Monogatari (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: Fénix Tsukihi

Parte 5

Una vez, cuando agarré sus coletas y fingí que las estaba conduciendo como una Harley Davidson, ella se enojó mucho conmigo, incluso dejando caer su habitual dicción educada. Nunca la había visto tan furiosa… Mi arrepentimiento todavía era un recuerdo fresco.

“Sí, ¿y entonces?” Preguntó Karen, con un toque de cautela en su voz. Incapaz de ver a dónde iba esto, se sentía ansiosa. Su vigilancia era insuperable.

“Es cuestión de tacto… un corte de cabello es el ejemplo más simple, pero podría dar otros. ¿Confiarías alguna vez en que un no profesional te realizara un masaje de cuerpo completo? Es esa clase de cosas.”

“Esa clase de cosas…”

“Lavarse los dientes es ese tipo de cosas.” Dije, aunque no sabía por qué estaba hablando deliberadamente como si estuviera dando una conferencia. “Pareces imperturbable, pero que alguien te cepille los dientes no es una experiencia común. A diferencia de un corte de cabello o un masaje, es algo de lo que normalmente te puedes encargar sin ayuda de nadie.”

Le estaba diciendo esto a alguien que unas horas después se estaría cortando la cola de caballo, pero obviamente no tenía forma de saberlo. ¿Cómo podría haberlo visto venir?

“Déjame analizarlo, Karen… que otra persona te cepille los dientes va a ser increíblemente espeluznante. Si puedes evitar enloquecer durante cinco minutos, ganas. Te presentaré a Kanbaru. Pero si haces, aunque sea un pío antes de que pasen los cinco minutos, yo gano y no te la presentaré.”

“¡Jaja!”

Frente a las reglas y condiciones del enfrentamiento que presenté, Karen se rió… como si estuviera aliviada. En realidad, era más un bufido, como si acabara de dejar salir el viento de sus velas.

“Vaya.” Dijo ella. “Por la forma en que estabas dando tanta importancia a esto, estaba comenzando a asustarme. Ahora estoy un poco decepcionada.”

“¿En serio?”

“Sí, ven con todo. No quiero imaginarme que un completo extraño me cepille los dientes, ¿pero mi propio hermano? Puedo hacer esto. ¿Estás seguro de que no serás el primero en ceder, humillado por cepillarle los dientes a tu hermana? Debo decir que no hay nada que puedas hacerme que me resulte vergonzoso.”

Bueno, tan solo mírala. Pensó que estaba tratando con un aficionado.

“……”

¡Muajajajaja! ¡Había caído en mi trampa! Incluso su tono arrogante era música para mis oídos.

Sabía muy bien que ella era impermeable a la vergüenza. ¿Cuántos años pensó que yo había sido su hermano mayor?

De hecho, ¡me convertí en su hermano mayor antes de que ella naciera!

“Claro.” Consentí. “Si me detengo antes de tiempo tú ganas.”

“¿Sí? No lo sé, parece un enfrentamiento muy fácil de superar para llegar a conocer a Kanbaru-sensei. Casi me siento mal. Podrías haber elegido un obstáculo más grande. Eres tan KY.”

“¿KY?”

“No puedes leer el ambiente.”

“Ah…” Kuuki yomenai… “Eso ya lo he escuchado.”

“¿Qué tal SF por ‘un poco misterioso’? Me pregunto por qué.”

“Qué gran maestro… tan adelantado a su tiempo.”

Ese juego de palabras, sukoshi fushigi, pertenecía a Fujio Fujiko. Era más que un poco misterioso, pero suficiente de eso.

“Empecemos.” Dije. “Siéntate ahí.”

“Señor, sí señor.”

Karen se dejó caer en la cama, lo quisiera o no, haciendo que su falda se revolviera en un lío. Tal vez no estaba acostumbrada a usar una, y el dobladillo también era demasiado corto, pero claramente las faldas no eran para ella, pensé mientras me sentaba a su lado.

Como mejores amigos.

Agregué una pequeña cantidad de pasta de dientes al cepillo, giré mi cuerpo en su dirección y coloqué mi mano izquierda detrás de su cabeza.

“Di ‘ahh’.”

“Ahh.”

Hice que abriera la boca e inserte el cepillo de dientes.

Ahora bien.

Es hora de experimentar el terror que era Kanbaru-sensei.

¡Consuélate sabiendo que nada menos que la sensibilidad fetichista de Kanbaru fue tu perdición!

“¡¿Gh… mphh?!”

Karen finalmente pareció comprender el peligro en el que había tropezado aproximadamente un minuto después de iniciado el enfrentamiento.

Su expresión cambió. Bueno, tiembla todo lo que quieras.

Nunca había visto un rostro tan alarmado… y extático.

“Mm… mmph, ¡¿g-grk?!”

Lo acababa de entender.

Karen-chan, es demasiado tarde.

El enfrentamiento estaba en pleno apogeo.

Sí. Mi charla sobre peluquerías y masajes había sido un error. Cepillarse los dientes está en un plano diferente.

Estamos hablando de juguetear con tu boca.

No afuera, sino dentro de tu cuerpo. No en la superficie, sino debajo.

No lo endulcemos. La verdad es que genera placer.

En otras palabras, se siente bien.

Lavarse los dientes es un acto tan cotidiano que te acostumbras y no te das cuenta… Yo tampoco lo había pensado hasta que Kanbaru me lo señaló.

Sin embargo, es un hecho severo.

Acariciar una parte delicada de tu cuerpo con finas cerdas solo puede hacerte sentir bien. Cuando alguien más lo está haciendo, ¿serás capaz de mantener la calma?

Karen tenía agallas. Ella no se doblegó ante el dolor o la humillación.

Se podría decir que ella era una masoquista. Una masoquista total y absoluta.

Qué es exactamente lo que hizo que complacerla, complacerla de esta manera, fuera un medio tan efectivo de quebrantar su espíritu.

¡Tenacidad derribada por el placer! ¡Orgullo inclinándose ante la indolencia!

“Ng-gh… ¡Nmmphh!”

Mientras me enfocaba en un lugar detrás de sus molares y frotaba donde el diente se encontraba con la encía, Karen reaccionó de la manera más sensible. Su cuerpo comenzó a temblar y convulsionar.

Sus ojos parecían a punto de rodar hacia atrás.

Esto se estaba volviendo aterrador a su manera…

Era la primera vez que probaba esto, pero la gran Kanbaru-sensei ciertamente estaba a la altura de su nombre.

No me odies, Karen. ¡Estoy haciendo esto por tu propio bien!

¡No querrás conocer a la mujer a la que se le ocurrió esta loca idea!

“Ng-gh… huph, huph, huph. N… gh, ahh, ahhh…”

Desafortunadamente… había calculado mal.

No me había dado cuenta de lo valiente que era Araragi Karen. Ni siquiera el placer podría romper esta rana valiente.

Pensé que no duraría dos minutos, pero apretaba los dientes… bueno, no podía ya que los estaba cepillando (otra razón por la que tu cuerpo quedó flácido), pero resistió mis golpes, mis caricias, mis mimos.

Toda esta situación de chicas al estilo manga de ser complacida por su hermano mayor debe haber sido muy mala para ella, y sin embargo… Hmph, no está mal, Karen. No está mal.

Ella me estaba inspirando a esforzarme más.

Yo (aunque estaba un poco fuera de límites) comencé a cepillarle la lengua.

La parte inferior de su lengua, para ser precisos… esa parte del cuerpo era un músculo bastante expuesto.

“Karen, te sentirás mucho mejor si te rindes… ¡corrección! ¡Ríndete y ya no se sentirá tan bien!”

Ella estaba en el infierno de las cosquillas. No había forma de que pudiera soportar esto.

¡Otro minuto era lo máximo que podía tomar!

“Uh oh… ¡¿Espera?!”

De hecho, el que no pudo soportar un minuto más… fui yo.

Supongo que Kanbaru pensó que era demasiado obvio para mencionarlo, pero había una trampa seria en este enfrentamiento (que probablemente no era como ella lo pensó en primer lugar).

Me concentré en la psique del cepillado y me precipité en esto sin detenerme a considerar el asunto muy importante de cómo me sentiría yo, la persona que cepilla.

Fue un gran error. Uno del que no podría recuperarme.

“Aaah… Haaaa. ¡H-Hnkk!”

……

¡Maldita sea!

¡Los gemidos ahogados de Karen me estaban haciendo sentir muy raro por dentro!

¡Mi corazón latía más rápido!

¡Cada una de sus reacciones me estaba poniendo nervioso!

¿Qué era este sentimiento complejo, como si estuviéramos rompiendo un tabú?

¡Saber que estaba complaciendo a mi propia hermana se sentía tan inmoral!

Cada raspado audible del cepillo de dientes, cada espuma de pasta en su boca, comenzó a sentirse menos como limpiar los dientes de Karen y más como pulir mi propia alma.

¡¿Me estaba satisfaciendo más cepillando los dientes de otra persona en lugar de los míos?!

¡¿Estaba tan feliz de ser útil?!

¿Es esto lo que mis profesores de escuela llaman “servicio”?

¡De acuerdo, probablemente no!

Esto estuvo mal. ¡Incluso la racha de baba que se derramaba por la comisura de la boca de Karen, algo que normalmente encontraba asqueroso, estaba infundiendo una extraña sensación de afecto!

Si no dejaba de cepillarla de inmediato, podría suceder algo terrible… pero, aunque sabía eso, sabía que esto estaba mal, mi mano parecía tener mente propia. Como una especie de máquina automatizada (incluso un cepillo de dientes eléctrico), se negó a detenerse.

En todo caso, sus movimientos se volvieron más feroces. Cuanto más me concentraba, peor se ponía.

Las convulsiones de Karen, igualmente, se intensificaron… estaba agarrando firmemente la sábana con las manos, supongo que, porque no podía apretar los dientes, pero eso aún no era suficiente para mantener su cuerpo bajo control.

Y su rostro se había vuelto rojo carmesí, como si estuviera a punto de estallar en llamas.

“Ay…” Dije, sin querer. Me las arreglé para tragarme las palabras justo a tiempo… pero las que casi escaparon de mi boca me sorprendieron incluso a mí.

Ay. Se veía tan linda.

He cumplido mi posición como hermano mayor de Karen durante unos dieciséis años (el número incluye el tiempo que estuvo en el útero de nuestra madre, por cierto. A eso me refería cuando dije que había sido su hermano desde antes de ella naciese… no estaba siendo retórico), pero nunca antes la había encontrado tan linda.

Antes, era solo porque me había estado amenazando que alabé cómo se veía con una falda. No, quiero decir, fue solo una mordedura de lengua, y seguro que no iba a decirle que era linda ahora… pero no podía retractarme de haberlo pensado así.

Una vez que se filtraron los datos, no pudo recuperarlos.

Ay.

Ay, ay, ay.

Esto era una locura.

¿Karen siempre fue tan linda?

Espera… espera un segundo…

¿Era mi hermana pequeña en realidad la chica más linda del mundo?

Hasta ahora, había considerado que mi mujer ideal era Hanekawa Tsubasa, pero ¿me había equivocado? Incluso si no superó a Hanekawa, ¿Karen era un rival a la altura de la terea?

¡Espera, espera!

Araragi Koyomi, ¡detente ahí mismo! ¿Escuchas lo que estás diciendo?

¿Qué mortal podría competir con Hanekawa Tsubasa?

¡Esto era una ilusión, todo era una ilusión! ¡Estaba borracho por la extraña situación!

¡Me di cuenta, supe que era verdad!

Y sin embargo…

“N-Nuhhh…” Gemí como si me uniera a Karen en el coro.

Hubo algún tipo de sinergia. Me perdí de vista.

Mi circuito mental incluso consideró la posibilidad de que hubiera nacido en este mundo sólo para cepillarle los dientes a Karen.

Qué circuito mental tan idiota era el mío.

¿Cómo es posible que cepillarle los dientes a alguien sea contraproducente de manera tan horrible? Me había tropezado al lidiar con artes oscuras y prohibidas.

Pero ya era demasiado tarde para arrepentirse.

La ignorancia no era una defensa. La ignorancia sería mi perdición.

Esto estaba fuera de mi control. Mi única opción era dejar que las piezas cayeran donde pudieran.

“K-Karen…”

¿Sabes… como los cigarrillos?

¿Esas cosas que la gente se mete en la boca y enciende para respirar el humo? ¿Esos palos de cáncer súper peligrosos o lo que sea que son tan terribles para ti?

Imagínate si fueran un estupendo suplemento para la salud que la mejorara cuanto más fumases.

¿Alguna vez se habrían vuelto tan populares?

Bueno, todavía soy menor de edad, y no tengo la intención de adquirir el hábito incluso cuando sea mayor, pero ese tipo, Oshino, que constantemente dejaba un cigarrillo colgando entre sus labios (no es que alguna vez lo encendiera) había dejado una fuerte impresión en mí.

No podías dejar de preguntarte.

Tal vez sea precisamente porque es malo para ti, porque no deberías, que tanta gente fuma.

Que muchos no se detienen ni siquiera ahora.

Está mal, se supone que no debes hacerlo. Precisamente por eso…

Es tremendamente atractivo.

Es tremendamente tentador.

Es terriblemente adormecedor.

Para cuando te des cuenta…

Para cuando me di cuenta… había empujado a Karen hacia mi cama.

Con mi mano izquierda todavía acunando su cabeza, me incliné sobre ella y la inmovilicé.

Ella era más grande que yo, pero solo tuve que usar una fracción de mi peso… y bajó suavemente, sin resistirse.

Miré a Karen. La miró fijamente.

Ella se estaba desmayando, derritiéndose en charcos.

Ella estaba en el cielo.

“Karen, Karen. Karen…”

Repetí su nombre una y otra vez. Cada vez que lo mencionaba, una fiebre subía desde lo más profundo de mí.

El cuerpo de Karen también estaba caliente.

“N-Nii-shan~…”

Gracias al cepillo de dientes insertado en su boca… bueno, probablemente incluso si no hubiera estado allí… ella ceceaba, sus pupilas desenfocadas.

Sin embargo, ella dijo… valientemente, dijo:

“N-Nii-shan… Adelante.”

¡¿Adelante?!

¡¿Adelante a dónde?!

Así es como replicaría en circunstancias normales, pero también me sentía descuidado.

Negligente. Resbaladizo.

Almibarado. Filtrando.

Lanoso. Mareado.

Tembleque. Desterrado.

Yo, Araragi Koyomi, quité suavemente mi mano izquierda de detrás de la cabeza de Araragi Karen y la extendí lentamente hacia sus pechos…

“¿Qué demonios?”

Fue entonces cuando una voz grosera, insensible, interruptora… no, intervino una voz salvadora.

Cuando me volví para mirar la puerta que aparentemente había dejado abierta, mi otra hermana, mi hermanita más pequeña, es decir Tsukihi, vestida con su ropa tradicional japonesa, se quedó asombrada.

Con los ojos abiertos como platos, la boca circular, parecía una de esas antiguas estatuillas dogu. Más estupefacta que asombrada, podría haber apretado la mandíbula si no estuviera en el suelo.

“¿Onii-chan? ¿Karen? ¿Qué demonios?”

Por alguna razón, Tsukihi estaba hablando con acento de Kioto. De hecho, sonaba un poco como la variante cortesana de Gion.

Supongo que estaba confundida.

“E-Espera, Tsukihi.” Grité. “¡No nos malinterpretes!”

Bueno, por más que gritara, no había nada que malinterpretar de la situación. Esto era, de hecho, exactamente lo que parecía. La situación era bastante difícil de malinterpretar.

“Onii-chan, ¿por qué le cepillas los dientes a Karen y la empujas sobre tu cama con amorosa bondad escrita en tu rostro? Y Karen, ¿por qué estás vestida con mi ropa con un desmayo en tus ojos cuando Onii-chan te está inmovilizando en su cama?”

Tsukihi había recuperado sus sentidos lo suficiente como para dejar caer su acento, pero la pregunta que planteó no era tan fácil de descartar.

Sus ojos muy abiertos recuperaron su forma normal hasta cierto punto… pero solo porque los estaba entrecerrando en reproche. Pasamos de círculos a triángulos.

La mirada fría, viniendo de Tsukihi, fue suficiente para sorprendernos a mí y a Karen, devolviéndonos a nuestros sentidos.

Una vez que me aleje de ella…

Fue justo como dijo Tsukihi. En otras palabras, su pregunta no podía descartarse.

“¡Hay que ver! ¡¿Por qué cepillo los dientes de Karen y la empujo sobre mi cama con amorosa bondad escrita en todo mi rostro?!”

“¿Qué? ¡¿Por qué estoy vestida con tu ropa con un desmayo en mis ojos cuando Nii-chan me está inmovilizando en su cama?!”

“¡Increíble!”

“¡Increíble!”

Fue increíble. Nunca me había sorprendido tanto en mi vida.

¡Eso… estuvo… cerca!

¡Pude no cruzar una línea!

¡Un tabú, tampoco viole un tabú!

“¡N-Nos salvaste, Tsukihi! ¡Gracias!”

“¡N-Nos salvaste, Tsukihi! ¡Gracias!”

Dijimos Karen y yo, al unísono.

No eran solo nuestras voces las que estaban sincronizadas. Azotamos nuestros cuerpos en la dirección de Tsukihi y empujamos un dedo hacia ella, nuestros movimientos perfectamente idénticos.

Si esto fuera natación sincronizada, habríamos ganado el oro.

Sin embargo, dadas las circunstancias, nuestra sincronicidad solo empeoró la impresión que le causamos a Tsukihi. No hubo ninguna ventaja.

Una medalla de hojalata en la sala de juegos era todo lo que íbamos a ganar. Quiero decir, todavía estaba apoyado sobre Karen mientras hablábamos. “Ajá.”

De hecho, lo que hizo Tsukihi a continuación fue asentir con gran interés.

Sus ojos ya no estaban entrecerrados, sino cerrados con fuerza, y su rostro estaba inexpresivo.

Karen y yo estábamos respirando con dificultad, esta vez por una razón completamente diferente.

Aguardamos ansiosamente el juicio.

Gotas viscosas de sudor se deslizaron por mi piel.

“Sip…”

Cuando Tsukihi levantó la cabeza, su rostro estaba alegre y brillante.

Parecía que íbamos a recibir un veredicto comprensivo. Tal vez se hicieran concesiones por circunstancias atenuantes, o al menos obtendríamos una sentencia suspendida. Karen y yo nos animamos.

“¿Les importaría quedarse ahí?” Solicito Tsukihi. “Voy a pasar a la tienda de conveniencia para comprarme un punzón.”

Swoosh, nos ha sacado la alfombra de debajo de nuestros pies.

Una sentencia de muerte.

Mira tú, un punzón…

Con una sonrisa congelada en su rostro, pero sin sonreír, Tsukihi, con un nivel de ira 99, salió al pasillo. Wham, cerró la puerta detrás de ella con fuerza fulminante.

“Tsukihi.” Gritó Karen tras ella. “¡No creo que vendan punzones en la tienda de conveniencia! ¡Tendrás que ir a una ferretería dedicada!”

El comentario pareció un poco equivocado. Tsukihi lo ignoró por completo.

Sus pies bajaron con fuerza las escaleras y pronto todo quedó en silencio.

¡Ay! ¿Qué acababa de pasar?

Esto fue puro pandemonio. Incluso si no podía comprar un punzón en una tienda de conveniencia, con el estado de ánimo en el que estaba, encontraría uno en alguna parte.

¿Qué hacer?

Bueno, la cuestión más urgente era probablemente lo que nos iban a hacer.

“Nii-chan, me estás aplastando.” Se quejó Karen mientras me sacudía la cabeza.

“Oh, lo siento.”

Me bajé de ella. Ella también se sentó y reorganizó su desaliñada minifalda de facto. Parecía un poco cohibida.

Una Karen tímida era algo raro. Por lo general, nada la avergonzaba.

“¿Nii-chan, sobre nuestro enfrentamiento?”

“¿Eh?”

¿Enfrentamiento? ¿Se suponía que esa palabra significaba algo para mí? ¿Era el nombre de alguna planta? ¿Una de las palabras de vocabulario que había memorizado esa mañana?

Cuando ladeé la cabeza para mostrar mi confusión, agregó: “Han pasado más de cinco minutos.”

Ah bien. Ahora que lo mencionó, todo este incidente había comenzado como un enfrentamiento entre nosotros. Finalmente recordando, miré el reloj.

De hecho, se acabaron los cinco minutos. O, mejor dicho, habían pasado quince minutos.

No es de extrañar que Tsukihi se tropezara con nosotros de esa manera.

“Aw, diablos…”

Ay. Había perdido.

En realidad, dejando a un lado el haber perdido, tuve que felicitar a Karen por su tenacidad.

Había llegado el momento de cederle el respeto que se le debía.

Puede que me haya olvidado a la mitad, pero cualquiera que pudiera soportar un castigo tan extremo merecía felicitaciones.

También durante quince minutos. Ella era un monstruo.

“Ja, supongo que me tienes… Una promesa es una promesa. Está bien, está bien, Karen, te presentaré a Kanbaru.”

Eso no significaba que me gustara un poco, pero si Karen realmente quería conocer a Kanbaru, no tenía ninguna razón para interferir. O al menos ningún derecho.

Sospeché que se llevarían bien. Después de todo, eran aves del mismo plumaje.

“Lo hiciste bien, Karen. La victoria es tuya. Sí, creo que hoy fue mi turno de perder. Te concedo todos los honores.”

“Mm-m…”

A pesar de mis felicitaciones, su respuesta pareció tibia.

Ejem, se aclaró la garganta en voz alta mientras me preguntaba qué pasaba. Ejem, e-e-ejem.

Tosió varias veces, aparentemente a propósito… y luego encorvó su gran cuerpo en una bola tímida.

“N-Nii-chan.”

“¿Sí?”

“B-Bueno, si quieres, quiero decir solo si insistes, supongo que podríamos decidir quién gano con un dos de tres.”

“……”

“Y-Ya ves, Tsukihi nos interrumpió antes de que termináramos, así que por lo general no contaría. A-Además, tenemos mucho tiempo para matar hasta que ella regrese. No me importaría hacerte compañía por algunas rondas más…”

Fingiendo extrema indiferencia, con las mejillas enrojecidas cuando hizo su propuesta, Karen me miró con timidez.

“Bueno…” Yo… silenciosamente agarré el cepillo de dientes, que todavía estaba en mi mano. “E-En ese caso, pediré una revancha… ¿tal vez?”

“Por supuesto. No me gustaría huir… de un enfrentamiento… ¡acepto!”

“¿D-Deberíamos cambiar de roles?”

“Bueno. ¡E-Eso suena justo!”

Ninguno de los dos miraba a los ojos del otro… y así nos sumergimos en una pelea al mejor de tres.

Que es como, a partir de esa mañana…

Karen y yo empezamos a llevarnos un poco mejor.