Zaregoto  (NL)

Volumen 7: Desarraigo Radical

Capitulo 1: Cicatrices Del Descanso

Parte 1

No me puede gustar nadie.

***

Saitou Takashi.

Hace treinta y nueve años, en marzo, nació en un hospital de Tokio de su padre, Saitou Kengo, y su madre, Saitou Masami. Un bebé nacido con dos hermanas mayores. Su padre era profesor de biología humana en la Universidad de Takatsu y médico privado. Su madre era músico. Sus dos hermanas eran gemelas y tenían una diferencia de edad de 10 años con él.

Desde la infancia, Kengo y el personal alrededor de él le dieron una educación especial. Por lo tanto, pasó la mayor parte de sus días en la Universidad de Takatsu. Se dice que sin leer ni un solo libro académico, ensamblaría teorías desde cero en su cabeza, lo que resultaría en que los medios recogieran la sensacional historia del prodigio. El hecho de que la mayor parte de lo que Kengo había presentado al mundo científico, no, que casi todo fue posible gracias a la ayuda de su hijo, fue aclarado más tarde por un denunciante.

En abril, a la edad de seis años, se unió oficialmente al Departamento de Biología Humana de la Universidad de Takatsu. En julio del mismo año, se graduó y en septiembre, avanzó a la escuela de posgrado de la Universidad de Takatsu, graduándose en marzo siguiente. A la edad de siete años, literalmente aprobó todos los programas en los distintos departamentos de la escuela de posgrado de la universidad sin ningún problema.

A los ocho años, después de todo esto, se incorporó al laboratorio de su padre, Kengo. En ese momento, Kengo estaba llevando a cabo una investigación sobre el tema vago y oscuro de “El Proceso Hacia el Final de la Vida Colectiva”, y de manera inusual, o, mejor dicho, misteriosamente, sin ningún problema de que hablar, sin incidentes particulares, la investigación procedió normalmente.

Normalmente.

Demasiado normalmente.

Así que normalmente eso, pensando en retrospectiva, era anormal y se destacaba.

Y luego, cumplió diez años.

En julio, cuando tenía diez años, sus dos hermanas mayores desaparecieron.

En ese momento, tenían veinte años y ambas eran estudiantes de la Universidad de Takatsu. También participaron en la investigación de su padre, aunque no tanto como su hermano menor. En esos días, la familia Saitou era razonablemente rica, gracias en parte a los esfuerzos de su hijo, que era activa en muchos campos. Por lo tanto, se planteó la hipótesis de que la desaparición de las dos era un secuestro, pero sin demandas del supuesto culpable, los nombres de las dos hermanas se agregaron de manera simple y concisa a la lista de las muchas personas desaparecidas en el país. Y así, solo quedaba un niño en la casa Saitou.

A los once años fue ascendido a profesor asistente.

A los trece años fallecieron ambos padres.

Casi al mismo tiempo, presentó su carta de renuncia a la Universidad de Takatsu.

Luego se mudó a los Estados Unidos, donde se comprometió con una organización académica en Texas: El enorme, integrado y unido Sistema ER2 (ahora el Sistema ER3). Por supuesto que no se incorporó como alumno del programa, sino como investigador. Se dice que trabajó con el profesor asistente Hewlett, de quien se dice que posee la mente más grande del mundo académico.

Sin embargo, para Saitou Takashi, este período de emergencias fue una era particularmente oscura en su carrera.

A pesar de la vasta influencia global del sistema ER, es de naturaleza extrañamente insular; los resultados de su investigación casi nunca se revelan al exterior. Todo es de alto secreto. Todo es una caja negra. Por supuesto, para los académicos que deseen ese tipo de ambiente, para aquellos que detestan el molesto ajetreo y el bullicio del mundo, probablemente sea el mejor lugar para estar. Todos consideraron que la intención de Saitou Takashi era tal, y entendieron que era así.

Sin embargo, ese no fue el caso.

En enero, a los dieciocho años, regresó solo a Japón.

En marzo de su decimonoveno año, regresó al Departamento de Biología Humana en la Universidad de Takatsu como profesor y también comenzó una práctica privada. Entonces, en la superficie, estaba siguiendo perfectamente los pasos de su padre, Kengo.

Solo en la superficie.

Se presume que por esta época comenzó a trabajar de manera oficiosa en el estudio de la vida: el “Estudio de No Morir”, como se llamaba. Junto con Kigamine Yaku y Madoka Kuchiha, quienes en ese momento eran estudiantes de secundaria.”

Luego, dos años más tarde, a la edad de veintiún años, se mudó nuevamente a los Estados Unidos. En lugar de regresar a ER2, él y sus dos asociados establecieron su propia organización.

Los nombres de esos dos todavía están en los registros.

Uno era Kajou Akira.

El otro era Aikawa Junya.

Sin embargo, a pesar de que era una organización independiente, cinco años después fue absorbida por el sistema ER2. El nombre también se cambió del japonés, tomado de las iniciales de él y sus dos asociados, al número de modelo MS-2.

Al incorporarse al Sistema ER2, su carrera a partir de entonces entró una vez más en una era oscura. No se sabe en absoluto qué rango tenía dentro del sistema ER2. Se puede decir con seguridad, sin embargo, que se encontraba en una posición diferente de cuando era un adolescente.

En este momento, ya había terminado de aprender.

En este momento, ya había terminado su investigación.

Todo lo que tenía que hacer era ponerlo en práctica.

Todo lo que tenía que hacer era experimentar.

Finalmente, esa era oscura terminó.

Tres años más tarde, en el verano de su vigésimo noveno año, volvería a Japón una vez más.

Sin embargo, esta vez no estaba solo, sino acompañado por sus dos asociados, Kajou Akira y Junya Aikawa, un sirviente y… una hija.

El propósito de su repentino regreso a Japón sigue siendo desconocido hasta el día de hoy. Sea lo que sea, está claro que nunca se supo. Eso se debe a que todos los que llegaron a Japón en el invierno de ese año murieron.

Incluso Kajou Akira.

Incluso Aikawa Junya.

Incluso el sirviente.

Incluso la hija.

Incluso él mismo.

Porque murieron.

Fue un asesinato.

Claramente un asesinato.

Al final, nunca se encontró al culpable.

Y así llegamos al presente.

Saitou Takashi. Edad de muerte: 29.

Eso fue algo que sucedió hace unos diez años.

“Llegando para decir el saludo de hoy y las buenas noches de mañana, Yamiguchi Houko ha venido finalmente para la séptima visita al Onii-chan Usuario del Sin Sentido.”

Con ese fresco saludo, la niña fugitiva de trece años que vivía en el mismo apartamento que yo, Yamiguchi Houko-chan, entró en mi habitación del hospital con una canasta de frutas. Había terminado la rehabilitación de hoy, así como mi chequeo médico, que básicamente estaba siendo acosado por la enfermera a cargo, Katanashi Rabumi. Esto significaba que tenía mucho tiempo libre para pensar en cosas triviales y actualmente me encontraba perdido en dichos pensamientos. La visita de Houko-chan fue repentina y sin previo aviso, pero me hizo un poco feliz.

Houko-chan llevaba sandalias, un vestido blanco puro de una sola pieza y un sombrero de paja. Cuando se quitó el sombrero, se pudo ver el cabello oscuro con un corte bob liso. Tras dejar la cesta en el armario, sacó una silla de tubo del lado de la taquilla y se sentó junto a la cama. Esta era su séptima visita a esta habitación del hospital y, como era de esperar, se había familiarizado completamente con ella.

“Antes vi a Katanashi-san en el mostrador de recepción en el primer piso. Aparentemente, serás dado de alta pronto. Felicitaciones.”

“Sí… entonces te encontraste con Rabumi-san. Debe haber sido difícil.”

Dado que Rabumi-san era una enfermera muy tensa, y, además, dado que Rabumi-san le había tomado cariño a Houko-chan, probablemente habría sido problemático si la atraparan en una situación extraña. Pero Houko-chan dijo: “No, me escapé de inmediato”, como si no fuera nada.

Mmm……

Bueno, no es como si hubiera pasado mucho tiempo.

Sin embargo, con chicas de esta edad, su atmósfera puede cambiar rápidamente si no las ves por un tiempo…

Además, parecía estar volviéndose más linda.

Esos rasgos faciales de muñeca, esa piel blanca, esos labios rojos.

No soy una amante de las chicas jóvenes como Suzunashi-san, pero incluso entonces, se podría decir que Houko-chan es una excepción.

“Hmm. Bueno, sí. Me darán el alta el día 20. Es como estaba programado. Pero, aun así, las heridas sanaron bastante rápido. Me dijeron que me tomaría dos meses recuperarme por completo, pero cuando me den el alta aparentemente ya puedo saltar y correr de nuevo. Sin embargo, no puedo hacer mucho ejercicio vigoroso.”

“Eso es mejor que nada.”

“Siempre me he curado bastante rápido.”

“Eso parece… Tu cabello también, aunque fue cortado recientemente, ya casi ha vuelto a ser como antes.”

“Aunque no es como si este corte de cabello fuera el predeterminado…” Respondí mientras jugaba con mi flequillo, que ciertamente había crecido mucho. “¿No lo dije antes? Solía ser mucho más largo. Cuando tenía tu edad, Houko-chan, tenía mi cabello en una trenza.”

“Eso está más allá de mi imaginación.”

Houko-chan se encogió de hombros.

“La próxima vez que quieras cortarte el cabello, por favor contácteme.”

“Sí.”

“Dado que Hime-nee-sama… ya no está aquí.”

“… Sí.”

Había pasado un mes desde que Hime-chan murió.

Había pasado un mes desde que la mataron.

Independientemente de si una persona muere o no, el tiempo pasa como siempre, de forma automática y autónoma. Por supuesto, este mes no sería diferente del anterior, y aunque sé que el tiempo no va a ser extendido o acortado por mis sentimientos personales, un mes todavía ha ido y venido.

Todavía estaba en un hospital de Kioto para el tratamiento de mis heridas. Es decir, las heridas que sufrí el mes pasado cuando me involucré en ese abominable incidente relacionado con la “Investigación Sobre la Inmortalidad” de la profesora asistente Kigamine, donde Hime-chan fue asesinada.

Sin embargo, había estado acostumbrado a lastimarme durante mucho tiempo (por eso mis heridas sanaron tan rápido), y por eso, inevitablemente, estaba acostumbrado a ser hospitalizado desde que era niño. Para decirlo en otras palabras: la hospitalización era aburrida. Como se trataba de una habitación privada, las únicas personas con las que podía hablar eran los visitantes que venían de vez en cuando, o Rabumi-san, que venía aquí para escapar del trabajo de vez en cuando, así que era aburrido.

Para escapar de ese aburrimiento, decidí investigar un poco.

Sobre el hombre que conocí el mes pasado.

“…………”

Su nombre era Saitou Takashi.

No, no se llamaba a sí mismo de ese modo.

De principio a fin, no se llamó a sí mismo por su propio nombre.

Aún no era el momento de nombrarse a sí mismo, o eso había dicho.

Sin embargo, aun así, sabía que la profesora asistente Kigamine había sido su alumna, así que, tomando ese hecho como punto de partida, lo investigué personalmente. Según lo que pude encontrar dentro de las limitaciones de mis habilidades; ya no estaba vivo.

O, mejor dicho, estaba muerto.

Me decepcionó bastante ver que en realidad no estaba muerto.

Si le hacía una solicitud a Kunagisa o su amigo Chiikun, Ayanami Hyou, podría obtener más detalles, pero… como estaban las cosas, terminé sintiendo que no quería involucrarme demasiado en la situación.

En primer lugar, no fue una acción con mucho sentido.

Al final, fue para escapar del aburrimiento.

Fue solo para matar el tiempo.

Él…

Ese hombre con máscara de zorro prometió volver a verme, pero si era posible otra reunión, no habría ninguna dificultad. Ambos no sabíamos la información de contacto del otro ni nada, ¿verdad?

No importa cuánto desees volver a encontrarte…

Si no hay conexión, eso es todo.

“Por cierto, Onii-chan. ¿Hay algo que te gustaría que hiciera?”

“¿Cosas que quiero que hagas?”

“Ya que es una de mis raras visitas a Onii-chan, me gustaría hacer algo útil para ti.”

“Mmm, sí… esa es una actitud admirable. Entonces, ¿por qué no me limpias como lo hiciste la última vez? Para ser honesto, antes sudé mucho mientras dormía.”

“Entendido. ¿Está la toalla en el armario como de costumbre?”

“Sí. Por favor. Solo la parte superior del cuerpo está bien.”

Abrí mi bata de hospital y me quité la camisa. Houko-chan tomó una toalla del gabinete, sacó agua del grifo de esta habitación privada, se subió a la cama y se dirigió a mi espalda.

“… Pero, ya sabes.”

Murmuró Houko-chan mientras limpiaba mi espalda con la toalla húmeda. No sabía si era porque era una niña o si era algo único para ella, pero era difícil leer las emociones en su voz, así que no sabía lo que iba a decir mientras esperaba sus próximas palabras.

“El cuerpo de Onii-chan… cuando lo miro detenidamente, está lleno de cicatrices. Una mezcla de nuevas y viejas aquí y allá.”

“Oh… bueno. ¿Es demasiado para una chica?”

“En mi caso, no tanto.”

“Es un alivio que las cicatrices de mi mejilla hayan desaparecido con relativa limpieza. Hubiera sido un problema si se destacaran. No sé cómo se siente la gente que camina con tatuajes en la cara.”

“No creo que nadie sepa eso.”

Houko-chan mantuvo sus palabras en ese tema.

“El cuerpo de Moeta es similar, pero no hasta este punto.”

Moeta era el nombre del hermano mayor de Houko-chan, que era dos años mayor que ella. Sin embargo, su apellido era diferente. Fue nombrado Ishinagi Moeta.

“Probablemente sea porque soy débil, así que me lastimo fácilmente. Al menos, ese es mi caso.”

“Eso puede ser.”

Houko-chan no tuvo piedad.

“Aun así, Onii-chan.”

“¿Qué?”

“El cuerpo de Onii-chan es algo insustituible, así que por favor cuídate mejor.”

“…………”

Algo insustituible, eh.

Con esas palabras, me recordó.

Cárcel Alternativa.

El concepto de que hay un sustituto para todo, que incluso si alguien no hace algo, otro lo hará.

Que en este mundo no hay nada insustituible.

Y, además de eso, Back Nozzle.

El concepto de que, si algo debe suceder, incluso si no había señales de ello hasta ahora, incluso si era algo que ni siquiera había nacido todavía, si debe suceder, entonces no hay forma de evitarlo. Que, en algún momento, en algún lugar, sucederá, y si no sucedió, entonces fue algo que ya sucedió hace mucho tiempo. Que no hay nada en este mundo que pueda evitarse.

Cárcel Alternativa y Back Nozzle.

Dos conceptos que colorearon el caso del mes pasado.

Ambas eran afirmaciones del destino; afirmaciones de la Historia.

Y negación del individuo.

Negación de un mundo de individuos.

“Si no te importa que intente sonar un poco genial… si no me hubiese lastimado, entonces alguien más habría sido lastimado en su lugar. En ese caso, Houko-chan, ¿no es mejor que yo fuera aquel que salió lastimado?”

“Esa forma cruel de pensar no es buena.” Dijo Houko-chan. “Onii-chan, eres un poco cobarde.”

“¿Cobarde?”

“Deshonesto.”

“Deshonesto……”

“¿O debería decir astucia?”

“…… Astucia……”

¿Por qué tiene que decirlo de esa manera?

“Ahora que lo pienso, Onii-chan, siempre eres así, ¿no? Puede que sea un consejo innecesario, pero creo que deberías estar más atento a los que te rodean.”

“Aun así, estoy bastante seguro de que soy una persona muy considerada.”

“Si es tu propio dolor, puedes tolerarlo. Pero no puedes sentir el dolor de otras personas. No puedes tolerarlo. De eso es de lo que estoy hablando, Onii-chan Usuario del Sin Sentido. ¿Entiendes?” Dijo Houko-chan. “En otras palabras, trata de ponerte en el lugar de las personas que se preocupan por ti.”

“……… Entonces estás preocupado por mí, Houko-chan.”

“Sí, estoy preocupada.”

Houko-chan suspiró como si estuviera harta.

Esa acción no fue muy apropiada para una chica.

Más aún para una chica bonita.

“No puedo soportar verlo. Es como mirar desde abajo a alguien que camina por la cuerda floja sin palo y sin red de seguridad. Puede que sea Onii-chan quien se caiga de la cuerda, pero en realidad soy yo quien va a ver el cadáver aplastado.”

“Esa es una metáfora realmente desagradable…”

“Por cierto, Onii-chan Usuario del Sin Sentido.”

“¿Qué es?””

“Onii-chan, escuché que te le confesaste a Mii-nee-san.”

“…………”

Ups.

¿Cómo se enteró?

“Hmm… no fue algo tan concreto como una confesión. Es solo que estoy en deuda con Miiko-san, y el mes pasado… ella dijo algunas cosas duras, ya sabes.”

Miiko-san. Asano Miiko-san.

Ella era una freeter de veintidós años que, como Houko-chan, vivía en el mismo apartamento que yo. Tenía una coleta de samurái y una atmósfera digna. Ella era una espadachina que pasaba sus días vestida con un jinbei. Ella era la residente de mayor edad en el apartamento y casi todos la amaban. La única excepción era Koutoumaru-san, pero incluso entonces, peleaban todos los días como si se estuvieran divirtiendo.

Miiko-san……

Miiko-san, eh.

No la he visto en un tiempo.

Al final, ella no vino a visitarme ni una sola vez, así que no la he visto en un mes.

……………

Eso no fue una verdadera confesión.

Sin embargo, fue algo parecido a eso.

Y el hecho de que ella no vino a visitarme al hospital…

Fue algo inútil.

Deprimente.

Ciertamente, no negaré que me sentí un poco aliviado, pero aun así fue bastante decepcionante no obtener respuesta.

“Por lo que parece, parece que todavía no has recibido una respuesta, Onii-chan Usuario del Sin Sentido.”

“Bien……”

“Nunca pensé que Onii-chan tendría el descaro de enamorarse de alguien.” “¿Es así? Es bastante fácil para mí enamorarme, ¿sabes?” “Eso no es algo de lo que estar orgulloso.”

“…… No tienes piedad.”

“Pero si puedes enamorarte de alguien, entonces es algo que puedes entender, ¿verdad?”

“¿Algo que pueda entender? ¿Qué es eso?”

“Por favor, haz una pose de banzai.”

“Sí. Sí.”

Como me ordenaron, levanté mis brazos. Después de lavar la toalla en el lavabo, Houko-chan comenzó a limpiarme las axilas. Debido a las pequeñas manos de Houko-chan, hizo un poco de cosquillas.

“Cuando Hime-nee-sama murió.”

“¿Mmm?”

“Onii-chan, estabas triste, ¿verdad?”

“… Eso es, bueno, algo…”

Yukariki Ichihime. Hime-chan.

Aunque solo la conocía desde hacía dos meses.

El vacío creado por su ausencia…

No parecía que estuviera lleno.

No es que tuviera intención de llenarlo.

“Entonces creo que lo que Onii-chan debería hacer de ahora en adelante no es expiación, arrepentimiento o autosacrificio, sino no entristecer a los que te rodean.”

“………”

“Es decir, si me dejas expresar mis sentimientos personales… no quiero llorar por las personas que amo. No quiero preocuparme por las personas que amo.”

Houko-chan declaró con una voz fuerte y decidida que era inusual para la chica.

“Si hay personas que estarán tristes si me lastimo, entonces, con una voluntad de hierro, me negaré a lastimarme. Nunca saldré lastimada para que las personas que amo no se pongan tristes.”

“………”

“Deseo que Onii-chan también sea así.”

Mientras ella limpiaba el otro lado de mi cuerpo, bajé los brazos. Respiré profundamente y pensé en el significado de lo que dijo Houko-chan.

Bueno, ella tenía razón.

Sin embargo, fue algo doloroso que me regañaran.

Pero esta chica realmente no tuvo piedad.

“…… Gracias. Yo mismo limpiaré el frente.”

“Eso es normal. ¿De verdad estabas pensando en obligarme a hacer eso?”

“Dame la toalla.”

“Okey.”

Aunque, habiendo dicho eso, Houko-chan no me dio la toalla. Lo encontré extraño, así que intenté dar la vuelta, pero debido a la pesada carga que se aferraba a mi espalda, esta acción se interrumpió.

“…… ¿Houko-chan?”

“Un poco más.”

Con ella ligeramente aferrada a mi espalda, con sus suaves brazos alrededor de mi cuello, Houko-chan dijo con una pequeña voz que se desvanecía.

“Déjame quedarme así un poco más.”

“………… ¿Houko-chan?”

“Sólo cinco segundos más en esta pose.”

“………”

Escuché el sonido de los latidos del corazón.

El sonido de los latidos de mi corazón y el sonido de los latidos del corazón de Houko-chan.

Ambos latían rápidamente, como una campana.

No pude decir nada.

Mi boca no se abría.

No podía dar marcha atrás.

Y así, mientras permanecía así, pasó el tiempo.

Un segundo.

Dos segundos.

Tres segundos.

Cuatro segundos.

Luego cinco segundos…

“…… ¿Interrumpo?”

La puerta de la habitación del hospital se abrió y Miiko-san entró.

El sonido de los latidos de mi corazón se detuvo.

No, si se detuviera moriría.

Pensé que estaba muerto.

“…………………”

Explicación de la situación.

Habitación privada.

En la cama.

Un chico de diecinueve años medio desnudo.

Una niña de trece años (niña bonita) aferrada a su espalda.

Sus dos cuerpos en contacto.

La mirada fría de Miiko-san.

…………………

No hubo necesidad de palabras entre nosotros.

Pudimos comunicarnos incluso sin tal cosa.

“…… Entonces, bien.”

Houko-chan desató los brazos alrededor de mi cuello, consiguió bajarse de la cama y se puso las sandalias.

“Onii-chan Usuario de Tonterías. Lo siento, aunque acabo de llegar, debo ir a la biblioteca. Así que Miiko-san, por favor tómate tu tiempo.”

“…… Sí.”

“………………”

Dirigí una mirada pidiendo ayuda hacia Houko-chan, que había pasado al lado de Miiko-san y estaba a punto de salir de la habitación del hospital, pero lo único que hizo fue apuntarse con los dedos a las mejillas y hacer una pose simpática que no encajaba para nada con su aspecto cargado de genialidad.

“Onii-chan Usuario de Tonterias.” Luego Houko-chan dijo. “Incluso yo puedo ponerme celosa.”

“………”

“Entonces, les deseo buena salud, amistad y una reunión amena.”

Con esas palabras de despedida, cerró la puerta.

Solo dos personas quedaron en la habitación del hospital.

Miiko-san y yo.

No la había visto en un mes.

El aire en la habitación del hospital se tornó frío.

Como si sintiera ese aire frío, Miiko-san se quedó mirando la canasta de frutas en la parte superior del gabinete.

Parecía algo somnolienta. Pero en su caso, esa era la norma. No podía decir qué estaba pensando, tenía una simple inexpresividad. En ese aspecto, ella era similar a Houko-chan.

Mientras tanto, me volví a poner la camisa y cerré la parte delantera de mi bata de hospital.

“Inoji.”

“…… Sí.”

“Una niña de trece años es malo, ¿no crees?”

“No… no es eso…” En respuesta a ese tono crítico, lo negué con todo mi ser. “Eso es… ella me estaba lavando el sudor y…”

“Hmm. Está bien. No me importa en absoluto.”

“………”

Ella estaba enojada.

Miiko-san era una persona sencilla, pero este tipo de ira era poco común.

Era difícil lidiar con eso.

“Umm… ¿viniste aquí con Houko-chan?”

“Sí. Lo que paso fue que fui atrapada por una extraña enfermera en el mostrador de recepción. Houko logró escapar, pero en cuanto a mí…”

No fue bueno, dijo Miiko-san.

Ya veo…

Ahora que lo pensaba Houko-chan dijo algo como que había logrado “escapar”.

Entonces, como pensaba, Houko-chan… Fue un crimen premeditado. Me pregunté si este era otro de los planes de Nanananami… No, no era lo suficientemente venenoso como para haber sido uno de los planes de esa bruja. Eso significa que fue decisión de Houko-chan.

Celos, dijo.

Celos, eh……

Envidia, celos.

Bueno, Miiko-san era una persona muy popular en el apartamento. Houko-chan le tenía mucho cariño a Miiko-san, así que no sería sorprendente que mi pseudoconfesión fuera vista por ella como un intento de salir adelante.

“Inoji, eres popular.”

“………”

“Parecía que la enfermera de antes te quería mucho. Y esa chica de cabello azul te tiene algo de aprecio excesivo… y todo el tiempo la gente del apartamento va a tu habitación.”

“……………”

Comenzó el desagradable ataque.

No tuve más remedio que resignarme y recibirlo.

“Y tu trabajo de medio tiempo es dar clases particulares a chicas de secundaria.”

“Ya me despidieron de eso…”

Si estás hospitalizado durante un mes, es natural.

Bueno, desde que Hime-chan murió, la mayoría de sus cuotas escolares fueron devueltas a mi cuenta bancaria, por lo que mi sustento volvió a la normalidad.

“Y a menudo sales con esa extraña mujer pelirroja.”

El ataque de Miiko-san aún continuaba. Aún no se había dado cuenta de que las acciones anteriores de Houko-chan no estaban dirigidas a mí, sino a Miiko-san misma. Parecía una cosa fácil de darse cuenta, pero Miiko-san era bastante tonta. A pesar de mostrar una intuición inusualmente aguda cuando se trataba de otros, cuando se trataba de ella misma, era lenta hasta el punto de que se volvió difícil entender cómo podía ser tan densa.

“Y parece que haces contacto regular con esa detective. Y el mes pasado vivías con una ninfómana, y esa ninfómana recogió a una chica.”

“Ninfómana…”

¿Era Kasugai-san?

No sé nada de eso, ella……

“Y… y…”

“No, no más…”

“Y también, te me confesaste.”

“…………”

“Además de eso, no volviste en absoluto.”

Miré la cara de Miiko-san.

No vi… nada fuera de lo común.

Era la expresión en blanco habitual.

“…… Como puedes ver, actualmente estoy hospitalizado.”

“Sí.”

“Bueno, en unos cuatro días me darán el alta.”

“Sí, lo escuché antes.” Asintió Miiko-san. “Me alegro de que no fuera nada serio.”

“Sin embargo, estuvo cerca de serlo…”

Hay que ver… Parecía que estuvo realmente cerca.

Había recorrido la línea entre la vida y la muerte.

No metafóricamente.

Literalmente.

Así de grave fue la cosa…

El caso del mes pasado fue anormal, supongo.

“Pero Miiko-san, mi conciencia se recuperó hace un tiempo, así que… ¿Por qué no habías venido a visitarme? Estaba solo.”

“Me disculpo por eso.” Miiko-san inclinó la cabeza de una manera inesperadamente honesta. “Es solo eso, no quiero decir lo mismo que Hou, pero… yo también tenía algunas dudas.”

“¿Dudas?”

“Sobre cómo responderte.”

“………………”

La confesión… eh.

Como le dije a Houko-chan: ni siquiera yo sé si eso fue una confesión o no. O si solo fuera yo oscureciendo las cosas con tonterías y expresando ideas vagas para escapar de la realidad como siempre. Realmente no lo sé.

En esa situación.

En ese lugar.

En ese tiempo.

¿Qué dije?

¿Cuál fue el significado de las palabras que dije?

En primer lugar, la situación era única.

Entonces, una vez que volví a mi vida diaria.

Como esperaba, comencé a sentirme cohibido.

En ese sentido, muy bien podría tratarse de escapismo.

Tener miedo a la respuesta.

Tener miedo del resultado.

Quedarse quieto para siempre.

Sin cambiar, como siempre.

Antes de que Hime-chan muriera…

El yo aparentemente inmutable.

“Por favor, piensa en tu respuesta.”

Eso es ciertamente lo que dije.

¿Exactamente qué estaba pensando?

¿No quería no lastimarme?

Con tantas heridas que ya cubren mi cuerpo.

Con tantas heridas cubriendo ya mi alma.

Con el corazón lleno de cicatrices.

Eso fue, verdaderamente, una tontería.

Si me lastimara…

¿Habría gente que estaría triste?

“Ya sabes, Inoji. Yo…” Dijo Miiko-san. “No soy muy buena como persona.”

“… ¿Qué?” En respuesta a esas palabras inusuales de Miiko-san, ladeé la cabeza. “¿Qué es eso? ¿Qué significa eso?”

“Mi único talento es blandir mi espada.”

“Esas palabras… ya las he escuchado antes.”

“No soy bueno. Especialmente cuando se trata de asuntos amorosos.”

“…………”

“Soy bastante cabezota.”

“Lo entiendo, pero…”

“Bueno… no es algo que esconder, así que lo diré.” Miiko-san continuó prácticamente sin expresión. “Hasta ahora he salido con cuatro personas.”

“Sí.”

Ya lo había predicho.

Bueno, ella es tres años mayor que yo.

Así que ya estaba preparado para eso.

“Entre ellos, tres eran mujeres.”

• Eso fue inesperado.

Umm……

“…… Y la última persona, ¿era un hombre?”

“Más bien, la primera persona.” Dijo Miiko-san. “Fue cuando estaba en la escuela media, así que diría que era un niño, en lugar de un hombre.”

“…………”

Así que incluso contó hasta la escuela media…

Estaba tan seria.

“Verás, ese chico fue intimidado.”

“…………………”

“Después de eso, hubo otra persona más en la escuela media. Luego hubo dos en la secundaria. Todas eran mujeres, y todas fueron intimidadas.”

“…………”

“Me gustaba la gente que era intimidada. No, no es eso… la gente débil, creo que probablemente me gusta la gente débil.”

“Ese es un análisis desagradable……”

“No, esto no es algo sobre lo que debas bromear, es serio.” Dijo Miiko-san. “Esencialmente, yo era alguien a quien le gustaba ayudar a la gente… eso es lo que pienso. Decir que ‘no prestar atención a la rectitud es valentía’ suena genial en el papel, pero no era algo tan hermoso.”

“Sí…”

“Fui demasiado lejos, y terminé abandonando la escuela secundaria… ¿ya te lo dije?”

“Sí… aunque no con tanto detalle. En otras palabras… um, ¿protegiste a esas personas que fueron intimidados? Independientemente de quien fuera.”

“Cualquiera, o, mejor dicho, ambos.”

“¿Ambos?”

“Jugaba a dos bandas.”

“……………………………………”

No es bueno.

No es bueno, no es bueno.

Esta persona… cuando se trataba de amar, realmente no era buena.

O tal vez, más bien, era alguien románticamente sorda…

“Hubiera estado bien si eso fuera todo.”

“No, nunca estuvo bien.”

“Esos cuatro realmente no crecieron como personas al salir conmigo. Terminaron aún más débiles.”

“Ya veo.”

“Terminaron aún más débiles.”

“No hacía falta que lo dijeras dos veces…”

Bueno, si malcrías a alguien que está siendo intimidado, eso es generalmente lo que sucede. Es una pena, pero esa es la realidad. Yo mismo era algo así, así que fue una historia fácil de entender.

¿Soy así?

Ya veo…

Ya veo. Era una historia sobre mí. Era tanto la historia de Miiko-san como la mía al mismo tiempo.

“En otras palabras, yo…” Miiko-san me miró. “Soy un especialista en hacer que las personas quebrantadas sean aún peores.”

“Eso es un mal talento.”

“Por lo tanto, dudo.”

“…………”

“Tú, si salieras conmigo, ¿estarías bien?”

“Estar bien…”

“¿Crees que estarías bien?”

Fue una pregunta directa.

Miiko-san me miró a los ojos.

Lamenté el hecho de que Houko-chan se hubiera ido a casa. Esta tensa atmósfera que estaba explotando como una chispa entre Miiko-san y yo me hizo sentir que la anterior no era tan mala.

“…… Miiko-san.”

“Conozco mi propia debilidad. Es algo que Suzunashi-san me ha dicho a menudo… Sí, probablemente soy demasiado suave. Me meto la nariz en los asuntos de otras personas. Aunque podrían recuperarse por sí mismos, extiendo mis manos hacia ellos.”

“……”

“No puedo vigilarlos. Esa es mi debilidad.”

“Pero Miiko-san…”

“Es por eso que tengo mucho cuidado de mantener mi distancia con otras personas.” Dijo Miiko-san, ignorando mi interjección mientras ataba con fuerza sus palabras. “Mantener una distancia… y medir el espacio intermedio.”

La sensación de distancia de Miiko-san era agradable.

Sin intromisiones inútiles.

Sin albergar preocupaciones inútiles.

Pero no sin ninguna intromisión.

Pero no sin preocuparse.

Esa fue probablemente la razón principal por la que Miiko-san era tan querida en ese apartamento lleno de raros. Era como si permanecer a su lado siempre fuera natural, o, mejor dicho, no era molesta, poseía un espacio único.

Para hacerlo más simple: Miiko-san era una persona agradable.

“Pero… sí saliéramos, esa distancia probablemente se perdería. Perdería el control.”

“………”

“Seguramente te consentiría hasta la muerte. Me haría cargo por completo de todo el trabajo que deberías estar haciendo. Honestamente, probablemente serías del tipo que estimula esa parte en mí.”

“¿Así que soy un niño acosado?”

“Sí.”

Ella asintió hacia mí.

Pero, aun así, Miiko-san dijo.

“Parece que has estado trabajando duro.”

“………”

“Independientemente de si eres consciente o no.” Miiko-san se cruzó de brazos. Parecía estar eligiendo sus palabras. En primer lugar, no era alguien que hablara mucho. Aunque, si tuviera que decirlo, era más una pobre habladora que una persona callada. “Bueno, casi te rindes el mes pasado… pero incluso entonces, estabas haciendo tu mejor esfuerzo.”

“Incluso si dices que hice lo mejor que pude, todavía estoy en este estado miserable. No es exactamente como lo que dijo Houko-chan el otro día, pero recientemente siento que el hospital es mi hogar.”

“…… No quiero molestarte.”

Sin abordar mi broma, Miiko-san se quedó en silencio.

Sus palabras no continuaron.

Parecía ser el final.

No quiero molestarte… Con eso, se acabó.

Estrujé mi cerebro.

“Umm… en otras palabras…”

“¿Sí?”

“Entonces, ¿cuál es la conclusión?”

“Sí.”

Miiko-san asintió, y solo dijo la conclusión.

“Tú y yo no podemos salir.”

“………………………”

Uwaah.

Me rechazaron rotundamente.

De frente, sin posibilidad de evasión, de forma justa y sin disculpas, fui rechazado.

La conmoción me hizo sentir un poco mareado.

¿Qué fue, el comportamiento del mes pasado…? “Dudé, pero creo que no deberíamos salir.”

“No deberíamos…”