Zero kara Hajimeru Mahō no Sho (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: Tiempo De Unidad

Parte 4

Buena suerte, dijeron. Tras dejar esas absurdas palabras de apoyo, Zero y Mercenario se alejaron. Ella no esperaba mucho, pero aun así se sentía increíblemente triste.

Si le hubieran dicho que fuera con ellos, ¿qué habría hecho? Se habría alegrado mucho, pero probablemente no se habría ido con ellos de todos modos.

Los padres de Lily eran insustituibles para ella.

Estaré bien sola.

Se agachó, bajando la cabeza, y unas sucias ratas marrones se acercaron a ella, rodeándola como si estuvieran preocupadas.

Eso la animó un poco.

No estoy sola, así queestaré bien.Lily apretó el collar quelehabían regalado sus padres.

No había necesidad de ver al sacerdote. Podría ir a buscar a Zero y al Mercenario ahora mismo y decirles que iría a Lutra con los caballeros.

Pero no pudo levantarse. En lugar de eso, se quedó allí, sentada.

Hasta que oyó los pasos del sacerdote.

Caminaba hacia Lily, con su bastón golpeando el suelo de mármol.

Lily no tenía intención de llamarle. No había necesidad de saldar su deuda. Medio convencida de que él pasaría por delante de ella, se quedó pegada a la pared y esperó, conteniendo la respiración.

El sacerdote pasó por delante de ella. Pero unos pasos después, se detuvo en seco.

“¿No tienes algo que decirme?” Dijo.

Lily dio un respingo y negó con la cabeza. No había forma de que él viera su gesto, pero tampoco podía articular palabra alguna.

Temía que si abría la boca, su deseo, precioso y sincero, sólo conseguiría ser rechazado. Lo sabía muy bien, y por eso no podía pronunciar una palabra.

“Estabas hablando de favores.” Dijo.

“¿Has oído eso?”

“Tengo buenos oídos. Entonces, ¿te has decidido?”

Lily negó con la cabeza.

El sacerdote se dio la vuelta, caminó hacia Lily y se detuvo justo delante de ella. “Sólo te lo preguntaré una vez. ¿Qué quieres que

haga?”

“Nada.”

El sacerdote golpeó fuertemente el suelo con su bastón. “Desprecio las mentiras evidentes. Quieres que haga algo por ti, ¿no? Si no, no

estarías esperándome aquí. Sea lo que sea, es mi decisión aceptar o rechazar. Va en contra de mis principios que otros tomen mis decisiones por mí.”

“No quiero que me rechacen.”

“¿Así que estás tirando por la borda la posibilidad de que acepte lo que sea que quieras?”

“¡Pero… me odias!”

“¿Eres estúpida?” El sacerdote dejó escapar un profundo y exasperado suspiro.

Lily estaba acostumbrada a ser ridiculizada, despreciada y a que la gente se horrorizara de ella. Al menos, debería estarlo, pero le aterraba que el cura la despreciara.

“Lo siento.” Murmuró.

“Lo he dicho antes, pero eres tan servil que da asco.”

Lily apretó los dientes.

“¿Cuándo he dicho que te odie?” Dijo el sacerdote.

“¿Eh? ¿Siempre?” Parecía demasiado tarde para hacer esa pregunta en este momento.

El sacerdote le golpeó la cabeza con su bastón.

“¡¿V-Ves?! ¡Siempre me pegas! ¡Eres tan malo conmigo!”

“Soy así con todos.”

“¡N-No, no lo eres! Eres mucho más amable con otras personas.”

“¿Eh? ¿Quieres que finja ser un buen tipo con una rata?”

Los ojosde Lily se abrieron de par en par.“¿Has estado fingiendo?”

“Antes de ser sacerdote, fui un ladrón y un estafador. ¿Crees que una escoria como yo puede ser un santo de buen corazón?”

¿De verdad? Pensó Lily. El sacerdote que gritaba maldiciones a Mercenario y a Zero parecía mucho más natural que el sacerdote que era amable y simpático.

“Además, no es a ti a quien odio, sino a las Bestias Caídas en general. Las mujeres Bestias Caídas, en particular, me dan asco.

Normalmente, ni siquiera estaría hablando contigo así.”

Lo sabía. Me odia. No necesitaba decírselo para saberlo.

Conteniendo las ganas de llorar, Lily buscó frenéticamente una vía de escape, pero antes de poder dar el primer paso, el bastón del sacerdote le bloqueó el camino.

Dejó escapar otro suspiro. “Sin embargo, aquí estoy, hablando contigo.” Dijo. “¿Realmente eres tan estúpida para no saber lo que esto significa?”

Lily parpadeó repetidamente y miró al sacerdote. Incluso cuando llevaba un parche en los ojos, pudo ver que tenía el ceño fruncido.

Lily recordó de repente por qué le gustaba.

Era porque él hablaba con ella. La trató como a un igual. Le lanzaba maldiciones, igual que a Mercenario y a Zero. La golpeó y la defendió.

La mayoría de la gente no querría ni acercarse a Lily. Ninguno quería tocarla porque las ratas eran portadoras de enfermedades.

El sacerdote, sin embargo, huyó del enemigo mientras la llevaba.

Un hombre que servía a la Iglesia, una institución que etiquetaba a las Bestias Caídas como símbolos de depravación y las perseguía. Era un adjudicador de Dea Ignis, un grupo infame por su brutalidad.

Lily sabía exactamente cómo era el odio profundo.

“Bueno, si no hay nada que realmente quieras, entonces está bien.

Realmente no me importa.” Dejando escapar un bufido, el sacerdote le dio la espalda a Lily.

SiLily le dejaba marchar ahora, podría no volver a verle nunca más.

Como esta podría ser la última vez, decidió armarse de valor.

“¡E-Espera!” Lily empezó a correr.

El sacerdote estaba ya bastante lejos. Saltó sobre su pierna y la abrazó con fuerza. Pensó que él la esquivaría como siempre o se la quitaría de encima, pero el sacerdote se detuvo en silencio. Fue suficiente para dar a Lily el impulso que necesitaba.

“V-Ven… c-con…”

Su cuerpo y su voz temblaban, y su nariz empezó a gotear incluso cuando no estaba llorando. Sorbiendo, Lily miró la cara del sacerdote.

El sacerdote también la miró. “Ven, ¿qué?”

Lily rompió a llorar. “¡P-Por favor, ven conmigo a L-Lutra! Quiero ayudar a mamá y a papá, ¡pero tengo demasiado miedo de ir sola! El hermano y la hermana mayor dicen que no pueden ir. Dijeron que podía ir con gente de la iglesia, pero me dan miedo los extraños. ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!” A pesar de tener diecisiete años, se comportaba como una niña, lamentándose mientras se aferraba a la pierna del sacerdote.

En realidad quería rogarle al Mercenario así. Pero no quería molestar al hombre. Lily sabía qué tipo de personalidad tenía. No aceptaría su petición, pero tampoco la abandonaría por completo. Era del tipo que aleja cruelmente a alguien, pero se preocupa por ello después.

El sacerdote, en cambio, podía rechazar cualquier cosa que Lily le pidiera sin un ápice de remordimiento. Su frialdad la reconfortaba.

Incluso su súplica desesperada era probablemente inútil. Sin embargo, a Lily le bastó con contarle al cura su petición. El sacerdote mostró preocupación por ella, y eso sólo la hizo feliz. Ya había aceptado su inevitable decisión.

“Te dije que me lo dijeras rápido.” Dijo el sacerdote con un suspiro.

Lily no entendía lo que quería decir.

El sacerdote agarró a la boquiabierta Lily por el cuello y la levantó como a un gato, luego se volvió hacia la sala de reuniones.

“¿Eh?” Lily estaba confundida.

El sacerdote abrió la puerta que conducía a la sala de conferencias.

“Su Eminencia.” Dijo. “Respecto a la expedición a las Siete Catedrales, entiendo que soy libre de decidir a qué grupo acompañar.”

En cuanto el sacerdote entró en la habitación, una mujer de pálidos cabellos escarlata se puso en pie. “¡Oh, Dios!” Exclamó encantada.

“¿Así que acepta, sí? Es muy amable de su parte, padre.” Se volvió hacia el halcón Bestia Caída. “¿Ves, Cal? Te dije que el Padre lo haría definitivamente.”

“Sí, tenías razón.” Respondió la Bestia Caída. “Ahora, por favor, siéntate antes de que te caigas.”

El sacerdote observó cómo Lia volvía a sentarse antes de hablar.

“Entonces solicito acompañar al grupo que se dirige a la Catedral de Lutra. Una rata también se unirá.” Levantó a Lia como si fuera un gato y la empujó delante de ellos. “Por favor, tengan cuidado al formar el grupo, porsihay odiadores de ratas entre ellos. Ya explicaré su utilidad más tarde, pero les recomiendo encarecidamente que informen a los caballeros de esto: Si la enfadan, incluso una compañía de miles de soldados podría ser destruida, así que si valoran sus vidas, será mejor que no intenten nada raro. Eso es todo de mi parte. Saluda, Lily.”

“¿Eh? Uh, ¿qué?” La repentina atención hizo que Lily entrara en pánico. Se tambaleó en el aire, pero el sacerdote no iba a bajarla.

Incapaz de soportar el silencio y la atención, finalmente habló. “E-Encantada de conocerte.”

***

“No tienes quevenir conmigo sinoquieres, Mercenario.”Dijo Zero de repente mientras se tumbaba en la cama.

“¿Qué?” Sentado en el suelo, me detuve cuando estaba a punto de meter unas verduras en escabeche en mi bolsa. Me volví hacia Zero con el ceño fruncido. “¿Qué quieres decir con eso?” Estábamos en mi habitación, preparándonos para nuestro viaje.

“Creo que no sólo Rata tiene familia en el sur.”

Di un respingo. Ahora que lo pienso, una vez le hablé a Zero de mi ciudad natal. Le dije que era del sur y que dejé mi pueblo cuando tenía trece años. Está claro que se acordaba.

“Cuando Rata dijo que se iba con sus padres, estabas claramente perturbado. Te acordaste de tu familia, ¿no? Si dices que vas a ir con Rata a Lutra, no te detendré.”

Lo entiendo. Eso explica por qué dijo que iba al norte sola. Pensé que era sólo una forma de hablar, pero aparentemente quería ir sin mí.

“Como he mencionado, esta tragedia es culpa mía.” Continuó Zero.

“Estoy segura de que no esperabas que las cosas se volvieran tan graves. Puedes culparme a mí.”

“Ya hemos hablado de esto antes.” Dije. “Lo importante es saber a quién tenemos que derribar para acabar con esto. No tiene sentido culpar a otros en este momento.”

“¿Y si tus padres mueren por mi culpa? ¿Si tu pueblo se convierte en cenizas?”

Me quedé en silencio. Metí el tarro de pepinillos en mi bolso y me levanté lentamente. Curioso por la mirada de Zero, me asomé a la cama, pero la bruja se dio la vuelta, dándome la espalda como para ocultar su expresión.

“Puede que haya matado indirectamente a tu familia.” Dijo.

“Tal vez.”

“Y los padres de Rata. Si el hechizo del Maestro llegó al sur, seguramente están muertos.”

“No lo sabemoscon seguridad.Si lograron refugiarse en la catedral, podrían haber sobrevivido.”

“Los demonios estánaterrorizandoa los impotentes en todas partes. Yo—”

“Oh, cállate ya. Voy a ir contigo.” Dije con firmeza. “No me importa si eres la causa principal del peor incidente de brujas de la historia.”

Zero se volvió hacia mí,con una mirada impotente.Su habitualaura de dignidad no aparecía por ningún lado.

“Me preocupan el pueblo y mis padres, sí. Pero ni siquiera sé si mis padres siguen vivos. Es una aldea pequeña. Podría haber sido borrada del mapa antes de que los demonios atacaran. Eso es lo poco que me importaba. No puedes esperar que de repente sienta amor por mi antiguo lugar ahora que hay un peligro real, y luego dejarte. Se siente como… ya sabes.”

Zero se echó a reír. “No tengo ni idea de lo que quieres decir, Mercenario.”

“Vamos, ya sabes lo que quiero decir. Es poco genial y patético.

Parece que estoy usando a mis padres como excusa porque tengo demasiado miedo de ir al norte.”

“Ya veo.” Zero siguió riendo durante un rato. Luego exhaló y se hundió de nuevo en la cama, mirando hacia arriba.

“Entiendo.” Dijo ella, asintiendo para sí misma. “En ese caso, no te detendré.” Sonriendo, me miró. “Bueno, entonces. Emprendamos un viaje para salvar el mundo.”

Como siempre, Zero hizo que pareciera que me invitaba a una siesta por la tarde. Decidí igualar su despreocupación.

“Claro. Pero tres monedas de cobre es nuestro presupuesto máximo para aperitivos.”

***

Más tarde, esa misma noche, Lily entró en mi habitación con una brillante sonrisa en la cara para decirnos que el cura había aceptado ir con ella.

Mientras Lily explicaba las cosas, apareció también el sacerdote, anunciando obedientemente la suspensión temporal de la vigilancia de la Iglesia sobre Zero.

“No estés triste, Sacerdote.” Dijo Zero. “Tú también, Rata. He disfrutado de tu compañía.”

“Gracias, supongo.” Respondió el sacerdote. “Aunque sólo tengo la mala experiencia de haber estado a punto de morir en innumerables ocasiones.”

Tenía razón. No fue sólo una o dos veces que terminó tambaleándose en el filo entre la vida y la muerte simplemente por estar con nosotros. Pero eso es sólo porque es débil.

“¿Sabes qué?” Dijo Lily. “Una vez que encuentre a mi madre y a mi padre, voy a volver aquí. Tú también vas a volver, ¿verdad?”

“Si no morimos.” Respondí.

Lily bajó la cabeza, claramente herida. Un golpe implacable del bastón del sacerdote me golpeó en la cabeza.

Maldita sea. Realmente no puedo esquivar esa mierda.

“Quédate tranquila, Rata.” Dijo Zero. “Aunque no consiga salvar el mundo, protegeré al Mercenario.”

“No, no.” Protestó el sacerdote. “Lo que deberías decir es ‘salvaré el mundo incluso a costa de la vida del Mercenario’.”

“No veo el valor de proteger un mundo sin Mercenario.”

“Tonta.” Dije. “Si el mundo se destruye, al final moriré.”

La bruja frunció el ceño ante el nuevo e impactante hecho. “Es cierto.” Dijo. “Entonces protegeré a ambos.”

“Eso me gusta bastante de ti.” Dije, imitando el tono de Zero.

Zero se rió y me dio un codazo. “Te has vuelto muy audaz.”

El sacerdote chasqueó la lengua. “Partiremos mañana por la mañana. Cabalgaremos con Gouda en su dragón y nos dirigiremos al sur por delante de los caballeros. Aunque actualmente no hay ninguna amenaza en el sur, es mejor informarles de la situación crítica lo antes posible. Al parecer, el dragón puede llevar dos adultos y un niño.”

“De verdad, ¿eh? Me sorprende que Gouda esté siendo tan cooperativo.”

“Es un seguidor de la Iglesia, después de todo.”

Ah, sí. Me olvidé de eso.

Antiguo líder del Cuerpo Mágico de su nación, Gouda era un creyente de la Iglesia y carecía gravemente de talento para la magia.

Había dicho repetidamente que era un seguidor. Estaría encantado de echar una mano si la Iglesia se lo pidiera.

“Supongo que las cosas están resueltas por ahora.” Dije. “La princesa va a estudiar hechicería con la que Llama a la Luna durante un tiempo. Si se entrena duro para controlar su poder mágico, debería ser capaz de lanzar magia sin problemas en el futuro. Será una gran ventaja entonces.”

“Eso es todo por mi parte.” Dijo el sacerdote. “Tengo que preparar nuestra partida mañana. Tú también, Lily.”

“¡Está bien!”

Tras un momento de duda, Lily me abrazó a mí y a Zero a su vez, y luego salió corriendo de la habitación avergonzada.

El sacerdote se giró para seguirla, pero lo detuve. “Hey. Sé que esto suena poco razonable, pero ¿puedes hacerme un favor?”

“No.”

“¡Al menos escúchame primero, maldito sacerdote! ¡Me estoy tragando mi orgullo!”

“No parece que estés mostrando humildad.” Comentó Zero.

“¡Cállate, bruja! Mierda. No debería haber dicho nada.”

“Entonces, ¿qué es?” Preguntó el sacerdote.

“¿Así que me vas a escuchar?”

“No he dicho que vaya a estar de acuerdo.”

Sí, sí. Lo que sea.

Fruncí el ceño y chasqueé la lengua. Rompí un trozo de tela, anoté la ubicación de cierta aldea y se la di al sacerdote.

“¿Qué es esto?”

“Es mi pueblo natal. Es un pueblo pequeño, y no puedo decir que esté cerca de Lutra.”

“Muy bien.” Dijo secamente.

Mientras me quedaba allí, con la mandíbula en el suelo, el cura se dio lavuelta para salir de lahabitación como si no hubierapasado nada.

Pero justo cuando salió al pasillo, se dio la vuelta.

“No sé si existen las bendiciones divinas para las brujas y las Bestias Caídas.” Dijo. “Pero que Dios te bendiga. Hasta la próxima vez.”

Una vez más estábamos solo Zero y yo.

“No tuve la oportunidad de darle las gracias.” Dije, frunciendo el ceño. “Lo aceptó con demasiada facilidad.”

“Puedes darle las gracias la próxima vez.” Dijo Zero.

***

A la mañana siguiente, se escucharon fuertes vítores cuando un dragón plateado atravesó el cielo despejado.

Zero y yo observamos la escena desde la ventana. Durante un rato, nos quedamos sin hacer nada en la silenciosa habitación.

Pero ahora no había tiempo para ponerse sentimental.

Teníamos un trabajo mortal que hacer: ir al Altar. Nos acompañaban más o menos diez mil caballeros templarios, dirigidos no por el comandante Eudwright. Por lo que escuché, era el que comandaba a los caballeros en el túnel oriental.

“¿No fue en el túnel del este donde los caballeros abandonaron el frente al principio y se unieron a los del túnel del sur?”

No los llamaría débiles por ello. Como alguien que había estado en el negocio de los mercenarios durante mucho tiempo, pensé que era una decisión sabia retirarse sin tratar de forzar una pelea contra entidades desconocidas.

“El Comandante nos presentará personalmente hoy, al parecer.”

Dijo Zero.

“Presentado a una bruja y a una Bestia Caída, ¿eh? Me pregunto cómo reaccionarían. No puedo decir que lo esté deseando.”

“No te preocupes por nada. El Comandante no nos dijo nada.”

“Ese tipo es una excepción. Incluso así, está un poco tenso cuando habla conmigo. Por otra parte, casi fueron asesinados por Bestias Caídas poseídas. Estaría loco si no sintiera nada a mi alrededor. De todos modos, no te ofendas si reaccionan con un poco de dureza, ¿de acuerdo?”

“Lo entiendo. Haré lo que pueda.”

Pero, ¿realmente lo entendió?

En cualquiercaso, no teníamosnada que decir sobre quien eligieran como comandante.

Mientras holgazaneábamos en nuestra habitación, revisando nuestro equipo y demás, un mensajero del comandante de los caballeros vino a llamarnos.

Nos condujeron a la iglesia y, cuando atravesamos las puertas principales, nos recibió Eudwright.

El hombre seguía vestido con su armadura, pero hoy un casco le cubría toda la cabeza desde el cuello hacia arriba. A primera vista, era difícil saber si era humano o no.

“Gracias por venir.” Dijo. “Te presentaré al oficial al mando ahora mismo. ¡Gemma!”

Una persona salió de detrás de Eudwright.

“Oh, es el tipo de ayer.” Dije.

“Eso es correcto.” Eudwright asintió con gravedad.

Fue el joven caballero que golpeó a Sept. Ahora que le echaba otro vistazo, era lo suficientemente delgado como para esconderse por completo detrás del comandante. La enorme complexión de Eudwright también podría haber contribuido a ello.

Tenía la piel morena, lo que no era habitual en esta zona, y el cabello muy corto. Cuando le miré de cerca la cara, me sorprendieron sus rasgos cincelados y lo grandes que eran sus ojos.

Parecía caballeroso y varonil.

“¿Puedo hacer una pregunta extraña?” Dije.

Gemma ladeó la cabeza. “Claro, supongo.”

“Eres un hombre, ¿verdad?”

“No. Lo siento, pero soy una mujer.”

Vale, lo entiendo. Al parecer carecía de la capacidad de determinar el sexo de los seres vivos. Me hizo pensar que tal vez incluso el comandante Eudwright era una mujer.

“¿Tienes algún problema con una mujer como comandante?”

“Oh, no. No es eso. No quise ofender. Es sólo que últimamente he confundido el sexo de mucha gente.”

Gemma me miró con desconfianza.

“Sé educada, Gemma.” Reprendió Eudwright. “Puede que sean una bruja y una Bestia Caída, pero serán cruciales para proteger a tu escuadrón.”

Gemma se enderezó. “Le pido perdón.” Dijo. “Me disculpo por mi comportamiento, incluyendo el incidente de ayer. Tenía la intención de haceruna leve protesta,pero perdí la compostura. No tengo excusas.

Me llamo Gemma.”

“Soy Zero.” Dijo la bruja. “Este es Mercenario.”

“Mercenario no es un nombre, ¿verdad?”

“Y el cero es sólo un número.” Dije.

“Oh, claro.” Gemma parpadeó repetidamente. Al contrario de la primera impresión que tuve de ella, parecía tener una personalidad franca.

“Tenemos nuestras propias razones para mantener nuestros verdaderos nombres en secreto.” Dije. “Llámenos como quiera.”

Probablemente no era necesario mantener mi nombre en secreto a estas alturas. De hecho, yo mismo estuve a punto de olvidarlo.

Le tendí la mano para estrecharla y Gemma dio un respingo y se quedó paralizada.

“Oh, lo siento.” Retiré mi mano. “Probablemente no deberías hacer contacto directo conmigo, ¿eh?”

Gemma sacudió rápidamente la cabeza. “¡Oh, no es eso! Lo siento.

Me siento un poco incómoda cerca de Bestias Caídas. Que conste que esto también va para las brujas. No puedo cambiar de marcha tan bien como el Comandante Eudwright. Aunque soy consciente de que necesitamos el poder de una bruja.”

“No hace falta que te disculpes. Es normal sentirse así.”

Además, era una joven de una familia de buena posición, con la autoridad para comandar a los Caballeros Templarios. Merecía elogios

sólo por no gritar y maldecir delante de una Bestia Caída.

“Esto puede sonar como una excusa, pero mi padre fue asesinado por una Bestia Caída hace mucho tiempo.” Dijo. “Fue en el campo de batalla, así que no hay nadie a quien culpar realmente, pero no puedo evitarlo. Tú también eras un mercenario, ¿verdad? ¿Estuviste mucho tiempo en el negocio?”

“Sí, más o menos.”

“Ya veo.” Gemma esbozó una amplia sonrisa.“Entonces puede que al menos hayas oído hablar de él. Fue un mercenario famoso por su crueldad, conocido como la Bestia Negra de la Muerte.”

-FIN DEL VOLUMEN 7-