Koujo Denka (NL)

Volumen 3

Capitulo 4: No Lo Menciones

Parte 2

El joven, por el contrario, parecía perdido en sus pensamientos. Eso no impidió que las lanzas aceleraran a velocidades tremendas, con el objetivo de empalarlo… pero cada una de ellas se desvaneció en el aire antes de llegar a su círculo.

¡¿Él disipó magia avanzada?! ¿Pero cómo…?

“La Dama de la Espada es fuerte”, continuó Gil-sama.

“La comandante de la guardia real y la ex Dama de la Espada,   la  duquesa Lisa Leinster, son probablemente las únicas personas en el reino que podrían enfrentarse cara a cara con ella. Si la Anego estuviera sola, de todos modos”

“¿Quieres decir que las cosas serían diferentes si ella tuviera su ‘Cerebro’ con ella?”

Yo pregunté.

“La Anego es imbatible con Senpai a su lado; ni siquiera el Héroe del imperio pudo derribarla. Si los dos se pusieran serios, podrían sacudir en gran medida el equilibrio de poder en el reino, en realidad, convertirlo en su reino y sus vecinos”

“D-Debes estar bromeando. Casi los haces sonar como los antiguos…”

Me quedé en silencio, dejando la palabra “héroes” sin pronunciar. Gil-sama me miró con desdén, como si me hubiera retrasado en darme cuenta de un hecho básico.

“La Dama de la Espada comenzó a acumular honores hace cuatro años”, dijo.

“¿Por qué crees que es?”

“Tal vez ella era demasiado joven antes de eso,” aventuré.

Gil-sama ahogó una risa burlona, que era completamente diferente a la risa que le había dirigido al joven.

“Entonces, ¿crees que podrías haber vencido a la Anego cuando tenía trece años? Dicen que tuvo a Rodde-san, el Archimago, contra las cuerdas y casi llorando durante su examen de ingreso a la Royal Academy, y eso fue antes de que realmente pudiera usar la magia”

No dije nada. No podría afirmar que ganaría esa pelea. ¿Cómo podría? El Archimago era una leyenda viva con más de dos siglos de experiencia. Incluso los libros de historia lo señalaron, informando que había ganado la gloria en batalla tras batalla durante la Guerra del Señor Oscuro e incluso se enfrentó a su homónimo en combate. Era sobrehumano, algunos incluso dijeron “inmortal”.

“Cuando la Anego comenzó la universidad, ella era más de lo que incluso el profesor podía manejar”, continuó Gil-sama.

“Senpai estaba viendo la pelea, así que no había forma de que ella perdiera. Cuando lo haga, será el fin del mundo”

Estaba aturdida.

Por “El profesor”, ¿se refería al antiguo jefe de la corte de hechiceros? ¿El hombre conocido como “el único hechicero que puede rivalizar con el Archimago”? Prácticamente podía escuchar la sangre saliendo de mi cara. Había venido hasta aquí para ayudar a Gil-sama.

“Todo el mundo se ha equivocado. Los Leinster fueron los primeros en notar a Senpai, ¿y te das cuenta de cuánto ha hecho por ellos?” preguntó Gil-sama.

“La Anego heredó su apodo y su casa prosperó. Será lo mismo con los Howard. Y en el centro de todo está…”

“Basta de eso”

Interrumpió el joven, agarrando a Gil-sama por las mejillas. Se me heló la sangre. Ni siquiera había detectado su acercamiento. Si su intención hubiera sido asesinar a mi señor, ni siquiera podría haber servido como escudo humano.

“¡S-Swwenpai!” Gil-sama protestó.

“¡Ohw! ¡Eso duele!”

“¡¿Es esa una forma de hablarle a una chica que apenas conoces?!”

Dijo el joven y luego se giró hacia mí.

“Por favor, no le hagas caso”

Asentí con la cabeza como exigía la cortesía, pero también apreté los dientes en silencio por la frustración.

“Eres demasiado blando con las chicas”, se quejó Gil-sama.

“¿Dónde está la presidenta?”

“Tomando un descanso”

Su Excelencia estaba sobre una rodilla y jadeando por aire, su estoque clavado en la tierra. Los hechizos y los golpes de espada habían hecho un desastre en el suelo a su alrededor, pero la tierra dentro del círculo que había rodeado al joven estaba… ¿ilesa?

“Oh…”, dijo Gil-sama.

“No le diste ningún relevo”

“¿Te importaría unirte?”

“¡Como si mi importara!”

El joven se miró los pies, luciendo bastante abatido. Fue un acto, pero sacudió a Gil-sama, no obstante.

Basta, Gil-sama. No pongas esa cara donde te puedo ver.

“¿No te caigo bien, Gil?” preguntó el joven.

“No puedo creer que mis antiguos compañeros de escuela me desprecien. Me rompe el corazón…”

“V-Vamos, Senpai. Sabes que eres fácil con las chicas, pero nunca con nosotros. ¡No es justo!”

“Gil, nadie que tenga mejor suerte en el amor que su estudiante  de   último   año merece  una desventaja. ¿No fue eso lo primero que aprendiste en la escuela?”

“¡E-Eres inhumano!”

Gil-sama gritó y luego agregó en voz más baja:

“Además, acabas de tener a la Anego ejecutando una defensa perfecta. Solo mira cómo terminaste en el momento en que saliste de sus garras. Tal vez tienes demasiada naturalidad con las señoritas”

“¿Uhm? ¿Dijiste algo sobre mí?

“No. Dame un respiro. Ahora, ¿no tienes más entrenamiento que hacer?”

“Oh, tienes razón. ¡Stella-Ojou, el tiempo de descanso ha terminado!”

Su Excelencia gimió de dolor e indignación, pero aun así se puso de pie, con los ojos llenos de ganas de luchar. Se reanudó la sesión de entrenamiento.

La chica debe haber puesto un esfuerzo incesante tanto en el lanzamiento de hechizos como en el manejo de la espada, pero… no le sirvió de nada. Sus hechizos se desvanecieron antes de alcanzar su objetivo, mientras que todos sus golpes de espada fueron bloqueados y desviados. Los hechizos elementales del joven aparecieron de forma impredecible desde todas las direcciones, y cada uno de sus disparos dio en el blanco.

¿Cómo lo hace? Si esto fuera una pelea real, habría terminado hace mucho tiempo.

Volví a pensar en mis instrucciones: “El plebeyo, Allen, no  tiene  importancia. Ignóralo.  Los movimientos de los Leinster y los Howard son su máxima   prioridad. Debemos aprender  cómo responderán a nuestra Gran Causa”. Pero estas suposiciones eran incorrectas. Si nos convertíamos en enemigos de este joven, el plan seguramente fracasaría. Exigió la máxima cautela.

“No sé qué está tramando la casa principal, pero no voy a convertirme en duque”, se quejó mi señor a mi lado.

“Papá se preocupa demasiado. No hay forma de que mis hermanos intenten nada. Y quiero quedarme en igualdad de condiciones con Senpai”

No. Está equivocado, mi señor. ¡Te van a usar! La Casa Ducal de Algren no significa nada para mí, pero tú…

Gil-sama me había salvado cuando era niño y quería protegerlo. Pero no podía decirle la verdad: Mis labios estaban sellados por magia.

“Así es”

Dijo el joven, felicitando a Su Excelencia cuando comenzó a contrarrestar los hechizos que venían de otras direcciones que no estaban frente a ella.

“Nunca se sabe de qué ángulo vendrán los hechizos de Tina, Ellie y Karen”.

“¡C-Correcto!”

Pase lo que pase, necesitaba mantener a Gil-sama

a salvo. Y en la actualidad, eso significaba no perder el tiempo investigando a este joven. Fue por la supervivencia de mi querido señor.

***

Era una mañana de fin de semana y Stella-Ojou y yo estábamos sentados en un café familiar con un techo azul cielo. Afuera, desafortunadamente parecía lluvia, aunque disfruté viendo los coloridos paraguas a través de las ventanas. Tomé un sorbo de café mientras hojeaba mi cuaderno. Estaba delicioso.

La joven sentada frente a mí estaba vestida con pantalones cortos, una camisa y una boina, todo lo cual le sentaba maravillosamente.

“¿U-Uhm, Allen-sama?” ella dijo.

“¿Sí? Si quieres mi tarta, sírvete la mitad”

Seccioné mi tarta y moví una pieza a su plato ya vacío.

“¿En serio? Muchas gracias, no, no es eso”

Los ojos de Stella-Ojou brillaron, pero luego se llevó las manos a la frente. ¿No quería ella está deliciosa tarta de frutas de temporada?

“¡Tenemos muy poco tiempo para desperdiciarlo así!” ella suplicó seriamente.

“Los descansos son necesarios”, respondí.

“Hemos estado entrenando después de que termina tu día escolar durante seis días seguidos. Además de eso, estoy mucho más preocupado de que estés en tu tercer año en la Royal Academy y nunca hayas puesto un pie en un café por tu cuenta.

“B-Bueno… Estaba avergonzada”

Ella se inquietó y luego tomó su taza. Cada uno de sus movimientos irradiaba gracia. Podía entender por qué Karen me había dicho que “Stella es secretamente muy, muy popular entre los chicos. Ella está fuera de la liga de todos”.

Pasé a una página en blanco de mi cuaderno.

“No me andaré con rodeos, tal como están las cosas, vas a perder la próxima semana. ¿Confío en que te des cuenta de eso?”

Parecía preocupada cuando dijo:

“Sí, lo sé”

“Apenas tendrás tiempo suficiente para hacer mejoras menores a tus fórmulas de hechizos, y mucho menos reemplazarlas. Te sugiero que pelees usando las fórmulas existentes”

“P-Pero… ¿Tina, Ellie y Karen no usan tus fórmulas de hechizos?”

“Ellas sí.”

“E-Entonces, ¿cómo puedo competir con ellas a menos que haga lo mismo?”

Tina, Ellie y Karen usaron las nuevas fórmulas de hechizos con un mayor “espacio en blanco” que había ideado en lugar de los equivalentes establecidos. Eso fue para Lydia y Lynne también. Había muchas ventajas en esto, pero a alguien que había practicado las fórmulas existentes durante tanto tiempo como Stella-Ojou le resultaría difícil hacer el cambio tan rápido. Las otras chicas solo lograron hacerlo porque habían aprendido mis fórmulas antes de completar su educación mágica básica.

“Has dominado la magia avanzada”, dije con un movimiento de cabeza.

“Intentar cambiar las fórmulas por la fuerza supondría un riesgo mayor. Al menos podemos revisar las partes que lo limitan a la implementación y activación hacia adelante, pero sugiero que encontremos otras formas de cerrar la brecha”.

“¿Como?”

“Mira”

Mi bolígrafo corría por la página mientras anotaba las principales características de nuestros tres oponentes:

Tina: Una típica luchadora de retaguardia. Algo deficiente en espacios cerrados.

Ellie: Una luchadora de rango medio que también se destaca en el combate cuerpo a cuerpo. Una lanzadora extremadamente silenciosa.

Karen: Esencialmente un luchadora de primera línea, pero capaz de luchar en todos los rangos.

Stella-Ojou me observaba atentamente escribir, pero parecía tener dificultades para leer mis notas desde donde estaba sentada. Me moví a un lado y palmeé el sofá a mi lado un par de veces. Stella-Ojou me lanzó una mirada inquisitiva.

“Siéntate a mi lado”, le dije.

“Oh… P-Por supuesto”

La encantadora joven se sonrojó y se sentó a mi lado, dejando un palmo o dos de espacio entre nosotros. Capté un ligero aroma notablemente floral. ¿Será su perfume?

Reanudé mi explicación.

“Como puedes ver, no hay brechas en su formación. Tina y Ellie están sincronizadas, mientras que Karen principalmente toma la vanguardia, pero también puede luchar a larga distancia”

Stella-Ojou hizo una pausa antes de responder “Lo sé”.

“Tú, Stella-Ojou, es una persona polifacética, puede desempeñar cualquier papel a la perfección. También sobresales en la activación de múltiples hechizos simultáneamente.”

“Puede que lo haga sin problemas, pero no puedo hacer nada especial” objetó mientras cortaba su tarta con un tenedor.

Stella-Ojou se comparó favorablemente con otros en su grupo de edad. Su manejo de la espada se ceñía estrechamente a los fundamentos, y su lanzamiento de hechizos era tan firme como su personalidad. Incluso había aprendido tres hechizos avanzados. Estaba más que calificada para dirigir el consejo estudiantil, pero sufría una pérdida de confianza. Solo esperaba que ella se diera cuenta de eso por sí misma.

“Eso significa que tienes ventaja en algunas áreas”, dije.

“¿Qué?”

“En primer lugar, puedes derrotar a Tina”

“Mi hermana puede lanzar un hechizo supremo”, respondió vacilante Stella-Ojou.

“Eso no importa. Eres mejor que ella en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que solo necesitas una distancia cercana con ella. También deberías poder atravesar sus aluviones de hechizos siempre que te concentres en la defensa”.

Agregué mis observaciones al cuaderno entre los nombres de las dos mujeres nobles, lo que provocó que la joven de cabello platino parpadeara sorprendida.

“También puedes derrotar a Ellie”, continué, haciendo otra adición a mi cuaderno.

“Ella no está bien preparada para el combate de largo alcance en este momento, aunque eso puede cambiar.    Entonces, simplemente  mantén   la distancia y oblígala a involucrarte por completo con hechizos”

La comprensión apareció en los ojos de Stella-Ojou. No habría necesitado que le dijera esto si hubiera sido la misma de siempre, pero la presión mental  excesiva  impediría  que   alguien   se desempeñara al máximo.

“El problema es Karen”

Agregué otro nombre al cuaderno, el mío, lo que hizo que Stella-Ojou se quedara sin aliento.

“Recuerda: este duelo será de dos contra tres, no de uno contra tres”

“P-Pero… a menos que lo haga yo mismo…”

“Disculpé” Llamé la atención de una camarera familiar.

“Otro café, por favor.”

“¡De inmediato!”

La camarera mostró un gran interés mientras tomaba mi pedido, pero ejercí mi derecho a permanecer en silencio. La interrupción había dejado a Stella-Ojou vacilante.

“Acabo de pedir un café a la camarera, ¿no?” Yo pregunté.

“¿Eh? Oh sí. Lo hiciste,” respondió Stella-Ojou.

“Ahí está tu respuesta”.

“No lo sé—”

“No tienes que pensar en hacer todo tú misma. Dependo de la ayuda de muchas otras personas. Tomemos a Lydia, por ejemplo: la obligo a lidiar con la mayoría de los combates realmente intensos”

Esta joven estaba tratando de asumir demasiado sola. Había tanto que una sola persona podía hacer, y nadie podía controlarlo todo. Esperaba recordárselo a Tina, Ellie y Karen también.

“¿Puedo pedir su ayuda?” preguntó tímidamente Stella-Ojou.

“Por todos los medios”, respondí.

“Pero no debes confiar en mí para todo. Lloraría si te parecieras a la hija de otro duque que egoístamente me impone todo menos el combate”

Stella-Ojou se rio.

“Podría disfrutar haciéndote llorar”

Simplemente levanté mis manos en señal de rendición. Ambos nos echamos a reír y luego intercambiamos sonrisas relajadas.

“Haré lo mejor que pueda”, dijo Stella-Ojou en voz baja.

“Cuando esto termine… ¿puedo pedirte un favor?”

“¿Un favor?” repetí.

“Sí. Estoy seguro de que podría trabajar mucho, mucho más duro si tú lo hicieras. ¿Por favor?”

Había algo engatusador en la forma en que la hermosa joven me miraba.

Tienes razón, Karen. Estoy seguro de que su presidenta es muy popular.

“Muy bien,” dije.

“Te daré todos los memorandos secretos del profesor sobre Los Mejores Postres de la Capital Real”

Ella se enfureció y me dio una bofetada juguetona. Cada uno de sus gestos era adorable.

“Si ganas, te haré el favor que quieras”, respondí con una sonrisa.

“Pero,  por  favor,  no  lo hagas demasiado extravagante”

Estaba a punto de salir del café cuando Stella-Ojou dejó escapar un grito.

“¡Falta mi paraguas!” ella dijo.

Por un tiempo, la ayudé a buscarlo, pero realmente ya no estaba. Alguien debe haberlo tomado por error.

Detrás del mostrador, el propietario le decía algo a la camarera, pero todo lo que pude entender fue “Nuestro… lo tengo”. Me pregunté de qué estaban hablando.

Todavía estaba lloviendo afuera, así que le ofrecí mi propio paraguas a Stella-Ojou.

“Por favor, siéntete libre”, le dije.

“¿Q-Qué?” preguntó ella, luciendo sorprendida.

“No podría. La villa no está lejos”

“Yo insisto. ¿Qué pasa si te resfrías?”

“Correré a casa.”

“¡No! ¡N-No sé qué haría si te enfermaras!”

“Eres una presidenta del consejo estudiantil bastante terca”.

“Y eres un tutor privado bastante terco”

Estábamos en un callejón sin salida. Ninguno de nosotros estaba dispuesto a dar marcha atrás.

La camarera se acercó a nosotros con una sonrisa.

“¿Por qué no comparten un paraguas?” ella sugirió alegremente.

“No tenemos uno de sobra”

Stella-Ojou parecía un poco confundida, luego lanzó una mirada a mi paraguas. Finalmente, sus ojos se abrieron. La camarera era todo sonrisas.

Bueno, no puedo dejar que se empape, pensé mientras abría mi paraguas y le hacía señas a la joven para que se uniera a mí.

“D-Disculpa”, dijo Stella-Ojou, tropezando con sus palabras como Ellie.

A pesar de su vergüenza, se unió a mí bajo el paraguas. Nuestros hombros chocaron, y ella se retiró  rápidamente  pero  luego  se  acercó tímidamente de nuevo hasta que nuestros hombros se tocaron. Estaba tan sonrojada que incluso sus orejas estaban rojas y su rostro apuntaba resueltamente hacia abajo.

“Stella-Ojou,” dije, comenzando a caminar.

“¿Sí?” ella respondió lentamente.

“Vamos. ¿Qué dices?”

“¡S-Sí, vamos!”