Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 7

Capitulo 2: La Reacción de la Amiga

Para cuando Itsuki regresó al estudio, ya habían terminado de completar la primera pasada del guion. El director del anime: Munenori Tarui, el director de audio: Takuro Norikura, el editor de la novela: Kenjiro Toki, y la artista del manga: Kaiko Mikuniyama, estaban ocupados concluyendo la revisión final de los resultados.

Después de darles una sincera disculpa por abandonar la grabación por razones personales, Itsuki revisó el audio desde el inicio. El resto del reparto de voces y el staff tendría que esperar mientras tanto.

Tiempo para esto había—hoy hubo espacio libre en la agenda ya que de todos modos planearon ir de fiesta esa noche—pero él sabía que esto seguía siendo una carga para todos.

Desvaneciendo los remordimientos de culpa en su mente, tomó el guion con una mano y se enfocó en escuchar el audio.

“…En la página cinco, me gustaría que la tercera línea de Kazuma sea ‘Y ese soy yo’, no ‘Y se trata de mí’”.

“…Segunda línea de Shingo, página veinte—Lo siento, el error en el guion fue mi culpa. Debería ser ‘hechicería’, no ‘magia’”.

“…Página catorce, segunda línea de Ichika—la forma en que dijo ‘Espero que sí’ me pareció optimista, yo me lo imaginaba más como en el sentido de preocupación o angustia”.

…………

……

Pequeños matices como estos y defectos en el guion, que sólo el escritor original detectaría, fueron eliminados uno por uno—era algo repetitivo pero eficaz. Un rato más tarde, unos noventa minutos después de lo planeado, la sesión terminó.

***

“¿Señor Hashima?”.

Cuando los demás se dirigían a celebrar por haber terminado la sesión, una preocupada Kaiko se le acercó a Itsuki.

“¿Cómo se encuentra Nayu?”.

Cuando él llegó, le dijo a los del staff que nada serio le pasó a Nayuta, pero eso no debió haber sido suficiente para calmar la preocupación en ella.

“Querían que se quedara en el hospital por tres días más, pero parece que ya está mejor”.

“Oh”, respondió Kaiko. Se veía más tranquila. “…Ah, tenemos que decirle a Myaa, ¿verdad? Si mañana está libre, me gustaría ir con ella al hospital”.

“C-Claro”.

La repentina aparición de Miyako Shirakawa en la conversación puso nervioso a Itsuki. Hace dos meses, ella le había confesado que lo amaba y él la rechazó. Una de las principales razones por las que Nayuta se sobrecargó fue para brillar más que Miyako, para que su rival no le arrebatara a Itsuki. Miyako merecía saber que ahora él y Nayuta eran oficialmente pareja.

Cuando Miyako visitara a Nayuta mañana, él decidió que quería estar presente para darle la noticia. Angustiosamente, él se preguntaba cómo ella reaccionaría.

***

Al día siguiente, cuando Kaiko y Miyako fueron de visita al hospital, Itsuki y Nayuta les contaron toda la historia.

Miyako se sentó un momento, su expresión rondaba entre una sonrisa y un ceño fruncido, respondiendo vagamente “Oh” y “Hmm” y “Ohhh”, pero a su tiempo, la sonrisa en sus ojos y labios se convirtió en algo tierno y sincero.

“Bueno, um… Felicidades, supongo. A los dos”.

“Um… Gracias”.

Sonrojándose ligeramente, Itsuki evitó verla a los ojos, como si acabara de confesar un crimen. Nayuta, por su parte, miró a Itsuki con una expresión vaga parecida a la de Miyako poco tiempo atrás.

“Um… Lo lamento, Myaa”.

Miyako sonrió un momento. “Ya te lo había dicho, no tienes que disculparte. Lo digo en serio, felicidades, Nayu”.

Nayuta lagrimeó un poco. “Gracias, Myaa”.

Miyako le dio otra sonrisa, luego se dirigió a Itsuki. “Itsuki, quiero que hagas feliz a Nayu, ¿de acuerdo? Si la haces llorar, te romperé el cuello”.

Los labios de Itsuki formaron una asustada sonrisa, mientras Miyako le devolvió la sonrisa y dijo: “¿Me das tu palabra?”. Había lágrimas en sus ojos, los tres cargaban fuertes emociones. Kaiko Mikuniyama, la extra en la habitación, estaba perdida sin saber lo que pasaba.

“…Uh… Yo—Yo no sé de, um, sutileza en momentos como este… pero si mi sospecha es correcta… Myaa—¿sentías algo por el Señor Hashima?”.

Los tres voltearon la mirada hacia ella, y lo que pasaba por sus mentes estaba escrito en sus rostros: ¿Y ahora lo preguntas?

“Oh”. Miyako dijo con una risita, “Supongo que nunca te lo dije. Hace un tiempo le dije a Itsuki que lo amaba, pero me rechazó”.

“Oh…”. Kaiko estaba mitad sorprendida, mitad asombrada por la amarga confesión. Ella miró de cerca a Itsuki, atónita por el giro inesperado. “…Señor Hashima, usted es más solicitado de lo que pensé…”.

“…Aunque me da vergüenza escuchar eso, sí”. fue la débil respuesta.

“Por cierto, Myaa, ¿qué es lo que te gusta del Señor Hashima?”.

“¡¿Eh?!”, exclamó Miyako. “¡¿A eso es a donde quieres llegar?!”.

La pregunta de Kaiko pareció también motivar a Nayuta. “¡Oh! ¡Ahora que lo pienso, nunca te lo pregunté! ¿Entonces, por qué te enamoraste de Itsuki?”.

“¡¿Nayu?! ¡No tú también!”.

Ella se giró hacia Itsuki, y él se enrojeció cuando los ojos ligeramente llorosos de Miyako se encontraron con los de él.

“¡N-No se lo hagan decir en frente de mí!”.

“Awww”, Nayuta protestó.

“Tiene razón”. Kaiko estuvo de acuerdo. “Pero, Itsuki, ¿no estás interesado en escuchar lo que tiene que decir?”.

Itsuki estaba considerándolo.

“Bueno, yo…”.

Claro que estaba interesado. ¿Qué había despertado los sentimientos de Miyako por él? Y ¿desde cuándo? Sinceramente, eso lo desconcertaba. Para crecer como persona y tener más ideas para los personajes de sus novelas, quería escuchar todos los detalles.

En silencio, él la miró con expectativa.

“Nnngh…”.

Miyako lagrimeó aún más—y al momento siguiente, la rabia se extendió en su rostro.

“¡Arrrrgh! ¡¿Quieren parar ya con eso?! ¡Tengo recién roto el corazón! Itsuki me ignoró como por dos meses y hoy me di cuenta que él y Nayuta son pareja. Ese fue el golpe de gracia, ¿saben? ¡¿Entienden por lo que estoy pasando?! ¡Ahora lo que más necesito es apoyo emocional! ¡¿Por qué mejor no me dejan en este hospital por un corazón roto?! ¡¿Pueden al menos tratar de entender?!”.

“…Um… bien”.

“Lo siento…”.

“Perdón, Myaa…”.

Itsuki, Nayuta y Kaiko bajaron la cabeza, apenados.

“Uggghhhhhh…”. Miyako suspiró profundamente. “…Lo siento. Soné como una completa tonta, ¿no? Sólo… hagan como que no dije nada”.

Los otros asintieron en silencio.

Una vez que Miyako recuperó el aliento, les dio una pequeña sonrisa. “…Pero, en fin, felicidades a los dos, por ahora ya me voy a casa, salgamos juntas cuando te den de alta, ¿de acuerdo?”.

“¡C-Claro!”.

“Qué te mejores”, Miyako le dijo a Nayuta mientras se giraba hacia la puerta.

“Sí, qué te mejores”. Kaiko le dijo lo mismo luego de seguirla.

Sólo quedaba Itsuki, y se giró hacia Nayuta.

“…Fui algo cruel con ella”. Nayuta suspiró.

“Ahh, apuesto a que te perdonará”.

Nayuta asintió. “Lo sé. Myaa es muy gentil y amable, así que por supuesto que lo hará… Pero tampoco podemos pedirle que siempre sea así…”

“…No”.

Pudo haber brotado amor entre Itsuki y Miyako, pero había muerto por alguien más. Eso era algo que Itsuki sabía que no podía darse el lujo de olvidar.

Necesito empezar a comportarme como es debido. Como persona, como escritor… como hombre. Su determinación de antes ahora era más fuerte que nunca.

“Será mejor que también me vaya”, dijo él.

“Está bien”. Nayuta asintió, sus mejillas se ruborizaron un poco. “…Oye, ¿Itsuki?”.

“¿Hm?”.

“Bésame”.

“… ¡!”. Itsuki, con la cara enrojecida, la vio por unos momentos. “…Bien”.

Nayuta, igual de roja, cerró sus ojos y frunció sus labios. Itsuki suavemente puso sus manos sobre los hombros de Nayuta y de repente se dio cuenta que cada latido de su propio corazón latía más fuerte que de costumbre. Él se inclinó hacia Nayuta.

Este sería el primer beso de ambos, y por suerte no hubo ningún incidente diente-con-diente u otro desastre en lo que juntaron sus labios. Duró menos de un segundo, lo suficiente para que sintieran el contacto entre ellos, pero sus rostros aún se sentían como si estuvieran en llamas.

“Nya-ja… Nya-ja-ja… Nyaaaaah…”

Abriendo los ojos, Nayuta mostró una maravillosa y conmovedora sonrisa. Itsuki apartó los ojos, incapaz de mirarla a la cara. “Bueno, ¡hasta luego!”, dijo él mientras salía de la habitación.