Buta Koushaku ni Tensei Shitakara, Kondo wa Kimi ni Suki to Iitai (NL)

Volumen 5

Capitulo 5: Eldred, El Gran Espíritu Del Fuego

Parte 2

rechazado todas las ofertas. Era una reliquia que había sido rechazada para su uso en esta guerra porque no había magos que pudieran operarla.

“Me sorprende que hayas logrado convencer a un miembro del personal para que te preste el tesoro secreto del gremio. Además de eso, probablemente ni siquiera sabías si realmente podías usarlo, ¿verdad?”

“No quedó nadie en Némesis, en realidad… Escuché lo que había sucedido de uno de los miembros del personal del gremio con el que me encontré en el camino. Dijeron que les dijiste a todos que huyeran de inmediato si las cosas comenzaban a inclinarse a favor del enemigo, ¿no? Incluso tenías un plan de respaldo en caso de derrota. Tomaste una decisión rápida para que la gente se retirara si se presentaba el peor de los casos. Realmente puedo ver cómo un aventurero común y corriente logró convertirse en el Maestro del Gremio de Zenelaus.”

“¿Por qué no retrocediste? Deberías haber podido ver claramente que las cosas no van según lo planeado aquí, incluso desde lejos. Todos esos aventureros de clase A que fueron convertidos en muertos vivientes por el Lich también deben haberse interpuesto en tu camino.”

“Parece que convertir a los humanos en monstruos es la especialidad del maestro de mazmorras del Laboratorio, ¿eh?”

“¡Slowe Denning, responde a mi pregunta! ¡¿Por qué viniste aquí?!”

El joven se encogió de hombros. “Bueno, desafortunadamente para mí, no podía dejar solo a ese tipo.”

El joven pelirrojo todavía se retorcía en agonía, flotando sobre el círculo mágico en el suelo que se desbordaba con una luz azul pálida. Miró con sus ojos como dagas afiladas a Slowe Denning, pero parecía que debido a sus restricciones mágicas, ni siquiera podía decir una palabra.

“No eres un mago, por lo que es posible que no lo reconozcas, pero ese círculo mágico es uno de los círculos de más alto grado. Puede devolver maldiciones directamente a sus lanzadores. Con esto, Eldred tendrá las manos atadas por un tiempo. Por lo menos, hemos logrado ganarnos un tiempo precioso.”

“¡No tiene sentido alargarlo! ¡El Gremio de Aventureros ya ha perdido!”

“Bueno, entonces, ¿qué harías si te dijera que encontré una manera de ganar? Oh, lo siento, parece que no tengo tiempo para explicar.”

El rostro de Slowe Denning se contrajo con lo que probablemente era dolor. El guerrero con armadura había logrado romper una de las cadenas que colgaban de los cielos, que era parte del objeto mágico antes mencionado. Dado que Slowe había estado atando al dullahan con una fuerza extravagante, las consecuencias del estallido del monstruo eran fáciles de imaginar.

“Ese dullahan no es normal. Vete, Denning. Al menos puedo ganar suficiente tiempo para que huyas de este campo de batalla.”

“¡Oye! ¿No escuchaste lo que dije?”

“Eres de Daryth. Regresa a tu país y prepárate para la guerra. Seguramente entiendes la situación de toda esta devastación… Cualquier ser humano podría ver que Zenelaus ha perdido. Si no empiezas a prepararte ahora, lo perderás todo. El poder de los Tres Mosqueteros ha superado incluso mis expectativas.”

“Espera, ¿estás diciendo que… de verdad estás admitiendo la derrota, desde el fondo de tu corazón?”

Su principal enemigo era el maestro de la mazmorra del Laboratorio, un lugar tan peligroso que el Gremio de Aventureros del norte había prohibido la entrada a los aventureros. Junto a él estaba uno de los mejores guerreros que el Imperio Dustour tenía para ofrecer, moldeado por ese mismo Lich.

El Maestro del Gremio se hundió en el silencio. Había reunido a los aventureros de clase A esparcidos por la Unión Freedom y los había organizado en una facción militar. Sin embargo, incluso él, el luchador más poderoso de La Unión Freedom en la actualidad, no había sido capaz de luchar en terreno parejo con el mosquetero durante su enfrentamiento.

Había calculado mal las capacidades del hombre conocido como Living Dead, así como el Lich que los aventureros no pudieron cuidar. La guinda del pastel fue la aparición de Eldred, que había estado coexistiendo en secreto dentro de un joven aventurero.

Era una colección desesperada de enemigos monstruosos que eran cualquier cosa menos ordinarios. Entonces… ¿qué tontería estaba diciendo Slowe Denning?

El Ojo del Loto Carmesí finalmente habló con convicción. “Hemos perdido. Se acabó.”

“Así que vas a sacrificarte y hacerme volver con Daryth. ¿Es ese el plan? Bastante egoísta de tu parte, ¿no crees?”

El Maestro del Gremio no tuvo una respuesta.

“Qué mal por ti, pero me niego. No puedo dejar atrás a ese tipo mientras está poseído por Eldred.”

“Así que sí sabías quién era el anfitrión de Eldred…”

“Si, lo sabía. Sé desde hace mucho tiempo que Shuya Newkern era el indicado.”

“Me duele decir esto, pero… ese chico está más allá de la salvación. Seguro que viste la pelea con el mosquetero antes. Su conciencia ha sido completamente asumida, y su yo anterior seguramente se ha ido. Sin excepción, todos los seres que han abrigado los deseos de Eldred han tenido un final trágico. Seguro que esto también lo sabes. Su anfitrión anterior tuvo un final espectacular y cruel en Daryth.”

Slowe Denning estaba incrédulo. “Whoa, seguro que estás hablador en este momento. ¿Estás posiblemente pensando en algo demasiado bueno para ser verdad?”

“De hecho lo estoy. Teniendo en cuenta el poder de Eldred… él podría ser capaz de matar tanto al Lich como al mosquetero a la vez.”

“Tira esa idea a la basura. Lo siento, pero no voy a dejar que hagas eso. Le debo a ese tipo. El hecho de que él no se dé cuenta me fastidia muchísimo, pero es una deuda que nunca podré pagar, ni siquiera si le salvo la vida un millón de veces.”

“No sé qué tipo de relación tienen ustedes dos, pero… la vida de uno es mucho más valiosa que una deuda de gratitud.”

“Desafortunadamente, me siento diferente. Además, dijiste que Shuya ya no tiene libre albedrío, ¿no? Me pregunto sobre eso… Si toda su conciencia realmente se hubiera ido, mi hechizo no habría sido suficiente para encadenar al Gran Espíritu a su lugar. Si Eldred no tuviera a alguien obstruyéndolo desde adentro, no habría podido detenerlo.”

“… Nada cambia el hecho de que su futuro será un camino de infortunio.”

La leyenda decía que Eldred se acercaría lentamente al humano que consideraba su anfitrión y se ganaría su confianza. Todo fue por el bien de manifestarse en este mundo una vez más. Gradualmente proporcionaría su poder a este anfitrión humano y tomaría el control de su cuerpo poco a poco sin que el anfitrión se diera cuenta. Y cuando se presentaba un enemigo digno del poder de Eldred, se apoderaba por completo de su anfitrión y se entregaba a un banquete de atrocidades.

“No te obligaré a seguir mis planes,” dijo Slowe. “Pensé que sería bastante tranquilizador si tuviera tu ayuda, pero dado que ese no es el caso, por favor, ten cuidado con cualquier cambio en Shuya a partir de ahí. Si es posible, me alegraría el día si hablaras con él. Sabes, fuiste el ídolo de Shuya durante mucho tiempo.”

“Slowe Denning… estás tomando la decisión equivocada. Estoy diciendo que la victoria es imposible.”

El Dragon Slayer nacido en Daryth, también conocido como el Viento Caído de la Casa Denning, caminó hacia el monstruo aún encadenado.

El Ojo del Loto Carmesí no entendió. El joven pelirrojo apretó los dientes tan fuerte que se podía oír. Estaba clavando una mirada que podía matar en la espalda de Slowe Denning, el que había restringido su libertad. ¿Estaba diciendo Slowe que este joven todavía podía salvarse, incluso en ese estado? ¿Y él iba a luchar contra esa monstruosidad contra la que incluso todo Zenelaus había perdido?

El Ojo del Loto Carmesí no podía entender. Ni siquiera quería entender.

Incluso yo siento tanto terror contra ellos, y aun así él sigue dando grandes pasos hacia adelante, pensó aturdido.

“Ah bien. Una última cosa. Tengo algo que decirte, señor supremo de Zenelaus.”

El espíritu del Maestro del Gremio ya estaba destrozado. Había aprendido que no tenía ninguna posibilidad de ganar contra Dreibach Steibelt, uno de los Tres Mosqueteros de Dustour. También había engañado a muchos aventureros y los había llevado a la muerte. Muchos aventureros de clase A habían sido transformados en meros cascarones por el Lich. Toda la culpa recayó sobre sus hombros, porque no había logrado medir la habilidad de sus enemigos.

“Escuché a los aventureros hablar antes. Dijeron que se esforzaron mucho en la misión especial esta vez, por lo que estaban seguros de que recibirían grandes recompensas del gremio. Todavía están babeando sobre cuánto dinero recibirán después de la pelea. ¿No es gracioso, considerando que su Maestro del Gremio ya se ha rendido con todo?”

Probablemente ese sea el caso, pensó el hombre. Anuncié una generosa compensación para todos aquellos que contribuyeron a la derrota del Lich. Pero la puerta a ese futuro donde recibirían su premio se cerró hace mucho tiempo y se convirtió en polvo.

“Después de que llegué a esta ciudad, no pude evitar pensar una cosa: los aventureros realmente son un montón de tontos. Todos ustedes son tontos que ni siquiera pensarán en el futuro, ni siquiera en un día por delante. Probablemente también sufriste mucho dolor por eso, Ojo del Loto Carmesí reunir a estas personas y luchar como uno solo debe haber sido una tarea ardua. Además de eso, estos idiotas no dudan en absoluto de tu victoria. Todos están esperando que de alguna manera derrotes al Lich al final y anuncies tu glorioso triunfo. Pareces ajeno a esto, así que te diré algo importante.”

Zenelaus iba a ser destruido. El mosquetero y el Lich no perdonarían

nada.

“Aventurero Graham. No estás solo.”

Los pensamientos corrieron por la mente del Maestro del Gremio. Una miríada de monstruos. Una armadura errante que había aterrorizado al continente. El clan de ese vampiro que había ocupado un castillo.

Los derroté a todos sin una sola mancha que estropeara mi récord.

La gente cantó mis alabanzas en todas las naciones, jactándose de que no había ningún monstruo que pudiera igualarme.

La famosa reina de Daryth incluso me había hecho una oferta para convertirme en Caballero Real.

Sin embargo, nunca dudé de mi negativa.

Todas mis experiencias en mis expediciones a las mazmorras me enseñaron lo que necesitaba cambiar para que pudiéramos extender la vida de los aventureros. Siempre están atrapados en un acto de equilibrio entre la vida y la muerte. Incluso si esa extensión fuera una cantidad insignificante, valió la pena.

Me había dado cuenta de que la misión de mi vida era reformar el Gremio de Aventureros y, por lo tanto, no podía vivir para nada más.

“Y como todavía estás por aquí, Shuya tampoco se ha rendido.”

Con un sobresalto, el Ojo del Loto Carmesí se dio cuenta de algo. Ese joven, que había estado gritando cuando Eldred tomó el control de su cuerpo…

Ese chico pelirrojo, que aún se resistía a la influencia de Eldred… Ese aventurero novato, que siempre había mirado al Maestro del Gremio con estrellas en sus ojos. ..

Si Shuya tiene alguna conciencia de lo que está pasando en este momento… ¿cómo se vería esta escena en sus ojos?

“¿Podrías decirme una cosa?” el Maestro del Gremio dijo lentamente. “¿De verdad crees que puede volver a la normalidad?”

“Por lo que sé sobre ese tipo, es alguien que nunca sabe cuándo rendirse.” Slowe Denning continuó. “Incluso si no pudiera… definitivamente encontraré algo que hacer al respecto.”

Su oponente era un Gran Espíritu. El Ojo del Loto Carmesí no sabía cómo Denning podía declarar eso con tanta confianza. Sin embargo, el Maestro del Gremio pudo sentir la convicción detrás de esas palabras. Y así, pensó que él también quería creer.

“Si ese es el caso… no debo mostrarle una vista tan patética,” murmuró con tristeza.

Eso no era todo, ya que también había recordado algo importante. Fui yo quien tomó la decisión de luchar y cambiar lo inevitable después de conocer los planes de Dreibach Steibelt. Nadie me ordenó hacerlo. Yo mismo tomé esa decisión.

Si hubiera derrotado a Dreibach Steibelt, habría evitado la guerra. Pensé que podía luchar contra el destino por mi cuenta. Podría haberlo cortado todo en secreto sin que nadie lo supiera.

Él continuó. “Una cosa se me olvidó por completo. Sé un detalle importante sobre lo que se avecina en esta pelea.”

El anillo de Sylpheed floreció instantáneamente y su amado compañero, el hacha de batalla, perforó la tierra.

El Ojo del Loto Carmesí había fortalecido su determinación. Con una sombría determinación de hacerlo o morir en el intento, fijó su aguda mirada en el mundo. “¿Cuántos segundos necesitas, Slowe Denning?”

Lo admito: no puedo ganar contra esa cosa. Sin embargo, quiero resistir, solo un poco. Después de todo, ahora sé que no puedo ganar solo, pero parece que tengo un aliado muy alentador en este joven.

“Tantos como puedas. Mientras ganas tiempo, negociaré con Eldred.” “Prometo que haré todo lo posible para hacerlo.”

“Espera, ¿no hay preguntas? ¿Cómo lo haré? Guardé silencio sobre la presencia de Eldred todo el tiempo… ¿La palabra ‘ira’ no está en tu vocabulario o algo así?”

“Por supuesto que tengo curiosidad, pero parece que nuestro enemigo no está dispuesto a esperar mientras charlamos.”

De hecho, estaba intrigado por lo que estaba planeando Slowe Denning. Sin embargo, cuanto más tiempo perdía el Maestro del Gremio, más aventureros que aún luchaban en varios lugares de Zenelaus se perderían en el inframundo.

Además, ya había descansado lo suficiente como para seguir adelante una vez más.

“Pondré mi fe en ti, Maestro sin varita.”

No insistiría profundamente en los asuntos de Slowe Denning. Sabía que el prodigio del viento era un maestro de los hechizos sin varita que no necesitaba encantamientos.

Esas cadenas que había creado eran más efectivas cuando estaban vinculadas a los movimientos de su objetivo, y requerían varias capas de encantamientos continuos y simultáneos para mantener sus ataduras. Un mago calificado para usar la reliquia necesitaría una habilidad sin igual en magia y, por lo tanto, carecía de un portador adecuado. Sin embargo, incluso después de usarlo todo este tiempo, el joven no había abierto la boca ni una sola vez para cantar nada.

El joven probablemente había ocultado esta habilidad toda su vida. El Maestro del Gremio estaba honestamente impresionado por el hecho de que había podido.

El Ojo del Loto Carmesí habló una vez más. Eso no es todo. “Un aventurero novato, Shuya Newkern, está reprimiendo al Gran Espíritu en este momento. Como el Maestro del Gremio de Zenelaus, simplemente no puedo rendirme ante él.”

“¿Tú… sabes su nombre?”

“Trato de memorizar todos los nombres de nuestros recién llegados y sus habilidades. Después de todo, he visto a muchos aventureros que terminaron muriendo rápidamente después de comenzar sus viajes. Ahora, en cuanto a su secreto… Mantengámoslo entre los dos.”

Agarrando el hacha de batalla, el Maestro del Gremio se puso de pie. Se decía que Sylpheed era un arma viviente, y vibraba al coincidir con el pulso de su portador.

Sin embargo, esta vez, el Ojo del Loto Carmesí iba a dar un paso más allá. Cuando ganó a Sylpheed después de convertirse en un aventurero de clase S, selló una de sus habilidades gracias a la obtención de esta Semilla de un héroe. No podía controlar este poder que se ganó su apodo y, por eso, siempre había ido solo cada vez que exploraba los niveles inferiores de las mazmorras.

Era una habilidad que afectaba no solo a sus enemigos sino también a sus aliados. Era un poder que podía encender todo a su vista. A menos que estuviera solo, nunca podría usar su verdadera fuerza.

Sin embargo, probablemente no sería un problema aquí. El Maestro del Gremio se quitó el parche en el ojo que sujetaba su Ojo del Loto Carmesí y permitió que el poder maldito se manifestara.

“Zenelaus caería en la ruina, pero Lich…,” siseó. “No dejaré que personas como ustedes lo destruyan.”

Slowe había visto todo desarrollarse ante él y suspiró. El joven finalmente llegó a su límite. Con eso, las cadenas que unían al Lich y al guerrero con armadura se separaron, derritiéndose en la nada.

***

Escuché un aullido largo, ensordecedor y distorsionado y sentí temblar el suelo bajo mis pies.

La batalla que se desarrollaba ante mis ojos era el choque de dos de los titanes más fuertes del norte y del sur. El hombre que empuñaba a Sylpheed desató todo su poder en la verdadera definición de la frase; fue un espectáculo invaluable para el que ninguna cantidad de dinero podría comprar un boleto.

Durante al menos varios momentos, no pude moverme de mi lugar mientras observaba.

El Ojo del Loto Carmesí estaba haciendo retroceder tanto al Lich como al dullahan. Usó su ojo maldito para bloquear sus ataques mientras blandía su hacha de batalla. Ahora estaba usando el poder grotesco que había llevado a la derrota de ese guerrero errante con armadura. Había afirmado que nunca volvería a usarlo, pero probablemente la pelea de Shuya había incitado al hombre a hacerlo una vez más.

Incluso mientras Eldred controlaba el cuerpo de Shuya, el joven aún luchaba para proteger a sus camaradas. Shuya se había esforzado mucho y su valiente esfuerzo había movido el Ojo del Loto Carmesí.

El hombre tomó las armas y se motivo de nuevo. El Maestro del Gremio claramente había sido una de las personas en la cima de la pirámide de fuerza en el anime, el aventurero más fuerte que aún había muerto en la batalla de Zenelaus.

“Pero…” susurré.

Sin embargo, llegué a la conclusión de que no duraría mucho. Los Tres Mosqueteros todavía estaban un paso por encima del Ojo del Loto Carmesí. Incluso cuando Shuya luchó contra ellos en su forma despierta en el anime, necesitó la ayuda de sus aliados para derrotar a Dreibach y Bardot, que estaba a la par con el primero.

“Bueno, bueno, estoy seguro de que sabes lo que estoy tratando de decir… Eldred,” dije arrastrando las palabras mientras volvía mi atención al Gran Espíritu.

Él se rió de vuelta. “Bueno, dame una buena razón por la que debería prestar mi poder a un niño, Maestro de los hechizos sin varita.”

Una neblina de calor oscilante emitida por el cuerpo de Shuya. Sin importar cómo lo mirara, se veía como un Shuya normal, pero las apariencias engañaban. El pelirrojo estaba poseído por Eldred, cuya forma real estaba sellada en algún lugar del mundo incluso en este momento.

“Debo decir que ese hombre es bastante impresionante. Incluso si considero el hecho de que está aprovechando completamente el poder de su maldición, hacer retroceder al Lich y al Dragon Rider no es una tarea fácil. Su determinación es admirable. Puedo ver por qué el Árbol del Mundo le dio la Semilla de un Héroe, su oráculo. Bueno, chico, déjame preguntarte de nuevo. ¿Por qué debo prestarte mi poder?”

Me estaba mirando desde arriba. Eldred existía en un plano que era asombrosamente más alto que el mío y, a sus ojos, yo no era más que una de las masas insignificantes.

Pero tengo una ventaja. Sé por qué controla a los humanos y busca gigantes en combate.

“El Dragon Rider es la evolución final de los monstruos de tipo dullahan…

¿No resulta que son un enemigo contra el que no podías ganar cuando estabas vivo?”

“En este punto, chico, ya no cuestionaré nada de lo que salga de tu boca. No preguntaré cómo sabías de mi existencia y cómo te las arreglaste para descubrir mis objetivos.” Eldred negó con la cabeza lentamente. “Sin embargo, esa cosa es diferente. No es el espécimen con el que luché. Para empezar, esa cosa de ahí es un antiguo humano; no es un Dragon Rider puro. Solo pelearía si se convierte en un monstruo en el verdadero sentido de la palabra. En este momento, lo que tenemos ante nosotros no es más que Living Dead: mitad humano, mitad demonio.”

“Pero Eldred, ¿no te mueres de ganas de luchar contra esa cosa? ¿No fue por eso que tomaste prestado el cuerpo de Shuya e hiciste una aparición? Sabías las posibles consecuencias y te manifestaste aquí a pesar de los riesgos de que tu anfitrión muriera en este lugar.”

No debo dejar que esto se prolongue más. Sabía que el Ojo del Loto Carmesí estaba devorando su propia fuerza vital en su batalla.

“Es un esfuerzo inútil. No te prestaré mi poder. De hecho, tienes un talento bastante notable, y puedo ver por qué tienes el favor de Altanger, pero no cumples con los requisitos, chico. A menos que tengas algo como la bola de cristal de Shuya—”

“Eldred, tengo un arma que puede manifestar tu poder.”

“Bien ahora.” Una ceja levantada. “En ese caso, dime qué es.”

“El Flamberge de ese viejo es lo mismo que la bola de cristal, ¿no es así? Ambos son artefactos que hiciste cuando estabas vivo.”

Eldred hizo una pausa. “Tal vez sería más sabio matarte ahora mismo.”

“En primer lugar, el interés de Archflare en Shuya no fue una coincidencia. Tú fuiste quien arregló que se sintieran atraídos el uno hacia el otro. Hiciste todo eso solo para arrastrar a Shuya al campo de batalla, ¿no es así?”

Hubo una fuerte inhalación. Era la primera vez que Eldred mostraba una grieta tan clara en su compostura.

En el anime, Archflare había mencionado cómo su intuición se agudizó después de que comenzó a usar Flamberge. Y eso era idéntico al modus operandi de Eldred con Shuya cuando se dirigía a Shuya con su propia voz.

“Además, tampoco estás ciego a la verdad. Shuya no puede ganar contra eso, pero yo sí. Si tengo tu poder para respaldarme, mi victoria será grabada en piedra.”

El Ojo del Loto Carmesí estaba luchando, eligiendo poner su fe en mí e intercambiando golpes con el dullahan Dreibach Steibelt. En cuanto al Lich, estaba haciendo un esfuerzo frenético por atrapar al héroe aventurero, casi como un padre que protege a su hijo.

El Ojo del Loto Carmesí probablemente era más fuerte que yo. Sin embargo, eso era solo si se tomaba en cuenta mi poder individual.

Llamé el nombre del antiguo héroe, quien en el anime salvó al mundo con Shuya. “Únete a mí y podrás liberar todo tu poder… Eldred, el Señor de las Llamas.”

***

No podía bajar la guardia, ni siquiera por un momento. Me enfrentaba a un monstruo que había enviado a muchos aventureros de clase A a la tumba. El Lich era un mago y yo estaba en desventaja contra esa clase.

El terror se apoderó de todo mi cuerpo. Mi oponente era un gigante, pero sabía que no podía retirarme de esta pelea, sin importar qué. Le había prometido a Slowe Denning que le daría todo el tiempo que pudiera.

A fin de cuentas, en realidad estoy de muy buen humor. Hasta ahora, siempre he luchado solo, pero ahora tengo a alguien a quien recurrir. Un camarada con un poder que coincide con el mío.

Una voz distorsionada salió del Lich. “T…TÚ ESTAS—”

Solté una carcajada. “¡Qué poder tan impresionante! ¡Parece que sus habilidades son de otra dimensión en comparación con lo que esperaba de los magos!”

“— ¡¡¡EN MI CAMINO!!!”

No retuve nada. Le di todo lo que tenía. De cerca, detuve el golpe de la espada del dullahan. Sin embargo, tenía más de un enemigo.

El poder de mi ojo maldito y el hechizo del Lich se cancelaron mutuamente. Al darme cuenta de que las cosas no iban a mi favor, di un paso al costado. Una espada atravesó el suelo donde había estado parado con una asombrosa cantidad de fuerza física detrás de ella. Aparecieron grietas en el punto de impacto y se extendieron por el área, causando que un pilar de piedra en la distancia se derrumbara. ¿Qué tipo de poder ridículo tenía ese golpe? El mismo acto de pensar en ello parecía acercarme un paso más a las puertas de la muerte.

“¡¡¡EN MI CAMINO!!!”

“¡Lich, parece que estás muy preocupado por ese joven! ¡De hecho, deberías saber el alcance de la fuerza de Eldred!”

“¡TÚ TAMBIÉN ESTÁS MALDITO!”

“¡Sí lo estoy! ¡Es por eso que me llaman el Ojo del Loto Carmesí, ya ves!”

Cuando derroté a la armadura errante, supe que probablemente sería la última vez que podría usar ese poder. Usarlo devoró mi cuerpo y no sería capaz de vivir una vida larga. Sin embargo, esta pelea valió la pena reducir un poco más mi vida limitada.

Mantener ocupados tanto al Lich como al dullahan durante mucho tiempo sería imposible. Ni siquiera tuve un breve respiro para recuperar el aliento. Estaba invirtiendo todo en esta batalla; mi vida hasta ahora, y todo lo que me quedaba.

Di un paso adelante, balanceé mi hacha de batalla hacia abajo y asesté un golpe en el hombro del dullahan. Sin embargo, solo desequilibró al dullahan, y nada más.

“¡¡¡AAAaaaAAAA!!!” el dullahan rugió.

“¡Muertos vivientes! ¡Se los digo, no los dejaré ir! ¡Soy su oponente!”

El mosquetero ya no estaba interesado en mí, sino en él. Estaba claro que su mirada estaba fija en Slowe Denning.

No podía darme la vuelta para ver cómo estaba el joven. Sin embargo, pude sentir un torrente de maná furioso detrás de mí. De una forma u otra, parecía que se las había arreglado para extraer constantemente el poder de Eldred.

Quiero mirar y ver lo que está haciendo, pero mi enemigo no dejaría pasar ningún lapso de atención de mi parte, ni siquiera un rápido parpadeo.

“¡¡¡Fuera de mi camino!!!”

De repente, mi brazo izquierdo estaba cubierto de hielo. Como resultado, probablemente terminaría siendo inútil por el resto de mi vida. Apreté los dientes en reacción a la intensa agonía. “¡Lich, no me importaría sacrificar un brazo por ti! ¡Esta pelea es lo suficientemente significativa como para que sea solo un asunto trivial!”

Pase lo que pase, nunca, nunca dejaré que den ni un solo paso hacia él.

Entonces, sentí una ola de calor contra mi espalda. Un muro de llamas se adelantó y pasó a toda velocidad junto a mí, hacia el dullahan. Había visto esta técnica muchas veces; era el poder de Flamberge, el arma de Archflare.

Finalmente vi al joven, y una colosal torre de llamas se enroscó alrededor de la espada en su mano.

“¡Mátalos junto conmigo, Slowe Denning!” Grité.

***

Al sentir una amenaza crítica, el Lich cargó para atacarme, pero el Ojo del Loto Carmesí detuvo su avance con su hacha de guerra.

El miasma negro que envolvía el cuerpo del dullahan se había espesado hasta una densidad alarmante. Dreibach Steibelt derribó el Ojo del Loto Carmesí con su espada, y… el Maestro del Gremio me gritaba que matara al mosquetero junto con él.

Sonreí contrariamente. “Tengo que admirarlo. Mata a los demás sin importarle su propia vida, ¿eh?”

No se habían revelado muchas de las acciones del hombre en el anime, pero estaba seguro de que había hecho lo mismo que ahora: sacrificar su vida para luchar por el bien de Zenelaus.

¿Pero sabes qué, Ojo del Loto Carmesí? No quiero absolutamente nada que ver con ese futuro.

“Estás superando mis expectativas, chico. Nunca pensé que serías capaz de manipular mi poder tan hábilmente…”

“Sólo les estoy pidiendo ayuda, eso es todo. Sin embargo, lo que me sorprendió fue el hecho de que los espíritus te adoran en un grado inesperado, Eldred.”

“Qué tonterías dices…”

El infierno que surgía de Flamberge me estaba hablando. Era la voz del Gran Espíritu del Fuego, Eldred, el ser extraordinario que había poseído a Shuya.

Al mismo tiempo, los espíritus de fuego ante mis ojos volaban con una excitación vertiginosa. Al ver que su señor estaba en racha, se unieron y se deleitaron con él. Por lo general, los espíritus del fuego eran un grupo tranquilo, pero ahora estaban emocionados.

“No puede ser… ¿Puedes verlos?”

“Realmente no tenemos tiempo para charlas triviales. Ese tipo de allí parece que está casi en su límite.”

Finalmente entiendo por qué Eldred solo mató al Lich en el anime. Esa pregunta me molestó durante mucho tiempo.

Eldred era una calamidad personificada que veía el combate como lo único digno en el mundo, pero resultó que compartió mis pensamientos cuando posó sus ojos en el dullahan que exhalaba miasma.

Todavía quedaba suficiente corazón para despertar en el Gran Espíritu.

Este pequeño hecho fue suficiente para mejorar un poco mi estado de ánimo.

Estaba conectado con Eldred y me di cuenta de la verdad. Mi enemigo también fue una víctima.

“Hay un hombre maldecido por un monstruo allí. ¿Puedes verlo, Eldred? Quiero que le muestres misericordia. Es como el ser que trataste de proteger cuando estabas vivo, ¿no?”

El mosquetero Dreibach Steibelt tuvo un pasado maldito, al igual que Shuya. En el anime, Eldred lo había liberado y se convirtió en un antagonista que con frecuencia le daba consejos a Shuya, quien había sufrido mucha angustia durante la guerra.

Al final, nunca llegué a hablar con él, pero ciento lo mismo que Eldred. “Niño insolente. Has estado hablando como si lo supieras todo.”

“La torre de llamas que brota de Flamberge es tu avatar, ¿no? Debes estar hirviendo de rabia para que arda salvajemente así.”

Los detalles decorativos de Flamberge se desprendieron de la superficie. Regresó a su forma legítima: un arma hecha específicamente para cortar monstruos y maldad.

“Después de sostener a Flamberge en mis manos, también obtuve la habilidad de ver a través de ese monstruo y entenderlo bien. Así que esto es lo que se siente al sincronizar, ¿eh? Gracias a eso, ahora sé cuántas maldiciones lleva ese tipo…”

“Si ves las cosas tan claramente, no hablaré más sobre el asunto.”

Hace mucho tiempo, una parte mucho más grande de la tierra había sido el territorio de monstruos que en la actualidad. Todos los demás terminaron viviendo como ermitaños escondidos, encerrados en sus moradas y temiendo al aire libre.

Sin embargo, hubo una única excepción. Un hombre que había luchado incansablemente para proteger a su familia.

“Pero chico, ¿entiendes lo que estás preguntando? Si deseas salvar a ese hombre, una mísera cantidad de poder no estaría a la altura de la tarea.”

“Soy plenamente consciente de eso. Por lo tanto, dame todo lo que tienes.”

“¿Tienes la determinación de hacerlo? Si fallas en controlarlo—” Eldred se detuvo de repente. “¡Ahí viene!”

¡Hace tiempo que me prepare para las consecuencias! ¡¡¡Ahora escúchame, Ojo del Loto Carmesí, y apártate del camino!!!”

Dreibach Steibelt. Antes, no mataste a Shuya. Tuviste innumerables oportunidades de hacerlo, pero decidiste no hacerlo.

En el anime, dijiste que Shuya, maldecido por Eldred, era un ser lamentable como tú. Luego, apareciste ante él mientras se desesperaba después de haber recuperado sus verdaderos recuerdos de la destrucción de Zenelaus. Lo habías guiado por el camino que lo llevó a convertirse en un verdadero salvador del mundo.

Y ahora, estás cargando directamente hacia mí.

“Ignición del Núcleo Central,” canté.

Después de que Archflare había perdido todo en el anime, había ejercido este mismo poder. El maestro de Shuya se había hecho cargo de la antorcha del difunto Ojo del Loto Carmesí y había ascendido hasta convertirse él mismo en un aventurero de clase S.

Invoqué y elaboré una explosión de llamas mayor que la que tenía Archflare en ese momento. Balanceé la espada delante de mí.

Mi brazo derecho estaba ardiendo como una papa frita, pero no me importaba. Para mí, la oportunidad de sincronizarme con el propio Eldred fue un milagro único en la vida, ¡así que no había forma de que pudiera desperdiciar esta oportunidad de oro!

“¡Terminemos con esto, muertos vivientes!”

Las llamas de ébano se precipitaron hacia adelante desde mi espada.

Atravesó el corazón del dullahan y siguió aún más lejos, hasta que…

…llegó al Lich, el autor intelectual de todo, que estaba escondido detrás de múltiples capas de barreras.

“AAAaaaAAAA!!!”

Un día, tuve un sueño.

El sueño se centró en el hombre que de alguna manera siempre terminaba notando cerca, y el hombre al que odiaba más que a nadie en Kirsch.

Ese tipo siempre me mostró su deslumbrante rectitud sin pensarlo, y…

simplemente no me sentó bien.

“AaaaAAAAaAaAAAA!!!”

Pero a medida que la historia se desarrollaba lentamente, gradualmente aprendí más sobre él. Aprendí sobre su pasado; una sombra oscura borrada de su memoria que acechaba al otro lado de sus sonrisas. Conocí la identidad de la voz que le servía de pilar de apoyo en su corazón. Vi un futuro en el que Shuya Newkern confrontaría los muchos pecados que había cometido, se mezclaría con muchos amigos y enemigos y finalmente salvaría el mundo.

“¡¡¡Cómo te atreves!!!”

Y luego, aprendí todo lo que me esperaba en ese mismo futuro, en el camino donde había desechado mi vida como miembro de la Casa Denning.

Mi vida pacífica en el Instituto de Magos Kirsch, con la única familia que tenía, se derrumbaría. Habría una guerra de proporciones épicas con gente del otro lado del continente, y muchos perecerían.

Al principio, después de enterarme de todo esto, había planeado convertirme en una persona digna de estar al lado de Charlotte por su bien. Al mismo tiempo, también quería recuperar todo lo que había perdido después de convertirme en el Duque Cerdito de corazón negro. Para lograr eso, necesitaba cambiarme a mí mismo.

Quiero decir, piénsalo. ¡Hay un límite de cuán obeso puede volverse uno!

Pero al final… me di cuenta de que a menos que tomara medidas para lidiar con el arduo futuro que le esperaba al protagonista del anime, el mundo que quería seguiría siendo simplemente un sueño. Por eso vine a Zenelaus.

La voz del Lich se debilitó gradualmente hasta convertirse en un crujido. “Te maldigo…”

Entonces, por fin, llegué a una decisión. Me acercaría a uno de los personajes clave de la historia en Zenelaus: Eldred.

El Gran Espíritu intentaba persistentemente comunicarse conmigo desde el interior de la bola de cristal de Shuya. Su poder incineró al Lich, poco a poco.

El Lich fue el monstruo que engendró a Dreibach Steibelt, el orgullo del Imperio Dustour. Era el maestro de la mazmorra que había consumido a muchos aventureros de clase S en su mazmorra, el Laboratorio, y ahora estaba al borde de la muerte.

“Oink…” suspiré débilmente.

Incluso un monstruo tan fuerte como un Lich no sería capaz de luchar contra Eldred, ¿eh? Pero espera, si no recuerdo mal, Nanatrij de Dustour tampoco fue capaz de matar por completo a este Lich… Espera, no, ese no fue el caso. Lo dejó como estaba porque quería el poder maldito de Dreibach o algo así.

Aullando y esparciendo su resentimiento en el aire, el Lich se desvaneció.

Observé todo el proceso desde el principio hasta el final.

Sin embargo, el Lich no fue lo único que se purificó. La armadura que ocultaba a Dreibach Steibelt también comenzó a desaparecer y, lenta y constantemente, se transformó y recuperó los vestigios de su antigua forma humana. Su cabello carecía de color, blanco como la tiza como efecto de recibir la maldición de un monstruo, y su rostro era impasible, uno que rara vez expresaría emociones coloridas.

Vi como el hombre volvía a su forma humana y colapsaba en el suelo.

Respiré débilmente, dejando escapar un resoplido una vez más.

Me pregunté si el Ojo del Loto Carmesí, Archflare y Shuya todavía estarían vivos. En este momento, no tenía los medios para verificarlo. Usar Flamberge a toda potencia me había quitado todo. Al igual que Dreibach, yo era solo otro cuerpo colapsado en el suelo, y ni siquiera tenía la energía para moverme una pulgada.

Cielos… Pensándolo bien, el Maestro del Gremio de esta ciudad es un tipo escandalosamente imprudente. Trató de hacer lo imposible y encerrar a esos dos por sí mismo… Incluso yo tendría reservas sobre hacer eso. En realidad, es imposible nunca sería capaz de hacerlo. Tenía mis manos llenas solo con el Lich.

Quedándome quieto, disfruté del silencio. La ciudad siempre había sido animada, pero ahora había hecho un nuevo descubrimiento de que podía ser así de tranquila.

Ese pensamiento no duró mucho porque, al momento siguiente, pude escuchar gritos de alegría. La fuente estaba bastante lejos. Muchas pequeñas voces resonaron por las calles y los gritos se superpusieron entre sí.

“¡Esos zombis desaparecieron! ¡Lo hicimos!” “¡Ganamos! ¡Es nuestra victoria!”

Si el Lich fuera exterminado, los títeres creados a partir de su poder también desaparecerían junto con él.

“Pero, bueno… no puedo llamar a este ‘problema resuelto’ todavía.” Suspiré.

“¡¿Qué es este fuego?! ¡Apágalo!”

“¡No funciona! ¡No se apagará! Este fuego no es una llama regular. ¡Está alimentado por magia! ¡Extinguirlo con hechizos de agua!”

Por lo que la gente gritaba ahora, me di cuenta de que Zenelaus se estaba quemando. Lo único que había estado temiendo se había hecho realidad.

Sin embargo, esto era diferente del anime. Estas llamas no estaban enloquecidas como en el espectáculo, sino que eran fuegos contenidos que yo había producido. Podría apagarlos después de que tuviera un breve descanso y recuperara mis fuerzas. Sin embargo, era un poco demasiado para mí en este momento. Necesitaba descansar un poco más.

Probablemente causaría algunas lesiones, pero por favor perdóname. La ciudad puede estar chamuscada solo un poco, pero es una causa perdida para exigirme una compensación. ¡Soy muy pobre! Tanto es así que le pedí al gremio que pagara mi costo de vida en esta ciudad.

Pero… suspiré internamente. Supongo que es pedir demasiado cambiar todos los eventos predeterminados, eh…

Finalmente salí de mis pensamientos, murmurando para mis adentros:

“Finalmente podría volver a tener apetito.”

En Zenelaus, mi dieta había consistido únicamente en raciones de campo hechas para aventureros. Estas cosas estaban secas, desmenuzables y tenían un sabor horrible, pero eran útiles porque podía tragarlas de un solo bocado. Y ahora ya no necesitaría depender de esas cosas.

¿Qué cómo primero? Ah, pero necesito cuidar mi estómago para que vuelva a la normalidad antes de enloquecer. En ese caso, algo fácil de digerir es la elección obvia. Lentamente lo entrenaré para que coma normalmente, paso a paso. ¡No hay nada mejor que soñar despierto con la comida! Me anima de inmediato. Incluso en este tipo de paisaje infernal, me llena de fuerza de voluntad para seguir viviendo.

“¡Las llamas se están desvaneciendo!”

Mis ojos se abrieron. “¿Eh? De ningún modo.”

Incluso en mis sueños más locos, incluso con mi conocimiento, no podría haber esperado que eso sucediera. ¿Las llamas desapareciendo? Eso es una locura. Esos son de Eldred, y es absurdo que alguien más los borre. ¿Qué está pasando? Quería ponerme de pie y ver por mí mismo lo que estaba pasando, pero no podía levantarme. Todo mi cuerpo estaba fláccido. Durante mis luchas, todavía podía escuchar a la gente hablando de eso. ¿Alguien está interfiriendo con las habilidades de Eldred?

¿Pero quién? Mi mente dio vueltas. Alguien que pudiera obstruir el poder de Eldred… ¿el Gran Espíritu del Viento, tal vez? No, se fue junto con Charlotte. Probablemente ya se hayan encontrado con Silva en Galland. Tampoco creo que el Gran Espíritu se esforzara por provocar a Eldred en una pelea. En ese caso… Espera. Espera.

Había una teoría en la que no podía pensar porque las implicaciones

eran… Pero…

La voz de una chica intervino. “¡¿Qué—Oye, qué pasa con este desastre?! ¡Uno de los principales sitios del sur está hecho trizas!”

Estaba sin palabras.

Independientemente de lo que deseara, a la realidad siempre le encantó arrojarme sorpresas grandes y gordas en la cara.

La voz continuó mientras su dueño se acercaba, sonando molesto. “¿Dónde estás, Dreibach? ¡Estoy bastante segura de que no te ordené que atacaras la ciudad, ¿verdad?!”

En Zenelaus, el infierno más repugnante que había experimentado hasta ahora, escuché una voz tan alegre que parecía que debería haber pertenecido a una historia completamente diferente.