Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 5

Capítulo 18: Misión Cumplido

Sólo habían pasado unos minutos desde que comenzó la batalla entre Mira y el Agente Smith, pero ya habían intercambiado innumerables golpes.

“¡Maldita sea! Juegas sucio, ¿eh?” Exclamó y retrocedió, con el pánico claramente reflejado en su rostro.

“¿Jugar sucio? ¿Cómo te atreves a insultarme?”

Mira reconocía una oportunidad cuando la veía, pero se detuvo en seco, enfurecida por su insulto. Había luchado contra él limpiamente.

Su afirmación era indignante.

“¡Ya me has oído! ¿Por qué saltas con esa falda tan corta? Es una distracción.” Replicó, sin poder evitarlo. Durante toda la pelea, había estado sometido al continuo asalto de vistazos a las bragas de Mira.

“¿Qué, ese es tu problema? ¿Los ojos detrás de esas gafas de sol me han estado espiando todo el tiempo? Eres un pervertido de cabo a rabo.” Mira sonrió diabólicamente ahora que había descubierto esta inesperada debilidad.

“¡¿Qué?! ¡Cállate! ¡Sólo he echado un vistazo! ¡No estaba mirando a propósito!” Se defendió frenéticamente, ajustando sus gafas de sol.

¿Qué pasó con su actitud estoica en el viaje hasta aquí? A pesar de su traje de agente secreto, estaba claramente agitado.

“Demasiado tarde. El gato ya está fuera de la bolsa.” Mira sonrió, un poco más satisfecha ahora que había revelado su pequeño y sucio secreto.

Espera. ¿He conocido a este tipo antes?

De repente le pareció… familiar. Como alguien que ella conocía.

Mira buscó su rostro; sus rasgos eran demasiado difíciles de distinguir tras el sombrero y las gafas de sol.

“Por Dios. Como chica, deberías tener algo de modestia.” Se quejó petulantemente.

Con los ojos todavía puestos en su enemigo, Mira preguntó: “Si te molestan tanto las bragas, entonces no debes ser un demonio disfrazado. ¿O es que a los demonios también les gusta la ropa interior de las chicas guapas?”

Frunció el ceño ante la burla, pero rápidamente controló su expresión y respondió: “No soy un demonio. Soy humano.”

“Entonces, ¿por qué protegiste a ese demonio? ¿Eres una especie de cultista?” Le presionó más.

Se lo pensó bien antes de responder, y su actitud cambió. Observó a Mira fijamente a los ojos y dijo en voz baja, pero con sinceridad:

“Los demonios no son siempre el enemigo.”

“¿Qué?”

¿Cómo podría elpeor enemigo de la humanidad no ser un enemigo?

¿Qué significaba eso?

Un extraño recuerdo surgió en la mente de Mira.

“Demonios y ángeles… ¿Diablos?” El recuerdo era fugaz, como un sueño nebuloso: misterioso, nostálgico y borroso a la vez.

Cuando las palabras salieron de la boca de Mira, el agente Smith se sorprendió. “¿Qué acabas de decir?”

La sorpresa le dejó libre para atacar y esta vez, Mira no dudó. Se sacudió los recuerdos borrosos, saltó hacia delante y utilizó Tierra Encogida para reducir la distancia entre ellos. En un instante, estaba a tiro de piedra.

“¡Ya te tengo!” Sin preocuparse por el movimiento de su falda, empujó un puño hacia delante, agitando su cabello con el movimiento.

“¡¿Qué?!” Se recuperó de su sorpresa y trató de cuadrarse, pero Mira estaba ante sus ojos. Olió su dulce aroma y sus ojos se fijaron en el encantador escote de su vestido. Sus mejillas se colorearon.

No pudo evitar fijarse en él. Sus afinados sentidos fueron su perdición.

El glorioso golpe de Mira aterrizó perfectamente.

Golpeado por las ondas de choque de [Artes Inmortales Cielo: Pulso], fue lanzado lejos de Mira, sus gafas de sol y su sombrero salieron volando en otra dirección.

“¡Otra jugada sucia!” Smith se levantó, con la cara roja de rabia y

vergüenza —quizás un poco más de lo segundo—. Los espectadores

exclamaron cuando se levantó, aparentemente ileso, después de recibir

semejante golpe.

Mira observó fijamente al hombre. “Espera un segundo… ¡yo te conozco!”

“¿Hm? Maldita sea.” Smith tomó sus gafas de sol y su sombrero y se los volvió a poner. Los ojos de Mira permanecieron fijos en él mientras avanzaba. “¿Qué? ¿Qué estás haciendo ahora?”

Ella estaba totalmente abierta al contraataque y su espíritu de lucha se había evaporado, pero él se preparó para otro truco sucio. Mira se acercó más y más hasta que estuvo al alcance de su brazo.

¿Qué estaba tramando? Mira era aún más bonita de cerca, lo que hizo que su corazón latiera al doble. Se sonrojó y se preparó para cualquier ataque que pudiera venir.

Mientras Mira observaba su expresión conflictiva, separó sus pequeños labios y susurró: “Eres Wallenstein.”

“¡¿Eh?!” Estaba claramente sorprendido por la afirmación.

“Sé quién eres. ¿Sabes quién soy yo?” Mira convocó a Caith Sith a sus pies.

“¡Es hora de que miau persona entre en acción!” Caith Sith

apareció, vestido con un traje rojo y adoptando una pose sentai como una especie de poderoso power ranger. La pancarta que tenía en la mano decía: “¡El mal no quedará sin castigo!”

“Magia de invocación… ¿Caith Sith? Pero espera, ¿antes no estabas usando Artes Inmortales?” Murmuró para sí mismo. “Espera.”

No era demasiado raro que alguien utilizara dos tipos de magia.

Pero tanto si utiliza su disciplina principal como la secundaria, sus habilidades en cada una de ellas deberían ser de menor calidad que las de alguien que se especializa en una sola escuela. Debería haber sido imposible que sus Artes Inmortales más débiles estuvieran a su altura.

Sólo había una persona que él sabía que podía lograr esto… “¿Eres tú, Danblf?” Preguntó en voz baja, asombrado.

“¡Sí! Pensé que te había reconocido.”

Mientras Cat Sith hacía otra pose rimbombante, Mira lo despidió y sonrió al agente Smi —¡no!— Wallenstein. Tragado por la luz, Caith Sith gritó: “¿Y yo qué?” Su cartel cayó al suelo, mostrando las palabras

‘MISIÓN CUMPLIDA’.

***

Sabio Wallenstein la Sombra.

Mira se sorprendió, pero Wallenstein se quedó perplejo. La miró de arriba abajo varias veces antes de suspirar finalmente: “Un caso de vanidad, ¿eh? ¿Pero por qué…? Oh. Espera un momento.”

Echó un vistazo al vagón y arrojó un frasco de agua bendita.

Cuando el frasco se hizo añicos en el suelo, Wallenstein activó la magia exorcista. Formó una barrera azul que los envolvió. Los gritos confusos de los demás aventureros se acallaron de inmediato.

“Listo. Ahora no deberían poder oírnos. Entonces, Danblf, ¿qué trae a una chica como tú a un lugar como éste?” Preguntó Wallenstein amablemente. Aparentemente todavía incómodo con la situación, miró la falda de Mira y sonrió con ironía.

“En cuanto a lo que estoy haciendo.” Comenzó Mira. “Estoy en camino de regreso a nuestro país de origen. Mi misión es encontrarlos a ustedes, holgazanes, y arrastrarlos de vuelta. Salomón nos necesita.”

Mira miró fijamente a Wallenstein.

“Urk… Lo siento. He estado lidiando con una situación.”

Respondió Wallenstein con cierta inquietud.

“¿Qué situación? Supongo que tiene algo que ver con ese demonio.” Mira sólo lo observó con más fuerza, descontenta con lo que sólo podía ser más trabajo para su lista de tareas.

“Umm…” Wallenstein parecía nervioso. “A ver, hace un momento has mencionado a los Diablos, ¿no?”

“¿Diablos, hrmm? ¿Lo hice?” Pensó Mira para sí misma, ladeando la cabeza.

“Los recuerdos aún son borrosos, supongo…”

Mira sacudió la cabeza. Si no podía recordar, no podía recordar.

Volvió a preguntar: “¿Y qué pasa con esta situación tuya?”

Wallenstein miró a Mira pensativo. “Bien. Te lo contaré todo.”

En primer lugar, explicó que él y sus amigos estaban viajando para intentar sellar las habilidades de los demonios. No para aniquilarlos, sino para hacerles recordar su misión original.

“¿Su misión original?” Preguntó Mira.

“Sí. Hace mucho tiempo, los demonios eran criaturas muy diferentes.”

***

En la antigüedad, la misión original de los demonios se había corrompido por sus poderes ilimitados. Fue entonces cuando se convirtieron en el enemigo de la humanidad que eran hoy.

Tras muchos años de investigación, se descubrió que sellar las habilidades de un demonio podía despertarles a su verdadero propósito. Una vez recuperados, subrayó Wallenstein, no volverían a ser una amenaza para los humanos. Los métodos diferían un poco entre los individuos, pero su objetivo era trabajar por un futuro mejor.

“El demonio que estaba rastreando era malo hasta los huesos. Pero si el sello funciona, debería poder coexistir con nosotros algún día.”

El proceso de sellado debía dividirse en varios pasos para evitar abrumar a los demonios. Y si se les trataba con violencia, su poder se volvería inestable. Forzar el proceso de sellado en ese estado supondría el riesgo de dañar sus recuerdos.

En otras palabras, Wallenstein tuvo que trabajar diplomáticamente.

El demonio de antes había sido sellado en un 80%. Sin embargo, recientemente había mostrado signos de estar tramando planes malvados, por lo que hoy Wallenstein lo vigilaba de cerca.

“Interesante.” Comentó Mira. “Ya veo por qué protegiste al demonio. ¿Pero qué hay de los planes del demonio?”

Mira observó en la dirección en la que el demonio había salido corriendo.

Wallenstein respondió: “Creemos que el demonio está tramando alimentarse del poder de las vidas perdidas para reponer el poder que perdió con el sello. Dudo que la elección de detener el tren justo aquí haya sido una coincidencia.”

Cuando un estado de vida se convertía en un estado de muerte, se emitía un enorme poder. Los demonios podían absorber y utilizar ese poder. Esta habilidad era parte de cómo los demonios se habían corrompido en primer lugar. En términos simples, ganaban puntos de experiencia y subían de nivel de esta manera. Un método conveniente para aquellos que deseaban la fuerza.

“Se hacen más fuertes devorando la vida, ¿eh? Ese poder sí que puede ser abusado. Hrmm… ¿Podría estar tratando de lanzar el tren al valle y matar a los pasajeros?”

“Me parece un plan demoníaco.”

Mira frunció el ceño, preocupada. “Si es así, ¿deberíamos bajar a los pasajeros del tren para estar seguros?” Sugirió.

Wallenstein señaló la ventanilla detrás de ellos. “Mis compañeros de los otros vagones ya están en ello.”

Mira se dio la vuelta. Fuera de la barrera insonorizada, todo el mundo había desaparecido ya. Al mirar por la ventanilla, vio filas de pasajeros evacuando.

“Trabajas rápido.” Reflexionó.

“Lo hacemos, pero dada la cantidad de gente, aún queda más de la mitad.”

Cuando Wallenstein terminó de hablar, el caballero que había saltado antes por la ventana volvió a entrar volando y golpeó la barrera.

Mira observó un par de alas de aspecto demoníaco en su espalda.

“Dime, ¿Wallenstein? ¿Es ese hombre…?”

“Sí, es un demonio que recordó su propósito.” Respondió Wallenstein con naturalidad. “De todos modos, probablemente deberíamos tener esto bajo control.” Añadió, y liberó la barrera.

El caballero habló inmediatamente, con el pánico en su voz.“Siento interrumpir su charla, pero esto es urgente. Vengan afuera.”

“Muéstrame.” Wallenstein saltó rápidamente a su lado.

Mira era la única que quedaba dentro del vagón.

Miró el agujero en la pared que habían hecho y pensó por un momento. ¿Todos los demonios originales se parecían a ese hombre?

Si no fuera por las alas en su espalda, habría parecido un humano normal. ¿Qué eran realmente los demonios? ¿Y cuál era su misión original?

Mientras pensaba para sí misma, la conmoción del exterior llegó a sus oídos. La palabra “urgente” pasó por su mente.

“Será mejor que yo también vaya a echar un vistazo.” Murmuró Mira para sí misma, siguiendo a Wallenstein fuera del tren.