NIER Automata Long Story Short (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: Historia de 2B – Contacto

Parte 2

OTRO LADO “A2”

Escuché la voz de una máquina. “Te protegeré”, decía. Aparentemente esta máquina tenía algo que proteger.

Luchando para proteger algo. Hacía tiempo que no luchaba así. Ya no tenía nada que proteger. Todos mis camaradas habían muerto. Las personas en las que había creído antes eran ahora enemigos.

Destruye todo lo que no sea yo mismo. Sólo había una razón para pelear. Para destruir. Sin pensar, sólo destrozar.

“Por el Rey del bosque”, proclamó la voz.

Para los forasteros esta área parecía un bosque, pero en realidad se pensaba que era un reino forestal que estaba gobernado por un rey. Eso es lo que he reconstruido a partir de lo que dijeron las Máquinas.

Las máquinas de esta zona eran más agresivas y testarudas que sus homólogas. Funcionalmente no eran diferentes de otras máquinas, pero había una clara disparidad en cuanto al tiempo que tardaba en pasar del primer contacto a la destrucción. Eran un grupo duro.

Al principio esto era extraño. Pero después de oír la palabra “proteger”, todo tenía sentido. Sabía lo fuertes que se volvían los soldados cuando luchaban para proteger. Yo también había sido uno de ellos.

Prototipo de YoRHa, Atacante No. 2. Aunque era un modelo especializado en el combate cuerpo a cuerpo, era un soldado mediocre. Para ser honesta, no me gustaba pelear.

El hecho de que incluso fui seleccionada como miembro para el Ataque de Descenso de Pearl Harbor fue una prueba de que era una misión experimental. En ese momento creí ingenuamente que estaba montando una ola de grandes expectativas.

Estaba desesperada. Desesperada por no agobiar a mis camaradas, desesperada por responder a las expectativas del comandante, corrí desesperadamente por el campo de batalla. No importaba si no me gustaba, no tenía otra opción que pelear. Tenía camaradas que proteger: compañeros de escuadrón de YoRHa y la resistencia que había encontrado en la Tierra. Mi yo mediocre se fortaleció protegiendo a estas mujeres.

Las máquinas cargaron mientras gritaban:

“¡Paguen su deuda al rey!” Era un movimiento organizado.

Eran un enemigo formidable en comparación con sus homólogos de otras zonas.

La primera vez que vi a las máquinas practicar la formación militar para avanzar y atacar fue cuando puse un pie en el bosque.

Honestamente, me sorprendió. Nunca esperé que las máquinas se entrenaran para la batalla. El entrenamiento fue algo realizado por individuos con una considerable cantidad de decisión y capacidad de pensar. Era algo que las Máquinas, que seguían ciegamente las órdenes, no deberían haber sido capaces de hacer.

Me sorprendió, pero me di cuenta de que era posible. Después de todo, el Comando había lanzado a los androides sensibles a la batalla sólo para descartarlos después de que hubieran recogido datos. Los androides de sangre fría como ellos existían. Bueno, en realidad su sangre y sus lágrimas eran sólo líquidos coloreados hechos para imitar los de los humanos. El punto era que estaba dentro de lo posible tener máquinas que también se entrenaran para la batalla.

Escuché algunas voces gritar: “¡El rey está en peligro! ¡Llévalo a un lugar seguro!”

El nivel de alarma fue aumentando gradualmente. Significaba que este era el camino correcto. El lugar que tanto se esforzaban por proteger estaba más adelante. Lo más probable es que sea el salón del trono de su rey.

Rompí la formación y comencé a atacar a las Máquinas Desviadas. Los aplasté constantemente, uno por uno. Llevó tiempo, pero no se pudo evitar. Si yo fuera camarada, podría haber sido capaz de luchar más eficientemente. No tenía sentido pensar en esto, de todas formas.

La lucha en solitario era ineficiente, pero había algunos beneficios. Nadie podría traicionarme. No podría recibir ninguna información, pero tampoco me darían información falsa y me enviarían a una búsqueda inútil. No tendría que sospechar de nadie. No tendría que decidir quién era un enemigo y quién un camarada.

Dependiendo de cómo lo miraras, era liberador. Era fácil de entender. El resto del mundo era mi enemigo.

A lo lejos, escuché las palabras, “¡Intruso descubierto!” Me sentí incómoda.

Tal vez hubo otro intruso. Y la misión de ese androide podría ser no destruir las máquinas del bosque, sino capturar al androide rebelde Atacante No. 2.

Eso sería problemático. Había planeado destruir Máquinas aquí y allá mientras me dirigía al trono, pero eso ya no era posible. Mi nuevo plan era minimizar la lucha, y acercarme al trono con poco o ningún rastro. Podría encargarme de todo después de encargarme de su líder. Cuanto más  organizado  estaba  un  grupo,  más vulnerable era después de perder a sus jefes.

Después de eso, podría jugar con la fuerza de persecución. Por supuesto, no encontrarse con ellos fue, de lejos, la mejor opción.

Escuché a alguien decir: “No puedo dejarte pasar”. Las palabras no estaban dirigidas a mí.

Había un puente que cruzaba un valle, con un castillo al otro lado. Había dos androides luchando contra la Máquina responsable de asegurar el puente.

“Por favor, no bajes la guardia”, dijo 9S. “Esa es mi línea. Ten cuidado, 9S”.

Tipo S No. 9. Un modelo de escáner de alto rendimiento. Eso significaba que el otro androide con mi cara era un modelo de ejecución.

Así  que  fueron  desplegados  de  nuevo.

¿Cuántas veces tendría que enviarlos de vuelta antes de que se rindan? Estaba harta de ellos. Pensé que era terriblemente  desagradable  enviar  un modelo de ejecución que usara mis datos de batalla, pero quizás el Comando era simplemente estúpido.

“¡Esquívalo, 2B­san!”

¿2B? ¿No es un tipo E? Entonces puede que no sean captores, sino simplemente androides que fueron desplegados para destruir Máquinas.

Crucé en silencio el puente mientras ellos estaban luchando y me dirigí hacia el castillo.

Escalé el muro del castillo y busqué al rey desde los pisos superiores. Como era de esperar, dos pares de manos fueron más rápidos en la batalla; los dos androides ya habían penetrado en el salón del trono del rey. Esperé a ver qué harían.

“¿Este es el rey?” Se miraron el uno al otro y dudaron, sin que ninguno de los dos se moviera.

¿Estaban perdiendo el tiempo? Se volvió demasiado tedioso, así que salté, apuntando con mi espada al insignificante cuerpo de la Máquina.

Mi objetivo no se equivocó. Tiré la máquina empalada a un lado. Mi trabajo estaba hecho.

“¡2B­san! ¡Eso es un androide! Y es un tipo de YoRHa!”

Como pensaba, no eran mis captores. No reconocieron mi cara. Sus cajas seguían anunciando una recomendación para destruirme. Por otro lado, sus reacciones completamente opuestas hicieron que la situación fuera bastante cómica.

“¿Destruir? ¿Por qué?” “9S, hagámoslo” “¿Qué? ¡2B­san!”

Así que el número 2 tenía la voluntad de luchar. Ven a pelear. La golpearía tantas veces como ella quería.

Una voz que no quería oír habló desde el pod.

“Un mensaje a 2B­san y 9S­san desde el Bunker. Hemos detectado las señales del criminal buscado A2. La mujer que está frente a ti es un enemigo. Ella es un soldado renegado. Ha matado a varios soldados que la perseguían. ¡Te matarán si eres descuidada!”

Es verdad. Los he matado a ambos muchas veces.  Las  palabras  de  su  alteza  el comandante fueron engañosas, pero no estaban equivocadas. Tenían algo de verdad.

Escuché al 9S murmurar débilmente, “Pero…” en voz baja.

Su reacción fue diferente a la de los encuentros anteriores. Ahora que lo pienso, 2E, 2B también actuaba de manera diferente. A su expresión le faltaba algo. Si tuviera que decirlo, le faltaba cierta vitalidad. Como si se hubiera rendido, y estuviera haciendo los movimientos a medias…

Oh, es cierto. Esa soy yo. El número 2, que tenía la misma cara que yo, estaba haciendo la misma expresión que yo. Dejé de atacar. Me dije a mí misma que esto era suficiente. Me distancié de la pareja y salté hacia la ventana. La voz de 9S me seguía.

“¡¿Por qué… por qué nos traicionaste?!”

No tenía obligación de responder. Pero no podía ignorarlo. Con mi espalda aún enfrenté de ellos, dije:

“El mando es el que nos traicionó”

No sé qué tipo de cara hizo 9S. Tampoco quería saberlo. Pateé la ventana y salté al suelo.