Seiken Gakuin No Maken Tsukai (NL)

Volumen 2

Capitulo 7: Las Dos Reinas

 

 

“¡Ruge y brama! ¡Drag Howl!”

*¡Boooooooom!*

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Una explosión sacudió el aire cuando el disparo de Regina atravesó un mamparo hecho de acero encantado de grado militar. El Carbuncle se elevó en el aire a toda prisa, con Leonis y Regina siguiéndole. Naturalmente, todos los ascensores estaban inactivos, así que para llegar al puente tenían que utilizar la escalera central o la de emergencia.

(Romper el techo con magia sería mucho más rápido). Pensó Leonis. Sin embargo, tal táctica ponía a la princesa en riesgo de quedar atrapada en el fuego cruzado.

“Regina-san, no te adelantes demasiado…” Leonis insistió.

“Soy la mayor aquí”. Regina se giró para mirarle mientras subían corriendo las escaleras. “No puedo dejar que tomes la delantera”.

“No, es sólo que yo… puedo ver tus…”

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“… ¡¿Huuh?!” Regina se puso roja y presionó su falda hacia abajo sobre su trasero.

El uniforme de la Academia Excalibur hacía énfasis en la movilidad, por lo que su falda era muy corta. Leonis obtuvo una buena vista de las panties negras y maduras de Regina.

“¡E-Eres un pervertido, ¿no es así, chico?” Le reprendió Regina con sus ojos entrecerrados con desprecio.

“¡F-Fue un accidente!” Insistió Leonis, alegando inocencia.

“Tendré que informar de esto a Seria ojou-sama. Espero estés preparado”.

“Por favor, no lo hagas”. Suplicó Leonis apresuradamente.

Su intercambio fue interrumpido cuando una nueva voz resonó desde arriba.

“¿Quién demonios son ustedes?” Alguien les llamó con estridencia.

Un par de hombres bestia habían aparecido sobre una plataforma justo delante.

“¡Regina-san!”

“Espada Sagrada, Exchange14… ¡Drag Striker!” Regina liberó rápidamente una ráfaga.

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“¡Aumento de Precisión, Curse Blast!” Leonis se ajustó al tiempo de Regina, aplicando magia de refuerzo en ella.

*¡Booooom!*

Los disparos impactaron en su objetivo, explotando y mandando a volar a los hombres bestia.

“¡¿W-Whoaaaa…?!” Regina se tambaleó ligeramente ante la fuerza de su propio ataque.

(¡Oh, maldición, la he reforzado demasiado!)

“¡E-Eso fue increíble, Regina-san!” Dijo Leonis, apresurándose a fingir ignorancia.

“No eran proyectiles explosivos. Eran ráfagas normales. Además, creo que su trayectoria cambió ligeramente…” Respondió Regina, claramente poco convencida.

“D-Debes haberlo imaginado”.

Desde la plataforma, Leonis y Regina avanzaron por un pasillo, abatiendo con facilidad a los hombres bestia que les impedían el paso. Una y otra vez, Regina disparó ráfagas de fuego con su Espada Sagrada.

“¡Allí está el puente de la nave!”

El Carbuncle se volvió transparente y pasó a través de la puerta.

“¡Drag Howl!” Regina lanzó otra poderosa ráfaga que hizo estallar la puerta. “¡Princesa Altiria!” Gritó mientras irrumpía en la habitación. Sin embargo, lo que encontró ante sus ojos no era la escena que esperaba.

“… ¿Qué…? ¿Qué está pasando aquí?” Regina susurró conmocionada.

El puente estaba completamente desierto. El sistema de control de la nave operaba sin nadie en la sala.

“¡Mira!” Regina le hizo una seña a Leonis cuando sus ojos vieron la pantalla de una consola. Su expresión se volvió rígida debido al miedo y la desesperación.

“… ¿Qué es esto?” Había una gran marca en la pantalla que Leonis supuso que era el Hyperion. Parecía dirigirse a un grupo de numerosos puntos más pequeños.

“Eso es un arrecife del vacío”.

Sharnak y sus subordinados se habían reunido en la cubierta del Hyperion. Relámpagos surcaban el cielo mientras se desataba una tormenta. Varios hombres bestia llevaban a la princesa Altiria al interior de un avión de combate.

Cada uno de los insensatos hombres bestia que habían aceptado el poder de una Espada Demoníaca se habían convertido en las marionetas de Sharnak. Más precisamente, estaban bajo el control de la Espada Demoníaca empuñada en las manos de la elfa oscura.

Entre los dedos de Sharnak descansaba la Zolgstar Mezekis, una de las armas asesinas de Reyes Demonio conocidas colectivamente como Arc Seven.

Era un arma diferente a las que Sharnak había dado a los hombres bestia. Zolgstar Mezekis era una verdadera Espada Demoníaca y había sido concedida por un sacerdote de la diosa. Como arma legendaria, se decía que había sido empuñada por un héroe hace mil años.

(Sí, he sido elegida por ella…) Pensó Sharnak con confianza.

“… ¿Adónde nos llevas?” Preguntó la princesa Altiria con voz débil.

“Heh, heh, oh, a un lugar maravilloso”. Respondió Sharnak con una sonrisa sádica. “Deberías considerarte honrada. Una vez que diseccione tu cerebro y descifre los poderes de la familia real, te convertiré en el juguete de los sádicos del culto. O tal vez te deje servir como semillero de los monstruos del vacío. ¡Ah, ha, ha, ha, ha, ha!”

“… ¡¿?!”

Dejando escapar una risa maniática, Sharnak sostuvo en alto la Espada Demoníaca.

Bajo la luz de la luna, el Hyperion desprovisto de amo cargó a través de las aguas, acercándose cada vez más al arrecife envuelto en una negrura que superaba la oscuridad de la noche misma.

“Ahora, dense prisa”. Ordenó Sharnak a los hombres bestia bajo su mando.

“Suponiendo que no quieran ser tragados también, por supuesto”.

Lyseria y Sakuya se apresuraron por un corredor iluminado únicamente por la parpadeante luz de emergencia. No había señales que indicaran la presencia de alguien más en el pasillo. El eco del chirrido del casco del Hyperion era interrumpido por los ocasionales relámpagos que se escuchaban.

El suelo se tambaleaba y temblaba bajo las dos jóvenes. Era probable que la nave se estuviera acercando a su velocidad máxima de crucero.

“Por allí. Los mamparos han sido destruidos”. Observó Lyseria, señalando hacia adelante.

Había un enorme agujero en el centro de la enorme barricada de tipo militar.

Los escombros y fragmentos de metal cubrían el suelo a su alrededor.

(¿Leo-kun hizo esto…?)

“Lyseria-senpai…” Sakuya le llamó mientras corría para alcanzarla.

“¿Qué sucede?” Lyseria se detuvo y se dio la vuelta.

“Ya vienen”. Entrecerrando sus ojos, Sakuya se giró para mirar lo que parecía estar en un espacio vacío A pesar de la aparente falta de cualquier oponente, ella desenfundó a Raikirimaru.

“… ¿Huh?” Lyseria no percibía ninguna presencia inusual, pero parecía evidente que la espadachina más joven podía ver algo. Hubo un fuerte estruendo en el exterior del Hyperion, y luego…

*¡Crack, crack!*

El sonido de cristales rotos empezó a sonar, como si el propio aire empezara a ceder.

“¡¿Void?!” Lyseria materializó su Espada Sangrienta y apretó sus manos con fuerza en torno a la empuñadura.

*¡Crack, crack, crack!*

Incontables fracturas se originaron y, a medida que se ensanchaban, una criatura envuelta en vapores de color gris oscuro comenzó a emerger.

“… Urrr… Rggggl…”

Unas robustas extremidades con garras y aletas extrajeron un resbaladizo cuerpo gris de las fisuras del espacio.

Lo que debería haber sido el rostro del Void no tenía ni nariz ni ojos, sólo una gran lágrima horizontal forrada de dientes.

“Un Clase-Tritón”.

Este era un tipo de Void que aparecía en el fondo del mar. Era sumamente inteligente y capaz de moverse a gran velocidad no sólo bajo el agua, sino también en tierra firme.

“¡Ya viene!” Gritó Sakuya, y arrancó dando una patada en el suelo.

Desenvainando su espada, Sakuya realizó un tajo horizontal con un elegante movimiento. El Void se disolvió en un miasma y desapareció antes de que siquiera pudiera lanzar un último grito de muerte. Descargas de electricidad recorrieron la hoja de Raikirimaru. Desafortunadamente, ya se estaban formando nuevas lágrimas alrededor de Lyseria y Sakuya.

“… ¡¿?!”

Una vez más, la katana electrificada destelló cortando otro Void que había aparecido de una fisura flotante. Seguidamente, Sakuya utilizó el giro hacia atrás para pasar a otro ataque y de ahí a un corte horizontal ascendente. Con cada movimiento de la espada, los movimientos de Sakuya se hacían más ágiles.

“Técnica de la hoja definitiva, tercera forma… ¡Ráfaga de Guerra Sakura!”.

La espada de Sakuya rugió. La habilidad de su Espada Sagrada… Raikirimaru, Hoja del Relámpago… era la aceleración. La electricidad que producía era sólo un subproducto. Su verdadero poder era que envolvía a Sakuya en energía super-electromagnética, permitiéndole moverse más rápido a medida que cortaba a sus enemigos. La propia chica parecía una cuchilla de rayos azules mientras se dirigía a toda velocidad hacia el enjambre de Voids.

“¡Hyaaaaaah!” Lyseria lanzó un grito de guerra mientras cargaba también contra los Void, con la Espada Sangrienta en su mano.

Un Clase-Tritón emergió de la pared e inmediatamente fue cortado por la mitad. Lyseria entonces incrustó la punta de su espada en la fisura espacial, eliminando a otro Void que apenas había empezado a salir.

Utilizando su fuerza vampírica superior, Lyseria saltó en el aire, acercándose al instante a un nuevo grupo de Void mientras blandía su Espada Sagrada. Su entrenamiento con los esqueletos había resultado fructífero; estaba claro que ahora estaba mucho más acostumbrada a luchar contra grupos. A medida que atacaba, Lyseria liberaba las grandes reservas de mana que corrían por su cuerpo, luchando de una manera realmente digna de una Reina Vampiro.

(¡¿Por qué aparecen Void dentro de la nave?!) Apartando el miasma que cubría el aire, Lyseria echó un vistazo por la ventana…

Un oportuno rayo iluminó la superficie del agua, revelando una gruesa capa de vapor gris que se cernía sobre el mar.

“¡¿Esto es un arrecife del vacío?!” Exclamó, incrédula.

Arrecife del Vacío era el término utilizado para describir un Nido del Vacío que se formaba en el mar. Se decía que eran lugares infernales de los que era imposible escapar.

(¿En qué están pensando esos hombres bestia…?)

El Hyperion debería disponer de un radar capaz de detectar y evadir a los Void. Lyseria sólo podía imaginar la posibilidad de que los secuestradores hubieran trazado un rumbo incorrecto o que lo hubieran hecho intencionadamente.

Afortunadamente, de momento, sólo aparecían clases pequeñas de Void. Sin embargo, si el Hyperion se adentraba más en el arrecife, el riesgo de que apareciera uno de mayor tamaño era alto.

“¡A este ritmo, vamos a…!”

Se formó otra grieta en el aire, de la que salió un nuevo tipo de Void. Era humanoide y más grande que los Void de Clase-Tritón. De su cabeza salían tentáculos repugnantes, parecidos a los de los moluscos, como si múltiples criaturas marinas se hubieran alojado en su cráneo.

“¡Un Brain Eater!” Exclamó Lyseria.

Era una clase mucho más fuerte en comparación con la Clase-Triton. No sólo era más inteligente, sino que también era capaz de utilizar poderes misteriosos. Se decía que los Brain Eater15 tenían una alta probabilidad de convertirse en Lords del Vacío.

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La Academia Excalibur los clasificaba en un nivel de peligro de Rango A, lo que significaba que estaba considerado como un Void demasiado peligroso para ser enfrentado por un solo Espadachín Sagrado. Lyseria tragó saliva con nerviosismo mientras se enfrentaba a la criatura. Sakuya golpeó a otro Void y saltó hacia Lyseria, de modo que las dos jóvenes estaban situadas espalda con espalda.

“Lyseria-senpai, debes seguir adelante. Déjame a mí a estos chicos”.

“… No. Voy a quedarme a luchar a tu lado”. Declaró Lyseria.

Seiken Gakuin no Maken Tsukai Volumen 2 Capitulo 7 Novela Ligera

 

“Ve a buscar al chico. ¿No es por eso que viniste en primer lugar?” Afirmó Sakuya con una intensidad que no dejaba lugar a la discusión.

“… ¡!”

“No te preocupes. Vivo para cazar Void”.

Lyseria sintió que un escalofrío le recorría la espalda.

“Por favor, Lyseria-senpai…”

“… De acuerdo”, Lyseria asintió y cargó contra el enjambre. Tras escuchar el sonido de los pasos de su amiga, Sakuya preparó a Raikirimaru. Los Void demoníacos del mar aparecieron uno tras otro alrededor del Brain Eater, pero incluso en medio de tal situación desalentadora, Sakuya se mantuvo serena.

“Bien. No quería que vieras lo que viene después”. Dijo con frialdad.

Una ráfaga oscura de miasma surgió del pequeño cuerpo de Sakuya. El mismo tipo de vapor que expulsaban los Voids.

“Espada Demoníaca, Yamichidori… Concédeles el silencio de la tumba”. Sakuya se llevó las yemas de los dedos a sus labios y esbozó una sonrisa encantadora.

“… ¿Un arrecife del Vacío?” Leonis preguntó a Regina, cuya expresión estaba congelada en el terror absoluto.

Los diversos iconos luminosos en la pantalla no significaban nada para Leonis. Sin embargo, confiaba en que Regina pudiera interpretarlos.

“Es una agrupación de Void que habita en una zona del mar. A diferencia de las colmenas, los arrecifes se mueven constantemente, por lo que rastrear su posición es difícil…” Regina se quedó sin palabras y se limpió el sudor de la frente.

“Ni siquiera un barco como éste podrá escapar si es engullido por un arrecife del vacío”. La voz de la chica de coletas estaba llena de desesperación.

“… ¿Y la nave se dirige directamente hacia él?” Preguntó Leonis.

Regina asintió solemnemente.

(Hmm, no lo entiendo…) Pensó Leonis. La gente que había tomado el control del Hyperion lo había hecho presuntamente para utilizar a los rehenes a bordo como elemento de presión en las negociaciones con el Imperio Integrado. Si ese era realmente el objetivo, Leonis no veía cómo abandonar el puente y poner la nave en marcha de forma suicida iba a conseguir algo.

De repente, una alarma estridente comenzó a sonar desde algún lugar cercano. Regina dio un salto ante el sonido y se giró para mirar en su dirección.

“¿Despegue del Knight Dragon… aprobado…?” Regina leyó lentamente en voz alta las palabras que aparecían en la pantalla.

Los Knight Dragons eran el tipo de avión de combate más grande estacionado en el Hyperion.

“Quieren escapar con la princesa”. Afirmó Leonis, luego de haber descifrado la situación.

(Pero si ese es el caso, estarán abandonando a muchos de los suyos y dejándolos morir).

¿Había sido siempre éste el plan de los terroristas, o había habido algún tipo de desacuerdo que había fracturado al grupo durante el secuestro? En cualquier caso, quienes huían a bordo del avión querían claramente hacer que el Hyperion se hundiera en el arrecife como un accidente. De esta forma, el Imperio creería que la princesa había muerto cuando, en realidad, había sido secuestrada en secreto.

(Y tampoco dejarían rastro alguno de que quien lo planeó existió).

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El Arrecife del Vacío consumiría todas las pruebas, y el Hyperion se hundiría en las profundidades.

(Sin embargo, ¿es eso realmente todo?)

Leonis tuvo la impresión de que había una maldad irracional y desmedida en la raíz de este plan. Todo en él parecía terriblemente fuera de lugar para un grupo anti-imperialista.

(Aunque ahora no es el momento de pensar en eso).

“Regina-san… No puedes controlar el barco, ¿verdad?”

“No. No tomé ningún curso de navegación en mi plan de estudios…” Regina se mordió el labio, con una expresión sombría.

Leonis podía convocar a un Capitán de Barco Fantasma desde su sombra, pero no sería capaz de timonear un barco de guerra hecho con una tecnología mágica tan avanzada. Necesitaban una solución rápida. Cada segundo que pasaban sin hacer nada los acercaba más al Arrecife del Vacío.

“… No, a este ritmo, todos vamos a…” Regina apretó sus dientes y golpeó su mano contra los controles.

Pero entonces…

<<¿Hay… alguien… ahí…?>>

“¿Huh?” Regina se giró al oír una voz débil y llena de estática.

No había salido del micrófono del puente. Sorprendentemente, emanaba del Espíritu Original sentado en el asiento del operador.

“… ¿Carbuncle?”


<<¿Puedes… oírme…?>>

El sonido era débil, como si pudiera cortarse en cualquier momento. Con tantos Void cerca, la interferencia era increíblemente intensa, distorsionando la voz que el espíritu emitía.

“¡Ésa es la princesa Altiria…!” Dijo Regina con confianza.

Si bien estaba distorsionada, Regina reconocería esa voz en cualquier lugar, ya que la había escuchado innumerables veces en los archivos.

“¿La voz de Su Alteza nos llega utilizando el espíritu como medio?” Preguntó Leonis.

Regina asintió apresuradamente.

“S-Sí, puedo escucharla… Puedo oírla claramente”. Gritó Regina desesperadamente.

<<Escúchame… Hay una sala de control que dirige… esta nave… en el… piso inferior>>

“¡Entendido!”

<<Es el corazón del Hyperion… Donde se encuentran los Elementales Artificiales que controlan esta nave… Lleva a este pequeño allí, por favor… Detengan el… ¡Hyperion…!>>

“No sé si pueda… No soy un usuario de espíritus muy poderoso”.

<<Deberías estar bien… Carbuncle debería… encargarse de todo>>

“¡Entendido!”


<<… Por… favor… El código maestro… es…>>

La voz se cortó después de dar la contraseña necesaria para la sala de control.

“…” Regina se mordió el labio.

Mientras ella y Leonis habían confirmado la supervivencia de la princesa Altiria, los terroristas que la habían secuestrado estaban a punto de escapar. Si Regina no iba tras ellos ahora, se arriesgaba a perder su última oportunidad de salvar a su hermana. La decisión era, indudablemente, tortuosa y difícil.

“Bajemos a la sala de control”. Regina finalmente forzó las palabras, apretando sus puños. Le dio la espalda a Leonis y recogió al Carbuncle.

“No podemos dejar que esta nave sea engullida. Ella quiere que todos a bordo del Hyperion consigan salir sanos y salvos…” Regina continuó. Sus hombros temblaban.

Aunque su rostro permanecía fuera de su vista, Leonis detectó pequeñas lágrimas que resbalaban por las mejillas de Regina. Intentó actuar como si no las hubiera notado.

“No, nos separaremos aquí. Yo iré a salvar a la princesa”. Declaró Leonis.

“… ¿Sólo tú?” Regina se giró para mirarle. “No, es demasiado peligroso. No van a tomárselo con calma sólo porque seas un niño”.

“Es la única forma que tenemos de salvar a la princesa”. Insistió Leonis con calma.

“Lo es, pero…” Regina puso una expresión vacilante. Era evidente que sus opiniones sobre la idea se contradecían, pero no había tiempo para vacilar. Si los terroristas escapaban, todo estaría perdido.

(Supongo que no tengo otra opción). Leonis empuñó su Báculo de los Pecados Sellados y dirigió su punta hacia una pared que impedía el paso al exterior de la nave.

“En realidad hay algo que te he estado ocultando, Regina-san”.

“… ¿Huh?”

“La verdad es que… Soy un Rey Demonio”.

*¡Ka-boooooooooom!*

Usando un hechizo de Tercer-Orden para perforar la pared, Leonis creó una salida improvisada hacia el exterior de la nave. En medio de la tormenta, él y Regina pudieron divisar la lejana cubierta donde los aviones se preparaban para despegar.

Sumamente aturdida, Regina se quedó paralizada después de presenciar la pizca de poder que Leonis se había dignado a mostrar.

“Bueno, tal vez Rey Demonio sea una broma, pero…” Leonis se encogió de hombros mientras se acercaba a la pared destrozada. “Probablemente soy mucho más fuerte de lo que crees”.

Regina miró a Leonis como si lo viera por primera vez.

“¿Quién eres, chico…?”

“Con eso dicho, deja que me encargue de salvar a Su Alteza”. Con un movimiento de cabeza, Leonis se adentró en la lluvia del exterior.

“¡Chico!” Regina le llamó.

(Maldición, realmente me he ablandado).

Utilizando un hechizo de control gravitatorio para frenar su descenso hacia la cubierta más cercana, Leonis sonrió con ironía. Si Blackas se enterara de esto, sin duda se sorprendería mucho. A pesar de haber tenido la intención de mantenerlo en secreto, Leonis le había mostrado a Regina un poco de su poder. Sin embargo, confiaba en que todo saldría bien. Esa chica no era el tipo de persona que le contaría a otros sus secretos.

(Además, secuestrar princesas es el trabajo de un Rey Demonio).

Mirando a la cubierta que se elevaba a sus pies, Leonis entonó un hechizo telepático.

“Seria-san”.

(… ¡Ahhh! ¡¿Leo-kun?!) La voz en pánico de Lyseria sonó en la mente de Leonis. (… Espera, ¿huh? ¿Por qué te estoy escuchando? ¿Estoy alucinando?)

“Estoy usando el accesorio de gato como un transmisor mágico para mi voz. Eres el sirviente de un mago, así que deberías acostumbrarte a este tipo de cosas”.

(D-De acuerdo. Lo intentaré). Dijo Lyseria, intentando aceptar lo que estaba pasando.

“Me alegra que te haya gustado lo suficiente como para llevarlo contigo”.

(Sí. Después de todo, tú me lo regalaste). Respondió Lyseria, con un toque de timidez en su voz.

“…” Leonis se sintió de repente un poco incómodo después de escuchar esa respuesta, pero se aclaró la garganta secamente. “¿En dónde estás ahora mismo?”

(Estoy recorriendo la nave, buscándote).

“Excelente momento”. Dijo Leonis. “Regina se dirige a la sala de control en la parte inferior de la nave”.

(¿Regina está haciendo qué…?)

“Sí. Va sola, así que probablemente sea bastante arriesgado. Ve a ayudarla”.

(La sala de control en la parte inferior de la nave. Lo tengo). Lyseria respondió de inmediato.

Si bien era probable que ni siquiera supiera que Regina estaba a bordo del Hyperion para empezar, Lyseria era lo suficientemente sabia como para no empezar a hacer preguntas en una situación como ésta. Leonis añadió algunos puntos a la valoración de su sirviente.

(Con un poco de suerte, madurará rápidamente y se convertirá en mi mano derecha).

Los aviones de combate en la cubierta se iluminaron con luces rojas, señalando su inminente despegue.

“¿Creen que pueden escapar de un Rey Demonio, insensatos?”

Una luz resplandeció desde el Báculo de los Pecados Sellados.

“… Su rey se los ordena. Levántense, cadáveres putrefactos, y aterroricen los corazones de los vivos…”

Los huesos que convocó desde su sombra se levantaron y comenzaron a reunirse, formando la figura de un enorme monstruo.

“Voy a abrir los mamparos. Todos, retrocedan”. Indicó Elfine mientras operaba el módulo en la pared del pasillo.

Elfine, Fenris y los demás estudiantes de la Academia Excalibur escoltaban a los invitados de la fiesta hasta el hangar que contenía los botes salvavidas. Fenris hizo que sus Frost Wolves se adelantaran y olfatearan a cualquier terrorista superviviente mientras Elfine trabajaba para abrir los mamparos en su camino.

Piratear un sistema militar resultó todo un desafío, pero, afortunadamente, los controles utilizaban Elementales Artificiales desarrollados por la Compañía Phillet. Siendo hija de quienes lideraban esa misma corporación, Elfine estaba familiarizada con el sistema.

La cerradura se liberó con un pequeño crujido y la pesada puerta de metal comenzó a abrirse lentamente. Para sorpresa de todos, dentro del hangar de botes salvavidas ya había un grupo.

“¡Void!”

“¡Grraaaaaahhh…!”

Un grupo de Void de Clase-Tritón estaba delante ante la mirada de todos.

Varios civiles gritaron al ver sus rasgos distorsionados.

“¡Frost Wolf!” Fenris gritó, enviando a siete Frost Wolf al enjambre para que atacaran a los Void. “¡Este lugar no es seguro!” Añadió.


“Sí…” Elfine puso cara de preocupación.

El Hyperion ya estaba entrando en el arrecife. Si enviaban a la gente en botes salvavidas, acabarían siendo un blanco fácil. Incluso con los Frost Wolves de Fenris atacándolos, los Void estaban apareciendo más rápido de lo que podían soportar. Era un espectáculo desalentador.

Elfine se giró para mirar a los niños del orfanato. La mayor de ellos, Tessera, abrazaba a Millet y Linze en un intento de calmarlos.

“¿Están bien?” Preguntó Elfine.

Aunque temblaba, Tessera levantó la vista y asintió.

“Leo… Definitivamente nos salvará, así que…”

“¡No podemos retenerlos mucho más tiempo!” Gritó Fenris.

Los Void de Clase-Tritón separaron sus bocas en forma de lágrima y cargaron hacia la gente.

*¡Whoosh!*

Hubo un sonido como si el aire se cortara en dos, y las cabezas de los Void salieron volando.

*¡Whoosh, whoosh, whoosh!*

Una hoja de oscuridad danzó por el hangar, cortando a los monstruos uno tras otro. En unos instantes, la horda de Void se redujo considerablemente.

“¡¿Q-Qué significa esto?!” Fenris miró alrededor del hangar, pero no había nadie a la vista.

El [Eye of the Witch] de Elfine encontró la fuente de su buena suerte, aunque sólo por un breve momento. Era una chica con uniforme de sirvienta, de pie en la oscuridad con un churro a medio comer en la mano.

“Esto es en agradecimiento a tu fe en mi maestro, niña”.

“Debemos darnos prisa, a no ser que queramos que los Void terminen tragándonos a nosotros también”.

Mientras la tormenta seguía arreciando, las hélices de los Knight Dragon empezaban a girar. El enorme fuselaje de tipo wyvern estaba casi listo para el despegue. Sharnak se situó en la cubierta con una sonrisa de satisfecha y se preparó para abordar una nave más pequeña.

Pero entonces…

“… ¿Qué?” Arrugó la frente.

El Knight Dragon parecía incapaz de despegar. Sus aspas giraban con rapidez, pero la aeronave se mantenía atascada en su sitio, como si algo empujara contra ella con la misma fuerza. La parte delantera del Knight Dragon comenzó a doblarse por la presión, y salieron chispas.

“… ¡¿Qué estás haciendo?!” Gritó Sharnak con rabia.

Un relámpago atronador iluminó el cielo, y la elfa oscura divisó algo enorme que descendía sobre ella desde la oscuridad.





*¡Roooooooooooooooooooar!*

El aullido resonó como si retumbara desde las profundidades de la tierra. Sharnak cargó sus ojos con mana y miró a su alrededor en la oscuridad de la noche.

Los relámpagos volvieron a destellar.

“¿Qué?”

Lo que la elfa oscura vio fue un dragón. Una bestia mística que había reinado sobre todo en tiempos antiguos. Sus temibles garras sujetaban la parte delantera de la aeronave, impidiéndole despegar.

Además, no era un dragón cualquiera…

“¿Qué… es eso…?”

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Era una criatura hecha de incontables huesos. Un miasma negro de muerte salía de sus fauces como si fuera humo, y las cavidades de sus ojos estaban iluminadas con una luz ominosa.

“¿Creíste que te dejaría escapar tan fácilmente, ladrón furtivo?” Exclamó una voz en la oscuridad.

Si bien no provenía del dragón, Sharnak no la sintió menos amenazante. De pie, sobre la cabeza del dragón, había un muchacho que sostenía un báculo. Dirigía su mirada hacia la elfa oscura, como si dominara sobre todo.

“Pagarás caro el pecado de amenazar a mi reino”.

Seiken Gakuin no Maken Tsukai Volumen 2 Capitulo 7 Novela Ligera

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