Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 5

Capítulo 19: Los Reyes Magos

El puente debajo del tren conectaba dos acantilados y estaba construido para albergar vías en ambas direcciones. Un vasto río fluía por el valle de abajo, alimentado por la lejana e imposiblemente alta cascada.

El cielo estaba despejado, pero el puente estaba mojado por la niebla de la cascada. Mira corrió hacia el demonio reformado y miró hacia arriba.

“Ciertamente era urgente.” Reflexionó.

Sobre el puente, se habían reunido más de cien Demonios Menores, junto con algunos de mayor rango. Algunos descendían para aterrizar en los raíles y luchar con Wallenstein. Mira pudo ver que docenas ya habían sido derrotados. Parecía que Wallenstein lo estaba manejando por el momento.

Al notar a Mira, el demonio reformado dijo: “He oído hablar de ti.

Amiga de Wally, ¿verdad? Soy Fausto. Odio imponerme, pero realmente podríamos usar tu ayuda aquí.”

“Llámame Mira.” Respondió ella. “También me habló de tu trabajo. Infórmame de la situación y te ayudaré en lo que pueda.”

Parecía que Fausto podía guardar sus alas a voluntad, pues ya no las llevaba a la espalda. Sin mencionar que actuaba como ningún otro demonio que ella hubiera encontrado. Era… agradable.

Lehizo un rápido resumen.Habían logrado someteral demonio que había tramado todo esto. Mira se dio cuenta de que estaba atado a los pies de Fausto. Sin embargo, el demonio había hecho algún movimiento antes de que lo capturaran que llamó una horda de Demonios Menores. La suposición de Fausto era que estos Demonios Menores habían estado esperando un plan mayor. Pero ahora que el demonio había sido acorralado, no tenía nada que perder y los liberó.

Los Demonios Menores eran esencialmente peones. Sin las órdenes de un verdadero demonio, no se moverían. El número de peones que un demonio controlaba era proporcional a su fuerza. Incluso con la mayoría de sus habilidades selladas, este demonio de rango vizcondal podía controlar cientos de Demonios Menores.

“Hay que ver.” Murmuró Mira sorprendida. “No tenía ni idea de que los vizcondes tuvieran esas habilidades.”

“Sí. Hay más, pero han sido sellados en su mayor parte. Pero controlar a los Demonios Menores es una habilidad que no puede ser sellada.” Dijo Fausto, mirando al demonio a sus pies. “Para ellos es tan fácil como respirar.”

“Como dijo Fausto, esta turba de Demonios Menores está cumpliendo órdenes. Sólo que no sé cuáles son las órdenes que requieren tantos de ellos.” Murmuró irritado Wallenstein, que había regresado en algún momento. Como era de esperar de un Sabio, ya había hecho saltar en pedazos a todos los Demonios Menores que se encontraban en el puente.

Justo en ese momento, el demonio que yacía en el puente comenzó a cacarear enloquecidamente mientras más Demonios Menores se lanzaban al ataque. Se oyó el sonido de una explosión, seguido por el traqueteo de todo el puente. Los Demonios Menores que se aferraban al puente comenzaron a autodestruirse. Parecía que el demonio simplemente iba a destruir el puente mientras la mitad de los pasajeros permanecían a bordo, esperando ser evacuados.

Los Reyes Magos no podían dejar caer el puente. Wallenstein se apresuró a dirigirse por debajo de las vías, gritando: “¡Danblf, toma los de arriba!”

“Hmph. Déjamelo a mí.” Respondió Mira y enseguida convocó a Garuda.

El círculo mágico se elevó en el aire y de él surgió un pájaro iridiscente. Con un solo movimiento de sus alas, hizo volar a los Demonios Menores. Gritaron al ser arrojados fuera de su curso. Pero los vientos que se agitaron también sacudieron el tren. Mira pudo oír los gritos aterrorizados de los pasajeros a través de las ventanas abiertas.

“Hmm. Veo que los ataques de área amplia son demasiado peligrosos.”

Mira cambió rápidamente de táctica.

Garuda respondió y aumentó su abrumadora presencia mientras miraba al enemigo, reteniéndolo por la fuerza de su voluntad. Ahora estaba preparado para obstruir su carga con su propio cuerpo masivo.

Al darse cuenta de que no podrían atravesar el enorme Espíritu del Viento, los Demonios Menores detuvieron su carga y empezaron a buscar aperturas a su alrededor.

Con los demonios retenidos por el momento, se reanudó la evacuación. Mira decidió comprobar cómo estaba Wallenstein bajo el puente.

Mientras Mira observaba, corrió, utilizando la estructura de varias capas como punto de apoyo para destruir a la turba de Demonios Menores con fuego blanco. En medio de las llamas blancas, su traje negro resaltaba aún más. De vez en cuando, las llamas negras se extendían y se acercaban a los enemigos para quemarlos. Parecía que

seguía haciendo honor a su título: La Sombra.

Mira estaba familiarizada con las tácticas generales, pero muchos de sus movimientos y hechizos la excitaban por su falta de ortodoxia.

Ella había pensado que ya dominaba su campo en eljuego,pero parecía que había estado afinando sus habilidades. Recordando que hacía poco que habíadesarrollado la invocación parcial,miró alcielo con una gran sonrisa, anticipando qué más podría descubrir.

Mira dejó que Wallenstein hiciera lo que mejor sabía hacer, y volvió a limpiar la zona de arriba.

Garuda había actuado como un escudo impenetrable bloqueando los ataques desde el cielo. Pero algunos Demonios Menores estaban dando amplios rodeos para aterrizar bajo el puente. Con tantos viniendo hacia él, incluso Wallenstein podría dejar pasar alguno accidentalmente.

Es mejor tratar con ellos aquí arriba…

Mira convocó a Pegaso. Los amplios ataques de Garuda golpearían a amigos y enemigos por igual, pero Pegaso era una invocación adecuada para una batalla cuerpo a cuerpo en el aire.

“Ven, Pegaso. Hoy lucharemos. Ten cuidado; la unión hace la fuerza.” Mira acarició la crin de Pegaso mientras éste le acariciaba la mejilla. Señaló a los Demonios Menores que pululaban en el cielo y ordenó: “Corre a tu gusto.”

Pegaso relinchó alegremente y emprendió el vuelo. Rompió las defensas de los Demonios Menores y los derribó uno tras otro. Pronto los Demonios Menores reformaron sus filas para minimizar las bajas.

“Hrmm. Tienen un capitán entre ellos.”

Los Demonios Menores y los monstruos pueden tener a veces líderes excepcionalmente competentes conocidos como capitanes. La presencia de un capitán puede inclinar la balanza de una batalla, especialmente durante un enjambre de monstruos.

Según las acciones coordinadas de los Demonios Menores, este líder no se quedaba atrás. Algunos incluso fueron capaces de separarse para acosar a los pasajeros que evacuaban. Los aventureros se habían dispersado para proteger a los débiles, pero sus atacantes estaban listos para atacar en cualquier oportunidad.

Si Mira tardaba demasiado, habría demasiados evacuados que proteger.

Lanzó otro hechizo de invocación.

[Evocación: Hipogrifo]

Un círculo mágico se elevó y el Hipogrifo emergió con pasos lentos. Con la parte superior del cuerpo de un águila y el torso y las patas de un caballo, era realmente una leyenda hecha realidad. El Hipogrifo de Mira tenía marcados rasgos de águila. Sus ojos eran penetrantes y estaba envuelto en unas magníficas alas que parecían realmente feroces cuando se abrían. Sus patas eran musculosas, añadiendo la fuerza de un guerrero a su elegante porte.

El Hipogrifo era tan experto en el combate en el aire como Pegaso.

Si Mira lo enviaba desde el lado opuesto, deberían ser capaces de romper la formación de los Demonios Menores con facilidad.

Pero… era la primera vez que se veían en treinta años. ¿Cómo se sentiría el Hipogrifo? Sintiéndose incómoda, Mira miró al Hipogrifo a os ojos, igual que cuando se conocieron.

Después de un momento, el Hipogrifo extendió sus alas y se acercó a Mira. Extendió la cabeza hacia delante y dobló las piernas como si se inclinara. Parecía un caballero jurando lealtad a su señor, y sus ojos estaban llenos de alegría por el regreso de su amo.

“Ya veo. Treinta años después, ¿y todavía sirves?” Mira sonrió y apoyó una mano en la frente del Hipogrifo. “Se agradece tu lealtad.

Luchemos juntos una vez más.”

El Hipogrifo batió sus alas con fuerza en respuesta.

Mira señaló hacia la horda de Demonios Menores en el cielo y rugió: “¡Extermínalos!”

El Hipogrifo chilló y se lanzó hacia delante como una flecha, asaltando a los Demonios Menores en un ataque aéreo en pinza con Pegaso. La repentina emboscada de ambos bandos sacudió a los demonios, que habían centrado su atención en Mira.

“Esta es una rara oportunidad para otra prueba. Será mejor que lo intentemos.” Decenas de demonios menores fueron abatidos en un instante cuando unos brazos negros con espadas negras aparecieron de la nada y se abalanzaron sobre sus desventurados enemigos. “Ajá. No hay problemas.”

Mira descubrió que si apuntaba a un momento en el que el enemigo se había detenido por alguna razón, podía convocar múltiples espadas y aun así dar en el blanco.

Próxima prueba: golpear objetivos en conjunto con sus convocatorias parciales. Mira dio nuevas órdenes a Pegaso e Hipogrifo. Este campo de batalla era ahora el campo de pruebas de Mira.

Fausto dejó de luchar para mirar.

Un ataque en pinza y un repentino golpe mortal desde el aire.

Cuando los demonios intentaron acortar susfilas, Pegaso lanzó un rayo y los dispersó. No terminó ahí; el Hipogrifo los buscó y desgarró uno tras otro. El ánimo de Pegaso había cambiado. Ahora caía sobre el enemigo con una ferocidad aterradora, sus ojos ardían de celos cada vez que ponía los ojos en el Hipogrifo.

Garuda siguió proporcionando una barrera entre la tierra y el cielo.

Pegaso e Hipogrifo devastaron las formaciones enemigas, y las espadas negras abatieron a los demonios en cada oportunidad. Pronto, los cientos de Demonios Menores que habían cubierto el cielo fueron eliminados.

“Hmph. ¿Era eso?” Mira observó el cielo con satisfacción mientras aterrizaba junto a Fausto, confirmando que ningún demonio había escapado.

Al hacerlo, sus ojos se detuvieron en los aventureros que estaban junto al grupo de pasajeros evacuados. Como estaban a más de cien metros de distancia, no podía ver sus rostros, pero todos parecían estar congelados de asombro.

“Un trabajo maravilloso. Ni siquiera se acercaron a los pasajeros. Erm… ¿Debo llamarte Mira? Porque Wally te llamó Danblf hace un minuto, pero…” Fausto parecía impresionado, pero también había cierta confusión en su rostro.

“Ughh…” Mira se estremeció.

“Según recuerdo, Danblf era otro Sabio…”

“Fausto, voy a detenerte ahí.” Interrumpió Mira, mirándolo con ojos como dagas. “¿Me entiendes?”

“… De acuerdo. Mira. Tu nombre es Mira.” Dado que ella acababa de ganar una batalla aérea sin ayuda, Fausto no estaba dispuesto a discutir.

“Bien. Ahora, me pregunto por qué tantos demonios se reunieron aquí.”

Wallenstein seguía luchando bajo el puente, pero estaba seguro de que pronto acabaría con todos. Mira dejó a Garuda de guardia y se quedó mirando.

“Creo que se estaban preparando para la destrucción del puente.”

Respondió Fausto. “Un solo demonio no puede reunir la energía vital de más de mil muertos a la vez. Los Demonios Menores probablemente estaban buscando restos.” Hizo una pausa, y luego añadió, con cierta inquietud: “Yo lo sabría.”