Maou no Ore ga Dorei Elf wo Yome ni Shitanda ga

Volumen 13

Extra 1: La Casa De Lisette

“Al final, nunca descubrí nada sobre mí…”

Después de observar los últimos momentos de Shere Khan, Lisette había regresado a Kianoides. Parecía que Dexia había encontrado a su hermana pequeña. Esos dos habían recuperado su lugar en el mundo. En cambio, nadie le diría a Lisette quién era ella. Ella no tenía idea de adónde ir. El primer lugar al que la llevaron sus pies fue a la iglesia, donde se suponía que debía estar Stella, pero…

“¡Ustedes bastardos! ¡Explica bien las cosas! ¡¿Qué diablos fue eso con Lillqvist?!”

Lisette se sobresaltó por el sonido de un Caballero Angelical hirviendo. También habían estado peleando una batalla propia. ¿Qué estaba pasando ahora? Miró a la multitud frente a la iglesia desde lejos, y finalmente encontró una cara familiar.

“¿Hmm? Oh, Lisette. Eres tú.”

“¿Ginias? ¿Qué pasó?”

Aparentemente, también había estado en una pelea bastante seria, ya que estaba cubierto de heridas.

“Umm, ¿cómo empiezo a explicar?” dijo Ginias. “Hubo algunos problemas con Lady Lillqvist durante la batalla”.

“Por Lillqvist, ¿te refieres a la dama con el mismo cabello que mi hermana mayor?”

Si Lisette recordaba correctamente, su nombre era Chastille. Nunca le había hablado, pero Lisette sabía cómo era y esa mujer no estaba a la vista en ese momento. ¿Había desertado durante la batalla o algo así?

“¡Un Arcángel fraternizando con un hechicero es inaudito!” uno de los caballeros rugió.

“Uhhh…” Lisette gimió con asombro. “E-Estás equivocado. Ese tipo es solo un guardia.”

“¡Sí! ¡Como el infierno, Lady Chastille adularía a un hombre tan piojoso!”

“¡¿Qué diablos estaban viendo ustedes dos?! ¡Prácticamente se fugaron!”

“¡Nuestra Chastille nunca se fugaría con un sinvergüenza como él!”

“¡Deja de apartar tus ojos de la realidad!”

Mientras los caballeros seguían gritando, Lisette siguió preguntándose qué había pasado. Realmente no lo entendió, pero si Chastille regresaba mientras las cosas estaban así, podría ser bastante malo para ella.

“Ha ha…” Lisette se rio secamente. Se sintió tonta por preocuparse por su origen cuando las cosas estaban así.

“¿Estás bien?” preguntó Ginias con una expresión seria en su rostro. “Te ves horrible.”

“Es insensible decirle eso a una chica… No es mi problema si mi hermana mayor te odia por eso”.

“M-Me preguntaba si te pasó algo…”

Cuando el chico torpe comenzó a entrar en pánico, Lisette notó que la sangre le corría por el brazo.

“Oye, estás sangrando, ¿sabes?”

“¿Eh? Ah, esto no es nada. La bendición de mi Armadura Ungida lo detendrá en breve.”

Sin embargo, su Armadura Ungida también era un desastre, por lo que era cuestionable si esta bendición realmente estaba funcionando.

“Haaah… Ven aquí”, dijo Lisette. “Al menos he aprendido a tratar heridas simples como esta”.

Se rasgó la manga, algo que fue inesperadamente posible debido a su fuerza, y la usó como vendaje para detener el sangrado de Ginias.

“Haga que un médico lo revise detenidamente más tarde”, dijo.

“C-Correcto. Gracias”, respondió Ginias antes de mostrarle una sonrisa de alivio.

“¿Qué?”

“No es nada. Me alegro de verte de vuelta a tu estado habitual”.

“Hmph…”

“Oh, cierto, casi lo olvido. Bienvenida a casa, Lisette.”

Los ojos de Lisette se abrieron de par en par, luego hizo un puchero a un lado antes de decir: “Gracias. Volví…”

Ella nunca supo quién era realmente, y eso seguramente también permanecería desconocido en el futuro. Y, sin embargo, tal vez ella realmente tenía un hogar al que regresar. Todavía haciendo pucheros, Lisette ni siquiera se dio cuenta de que ella también estaba sonriendo.