Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 17

Capitulo 1: Concesión de Honores

Parte 1

Aquí Satou. Normalmente, pienso que las medallas se conceden a los soldados que han luchado duro en el campo de batalla. No conozco a nadie en Japón que haya recibido una, así que siempre me han parecido un accesorio de algún mundo ficticio.

“En reconocimiento a sus hazañas de heroísmo, por la presente concedemos al caballero honorario Sir Satou Pendragon la Medalla de la Hoja de Ala de Cobalto del Reino de Shiga.”

“Es un honor para mí recibir este premio.”

En un salón ridículamente grande y lujoso, se nos honraba por nuestra exitosa derrota de un Amo de Piso.

Dicho esto, el rey sólo pronunció unas breves palabras de elogio al principio, y luego se sentó en el trono en silencio. A continuación, el Marqués Kelten, ministro restaurado del ejército, pronunció un larguísimo discurso de felicitación y de información, tras lo cual el rey nos colocó unas medallas de aspecto pesado a mí y al Barón Jelil el Noble Escarlata, que representaba al segundo grupo.

“Además, en reconocimiento a sus logros, todos los demás miembros de los estimados grupos de Rugido del Dragón Rojo y de Pendragon recibirán medallas de la Cuchilla del Ala Carmesí o medallas de la Cuchilla Escarlata.”

Una vez que el Marqués Kelten pronunció su discurso, el papel del rey aparentemente terminó. El animador anunció: “Su Majestad se despide ahora.”

Todos nos postramos de nuevo y esperamos la salida del rey.

Le seguía una procesión de varias reinas consortes, príncipes y princesas, que se habían alineado detrás de él.

La mayoría de las princesas parecían haber acudido a presenciar los famosos rasgos atractivos del Barón Jelil, mientras que los príncipes estaban interesados en los exploradores de mithril que derrotaron a un Amo de Piso. Todos estaban vestidos de punta en blanco y rebosaban de curiosidad, pero una de las princesas no hacía ningún esfuerzo por ocultar su emoción.

Llevaba el cabello rubio rojizo recogido, con una elegante diadema y un refinado pasador de plata y diamantes, que tintineaba agradablemente contra sus características gafas de montura de plata al balancear la cabeza.

Su figura era la más esbelta de las princesas adultas, de las cuales era la mayor que permanecía soltera.

Según mi pantalla AR, su nombre era Sistina. Era la sexta hija del Rey Shiga y tenía veintiún años. A nivel 17, era bastante talentosa con cinco habilidades: Etiqueta, Aritmética, Transmutación, Magia Práctica y Magia de Invocación.

Por su título, Maestro de Libros Prohibidos, debía de ser la princesa “rara” de la que había oído hablar. Si no me falla la memoria, también se rumoreaba que su compromiso con el hijo del Conde Lessau acababa de romperse.

Una vez que se puso en la retaguardia de la comitiva real, la siguieron Sir Juleburg, de los Ocho Espadachines de Shiga, encargado de proteger a la familia real, y algunos de los caballeros imperiales. Entonces, la puerta de la sala de audiencias se cerró con un golpe.

Los otros miembros de los Ocho de Shiga, el resto de los caballeros y una veintena de usuarios de magia con túnica que parecían ser magos imperiales se quedaron atrás.

Por supuesto, Sir Gouen no se encontraba entre los Ocho de Shiga, debido a su participación en el ataque al Duque Vistall. Se había visto obligado a participar en la rebelión con su esposa e hijos como rehenes. Ahora, se encontraba en otro lugar de los terrenos reales, confinado en una inusual villa que estaba reservada para encarcelar a los nobles de alto rango.

“Ahora comenzaremos a otorgar las Medallas de la Cuchilla del Ala Carmesí.” Declaró el Marqués Kelten con una voz profunda y autoritaria que parecía estar en desacuerdo con su físico redondo.

Las Medallas de la Cuchilla del Ala Carmesí se entregaron a los líderes y miembros principales de cada uno de los grupos que lucharon junto al Rugido del Dragón Rojo del Barón Jelil, diez en total, junto con los siete miembros de mi grupo Pendragon.

Incluso los rudos exploradores parecían intimidados por la autoridad, o tal vez estaban abrumados por la grandiosa atmósfera de la sala de audiencias; en cualquier caso, sus rostros estaban rígidos por los nervios, cualquier entusiasmo de la sala de espera completamente olvidado.

“De Pendragon, Liza de la Lanza Negra.”

“Presente.”

Liza se levantó, con un aspecto tranquilo y digno en su traje de etiqueta.

La multitud de aproximadamente seiscientos Caballeros Sagrados y Caballeros Imperiales, colocados a ambos lados de la sala, se alborotó.

“¿Esa es Liza de la Lanza Negra?”

“¿La famosa Liza es una mujer?”

“¡Es sólo una jovencita!”

“Una pequeña y delicada demi-humana como esa…”

Habían oído claramente que Liza había derrotado a Sir Juleburg el Imparable de los Ocho Espadachines de Shiga y se sorprendieron por su juventud, género y raza.

Liza avanzó con paso firme.

Las escamas bermellón que crecían cerca de su cuello y muñecas estaban ocultas por sus ropas, pero su cola se agitaba con orgullo, brillando a la luz del sol que llenaba la sala como si representara su espíritu interior.

No se le permitió llevar su arma característica, ya que el rey estaba presente en la ceremonia.

Aunque la mayoría de la gente nunca lo sabría, pude notar por su forma de andar que en realidad estaba bastante nerviosa.

“Tus logros marciales fueron realmente impresionantes.”

“Es un honor.”

El vestido de estilo militar de Liza se combinaba con una chaqueta corta, el lugar perfecto para colocar la medalla, que fue exactamente lo que hizo.

El Marqués Kelten exigió “¡Silencio!” varias veces, hasta que finalmente la sala de audiencias volvió a quedarse quieta. Aclarándose la garganta, Kelten reanudó la ceremonia.

“De Pendragon, Arisa la Princesa Explosiva.”

“¡Presente!”

Con una respuesta alegre, Arisa se adelantó con elegancia.

Su cabello lila —considerado un color maldito en este mundo— estaba oculto bajo una peluca rubia.

Por cierto, el título de Princesa Explosiva se lo había inventado ella misma en la sala de espera.

De nuevo, hubo murmullos de sorpresa por su edad, aunque no tantos como cuando Liza se reveló.

Para no dañar la tela de su vestido, Arisa llevaba una capa con un pequeño accesorio para sujetar la medalla, al igual que las demás chicas.

“De Pendragon, Misanaria del Bosque Bolenan.”

“Mm.”

Mientras se tambaleaba como de costumbre, las coletas de color aguamarina pálido de Mia hacían rebotar su capucha hasta los hombros, dejando ver sus orejas de elfa ligeramente puntiagudas.

No parecía muy interesada en la medalla, pero la idea de coincidir con el resto del grupo era suficiente incentivo para que participara.

“¿No es el Bosque Bolenan la patria de Trazayuya el Sabio?”

“¿Así que esa niña es un elfo?”

“Un elfo, ¿eh? Nunca antes he visto uno.”

Los caballeros murmuraron entre ellos al verla.

Debía ser algo inusual para ellos, ya que ningún elfo residía en la capital real.

“De parte de Pendragon, la Doncella del Escudo Nana.”

“Afirmativo.”

La belleza rubia y pechugona Nana fue la siguiente en levantarse.

Aunque su habitual rostro inexpresivo dificultaba la identificación, el tono de su voz sugería que estaba considerablemente nerviosa.

No podía culparla. Aunque parecía una estudiante de secundaria, en realidad era un homúnculo mágico hecho por el hombre y técnicamente tenía menos de un año.

“De parte de Pendragon, Gato Ninja Tama.”

“¡Aye!”

Tama, una niña de cabello corto y blanco, con orejas y cola de gato, se puso en pie de un salto.

Detrás de ella, Liza susurró: “La respuesta adecuada es ‘presente’.” Y Tama se corrigió.

La generalmente relajada Tama parecía inusualmente tensa, sus brazos y piernas se movían al unísono.

Su título de Gato Ninja fue otra de las sugerencias de Arisa para la sala de espera.

“De Pendragon, Perro Samurái Pochi.”

“¡P-Presente, sir!”

Pochi, una chica con un corte de cabello castaño y orejas y cola de perro, respondió en voz alta debido a los nervios y se puso en pie.

Estaba aún más rígida que Tama, con los miembros completamente rígidos y los ojos prácticamente dando vueltas de pánico.

Aun así, se las arregló para aceptar la medalla sin causar ningún caos.

Cuando volvió a su asiento y suspiró aliviada, Tama y Liza la elogiaron cariñosamente.

Y por último, pero no menos importante…

“De parte de Pendragon, la Doncella Reina Lulu.”

“¡P-Presente!”

La belleza de estilo japonés, Lulu, se levantó, con la luz recorriendo su larga melena negra como si la acariciara con cariño.

Hoy había dedicado varias horas extra al cuidado de la piel y al maquillaje, haciendo que sus ya hermosas facciones fueran lo suficientemente impactantes como para derribar no sólo un país, sino un planeta o incluso una galaxia.

No podía ni imaginar lo impresionante que estaría si no estuviera atormentada por los nervios.

“A continuación, entregaremos las medallas de la Hoja Escarlata.”

El resto de la ceremonia no tenía nada que ver con nosotros, así que nos sentamos a observar mientras los exploradores de mithril que habían luchado junto al grupo del Barón Jelil recibían sus premios.

Una veintena de personas en total recibieron la Medalla de la Hoja Escarlata.

Eso era sólo alrededor de la mitad del número total que había desafiado al Amo de Piso con Jelil y había sobrevivido. Los demás estaban en funciones de apoyo, evidentemente no lo suficiente como para ganar una medalla o un título.

Por último, el Marqués Kelten anunció que la ceremonia de entrega de los títulos de nobleza tendría lugar a principios del nuevo año y aconsejó a los nuevos titulares que pensaran en los apellidos que deseaban. Con esto, la ceremonia de entrega de títulos terminó.

A continuación, teníamos previsto almorzar en otra sala, y en el segundo ciclo de la tarde —alrededor de las tres y media en términos de tiempo terrestre— seríamos los invitados de honor a un baile.

***

El almuerzo se sirvió en un comedor con capacidad para unas quinientas personas, y resultó ser una comida completa de varios platos.

“Esto es salmón sakura meunière, al estilo del reino.”

Un camarero con un uniforme similar al de un mayordomo nos puso delante platos de comida elegantemente dispuestos y nos explicó cada plato.

El salmón de sakura se comía con frecuencia durante esta temporada en la capital real, y era amado por la nobleza y los ciudadanos de la capital como un plato de la suerte que se decía que traía el éxito en la vida.

“Pochi, no puedes pincharlo con el tenedor. Lo mismo para ti, Tama: antes usen el cuchillo para cortarlo.”

“Pero puedo comer esto fácilmente de un solo bocado, sir.”

“¿Sin cuchillo, sin preocupacioneeeees…?”

“¡Te digo que no es cuestión de que puedas o no!”

Arisa estaba haciendo todo lo posible para enseñar a Pochi y Tama algunos modales en la mesa.

Normalmente comíamos en grupo y en privado, lo que significaba que no les había enseñado la etiqueta adecuada para comer en público.

Tal vez debería conseguirles a las dos un profesor particular.

“Nana, ¿por qué hay tantos utensilios diferentes?” Le preguntó Liza a Nana en voz baja.

“Cada uno de ellos es adecuado para un plato diferente, informo.”

“¿Adecuado? La cena noble es muy compleja.”

Supongo que también debería hacer que Liza se sentara en las sesiones de tutoría.

Mientras tanto, Mia estaba sentada a mi lado, frunciendo el ceño ante la meunière que tenía en el plato.

Las setas de acompañamiento no aparecían por ningún lado.

“Mia, termina tu comida.”

“Pero odio el pescado.”

“Ya ha sido deshuesado. Sólo finge que es otra cosa, ¿de acuerdo?”

“Mrrr…”

Mia arrugó la frente y lo miró con más intensidad.

Era de mala educación refunfuñar con un tenedor en la boca, pero me costó mucho decírselo cuando era tan linda.

“Mia, tu tenedor.”

“Mm.”

La regañé suavemente después de apreciar la escena por otro momento.

Sin embargo, no fue gran cosa: los camareros no hicieron ningún comentario y, sobre todo, no fue nada comparado con los salvajes exploradores que comían bulliciosamente en la mesa de al lado.

“Está bien. Aunque no hay suficiente comida en el plato.”

“Tú lo has dicho. Olvida el pescado; necesito carne de verdad.”

“¿Y qué pasa con estos vasos de vino? Dame una jarra llena de cerveza hasta el borde.”

En el momento en que escucharon la palabra carne, los ojos de las chicas bestia brillaron, pero me adelanté y les informé de que el siguiente plato sería de carne antes de que pudieran quejarse de que también querían carne.

“Son un grupo ruidoso.” Comentó Arisa, observando a los exploradores.

“Ciertamente.” Acepté.

Los camareros parecían estar entrenados de forma experta, ya que ni siquiera pestañearon ante el estridente comportamiento de los exploradores.

En cambio, se aseguraron de traer raciones extra del plato de carne que seguía, informaron discretamente a los invitados de que eran bienvenidos a repetir y, en general, les mostraron la máxima hospitalidad.

Mientras tanto, el Barón Jelil y los demás exploradores de origen noble fingían no conocer a sus compañeros de juerga mientras disfrutaban de la comida.

También decidí concentrarme en disfrutarla.

Como cabía esperar de la comida de un palacio real, era un festín no sólo para las papilas gustativas, sino también para los ojos. Desde hermosas guarniciones hasta delicados platos dispuestos en forma de rosas, cada plato estaba tachonado de técnicas expertas.

“… Delicioso.”

A medida que masticaba, los sabores se profundizaban en mi boca. Nunca había probado algo tan bueno que me diera pena tragar. Los chefs reales realmente estaban en otro nivel.

“¿Es la forma en que se preparó…? No, la frescura, la madurez…”

Mi habilidad Audición Aguda captó a Lulu murmurando para sí misma mientras comía.

Debió de intentar aprender de los sabores y las técnicas con su mente siempre curiosa.

Sin embargo, sería divertido descubrir cómo crear estos sabores por nuestra cuenta.

Tomando una página del libro de Lulu, tomé otro bocado centrándome en el análisis de la cocción. Mi habilidad Cocinar al máximo y toda mi experiencia me decían que habían puesto una cantidad increíble de esfuerzo en cada paso del proceso.

Pero, al mismo tiempo, pude hacerme una idea decente de los ingredientes y los condimentos implicados, lo suficiente como para decidirme a intentar recrearlo con Lulu y las demás en algún momento del futuro.