Koujo Denka (NL)

Volumen 1

Capitulo 4: Ellie Se Abalanzó

Parte 7

“Pero creo que deberías haberme permitido hacerlo”.

“Recibiste un cumplido de nuestro tutor esta mañana. Es mi turno”, respondió Tina.

“¡P-Pero recibió elogios de Allen-sama ayer y anteayer, Tina-Ojou! ¡Es mi turno hoy!”

“Discutamos esto más tarde, entre nosotras”, sugirió Tina después de una breve pausa.

“¡E-Eso estaría muy bien!”

Para bien o para mal, Tina había dejado de contenerse, al menos cuando yo estaba involucrado. Investigué y consideré una variedad de teorías, pero lo único que pude descubrir sobre su pérdida de control fue que tenía su origen en el autocontrol excesivo que había estado practicando. Por lo tanto, después de su examen final, le dije que ella “no necesitaba practicar la moderación ni mantener nada reprimido en lo que a mí respecta”. Por supuesto, tendría que hacer algo para rectificar sus demandas demasiado frecuentes de abrazos. Parecía que Lydia ya estaba entreteniendo extrañas sospechas sobre mí, y, además, ella estaba—

Tina me empujó con el dedo.

“Sensei”

Me giré con curiosidad para mirarla.

“¿Qué escogiste como recuerdo para Lydia-Ojou?” ella preguntó.

“Oh. Me decidí por este pequeño”.

“¡Wow! ¡Eso es tan lindo!” Ella exclamo.

“¿Pero no se enfadará?”

“¿Por qué lo estaría?” Respondí.

“Lydia generalmente adora las cosas lindas. De hecho, me incineraría si le dijera que he decidido no comprarlo”

“¿I-Incinerar?”

“A-Allen-sama, ¿qué quiere decir?”

“Precisamente lo que dije,” expliqué.

“Cuando algo le desagrada, se apresura a cortarlo o incinerarlo, y.… bueno, es bastante complicada”

Lydia probablemente estaba lista y esperándome en la capital. Podía imaginarme la escena, y dada la secuencia de eventos hasta el momento… ella probablemente estaba más furiosa que nunca. Con toda  honestidad, quería  huir,  pero  ella  me perseguiría dondequiera que fuera, incluso hasta los confines de la tierra.

“Si se presenta la oportunidad, arreglaré que te reúnas con ella en la capital,” dije.

“Por favor, prepárense”.

“Y-Yo estaré bien,” declaró Tina.

“¡La derrotaré!”

“¡Haré lo mejor que pueda!” añadió Ellie.

Espero que no agreguen combustible al fuego… Y puedo verla riéndose, Walker-san. Por favor, desista; esto es una cuestión de vida o muerte para mí.

***

Era temprano en la mañana en la Mansión Howard en la capital real, donde me había alojado durante los últimos días.

Me estaba arreglando en mi habitación cuando se oyó el repiqueteo de pasos rápidos, que se hicieron cada vez más fuertes hasta que, de la nada, Tina irrumpió por la puerta. Llevaba un vestido azul y blanco decorado con finos bordados, y en su cabello estaba la cinta blanca como la nieve que había usado el día que la conocí, y nuevamente el día de su examen final. Agarrada en su mano derecha estaba el bastón de Rosa, aunque eso era de esperar, dado que iba a competir ese día.

Tina se detuvo frente a mí y se dio la vuelta una vez con una mirada en su rostro que era una mezcla a partes iguales de inquietud y anticipación.

“¡Sensei! ¡Sensei! ¿Como me veo? No me veo extraña, ¿verdad?” ella preguntó.

“Te ves bien, Tina. Como de costumbre, eres…”

“¿Soy…?”

“Divertida”

“¡Se supone que debes decir ‘bonita’! ¡Cielos!”

Compartimos una risa; Me alegró ver que se había vuelto mucho más alegre. Aunque había estado llena de energía tres meses antes, también se había mostrado audaz. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de felicitarla, otra chica entró corriendo en la habitación. No estaba vestida con su uniforme habitual de sirvienta, sino con una falda larga común y corriente. Era una vista nueva, sin duda. Ahora que lo pensaba, nunca había tenido la oportunidad de verla con otra cosa que no fuera su ropa de trabajo durante mi estadía en la mansión.

“¡T-Tina-sama! ¡Fuiste tú quien insistió tanto en que esperáramos nuestro turno!” ella gritó. Un segundo después, tartamudeó en voz más baja:

“A-Allen-sama, yo… Uhm, quiero decir…”

“¿Qué tenemos aquí? Veo que hoy no llevas tu uniforme, Ellie” —observé.

“Luces muy…”

“¿M-Muy qué?”

“Encantadora. Ese atuendo realmente te queda bien”

Ellie balbuceó avergonzada.

“G-Gracias, Est— ¡Eek!”

“Vaya”

Agarré a Ellie de la mano y tiré de ella detrás de mí mientras los cristales de hielo danzantes llenaban la habitación.

“Sensei”, dijo Tina,

“Solo felicitar a Ellie no es justo. De hecho, está mal. Felicítame a mí también”.

Se estaba preparando para desatar un Blizzard Wolf en cualquier momento. Me encogí de hombros y envolví ligeramente mis brazos alrededor de Ellie, trayendo una mirada de consternación a la cara de Tina.

“Uh, uhm, bueno…” Ellie comenzó a tartamudear, nerviosa.

“¡Sensei! ¡Ellie! Sepárense ¡De inmediato!” exigió Tina.

“¿Oh? ¿No quieres unirte a nosotros, Tina?” Pregunté, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par por la sorpresa.

“Creo que hay lugar para uno más, pero…supongo que no estás interesada. Qué lástima.”

“Tch”

Murmuró Tina después de un silencio descontenta. Luego corrió a mis brazos, aunque con una mirada de reproche.

“Escúchenme, van a estar bien”, alenté a las chicas.

“No tienen nada de qué preocuparse. Solo tengan fe en ustedes mismas y obtendrán resultados”

“Entiendo, sensei”, respondió Tina.

“Creo en ti, y tú me enseñaste, así que también creo en mí misma”

“¡S-sí señor!” añadió Ellie.

“Todavía no soy muy buena teniendo fe en mí misma, pero tengo fe en usted, Allen-sama”

“La mejor de las suertes”, les dije a ambas.

“Señora Walker”

“¿Sí señor?”

Dejé a las niñas al cuidado de la doncella principal de los Howard, que había entrado en la habitación sin previo aviso.

“Por favor, cuídalas bien”.

“¿No nos acompañará, Allen-sama?” preguntó la Señora Walker.

Tomé aire antes de responder.

“No puedo, de lo contrario podría empezar a sollozar porque todavía es demasiado pronto. También prometí visitar la casa de una amiga, así que el resto está en tus manos”

“Entiendo, señor”, respondió la Señora Walker con simpatía después de tomar un respiro.

“Que la fortuna te favorezca”.

“Muchísimas gracias”

La señora Walker tenía razón: necesitaría toda la suerte que pudiera conseguir. Ahora, en cuanto a mis alumnas…

“Sensei”

“Allen-sama”

Las chicas comenzaron por separado antes de decir al unísono:

“¡La infidelidad está mal!”

¿De qué estaban hablando? Lydia y yo no teníamos ese tipo de relación. Por otra parte… hubo algunas circunstancias inusuales entre nosotros.

***

Lo primero que vi en mis ojos después de que una de las doncellas de Leinster me condujera al magnífico   patio  interior,  repleto de   flores primaverales en plena floración… fue un terrible pájaro en llamas que se abalanzaba sobre mí, con sus enormes alas extendidas.

Cielos. Si eso me golpea, honestamente podría morir.

Rápidamente negué el hechizo; después de todo, este era su saludo habitual.

“Cualesquiera que sean tus razones, no puedo aprobar un Firebird en el instante en que nos conocemos”,

Le gruñí a la hermosa chica, que estaba sentada en una lujosa silla y apoyaba la barbilla en una mano mientras tomaba un sorbo de té. Había un pequeño reloj de bolsillo descansando sobre la mesa frente a ella.

“Como mencioné en mi carta, tengo el corazón roto, aunque no lo demuestre, así que me gustaría que me ofrecieras al menos un poco de simpatía. Incluso llegué a tiempo”

“Es tu deber sentarse antes que yo, eso es solo sentido común. Además, no quiero escuchar eso de alguien que puede negar mi Firebird tan fácilmente. Déjate incinerar la próxima vez para que pueda divertirme por una vez. No hay forma de que mi magia funcione en ti de todos modos, y podrías detenerla antes de tiempo si realmente lo intentaras. La próxima vez que digas una tontería como esa, te cortaré en rodajas sin una pizca de moderación”

“Preferiría que no lo hicieras. No tengo ninguna posibilidad de vencerte en el manejo de la espada, en esta vida o en cualquier otra”

“Deberías haber comenzado con eso”, declaró la chica después de una breve pausa.

Esta joven obviamente descontenta era Lydia Leinster, la hija mayor de la Casa Ducal Leinster, los señores supremos del sur, y el lastre alrededor de mi cuello durante los últimos cuatro años. En otras palabras, ella, como Tina, era hija de un Duke. También era una de las mejores espadachinas del reino, un logro que le había valido el apodo de “La Dama De La Espada”.

Las interacciones con Lydia exigían precaución: la mera idea de llamarla “Su Excelencia” me haría decidir entre ser rebanado por sus intransigentes golpes de espada o ser chamuscado por su Firebird instantáneo. En ese caso, había un riesgo muy real de que no viviera para ver el próximo amanecer. Sin embargo,    ocasionalmente  usé  su   título  para burlarme de ella.

Lydia normalmente prefería la ropa con la que era más fácil moverse, pero en esta ocasión, estaba inusualmente vestida. No pude evitar que mi corazón se acelerara cuando la miré directamente: el vestido escarlata que combinaba con el tono de su hermoso cabello largo y realzaba su piel clara e impecable le quedaba demasiado bien para que mis ojos lo soportaran. Era una belleza alucinante… Al menos hasta que abrió la boca. De hecho, era una verdad que había engañado a innumerables víctimas. Esta hermosa rosa ocultaba espinas que eran demasiado afiladas, lo suficientemente afiladas como para atravesarme en lugar de pincharme el dedo. Pero me equivoqué en esta ocasión, así que de buena gana aceptaría la lesión.

“Lo siento”, me disculpé, rascándome la mejilla.

Lydia permitió que mis palabras flotaran en el aire por un momento.

“¿Y de qué te arrepientes?” ella preguntó.

“Deletréalo”.

“Por ir a los Howard y aceptar un trabajo de tutoría sin consultarte”

“¿Y…?”

“Por no escribirte muchas cartas, no venir a verte hasta hoy y…No decirte por qué reprobé el examen de hechicero de la corte”

Lydia emitió un pequeño gruñido de satisfacción y luego me tendió las manos sin levantarse de su asiento. Estaba un poco indeciso, pero supuse que no tenía otra opción. No esta vez, al menos. Dejé la bolsa que contenía su recuerdo sobre la mesa y envolví a la joven en un suave abrazo. Estaba tan delicada como siempre. Era difícil creer que ella era una de las mejores espadachinas y hechiceras del reino cuando—

Oye, no me aprietes tan fuerte. Es realmente doloroso.

“Estaba muy sola, ¿sabes?” Lydia murmuró, enterrando su rostro en mi pecho.

“Lo siento”

Esperó un segundo antes de agregar:

“Nunca vayas a un lugar lejano sin decírmelo nunca más. Y si vas a alguna parte, llévame contigo”

“Haré lo mejor que pueda para— ¡Ay! ¡Eso duele! ¡No me clave las uñas!”.

“Esa fue tu señal para decir, ‘Sí, señora. Mis más humildes disculpas. Nunca lo volveré a hacer’”.

“¿Desde cuándo eres mi ‘novia’? Pero lo siento.”

“Mentiroso.”

Esa fue su única respuesta después de otra breve pausa.

Nunca revelaré cuánto tiempo pasó antes de que la encantadora joven noble me liberara. Una sirvienta familiar esperó a que se calmara antes de servirnos el té.

¿Por qué esa mirada vagamente preocupada…? Por favor, no digas cosas para burlarte de mí. “Supongo que soy una tercera rueda aquí”. Estoy seguro de que llevas un orbe de vídeo oculto y tengo la intención de confiscarlo más tarde.

La sirvienta en cuestión definitivamente tenía uno, eso,  o   estaba   haciendo  que   uno   de  sus subordinados nos filmara. Vivía para cualquier cosa que pudiera hacerla exclamar: “¡Oh, querida Lydia-Ojou, ¡Qué maravillosa eres!” Todos en la casa Leinster amaban a esta joven noble; parecía audaz a primera vista, pero había algo en ella que exigía simpatía.

Lydia,    que    recientemente     había     estado    muy disgustada, ahora estaba felizmente sentada a mi lado en mi silla, apoyando su cabeza en mi hombro.

Oye, no cuelgues las piernas así.

“¿Entonces, qué piensas?” ella me preguntó.

“¿Acerca de?”

“Sobre los exámenes de ingreso, por supuesto”.

Sí, era el día de los exámenes de ingreso a la Royal Academy. Había estado tan ocupado con los preparativos finales de Tina y Ellie desde mi llegada a la capital real que no había tenido tiempo de visitar a     Lydia.      Naturalmente,                  la    había     mantenido informada, pero eso no me había ahorrado su ardiente saludo. ¿Cuántas veces tendría que decirle lo fatal que sería para cualquier persona normal antes de que se enterara? Me di cuenta de que ella solo estaba jugando, pero si alguna vez hablara en serio, no habría nada que alguien como yo pudiera hacer.

“Lamento tener que decirte esto”, respondí a Lydia, que sonreía,

“Pero Tina ocupará el primer lugar. Seguro que Ellie también ocupará un lugar destacado”.

“¿En serio?” respondió Lidia.

“Es raro oírte sonar tan confiado. No te olvides de mi hermana pequeña, a quien he pasado los últimos tres meses entrenando sin parar. El primer lugar podría ser un poco demasiado para esperar”.

“Normalmente pensarías eso, pero…”

“¿Pero?”

“Tina es sin duda un genio; tu hermana no será rival para ella. Lanzó algo a la par con un hechizo avanzado el día después de que aprendió a usar magia, y solo conozco a dos personas que hayan hecho eso”.

“Uhm…” Lydia se puso a pensar.

“Bueno, supongo que así es la vida”.

“¿Qué pasa?” Yo pregunté.

“Normalmente no te rendirías tan fácilmente”

Lydia realmente adoraba a su hermana menor, y eran muy unidas, por lo que solía perder los estribos y gritarme. Ni siquiera me había preguntado cómo había aprendido Tina a usar la magia.

“Quiero decir, mi hermana pequeña está trabajando con una discapacidad”, explicó Lydia.

“A diferencia de tu chica, ella no tuvo el beneficio de tres meses con cierta persona. ¡Claro que va a perder! ¿No es así?”

“Oye… Escribiste en tu carta que eras mejor que… Espera. Lo siento. Un Firebird a tan corta distancia realmente no es cosa de risa”.

“Un hombre de verdad no se queja de cada pequeña cosa”, señaló Lydia.

Luego cambió su tono y agregó:

“Oh, bueno. Es hora, así que comencemos. Puedes decirme todos los detalles después”.

Le lancé una mirada perpleja.

“¿Qué haces— ¡Ahh!”

¡Lo sabía!

Podía sentir a numerosas personas rodeándonos. Traté de escapar, pero mi brazo derecho estaba sujeto.

¡H-Hablando de un puño de hierro! ¡¿Dónde en esos brazos delgados está escondiendo todo ese poder?!

Sirvientas sonrientes salieron de sus escondites y corrieron hacia nosotros. Sostenían espejos de cuerpo entero y lo que parecían utensilios para vestirse.

Oh, tengo un mal presentimiento sobre esto…

“Los exámenes deberían terminar en cualquier momento”

Comentó Lydia a mi lado mientras miraba su reloj de bolsillo. Sonaba como si estuviera disfrutando esto con todo su corazón.

“Mi hermana llegará pronto a casa, ¿y qué tipo de cuñado serías si la saludaras con un atuendo tan andrajoso?”

“Desde cuándo soy su cuñado— ¡O-Oww! ¡M-Me vas a romper el brazo! ¡Puedo oír mis huesos crujir!”

“Ella es mi hermana. Eso la convierte en tu cuñada”, explicó Lydia.

“¿No es eso solo sentido común?”

“Q-Qué clase de ‘sentido’ hace es— ¡M-Muy bien! ¡Dije, está bien! Te lo dije hace un momento, y te lo repetiré tantas veces como sea necesario: ¡No intentes lanzar Firebird a tan corta distancia!”

Hice una pausa por un momento y luego cedí

“Bien. Haz lo que quieras”

“Deberías haberlo dicho en primer lugar. Eres tan obstinado. ¿Está todo listo?”

“¡Sí, mi señora! Todo está preparado y en perfecto orden”

La criada que nos había servido el té antes, ella era la criada principal y servía a Lydia personalmente, sonrió e hizo una reverencia. ¿De dónde había venido?

“¿Está preparado, Allen-sama?”

“Estoy en tus manos”, le dije después de un momento de silencio.

“Me alegro verlo, señor. No esperaría menos de ti. Oh, qué adorable ha estado mi señora estos últimos tres meses, Allen-sama, y todo gracias a usted. Cada día era simplemente celestial. Esperó tus cartas en ascuas. Cuando uno no llegaba, ella gemía: ‘¿No debería haber escrito eso en mi última carta?’   o  ‘Si termina  odiándome,  entonces, entonces… Oh, ¿qué debo hacer?’ ¡Y cuando recibió una! Oh, deberías haber visto a mi señora resoplar y declarar: ‘Realmente no me importa si me escribe, ¿sabes? Lo digo en serio. ¡Ahora, toma esto y envíalo por Griffin Mail lo más rápido!’ ¡Te aseguro que el Cuerpo de Sirvientas Leinster podría continuar todo este año solo con eso! Y las palabras no pueden describir su belleza cuando recibió la noticia de que la visitarías hoy. Por qué, solo para elegir ese vestido…”

“¿Cuánto tiempo vas a perder en esta charla?”

Lydia intervino, su atención se centró en su sirvienta principal habladora.

“¿Supongo que no te importará trabajar el resto de tu vida sin paga?”

“… Le ruego me disculpe, mi señora”.

Mi cabello, ropa y todos los demás aspectos de mi apariencia fueron posteriormente arreglados a la perfección por las doncellas de Leinster. Uhm… ¿Por qué esta ropa me queda perfecta?

Estaba totalmente agotado, tanto mental como físicamente. Solo algunas cosas quedaron grabadas en mi memoria. Estaba la deslumbrante sonrisa en el rostro de Lydia en el momento en que me vestí, cuando me abrazó con tanta fuerza que pensé que mis huesos podrían romperse, y los lindos ojos redondos. También estaba el círculo de sirvientas que nos había estado grabando y la conmoción cuando la hermana de Lydia había regresado, acompañada por Tina y Ellie, por alguna razón, y las tres habían saltado sobre mí de inmediato. Por último, estaba la forma en que el trío había comenzado a retozar en el patio interior después de una discusión trivial.

Me alegro. No hay duda de que todas aprobaron; después de todo, las niñas normales que juegan no disparan andanadas de hechizos intermedios ni chocan con hechizos avanzados, y mucho menos con los supremos. Me pregunto si el sitio de prueba salió ileso…

Una semana después, la Royal Academy anunció los nuevos admitidos de ese año.