Shinja Zero no Megami–sama to Hajimeru Isekai Kouryaku (NL)

Volumen 1

Epílogo: Charla Ociosa Entre La Diosa Y El Gigante

◇ Monólogo del antiguo gigante ◇

Me despedí de los hijos del hombre y viajé por las líneas místicas. Mi primera sensación de libertad en quince millones de años fue realmente satisfactoria.

Floté hacia la superficie. Esta debía ser la parte occidental del continente. Vi abundantes bosques en todas las direcciones. Y sin embargo…

“…no me gusta”.

Los elementales estaban lánguidos, como si estuvieran conteniendo la respiración. Estaba muy lejos de la época en que los Titanea habíamos caminado por la superficie. Lo que sentí en cambio fue su presencia mirando desde los cielos: las Deidades Sagradas.

Pregunté a los elementales. Dijeron que la superficie había cambiado.

Es enfermizo, ¿verdad?

“…Ah, Lady Noah.” Ella era la hija más joven de los Titanes a los que servía. El resto de sus parientes fueron capturados por ellos hace mucho tiempo, pero ella era la única prisionera sobre la superficie. Una trágica, de hecho.

¿No podrías llamarme “trágica”?

Qué grosero de mi parte.

“…Acabo de despertar después de un largo encarcelamiento. …Qué casualidad que aparezca alguien con ojos que pueden ver a través del sello de las Deidades Sagradas”. Ese sello no era tan débil como para ser deshecho por cualquier humano normal. Y esa mazmorra tenía un hechizo de ocultación lanzado sobre ella; debería haber sido difícil de notar.

Por supuesto que no fue una coincidencia. Yo hice que ocurriera. Le di a ese mercader un poder divino temporal a través de mi daga. Aunque el efecto ya ha desaparecido.

Ah, así que fue así. Pero si la memoria no me falla, ese chico no era el creyente de Lady Noah. Ella dijo que su acólito era el llamado “Makoto”, ¿no es así? ¿Ese era realmente apto para la tarea?

No empieces con eso. Pondré a ese chico a trabajar a su debido tiempo.

Vaya, vaya. Parecía tener bastantes expectativas para este creyente. Había preguntado a los elementales sobre los anteriores apóstoles de Lady Noah, y en efecto, todos habían sido poderosos magos o magníficos espadachines. En comparación con ellos, este chico elemental parecía más bien débil y falto de talento.

Tee hee.

“Lady Noah, ¿pasa algo?”

Tengan por seguro que Makoto Takatsuki es el mejor.

“…¿Perdón?”

Makoto Takatsuki es el mejor apóstol que he reclutado.

“…Ciertamente no lo parecía.”

Sus reservas de maná apenas eran suficientes para lanzar un hechizo o dos antes de agotarse, y su magia elemental aún no estaba entrenada. Sin embargo, a pesar de todo, era lo suficientemente descarado como para desafiar a uno de los Gigantes. No era una combinación adecuada para sobrevivir mucho tiempo.

Ese chico pondrá este mundo de cabeza. Sólo tienes que esperar y ver. Lady Noah soltó una risita, aparentemente bastante satisfecha de sí misma.

“Por cierto… Lady Noah, el acólito que utilizó hace mil años trajo el caos al mundo. …Los elementales me contaron lo mal que terminó ese intento”.

…Tú sabes lo que haces.

“Incluso en mi sello de piedra, los elementales me trajeron noticias del mundo de arriba… Había oído que Lady Noah, a pesar de ser un Titán solitario, había seguido luchando contra las Deidades Sagradas cada vez que podía. …Aunque esas peleas rara vez trajeran resultados”.

La última vez metí la pata. Pero esta vez, me lo tomaré con calma. Tendré a esas perras en el Olimpo llorando a mis pies.

Su voz revelaba, a trozos, una oscura sed de venganza. Me sorprendió que pudiera producir un tono tan lleno de odio. Oh, mi linda Lady Noah, qué corrupta te has vuelto.

Hmph. Sigo siendo muy linda.

“Sí, por supuesto, tienes razón… Lady Noah, cuya divina y deslumbrante belleza es aclamada como la más grande de los titanes, su mero rostro atraería a humanos, animales y demonios por igual. Estoy seguro de que el muchacho perdió toda la razón en el momento en que puso los ojos en usted y se convirtió en su creyente… Debe estar tan enamorado que no puede pensar en nada más que en mi querida Lady Noah…”

Uhhh, sí, totalmente… Su respuesta sonó forzada.

“…¿Ocurre algo, Lady Noah?”

Nada en absoluto. Por cierto, ¿qué vas a hacer ahora, papá?

“…Planeo viajar por este mundo en busca de mis hermanos sellados.”

Sí, es una buena idea. Si queremos llevar la lucha a los dioses del Olimpo, tendremos que estar completamente preparados.

“Así que, todavía tienes que renunciar a eso… Pero por ahora, sólo puedes comandar a un solo acólito. Puedes tener la habilidad temporal de controlar a aquellos que toquen esa daga… pero hay poco que puedas hacer con eso… Lo que me recuerda… Fortalecer a los amigos del chico… esa fue su orden, Lady Noah, ¿no es así? La enviaste en secreto en el momento en que me liberaron de mi sello”.

Claro que sí. Buen trabajo, papá. Ya le di mi bendición a ese chico, así que todo lo que puedo hacer ahora es fortalecer a los miembros de su grupo.

“Mi… eres bastante generoso con este. Especialmente cuando trataste a tus anteriores acólitos como insectos…”

Grosero. No hice nada de eso.

“Hmm… Lo que quiere decir… que este espectáculo es un medio para algún fin. No le diste al creyente en cuestión ni una sola orden, ¿verdad? Aunque… parece que su objetivo es el Templo del Fondo Marino donde estás preso. Para ser honesto, me cuesta imaginar que sea capaz de hacerlo…”

No te preocupes, tengo un plan. Je, je, je…

Lady Noah realmente parecía disfrutar hablando de este nuevo seguidor suyo, Makoto Takatsuki. Nunca había escuchado una voz así de ella.

“…Te sugiero que no pongas demasiadas esperanzas en este creyente”. Me estaba preocupando. No me gusta pensar en ello, pero ¿podría haberse enamorado de este acólito?

No te preocupes. Yo me encargaré de esto.

Parecía que tenía cada detalle planeado, así que no tuve más remedio que seguirla.

“…Cuídese, Lady Noah.”

Asegúrate de ir con precaución. No querrás que se den cuenta.

Y con eso, no escuché más la voz de Lady Noah. Ahora bien, tenía que buscar a mis hermanos.

◇ Perspectiva de Makoto Takatsuki ◇

“Debo decir, mi estimado Tackie, que ese gigante era un tipo bastante bueno”.

Estábamos volviendo a la ciudad. Fujiyan estaba ciertamente enérgico.

“Oh sí, jefe, ¿por qué pediste el dedo de ese gigante?” Preguntó Nina.

“Ah, yo también tenía curiosidad por eso”, dije.

“Do ho ho, te haré saber que este dedo de gigante es una magicita que contiene una energía increíble. La cantidad de energía almacenada en este dedo por sí sola podría arrasar una nación entera si se utilizara como arma.”

“¿Qué?” exclamó Lucy, distanciándose de Fujiyan. “¿No es un poco peligroso?”

“No te preocupes, es perfectamente seguro si se maneja con cuidado”, le aseguró Fujiyan. “¡Pero debo decir que esta aventura ha dado bastantes frutos!”

“¡Claro que sí!” Nina estuvo de acuerdo. “¡He recibido una poderosa bendición!”

Fujiyan y Nina eran todo sonrisas. Cuando miré a Lucy…

“Tee hee hee…”

Ella estaba abrazando su bastón que el gigante había modificado. Había probado antes sus nuevos hechizos de magia terrestre y, por lo que parecía, esa arma se estaba convirtiendo en algo muy útil. Dijo que, por ahora, podía activar la magia con sólo concentrar el maná dentro del bastón. No era ni mucho menos eficiente en cuanto a combustible, pero ese método era adecuado para alguien con tanto maná que quemar como Lucy.

Todos parecían bastante satisfechos.

Miré por encima de la Daga de la Diosa. Teniendo en cuenta la aventura del día, no pude evitar encontrar su comportamiento sospechoso. Normalmente me advertía con mucha antelación que tuviera cuidado o que huyera. Pero esta vez, intervino directamente, con un tiempo que casi parecía calculado. ¿Y a quién encontramos al final de la mazmorra? Nada menos que un aliado de la diosa.

Todo era demasiado perfecto.

Era el primer creyente de una diosa que tenía cero. Pero -y esto es algo que sólo había descubierto recientemente- puedo ver e incluso conversar con ella, lo que hace que nuestra relación sea algo diferente.

Hay una palabra para nuestro vínculo, y es “apóstol”. Las sacerdotisas también eran una especie de apóstoles.

Un apóstol ve la forma de su dios.

Un apóstol escucha la voz de su dios.

Si un apóstol se preocupa, su dios le da consejos.

Si un apóstol se pierde, su dios le mostrará el camino.

Si un apóstol reza, su dios le concederá su bendición.

Un buen trato para el apóstol. Excepto por una cosa:

Un apóstol nunca puede desafiar las órdenes de su dios.

Si una revelación era dada desde lo alto, el apóstol tenía que llevar a cabo el decreto de su dios, incluso si le costaba la vida. Así es como era.

Ahora, ¿qué me dijo la diosa, otra vez?

“Hazte fuerte”.

“Será mejor que no mueras tan fácilmente”.

“Ve adelante”.

Pero por supuesto, esas eran “peticiones”. No eran órdenes. Y además, yo era débil. Un aprendiz de mago con estadísticas más bajas que la mayoría de la gente que se encuentra en la calle. Como soy ahora, probablemente no podría esperar cumplir las órdenes de la diosa.

Pero debería ser capaz de hacerlo algún día.

Sea cual sea su verdadera “petición”.

Y así comenzó mi viaje de limpieza total de este mundo con mi diosa.