Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: Una Conspiración De Carnaval — Supongamos Que Múltiples Casos Convergieron Como

Parte 2

Empezó a dibujar un elegante uniforme en la pizarra. Una falda larga, con poca piel expuesta, nada parecido a la ropa fetiche que las chicas habían estado imaginando. Lindo y a la moda, cualquiera querría probarlo.

“B-Bueno, tal vez…”

Riho vio bajar a sus guardias y puso su as sobre la mesa.

“Y para igualar el marcador, tendremos algunos hombres vestidos como sirvientas”.

Acercó a Lloyd, claramente nominándolo.

Si bien la mayor parte del contingente masculino era tan corpulento como Allan, presentar a Lloyd así significaba que dominaba sus percepciones de los roles masculinos en este café.

Astucia.

El modelo importa. Incluso para un comercial que promociona una camiseta sencilla, una modelo alta se vería a la moda, excepto que una vez que te pusieras la misma camiseta, no se vería ni la mitad de bien, pero eso iba con el territorio.

Pero usando a Lloyd como escudo, implantó la idea de que los sirvientes masculinos serían como Lloyd travesti, y esto resultó ser muy efectivo.

“””Oh…”””

Las mentes de las chicas se llenaron de visiones de lindos chicos sirvientes, y no tenían capacidad mental para darse cuenta de que todos los demás aquí eran básicamente monos afeitados.

“””¡Estoy dentro!”””

La chica de las gafas volvió a subirse las monturas, sonando muy emocionada. Ella también era fundamentalmente una idiota.

Todas las chicas en oposición cambiaron de posición como piezas de Othello. Todo lo demás fue fácil.

“Mejor que cualquier cosa sobre hierbas”. “¡Quería usar algo lindo!”

“¡Piensa en los ships! ¡Los ships!”

Uno parecía tener motivos ocultos, pero no importa.

Naturalmente, en la mente de Riho, no tenía intención de dejar que ningún otro hombre, además de Lloyd, saliera a la cancha. Estarían atrapados en la cocina todo el tiempo. Cualquier restaurador habilidoso sabía deshacerse de cualquier cosa que pudiera dañar el resultado final.

“Um, ¿tengo que usar ropa de sirvienta?” preguntó Lloyd, desconcertado. Pero el entusiasmo a su alrededor estaba ganando.

“¡Me encantaría ver eso! ¡Oh! ¡Cuanto antes mejor!” “… ¡Argh, lo mismo aquí!”

Selen y Phyllo habían caído en el anzuelo. Y Allan todavía estaba inconsciente.

La única que se quedó en contra de la idea fue Micona.

“¡Detente! Riho Flavin, no he consentido este atuendo de sirvienta”.

La mercenaria supo enseguida que sólo se oponía a Lloyd vestido de mujer. Era hora de su último truco.

“Cambia la idea, Micona. Esta es tu oportunidad de derrotarlo.” “¿Mmm? ¿Cómo es eso?”

Con una sonrisa maliciosa, Riho se inclinó, susurrando al oído de Micona. “Este café de sirvientas y mayordomos permitirá a los clientes elegir su servidor para ganar una comisión”.

Eso sonó instantáneamente ominoso, y el ceño fruncido de Micona se profundizó, pero Riho se lo esperaba y no dejó que la intimidara.

“Una mujer hermosa como tú nunca perdería ante un chico travestido. Tienes dos grandes ventajas sobre él.

“Mmm. Ciertamente, su atractivo sería más bien un nicho”.

Micona disfrutaba con los halagos. Nunca fue una chica difícil de leer.

Y a pesar de lo que estaba diciendo, Riho estaba secretamente muerta y segura de que Lloyd sería mucho más popular. Tenía olfato para estas cosas; estaba destinado a hacerse realidad.

Pero sin darse cuenta de esto, Micona estaba considerando seriamente la idea.

Lloyd la había hecho beber tónico amargo en muchas ocasiones, y esta era su oportunidad de cambiar las tornas. Y una actuación impresionante de los de segundo año les daría mejores ubicaciones al graduarse.

Si ambos estaban vestidos como sirvientas, ella era toda una mujer, pero él se vestía como un travestí, y eso parecía una clara ventaja.

Y si rastreaban las solicitudes, los registros demostrarían su triunfo en términos inequívocos.

“Mi camino hacia la victoria es claro”, dijo Micona, sonriendo. Se volvió hacia la habitación. “¡Escuchen! Los cadetes ingresarán con este concepto de café de sirvientas y mayordomos. Confío en que no haya desacuerdo.

¡Pon tu espalda en ello! Hagámoslo bueno”.

Al verla entusiasmada y hacerse cargo, Riho sonrió, murmurando “Imbécil” en voz baja.

La idea de ver a Lloyd vestido como sirvienta y mayordomo tenía a Selen en un segundo cielo.

Pero el cinturón maldito en su cintura, Vritra, se estaba estirando para controlar al inconsciente Allan.

“Ejem. Despiértate, Surtr… quiero decir, Tony.”

Vritra golpeó el hacha de Allan y un brillo pálido apareció a su alrededor. “——mm… buenos días, Vritra. Espera… Director Ishikura.”

“¿Estás bien? Pocos cafés de sirvientas amorosas como tú, así que encontré tu silencio preocupante”.

“Esa es una gran presunción de su parte, Directora. Está bien, claro, los amo, pero…”

Es hora de una explicación muy necesaria. El hacha de Allan estaba poseída por el señor demonio Surtr, normalmente con forma de tortuga en llamas. Durante el incidente en el Dominio, él y Allan se habían acercado bastante.

Mientras tanto, Vritra era la antigua bestia guardiana de Kunlun. Cuando su cuerpo se desintegró, se vio obligado a poseer el cinturón de Selen, convenientemente hecho con una sección de su propia piel. Ella era ahora su ama y señora y lo hizo trabajar hasta que sus hebillas quedaron en carne viva, pobre hombre.

Ambos eran antiguos humanos, personal del Instituto de Investigación Cordelia. Actualmente, estaban tratando de averiguar cómo el mundo se había vuelto todo una fantasía, y estaban tratando de detener a Eug, un compañero investigador que actualmente no trama nada bueno.

“¿Y qué? Ya no pasas tanto tiempo en clubes sin escrúpulos que te quedas dormido en las reuniones”.

Vritra había pasado mucho tiempo regañando a sus subordinados en su vida anterior.

“No, hombre, eso no. Es posible que posea un cinturón hecho con su propia piel, director, pero yo estoy en un hacha aleatoria. Difícilmente es una posesión impecable, y me siento bastante fuera de lugar la mayor parte del tiempo”.

“Mmm. Bueno, aguanta ahí. Alka y yo necesitaremos tu ayuda para averiguar cómo resultó el mundo de esta manera y volver a ponerlo como era antes”.

“Lo sé… sin embargo, aquí estamos, organizando un festival, ¿eh? ¿A nadie le importa qué mierda loca está tramando nuestra Lady Eung?”

Surtr sabía que las artimañas de Eug eran una amenaza activa, pero Vritra simplemente usó su hebilla como si fuera una cabeza, sacudiéndola.

“Ese es un problema para los investigadores de Cordelia. Preferiría no involucrar a estos niños en absoluto… pero el otro lado parece tener conexiones profundas con ellos, así que tal vez sea inevitable”.

“El pequeño Lloyd es una figura de hermano, por ejemplo”.

“Pero hasta que llegue ese día, tengo la intención de atesorar a mi señora Selen y sus amigos de la escuela. Como no pude atesorar a mi propia hija.”

Vritra vigilaba a los cadetes como un papá orgulloso.

“Genial, directora. Así que espera, ¿esto de maid café está listo? Este mundo tiene un estilo japonés loco…” Surtr jadeaba pesadamente.

“Trate de no dejarse llevar demasiado”, dijo Vritra, como un jefe fastidiado agotado por su subordinado problemático.

Y así, los cadetes comenzaron a trabajar en su café de sirvientas y mayordomos… sin darse cuenta de que esta atracción del festival estaría en el centro de la última crisis de Azami.

En la sala de audiencias del castillo de Azami… Su Majestad Luke Thistle Azami se sentó en un espléndido trono. Con él estaban la coronel Choline Sterase, su acento en pleno estilo, y su mejor amiga, la hermana mayor de Phyllo, Mena Quinone.

Chrome estaba arrodillado ante él. “Chrome Molybdenum, a su servicio.”

Se las había arreglado para sacudirse su sueño aturdido, claramente, necesitaba estar despierto para esto.

Mena volvió sus ojos de pesados párpados hacia él.

“¡Dicen que diez o quince minutos de sueño pueden poner tu cerebro en acción! ¡Incluso los magnates de los negocios están tomando siestas en estos días!”

“Hngg… Mena, ¿cuál es tu punto?”

“Podemos ver la marca en tu mejilla, Chrome”. Choline suspiró.

Su siesta reparadora expuesta, la cara de Chrome enrojecida. “N-No, Su Majestad, esto es simplemente…”

“No importa”, le aseguró el rey, acariciando su barba. “Los preparativos para el Festival Militar te agotarán, estoy seguro. Eres vital para el futuro de nuestro ejército. Descansa cuando puedas, por favor.”

“M-Me honras”, tartamudeó Chrome, inclinándose profundamente.

Su generoso gobernante le puso una mano en el hombro. “Quiero que el Festival Militar termine de manera segura, especialmente porque los eventos del día de la fundación terminaron arruinados por mi propia mano, aunque poseído por un señor demonio. Cuento contigo para que eso suceda, Chrome”.

“Si su Majestad.”

“Por cierto, ¿dónde hemos guardado la estatua que nos envió Profen?”

“Asegurado en la sala del tesoro del sótano”, dijo Mena. “Es un trozo de roca bastante grande, así que pensamos que ese era el mejor lugar para ello”.

El rey asintió. “Tendremos que mantener eso seguro también. El rey Eva se mostró muy reacio a prestárnoslo.

“¡Lo tienes!” Mena exclamó, saludando fingido.

“Su Majestad, ayudé a transportar la cosa”, dijo Choline. “Pero… ¿de qué es una estatua?”

“¡Oh, cierto, cierto! Me preguntaba lo mismo. ¡Infórmanos, rey!” El rey sonrió. “¿Ninguno de ustedes le dio una mirada?” “Estaba envuelto en tela para evitar que se dañara”.

“Aha”, dijo el rey. “Es la legendaria Estatua del Amor de Profen”. “¿Amor?”

“¡Amor! Es una pieza bastante abstracta, que representa al dios del amor. Se dice que las oraciones traerán romance a tu manera”.

Eso ciertamente sacó a relucir el lado soñador de Choline. “¿Lo hace…? Fascinante.”

“¿Mmm? ¿Qué es esto, Choline?” Mena dijo, inclinándose más cerca, sabiendo muy bien qué cara había cruzado por la mente de su amiga.

“¡N-Nada,   Mena!  Déjalo   caer.   S-Su   Majestad,  dijo   abstracto, pero específicamente… ¿cómo se ve?”

Un desvío evidente. Al ver a Chrome y Mena reírse, Choline siseó. ¿Para qué más están los amigos?

El rey se cruzó de brazos, reflexionando sobre su pregunta.

“Difícil de explicar. De un vistazo, piensas, ‘¿Qué es esa cosa?’, pero alberga esta abrumadora sensación de caos y destrucción, y lo que nace de eso solo podría ser amor verdadero. Tiene ese tipo de vibra profunda”.

“Huh… eso suena profundo. como un pozo ¿Esta estatua está tramando algo?”

“Mena, eres muy perspicaz. De hecho, tengo un plan en mente”, dijo el rey. Sacó un trozo de papel de su bolsillo.

Todos se inclinaron. Era una propuesta escrita a mano para algo que él había llamado el Evento del Amor.

El rey y sus brillantes ideas, pensó Chrome, su semblante cada vez más sombrío. ¿Qué pasó con el hombre tan humildemente honrado hace un momento?

“¡Veo esa cara, Chrome!” Mena sonrió. “¿Me alegro de que hayas conservado tu fuerza ahora?”

“Sin comentarios”, gruñó, haciendo que su mandíbula cuadrada fuera aún más dura.

Es mejor dejar algunas cosas sin decir.

“¡Ho-ho-ho!” El rey se rió. “Esto no es nada por lo que ponerte nervioso, lo prometo. Simplemente vamos a tener la Estatua del Amor en exhibición y alentaremos a los visitantes a que se pregunten fechas frente a ella. Todo lo que necesita es un poco de seguridad y alguien que dirija el evento”.

Hizo que esto sonara simple, pero los tres estaban sudando profusamente.

¡Va a ser un manicomio!

Sus pensamientos estaban tan perfectamente sincronizados que si estuvieran pilotando robots mecánicos, estarían listos para realizar la fusión final y hacer volar al robot gigante juntos.

Pero el rey parecía no darse cuenta del hecho de que estaba sembrando semillas de guerra como un agricultor siembra cosechas a principios de la primavera.

“Podría ser un problema”, dijo Mena. “Especialmente en las cercanías de Lloyd… Tal vez deberíamos intervenir”.

“Su Majestad”, intentó Chrome. “¿Por qué lanzarías algo claramente diseñado para causarnos aneurisma a todos? Ejem. ¿Dolor de cabeza?”

Ni sus palabras ni su expresión ocultaban nada. El rey se movió incómodo, pero decidió que la honestidad era la mejor política.

“Para… mi hija, María.”

“¿La princesa? ¿En qué le ayuda?”

“Por lo que he oído, ella está enamorada de un chico”. Había un rastro de tristeza en su voz.

Todos los demás hicieron una mueca. Después de todo, estaba centrado en Lloyd.

“¡Y creo que su deseo de estar con él es la razón por la que se niega a regresar al castillo! Ella teme un matrimonio político… ¡pero la extraño tanto!”.

A diferencia de Chrome, ni siquiera estaba tratando de ocultar nada. Choline terminó dándole palmaditas en la espalda.

“Bueno, ella es una mujer adulta…”

“¡Si tuviera mis preferencias, haría que este hombre se parara frente a una descarga de cañón!”

“Tal vez necesite crecer un poco, Su Majestad”, intervino Mena, el borde de sus labios temblando. “¿Cañones? ¡Eso es bastante exagerado!

¡Hahaha!”

“Pero corre el rumor de que este chico es un héroe. Salvé el festival cuando estaba poseído. Chrome, ¿es esto cierto?”

Lloyd había confundido al rey con un borracho, le limpió la cara con una runa de desencantamiento y lo liberó del control del señor demonio. Puede que se haya equivocado en todo, pero los hechos seguían en pie.

Chrome sabía esto y sabía cómo se sentía la princesa María, así que asintió. “Totalmente cierto.”

“Oh”, dijo el rey. Una mirada grave se apoderó de él, como si estuviera a punto de declarar la guerra. “He hablado con él varias veces. Siempre parecía estresado, pero era un buen chico. Y no se puede negar que se lo ha ganado”.

“¿Ganado qué?”

“El derecho a unirse a la familia real”.

Esta sorpresa golpeó a Chrome con tanta fuerza que lo petrificó. ¿Lloyd?

¿Realeza? ¡Eso salió de la nada!”

“Uh… supongo… ¿eso podría pasar algún día…?”

“Su Majestad”, saltó Mena, con los ojos muy abiertos para mostrar lo sería que estaba. “Te estás moviendo demasiado rápido. Es solo un cadete.”

“¡Por lo tanto, el evento que les permitirá compartir sus sentimientos! Mejor rasgar el vendaje antes; duele menos.”

Parecía que el verdadero temor del rey era que su hija cuidara a su enamorado durante años, solo para terminar con el corazón roto. ¡¿Y si ella decidiera lidiar con eso saltándose la ciudad por completo?! No podía soportar pensar en eso.

Básicamente, eran cosas típicas de “padre de un adolescente”. “Está bien, punto tomado…”

“Es una oportunidad. Tengo el poder de forzarlo a él y a María a estar juntos, pero si los sentimientos no son mutuos, no vivirán felices para siempre. ¡Cuanto antes se resuelva, mejor! ¡Te extraño, María! ¡Regresa a mí!”

Dadas las intenciones del rey y, lo que es más importante, su propio deseo de ver a Marie y Lloyd llegar a alguna parte, Chrome se sintió impulsado a subir a bordo.

“Muy bien. Chrome Molibdeno, a su servicio. Haré todo lo posible para transmitirle tus sentimientos”.

“¿Tu también, Chrome?” gritó Mena, sorprendida con la guardia baja por este repentino cambio de actitud.

“¿Hay algún problema, Mena?”

“No exactamente. No con tantas palabras. Bien, yo también ayudaré.” Choline se inclinó, entrecerrando los ojos hacia ella. “¿Qué te pasa, Mena?

¡Oh! Estás pensando en Phyllo. ¡Ella también está loca por él!”

“¡B-Bien! ¡Pero, oh, bueno! ¡Será un evento romántico súper divertido! Así es como caen las fichas”.

“Lamento arrastrarte a un problema real”, dijo el rey, inclinando la cabeza.

“La realeza, especialmente la princesa María, son como una familia para mí”, le aseguró Chrome.

“Realmente ayuda, Chrome”.

“¿Ves? Ahora que todo está arreglado, no hay tiempo para jerigonzas. Tenemos mucho que hacer… ¡así que muévete!”. Choline dijo, empujando a los otros dos fuera de la habitación.

Una vez que se fueron, el rey murmuró con tristeza: “Supongo que… ese chico podrá complementar a María… No me opondría a darle la bienvenida a la familia”.

Continuó: “Este chico tendrá que hacerlo. El Asesino de Dragones, Allan Toin Lidocaine.”

Uh-oh. Una especie de gran cosa para equivocarse.

El rey había perdido todos los recuerdos del tiempo en que había estado poseído, y se tragó la actual campaña mediática del ejército al por mayor, asumiendo que la estrella en ascenso de los cadetes debía ser el héroe que lo había salvado.

Tal era la ironía de un rey que se dejaba influir por su propia propaganda.

Confundir a Allan y Lloyd fue menos la semilla del caos que un cartucho de dinamita. No podía terminar bien.

Pero ajeno a este desastre, el rey estaba ocupado murmurando: “¡Debo ser firme! ¡Es todo por Azami!”

Estaba tratando muy duro de convencerse a sí mismo.

De vuelta en el salón de clases… los cadetes habían pasado al siguiente tema: repartir el deber de guardia y los tiempos de descanso.

“¡Ha-chuoo!”

El estornudo estupendo de Allan hizo que todos se giraran y miraran brevemente.

“¿Qué es esto, Allan?” Riho sonrió. “Pensé que los idiotas no podían resfriarse”.

“No soy idiota, así que los atrapo de vez en cuando”. Phyllo se deslizó detrás de él, ahogando sus pasos. “…Alguien debe estar—”

“B-Bien, Phyllo”, dijo Allan, “chismeando sobre—” “—planeando asesinarte.”

“Preferiría dormir esta noche, ¡gracias!”

“…Demasiada atención en ti…y te molestan por eso. ¿Quizás los otros señores locales?”

Su voz tranquila justo detrás de él era genuinamente desconcertante. “¡No pedí más detalles!”

“Eso no puede ser cierto, Phyllo”, dijo Lloyd. “Estoy seguro de que es Renge”.

“…Oh. La esposa de Allan.”

Esto   realmente  no  estaba  ayudando.  Allan  preferiría  que  nadie          la mencionara.

“L-Lloyd… ¿podemos no discutir…?”

Renge Audoc. Líder del clan Audoc del Dominio Ascórbico.

Anzu y su clan Kyounin habían retenido el control del Dominio, pero ella y sus hachas habían sido un desafío poderoso. Una serie de coincidencias y conclusiones precipitadas habían llevado a esta dama amante del té a enamorarse perdidamente de Allan.

Se habían enfrascado tanto en las cosas que celebraron la ceremonia de matrimonio y nos trajeron aquí… Entonces, ¿por qué Allan estaba de vuelta en Azami?

Deje ese interrogatorio a nuestra maestra de amor residente (autoproclamada, claramente), Selen.

“¡Exactamente! Celebraste una boda con la que cualquier mujer soñaría, así que ¿por qué estás aquí volando sola? ¡Un hombre de verdad viviría con ella en el Dominio… o la traería aquí!”

Todo eso en realidad tenía sentido. Riho asintió.

“Un raro momento de lucidez, Selen. ¡Allan no puede discutirlo!”

“Podría entender que hicieras una excepción si fueras como Sir Lloyd y yo: locamente enamorados, listos para una ceremonia el mismo día en un abrir y cerrar de ojos, pero eligiendo deliberadamente saborear el romance extremo que solo se ofrece a los estudiantes”.

“Dices una palabra amable…” Riho suspiró. “Y no tengo idea de qué parte de esto es ‘extremo’.”

Una vez que Selen comenzó a despotricar, todos dejaron de escuchar. Micona dio por terminada su reunión y se unió a ellos.

“¿Tu típica tristeza matrimonial?” ella preguntó. “Te casaste sin salir lo suficiente, y ella es una mujer mayor, así que después de eso perdiste los nervios y dijiste: ‘¡Al menos espera hasta que me gradúe!’, Apuesto”.

“Eso es asombrosamente exacto; por favor, no vuelvas a hacer eso.”

Una boda sorpresa, cuando todavía estaba en la escuela, sería difícil para cualquier hombre.

“Yo—yo quería casarme… solo… la forma en que sucedió me está dando miedo. ¡No tengo quejas sobre ella! Solo… con todos los malentendidos, quiero que me vea por lo que realmente soy”.

Se apagó en una serie de murmullos que Micona ignoró y centró su atención en los demás.

“Guarda la charla para más tarde. Tenemos la lista de seguridad establecida, y ahora tenemos que averiguar qué está sirviendo el café.”

“¡No hay necesidad de guardarlo! Simplemente no podemos volver a mencionar esto nunca más”.

Micona le dirigió una mirada de completo desprecio.

“Para un hombre que nunca deja de hablar de conseguir una novia o una novia, estás siendo terriblemente patético. Cualquier mujer que se precie querría darte su opinión. ¿Verdad, Selen Hemein?”

“No hay forma de escapar de tu destino”.

Allan se encogió ante la hostilidad que le dirigían todas las mujeres que lo rodeaban. Claramente estaba en el banquillo aquí.

“Basta de balbuceos inútiles. Cualquier chica que tenga un momento de sobra, prepárese para su ropa de sirvienta. Tú también, Lloyd Belladonna.”

Lloyd levantó una mano vacilante. “Um, ¿realmente tengo que usar eso?”

Todavía estaba arrastrando los pies, pero todas las chicas querían que esto sucediera, y entraron en modo de persuasión con toda su fuerza.

“¡Bueno, sí! ¡Eres el jefe de los de primer año! Debes.” “Conducirá directamente a mayores ganancias. ¡Por favor, Lloyd! “… ¡Mmm! … ¡Mm!”

Solo hazlo, Lloyd. El segundo año con anteojos se había unido a ellos. “¡Y forja un nuevo camino para ti!” Se subió las gafas.

No estaba claro qué camino podría ser este, pero probablemente estaba cubierto de pétalos de rosa.

Al ver a Lloyd vacilar, Micona añadió un golpe propio.

“Tienes derecho a negarte. Pero los de segundo año están abandonando todo orgullo y haciendo todo lo posible para que el café sea un éxito. Si no puedes igualar su energía, siéntete libre de quitarte ese brazalete aquí y ahora”.

“Urp… Yo-yo le daré un giro…”

Estaba representando a su clase, y eso resultó ser una debilidad explotable.

“Esa es la primera vez que Micona ha funcionado como debería hacerlo un estudiante de último año”.

“Fascinante elección de palabras, Riho Flavin”.

Ignorando esto, Riho pasó su brazo alrededor del hombro de Lloyd, sonriendo de oreja a oreja.

“Escucha, Lloyd. Eres nuestro líder. Si actúas, todos te seguirán. Los lazos de toda nuestra clase dependen de ti”.

“Si soy una sirvienta, ¿vendremos todos juntos?”

Esto… no era exactamente una forma ortodoxa de vincularse.

Y Riho no tenía nada en mente más que el resultado final. Por forzada que fuera la lógica, si conseguía que Lloyd se uniera, todo estaba bien.

“¡N-No estás solo, Lloyd!” Allan tartamudeó. “¡Si alivia tu carga de alguna manera, me complacería servirte como contraste! ¡Tú alivio cómico! Yo también me vestiré de donce—”

“No.”