Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 3

Epilogo: 14:00 Hora Imperial Estándar

14:00 Hora Imperial Estándar.

El caza táctico de la Academia Excalibur, el Lindwyrm Mk. III, partió tras confirmar que el Tercer Assault Garden había cesado su movimiento. Al regresar a la academia, Lyseria y el resto del Decimoctavo Pelotón probablemente tendrían que dar un informe detallado.

Con la destrucción del Lord del Vacío, la posibilidad de otra Estampida se había evitado, y las almas errantes de los Caballeros de Christaria estaban libres. Leonis se sentía un poco reacio a renunciar a unos espíritus tan fuertes, pero obligar a los guerreros que habían luchado por su patria a permanecer bajo su mando no le parecía correcto.

Actualmente, Leonis ocupaba el asiento trasero del caza táctico, apoyando su cabeza en el regazo de Lyseria. Naturalmente, esto no era algo que él había solicitado. Utilizar la Dáinsleif había agotado por completo sus reservas de mana, dejándolo tan exhausto que no sería capaz de mantenerse en pie sin ayuda durante algún tiempo.

(¡E-Esto va… totalmente en contra de mi voluntad…!) Leonis se excusaba mientras Lyseria se asomaba por encima, hojeando un libro.

“¿Qué está leyendo, Seria ojou-sama?” Preguntó Regina.

“Algo que encontré en el estudio de mi padre. Pensé en llevármelo como recuerdo”.

“Hmm”. Regina echó un vistazo a algunas de las páginas. “No reconozco este idioma”.

“Tampoco yo. No parece un texto espiritual…”

Mientras Leonis escuchaba su intercambio, un pensamiento cruzó su mente. (Ahora que lo pienso, nunca encontramos al padre de Lyseria entre las almas errantes).

Leonis había utilizado su autoridad como Rey No Muerto para examinar las almas de los fantasmas errantes, pero ninguno de ellos parecía ser el padre de Lyseria.

(¿Tal vez ya estaba convertido en un Void? O quizás…)

Fue entonces que Regina puso una mano sobre la cabeza de Leonis y dijo: “Estoy segura de que está cansada, Seria ojou-sama. ¿Qué tal si me permite hacer de almohada del chico?”

“¡N-No! Leo-kun está durmiendo tan profundamente”.

“Está siendo injusta, Seria ojou-sama. No debería acapararlo de esa manera”.

“… ¡No lo estoy acaparando, y no es injusto!” Exclamó Lyseria y acunó con fuerza la cabeza de Leonis.

Sintiendo la suavidad de sus pechos a través de la ropa, el corazón de Leonis dio un vuelco.

“Mis disculpas, ustedes dos, pero ¿podrían ser un poco más silenciosas?” Pidió Sakuya, levantando un dedo a sus labios. “Podrían despertarla”.

Se encontraba en la otra fila de asientos. Una niña semi-elfa con pantalones cortos estaba durmiendo en su regazo.

(El héroe del santuario, Arle Kirlesio). Leonis miró a la niña mientras dormía. Sus delicados brazos rodeaban su arma. Según el informe de Shirley, había sido herida en el Tercer Assault Garden mientras luchaba contra los Void, y el grupo de Regina la había rescatado.

Leonis la conocía. Era una aprendiz de Shardark, el Maestro Espadachín de los Seis Héroes. Él le había enseñado a Leonis cuando aún era un humano, lo que significaba que Arle era técnicamente su hermana aprendiz.

(Fue su ataque el que dañó al Lord del Vacío).

Afortunadamente, el golpe de Arle había cegado momentáneamente a Regina y a las demás, impidiéndoles ver que Leonis había dado el golpe final. Por lo tanto, Regina, Elfine y Sakuya tenían la impresión de que Arle era quien había abatido al Lord del Vacío. A Leonis no le importó. El hecho de que no conocieran su verdadero poder se ajustaba lo suficiente a sus necesidades.

Sin embargo, esta chica elfa había aparecido de alguna manera en esta época, al igual que Leonis. Entre ella, los Seis Héroes, y ese hombre que había atacado en la Mansión Christaria, esto no parecía ser una coincidencia.

(¿Qué están planeando esos tontos muertos?) Leonis reflexionó, con la cabeza enterrada en el pecho de Lyseria.

Nefakess Reizaad sabía que Roselia se encarnaría en la Santa

Un miembro de los Seis Héroes se convirtió tanto en un Void como en el recipiente de Roselia.

Estaba claro que Nefakess estaba involucrado en esto. Sus objetivos, sin embargo, seguían siendo desconocidos.

Si intentaba usar el alma de Roselia de alguna manera…

Leonis prometió vengarse de Nefakess por sus transgresiones. Llamas oscuras de ira ardían silenciosamente en el corazón de Leonis.

“L-Leo-kun, hey…”

Leonis sintió que los muslos sobre los que descansaba se agitaban. Unos mechones plateados le rozaron la mejilla cuando Lyseria le acercó sus labios a la oreja. Al parecer, se había dado cuenta de que estaba despierto.

“… ¿Puedo chupar un poco de sangre, sólo un poco?” Preguntó, sacando su adorable lengua y luego mordisqueando suavemente el lóbulo de su oreja.

“¡A-Aquí no! Regina-san y Sakuya-san están ahí mismo”. Respondió Leonis, haciendo todo lo posible por mantener su voz baja para que las demás no pudieran notarlo.

“Lo sé, así que guardaré silencio…”

“¡No, definitivamente nos notarán!”

“¿Entonces no puedo?”

“… ¡No, no puedes!”

“… L-Leo-kun… Yo… No puedo evitarlo…”

(¡¿Q-Qué está haciendo este sirviente tan repentinamente?!)

Leonis se agitó en el regazo de Lyseria mientras miraba su rostro. Sus pálidas mejillas estaban sonrojadas y sus ojos brillaban con deseo. Sus labios se separaron y se le escapó un aliento caliente. Había un calor febril en las yemas de sus dedos.

Fue entonces cuando Leonis se dio cuenta de que era porque Lyseria había compartido su sangre con él. La había dejado con esta sed agobiante.

“B-Bien. Te dejaré beber todo lo que quieras cuando volvamos al dormitorio”.

“… ¿No puedes dejarme hacerlo ahora?” Suplicó Lyseria.

“S-Sólo sé paciente un poco más”.

“… E-Esta bien”.

Lyseria tragó audiblemente, mordisqueando el lóbulo de la oreja de Leonis con reproche desde donde Regina y el resto no podían verla.

(Supongo que puedo permitir esto). Leonis se rindió a los mordiscos juguetones de Lyseria. Había recuperado ese recuerdo gracias a ella, así que conceder esa recompensa era aceptable.

Mientras Leonis sentía que Lyseria mordisqueaba su oreja, pensó en el significado detrás de esa promesa.

Quiero que encuentres mi verdadero yo. Había dicho ella.

(Era el alma de Roselia la que poseía a la Santa. De eso no cabe duda).

En cuyo caso, ¿qué quería decir con su verdadero yo? ¿Estaba el alma de Roselia dividida cuando se reencarnó? Si es así, ¿había sido por voluntad propia?

El recipiente que contenía el alma de la Diosa de la Rebelión estaba en algún lugar de este mundo. Y buscarlo era la misión de Leonis Magnus como Rey Demonio.

(Roselia, te encontraré. Lo juro).

Mientras el sueño le invadía, Leonis apretó sus puños con una silenciosa determinación.

-FIN DEL VOLUMEN 3-