Kenja no Deshi wo Nanoru Kenja (NL)

Volumen 5

Capítulo 17: Agente Smith

A la mañana siguiente, Mira salió temprano de su posada para recorrer la estación a pie. Se entregó una vez más a su nueva afición: elegir un bento de la estación. Las influencias culturales de los antiguos jugadores eran profundas y vastas; en el enorme mercado del interior de la estación, había todo tipo de cocinas disponibles.

¡Oh, cuencos de arroz con salmón! O quizás un guiso de carne troceada… Oooh, los sándwiches de carne siempre son emocionantes.

Pero, ¿cómo puede uno pasar por alto los cuencos de arroz de tofu mapo y las gyozas?

Mira recorrió los restaurantes, examinando todos y cada uno de ellos. Al final, compró la comida en “La Generosidad del Bosque”. Era bastante caro, y estaba relleno de setas y plantas comestibles del bosque de la base de las montañas, con una generosa capa de diversas carnes locales.

La voz de arriba anunció que el tren saldría en treinta minutos. Mira se dirigió al andén con una sonrisa de satisfacción.

***

Al parecer, otros pasajeros también utilizaron el aviso de treinta minutos como señal. La gente se agolpó en el andén y Mira volvió a utilizar su pequeña figura y sus Artes Inmortales para colarse en el tren antes que la multitud.

¿Hrmm? Ese hombre…

Cuando se aseguró el asiento de la ventana, sus ojos se posaron en una persona sentada sola en una esquina.

Se parece al asesino a sueldo que vi.

El hombre iba vestido exactamente igual que la persona misteriosa que había visto en un punto de interés en la primera mitad de su viaje.

Una camisa blanca bajo un traje negro bien ajustado.

Por otra parte, ¿tal vez era una moda popular ahora…?

No estaba tan segura como para jurar que era la misma persona.

Mira había visto gente con trajes negros en posadas y gremios. No eran comunes, pero tampoco eran sospechosos.

Lo que realmente llamó la atención de Mira fue la gorra negra de ala corta que llevaba sobre la cara y las gafas de sol que asomaban por debajo. El hombre parecía una especie de agente secreto de una película.

¿Un sombrero y unas gafas de sol dentro de un tren? Sólo puedo imaginar que está ocultando su identidad. ¿Podría ser realmente un agente secreto…? Llamémosle… Agente Smith.

Desde luego, era más sospechoso que no. El Agente Smith se quedó completamente quieto. Era difícil distinguir su rostro a través del sombrero y las gafas de sol, pero por sus labios, Mira pensó que era joven.

Al observar más de cerca, había otro hombre a su izquierda sentado con los brazos cruzados y la cara inclinada hacia abajo. Parecía estar…

¿durmiendo? Tal vez estaba cansado. A la derecha de Smith había un hombre alto sentado rígidamente erguido. Llevando un abrigo y dando grandes bocados a su almuerzo, parecía un caballero en su día libre.

En ese momento, otro grupo de pasajeros entró en el vagón.

Finalmente, casi todos los asientos se llenaron y el tren comenzó a moverse. Mira escuchó el agradable sonido de las ruedas y contempló el paisaje fuera de la ventana, olvidándose por completo del Agente Smith.

***

Unas horas más tarde, el tren salió de un túnel que lo llevó desde las llanuras abiertas hasta el centro de un pequeño bosque. A medida que lo hacía, iba reduciendo la velocidad, acercándose a una enorme cascada y a un río. Al poco tiempo, se anunció que el tren volvería a reducir la velocidad para pasar por el Puente Tosenka.

Viéndolo desde la esquina de la ventana, tuvo un momento de arrepentimiento por no haber elegido un asiento en la ventana del otro lado. Aun así, era bastante impresionante. Mira se sintió impresionada por el imponente torrente de agua que se veía a lo lejos.

De repente, se tambaleó hacia delante.

¿Hm? ¿Nos hemos detenido? Pensaba que el tren sólo tenía que reducir la velocidad.

Confundida, Mira se apartó de la cascada. Los demás pasajeros clamaban cada vez más fuerte, aparentemente tan confundidos como ella.

“¿Qué está pasando?”

“Oye, ¿hemos golpeado algo?”

Un anuncio resonó por encima de la conmoción. Al parecer, había un problema con el motor y lo estaban investigando. Una nueva oleada de miedo surgió entre los pasajeros.

¡Así que algo va mal!

El ruido en el vagón se redobló y la tensión comenzó a extenderse.

Mira se encontró inquieta por la emoción. Algunos otros aventureros parecían compartir su alegría. A pesar de los problemas, se sentían como espectadores de un incendio.

Algo le llamó la atención…

Era el Agente Smith. Que el hombre que estaba a su lado siguiera durmiendo durante el pandemónium del vagón era… extraño, pero Smith permaneció en su asiento con los brazos cruzados, totalmente silencioso, como si no pasara nada. Su tranquilidad era notoria.

¿Qué pasa con este tipo?

No pudo leer la expresión de Smith bajo las gafas de sol, pero se ajustó los brazos y dio sorbos a su bebida, así que no podía estar durmiendo. El caballero fuera de servicio a su derecha miraba por la ventana con gran interés.

Mientras Mira vigilaba al Agente Smith, escuchó una voz que se imponía sobre las demás.

“¿Soy yo, o el flujo de maná se siente raro en este momento?”

Hrmm, ¿el flujo de maná…? Las palabras le daban vueltas en la cabeza. Intentó concentrarse para comprobar la hipótesis.

El maná era algo parecido a la propia magia: un elemento misterioso, indispensable para lanzar hechizos y utilizable como energía para alimentar dispositivos mágicos. Los investigadores lo llamaban el “elemento universal”, pero aún se desconocía mucho de su naturaleza.

Una interrupción en el flujo de maná podría causar milagros o desastres naturales. Si algo era “raro”, Mira no podía pasarlo por alto.

Mira tenía una habilidad conocida como Percepción del Maná: la capacidad de sentir el maná a su alrededor.

La Percepción del Maná permitía al jugador sentir el maná vagamente, como si fuera la presencia de un fantasma. Era amorfo…

difícil de precisar. Algunos jugadores, en casos extremadamente raros, podían sentirlo con la misma facilidad con la que respiraban, como si tuvieran percepción extrasensorial.

Mira no era uno de esos jugadores. Era una maestra de muchas habilidades, pero no de ésta. Su habilidad era mediana, en el mejor de los casos. Al fin y al cabo, Mira y los demás ex jugadores venían de un mundo sin maná. Era fácil ver u oír, porque eran sentidos con los que habían vivido toda su vida. La percepción del maná era algo en lo que ella tenía poca práctica.

Sin embargo, podía sentirlo hasta cierto punto si se concentraba lo suficiente, gracias a un entrenamiento extra con el Sabio Flonne.

Intentó recordar la sensación mientras ampliaba su percepción a su alrededor. ¡Allí! En efecto, pudo percibir un maná inusual.

¡Hoy tengo los sentidos bien afilados!

Mira dirigió su atención hacia la poderosa reacción de maná que había debajo—probablemente procedente del motor mágico del tren— y encontró otra fuente de maná que parecía enrollarse a su alrededor.

No se detuvo ahí; los zarcillos se extendían por todos los vagones y su origen no era otro que el Agente Smith.

Debe haber manipulado el maná para interferir con los motores y detener el tren. Dudo que sea simplemente porque quiere admirar la vista.

El vagón estaba lleno de gente que gritaba al revisor que había venido a explicar la situación, pero Smith permanecía callado y quieto.

Nada cambiaría si no actuaba, así que Mira se acercó con la actitud de un policía que investiga un caso.

“¿Eres tú la razón por la que el tren se detuvo?” Preguntó ella, confiada y a la vez cautelosa.

Sus palabras debieron de calar, porque muchos de los pasajeros que estaban cerca de ella se callaron y se volvieron. Smith mantuvo su silencio inmóvil. De hecho, parecía no darse cuenta de la presencia de Mira.

“Siento la presencia de un maná extraño aquí.” Continuó Mira, segura de que no podría escapar a su interrogatorio. Sin embargo, se negó a responder.

“¡Tiene razón!” Un mago cercano confirmó sus conclusiones.

Muchos pasajeros volvieron sus ojos sospechosos hacia el hombre de negro.

“¡Maldita sea! Estuve tan cerca.”

Sin poder aguantar más, una figura se puso de pie y se transformó de humano a demoniocon aspecto de murciélago con alas desplegadas, cuerpo negro y cuernos retorcidos. El ambiente cambió al instante y los gritos estallaron en el vagón.

Todo el mundo sabía que los demonios eran el peor enemigo de la humanidad. Todo el mundo sabía que se habían extinguido. Y sin embargo… aquí estaba un demonio.

La multitud en el vagón se agitó mientras algunos pasajeros huían para salvar sus vidas, mientras otros se adelantaron, preparándose para una batalla a vida o muerte.

Con un movimiento de un poderoso brazo, el demonio destruyó las filas de asientos que tenía delante. Dio un paso adelante y observó a Mira.

“Oh, diablos…” Mira estaba sorprendida por este giro de los acontecimientos. No porque un demonio hubiera asumido una forma humana —ella esperaba algo así—, que el humano que se hubiese transformado fuese el Agente Smith. Sino porque el humano que se había transformado no era el Agente Smith.

Era el hombre que había estado durmiendo a su lado. Ella se quedó mirando confundida.

En cualquier caso, me enfrento a un demonio. Ya es hora de que lo encare. Mira se sacudió el susto y se preparó para luchar. Un vizconde, ¿eh?

Su comprobación de estado reveló un título de nobleza. Estos demonios solían tener habilidades mucho más molestas que los que no tenían. Miró a su alrededor y vio que todos los pasajeros que no podían luchar habían huido, afortunadamente, a otros vagones. Los que estaban dispuestos a enfrentarse al demonio observaban la situación con cautela desde la distancia.

“¡Eh, es peligroso! ¡Salgan de ahí!” Advirtió alguien. Mira los despidió con un gesto de la mano.

Miró fijamente al demonio y —en parte para cubrir su anterior error— gritó: “¿Qué estás tramando?”

El demonio no respondió. Simplemente curvó sus labios inhumanos en una sonrisa y observó a la multitud, como si quisiera intimidarla. Algunos aventureros retrocedieron ante la presión de su mirada.

Hmph. Si no hablas, entonces tendré que aplastarte antes de que puedas hacer algo.

Sin previo aviso, se puso delante del demonio y desató un [Arte Inmortal Cielo: Pulso]. Al mismo tiempo, utilizó una invocación parcial para conjurar espadas negras que atacaron al demonio desde dos lados.

Antes de que las espadas pudieran completar su movimiento, se vieron envueltas en pálidas llamas y se convirtieron en polvo. El puño de Mira —la manifestación del poder destructivo condensado— fue detenido por una sola palma abierta.

“¡Tú!” Mientras las vibraciones de su ataque sacudían su entorno, Mira miró fijamente al Agente Smith, que estaba ante ella.

Ahora se enfrentaba a dos enemigos formidables. Mira se apartó de un salto y enderezó su postura. Un sonido explosivo rasgó el aire y el demonio comenzó a correr.

“¡Vuelve aquí!” Mira rugió.

Justo cuando se movió para detenerla, el hombre de negro le volvió a bloquear el paso. Su impacto provocó una onda expansiva como el golpe de una bala de cañón mientras el vagón del tren gemía a su alrededor.

No se detuvo ahí. Mira abrió el puño y agarró el brazo del enemigo para desatar [Artes Inmortales Tierra: Chispa Violeta], un hechizo que emitía una electricidad mortal de alto voltaje. Fue lanzada hacia atrás antes de que el hechizo pudiera activarse. Con un movimiento de muñeca, Smith la lanzó lejos.

Mira dio una vuelta en el aire, con la falda ondeando, y aterrizó en el reposacabezas de un asiento. Mantuvo la mirada fija en el hombre misterioso.

Justo cuando ella se preguntaba qué clase de enemigo era, él habló: “¡Ya sabes qué hacer, Fausto!”

El caballero fuera de servicio se puso al frente.

Nrgh. ¿Él también?

Sorprendida por la aparición de un tercer oponente, Mira puso distancia entre ellos y observó a ambos hombres con recelo. Pero el caballero la ignoró por completo, respondiendo: “Entendido.” Antes de romper la ventana y saltar al exterior.

“¡¿Qué?!” Mira estaba confundida, pero al menos no tenía otro enemigo al que enfrentarse.

Sólo habían intercambiado algunos golpes, pero sabía que estaba en problemas. Después de todo, Smith había disipado o evitado todos y cada uno de sus ataques. El único que podría hacer eso sería alguien de igual o mayor habilidad que ella.

Los dos se miraron fijamente. Los aventureros que observaban desde más abajo del vagón se quedaron boquiabiertos ante la fuerza bruta que veían en ambos bandos en este breve combate. ¿Qué podían hacer? Estaba claro que serían masacrados si intervenían por descuido.

La batalla continuó. Ninguno de los dos combatientes cedió un solo paso, pero ninguno pudo dar un golpe limpio a su oponente.