Isekai Goumon Hime (NL)

Volumen 1

Capitulo 2: Un Juego Infernal

Parte 2

 

 

Cuando Kaito se giró, se encontró mirando al chico pelirrojo de su edad, uno de los otros dos que habían estado en la punta de la espada un poco antes. El chico estaba temblando, y estaba agarrando una gran espada en ambas manos. Quien sabe qué haría él.

Kaito levantó sus manos en un gesto de paz, luego lentamente comenzó a hablar con el chico.

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“Vamos, cálmate. No crees en el plan del demonio—nuestro enemigo tan fácilmente. ¿Por qué creerías en lo que los tipos malos dicen en una situación tan hecha mierda como esta?”

“…Siff… Hic.”

“¿Hay alguna prueba de que en verdad te rescatarán si eres el último que queda? No te concentres en matar al resto de nosotros—concéntrate en descubrir cómo escapar y pedir ayuda.”

“¡Cállate! ¡Nadie vendrá a salvarnos!”

El chico de repente gritó con ira. Ondeó la afilada espada. Kaito levantó sus manos de nuevo e intentó calmar al chico.

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“Cálmate, ¿Okay? Cálmate. Solo respira profundo. ¿Qué te hace pensar eso?”

“¡Po-Por supuesto que nadie va a venir a salvarnos! ¡Mi mamá me dijo que debería simplemente morir! Me dijo que muriera por el bien del resto de la familia. Me rogó que muriera. Así que ¿por qué alguien vendría a ayudarme? ¡¿Quién diablos va a salvarnos?! Y si ese es el caso… ¡Si ese es el caso, ¿qué otra opción tengo?!”

“Ya veo… Así que eso es lo que te ha estado impulsando.”

El chico estaba al borde de las lágrimas mientras hablaba, y cuando Kaito escuchó su razonamiento, lo entendió.

Cuando una persona creía que sólo había un camino a la supervivencia, lo tomarían por cualquier medio necesario. Desafortunadamente, tal camino estaba a menudo pavimentado con remordimiento. Después de decir no pensar y simplemente yendo con el trabajo sucio que se impuso sobre él, Kaito había terminado siendo estrangulado hasta la muerte. No creía que el chico escucharía si intentara explicar eso ahora, sin embargo.

Moviéndose lentamente hacia las armas que había visto antes, Kaito hizo el esfuerzo de seguir hablando.

“Así que has tomado una decisión y decidiste matarme. Pero ¿realmente me veo como si fuera a perder sin pelear?”

“¡Cállate! Con esa ropa lujosa que tienes ahí, ¡apuesto a que has estado viviendo cómodamente hasta ahora! ¿No puedes solo hacer un favor y morir? ¡Considéralo caridad!”

“¡¿Qué clase de idiota moriría por alguien por compasión?! Y si hubiera estado viviendo cómodamente, ¿por qué diablos terminaría aquí?”

Un poco más lejos, y podría alcanzar el arma. Pero el chico se había acercado también, y blandía la espada con una mirada retorcida en su rostro. Justo cuando las palabras Oh no pasaron por la mente de Kaito, escuchó el golpeteo de alas.

—¡Caw!

Un cuervo los había visto desde el techo, y bajó en picada. El chico soltó un extraño chillido y comenzó a agitar su espada en pánico. Kaito se deslizó más allá de él, profundamente consciente del peligro, y agarró el hacha. Mirando entre Kaito y el ave, el chico soltó un grito de desesperación. El cuervo se abalanzó hacia el chico. Kaito levantó su hacha.

Y con un thunk, Kaito partió la cabeza del cuervo en dos.

El cuervo cayó al suelo. Kaito hundió el hacha una y otra vez. Su oponente no era un cuervo normal. Tenía que asegurarse de que estaba muerto. Si no lo hacía, era probable que terminara muerto.

Macheteo sus intestinos, sabiendo muy bien que era una exageración. Una vez que terminó, se giró al chico, que estaba encogiéndose del miedo en el suelo, y levantó la sangrienta hacha.

“Ves, así es como debemos usar estas armas.”

El rostro del chico se estrujo, y lágrimas comenzaron a gotear de sus ojos. Considerando que estaba asustando al chico, Kaito rápidamente sacudió la cabeza y bajó el hacha.

“La cosa es, uh, si usamos esta hacha, podríamos ser capaz de aplastar la cerradura en esa puerta. Y el pasaje subterráneo es estrecho, así que los cuervos no deberían poder seguirnos fácilmente, Si llegamos tan lejos, tenemos una posibilidad bastante decente de salir con vida. Dejarnos estas armas esperando que nos matáramos unos a otros fue un gran error. Demostrémosles eso.”

““…Pe-Pero yo—”

“Bueno, no solo te quedes ahí todo el día temblando. Vamos; levántate. No estoy loco ni nada.”

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Después de todo, Kaito ya había sido asesinado una vez antes. Podía ignorar un atentado poco entusiasta.

Extendió su mano y le hizo un gesto al chico para se levantará. Ante su gesto alegre, el chico finalmente dejó de temblar. Extendiendo una mano tentativa, el chico aceptó la ayuda de Kaito.

Y entonces, Kaito y el resto comenzaron su contraataque.

***

 

 

Agarrando el brazo de un chico gente bestia que se había estado ocultando en el bosque, un cuervo dio un fuerte aleteo.

Kaito se acercó furtivamente detrás del cuerpo, y mientras saltaba delante de él, hacho horizontalmente sus alas en un solo movimiento.

El cuervo cayó al suelo con un débil thud, y el chico pelirrojo lo apuñaló unas cuantas veces con su espada. Melanie abrazó al chico gente bestia llorón. Kaito se limpió algo de sudor en su barbilla y miró por encima de su hombro.

“¿Son todos?”

Detrás de él estaban los ocho niños que habían logrado reunir mientras corrían de matorral a matorral. Kaito se decepcionó por cuán pocos habían sobrevivido. Pero no tenía tiempo que perder por el shock.

El grupo se había mantenido oculto por la sombra de los árboles y mataban a cada uno de los cuervos con un solo ataque, así que el grupo principal de cuervos no había notado nada inusual todavía. Pensando que su cacería terminó, el resto de los cuervos simplemente descansaba en el alambre. Ahora era la oportunidad de escapar del grupo.

Kaito sacó un hacha fresca y una espada corta de detrás de un árbol. La espada corta parecía fácil de manejar, así que se la dio al chico gente bestia antes de agacharse. Miró al resto del grupo a los ojos, luego susurró sus instrucciones.

“Escuchen, vamos a correr a la puerta. Si los cuervos vienen tras nosotros, solo apéguense al plan y agiten sus armas rápidamente como locos. No tienen que matarlos. Solo asegúrense de mantenerse a salvo. Vamos a sobrevivir a esto. ¡Ahora vamos!”

Los niños a remolque, Kaito se echó a correr. El suelo que tenían que cruzar no tenía cobertura, y se sentía como si se estirara por la eternidad. De alguna manera lograron cruzarlo y finalmente achicaron la brecha a la puerta.

Mirando detrás de ellos, vieron que los cuervos estaban en persecución implacable. Kaito trató de pegarle a la puerta.

“Recuerden solo hacer lo que dije. ¡Dispérsense por allí a allá!”

Los niños se dispersaron según las órdenes del chico pelirrojo, luego comenzaron a tratar de pegarle a los cuervos. Kaito sabía que esto no compraría mucho tiempo. Ignorando el dolor de las garras rasguñando su hombro, golpeó repetidamente el pomo con su hacha. La cerradura salió volando. Rodeado por un torrente de gritos de pájaros, pateó la puerta.

“¡Está abierta! Podemos—”

Justo entonces, un grito sonó detrás de él. Se giró para mirar y vio un chico empuñando una cimitarra soltar su arma mientras un cuervo picoteaba sus ojos. El cuervo entonces agarró al chico por detrás y lo llevó alto. Pero las afiladas garras del cuervo hicieron que la camisa del chico se rasgara. Su pequeña cabeza estalló como un melón cuando chocó con el suelo. Murió instantáneamente.

Su visión se tiñó de rojo con ira, Kaito se movió. Sin preocuparse por sus cansados músculos de su brazo, levantó su hacha y la lanzó con todas sus fuerzas. El cuervo había pasado del chico y fue hacia los otros niños, pero le hacha lo atrapó limpiamente en el pecho. Se estrelló contra otro cuervo y comenzó a girar en espiral hacia el suelo. Kaito gritó:

“¡Corran!”

Los niños respondieron al grito de Kaito y salieron en estampida por la puerta. El chico pelirrojo iba tras ellos.

Cuando Kaito recogió la cimitarra, hundió la cuchilla en lo profundo de la cabeza de otro cuervo, luego arrojó su cadáver al resto de la multitud. Ascendieron para evitar el cuerpo, y Kaito usó esa apertura para atravesar la puerta. Luego agarró el brasero de al lado de la puerta y lo lanzó al cadáver. La llama se extendió fácilmente. Eso debería comprarles un poco más de tiempo.

Los cuervos batieron sus alas para evadir el humo, y Kaito regresó por la puerta. Melanie y los niños ya se habían ido. Por alguna razón, sin embargo, el chico pelirrojo estaba esperándolo. Kaito parpadeó, luego levantó la voz.

“Hey, ¿qué estás esperando? ¡Date prisa!”

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“¡Co-Correcto!”

El chico pelirrojo comenzó a correr junto a Kaito. El sonido de los cuervos graznando se volvió distante. Parecía que el fuego había servido como un fuerte freno. Kaito rezó para que los cuerdos se mantuvieran alejados.

El oscuro pasillo estaba en silencio excepto por el eco de sus pasos. El chico pelirrojo habló durante las réplicas del evento.

“Mi… Mi nombre es Neue. ¿Cuál es el tuyo, señor?”

“Soy Kaito. Kaito Sena.”

“Kaito Sena… Lo siento, Kaito.”

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“¿Por qué?”

“Intenté matarte. Dije que habías estado viviendo cómodamente.”

“No te preocupes por ello. Lo que sea que escuché en esa situación hecha mierda ya es un recuerdo lejano.”

“Pero estabas mucho más calmado que el resto de nosotros, y nos salvaste matando a esos cuervos. Eres asombroso. ¿Cómo fuiste tan va—?”

Neue se quedó en silencio de repente. Los dos miraron por encima de sus hombros. Podían sentir algún tipo de presencia horrible detrás de ellos. Hubo un extraño crujido, y podían ver una forma negra retorciéndose alrededor.

Una hilera de ojos de insecto emitió un siniestro brillo. Ocho patas gruesas rayaron las paredes rocosas.

Una enorme araña estaba de pie detrás de ellos.

Tras un examen más detallado, estaba envuelta por un grueso pelaje de plumas de cuervo, y su boca se extendía en un pico afilado. Kaito de se dio cuenta de por qué los cuervos habían dejado de perseguirlos.

Ser tan ingenuo como para pensar que el fuego sirvió como algún tipo de distracción podría muy bien haberlos matado.

Los cuervos habían comprendido cuán desfavorecidos estaban en un estrecho pasillo subterráneo y en consecuencia se fusionaron, luego mutaron en la araña que ahora se les venía encima.

La araña escupió un hilo. Kaito instintivamente lo bloqueó con su cimitarra. Al instante siguiente, la cimitarra salió volando hacia atrás. Se estrelló contra la araña, pero la hoja no encontró ningún asimiento y simplemente pasó a lo largo de sus gruesas piernas. La araña soltó un grito frustrado y disparó más hilo. Neue estaba justo en la línea de fuego, y su rostro se contorsionó de miedo. Kaito vio algo de su viejo yo en esa expresión.

Al chico delante de él se le había ordenado morir por su propia madre, luego fue lanzado a una situación desesperada sin una onza de esperanza. Incapaz de evitarlo, se dio por vencido. Con un suspiro, lanzó su brazo izquierdo.

El hilo de la araña envolvió su muñeca. Kaito inmediatamente le arrebató la espada a Neue. Basado en su textura, el hilo probablemente era tan fuerte como el acero. Renunciando a cortarlo, Kaito eligió en cambio cortó su propia mano. Con un rugido insatisfecho, la araña atrajo el hilo y comenzó a darse un banquete con la mano con movimientos siniestramente

El dolor disparó chispas a través de su cerebro. Pero Kaito estaba más que familiarizado con el dolor, y además de eso, su cuerpo era inmortal. Podía lidiar con esto. Después de todo, si no lo hacía, moriría.

Le regresó la espada a Neue, luego aplicó presión firmemente a su muñeca mientras comenzaba a correr de nuevo. Lágrimas brotaron en los ojos de Neue mientras corría a su lado.

“¿Por qué harías algo como eso? ¡¿Por qué?! ¡¿Qué razón tenías?!”

“No te preocupes. Ya estoy muerto.”

“¡¿Qué?! ¿Eres estúpido o algo?”

“Wow, que grosero. La cosa es, no soy de este mundo.”

“¿De qué estás hablando?”

“No te preocupes por ello—solo escucha. Mi padre me hizo trabajar hasta los huesos en mi antiguo mundo, y al final me asesinó como si fuera poco más que basura. Fue una vida bastante de miedo. Justo cuando pensé que todo había terminado, la Tortur—er, supongo que la llamarías una hechicera— Ella me invocó y metió mi alma en este cuerpo falso.”

Su lengua curiosamente se aflojó, Kaito se encontró hablando de más. La araña había terminado de comer la mano de Kaito, huesos y todo, y comenzó a disparar hilo de nuevo. Neue llevó la espada a su pecho para protegerse. Pero esto hizo que la espada se envolviera en hilo y fuera quitara por la araña. Viendo su rostro endurecerse, Kaito suspiró y tomó una decisión. No quería hacer esto. Pero si era la única carta que le quedaba por jugar, entonces la jugaría. Respiró profundamente hondo, luego le dio a Neue una orden.

“Solo soy un tipo muerto al azar, La próxima vez que la araña dispare su hilo, tienes que escapar mientras me come.”

“¡De nuevo, ¿de qué estás hablando?! ¡Realmente eres un idiota!”

“De nuevo, qué grosero. Seguro, moriré si me come completamente, pero no es como si quisiera ser traído de vuelta a la vida en primer lugar. Este es el fin para mí. Si sólo uno de nosotros puede sobrevivir, debería ser el chico que no ha muerto todavía, ¿verdad?”

Kaito miró a Neue, quien de repente le parecía bastante joven. Neue lo miró de vuelta, sus ojos aguados con lágrimas. Este era el camino a seguir. Kaito estaba satisfecho de que estaba tomando la decisión correcta.

Los niños llorones no merecían estar en un lugar como este. Y Kaito no había derramado ni una sola lágrima.

“Aún no has muerto, así que el mundo es tuyo. Buena suerte.”

Kaito hizo su alentadora declaración. Cuando la araña soltó un espantoso aullido, Kaito mordió su labio.

Realmente tenía miedo de morir una segunda vez. El miedo que había perdido se generó de nuevo dentro de él. El dolor de su deseo de aferrarse a la vida era insoportable. Pero no tenía otra opción. Exhaló suavemente.

Iba a morir salvando a alguien que le recordaba a su viejo yo.

Y al hacerlo, se convertiría en el tipo de héroe que siempre había esperado que lo salvara.

Si pensaba de esa manera, al menos el absurdo capítulo extra de su vida tendría una conclusión significativa. Mientras Kaito reflexionaba sobre su decisión con satisfacción, la araña disparó su hilo. No intentó esquivar. Y entonces pasó.

“… ¿Huh?”

Neue empujó a Kaito a un lado con un thud.

El hilo se envolvió alrededor de la delgada espalda de Neue. Kaito miró hacia arriba desde el suelo, atónito. Estiró su mano hacia Neue mientras una estúpida pregunta se abría paso por sus labios.

“¿Po-Por qué?”

“Huh, me pregunto.”

Neue mismo no estaba seguro, y su voz era pura confusión. La araña atrajo el hilo. Al siguiente momento, el rostro de Neue se congeló mientras susurraba.

“Supongo…solo estaba esperando que pudieras encontrar la felicidad en este mundo.”

Kaito juró en voz baja. Neue le dio una incómoda sonrisa, y luego fue arrastrado.

Un horrible grito sonó. Kaito se puso en pie rápidamente. La araña se podía escuchar arañando algo vorazmente. No queriendo comprender lo que esos sonidos significaban, Kaito cargó hacia la araña. Pero cuando escuchó el crunch de una clavícula siendo quebrada, sus pensamientos se volvieron a pintar con ira y odio, regresando lo a un extraño estado de lucidez. Se detuvo, luego murmuró en monotonía.

“Ah……… Supongo que no tiene sentido intentar salvar un hombre muerto.”

Al siguiente instante, se giró sobre sus talones y corrió. Estaba tan tranquilo que lo sorprendió incluso a él mismo. Su rostro era inexpresivo. Pero el fuego en sus ojos gradualmente rugió a la vida. Expresó un solo pensamiento una y otra vez, casi en un gemido.

“Voy a matar a esa cosa. Voy a matar a esa cosa. Voy a aplastarla. Voy a matarla, matarla, matarla, matarla, matarla.”

Su voz goteando con sed de sangre, continuó su retirada. Si la araña lo atrapaba aquí, el sacrificio de Neue habría sido por nada. No dejaría que Neue muriera en vano. Ese era el único pensamiento que lo impulsaba mientras corría.

La puerta al otro extremo del pasaje finalmente entró a la vista. Había esperado que la puerta oculta estuviera cerrada con candado también, así que le había dado un hacha a uno de los niños mayores. Después de que tanto tiempo había pasado, deberían haber podido derribarla. Kaito entrecerró sus ojos. La puerta estaba completamente intacta. Tal vez no había estado cerrada después de todo.

Mientras las dudas cruzaban su mente, la puerta se abrió de golpe, y de ella, un vestido rojo de amapola apareció. Más allá de la puerta estaba Melanie. Llamando en una dulce voz, corrió hacia él tan rápido como sus piernas podían llevarla.

“¡Sir Kaito!”

“¡¿Melanie?! ¡Espera, no vengas por aquí! ¡Tienes que correr!”

Ignorando sus advertencias, Melanie lo envolvió en un abrazo. Entrelazo sus suaves brazos alrededor de su cuello. Sus rosados labios colgaban junto a su oreja, y dejó salir un dulce aliento mientras comenzaba a susurrar.

Antes de que pudiera, sin embargo, la puerta se abrió de golpe una vez más. Un rojo vívido cruzó el campo de visión de Kaito.

Era un vestido mucho más rojo que el de Melanie, un vestido que una vez había sido blanco nieve.

“¡Oh, si no es Kaito!”

La voz que sonó era tan indiferente a la situación, parecía fuera de lugar.

Ahí estaba Elisabeth, empapada en sangre y saludándolo con la mano energéticamente.

***

 

 

“¿Por qué? Sólo estaba pensando en venir a encontrarte, así que este giro de eventos es bastante conveniente. Bastante sensible de tu parte venir por ti mismo… ¿Oh? Estás cubierto de sangre, ya veo… Y al borde de morir por pérdida de sangre, por lo que parece. Parece que has dejado caer tu mano en algún lado. ¿Era del tipo extraíble? De todos modos, será mejor que ate la herida con cadenas…… ¿Eso es un bicho? ¡Ahhh! ¡Sin duda es un bicho! ¡Las arañas son muy desagradables!”

Elisabeth saltó un poco cuando miró detrás de Kaito. Cuando aterrizó, el suelo alrededor de sus pies estalló con oscuridad y pétalos de flores carmesí. Giraron en espiral hacia el techo luego formaron un gran agujero sobre la cabeza de la araña. Una enorme masa cargada de espinas apareció del agujero.

La masa zumbaba mientras caía y luego cayó sobre la araña, aplastándola.

“¡Aplástala!”

Elisabeth levantó un puño. Su ataque era tan ridículo, casi hizo que Kaito quisiera quejarse.

Ella había estrujado esa espantosa araña tan fácilmente como uno podría aplastar una cucaracha con una pantufla. Su muñeca ahora estaba atada por una cadena—una manera bastante ordinaria de detener la pérdida de sangre—y abrió su boca de par en par. Melanie se aferró a su chaqueta como si estuviera aterrada.

Un pesado silencio cayó entre ellos, el cual Elisabeth rompió mientras inclinaba la cabeza.

“Así que, ¿qué pasó?”

En ese momento, Kaito sintió algo dentro de él liberarse. La arrolladora fuerza de Elisabeth, además de su casi nostálgico comportamiento despreocupado, le permitió finalmente relajar sus nervios, que habían sido empujados al límite.

Le recitó rápidamente todo lo que había pasado a Elisabeth.

“Oh, Elisabeth. Había un demonio en el anexo, y era como, ‘¡Bienvenidos, niños y niñas, a vuestro propio Grand Guignol! Todos ustedes son la audiencia, todos ustedes son los guionistas, y todos ustedes son los actores. Por lo que les imploro. Diviértanse todo lo que quieran.’ Y luego estuvieron esos cuervos…”

“¿Es así? Ya veo. Ah. Mm-hmm, ¿es así? Oh.”

Kaito estaba agitado, y las palabras se derramaron de su boca como una inundación. Terminó incluyendo una cantidad de detalles innecesarios. Él no podía decir si ella estaba escuchando, ya que simplemente asintió con una expresión sospechosa y comenzó a caminar antes de que siquiera hubiera terminado. Sostenía ambas manos detrás de su cabeza mientras caminaba por la puerta. Pasando por el pasillo, se dirigió al corredor a mano derecha. Luego siguió sin cesar, entrando a un pasaje marcado para los sirvientes.

Abrazando los temblorosos brazos de Melanie, Kaito la siguió.

“Elisabeth, ¿me estás escuchando? Dije, el demonio está en el ane—”

“¡Contempla, Kaito!”

Elisabeth se detuvo delante de una puerta abierta. Al mirar dentro, Kaito vio una cocina.

Sobre una tabla de cortar estaba una chica de apariencia noble, su delicado vestido manchado de sangre y sus costillas salvajemente arrancadas. Junto a ella yace un hombre con una cabeza de toro que llevaba una bata de chef, su ingle dividida a la mitad por una sierra. Un subordinado de demonio disfrazado de chef. Su muerte fue sin ninguna duda obra de Elisabeth.

“Justo como el Carnicero dijo, al cuerpo de la chica muerta le faltan algunos pedazos. Al aparecer, aquellos de porte noble saben mejor que la gente común. Cenan a los nobles y juegan con los plebeyos. Después de jugar contigo y el resto de los niños comunes, sin ninguna duda tenía la intención de disfrutar de la cena aquí en el edificio principal. Ah, qué lujoso.”

Elisabeth hizo un gesto de aprobación con la cabeza. Kaito apretó sus puños. La ira y la sed de sangre dentro de él se habían validado una vez más. Ajena a su ira, Elisabeth se giró hacia Kaito y se encogió de hombros.

“Los tontos intentaron comerme, y aunque matarlos y hacerlos divulgar la ubicación de esa puerta escondida fue divertido, había tantos de ellos que algunos fueron capaces de huir al patio. Perseguirlos fue todo un asunto.”

“Elisabeth, entiendo por qué te tomó tanto tiempo llegar a mí. Pero no me importa una mierda eso. Tenemos que llegar al anexo. Necesito que mates a ese demonio por mí.”

“Oh-ho, bueno, ¿no estás enardecido? Tu muñeca… Aquellos que no siente dolor están contados. Pero Kaito… ¿por qué es que tienes la determinación de cortarte tu propia muñeca y la experiencia de atravesar ese baño de sangre, eres ciego ante la verdad justo ante tus ojos?”

“¿A qué te refieres?”

En lugar de responder a su pregunta, Elisabeth comenzó a caminar. Dejó la cocina, y se dirigió al pasillo, y se detuvo en el centro del salón principal. Todo el personal no subalterno debe haber huido, porque le castillo estaba mortalmente silencioso.

Su oscuro cabello se meció bajo la tenue luz de la araña mientras miraba hacia atrás por encima de su hombro.

“Parece que el demonio aquí atormenta a las personas no sólo por poder sino porque lo disfruta aún más que nuestro amigo el Caballero lo hacía. Encuentra placer en su dolor y sus gritos. Pero aparte del Grand Guignol, parece que sus intereses van aún más profundos. Entonces piensa. ¿Cuál es la forma más elaborada de desesperación, la forma en que un retorcido hombre como él encontraría la más placentera?”

Kaito no tenía ni idea de lo que Elisabeth estaba hablando. Pero de repente recordó el momento en que su padre estaba lo estrangulando. Había mantenido a Kaito en un estado de deshidratación, luego le dio agua. Y justo cuando Kaito pensó que había sido salvado, su padre lo asesinó.

La forma más profunda de desesperación era pensar que habías encontrado la salvación sólo para tener todas tus esperanzas aplastadas delante de ti.

“…Les da esperanza a las personas, y justo cuando creen que han sido salvados, se la quita.”

“¡Precisamente! Una vez que quedan dos, y el único que queda por asesinar antes de convertirse en el ‘último en pie’ es una frágil niñita, cualquier niño pensaría que sobrevivir estaba dentro de su alcance—¡y nada podría ser más estimulante que matarlos en ese momento y lugar! Por supuesto, tus acciones plantearon un defecto en ese plan, pero me imagino que el demonio se divirtió mucho, sin embargo. Ni un solo niño logró escapar, después de todo.”

Entendiendo su respuesta, Kaito cerró sus ojos. El salón era silencioso. No se podían escuchar a los niños en ningún lado. Sacudiendo su cabeza, Kaito dio unos pasos lejos de Melanie, la única sobreviviente.

Cuando habían huido de ese juego mortal, ¿en cuál boca de monstruo habían desaparecido los niños?

“Y con respecto a esto último, dudo que hayas disfrutado asumir una forma tan débil, aunque sólo fuera temporalmente, sin embargo…”

Elisabeth sonrió afectuosamente mientras miraba el rostro de Melanie. Pero cuando interrogó a la chica temblorosa, su voz estaba llena de desprecio.

“… ¿Por qué la hija de un conde sería seleccionada como juguete y no como ingrediente?”

Entonces, el vestido rojo amapola se inflamó como un sarcoma. Las tripas de la dulce niñita se transformaron en una masa de carne y tela, y cuando su piel se desgarró, comenzó a gotear como pus.

Desde dentro apareció un hombre desnudo con piernas de serpiente y extraña piel blanca, su cuerpo cubierto de plumas de cuervo.

El hombre gordo y calvo repiqueteo su pico de cuervo. Después de mirar al grotesco coloso y chasquear su lengua por sus piernas de serpiente, Elisabeth acarició su barbilla.

“El hombre en la planta baja es sin dudas un subalterno o un imitador de algún tipo. Así que, habiendo perdido tu forma humana, puedes incluso transformarte en una niña, ¿eh…? Aunque ya que los niños iban a ser asesinados también, quizás simplemente disfrutas vestir ropa de niñas. Ah, qué desagradable. Y aunque posees el título humano de ‘marquis,’ el demonio con el que te fusionaste no es otro más que el Conde. Y aquí había venido esperando una pelea decente.”

“¿A quién le importa? Solo mata a esa cosa ya.”

“¿Qué es esto, ahora? Has estado actuando de manera bastante peculiar, ¿no es así? ¿Qué, tienes un rencor o algo así?”

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“Tienes toda la maldita razón—haré lo que sea que me pidas. Solo haz su muerte tan dolorosa como sea posible.”

Kaito reiteró. La sed de sangre borboteo desde lo profundo de su corazón.

El hecho de ser el único sobreviviente era una fue una broma demasiado cruel para que la manejara. El Conde había asesinado al resto de los niños. Kaito no podía permitirle vivir. A pesar de que recién había sido rescatado, no le importaría desperdiciar su vida si eso significaba una oportunidad de matar al Conde.

No podía soportar dejarlo vivir.

“…Ha.”

En lugar de una respuesta, Elisabeth se rio. Al momento siguiente, lo pateó, y cuando se cayó, plantó un pie firmemente en su espalda. Había mucha fuerza en su pie, él temía que su columna se rompiera.

“¡Rgh!”

“No pienses ni por un segundo que puedes darle órdenes a tu amo, perro callejero. Tus palabras no cambian el hecho de que este hombre es mi presa. Con o sin tu solicitud, pretendo hacer de su vida mi juguete.”

Elisabeth habló con frialdad, luego envió a Kaito volando con una despiadada patada a su estómago. Cuando aterrizó cerca al muro, escupió una mezcla de sangre y vómito. Elisabeth se giró para enfrentarse al Conde.

“Mi sirviente carece de modales. Pero ahora, podemos proceder sin interrupción.”

Levantó sus brazos majestuosamente. La oscuridad y pétalos carmesí se arremolinaron a través del aire, envolviendo su cuerpo.

Después de que la oscuridad se dispersó y los pétalos ondearan al suelo, estaba vestida en su usual traje negro de bondage. Sus finos dedos agarraron el mango de la Executioner’s Sword of Frankenthal.

Colocando una mano sobre su pecho medio expuesto, le dio al Conde una noble inclinación y ofreció su propio anuncio.

“Bienvenido a mi propio Grand Guignol. Porque yo soy la audiencia, yo soy la guionista, y yo soy la actriz. No tengo ninguna intención de dejarte disfrutar en lo más mínimo. Te haré chillar como un cerdo y retorcer como una oruga.”

Después de hacer su ostentosa declaración, balanceo su espada. Cadenas aparecieron de la nada y viajaron a atacar salvajemente el lugar en que el Conde había estado hace un momento. Pero las ocho piernas de araña del Conde le permitieron esquivarlas fácilmente, saltó hacia atrás, derribando candelabros de techo a su paso. Ejerció su cuerpo pálido y desnudo, y plumas de cuervo comenzaron salir como bala de él. Al mismo tiempo, disparó hilo de araña de su de su boca. Incontables ataques diluviaron sobre Elisabeth.

“¡Ha! ¡Demasiado débil; demasiado lento!”

Elisabeth correteó, eludiendo hábilmente los proyectiles. El techo y el suelo se llenó de agujeros, pero Elisabeth no tenía ni un solo rasguño en ella. Aun así, no parecía tener ninguna apertura para lanzar un contraataque. No se invocaron cadenas nuevas. Notando esto, el Conde se rio con una expresión desdeñosa, y sus ataques surgieron como una avalancha.

Aún tenía que notar la oscuridad y pétalos de flores carmesí fusionándose junto a sus pies y sobre su cabeza.

De repente, el suelo y el techo hicieron un fuerte ruido de gong y empezaron a apretarlo.

O, para ser más específicos, las gigantescas y planas piedras que salieron de ellos lo hicieron.

El Conde fue presionado entre dos grandes bloques de piedra. Una barra dorada que parecía la manivela de un organito* sobresalió de su centro.

Kaito notó que Elisabeth tomó asiento junto al agarre del poste*. Se giró hacia el titilante Conde, que todavía debía comprender la situación en la que estaba, y le sonrió.

[Nt: Siendo sincero, no lo entendí muy bien, por eso lo dejaré aquí: Kaito noticed Elisabeth sitting down by the pole’s grip.]

The Wheel of Death*. Aplasté a tu familia, sabes—pero a ti, quizás, me tomaré mi tiempo rebanarte.”

[Nt: La Rueda de la Muerte, también es un arte de circo acrobático, busquen circo del sol…]

Grr, grr, grr. Las piedras redondas hicieron un ruido de mal agüero mientras comenzaban a girar. Mientras giraba la manija, los bloques giraban como ruedas. Una se giró a la izquierda, y la otra giró a la derecha. El cuerpo del Conde estaba siendo audiblemente pelado. Las plumas se arrancaron al unísono con la rotación, y su pálida y flácida carne comenzó a irritar. Sangre, grasa, y carne comenzaron a gotear sobre el suelo.

El Conde dejó salir un grito espeluznante. Su pico salió volando a través de la habitación, y la boca humana que había estado cubriendo tembló de dolor y miedo. Sus lóbulos de las orejas se desgarraron, y sus músculos temporales comenzaron a ser aplanados. Gritó desesperadamente.

“¡E- E-E-ELISABETH, ¡ELISABEEEEEEEETH!”

“¿Qué es, Oh Conde? Ah, tu voz es tan desagradable como el chillido de un cerdo. ¿No puedes conservar un poco de tu dignidad y tener la decencia de graznar como un cuervo?”

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“¡Yo—yo puedo hacerte un trato! ¡Puedo hacerte un tratooooooooo!”

“¿Hmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm?”

Las ruedas chasquearon cuando se detuvieron. Los ojos de Kaito ardían ferozmente, y su voz era baja.

“…No vamos a aceptar ningún trato que tengas que ofrecer.”


“Yo—yo escuché que cuando termines de cazar a los trece demonioz. se-serás quemada en la joguera.. Si-Si me dejas co-con vida, tú, tú no tendrás que morir, tampoco. ¿Me equivoco? nuestras metash están alineados. Po-Po fabor no me mates*.”

[Nt: Habla con fallas, no es error de mi parte y se ajusta a como creo que hablaría alguien en esa situación.]

Su rostro fue atrapado por los lados, y la boca vertical del conde babeaba baba y sangre mientras hacía su súplica. Elisabeth murmuró “Ya veo” para sí misma, luego saltó desde la manivela. Le sonrió dulcemente a la indecorosa criatura entre las ruedas. Temblando de miedo, el Conde le devolvió deplorablemente su sonrisa.

“¡iMBÉCIL!”





Grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind, grind*.

[Nt: Rechinar.]

Con un fuerte rugido, las ruedas comenzaron a girar de nuevo. Agitando sus extremidades frenéticamente, el Conde soltó un incomprensible grito. Pero esos brazos fueron arrancados de sus lados, y sus hombros fueron lijados completamente. Fue aplastado como una nuez. La sangre que formó un charco en el suelo se volvía más y más viscosa.

Sus ojos brillaban con absoluta frialdad, y Elisabeth miró bajó la vista al hombre.

“Los déspotas son asesinados, los tiranos ahorcados, y los asesinos masacrados. La muerte de los torturados debe ser adornada con sus propios gritos mientras bajan al infierno sin posibilidad de salvación. Sólo en ese momento la vida de un torturado está realmente completa. Sin embargo, torturaste, ¿sin entender eso en lo más mínimo? Te avergüenzas a ti mismo, Conde.”

La voz de Elisabeth estaba llena de odio e indignación. Kaito nunca la había visto mostrar una rabia tan descarada. Con un fuerte gong, las dos ruedas finalmente se pusieron una sobre la otra. Sangre goteaba de la grieta entre ellas. Habían terminado de aplastar al Conde, y Elisabeth puso un pie sobre ellas mientras murmuraba.

“Tú y yo—estamos destinados a morir, abandonados por toda la creación.”

Suavemente levantó su pie. Cuando lo hizo, la piscina de sangre se transformó en plumas negras. Giraron en el aire, se detuvieron por un momento, luego anduvieron a la deriva al suelo.

Cayeron silenciosa y hermosamente, como tantos copos de nieve negra, y Kaito apretó sus puños mientras los veía.

“…Hey, ¿qué hay de los niños colgados de las puntas en los techos? ¿Algunos de ellos no estaban vivos aún?”

“Si lo estaban, el Conde simplemente los estaba manteniendo vivos con magia.”

“…ya veo…”

“¿Qué pasa? Es mucho más preferible que una eternidad de sufrimiento.”

Elisabeth suspiró, pareciendo aburrida. Kaito la miró aturdido. Una vez, Elisabeth había realizado las mismas atrocidades que los demonios estaban llevando a cabo ahora. Sin embargo, de alguna manera, parecía fundamentalmente diferente de ellos. Por lo menos, Kaito vio un gran abismo entre los dos.

Se puso de pie, ignorando el dolor, y la llamó.

“Gracias por eso, Elisabeth.”

“¿Por qué me agradeces? Simplemente hice con él lo que me quise. Agradecerme por tal acto sobrepasa la bufonería y se aleja al ámbito del malentendido, ¿no es así?”

“Vas a morir después de asesinar a los trece demonios, ¿verdad? Pero lo asesinaste de todos modos.”

“Me preocupo poco por eso. Y ciertamente no lo hice por ti. Después de que haya atormentado a los trece demonios, o, en resumen, las últimas trece víctimas que la Iglesia me ha permitido oficialmente torturar, pensaré poco en la muerte. La gente sufrió muchas pérdidas para capturarme, así que, si desean mi muerte, entonces quemarme viva es mi deber.”

Chocó sus tacones, luego comenzó a caminar. Su vestido negro ondeaba mientras hablaba.

“Habiendo vivido la vida cruel y altiva de un lobo, moriré como una humilde cerda.”

Elisabeth se distanció. Murmuró en una baja voz.

“…Porque esa es la elección que hice.”

Kaito, abandonado, se quedó mirando el espacio. Las plumas negras acariciaron su rostro, como si estuvieran de luto.

Pensó en Neue y en los otros niños muertos. Había sido el único en sobrevivir. El fin de su fuga fue tan trágico, casi ridículo. Pero sin importar cuánto se lamentará, la realidad cruelmente se negaba a cambiar.

Como había sobrevivido, supuso que había algo que tenía que hacer.

Recordando las últimas palabras, se habló en voz baja a sí mismo.


“No sé cuánta suerte tendré encontrando felicidad en este mundo, sin embargo.”

Pero haría todo lo que pudiera.

Agarrando el muñón de su muñeca, caminó con pasos largos hacia delante. Mientras lo hacía, una de las plumas en descenso estallaron en una flama azul. Una por una, el resto de las plumas la imitaron.

Eventualmente, las flamas azules tomaron el castillo también.

Eso lugar había sido el hogar de incontables muertes. Mientras las llamas lamían los muros de piedra, casi parecía como si estuvieran de luto.

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