Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 16

Capítulo 5: ¡Duelo! Los Ocho Espadachines de Shiga

Parte 2

“Comencemos.” “Muy bien.”

En cuanto el árbitro dio la señal, la batalla comenzó con el primer movimiento de Sir Juleburg.

A pesar de que ambos bandos decían que iban a ir con cuidado con el otro, los dos usaban “Hoja Hechizada”.

“Ya pensaba esto desde antes, pero esa chica es muy rápida usando ‘Hoja Hechizada’.” Comentó Lady Helmina a mi lado. “No parece muy fuerte, pero es más estable que incluso la ‘Hoja Hechizada’ de Sir Juleburg.”

“Ese es nuestro capitán. No es de extrañar que sea el mejor de los Ocho de Shiga. Su ‘Hoja Hechizada’ avergüenza al idiota de Jagou.”

“Mira la débil ‘Hoja Hechizada’ de esa chica de la lanza. Es rápida, lo reconozco, pero apuesto a que se desmorona con un golpe.”

“Qué extraño. Habría jurado que la ‘Hoja Hechizada’ de la Sra. Liza era más fuerte…” Escuché a algunos de los Caballeros Sagrados y a Sir Kerun conversando.

Como se trataba de un duelo, Liza estaba usando sólo el mínimo recubrimiento para asegurarse de que su Lanza Mágica de Grillo no se dañara, pero nadie parecía darse cuenta de ello.

De todos modos, creo que sería ineficiente tenerla todo el tiempo a plena potencia. ¿La mayoría de la gente no es capaz de gestionar el nivel de potencia de su “Hoja Hechizada”?

“Aquí van.”

Justo cuando Lady Helmina habló, las figuras de Sir Juleburg y Liza se desdibujaron.

Se acercaron el uno al otro a una velocidad increíble, sus lanzas chocaron más rápido de lo que el ojo podía seguir.

“¿Seis ataqueeees…?”

“Liza es increíble, pero el Sr. Viejo también lo es, sir.”

“Espera, ¡¿qué?! ¡Sólo he visto un ataque!” “Me parecieron dos ataques.”

“Arisa, Lulu, pueden seguir la mayoría de sus movimientos si miran el polvo a sus pies, se los aconsejo.”

Oí a mi grupo hablar detrás de mí.

“Vaya, es realmente impresionante. Se las arregló para bloquear la lanza de Sir Juleburg y todo. Y lo que es más…”

Lady Helmina observó la batalla con atención.

Liza y Sir Juleburg se movían sin parar, intercambiando golpes a una velocidad deslumbrante.

“Sir Juleburg parece más tenso que cuando combate con Gouen o Heim…” Para sorpresa de Lady Helmina, Liza parecía estar en ventaja.

El nivel de Sir Juleburg era 56, cuatro niveles más alto que el de Liza.

Sin embargo, Liza se defendía de él con su hábil juego de piernas y sus golpes de lanza. “Ohh, ¿maravillosoooo…?”

“¡Increíble, sir! ¡Está siguiendo el ritmo de Liza, sir! ¡Pochi también quiere pelear con él, sir!”

“Estoy de acuerdo con Pochi, declaro. Me gustaría intentar bloquear esos ataques, informo.”

Mi vanguardia también parecía entusiasmada con el combate, desde los asientos de los espectadores.

“Maldita sea, el capitán es increíble, pero esa semihumana también lo es.” “¿Has visto cómo se mueve esa lanza?”

“Sí, maldita sea. Nunca había visto a nadie bloquear ese movimiento del capitán con una lanza.

El público rugía ante el impresionante intercambio de ataques entre dos usuarios de lanzas de escuelas muy diferentes. Fue sin duda una batalla de gran velocidad.

Ya había visto a Liza enfrentarse a los profesores elfos antes, pero este fue aún más intenso de ver, ya que parecía que ambos querían sangre.

Seguí de cerca cada uno de sus movimientos, preparado para detenerlos de un momento a otro.

¿Oh?

Los dos saltaron hacia atrás.

“No tenía ni idea… Debo disculparme por haberla subestimado, señorita Liza de la Lanza Negra.”

“Tú también eres muy fuerte. Hacía mucho tiempo que no me enfrentaba a un humano tan fuerte, aparte de mi Amo.”

Ambos combatientes recuperan el aliento mientras intercambian palabras. “Será mejor que me ponga serio a partir de ahora.”

Juleburg sonrió salvajemente y ajustó el agarre de su lanza.

La luz roja del poder mágico brillaba en los huecos de su armadura de Caballero Sagrado, y mi pantalla AR me decía que había usado “Fortalecimiento Corporal”.

“Entonces yo también me pondré seria.”

Liza también activó su “Fortalecimiento Corporal” y las habilidades relacionadas.

La armadura de Liza tenía un dispositivo de inhibición del reconocimiento, por lo que no había luz mágica dentro de su armadura por el nivel de fortalecimiento que utilizaba.

“¡El capitán está usando ‘Fortalecimiento Corporal’!”

“¿Alguna vez ha usado eso fuera de un duelo con los otros Ocho de Shiga?”

“¡Liza de la Lanza Negra es realmente increíble, para conseguir que el capitán luche tan seriamente!”

Oí hablar a los Caballeros Sagrados. Sir Kerun parecía no tener más que admiración por Liza, a pesar de haber perdido contra ella anteriormente.

“Increíble… Se mueve tan rápido que ni siquiera yo puedo seguir el ritmo.” Dijo Lady Helmina.

Ahora que Liza y Sir Juleburg estaban usando “Fortalecimiento Corporal” y “Parpadeo” sin parar, su batalla era difícil de seguir, incluso para alguien que estaba acostumbrado a seguir movimientos de alta velocidad.

“¿La reacción de Sir Juleburg se retrasó? ¿Qué habrá hecho esa chica?” Murmuró Lady Helmina mientras observaba.

Era difícil decirlo desde aquí, pero a Sir Juleburg le debió parecer que la lanza de Liza había desaparecido.

Se trataba de un ataque con una habilidad llamada “Ataque de Brecha”, que era prácticamente imposible de esquivar para alguien que nunca lo hubiera visto antes. Sin embargo, el experimentado Sir Juleburg había logrado esquivarlo.

El rápido aluvión de ataques de Liza, incluidos sus asaltos con “Ataque de Brecha”, golpearon el cuerpo de Sir Juleburg.

O eso parecía, hasta que su cuerpo se desplazó de repente hacia un lado. “Debe ser ‘Doppelgänger’—no, ‘Defensa de Brecha’.”

“Vaya, me impresiona que lo hayas notado.”

La habilidad “Defesa de Brecha” que utilizaba Sir Juleburg era una técnica de finta similar a la de “Ataque de Brecha”, que dificultaba los ataques a corta distancia.

Ambas eran habilidades que aprendimos de Hayato el Héroe.

Nadie más que él y Tama podía utilizar la habilidad “Defensa de Brecha”, o eso creía. El jefe de los Ocho Espadachines de Shiga era realmente impresionante.

“Ella está aguantando contra Sir Juleburg…”

“Oye, Heim. ¿Cómo lucharías contra ella?”

“Si fuera una pelea de la que pudiera escapar, entonces lo haría. Si no, tiraría a por un empate.”

“Sí, sería imposible sobrevivir luchando contra ella sin un rasguño.”

Con mi Audición Aguda, escuché a algunos miembros de los Ocho de Shiga charlando cerca.

Uno era Sir Gouen, con quien había luchado contra el demonio en la capital real el día anterior.

“¡Ah, eso estuvo cerca!” Exclamó Lady Helmina.

La lanza de Liza había rozado el casco de Sir Juleburg, haciendo volar su visor.

No estaba seguro de si se trataba de una diferencia en sus habilidades básicas o en el porcentaje de su “Fortalecimiento Corporal”, pero donde antes habían estado igualados, ahora Liza tenía una clara ventaja.

A Sir Juleburg le costaba cada vez más defenderse de los ataques de Liza, y empezaban a formarse débiles grietas en su armadura de Caballero Sagrado.

Pero dudaba seriamente que alguien tan experimentado como Sir Juleburg cayera tan fácilmente.

“■■ ¡Destello de Grava! ¡Senreki!”

En medio de un ataque, hubo un destello de la punta de la lanza de Sir Juleburg, e innumerables guijarros de luz salieron volando en círculos concéntricos.

Establecen pequeñas ráfagas dondequiera que toquen el suelo. Parecía haber utilizado un hechizo de finta con un canto corto. “¡Ataque de Lanza Hélice!”

Utilizando el ataque mágico como distracción, Sir Juleburg cambió su postura y utilizó un ataque rápido.

No apuntaba a ningún punto vital, sino al hombro de Liza.

“Parpadeo, Ataque de Lanza Hélice!”

Liza había predicho que él atacaría durante el destello de luz, y utilizó “Parpadeo” para esquivar mientras contraatacaba con el mismo ataque especial.

Su ataque, también, iba dirigido al brazo que sujetaba la lanza, no a ningún punto vital. “Nngh… ¡Ni hablar!”

Sir Juleburg cambió a la fuerza la trayectoria de su lanza.

Las dos puntas de lanza recubiertas de Hoja Hechizada chocaron entre sí, lanzando chispas rojas entre ellas.

Parecía que el enfrentamiento iba a durar hasta que una de las lanzas se rompiera, pero terminó en cuestión de segundos, y ambos se alejaron de un salto.

Liza aún parecía enérgica, pero el viejo Sir Juleburg estaba claramente agotado.

Su indicador de resistencia en la pantalla de mi AR dejaba claro que no podría luchar durante mucho más tiempo.

“Eres fuerte… Lanza Negra.” “Tú también, Imparable.”

Cada uno de ellos reconoció la fuerza del otro.

“Eres muy fuerte. Ahora, hay algunos movimientos en este mundo que son conocidos como ‘asesinos de novatos’.”

Eso probablemente se refería a movimientos como el “Ataque de Brecha” que Liza usó antes.

“Pero entre esos, hay menos todavía que no se pueden esquivar, aunque uno sepa que vienen.”

La lanza de Sir Juleburg brilló con un rojo más intenso.

Parecía estar preparándose para usar algún movimiento particularmente grande.

“Como muestra de respeto por tu talento a tan corta edad, compartiré contigo este movimiento. Es una técnica legendaria que se esconde en lo más profundo de los secretos de ‘Hoja Hechizada’.”

Sir Juleburg preparó su lanza en la cadera y comenzó a concentrar la magia en la punta de la lanza.

“Ese movimiento…” Murmuró Lady Helmina.

Liza tenía su propia lanza preparada, observando cuidadosamente sus movimientos para intentar robar la técnica.

Utilicé mi habilidad “Visión de Poder Mágico” para vigilar de cerca el flujo de la magia.

¿Era esto algo diferente de “Disparo de Hoja Hechizada”?

No, a juzgar por la forma en que se reunía la magia, bien podría ser “Disparo de Hoja Hechizada”.

“¡Ooh, ahora el capitán tiene una tonelada de magia en su lanza!”

“¡Va a usar ese movimiento que sólo el más fuerte de los fuertes puede manejar!”

Todos los Caballeros Sagrados empezaron a gritar cuando vieron que la Hoja Hechizada se hinchaba en el extremo de la lanza.

Sin embargo, no parecía lo suficientemente concentrado como para un “Disparo de Hoja Hechizada”.

¿Tal vez iba a ser más un ataque en forma de cono en lugar de un ataque de balas redondas?

Para alguien con fuertes defensas mágicas, eso solo parecía una simple molestia. Una vez que terminó, Sir Juleburg soltó un rugido y desató el poder mágico. “Espera, no te quedes ahí parada…”

“¡Srta. Liza!”

Arisa y Lulu gritaron en las gradas, preocupadas por la seguridad de Liza.

Una bala de cañón de poder mágico con una franja tan ancha como la altura de un ser humano se dirigió hacia Liza, acelerando por el camino.

Al aumentar la velocidad, Sir Juleburg utilizó “Parpadeo” para cargar también contra Liza.

Su ataque parecía ser un combo de “Disparo de Hoja Hechizada” y su propio golpe.

Una vez que la bala de cañón mágica de Sir Juleburg se acercó a Liza, su mano finalmente se movió.

En un abrir y cerrar de ojos formó un pequeño y rojo “Disparo de Hoja Hechizada” y lo disparó rápidamente.

Las dos masas de magia chocaron justo delante de Liza, y un destello rojo de luz llenó la arena.

La barrera que rodeaba el interior de la arena reflejaba la luz roja, lo que dificultaba ver a Liza y a Sir Juleburg en el interior.

Sin embargo, pude ver débilmente que el “Disparo de Hoja Hechizada” de Liza había atravesado el de Sir Juleburg, y se estrelló contra él con las ondas de choque resultantes.

La magia defensiva de Sir Juleburg no pudo soportar la carga y se disipó. Entonces vi que la muñeca de Liza se movía ligeramente.

¿Liza?

Un segundo “Disparo de Hoja Hechizada” voló hacia Sir Juleburg.

Se había reducido al mínimo de tamaño y fuerza, pero Sir Juleburg no podría esquivarlo en su postura actual.

Sin embargo, no había permanecido en la cima de los Ocho Espadachines de Shiga durante tantos años sin una buena razón. Con un grito, sacó de su otra mano un segundo “Disparo de Hoja Hechizada”.

Por supuesto, fue a costa de su puño, que se rompió por completo en el proceso. Pero el viejo guerrero estaba demasiado decidido a dejar que eso le frenara.

Utilizó el brazo bueno que le quedaba para cargar su lanza con magia para un último ataque.

Pero entonces, el tercer y último “Disparo de Hoja Hechizada” de Liza golpeó la muñeca de su mano que sostenía la lanza.

Debe haber usado el ataque de triple ráfaga que acaba de aprender el día anterior.

Liza se acercó con un “Parpadeo” y giró, utilizando su cola para barrerle las piernas a Sir Juleburg antes de que pudiera recuperarse. El capitán cayó al suelo y Liza le apuntó con su lanza a la garganta, impidiéndole seguir avanzando.

La luz roja se desvaneció finalmente de la barrera de la arena, revelando los resultados al público.

“¿Sir Juleburg?”

“¡Él usó ‘Disparo de Hoja Hechizada’! ¿Cómo acabó cayendo?” Oí gritos de confusión del grupo de caballeros.

Pero eso sólo duró hasta que el árbitro declaró la victoria de Liza. “¡La ganadora es Liza de la Lanza Negra!”

Cuando esas palabras resonaron en la arena, los vítores fueron lo suficientemente fuertes como para hacer temblar la capital real.

No pude oír quién decía qué, pero estaba claro que estaban felicitando a Liza y celebrándola.

Liza se alejó unos pasos de Sir Juleburg antes de levantar su lanza en mi dirección. Era muy propio de ella no bajar la guardia, incluso después de ser declarada vencedora.

Grité mis propios vítores con todas mis fuerzas, devolviéndole el saludo.

Más tarde podríamos preocuparnos por lo que esto podría significar. Por ahora, sólo quería celebrar su victoria.

***

“¡Quiten las barreras de la arena! ¡Sacerdotes, curen las heridas de Sir Juleburg!”

Los sacerdotes y los trabajadores de la arena se apresuraron a seguir las órdenes de Lady Helmina.

En cuanto los muros de la barrera desaparecieron, los sacerdotes y los magos de luz corrieron al lado de Sir Juleburg y comenzaron a utilizar la magia curativa sobre él.

Dada la notable eficacia de la Magia Sagrada avanzada, su mano rota se curó en poco tiempo.

“Eso fue increíble…”

Al oír la voz de Arisa, me giré para ver a mi grupo corriendo desde los asientos de los espectadores.

“Srta. Liza…”

Una vez curadas sus heridas, Sir Juleburg llamó a Liza. Él parecía querer hablar con ella, así que agarré a Tama y Pochi para evitar que corrieran hacia ella.

“Señorita Liza, su fuerza es realmente impresionante.” “Gracias por las amables palabras.”

Liza respondió con una expresión tranquila, pero su cola se movía de un lado a otro, revelando sus verdaderos sentimientos.

“… Los Ocho de Shiga son la espada y el escudo que protegen el reino.” Dijo de repente Sir Juleburg a Liza. “Por lo tanto, creo que mientras uno posea verdadera fuerza, un corazón noble y devoción a su reino, cualquiera debería poder unirse, independientemente de su raza o lugar de nacimiento.”

Parecía estar invitando a Liza a unirse a los Ocho Espadachines de Shiga, aunque no parecía que ella lo hubiera captado del todo.

“Actualmente hay dos puestos vacantes entre los Ocho Espadachines de Shiga, y algunos nobles los están utilizando como herramientas para sus tontas luchas de poder. Pero he conseguido arrebatarles uno de los puestos.”

Me hubiera gustado que no me hubiera mirado de reojo cuando habló de la parte de las ‘luchas de poder’.

Uno de los asientos pertenecía probablemente al tercer príncipe, Sharorik, al que habíamos conocido en la antigua capital, pero ¿a quién pertenecía el otro asiento?

Ahora que lo pienso, he oído hablar del sucesor de Sir Torel en la aeronave de camino a la capital real. El otro asiento vacío, entonces, debe pertenecer al caballero wyvern Torel, a quien Zena conoció cuando se topó con un dragón menor en el Condado de Zetts.

“Deseo ofrecerte ese asiento… Aceptarás, ¿no?” Sus ojos brillaron al mirar a Liza.

Junto a mí, el resto de nuestro grupo observaba a Liza con ansiedad, excepto Nana, que se limitó a sacar su escudo de su mochila de hadas y a ponérselo en el brazo.

“Me temo que debo declinar.”

Liza negó con la cabeza, sonando poco entusiasta.

Algunas de mi grupo, como Arisa y Pochi, suspiraron aliviadas. Eso estaba muy bien, pero Arisa, que aprovechaba el momento para meter su cara en mi pierna, era un poco exagerada. Y deseé que Mia no la imitara.

“¿Pero por qué? Puede que ahora seas la esclava de Sir Pendragon, pero si te conviertes en un miembro de los Ocho Espadachines de Shiga, puedes ser liberada por la autoridad del rey e incluso convertirte en un conde honorario. ¿Por qué rechazarías tal honor y rango que normalmente un semihumano nunca podría alcanzar?”

Sir Juleburg tenía una expresión de incredulidad, pero Liza lo detuvo. “Es cierto que es un honor que nunca me hubiera atrevido a soñar.” “Entonces por qué…”

“Sin embargo, mi lealtad no está con este reino sino con mi Amo. No estoy cualificada para formar parte de los Ocho Espadachines de Shiga, que sirven ante todo al Reino de Shiga.”

Eso parecía una proclamación casi peligrosa.

¿Y si lo toman como que somos un ejército privado sin lealtad al Reino de Shiga?

“¡Eso es!” Arisa se apresuró a decir. “¡Somos las Siete Valientes de Pendragon! Nos convertiremos en los nuevos protectores del mundo, ¡que rivalizan incluso con los Ocho Espadachines de Shiga! ¿Verdad, Amo?”

¿De dónde viene eso de “Las Siete Valientes de Pendragon”? ¿Fue un guiño a los Diez Valientes de Sanada, el famoso grupo de ninjas del periodo de los Estados en Guerra?

Probablemente lo decía para suavizar lo que había dicho Liza, pero su expresión de suficiencia hacía que fuera posible que hablara completamente en serio.

“¡Oh-ho! Vas a rivalizar con los Ocho de Shiga, ¿eh?”

“Pero ella derrotó a Sir Juleburg el Imparable. Podrían ser capaces de hacerlo.”

“¡Sí, es el nacimiento de una nueva protectora del Reino de Shiga, con ataques de luz de su lanza!”

“Lanza Negra… No, ella vence al mal con la luz de su lanza. ¡Liza Lanza de Luz de Perdición Infernal!”

“¡Gloria al Reino de Shiga y a las Siete Valientes de Pendragon!”

El nombre que Arisa había soltado estaba siendo difundido por la muchedumbre como una proclamación oficial.

Tal vez fuera sólo la excitación por el gran duelo, pero la energía del público era extraña.

Eran tan entusiastas que casi me pregunté si había gente confabulada entre el público.

¿Era tan importante que Liza hubiera derrotado a Sir Juleburg?

Al parecer, algunos de los guerreros y visitantes que se encontraban en los asientos de los espectadores habían visto a Liza usar “Disparo de Hoja Hechizada” y decidieron darle un nuevo apodo.

No creía que la declaración de Arisa fuera suficiente para poner fin a la discusión sobre la incorporación de Liza a los Ocho Espadachines de Shiga, pero parecía que al menos había ayudado a retrasar el asunto. Tendría que hablar con alguien como la Vizcondesa Nina para que le aconsejara cómo tratar el asunto a partir de ahora.

Por cierto, no fue hasta mucho más tarde que me enteré de que las “Siete valientes de Pendragon” eran en realidad el título de la novela en curso de Pochi.