Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 4

Prologo: Mientras un viento gélido soplaba

*Scrunch… Scrunch… Scrunch…*

Mientras un viento gélido soplaba, nublando el campo de visión de uno, se podía escuchar el sonido de la nieve siendo aplastada bajo un conjunto de pasos. Este era el punto más septentrional del cuarto continente… el territorio del antiguo Reino de Frosthaven.

Esta zona había florecido una vez gracias a su industria basada en la extracción de minerales Frost-Mana⁰¹. Sin embargo, hace sesenta y cuatro años, una Estampida del Vacío estalló en un territorio vecino. Frosthaven fue consumido en cuestión de dos semanas.

Desde entonces, ningún humano se atrevió a poner un pie en ese suelo helado. Sin embargo, eso cambió hoy, cuando varias figuras avanzaban por esta tundra desolada.

“¿Está segura de que está bien, oficial de investigación Clauvia?” Preguntó un hombre de mediana edad mientras miraba un glaciar a través de unas gafas militares.

Este hombre era el capitán del equipo de investigación en ruinas. Estaba afiliado a los Caballeros de Defensa Urbana del Sexto Assault Garden.

“Sí, el informe de la unidad de avanzada señala que el nido del Vacío que causó la catástrofe aquí ya ha sido destruido”.

Quien respondió fue una mujer de unos veinte años, vestida con ropa protectora de última generación pensada para ambientes de baja temperatura.

Su nombre era Clauvia Phillet. Hija de la Compañía Phillet, una empresa de alcance nacional que monopolizaba la producción de Elementales Artificiales. A pesar de su corta edad, veintiséis años, era una mujer talentosa que había ascendido al puesto de Investigadora en Jefe del laboratorio del Sexto Assault Garden. Además, lo había hecho por méritos propios, no por nepotismo.

“Sólo espero que la unidad de avanzada no haya pasado por alto accidentalmente la presencia del nido”.

El equipo de investigación avanzó a través de la ventisca, con sus ganchos de escalada clavándose ruidosamente en la nieve. Revoloteando a su alrededor había lo que parecían ser mariposas ardientes, pero en realidad eran Elementales Artificiales de fuego, modificados por la Compañía Phillet. El calor emitido por estos espíritus desechables era la razón por la que el equipo podía sobrevivir a tan intensa tormenta.

“… ¡Capitán, lo tengo a la vista! Es el bloque de hielo del que hemos oído hablar”.

Dos de los miembros del equipo que iban delante de ellos señalaron su posición agitando sus linternas de mana. A medida que se acercaban, descubrieron un gigantesco cráter excavado en el suelo helado. Sepultado en su centro había una masa de hielo de cuarenta metros de diámetro.

“La investigación del Duque Christaria era correcta después de todo…”

“Remolcarlo va a ser un reto. ¿Es posible al menos sacar lo que hay dentro?”

“Esta es una Meta de Escarcha, producida por un poder antiguo. Nuestra tecnología no puede destruirla”. Clauvia negó con la cabeza, mirando la masa de agua congelada con ojos embelesados. “Imagino que incluso una Espada Sagrada sería insuficiente…”

Tuvo la impresión de que el ser dentro del hielo se agitaba de alguna manera dentro de su prisión.

“¿Así que esta cosa gobernó una vez el mundo antiguo?” Preguntó el capitán.

“Sí”. Respondió Clauvia. “Esto es lo que una vez llamaron… un Rey Demonio”.