Zaregoto  (NL)

Volumen 7: Desarraigo Radical

Capitulo 1: Cicatrices Del Descanso

Parte 2

“Nos arruinaríamos el uno al otro.”

Incluso antes de haber salido, haberlo intentado, esa razón…

Fue demasiado.

“No quiero arruinarme. Y, además, no quiero arruinarte a ti. Entonces está doblemente arruinado.”

“…………”

“Soy demasiado sobreprotectora. Probablemente te perdonaría por todo. No creo que eso sea algo bueno. Bueno, antes cuando ella se aferraba a tu espalda, probablemente era una broma, pero a menos que sea alguien estricta como Hou, a menos que sea un humano que no posea misericordia, probablemente no podrían dejarte vivir. No soy buena. No puedo estar contigo.”

“Estoy…”

Un poco sorprendido.

Por mí tratando de persistir.

Por mí por ser malo en rendirme.

Fui rechazado y en lugar de sentirme triste, herido o decepcionado, todavía no me había rendido y estaba tratando de aferrarme. Así que me sorprendió un poco.

En ese momento, finalmente me di cuenta.

Ah, eso es todo.

Realmente me gustó Miiko-san.

Quería estar a su lado.

No importa cuánto dolor lo acompañe.

“Quiero salir contigo, Miiko-san. Entonces, ¿por qué no?”

“…… Tú y yo, creo que tenemos una buena compatibilidad.”

“Eso es……”

Eso es… un mal hábito.

Algo que alimenta la esperanza.

Eso no me consuela.

“Entre tú, que quiere agradar a alguien… y yo, que quiero agradar a alguien, ciertamente, la compatibilidad es buena. Sin embargo, si solo la compatibilidad es buena, entonces no es suficiente. Podríamos hacer que funcione como amigos, pero más allá eso, parece que el equilibrio…”

“¿El equilibrio?”

“No… como pensé, es la distancia, supongo. No podríamos mantener una distancia cómoda. Se convertiría en algo realmente pegajoso. Probablemente coquetearíamos todo el día. Puedo verlo con facilidad.”

“……………”

Sin embargo, no pude ver tal cosa.

Pero… ¿sería ese el caso?

Salir con alguien, ¿sería así?

Yo…

No es como si deseara algo así.

Solo con Miiko-san.

“Eso puede traer felicidad… pero odio las relaciones humanas pegajosas. Debido a experiencias pasadas.”

“Eso es…”

Eso es lo mismo para mí.

Sin embargo, con Miiko-san, no fue así.

No… ¿estaba equivocado?

No, no, no fue así.

Así es, lo entendí bien.

Queriendo agradar a alguien.

Querer agradar a alguien.

Esas palabras… esa expresión, era verdad.

Fue correcto.

Aunque Houko-chan lo había dicho, en realidad no era eso. No era que yo fuera un humano al que no pudiera gustarle nadie… nadie podía gustarme, ese era el tipo de humano que era.

No podía gustarle a la gente.

Es lo inverso.

Es al revés.

Lo contrario del amor, lo contrario del afecto. Son palabras que se usan a menudo. Lo contrario del amor es el odio y lo contrario del afecto es el asco. Eso no debería estar mal.

Solo quería agradar a alguien, y si elegía a Miiko-san para ser ese alguien… Si quisiera agradar a Miiko-san, si deseara eso, entonces eso significaría…

“Entonces… Miiko-san.”

“¿Sí?”

“Si yo…”

Si no fuera la persona que soy ahora.

Si fuera firme, si tuviera los pies en la tierra.

Si me volviera así.

Si cambiara así.

En ese momento, ¿podrías…?

De repente, la puerta se abrió.

Pensé que Houko-chan había vuelto.

El momento era demasiado bueno para ser verdad.

Houko-chan debe haber estado escuchando al otro lado de la puerta, eso es lo que pensé.

Sin embargo, estaba equivocado.

Estaba completamente equivocado.

Subí la guardia de inmediato.

La persona que estaba allí… era un hombre desconocido.

Un hombre que nunca había visto antes.

“Es mi escena de entrada genial… así que presta atención a mi próxima línea…” El hombre nos señaló a Miiko-san y a mí. Su mano derecha en Miiko-san.

Su mano izquierda hacia mí.

“Mi nombre es Kino Raichi, duodécimo escalón de las Trece Escaleras. De la manera más informal posible, llámenme Kinoracchi.”

Detrás del hombre…

La puerta se cerró lentamente.

Como si nos estuviera encerrando dentro.

Sin pensarlo, tragué.

Trece Escaleras.

Esa fue la señal de partida.

***

Trece Escaleras.

Esas palabras, además del simple significado de trece escaleras, tenían un significado especial para mí y para un pequeño número de personas.

Por ejemplo, el mes pasado.

La razón por la que todavía estaba en este hospital, incluso ahora, era por esa pareja que eran miembros de las Trece Escaleras.

Niounomiya Rizumu.

Niounomiya Izumu.

Rizumu el Carnaval e Izumu el Man Eater.

La gente los llamaba los hermanos Niounomiya de la mágica masacre.

El horror penetró profundamente en mi cuerpo.

Sin embargo, esa no es la razón.

No es por eso que las palabras Trece Escaleras me hicieron sentir un cierto escalofrío. No fue lo habitual; tenía un significado más directo.

Fue porque esas Trece Escaleras eran, para decirlo claramente, una unidad bajo el control directo de ese hombre con máscara de zorro, Saitou Takashi, el que juró encontrarse conmigo de nuevo.

Literalmente sus Escaleras.

Para que una de esas Escaleras esté en este hospital, en las coordenadas donde residía el Usuario del Sin Sentido, ese solo hecho.

Significaba que finalmente había llegado el momento.

Que lo que debería suceder finalmente estaba sucediendo.

Ese escalofrío me asaltó.

Finalmente, finalmente, comenzó. ¿Era eso lo que significaba?

La continuación del mes pasado… No.

El fin de todo.

“Kino… Raichi.”

Era un hombre de cuerpo tonificado. Podría haber hecho ejercicio, pero en lugar de tener músculos, simplemente estaba tonificado. No podría verlo de otra manera. Además de su ropa delgada, parecía que tenía una figura delgada si se miraba desde lejos. Sin embargo, no parecía poco confiable.

Cabello largo y negro y una banda de Alice.

Dado que sus ojos estaban ocultos por unas llamativas gafas de sol que se parecían a las de los ciclistas, era difícil leer su expresión, pero su boca estaba suelta y deformada. Llevaba pantalones holgados hasta las rodillas con una cadena de bicicleta como cinturón. En ambos pies, usaba getas que se sentían demasiado antinaturales en el piso de linóleo del hospital.

“Umm…”

Kino Raichi… Kino-san nos miró a mí y a Miiko-san por turnos.

“En cuanto a mí, he escuchado mucho sobre ti del Señor Zorro, así que encontrarme contigo cara a cara se siente como si finalmente te hubiera conocido, pero… para ti, ese no debería ser el caso. Esta reunión debería ser bastante repentina. Incluso entonces, no has cambiado tu expresión en absoluto, no has movido los hombros ni un poco, eso es bastante impresionante, ¿eh?”

“………”

Lo que dijo Kino-san no fue exacto.

Estuve pensando en este encuentro durante mucho tiempo. Desde el momento en que desperté de mi coma en el hospital el mes pasado, esta reunión había estado en mi mente.

Por eso no me sorprendió especialmente.

Si tuviera una pregunta, habría sido por qué el hombre con la máscara de zorro no vino a este hospital por su cuenta, sino que envió a un subordinado, una de las Trece Escaleras o lo que sea. Eso fue todo.

Entonces… en otras palabras, todavía no era el momento, ¿verdad? Aún no era el momento de que se identificara conmigo, ¿era eso lo que significaba?

Luego este hombre, Kino Raichi.

¿Por qué había venido aquí?

Dependiendo de la situación, podría ser malo.

Por encima de todo, lo peor fue la presencia de Miiko-san.

Miiko-san era una completa forastera, una persona respetable. Ella era residente de lo que Kunagisa llamaría el mundo de la superficie, el mundo normal. No había forma de que la involucrara. Y mucho menos con las Trece Escaleras, Miiko-san probablemente ni siquiera ha escuchado hablar sobre Saitou Takashi.

No importa qué, no pude involucrarla.

Necesitaba dejarla escapar de alguna manera.

Pero eso no es tan fácil como sonaba en mi cabeza, ¿verdad…?

Trece Escaleras.

Dijo que era el duodécimo escalón.

Cuando lo escuché el mes pasado, estoy seguro de que dijo que la mitad de ellos ni siquiera estaban presentes todavía… entonces esto podría significar que, para el hombre con máscara de zorro, la situación estaba lista.

El duodécimo, eh…

No podía imaginarlo estando al nivel de Izumu-kun… No podía ver a Izumu-kun y Kino-san poseyendo habilidades del mismo nivel.

Quiero decir, Izumu-kun, Izumu el Man Eater.

Incluso era rival para esa Aikawa Jun…

“… ‘¿Por qué vino aquí?’ Eso es lo que estás pensando, ¿verdad? Ii-chan.” Kino-san apoyó la espalda contra la puerta y, sin acercarse a mí, continuó su historia. “Pero bueno, de momento puedes quedarte tranquilo. No es algo tan importante. Es solo una visita, un recado del Señor Zorro.”

Un recado…

Kino-san sonrió y luego se rió.

“Ya veo… entonces eres el enemigo del Señor Zorro.”

“…………”

“Durante la última semana más o menos, estaba realmente emocionado de ver el rostro del hombre que el Señor Zorro eligió para ser su enemigo. Pero estoy sorprendido. Como uno esperaría de ese tipo, su forma de elegir enemigos es diferente.”

Dicho esto, Kino-san se quitó las gafas.

Luego me miró con los ojos.

“Pensar que Ii-chan era una mujer.”

“……………”

“……………”

Eché un vistazo a Miiko-san.

Miiko-san me miró.

• ¿Eh?

¿Qué es esto?

¿Hubo un malentendido?

Aunque mi cabello había crecido, no era como si hubiera crecido tanto en comparación con cómo era antes, y dado que las líneas de mi cuerpo eran visibles en esta bata de hospital, no fue ese tipo de malentendido.

Sin embargo, eso significaba…

“Para ser mujer, tienes una mirada intrépida. Incluso en mi mundo, no hay muchos que tengan ojos tan resueltos como esos. Tienes buenos ojos, Ii-chan.”

“………”

“Comparado con esos, ese chico a tu lado tiene ojos muy pobres. Parece que se asustó por mi apariencia y podría llorar en cualquier momento. No te preocupes, no te intimidaré. No sé quién eres y no quiero saberlo, a la que vine a ver es a Ii-chan a tu lado.”

“………”

“………”

Que tontería…

Otro idiota.

Este tipo… ¿qué escuchó del hombre con máscara de zorro?

No importa cómo lo mires, yo soy el hospitalizado, ¿verdad?

Soy el que está acostado en la cama, ¿verdad?

Miiko-san está sentada en una silla, ¿verdad?

¿Cómo se llega exactamente a ese malentendido…?

……………

¡Ah!

Ya veo, así que eligió por apariencia.

“¿Mm?”

Sin embargo, parecía que se dio cuenta de que algo estaba mal, por lo que no era tan idiota.

Kino-san nos miró a Miiko-san y a mí.

“¿Qué? No has dicho nada en un tiempo, pero… tú, ¿tal vez no eres Ii-chan?”

“No.”

La que respondió fue Miiko-san.

“Definitivamente soy Ii-chan.”

“….. ¡¿Miiko-san?!”

“Miiko se convierte en Mii-chan. Cuando lo repites en tu cabeza, el primer sonido desaparece y se convierte en Ii-chan.”

Miiko-san lo dijo, y se levantó de la silla sin ningún sonido.

“Solo cállate y observa, Suzuki Tarou-kun.”

“……………”

Hay que ver, obvio un nombre falso…

Más bien, Miiko-san, qué…

“¿Y? Umm… Kino… ¿qué quiere este chico, Kino, con este Ii-chan? No es como si fuera solo una visita, ¿verdad? Los chicos que dicen que no tienen ningún negocio especial, en general, son los que están negocio problemático.”

“Hmm… esa actitud insolente. Parece que realmente eres Ii-chan.”

“Eso es correcto. Soy insolente.”

Miiko-san hinchó el pecho y se dio aires de grandeza.

¿Realmente tengo ese tipo de imagen? Pero esto fue malo.

La situación que había temido sucedió tan fácilmente.

Teniendo en cuenta la personalidad de Miiko-san, sabía que lo primero que ella intentaría sería protegerme, pero incluso entonces, no esperaba que la otra parte hiciera los arreglos. Si este era el plan del enemigo, entonces era algo que recordaba al gran estratega, Shiogi-chan, pero no parecía que Kino-san tuviera tanto intelecto, así que solo podía ser de mala suerte.

Suerte… no, ¿destino?

No había forma de evitarlo, ¿verdad?

Pero Miiko-san estaba mal.

Dejarla involucrarse fue malo.

¿Debo pedir ayuda…?

Inmediatamente pensé en el botón de llamada a la enfermera detrás de mí, pero las Trece Escaleras y el hombre con máscara de zorro detrás eran demasiado peligrosos para pedir ayuda aquí.

“Jejeje… Pero, aun así, esa es una pregunta bastante tonta, Ii-chan. ¿Preguntas qué negocio? Incluso si mi vida está en juego, no es algo que pueda decir en voz alta, ya que soy lo que podrías llamar un jugador profesional.” Dijo Kino-san, agregando, ups, eres una aficionada. “Dejando de lado mis asuntos, Ii-chan. Lo que estoy a punto de hacer, ¿no es obvio? Si eres una mujer, ¿por qué no lo adivinas? Somos un hombre y una mujer uno frente al otro, ¿sabes?”

“………”

Kino-san volvió a ponerse las gafas de sol.

Entonces, de repente, levantó la voz.

“¡No hay nada que hagan además de matarse entre ellos!”

“Matarse entre ellos, ya veo.”

Thud.

Se generó un sonido así.

En el momento siguiente, Miiko-san estaba frente a Kino-san.

Desde el costado de la cama hasta el frente de la puerta.

Deslizó sus pies de una manera que parecía que se teletransportaba.

“Oh… ¿uh, oh?”

Aturdido, Kino-san trató de retroceder, pero como aún estaba de espaldas a la puerta, sus movimientos estaban sellados. Había una pared a su izquierda, así que, esencialmente, Miiko-san había acorralado inmediatamente a Kino-san.

“T-Tu…”

“Sorprendentemente, no se puede hacer nada a esta distancia.”

La distancia entre Kino-san y Miiko-san ya era de unos pocos centímetros. Ciertamente, a esa distancia estaban demasiado cerca el uno del otro para que él pudiera tomar alguna medida. Incluso si quería crear cierta distancia, estaba bloqueado por la pared y la puerta.

“Guh… ¿q-qué? Ese movimiento extraño…”

“No es extraño. Es sólo un juego de pies normal en kendo.”

Diciendo eso, Miiko-san dio un paso atrás y, sin dejar tiempo a su oponente para respirar, balanceó su brazo derecho.

Click-clack.

Esta vez, fue un sonido ligero pero llamativo.

En su mano derecha había un bastón extensible negro brillante. Era el que Miiko-san llevaba consigo a diario y decía que era en defensa propia. Antes, cuando Kino-san estaba divagando sobre algo, casualmente lo sacó de su persona.

¡Qué persona!

En esta situación, ella ya estaba preparada.

“Deberías quitarte las gafas de sol y la banda de Alice, por si acaso.” Dijo Miiko-san, y luego tomó una postura.

El jodan-no-kamae.

“Un golpe de frente podría dejarte ciego.”

“Escuché que no tenías conexión con el combate, pero…” Kino-san se distanció de la pared y la puerta y, como si buscara una oportunidad, se enfrentó a Miiko-san. “¿Dijiste kendo? Hmm, kendo, eh…”

“…………”

Me quedé completamente atrás.

Parecía que no podía participar.

Así es…

Miiko-san era bastante fuerte.

Por lo menos, en la medida en que no era digno de ser su oponente.

Bastante fuerte… y, además de eso, muy rápida para perder los estribos.

De sangre caliente.

A pesar de que había pasado un tiempo desde que cumplió veinte años, su comportamiento simple y sin pretensiones hacía que fuera difícil creer que tenía un temperamento tan rudo en el fondo. Por el hecho de que cuando Suzunashi-san, esa Suzunashi-san también conocida como Violencia Neon, formó un dúo con Miiko-san, ella siempre desempeñó el papel de pacificadora, puedes imaginar el nivel de brutalidad de Miiko-san.

Con la palabra “kendo”, Kino-san detuvo su frívola charla, como si ahora fuera cauteloso.

Probablemente lo sintió… creo.

Kendo.

Era una palabra demasiado común, una que se escuchaba a diario. En las escuelas intermedias y secundarias, era un deporte que se podía aprender, así que parecía que se pasaba por alto…

El kendo era claramente diferente de otras artes marciales comunes.

Después de ese incidente en julio, me uní a Miiko-san para su entrenamiento matutino, y pude sentirlo. Miiko-san enseñaba kendo a los niños del vecindario de vez en cuando, por eso le pregunté, pero la respuesta que obtuve de Miiko-san fue: “Si quieres hacerlo por tu salud como los niños, esa es una cosa, pero… si quieres defenderte, no hagas kendo.”

Correcto.

El kendo no era para la autodefensa.

Además, ni siquiera era para el combate.

Era un medio para matar.

Con una espada afilada, corta las muñecas, el cuello, el cuerpo y la frente de tu oponente.

Por supuesto, también está el objetivo de mantener un espíritu digno.

Pero no importa lo que diga, esa es la base.

Cortar.

Cortar.

Cortar a…. un humano.

Cortar una vida.

Miiko-san dijo que para alguien que sigue el camino de la espada, al menos debe tener ese grado de determinación.

Ese grado de determinación.

La determinación de matar a alguien.

Así es.

El arte del kendo podría matar a alguien.

Incluso si la herramienta no era una hoja sino un bastón, era lo mismo…

“………………………….”

Sin embargo, esto no fue una broma.

No importa cuán fuerte fuera Miiko-san, incluso si su habilidad estaba a la par de la clase superior de Japón, incluso si el kendo era un medio para matar…

Trece Escaleras.

Incluso si no en la medida de Izumu-kun, no había duda de que Kino-san era una existencia inhumana…

“…… Jejeje.”

Kino-san agarró su medio pantalón, se quitó la cadena que usaba como cinturón y se la enrolló alrededor del brazo. Parecía que, al igual que los estudiantes delincuentes del pasado, tenía la intención de usar esa cadena como arma. Me pregunto si al ver que el arma de Miiko-san era un bastón, eligió el arma más adecuada.

De todos modos, esto fue malo.

La forma en que iba la situación era mala.

Dado que ha llegado a esto, no se puede evitar. Si diese mi nombre, al menos por ahora, el interés de Kino-san se desviaría de Miiko-san. Esa fue la única solución en este caso. Si estuviera solo, elegiría escapar, pero en este caso, realmente no podría decir eso. Si Kino-san realmente fuera un subordinado de ese hombre con la máscara de zorro, entonces al menos, ya que aún no nos habíamos visto de nuevo en este momento, probablemente no me mataría.

Porque… esta situación.

Comparado con el mes pasado, no se puede decir que sea peor…

“No digas nada innecesario, Suzuki Tarou-kun.”

Justo cuando estaba a punto de llamar a Kino-san, Miiko-san, sin desviar su mirada de Kino-san, dijo con una voz tan fuerte que podría matar.

“No soy una tonta… puedo decir por su presencia que no es alguien normal. Pero si tuviera que decirlo, esa es la parte mala de mí hablando.”

“Miiko-san…”

“Inconscientemente, quiero protegerte.” Avanzó un paso hacia Kino-san. “Aunque mi único talento es blandir mi espada, me entrometo. No puedo soportar mirar. No puedo contenerme cuando alguien se lastima frente a mí. No puedo ver a la gente lastimarse. Mi cuerpo. Mi espíritu. Tienen demasiadas cicatrices para contar. Por eso… no puedo estar contigo.” Dijo Miiko-san. “Cuando te miro, recuerdo mis propias faltas… porque tú y yo, en algunos aspectos, somos extremadamente similares.”

Parecida a mí.

Soy similar a todos.

Sin individualidad y poseyendo varios defectos.

Poseer todos los defectos de otras personas.

En este caso.

Defecto de Asano Miiko…

“Prefiero salir lastimada y morir primero que ver a alguien más lastimarse frente a mí.”

Miiko-san dio un paso más. “Simplemente quiero gustarle a la gente.” “…………”

“¡Entonces comencemos con esto……!”

Miiko-san intervino de repente.

Con el anterior “juego de pies de kendo normal”.

Esta vez con un grito, levantó su bastón.

Rápidamente, como cortar el aire.

Pero con una forma sorprendentemente flexible.

Ella levantó su bastón.

Y lo bajó.

“¡Uuoooooooooh!”

Y la reacción de Kino-san a eso fue…

Algo verdaderamente patético.

Lanzando su cadena, saltó a un lado y esquivó el ataque de Miiko-san. No, no era algo lo suficientemente ajustado como para llamarlo “esquivar” desde la perspectiva de un observador. No era nada diferente a simplemente caerse. Además de eso, había un casillero en la dirección hacia donde saltó, y se golpeó la cabeza con fuerza contra él.

“¿Qué…? Oye, oye ¡¿serio?! ¡¿Realmente querías golpearme la cabeza con ese bastón de metal?! Idiota, alguien podría fácilmente morir de ese tipo de cosas, ¡¿sabes?! ¡Alguien que ni siquiera es un Nombre Asesino no puede hacer algo así sin dudarlo! ¿Estás loca o qué?”

“…………”

Miiko-san observó los gritos desvergonzados y miserables de Kino-san por un momento antes de que su mirada se volviera fría…

Y preparó su segundo ataque.

Por supuesto, no había tal cosa como un ataque contra un oponente caído en el kendo, pero cuando se trataba de kenjutsu, la historia era otra. En primer lugar, Miiko-san fue espadachina antes de ser kendoista.

“¡Hiiiiiiiii!”

Con un grito patético.

Kino-san volvió a rodar torpemente hacia un lado.

El extremo del bastón golpeó el casillero.

El casillero de acero inoxidable…

Fue destrozado en toda la extensión del golpe dado por el bastón de Miiko-san.

“……… Hey-hey, ¡eso no es gracioso!” Con una voz fuerte, Kino-san continuó gritando. “¡M-

Moriré! ¡Realmente moriré! P-Puto Señor Zorro, pensar que se llenó la boca diciendo:

‘Absolutamente no vas a morir’. ¡Esto está jodido!”

¿Absolutamente no vas a morir……?

¿Qué es eso?

¿Cuál es el significado detrás de eso?

Pero Kino-san no tuvo tiempo de seguir hablando. Se inclinó como si estuviera dando una voltereta y empezó a gatear por la abarrotada habitación del hospital. Llegó a la puerta y trató de levantarse, pero como si su cuerpo estuviera paralizado, falló. Con un: “¡Espera, espera, espera!” Dirigido a Miiko-san, que ya lo había alcanzado y estaba a punto de bajar el bastón en la parte superior de su cabeza, levantó las manos y mostró su intención de rendirse. No fue un acto. Kino-san realmente temía a Miiko-san y tenía lágrimas en los ojos.

“¡E-Es mentira!”

“…………”

“¡Es una mentira, dije que es una mentira! ¡Es una bravata, estaba bromeando acerca de matarnos entre nosotros! ¡Sólo quería decir algo genial! ¡Incluso si estoy en las Trece Escaleras, no soy un luchador! Que va. ¡No me pongas junto a los hermanos Niounomiya con los que peleaste la última vez!”

“…… No.”

Incluso entonces, Miiko-san no aflojó su postura.

“Quizás estás diciendo eso para tratar de engañarme.”

“¿Q-Qué?”

“Como soy fácil de engañar, tengo que tener cuidado.”

“¡¿Cómo diablos esperas que te engañe en esta situación?! Ah, no, quiero decir, ¡¿cómo esperas que te engañe?!”

La elección de palabras de Kino-san se había vuelto formal.

¿Cómo debería decirlo? Era demasiado lamentable.

No es que no pudiera entenderlo, pero… sí, incluso si lo llamaras kendo, todavía no verías típicamente ese tipo de enfoque implacable en los puntos vitales de una persona. Honestamente, ni siquiera yo lo esperaba. La impulsividad de Miiko-san… Había pasado un tiempo desde la última vez que la vi, pero… ahora entendía el sufrimiento que Suzunashi-san típicamente tenía que pasar.

Pero aun así…

¿Este es un miembro de las Trece Escaleras?”

¿Este era un miembro del grupo que intentaba acabar con el mundo?

“H-Hey, chico, ¡simplemente no te quedes en silencio mirando! Lo entiendes mirando, ¿verdad? ¡Esta Onee-chan es realmente una mala noticia! Tú… ¡¿tienes la intención de sentarte ahí y dejar que alguien sea asesinado?!”

“En serio, ¿para qué viniste aquí?”

Sin darme cuenta, interrumpí a Kino-san por mi hábito habitual. En respuesta a esas palabras, como si de repente recordara algo, Kino-san buscó en sus bolsillos y sacó una carta.

Era un sobre blanco.

Kino-san le ofreció ese sobre a Miiko-san.

“Y-Yo sólo vine… para entregar esto.”

“……………”

“Es una carta del Señor Zorro… para usted.”

“………”

“No, me dijeron que podía entrometerme un poco, así que quería confirmar tu condición… M-Me disculpo por eso. De verdad, perdón. Lo siento. No quise decir eso. Fue una broma. ¡Fue una broma! ¡P-Por supuesto que fue una broma, Ii-chan! ¡Te sorprendiste, ¿verdad?!”

“…………”

Después de unos momentos de silencio, Miiko-san dejó escapar un ligero suspiro y finalmente tomó el sobre que le ofrecieron.

“Vete.”

Dijo ella.

“¿Qué……?”

“Te dejaré escapar, así que vete.”

“¡Q-Qué persona tan generosa!” Como si adorara a Miiko-san, Kino-san se cruzó de brazos y se puso de rodillas. “¡Eres como una diosa! ¡Verdaderamente piadosa! E-Entonces este yo indigno, Kino Raichi, dejará que lo agracien sus palabras y…”

“Kino-san.”

“¡¿S-Sí?! ¡¿Qué es?!”

Kino-san fue formal incluso conmigo.

Era un mero peón hasta el punto de que era triste.

Era extraño viniendo de mí, pero realmente había pasado mucho tiempo desde que había visto a una persona tan lamentable. Por lo menos, habían pasado unos meses. Si esta fuera una escena en una novela de ficción para adultos jóvenes, ciertamente sería el tipo de personaje que no sería ilustrado.

“Eres…. un aliado del Señor Zorro, ¿verdad?”

“………”

Como era de esperar, el hecho de que no fuera Ii-chan, sino que mencioné al Señor Zorro hizo que Kino-san pareciera sospechoso. Pero ignorando eso, sin un momento de demora, le lancé una pregunta.

“¿Por qué?”

“… ¿Por que qué?”

Quizás porque el tema de la conversación cambió al hombre con la máscara de zorro, el sentimiento patético desapareció de la voz de Kino-san y en cambio se convirtió en algo pesado. Estaba a punto de sentirme tímido, pero me resistí.

“Ese hombre… dijo que quiere ver el fin del mundo.”

“………………”

“Un ser humano que posee esa idea peligrosa, la peor idea del mundo… ¿por qué seguirías a alguien así?”

No podía preguntarle eso a Izumu-kun y Rizumu-chan.

O la profesora asistente Kigamine, tampoco a Kuchiha-chan.

No pude preguntar.

¿Por qué?

¿Por qué seguir a ese hombre?

¿Por qué siquiera pensar en compartir el destino con un hombre así?

“Si el mundo se acaba, tu lugar en él también desaparecería, ¿verdad? Tal vez podrías ver el final, pero en ese momento, tú también terminarías. No es que no pueda entender la sensación de querer ver el momento en que el mundo termina, pero… terminar significa no continuar. No es que no lo entiendas, ¿verdad?”

“…… Jejeje.”

Kino Raichi se puso de pie.

Recogió las gafas de sol que se le cayeron antes cuando rodó y se las volvió a poner. Hizo que su expresión fuera ilegible. Después de eso, también tomó la cadena y la envolvió alrededor de la cintura de sus pantalones.

“Honestamente, no tengo ningún interés en el fin del mundo. No quiero ver el fin. No me importa eso. No importa. ¿El mundo? ¿Por qué no lo dejas al presidente de los Estados Unidos?”

“………”

“Solo estoy interesado en el Señor Zorro.”

Kino-san abrió la puerta y salió al pasillo antes de volverse para mirar hacia mí y hacia Ii-chan.

“No es nada. No sé sobre los otros miembros de las Trece Escaleras, pero en lo que a mí respecta… es solo que estoy enamorado del Señor Zorro.

Con solo las comisuras de la boca, sonrió ampliamente.

“Entonces, si tenemos una conexión, volvamos a vernos, Ii-chan y… probablemente también tú, chico.”

La puerta se cerró automáticamente y la figura de Kino-san ya no se podía ver.

Una vez más, Miiko-san y yo éramos los únicos que quedamos en la habitación del hospital, como si estuviéramos atrapados.

“…… Fuu.”

Miiko-san suspiró, encogió el bastón, y luego, poniéndose el bastón en la boca, abrió el sobre que había recibido de Kino-san sin dudarlo.

“¡Espera, Miiko-san!”

“¿Qué?”

“E-Esa es una carta para mí, ¿verdad?”

“Fui yo quien lo recibió.”

“Eso es cierto, pero…”

“Soy libre de hacer lo que quiera con mis cosas.”

“………”

“Hmm. Bueno, esto también… es una ayuda no deseada.”

Mientras decía eso, Miiko-san no hizo algo tan descuidado como tirar la carta rota a la basura. En cambio, abrió la ventana y la arrojó afuera. La recuperación era ahora imposible por cualquier esfuerzo de la imaginación.

No, incluso si la hubiera recibido, estoy seguro de que habría hecho lo mismo que Miiko-san.

Una carta del hombre con la máscara de zorro.

Las Trece Escaleras. Kino-san …

Dijo que no era un luchador.

Ahora que lo pienso, la hermana menor de los hermanos Niounomiya, Rizumu-chan, no tenía ninguna habilidad de lucha y, sin embargo, era una miembro admirable de las Trece Escaleras. Ya veo, estaba demasiado impresionado por Izumu-kun. Pensé que todos los demás miembros serían así, pero definitivamente ese no era el caso…

Sin embargo.

Dicho eso, Kino Raichi.

¿Qué era ese tipo…?

Es difícil decir que era totalmente capaz de cumplir con su papel de mensajero, y esa sensación de ser un cualquiera en la vida que desprendía era anormal.

Era como si fuera un subordinado.

Incluso si Miiko-san no estuviera allí, incluso si yo fuera el único en ser su oponente, a pesar de que todavía estaba actualmente hospitalizado y mi cuerpo se estaba recuperando, él era un subordinado tan importante que habría podido evadirlo.

Pero…

Incluso entonces.

Incluso con eso.

Dicho eso… Kino Raichi.

“No era normal.” Dijo Miiko-san.

Sí, es cierto.

Esa figura rodando patéticamente por la habitación del hospital, rogando desesperadamente por su vida hacia Miiko-san, quien incluso entonces sostenía su espada lista…

No me atreví a menospreciarlo.

No fue porque fuera miembro de las Trece Escaleras. Eso no tuvo nada que ver con eso.

En ese último momento.

Cuando mencioné al hombre con la máscara de zorro.

Para que él pudiera decir esas líneas…

Esa fue la prueba de que Kino-san no era alguien común.

Miré a mi alrededor para ver los daños en la habitación del hospital.

Si excluyes el desorden que fue causado por Kino-san agitándose, el único daño causado fue solo el casillero que fue destrozado por el bastón de Miiko-san.

Si hubiera terminado con eso, habría estado bien, pero…

Obviamente, no pensé que terminaría con eso.

El final de todo esto acababa de comenzar.

“…… Miiko-san.”

“¿Sí?”

Después de haber cerrado la ventana, Miiko-san se dio la vuelta.

Nuestros ojos se encontraron.

Me quedé un poco sin palabras ante la expresión en blanco en su rostro.

“Ah, umm… ya que hicimos mucho ruido… deberías irte antes de que venga una enfermera o alguien más. Si no tenemos cuidado, podrías terminar siendo expulsada.”

“Ya veo. Eso es cierto. En cuanto a los detalles, bueno, simplemente no preguntaré. Si los escuchase, podría querer hacer otra cosa. Entonces… nuestra conversación terminó a la mitad, pero cuando seas dado de alta, volveré con Hou para ayudarte.”

“Gracias.”

“Sí.” Dijo Miiko-san, recogiendo su equipaje. “Entonces.”

“Um… Miiko-san.”

“¿Qué?”

“No importa qué, ¿es un no?”

Realmente… era malo rindiéndome.

Aunque ya había terminado.

A pesar de que Miiko-san había declarado claramente la conclusión.

Como siempre, todavía tenía miedo de la conclusión.

“… Mmm.”

Miiko-san sonrió levemente.

“Si tú, en la medida en que yo no tuviera espacio para entrometerme, te convirtieras en un tipo respetable, entonces ciertamente, no sería algo imposible. Entonces no nos romperíamos los dos y en su lugar podríamos apoyarnos entre nosotros. En lugar de arrastrarnos entre sí, nos apoyaríamos mutuamente.”

“Eso es vago. Específicamente, ¿qué quieres decir con respetable?”

“Vamos a ver. En concreto, eh…” Miiko-san dejo de mirarme y se enfocó en el techo. “Por ejemplo, al igual que el tipo de hace nada, supongo… si pudiera sacar pecho y decir con orgullo que amas a otra persona…”

“…………………”

En lugar de gustarle a alguien…

Si pudiera decir que me gustaba alguien.

Si pudiera amar a alguien.

Si podía hacerlo con seriedad, ¿era eso lo que significaba?

Me gusta alguien.

Al final, parecía que esa era la otra cara de agradar.

Si alguien te agrada, también te gustará esa persona.

Si te agradaran, serías feliz.

Y como eras feliz, te empezaría a gustar.

Entonces…

¿Qué alguien te gustase y ser querido era lo mismo?

Entonces alguien…

Si pudiera decir que amaba a alguien.

Mientras hinchase mi pecho con orgullo.

Si pudiera decir esas palabras.

Yo…

¿En qué me convertiría exactamente?

“Bueno, descansa bien.”

Diciendo eso, Miiko-san me mostró su espalda.

La puerta se abrió y se cerró.

De uno a dos, luego de dos a tres, luego perdiendo uno se llegó a dos, ganando otro a se llegó a tres, y luego, después de volver a retirar a dos, al final lo que quedaba… era uno, ¿eh?

Hoy fue bastante confuso.

Y habían pasado muchas cosas.

Parecía que habían pasado tres días desde Houko-chan limpió mi sudor… Ah, no, ya que Houko-chan vino a visitarme con frecuencia, simplemente podría ser mi memoria constantemente confundida haciendo de las suyas.

Houko-chan.

Miiko-san.

Kino Raichi.

Y… el hombre con la máscara de zorro, eh.

Hoy, aunque fue repentino e inesperado, y aunque no resultó ser nada serio, involucrar a Miiko-san debería verse como una oportunidad.

La verdad es que lo que no me gustó de lo que pasó hoy, y lo que no esperaba, fue el hecho de que ese hombre, Kino Raichi, me llamó Ii-chan.

Ii-chan.

Parecía que no era nada, pero era una anomalía.

Eso es porque, en mis conversaciones con el hombre con la mascarado de zorro el mes pasado,

Incluso frente a Izumu-kun, Rizumu-chan, la profesora asistente Kigamine y Kuchiha-chan, nunca me llamaron por ese apodo ni me llamé así.

Solo tres personas me habían llamado por ese nombre antes y después de eso. Tres personas.

Mi hermana pequeña que había muerto.

Un amigo cercano que ya no estaba aquí.

Y…

Kunagisa Tomo.

El hombre con la máscara de zorro…

Había encontrado su camino hacia Kunagisa Tomo.

“…………………”

Pronto…

Realmente en serio.

Puede que llegue el momento en que tenga que tomar una decisión.

No podría quedarme así, sin importar cómo se vea.

No podía seguir refunfuñando por cosas triviales, eh…

“… Ii~. Si no me das una buena explicación, no saldrás vivo de este hospital.”

No sabía si había venido a molestarme después de un poco de retraso porque Houko-chan y

Miiko-san   estaban   aquí,   o   si   simplemente   vino   después   de    escuchar   el   ruido.

Independientemente, quien entró a la habitación del hospital sin siquiera tocar fue la enfermera

Katanashi Rabumi, quien estaba señalando el casillero destruido con una sonrisa forzada.

Su sombra tomó la forma de un demonio.

“…… Por ejemplo, las emociones acumuladas de un joven hospitalizado durante mucho

tiempo, pudieron ser descargadas en este casillero.”

“Veredicto: la muerte.”

“Oh, um, Rabumi-san.”

“¿Qué?”

“Te amo.”

“Entonces entrega tu dinero.”

Mmm.

Ya veo.

Esto fue bastante difícil de hacer.