Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 16

Capítulo 5: ¡Duelo! Los Ocho Espadachines de Shiga

Parte 1

“Aquí Satou. La palabra duelo me hace imaginar a dos estimados nobles luchando con estoques. Tal vez sea porque pienso en las batallas con katanas japonesas como ‘peleas de espadas’.”

“Yaaawn…” “Siiir…”

Tama y Pochi fingieron bostezar.

Les di unas palmaditas en la cabeza, reprimiendo un auténtico bostezo. “¿Cansado?”

“Sólo un poco.”

Arisa me lanzó una mirada de preocupación. “Almohada.”

Mia se dio una palmadita en el regazo, pero eso no sería realmente práctico en un vagón estrecho; le di las gracias y me negué cortésmente.

Como el día anterior, íbamos en tres carruajes de caballos prestados, esta vez para ir al cuartel general de los Caballeros Santos.

Al principio, Liza y yo íbamos a ir solas, pero Arisa dijo que quería vernos ‘siendo geniales’, lo que acabó con todas los demás exigiendo venir.

“Satou.”

Mia señaló hacia adelante.

“Hay caballeros con armadura blanca haciendo guardia. Debe ser el cuartel general de los Caballeros Sagrados.”

“Mm, elegante.” “Preciosooooo…”

“Muy bonito, sir.”

Tal y como observaron los chicas, el edificio de mármol blanco y azulado desprendía un aire muy imponente.

“Parece el tipo de edificio que verías en un MMO de fantasía.”

No pude evitar reírme del comentario de Arisa. Realmente parece una zona de inicio de un juego o algo así.

“¡Alto!”

Cuando nuestro carruaje se acercó a la puerta, los caballeros que montaban guardia a ambos lados de la entrada cruzaron sus lanzas para detenernos.

“No sé quién es usted, buen señor, pero esta es la sede de la Orden de los Caballeros Santos. Nadie que no tenga negocios aquí puede entrar.”

El caballero se dirigió a nosotros de manera civilizada pero firme.

Como tenía tantas mujeres y niñas conmigo, probablemente pensó que era el hijo de algún noble estúpido.

Bajé del carruaje solo y le mostré al Caballero Sagrado mi carta de Sir Juleburg, el líder de los Ocho Espadachines de Shiga.

“¿Qué es esto?”

El caballero tomó la carta con duda, pero sus ojos se abrieron de par en par cuando vio que el sello de Sir Juleburg seguía intacto en el sobre.

“¡Lo siento mucho! ¡No tenía ni idea de que fueras un invitado de Su Excelencia Sir Juleburg!”

El caballero se enderezó rápidamente y se disculpó, luego indicó a sus compañeros que nos dejaran pasar. Incluso se ofreció generosamente a guiarnos hasta Sir Juleburg. Acepté con gratitud, porque de lo contrario nuestro numeroso grupo probablemente habría sido detenido de nuevo por el camino.

“¿Clang clang clang…?”

“Cling clang, sir.”

“Amo, oigo los sonidos de la batalla, me presento.”

Cuando el sonido de las espadas chocando llegó a nosotros, Tama y Pochi se aferraron a mi brazo para informarme de ello, seguidas poco después por Huit. La antaño Número 8 parecía ser especialmente susceptible y siempre se aferraba a sus hermanas.

Al ver esto, Mia me agarró la otra mano. “Aquí.”

“Parece que están en pleno entrenamiento.”

Mia y Arisa habían visto a los Caballeros Sagrados entrenando en una arena.

Según la información de mi mapa, el grupo estaba formado por Sir Juleburg y varios de los Ocho Espadachines de Shiga, junto con miembros de los Caballeros Sagrados.

Sir Juleburg, que me había enviado la carta, parecía estar observando de reojo el entrenamiento de los caballeros.

“¡Capitán Juleburg! ¡Sir Pendragon ha llegado!”

Una vez que llegamos a la arena, el Caballero Sagrado que nos había guiado hasta allí le gritó a Sir Juleburg tan fuerte que me dolieron los oídos.

“Así que ha venido, Sir Pendragon…” Sir Juleburg se interrumpió de repente al volverse hacia nosotros. “… ¿Qué significa esto?”

Parecía bastante molesto.

Las chicas bestia y Nana llevaban armadura, pero todas los demás, incluyéndome a mí, estaban con su ropa normal. ¿Tal vez eso era lo que le molestaba?

“La carta que enviaste mencionaba que debía traer compañía, así que acepté tu amable invitación para que pudieran observar y aprender.”

La expresión de Sir Juleburg se volvió agria, evidentemente recordando su propia carta. Supongo que en realidad sólo quería que trajera a Liza.

“¿Tal vez he traído demasiada gente?”

“… Está bien.”

No parecía querer faltar a su palabra.

“¡Liza de la Lanza Negra, te reto a un duelo! ¡Es una venganza por nuestra lucha en Ciudad Laberinto! ¡Espera a que veas lo fuerte que soy después de que el propio capitán me haya entrenado!”

Mientras Sir Juleburg se sumía en el silencio, un Caballero Sagrado con una lanza blanca sobre el hombro llamó a Liza.

No recordaba su cara, pero el arma distintiva me resultaba familiar. Era uno de los que había retado a Liza a una pelea en Ciudad Laberinto y había perdido.

“Kerun, eh… muy bien, adelante.” “¿Amo, si puedo?”

Una vez que Sir Juleburg dio permiso para el duelo, Liza se dirigió a mí para también obtener permiso.

Puede que Sir Kerun se haya hecho más fuerte, pero estaba seguro de que Liza se había hecho aún más fuerte.

Asentí a Liza para que probara su propia fuerza.

Liza y yo nos dirigimos a la arena, dejando al resto del grupo en los asientos del público.

Sir Juleburg anunció el duelo entre Kerun y Liza, y envió a los Caballeros Sagrados en formación fuera de la arena.

“Espera, es sólo una joven. ¿Así que ‘Liza de la Lanza Negra’ de la que siempre habla Kerun es sólo una chica flaca?” Un caballero barbudo con una lanza amarilla se burló en voz alta, buscando pelea.

Mi Audición Aguda captó a Arisa murmurando: “Vaya, al decir eso está clamando perder.” Tuve que estar de acuerdo con ella.

“Liza, antes de luchar contra Sir Kerun, ¿por qué no te enfrentas a este confiado caballero?” Sugerí, después de pedir permiso a Sir Juleburg.

Los dos se dirigieron al centro de la arena, y el Caballero Sagrado que arbitraría le dijo a Liza las reglas de la batalla: continuaría hasta que alguien fuera noqueado, dijera ‘me rindo’ o hasta que el árbitro los detuviera.

Tratar de herir o matar al oponente por mala voluntad va en contra de las reglas.

Mientras escuchaban, algunos usuarios de Magia de Luz y sacerdotes de alto nivel de varios templos pusieron magia defensiva sobre ambos combatientes.

En última instancia, sólo pretendía evitar que se hicieran daño mutuamente; no les daban ninguna Magia de Apoyo que les fortaleciera o aumentara el ataque.

“¿Buena suerteeee…?” “¡Puedes hacerlo, Liza, sir!”

Tama, Pochi y el resto del grupo la animaron desde los asientos de los espectadores. “Tsk, ¿qué es esto, un juego para niños?”

El caballero de la lanza amarilla escupió bruscamente al suelo. “¡Jagou! ¡No pierdas ante una chica escamosa!”

“¡Muéstrale a esa lagartija su lugar!”

Algunos amigos del caballero de la lanza amarilla abuchearon desde el grupo de Caballeros Sagrados.

“¡Sabes que lo haré! Demostraré que soy el adecuado para estar en los Ocho Espadachines de Shiga, y no un idiota como Kerun.” Le gritó el caballero.

“Combatientes, entren a la arena.”

Ambos luchadores siguieron las instrucciones del árbitro.

El caballero de la lanza amarilla miraba a Liza como si hubiera matado a su madre, cosa que no parecía afectarle en lo más mínimo.

“¡Comiencen!”

A la señal del árbitro, el caballero utilizó “Parpadeo” para cargar contra Liza y golpearla tres veces en rápida sucesión.

Liza esquivó los golpes con facilidad, luego levantó su propia lanza y le quitó el arma de la mano al caballero.

“¿Qué…?”

El caballero se quedó con la mirada perdida en sus manos ahora vacías. A poca distancia, la lanza golpeó el suelo con un fuerte estruendo.

“El duelo aún no ha terminado. Recoge tu arma.” “¡No te metas conmigo! ¡Te vas a arrepentir!”

El caballero gruñó una clásica frase de villano de poca monta mientras recogía su lanza, y luego la llenó de poder mágico para activar Hoja Hechizada.

Odio decirlo, pero tardó mucho en activarse.

“¡Come esto! ¡Movimiento secreto—‘Lanza Hélice’!”

Liza activó al instante Hoja Hechizada en su propia lanza de grillo mágico y paró con calma el ataque del caballero.

“¡Imposible! ¡¿Paraste la ‘Lanza Hélice’ que no se puede bloquear?!”

El caballero de la lanza amarilla dio un salto hacia atrás mientras exclamaba conmocionado.

“¿Cuándo invocó ‘Hoja Hechizada’?” “¿Fue capaz de bloquearlo con una ‘Hoja Hechizada’ tan débil?” Los otros caballeros también murmuraron sorprendidos.

Probablemente sólo pensaron que la Hoja Hechizada de Liza era ‘débil’ porque la lanza amarilla emitía mucha luz roja excesiva.

“¿Débil? Tienen mucho que aprender. Además, a menos que alguien sea mucho más débil que tú, es demasiado orgulloso suponer que un ataque tan vistoso alcanzará a tu oponente sin que siquiera intentes pillarlo por sorpresa o desequilibrarlo primero.”

Liza se acercó a él con “Parpadeo”, esquivando y derribando sus ataques mientras también amonestaba al caballero.

Mientras tanto, el caballero de la lanza amarilla probablemente no estaba escuchando, ya que todo lo que podía hacer era esquivar sus ataques.

“Vaya, no está mal. Su usuaria de lanza es bastante fuerte, Sir Pendragon.”

Percibí un olor a perfume y sentí algo suave contra mi cuello, seguido poco después por la sensación de una armadura metálica.

Lady Helmina, la usuaria de armas de los Ocho Espadachines de Shiga, se había acercado sigilosamente por detrás de mí y me había hecho una llave de cabeza.

Oí que Arisa y Mia gritaban ‘infiel’ desde los asientos de los espectadores, pero fingí no darme cuenta.

“Sí, es una camarada con mucho talento.”

Me zafé de la llave de cabeza de Helmina sin apartar los ojos de la pelea de Liza. “Olvidé que tú también eres un hábil artista marcial.” Comentó.

“Oh, es sólo un pasatiempo.”

Lady Helmina se puso a mi lado para ver la batalla.

“Es ciertamente unilateral… pero es exactamente lo que ese imbécil de Jagou se merece.”

Efectivamente, parecía que el caballero de la lanza amarilla era un miembro un poco problemático.

“Así que… he oído que perseguiste a esos atacantes de la aeronave, ¿eh?”

“Eso es un malentendido. Fui a encontrarme con unas amigas que viajaban por separado y me los encontré por casualidad.”

Había olvidado que Lady Helmina y Sir Juleburg habían sido enviados a rescatar a la hija menor del Duque Vistall, que estaba con algunos de los atacantes de la aeronave.

“Justo cuando por fin los alcanzamos, los atacantes ya habían sido capturados y la esposa del duque recuperada, y nos dijeron que la importantísima Señorita Somienna también estaba bajo la custodia de los guardias. Hablando de un esfuerzo desperdiciado.”

Habría sido descortés decir ‘gracias por tu duro trabajo’ o algo así, así que permití amablemente que Lady Helmina volviera a rodear mi cuello con su brazo y apretara su puño en un lado de mi cabeza.

“Ah…”

“¡Sir!”

Hubo un desarrollo en la batalla, que Liza había dominado de principio a fin.

El caballero de la lanza amarilla había perdido el equilibrio al esquivar un ataque, resbaló y aterrizó con fuerza sobre su trasero.

Liza sostenía su Lanza Mágica en su cuello.

“Qué vergüenza…” Murmuró Sir Juleburg, justo cuando el árbitro declaró la victoria de Liza.

“¡Todavía no! ¡Todavía no he perdido!”

Cuando Liza le dio la espalda al hombre para volver hacia mí, el caballero le lanzó su lanza con Hoja Hechizada en la punta.

Qué idiota.

Incluso de espaldas, Liza nunca bajaría la guardia.

Liza esquivó a un lado con “Parpadeo”, y luego hizo girar la Lanza Mágica en sus manos para lanzar la lanza del caballero al aire.

Al darse la vuelta, golpeó la lanza que caía con la suya.

Voló hacia delante a toda velocidad y se clavó en el suelo justo entre las piernas del caballero.

“Liza es demasiado buena.” Oí murmurar a Arisa con mi Audición Aguda. “Debería haber dado un golpe directo.”

Sir Juleburg comenzó a reprender al caballero de la lanza amarilla de inmediato, y sus compañeros entre los Caballeros Sagrados lo arrastraron a sus pies y lo alejaron de la arena.

“Me disculpo por el enorme fracaso de mi subordinado.” Sir Juleburg inclinó la cabeza hacia Liza y hacia mí.

Algunos de los Caballeros Sagrados exclamaron indignados por el hecho de que inclinara la cabeza ante una persona con escamas, pero Sir Juleburg no respondió. Supongo que había algunos Caballeros Sagrados de antiguas familias nobles o de la parte norte del reino que tenían prejuicios contra los semihumanos.

“Muy bien, ahora es mi turno.”

“Lo siento, pero yo iré primero, Kerun.”

Sir Juleburg extendió su propia lanza para detener a Sir Kerun y se acercó a Liza en su lugar.

***

“Soy Zef Juleburg el Imparable, Primer Asiento de los Ocho Espadachines de Shiga. Busco un combate con usted, ¡Liza de la Lanza Negra!”

Sir Juleburg se dirigía ahora a Liza con bastante cortesía. Supongo que reconoció su fuerza.

Liza me miró para pedirme permiso y yo asentí, sintiéndome orgulloso.

Se me ocurrió que podríamos vernos envueltos en algo molesto, dependiendo de los resultados del duelo, pero me preocupaba más dejar que Liza mostrara los resultados de su entrenamiento en el laberinto.

Si alguien intentara reclutarla o utilizarla como peón, podría ocuparme de ello con la ayuda de mis contactos personales, o incluso acudir al rey o al primer ministro como Nanashi el Héroe, si se diera el caso.

“¡Quiero escuchar tu respuesta!”

“Yo, Liza de la Lanza Negra, subordinada de Sir Pendragon, acepto tu reto y accedo a un duelo, Sir Juleburg el Imparable.”

Vaya, eso fue muy bueno.

Debe haber aprendido estas formalidades cuando hizo todos esos duelos en Ciudad Laberinto.

Los dos entraron en la arena. Liza parecía tranquila y natural como siempre. Una multitud de curiosos se había reunido en los asientos de los espectadores.

Además de los Caballeros Sagrados y los escuderos de la sede, había empleados del edificio e incluso oficiales y nobles que se encontraban en la zona por motivos de trabajo.

“Seré benévolo contigo, pero no bajes la guardia si no quieres morir.”

“Por supuesto. Siempre me juego la vida en la batalla. Sin embargo, no te preocupes; nunca cruzaría la línea en una batalla contra un anciano. Me aseguraré de contenerme.”

“Ho-ho, qué joven tan cariñosa, al mostrar tanto respeto por un anciano como yo.” “Cualquier bondad mía sólo la he heredado de mi Amo.”

Una vez que los sacerdotes y los magos de luz terminaron sus encantamientos, Sir Juleburg y Liza empezaron a intercambiar púas poco disimuladas.

A juzgar por la sensación de hormigueo en mi piel, probablemente ambos estaban utilizando también sus habilidades de “Intimidación”.

“Es buena, esa chica. No cede ni un ápice contra Sir Juleburg.”

Lady Helmina, que aún tenía su brazo alrededor de mi cuello, miró a Liza con aprobación.

Más tarde explicó que tratar de intimidar o provocar a un oponente antes de una batalla como ésta era una práctica habitual.

“Activen la barrera de la arena.”

A la orden de Lady Helmina, se formaron varias barreras defensivas de Magia Práctica alrededor del campo de batalla.

Fueron producidas por el tipo de dispositivo mágico que podría usarse en una fortaleza, y crearon barreras a la par de las creadas por hechizos mágicos mayores usando una enorme cantidad de energía de un Horno Mágico.

No tenían el mismo poder de defensa individual que los hechizos Paraguas y Fortaleza que creé, pero las barreras eran más fuertes que los escudos que Nana podía producir con Fundación.

“Esto es un gran despliegue.”

“Normalmente sólo usamos estas cosas para las batallas mágicas, pero las necesitaremos si Sir Juleburg va a por todas.”

No podía imaginar por qué sería necesaria una barrera defensiva para el combate cuerpo a cuerpo de , aparte de los “Disparos de Hoja Hechizada” de Liza, pero me limité a asentir en lugar de seguir cuestionándolo.