Zaregoto  (NL)

Volumen 9: Desarraigo Radical – 03

Capitulo 1: Un Largo Adiós

Parte 1

Porque me gusta, lo odio.

Aunque lo odio, me gusta.

***

El origen fue la venganza.

Creo que fue una venganza.

Creo que fue una expiación.

Creo que fue un rencor.

Creo que fue un resentimiento.

Creo que se estaba desahogando.

Pero todo eso está mal.

Al final, eso es sólo teoría.

Sólo quería hacer algo.

Si no hacía nada, sentía que iba a morir.

Por lo tanto.

Por lo tanto, conocí a la chica azul.

La primera vez que la vi.

Kunagisa Tomo era un niño que jugaba en un arenero.

Construía un castillo de arena.

¿Cuál era el objetivo de ese castillo?

¿Por qué lo estaba construyendo?

Eso, no lo sé.

De todos modos, Kunagisa ponía todo su empeño— Reuniendo toda su concentración.

Haciendo que toda su concentración se reuniese.

Construyendo un castillo.

Su castillo.

Su castillo ya estaba casi terminado.

Sin ninguna razón real, pateé ese castillo.

Destrucción.

Lo destruí.

Por supuesto, en ese momento no conocía a Kunagisa Tomo.

No sabía quién era ese chico azul.

No conocía los motivos del cabello azul ante mis ojos.

Sólo pateé el castillo, porque no me gustaba.

No me gustó la forma del castillo.

Realmente no tenía ninguna razón.

Kunagisa no dijo nada.

Ni siquiera me miró.

Reaccionó como si la arena se hubiera derrumbado por una fuerte ráfaga de viento.

No sólo dentro de su campo de visión, dentro de ese chico azul, yo no existía.

Recogió arena y reconstruyó el castillo derrumbado.

Quede asombrado.

Lo que me sorprendió fue el hecho de que Kunagisa devolviera cada grano de arena que se había derrumbado, sin falta, a su posición anterior, a su lugar anterior. Que devolviera el castillo, en el sentido más estricto, a un estado inalterado.

Para esa acción, cuánta memoria, cuánta capacidad cognitiva y cuánta precisión eran necesarias, no quería pensar en algo tan absurdo. Kunagisa no estaba reconociendo la arena como un todo, sino cada grano individualmente, y en ese momento comprendí que probablemente ella también estaba viendo el mundo de la misma manera, en unidades atómicas.

Y así, cedí.

Cedí ante el chico azul.

Estaba decidido a ser explotado.

Estaba decidido y lo acepté.

El momento en que le conocí.

En ese mismo momento, perdí contra Kunagisa.

Yo…

En ese momento, en la frustración y en un ataque de ira, realmente, sin ninguna razón, le di una patada al cabello azul de Kunagisa.

“¿Kusanagi? ¿Kuginasa? ¿Qué?”

“Kunagisa, es Kunagisa. K-U-N-A-G-I-S-A, Kunagisa. Y luego Tomo, por amigo. Kunagisa Tomo.”

“Hmm. Ya veo. Kunagisa-kun, eh. Heeh, tu cabeza, es bastante genial.” “Puedes llamarme Tomo.”

“De acuerdo. Entonces también puedes llamarme Tomo.” “Eso es confuso. Mejor te llamare Ii-chan.” “Entonces yo también te llamaré Ii-chan.”

“Eso es confuso.”

Me enteré de que el niño azul era una niña.

Me enteré de que la chica era descendiente directa de la línea de sangre Kunagisa.

La descendiente directa del Sindicato Kunagisa que me había invitado, y que mi hermana pequeña fue un sacrificio para ella.

Que fui explotado por el bien de la chica.

Lo he aprendido todo.

Sin perder nada, aprendí.

Lo único que no supe hasta el final era por qué la chica me llamaba Ii-chan.

Eso fue… un detalle trivial.

No había ninguna razón especial.

El origen…

El origen fue la venganza.

Fue una venganza.

Fue una expiación.

Fue un rencor.

Fue un resentimiento.

Fue un desahogo, al menos debería haberlo sido.

Antes de darme cuenta, nosotros…

Despacio… sin prisa.

Descaradamente… impúdicamente.

Como si fuera natural.

Pasamos tiempo juntos.

Lo pasamos juntos hasta el punto de entristecernos.

Mucho tiempo.

Una eternidad.

Pero en un abrir y cerrar de ojos.

Inmediatamente se produjo una catástrofe.

Estaba intentando… intentando salvarla.

Creo que estaba tratando de salvar a Kunagisa Tomo.

Pero al final, mis acciones no fueron más que venganza y expiación y rencor y resentimiento y desahogo. Pero sólo hay una cosa: si tuviera que juzgar una cosa como verdadera para el yo de entonces, sería que ciertamente tenía la intención de salvar a Kunagisa Tomo.

No tenía intención de romperla.

No tenía intención de matarla.

Incluso si todo lo demás no era bueno…

Sólo eso.

Sólo eso se podría perdonar.

Para el yo de entonces, cuando mi existencia estaba empapada de pecado y corrupción, aunque esa existencia fuera imperdonable a pesar de todo, si tuviera que decir, sólo eso es perdonable.

Kunagisa Tomo.

Lo mismo que antes: no tiene ni un ápice de mala visión atómica.

El yo de ese tiempo, por su bien—

Ni siquiera dudaría en morir.

Incluso entonces, pero incluso entonces, ¿por qué?

¿Por qué he corrido?

Y.

¿Por qué yo…?

¿Cambie por mi cuenta?

Aunque quería estar a su lado.

Aunque juré estar a su lado.

Aunque quería estar con ella para siempre.

Aunque no debería haber cambiado.

Incluso entonces…

“Yaah, Ii-chan. Has sido más rápido de lo que pensaba. No, supongo que en este caso, decir ‘fuiste más lento de lo que pensé’ podría ser más adecuado…”

Kunagisa—

Kunagisa Tomo estaba en la azotea de su edificio en Shirosaki; estaba sentada de forma ligera, muy relajada, encima de la valla que la rodeaba por los cuatro costados.

Si pierde el equilibrio aunque sea un poco, se dejaría caer desde la altura del edificio.

En esa posición.

En esa postura.

Con ese equilibrio…

Probablemente, así es como hemos estado viviendo nuestras vidas.

Kunagisa y yo lo habíamos hecho siempre.

Claro, por eso.

Nunca fue raro.

Como dijo Kunagisa…

Esta escena, era demasiado tarde.

Probablemente fue antes de lo esperado.

Pero fue más tarde de lo que debería haber sido.

Había ido demasiado, demasiado bien.

Llevábamos demasiado tiempo así.

Habíamos vivido demasiado tiempo.

“Ho—”

Traté de llamar a Kunagisa—

Traté de llamarla con normalidad.

Pero incluso entonces, mis palabras se atascaron.

No la llamé.

Kunagisa sólo giró la cabeza hacia mí y me miró con una leve sonrisa.

“Ven aquí.” Dijo ella. “Junto a Boku-sama-chan está el asiento de Ii-chan.”

“… Bien.”

Así es.

Por alguna razón, pude estar de acuerdo.

Me acerqué a Kunagisa paso a paso, teniendo cuidado de no perturbar su equilibrio, y me senté a su lado.

“Es alto.”

“Ciento cuarenta metros. Más alto que la Torre de Tokio.”

“¿Está bien?”

“¿Qué cosa?”

“Estar en un lugar tan alto.”

“Estoy bien con los lugares altos.”

“Pero…”

Kunagisa Tomo vivía con tres trastornos mentales. El primero era ser incapaz de ejecutar cualquier movimiento vertical complejo por sí misma. Aunque era diferente para su territorio, dentro del paisaje familiar de su casa, este castillo no debería haber contado como dentro del dominio de Kunagisa. No había forma de que Kunagisa pudiera soportar tal movimiento vertical—no, si sólo fuera ella la que subiera al tejado, podría haberse hecho acompañar por la antes Utage Kudan, Shigai Touno, pero incluso así, dudo que Touno-san le hubiera permitido estar en un lugar como éste. Según Touno-san, no era seguro que ella pudiera encontrarse conmigo—

“Aah. Ese tipo de cosas están bien ahora.” Dijo Kunagisa con indiferencia.

“En primer lugar, eran como grilletes que me ponía para tener a alguien cerca.”

“Grilletes…”

“¿Cadenas, tal vez? Y los otros dos, bueno, es una historia similar. Como construir un personaje en retrospectiva. Dicho esto, incluso entonces, el único que se quedó a mi lado hasta el final fue Ii-chan.”

“Ese no es… realmente el caso. Sólo soy alguien reemplazable, un cualquiera…”

“Ese no era realmente el caso. Ese no era el caso en absoluto. Vamos, ¿Ii-chan como alguien reemplazable? Ya que viniste aquí, eso significa que conociste a Nacchan, ¿verdad? Shigai Touno, Trigger Happy-End (Cadáver).”

“… Sí.” Asentí con la cabeza. “Esa persona, ¿cuál es su verdadero nombre? No, más que su verdadero nombre… ¿Cuál es su verdadera identidad? Shigai Touno o Utage Kudan. Shigai Touno del Equipo, o Utage Kudan de las Trece Escaleras.”

“¿Verdadera identidad? Suena un poco raro. Ajaja, cierto, Ii-chan tenía problemas con la gente con muchos nombres. Desde hace mucho tiempo. No, no es que uno de ellos sea el verdadero. Ya que Nacchan está sola. Si tuviera que decir, correcto, Boku-sama-chan fue la que la conoció primero.”

“Y… después de eso, el Señor Zorro.”

“Así es, el Señor Zorro.” Dijo Kunagisa.

“Excluiré los detalles, pero cuando Boku-sama-chan estaba actuando como parte del Equipo, más o menos, fue como ‘¡zas!’, luchamos contra alguien—parece que era a quien llamas Señor Zorro. Y en ese momento, Nacchan se convirtió en su subordinada.”

“¿Así que era una traidora?”

“Más que una traidora, una cobarde, supongo. Todavía excluiré los detalles, pero esencialmente, hice que Nacchan actuara como espía. Incluso después de que el Equipo dejara de funcionar, Nacchan siguió actuando como espía por alguna razón.”

“Por alguna razón…”

“No, como el Equipo ya no existe, esa acción ni siquiera era de espionaje… Aunque Boku-sama-chan tampoco lo sabía hasta hace poco. Algo así como: ¿Eh, Nacchan sigue haciendo eso?”

“… Es decir, ¿comprendes la situación en la que me encuentro? ¿Touno-san te ha contado lo esencial?”

“Nuh-uh. Realmente no pregunté y Nacchan tampoco me dijo nada. Creo que está claro si miras a Sacchan, pero no nos llevamos tan bien. Pero dicho esto, Nacchan me lo contó todo hace un rato. Lo juro, hablando sin parar cuando nadie le preguntó. También le contó algunas cosas innecesarias a Ii-chan. Realmente siento que fui traicionada por Nacchan. Sin lugar a dudas. Una cobarde siendo una traidora, ¿eh?”

“…”

“Ese zorro es malo. Sí, ese zorro.”

Uni, Kunagisa giró su cuello.

Aunque estábamos a esta altura, no había brisa.

Incluso se podría decir que no hay viento.

Eso da miedo.

Inversamente aterrador.

El hombre con máscara de zorro, Saitou Takashi.

No sólo Aikawa-san y Magokoro—

Ese hombre también tenía una conexión con Kunagisa Tomo.

Recuerdo la vez que el hombre con máscara de zorro me emboscó en el aparcamiento subterráneo. E incluso antes de eso, originalmente, la primera vez que me encontré con ese hombre fue precisamente aquí, ¿no?

Kunagisa Tomo, Muerte Azul (El Borde de la Muerte).

Probablemente eso es lo que el hombre con máscara de zorro llamaba ensayo y error, un punto de paso para llegar al fin del mundo, al fin de la Historia. Por supuesto, no era una conexión tan firme como la de Aikawa-san o la de Magokoro… para el hombre con máscara de zorro, ya había terminado. Sería lo mismo si ocurriera o no; pero incluso así, ahora que había llegado a ello, me hizo darme cuenta con más fuerza.

La conexión entre Saitou Takashi y yo.

Enemigo.

Enemigo, enemigo, enemigo.

Como si… estuviera predestinado.

Como si no hubiera salvación.

Por mucho que me esforzara, ¿habría sido todo igual al final?

“…”

Tonterías.

Ese tipo de cosas las había pensado muchas veces.

Sabía que era cierto desde que se presentó Magokoro.

Pero, incluso entonces.

Para ser sincero, me avergonzaba ese pensamiento.

Sólo Kunagisa.

Sólo Kunagisa—ella era la que no quería que participase.

Kunagisa era a quien menos quería involucrar.

Incluso entonces, Kunagisa.

Me pregunto si, incluso entonces, seguiría diciéndome cosas desastrosas como que está feliz de involucrarse.

Me pregunto si todavía puede decir esas cosas.

En este momento, para mí.

Para mí.

“Bueno, originalmente, ya sea Nacchan, Sacchan o el resto, todos eran personas que buscaba y buscaba con el objetivo de ser los sucesores de Ii-chan. A cada uno de ellos le faltaba un tornillo en alguna parte, pero aun así, al final, aunque todos unieran sus fuerzas, no podrían rivalizar con Ii-chan. Pero dicho esto, aunque fuesen unos fracasados, eso no cambia el hecho de que el Equipo fuese el sustituto de Ii-chan. Si dices que Ii-chan y el Señor Zorro estaban absolutamente destinados a ser enemigos, entonces nuestro Equipo afrentando a Zorro del Desierto sería, bueno, natural u obvio, supongo.”

“¿Mi… reemplazo?”

“Incluso si utilizo la palabra ‘reemplazo’, realmente terminaron como fracasos. Te lo dije, ¿no? Vamos, ¿el reemplazo de Ii-chan? Ahora, gracias a todos los rumores, se les describe como una especie de leyenda terrorista, pero al final, eran un ejército débil que ni siquiera pudo destruir un solo mundo. Aunque con Ii-chan, si siguiéramos como antes, lejos del mundo, podríamos haber destrozado incluso el universo, no podríamos matar ni a un zorro, ni siquiera a un lince. Al final, el reemplazo de Ii-chan era un papel que no podía ser llenado por nadie. Fuese Nacchan, Sacchan, o cualquier otro.”

“Ese no es… realmente el caso. Algo como mi reemplazo… aunque lo expreses así, según ese imbécil de Utsurigi, es algo que se puede conseguir muy fácilmente. Ahora por fin siento que entendí por qué Utsurigi fue tan persistente en mi caso, pero…”

“Aah, ya veo. Es así, así que eso es lo que era. Pero eso fueron sólo celos. Qué lamentable, impropio de Sacchan. Según yo, está claro; nadie puede ser el sustituto de Ii-chan.” Dijo Kunagisa débilmente.

Como si cantara los decimales de pi, tenuemente.

“Hay dos razones. ¿Quieres saberlas?”

“…”

“La primera, esto es realmente simple. Tendrían que ser amados por Boku-sama-chan, ¿verdad? Eso es imposible para cualquiera que no sea Ii-chan. Me gustan todos, pero sólo amo a Ii-chan.”

Kunagisa pareció sonreír un poco.

No podía soportar mirarla a los ojos.

No podía soportar mirar esa sonrisa.

No podía mirar.

“Y la segunda, como razón, es mucho más concluyente. Si alguien quiere estar al lado de Boku-sama-chan, en el lugar donde estaba Ii-chan, tendría que odiarme desde el fondo de su corazón.” Dijo Kunagisa. “Eso, Sacchan o Nacchan, nunca podrían hacerlo.”

“Te—”

Me duele el pecho.

No había viento.

Miré brevemente al suelo.

Era demasiado… pequeño.

El mundo parecía pequeño.

Pequeño.

“Te amo.”

“¿Cuánto?”

“¿Cómo así?”

“¿Cuánto te gusta Boku-sama-chan?”

“Hasta el punto de que podría morir.”

“Entonces, ¿cuánto me odias?”

Eso es… como si… como si esas preguntas pudieran encadenarse casualmente.

“¿Cuánto odia Ii-chan a Kunagisa Tomo? ¿Cuánto odia Ii-chan a la Boku-sama-chan, que convirtió tu vida en lo peor? ¿Cuánto odia Ii-chan a la Boku-sama-chan, que convirtió a tu hermana en un mero montón de lías coladas? ¿Cuánto odia Ii-chan a la Boku-sama-chan que estancó a Ii-chan cuando era un chico empapado de pecado y corrupción, un chico que sin duda habría llevado una vida mejor si no nos hubiéramos conocido?”

“… Tomo—”

“¿Me odias hasta el punto de que podrías morir?”

“—Yo.”

“Bueno, deberías odiarme hasta el punto de matarme o hasta el punto de romperme, pensando normalmente.”

Tú.

Realmente odias a Kunagisa Tomo, ¿verdad?

Utsurigi Gaisuke… Asesinato Sin Sentido.

Sin embargo, como aquel hombre siempre hablaba de forma inteligente y se dirigía a mí con tanta habilidad como si fuera mi reflejo en un espejo, aunque no podía creerlo a primera vista—

Ya que las tonterías son un medio para ocultar la verdad.

La verdad es, por tanto, un medio para matar las tonterías.

“Incluso entonces…”

Ahora, por primera vez.

Las palabras de Kunagisa estaban llenas de algo parecido a la emoción.

“Ii-chan no me odiará ni me abandonará¹… ¿verdad?”

Esa… esa emoción.

Probablemente podrías llamarla ira.

Pero en realidad se llamaba indignación.

“¿Por qué?”

“Incluso si… preguntas eso.”

No pude responder.

No había manera de que pudiera responder a algo así.

No, eso es falso.

No es que no pudiera responder, ya lo hice.

Porque me gustas.

Aquí utiliza el pronombre “boku” en lugar de su habitual “boku-sama-chan”.

Porque te amo.

Te amo, así que no puedo detestarte.

Te amo, así que no puedo ir contra ti.

Es sólo eso.

Es algo así de fácil de entender.

Desde ese día.

Desde aquel día en que nos conocimos, pero…

Probablemente, Kunagisa no quedó satisfecha con esa respuesta.

Esta no era la respuesta que pedía Kunagisa.

Kunagisa no solicitó…

Algo así de vago y poco claro.

En las instalaciones de investigación de Shadou Kyouichirou, en ese momento, la sonrisa que aparecía en el rostro de Kunagisa al mirar ese cadáver empapado de sangre.

Desde ese día, comenzó.

No.

En realidad, ya había comenzado desde el día en que nos conocimos.

¿No es obvio?

“Oye, responde. ¿Por qué? ¿Por qué Ii-chan no odia a Boku-sama-chan? Aunque, si odiaras a Boku-sama-chan, esto sería muy, muy fácil.”

“M-Más importante que eso.”

Yo—

No quería usar tonterías contra Kunagisa.

Incluso ahora, seguía siendo malo para rendirse.

Por eso he cambiado el tema.

Cambiado.

Pero, esto ya era un callejón sin salida.

Los destinos a los que podía cambiar eran limitados.

Todos los lugares a los que podía cambiarlo eran callejones sin salida.

“Tomo. He oído que vas a morir pronto.”

“…”

“He oído que podrías morir en cualquier momento. Touno-san lo dijo. ¿Eso es cierto?”

“Sí, es cierto.”

Kunagisa aceptó con normalidad.

No se trata de poner una fachada audaz, pero tampoco se trata de un juego.

Muy normalmente.

Como si lo supiera desde hace tiempo.

“Hay que ver… Nacchan es una gran chismosa, qué problema. Aunque sus labios cerrados hasta la cobardía era mi parte favorita de ella, aunque era la parte que más se parecía a Ii-chan. Realmente, hizo algo innecesario. Al final, un reemplazo es un reemplazo, una imitación es una imitación; no puede convertirse en lo real. Una alternativa completa no existe, no puede existir. Lo diré una y otra vez, pero Ii-chan es realmente insustituible.”

“No me importa eso, nadie se preocupa por mí. No hables de mí. Entonces, ¿qué fue? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Querías morir sin decírmelo? Si Touno no me lo hubiera dicho, ¿no me habría enterado de nada hasta que todo terminara?”

Como hace seis años.

Fuera del bucle, hasta que todo terminara.

En el centro del mundo y fuera del bucle.

Desconocimiento por síntomas subjetivos.

Conocer su altura, pero no su lugar.

Ese tipo de idea…

¿Se aplicaría de nuevo?

Por supuesto, ya lo sabía.

Ya lo había entendido.

Que Kunagisa moriría algún día.

Que para empezar era una chica efímera.

Que el hecho de que ella viviera el momento era un milagro.

“¿No lo sabías ya?” Dijo Kunagisa, como si viera a través de mí.

Probablemente estaba sonriendo.

Como si se tratara de un cadáver.

“Como mínimo, Ii-chan debería haberlo sabido. Para Boku-sama-chan, desde el principio, era antinatural estar viva. Como forzar a algo malo a vivir. Como hacer que una chica inmortal que vivió durante siglos siguiera viviendo para siempre, una existencia que no debería existir—¿no lo sabías ya? Estos cabellos azules son la prueba de la recesividad.”

Así es, lo sabía.

Lo que era morir.

Lo que era vivir.

Si vives para morir, entonces…

Qué poco natural es estar vivo.

Cuando tu existencia es así—

Vivir se siente como morir.

Por supuesto, nunca lo dijo delante de su querida hermanita, no se atrevió, pero casualmente, cuando nos encontramos solos, su hermano, Kunagisa Nao, sin ninguna emoción profunda, con verdadero asombro, ladeó la cabeza y se dijo a sí mismo.

“¿Por qué mi hermana no muere?”

Probablemente fue una declaración envuelta en su cáscara.

Como el débil y fuerte Nao-san nunca decía sus verdaderos pensamientos ni siquiera a sí mismo, al contener su inconsciente, podía decirlo de forma indirecta.

En realidad, lo que pensaba era: ¿Por qué sigue viviendo mi hermana pequeña? En realidad, eso era común…

No es especialmente cruel, una opinión común.

En cualquier momento, a cualquier edad—sólo con ver el historial clínico de Kunagisa, que era treinta mil millones de veces más grueso que el de una persona normal—, cualquiera se quedaría sin palabras ante esa anormalidad.

Y así lo pensé.

¿Por qué estaba viva?

Por lo tanto, no era nada antinatural en absoluto.

Sólo moría.

Se estaba muriendo.

Kunagisa Tomo se estaba muriendo.

Tan natural como el hecho de que el mundo se extinguirá algún día.

Como el hecho de que el mundo se acabará algún día.

Como el hecho de que la Historia terminará algún día.

Aunque sólo sea una chica la que muere…

Incluso entonces, por qué era tan…

Aunque me haya escapado.

Aunque… una vez hui de ese hecho.

Kunagisa Tomo muere.

Se puede romper.

Puedo romperla.

Puedo matarla, a pesar de haber huido de ese hecho.

Aunque ya era una niña que fácilmente podría morir, aunque eso haya facilitado su muerte…