Shuumatsu Nani Shitemasu ka？(NL)

Volumen 4

Capítulo 5: ¿Qué Estás Haciendo Al Final?

Aiseia Myse Valgalis es una chica bastante sospechosa. Siempre usa esa sonora risa para ocultar sus verdaderas emociones. Cuando sus amigos se lastiman, o incluso cuando las pierde para siempre, nunca elimina esa vaga máscara de una sonrisa.

Como resultado, muchos de los pequeños que no la conocen muy bien la confunden con el corazón frío. Porque ella sigue sonriendo no importa lo que suceda, tienen la impresión de que realmente no se preocupan por nadie que no sea ella misma.

Ahora, Aiseia estaba en la sala de lectura, haciendo algunas investigaciones. Sacó los gruesos libros de los estantes, los extendió sobre el escritorio, pasó revista a sus páginas, colgó la cabeza, murmuró ‘nop’ y luego los puso de nuevo.

“Lo sabía desde el principio, pero las cosas que puedes aprender de estas son muy limitadas”, dijo con un suspiro.

“¿Quieres saber algo que no puedes aprender aquí?” Lantolq repentinamente dijo desde atrás, haciendo que Aiseia saltara con un grito. “¿Libros de teología? No pareces ser del tipo que se lee.”

“Q-Q-¿Qué estás haciendo aquí Lan? ¡No me sorprendas por detrás así! “

“-¿Cómo se supone que vaya desde el frente cuando tienes la cara boca abajo sobre un escritorio?”

“Ah, jaja, parece que no voy a llegar a ninguna parte” dijo Aiseia con una risita mientras se rascaba la nuca.

“… mi habitación está justo al lado de la tuya.”

“¿Huh? Oh, sí, eso es verdad.”

“Admiro tu fuerza para no llorar delante de los demás, pero, si lo vas a hacer en tu habitación, por favor que sea despacio. Estas paredes son muy delgadas, así que puedo oír.”

“¿En serio?” Aiseia parecía genuinamente aterrada, una visión que Lantolq no había visto en un rato. “Uh… ah, tendré cuidado de ahora en adelante, así que apreciaría si pudieras olvidar que alguna vez oíste algo…”

“-Yo no iba a decírselo a nadie. No dejaré que todo ese esfuerzo que pongas en tu máscara de risa se vaya a perder.”

Kutori y Nephren.

Un poco más de medio mes habían pasado desde que perdieron a dos compañeros, no, dos amigos. Todos sabían que ya era hora de superarlo. Ellos sabían, pero hacerlo resultó ser bastante difícil.

Además, Lantolq oyó eso hasta hace poco, un hombre llamado Willem Kumesh había vivido en el almacén también. Apenas caminando alrededor, ella encontró rastros de él por todas partes, si ella quiso o no. Una percha para un uniforme del ejército masculino. Una navaja para afeitar el vello facial. Botas grandes. Botellas de especias. Unas cuantas nuevas viñetas se habían añadido a la lista de reglas de baño. En la parte inferior del menú de la cafetería, se había añadido un nuevo artículo de “Postre de hoy”, luego se tachó.

El almacén de hadas era su hogar. El lugar al que pertenecían. Su lugar de nacimiento efectivo. Sin embargo, en los cortos dos meses que habían desaparecido, un completo desconocido había entrado y transformado este precioso lugar. ¿Por qué tenían que soportar sentimientos de alienación y malestar en el único lugar del mundo que les daba paz y nostalgia?

Lantolq no podía aceptarlo. Ese hombre era su enemigo todo el tiempo.

“Te reuniste y hablabas con él, ¿verdad?” Preguntó Aiseia. “Deberías haber podido decir qué tipo de persona es. No puede esconder nada para salvar su vida.”

“-Por desgracia, sólo vi los lados hábiles y devocionales de él”. Lantolq negó con la cabeza.

Me temo que no puedo sacar conclusiones sobre una información tan prejuiciada.

“Realmente eres una molestia… bueno, yo siempre supe eso”.

Cállate.

================ Cambio de escena ==================

Los mejores siempre mueren primero. Eso es lo que Grick dijo, “dijo Noft, quitándole las manos al viejo piano delante de ella.”

Desde que Kutori llevó a “Desperation” con ella, Noft era ahora temporalmente un hada sin espada. Además, en una nota quizá no relacionada, desde ese día hace medio mes, ella no se había cortado el pelo. Lentamente empezaba a ponerse al día con las otras chicas.

“Así que estoy seguro de que Emnetwyte debe haber sido un buen tipo.”

“Esa lógica está llena de hoyos, pero, teniendo en cuenta que Aiseia y yo somos los únicos usuarios compatibles a la izquierda, es bastante persuasivo”, dijo Lantolq.

“-Hey, Cuenta a Tiat también.”

“… Oh, es cierto.”

Para ser honesto, Lantolq sólo vio a Tiat como una pequeña hada que nunca hacía otra cosa que perseguir a Kutori. Ella ni siquiera pensó en el hecho de que Tiat un día pelearía junto a ellos. Pero, al final, eso es vida. El tiempo nunca deja de avanzar, y nada deja de cambiar. Aquellos que se quedan quietos o se quedan atrás o empujados por la corriente que fluye siempre.

“Y también, no he terminado tampoco. Mi vida se salvó, y no voy a dejar que se vaya a perder”, dijo Noft, ya que comenzó a tocar otra canción.

Una melodía alegre y ligeramente rápida del tempo sonó adelante del piano. ¿La canción refleja el estado de ánimo de Noft? ¿O lo eligió para intentar que Lantolq se sintiera mejor?

“Parece que renunciar al pasado y vivir una vida nueva sería mucho más fácil”, murmuró Lantolq, luego posó la cabeza sobre un escritorio y disfrutó de la cómoda música.

================ Cambio de escena ==================

En una vasta llanura cenicienta, Willem abrió los ojos.

“… uuh…”

Rápidamente los cerró de nuevo. Sus sentidos se desvanecieron. No podía ver bien. Tampoco podía oír, sentir o hacer otra cosa correctamente. Era casi como si su cuerpo se hubiera transformado en una criatura completamente diferente. Sus sentidos y conciencia no parecían estar trabajando muy bien. La incomodidad casi le hizo querer vomitar.

… no, no “casi como”. Me transformé.

En alguna parte dentro de su mente, una llama como un objeto quemado continuamente. Era rabia. Era un odio. Un deseo misterioso y aterrador de diezmar cualquier cosa llena de la despreciable fuerza conocida como vida.

“Ah, así que esto es lo que llevan las Bestias. Ahora entendía por qué destruían el mundo.”

Todavía había gente que aún no había sido asesinada, cosas que aún no habían sido destruidas. Ese mismo hecho ocupaba la vanguardia de su mente como un pecado imperdonable. No eran más que manchas de inmundicia en la gran madre tierra. No se les podía permitir que existieran. Necesitaban ser limpiados.

Este impulso fue, sin duda, tallado en algún lugar profundo de su ser. Si quería resistirse, la única manera sería atraparse en un sueño.

Lentamente, volvió a abrir los ojos.

Él se paró.

Las llanuras de hermosa arena cenicienta se extendieron por siempre y siempre bajo el cielo estrellado.

Al mismo tiempo, sentimientos de alegría y serenidad al regresar finalmente a casa se extendieron de su corazón.

Envuelto en la oscuridad de la noche, rodeado por vastas extensiones de gris, una bestia emitió su primer grito.

-FIN DEL VOLUMEN 4-