Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 10

Capítulo 78: El regreso de los Dragones Antiguos.

Parte 2

 

 

Una lanza de piedra y fuego mágico llegaron volando hacia el dragón, mientras que una débil espadachina llegó rápidamente a atacar, espada en mano. No tenía caso activar una barrera para algo como esto; las propias escamas del dragón, su piel, y su magia defensiva innata, serían más que suficiente para protegerlo. Aunque no hiciera nada, no pasaría nada. Aunque estas humanas lanzaran un ataque sorpresa, o penetraran por algún sitio, no habría problema. Los dragones antiguos estaban a un nivel completamente diferente del de otras formas de vida. Ellos eran hogar de los dioses absolutos e inmaculados. Así eran los dragones antiguos, y su legendaria invencibilidad…

¡Ka-shnk!

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¡Fwoom!

“¡Gaaaaah!”.

La lanza chocó contra el estómago del dragón, perforando, y lanzando filosos fragmentos de roca por doquier, mientras que el fuego engulló su cabeza.

Normalmente, sus escamas y piel serían suficiente para desviar una simple lanza de piedra. Y con fuego normal, el torrente mágico propio de los dragones lo volvería algo momentáneo, permitiendo que esas mismas capas exteriores lo protegieran. Y sin embargo, la lanza había estallado contra su cuerpo, y su cabeza fue engullida por llamas que no se disipaban.

Sin importar cuan noble título se dieran a ellos mismos, los dragones antiguos seguían siendo seres mortales que necesitaban inhalar oxígeno para vivir. Si la temperatura del aire que respiraban aumentaba lo suficiente, sus pulmones se quemarían.

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Sólo porque un dragón pudiera exhalar fuego no significaba que el interior de su cuerpo pudiera aguantar altas temperaturas. Un ataque con su aliento se formaba simplemente al concentrar magia en sus bocas, la cual ellos luego escupían y transformaban en fuego cuando dejaba su boca. Sin duda, era imposible que pudieran soportar un incendio formándose dentro de ellos y viajando por sus bocas. No tenían una “vejiga de llamas” o algo así dentro de ellos.

Entonces, sin duda, si fueran a inhalar aire caliente sin oxígeno, sus pulmones…

“Kuh-hffff, kuh-hfff, kuh-hfff…”.

El pecho del dragón estaba ardiendo por dentro, y no podía respirar. Combinado con los fragmentos de roca enterrados en su estómago, el dolor era inaguantable. Por primera vez en los siglos que había vivido, el cuerpo del dragón antiguo, el cual no había conocido ni siquiera la más ligera incomodidad fuera de peleas casuales que los dragones tenían entre ellos, estaba experimentando verdadera agonía. Este movía sus extremidades con desesperación, tratando de alejar las llamas, pero por alguna razón, estas no se movían, y no se disipaban.

“Aah… Gh… Gah…”.

¡Chnk!

“¡Kuh-hff!”.

Y entonces, un rayo de luz ingresó en uno de los costados del dragón…

¡Ka-shnk!

“¡Gwahh!”.

Una espada atravesó, por el mismo agujero que la luz había causado…

Shrrk… shrrk… shrrk… ¡¡Fwshahhh!!

Su estómago fue atravesado, sus entrañas esparciéndose.

Bwoom…

El masivo cuerpo del dragón cayó al suelo, convulsionando, sus ojos abiertos de par en par.

Los otros dos dragones estaban paralizados con conmoción. Justo como había planeado Pacto Carmesí, habían acabado con uno de los dragones mientras sus enemigos las subestimaban, y aumentaron en gran medida sus probabilidades de ganar.

“¡Lucredd!”.

Uno de los otros dos dragones gritó una palabra que probablemente era el nombre del dragón derrotado, y corrió a su lado.

¡Chnk!

Justo entonces, un rayo de luz rozó su hocico.

“Nosotras somos por las quien deberían preocuparse, ¿no creen?”, dijo Mile.

“Tch, pequeñas…”, quizás presintiendo el peligro, el dragón se había detenido, apenas esquivando el ataque de Mile.

Cuando las vidas de las amigas de Mile estaban en juego, ella no tenía compasión con sus enemigos. Si con ello irritaba al enemigo, o les quitaba la ventaja, podía ser tan despiadada como fuera posible. Aunque los dragones eran seres sapientes, eran agentes del mal, quienes habían venido con falsas acusaciones y atacado con la intención de arrebatar las vidas de Mile y sus queridas compañeras.

Sin duda, en esta situación, no eran mejores que un goblin, orco u ogro. No merecían lástima.

“¡Ahora, acabemos con esto!”. “Desgraciadas…”.

El otro dragón también se levantó, y el par enfrentó a Mile. Parecían haber comprendido la situación demasiado tarde. Todo aquello en el reporte de Berdetice que ellos habían ridiculizado y dicho que era mentira, era por completo un hecho. Y además, estas humanas eran suficientemente habilidosas en batalla para derrotar instantáneamente a un dragón antiguo que las había subestimado y bajado la guardia.

Aun así, esta vez, había dos, y ninguno bajaría su guardia o actuaría tan tontamente. Por supuesto, sin importar cuan tontos pudieran ser, jamás subestimarían a un oponente que había derrotado a uno de los suyos.

“Debemos curar a Lucredd tan rápido como podamos, así que no podemos contenernos. No se enojen con nosotros”, dijo uno de los dragones, boca abierta al máximo.

“¡Phaser Beam!”.

¡Chnk!

¡Fwip!

El rayo que Mile disparó fue desviado por la pared mágica frente al dragón antiguo. La pared había sido creada con un ángulo curvo, así que el rayo no golpeó la pared de frente, sino que rebotó.

Y entonces…

¡Ka-fwoom!

“¡¡¡Lattice Power Barrieeeeer!!!”.

¡Bwoom!

Un ataque con su aliento, el cual era menos un torrente de fuego y más una masa de llamas, rebotó contra la barrera de Mile. Esta no era un escudo plano, sino un domo completo, lo cual daba el mismo tipo de eficiencia que blindaje inclinado.

“¡Thunder Bolt!”.

¡Boom!

La magia de rayos de Mile explotó, golpeando directamente la cabeza del dragón, pero el enemigo continuó de pie, tranquilo. Era muy posible que cuando este dragón comprendió que el reporte de Berdetice había sido cierto, había tomado toda la información sobre las tácticas de sus enemigos en consideración y se resguardó contra ataques aéreos. Por reflejo, quizás sintiendo el cambio en la corriente mágica (es decir, el movimiento de las nanomáquinas), o percatándose de la energía estática reunida, o quizás sabiendo qué esperar gracias a otro sentido preternatural, parecía haber creado una pared mágica sobre su cabeza. Estaba poco claro si la magia de truenos—o mejor dicho, de rayos—operaba igual que la magia de fuego, pero sin importar si era un ataque formado por energía mágica o uno que utilizaba el fenómeno natural de la electricidad en sí mismo, era un hecho de que una barrera mágica había protegido al dragón antiguo. “¡Fire!”.

“¡Shoot!”.

Mientras Mile ganaba tiempo, Pauline y Reina terminaron de recitar sus hechizos y dispararon. Los hechizos habían sido efectivos contra el primer dragón, así que decidieron tratar de usarlos una segunda vez.

¡Fwoosh!

¡Crack!

El fuego de Reina fue nulificado de inmediato, y asimismo, la rápida rotación de la lanza de Pauline disminuyó, la cola del dragón golpeando dicha lanza y haciéndola caer al suelo. Aparentemente, sus paredes no eran efectivas sólo contra magia, sino que habían desarrollado barreras anti-físicas que los humanos no podrían ni empezar a comprender.

Estas barreras anti-físicas no eran tan impenetrables como la lattice power barrier de Mile, pero eran al menos suficientemente fuertes para defenderse contra un objeto tangible formado por magia de tierra, para nulificar la energía cinética de objetos con grandes cantidades de masa, y potencialmente para parar en seco un objeto de masa menor.

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“Es inútil. A menos que seamos demasiado indulgentes en nuestro juicio, han de recordar que es totalmente imposible que un mísero humano lastime a un dragón antiguo. Hubo un cuento, de hace varios siglos, sobre un joven que luchó contra ligas de soldados humanos como entrenamiento, y fue golpeado por un sinfín de munición metálica de sus balistas. No hay nada que cuatro débiles humanas puedan hacer contra un dragón adulto”.

“¿Qué te parece, Mile?”, preguntó Reina.

“Bueno, una de las barreras del dragón logró reflejar mi ataque, y también el de todas las demás… y si ambos nos atacan al mismo tiempo, puede que atraviesen mi barrera, así que…”.

Pacto Carmesí llevó a cabo una silenciosa discusión dentro de la barrera de Mile, pero estaba claro que su respuesta implicaba que los dragones las tenían en jaque.

Los dragones antiguos, desesperados por curar a su camarada caído, atacaron.

¡Bwoon!

Hubo un continuo torrente de llamas. Y entonces…

¡Ka-shoom!

Una bola de fuego, oculta dentro del torrente, las atacó también.

“¡Es inútil! ¡Cuando paren de atacar, tenemos que ocultarnos detrás de las rocas a la derecha!”.

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La barrera estaba llegando a su límite. Sin embargo, esta era la razón por la que habían escogido un lugar rocoso como campo de batalla. Con la barrera y rocas como escudo, estarían más fortificadas. Además, sus oponentes eran tan grandes que jamás podrían ocultarse de la misma forma. Los resultados de esto podrían ser mínimos, pero acumular varias de estas pequeñas ventajas incrementaba sus oportunidades de darle la vuelta a la batalla.

Explicándolo de mejor forma, aunque pudiera haber solo un 20% de aumento en la eficacia de su estrategia, emplear cuatro de tales trucos significaba un incremento de 1.2 x 1.2 x 1.2 x 1.2. Es decir, podían al menos duplicar sus oportunidades.

Luchar contra un oponente gigante requería inteligencia, habilidades, trampas, trucos, y la habilidad de poder darlo todo en batalla. Al combinar todas estas cosas, poco a poco uno podía aumentar sus oportunidades de ganar.

A pesar de la nomenclatura, el “aliento” de un dragón era en realidad un tipo de magia. Pero, aunque exhalar no era necesario para utilizarla, cuando atacaban con tal magia, los dragones siempre inhalaban profundamente, y luego exhalaban. Esto podría haber sido debido a las propias suposiciones de los dragones, o por otras razones totalmente distintas, pero en cualquier caso, si iban a respirar una llama continua, en algún punto tendrían que detenerse para ‘recuperar el aliento’.

La intención de Mile, de momento, era esperar a cuando los dragones se detuvieran, correr detrás de las rocas y retomar una posición defensiva, y luego lanzar un contraataque. Como era de esperarse, las demás pensaban lo mismo.

Justo cuando una de las infinitas bolas de fuego chocó contra la barrera de Mile, repentinamente el fuego se detuvo.

¡Perfecto! ¡Ambos pararon al mismo tiempo!

Este era un inesperadamente afortunado giro.

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“¡Muévanse!”, gritó Mile mientras las cuatro chicas corrían hacia la derecha.

Justo entonces, los dos dragones inhalaron profundamente.

¡Uf, muy bien, llegamos a tiempo! Cuando nos coloquemos detrás de esas rocas, activaré mi barrera, y…

¡Fwump!

“Ah”.

Alguien se había caído. Pauline, cuyos reflejos eran los más lentos de las cuatro, había tropezado con las rocas y caído de cara al suelo. Reina y Mile, quienes iban adelante, se colocaron detrás de las rocas, sin saber lo que había ocurrido, justo antes de girarse para ver lo siguiente: Mavis, quien se había quedado última para actuar como escudo por si acaso, estaba ayudando a Pauline, mirando hacia los dragones antiguos, y luego empujó a Pauline con todas sus fuerzas hacia las otras dos… justo a tiempo para ser la única bañada en las llamas de los dragones.

Mavis gritó en agonía, y las otras gritaron también, sus llantos elevándose a los cielos. Pauline, quien se había girado tras tambalearse hasta llegar a la barrera de piedras, dejó salir el grito más fuerte de entre todas.

Las llamas no habían golpeado a Mavis directamente. Justo antes de que fuera golpeada, había saltado fuera del camino con desesperación y de alguna manera había logrado proteger la mayor parte de su cuerpo… excepto por su brazo izquierdo.

“¡¡Gwaah!!”.

Gritando, Mavis continuó corriendo hacia detrás de las rocas. Acurrucarse frente a los dragones, llorando con dolor, sólo podía significar muerte segura, y por eso se armó de la voluntad para ignorar el dolor y moverse a un sitio seguro. Tal era la voluntad de acero requerida para cualquiera que esperara llegar al final de una batalla.

“¡Mavis!”, gritó Reina. “¡Mavis!”, gritó Mile.

“M-mavis, t-tu mano… tu mano…”, Pauline balbuceó mientras Mavis llegaba tambaleándose hacia ellas. “Tu mano… E-Es mi culpa… Tus sueños, tus sueños de volverte una caballero… Todo por mi culpa…”.

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Sin duda, desde el codo hacia abajo, el brazo izquierdo de Mavis había desaparecido. No había absolutamente nada más allá del muñón quemado de su codo.

“¡Entumezcan los receptores nerviosos, intercepten la conducción de temperatura, enfríen las porciones calientes, y detengan la destrucción celular!”, gritó Mile con desesperación, tratando de detener el dolor y evitar que el daño se esparciera. En realidad, ella no tenía idea de cómo lidiar con una pérdida corporal tan grande.

Reina estaba congelada, incapaz de moverse.

Pauline estaba blanca como una hoja de papel, delirando.

Mile continuaba fervientemente aplicando sus medidas mágicas de emergencia.

“E-Es mi culpa… Los sueños de Mavis, sus sueños, todo por mi culpa…”, tartamudeó Pauline, pero con su dolor finalmente eliminado gracias a la magia de Mile, Mavis simplemente le sonrió.

“¡Algo como esto no es nada si es por tu vida!”.

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La cara de Pauline se retorció. Con tristeza. Con lamento. Con culpa. Con arrepentimiento… y con violento enojo y odio.

El día que vengó la muerte de su padre, Pauline había asumido que su corazón jamás se mancillaría con tal odio. Que jamás tendría que convertir su cuerpo, su espíritu, en un instrumento de venganza, en una punta de flecha que perforara los corazones de sus enemigos…

Pero ahora… ahora, su corazón era una tormenta retorcida y embravecida.

Una fuente de amenazante y oscuro magma hervía, burbujeando dentro de ella.

Se puso de pie balanceándose como un fantasma sombrío, su cabeza colgando. Y entonces, salió de las rocas, exponiéndose por completo al enemigo.

“¿Qué sucede? ¿Te rindes? Bueno, está bien, deberías retroceder. Una vez terminemos de destruir al resto, puedes irte y contarle la historia a los otros humanos…”.

Justo entonces, Pauline levantó su cara, mirando con odio a los dragones antiguos.

“¡Eek!”.


Un grito salió de la garganta del dragón antiguo. Y pensar que un dragón antiguo dejaría salir un sonido tan cobarde frente a un humano… Fue la cara de Pauline y el aura emanando de su cuerpo lo que aterrorizó al dragón.

“¡Cierra el hocico, pútrido lagarto!”.

Entonces, otra forma humana salió desde las rocas.

Ardan, ardan, ardan, ardan… Cualquiera que trate de quitarme a las personas importantes para mí arderá hasta las cenizas”.

Esta chica pelirroja, con ojos brillantes, rostro febril, no parecía estar cuerda. De no ser así, ¿cómo podría pararse tan tranquila frente a un dragón antiguo?

“¿Q-Qué…? ¿Qué diablos están pensando todas ustedes…?”.

Cuidando de mantener la barrera protegiendo a Reina y a Pauline, Mile rápidamente se giró hacia Mavis, quien apretaba su brazo con su mano derecha. “Mavis, sobre tu brazo…”.

“Sí, lo sé. Hasta yo sé que sin importar cuán buena sea tu magia curativa, no puedes recuperar partes del cuerpo perdidas. Pero lo que dije antes se mantiene. Un solo brazo es algo trivial si con él puedo salvar la vida de una amiga. ¡Si tuviera que salvarte, Mile, daría mi otro brazo sin pensarlo!”.

“M-Mavis…”. Lagrimas lentamente se agruparon en las esquinas de los ojos de Mile. “…Entonces, ¿preferirías que usara magia curativa que te hiciera crecer un brazo durante un mes, o que pegara un brazo artificial con magia justo ahora?”.

“¿Eh?”, los ojos de Mavis se encogieron a pequeños puntos. En un manga, habrían sido dibujados como dos puntitos.

Incluso con la ayuda de las nanomáquinas, restaurar completamente un brazo desde la zona de corte a través de reproducción celular normal tomaría bastante tiempo. Las células no podían crearse de la nada, y por eso, aunque pudieran reunir los recursos necesarios desde el resto del cuerpo de Mavis, incrementar la actividad celular, y aplicar varios otros procedimientos, el proceso sería tardado. Por otro lado, diseñar una versión artificial con músculos y nervios hechos de nanos podría lograrse en un instante.

“¿Podría usar el brazo artificial de inmediato? Me refiero a si— ¿podré usarlo en esta batalla?”.

“Podrás. No sangrará, pero lo podrás mover como si fuera tu brazo, con tus pensamientos. ¡No será una prótesis común!”.

Escuchando esto, Mavis respondió de inmediato, sin siquiera detenerse a pensar. “Si no puedo luchar justo ahora, no importa qué tipo de brazo me crezca después. ¡Escojo el brazo artificial!”.

“Pensé que dirías eso”, dijo Mile con una llorosa sonrisa. Ella mágicamente hizo un agujero de unos diez centímetros de diámetro en las rocas. “Por favor pon tu brazo ahí y cierra tus ojos”.

Ella había hecho esto para que las nanomáquinas pudieran operar a máxima capacidad, extrayendo los componentes necesarios de la roca, transmitiendo suficientes recursos, y convirtiendo las moléculas relevantes. Además, era para que Mavis no fuera testigo del proceso de manufactura, aunque eso era principalmente por el bien de la salud mental de Mavis…

En realidad, Mile había hecho un número de arreglos previos con las nanomáquinas para prepararse para el caso de que un miembro del grupo sustrajera una herida tan grande como para causar la pérdida de una parte del cuerpo. Por eso, ella ya había revisado varios planos, tomando en cuenta lo que la magia podía y no podía hacer, y cuáles serían los términos de uso. Antes de hacer la propuesta a Mavis, ella había reafirmado todo esto a través de una conversación silenciosa con las nanomáquinas dentro de su cabeza.

“Cyborg. Prótesis. Cibernético. Sin traicionar la verdad…”. Mile comenzó su peculiar conjuro. “Brazo izquierdo de Cobra, brazo izquierdo de Ayumi-chan. Fuerza múltiple. Poder muscular múltiple. Maravilla biónica…”.

El montón de extrañas palabras clave desenterró los conceptos apropiados de las profundidades de la mente de Mile, intensificando la imagen que emitía, la cual las nanomáquinas alrededor atraparon en forma de ondas.

Y entonces, bajo la superficie de la roca, eso comenzó a tomar forma…

“¡¿Qué tratan de implicar?! No hay nada que puedan hacer ahora que decidimos no bajar nuestras guard—“. “Gira, gira, gira, gira… Caliente, denso…”. “Salpica, chorrea, más viscoso…”.

Pauline y Reina continuaban recitando sus extraños hechizos que parecían una canción, completamente ignorando las palabras del dragón antiguo.

“Ya veo—han perdido sus sentidos por el miedo y la desesperación. Quizás en verdad habría sido mejor erradicarlas de inmediato…”.

“Eso probablemente sea verdad. Esa espadachina probablemente ya no tiene futuro con un brazo perdido. Estoy seguro que ella y aquellos a los que dejó atrás habrían estado más felices si ella hubiera luchado hasta el final…”.

Los dos dragones parlotearon presuntuosos entre ellos.

Y entonces, Pauline gritó: “¡¿De qué demonios están hablando, malditos lagartos?! ¡Ustedes, escorias olvidadas por los dioses, serán los que mueran! ¡Petardo Explosivo!”.

“Necias, ¡¿no han visto con sus propios ojos que nuestras barreras son inmunes a sus ataques mágicos y físicos?! Cualquier ataque que podamos observar es inútil. ¡Barrera, expándete!”.

Ambos dragones activaron sus barreras mágicas. Una pared creada por uno de ellos sería más que suficiente para reflejar cualquier ataque, pero por seguridad, decidieron poner una barrera en conjunto, una con la que podrían moverse más fácilmente desde dentro. Les demostrarían a los humanos cuan inútil era atacarlos, y así, esos debiluchos seres tendrían que decidir: una muerte honorable o rendirse.

Y entonces, uno de ellos casualmente empezó a formar un ataque con su aliento.

Aunque casual, no era algo sobre lo que un humano normal pudiera hacer algo al respecto. El dragón inhaló ligeramente y dejó salir un ataque apuntando a Pauline. Y en ese momento…

¡Shiiiine!

“¡Gwah!”.

¡Ka-shoom!

Aunque este había disparado una fireball a Pauline, un resplandor brillante de luz resplandeció en los ojos del dragón justo antes de disparar, causando que su puntería fallara. La respiración se salió de curso, sobrevolando a Pauline y golpeando detrás de ella. Aunque la concentración de Mile estaba en tratar el brazo de Mavis, seguía manteniendo un ojo en las otras dos y había usado su magia de luz para lanzar un resplandor y así interrumpir el ataque del dragón.

Por supuesto, ella también había puesto una lattice barrier sobre Pauline y Reina, protegiéndolas del calor y las explosiones. Pero no tuvo tiempo para agregar ninguno de los efectos visuales geniales que normalmente habría usado, así que la barrera era completamente transparente. En otras palabras, hasta donde sabía Pauline, una fireball que salió del aliento de un dragón la había sobrevolado a quemarropa estando ella totalmente sin protección, explotando justo detrás.

Sin embargo, Pauline no parecía estar preocupada por esto en lo absoluto. De hecho, lo ignoró con total calma.

“¡Zero-Zero Magic No. 2, ‘Destructor de Dragones’!”, continuó, pero ningún proyectil solido o torbellino mágico apareció. No había ni el más mínimo rastro de magia, pensaron los dragones antiguos, cuando repentinamente ella llegó a su conclusión: “¡¡¡Magical Shot!!!”.

¡Ka-shoom ka-shoom ka-shoom!

“¿Eh?”.


Un número de taladros, cada uno con un diámetro entre 20 y

30 centímetros, salió disparado del suelo… desde dentro de la barrera, volando hacia los dragones. Parecía que, en lugar de formar los taladros a mitad del aire, ella los había formado bajo tierra. Los dragones, incapaces de poder ver el suelo bajo sus pies, dado su masivo tamaño y formación de sus cuerpos, no habían visto nada.

¡Shunk shunk shunk!

Normalmente, sería imposible que una lanza de tierra u ojiva con forma de raíz pudiera penetrar las escamas o la piel de un dragón antiguo, pero estos taladros eran afilados y rotaban con locura a alta velocidad, equipados con un anormal grado de proyección y energía mágica.

“¡Gwah! ¿C-Cómo…?”.

El dragón que había sido golpeado por los taladros apenas podía creerlo, pero en verdad, no había nada sorprendente en el ataque de Pauline.

La magia era representada por las nanomáquinas, a través de la recepción de los pulsos mentales del usuario. Bajo circunstancias normales, la mayoría de las nanomáquinas cerca a los dragones ya habrían respondido a sus pensamientos, dejando casi ninguna que respondiera los pensamientos de un humano, cuyos impulsos eran magnitudes menores a los de un dragón y quienes se encontraban lejos en este momento. Sin embargo, estas no eran circunstancias normales. De hecho, se relacionaban a la explicación de las nanomáquinas que le dieron antes a Mile, sobre por qué la producción de pulsos mentales mágicos de Reina era mucho más fuerte que la de una persona promedio.

NOSOTROS LO LLAMAMOS “PASIÓN”. ES DECIR— ¿CÓMO PODRÍAMOS EXPLICARLO?—SUS PULSOS MENTALES    SON    TAN    PODEROSOS    QUE    INCLUSO  LAS NANOMÁQUINAS  CON BAJA SENSIBILIDAD

REACCIONARÁN A ELLOS.

Sí. De momento, Pauline estaba ardiendo con “pasión”.

“Esta no es la primera vez que hemos luchado contra dragones antiguos. ¿Realmente creyeron que no me prepararía para la próxima vez encontrando alguna forma de contrarrestar sus paredes mágicas?”.

Luchar contra un dragón antiguo una vez en sus vidas era más que suficiente para la mayoría de humanos. Si no perecían en el encuentro, nunca jamás se volverían a acercar a un dragón antiguo… Al menos, no esperarías encontrar un humano que esperara con ansias y se preparara para su siguiente encuentro con uno.

Pauline parecía haber recobrado un nivel normal del habla ahora. Esto no significaba que estuviera calmada. Como Mile, una vez cruzaba cierto punto de enojo, su corazón se helaba, y su habla se volvía absurdamente educada.

De aquí en adelante, no consideraba a su oponente como una criatura viviente, sino como una cosa. Una cosa que debía ser erradicada. Y, por supuesto, no había por qué enojarse con una cosa.


“¿Q-Qué tramas? Tales ataques no pueden hacer más que rasgar ligeramente nuestra piel exterior. ¡Es inútil!”, el dragón fanfarroneó, pero su voz tembló ligeramente, claramente desconcertado por el hecho de que una pequeña roca hubiera podido penetrar sus queridas escamas reforzadas con magia.

Como serio acto de desafío, una sonrisa flotó a la cara de Pauline.

“¿Hm? Dije que estuve pensando en contramedidas, ¿no es así? ¿Realmente crees que pasé todo aquel tiempo conjurando algo así de simple?”. “¿Q-Qué…?”.

“¡Explota!”.

“¡¡¡Gaaaaah!!!”.

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