, recurrí a Telia Mas. Aunque su rostro estaba pálido, cuando me vio mirando, dijo en voz baja: “Iré”.

“Ahora que lo mencionas, nunca antes habíamos saludado al jefe del clan Ruu, ¿verdad? Vamos también, papá”, intervino Myme con seriedad.

Mikel simplemente se encogió de hombros como si dijera: “Haz lo que quieras”.

Y así, terminamos dirigiéndonos a la casa principal de Ruu.

Vina Ruu pasó junto a Rimee Ruu y Tara, abrió la puerta y llamó adentro, después de lo cual Mia Lea Ruu apareció de repente. Después de una breve explicación susurrada de la situación por parte de su hija, Mia Lea Ruu miró al grupo de seis con una brillante sonrisa.

“Bienvenidos a la casa Ruu, nuestros invitados de la ciudad. Entonces, ¿quieres saludar a nuestro jefe de clan? Naturalmente, le invitamos a que lo haga”.

Después de desaparecer por un momento, Mia Lea Ruu les dio la bienvenida a los invitados. Ya que no sería bueno meter demasiada gente adentro, solo Rimee Ruu y yo los acompañamos entre los trabajadores.

“Jefe de clan, estos son nuestros invitados que vienen de la ciudad”.

Donda Ruu estaba sentada con las piernas cruzadas y una rodilla en el aire como siempre.

Sentado a su lado estaba Darmu Ruu.

Donda Ruu tenía vendajes alrededor de su hombro derecho y su brazo derecho estaba en cabestrillo. El hombro izquierdo de Darmu Ruu aparentemente ya se había recuperado, por lo que solo tenía la mano derecha vendada. Sus heridas fueron honorables ganadas enfrentándose al señor del bosque. Aun así, ambos emitían suficiente presión que era difícil decir que no estaban al cien por cien. En realidad, podría haber sido que se sintieran aún más peligrosos que de costumbre, como bestias heridas.