Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 16

Capítulo 1: Comienzo

Parte 1: La Batalla De Las Sirvientas Loli Con Orejas De Perro

Perro bestia. Sus inclinaciones se inclinaban más hacia el canino que hacia el otro lado. Así, valoraban mucho las jerarquías, y cuando se introducía un nuevo miembro en sus grupos establecían firmemente superiores e inferiores. Eso era doblemente cierto cuando dicho nuevo miembro era igualmente un perro bestia.

En conclusión, ahora que Toi había venido a la [Cueva de la Codicia] para servir a la misma persona que Niku, su mayor prioridad era establecer el dominio.

Las dos sirvientas loli de piel morena y orejas de perro caminaban una al lado de la otra. Estaba el Niku localmente famoso y el Toi de aspecto idéntico. Lo único que los distinguía visualmente eran sus expresiones, o la falta de ellas, y su color (o la falta de ellas). Un aldeano que pasaba por la residencia del jefe del pueblo cuando se estaban yendo hizo una doble toma, se dio una palmada en la mejilla y cambió de dirección a la iglesia para poder ir a orar (dormir) para recuperarse de su aparente agotamiento.

“Arreglemos esto en el jardín… No, el coliseo. Haré todo lo posible”, dijo Niku.

“Vaya, vaya, ¿realmente te estás engañando pensando que puedes vencerme? Qué triste. Chiquilla, ¿estás segura de que sabes adónde ir?

¿Necesitas que mami te guíe? ¡Teeheehee!”

“… ¿Es esta la emoción conocida como molestia?”

Y así, Niku llevó a Toi a la mazmorra. Había una recepcionista del gremio allí, pero conocía a Niku y la dejó entrar a la vista, y Toi se parecía a ella, por lo que también se le permitió pasar sin dudar… Espera, ¿dos cachorros? Entraron mientras la recepcionista miraba dos veces.

Las dos corrieron desde la entrada de la mazmorra al coliseo. En el camino hacia allí, Niku (estando a la cabeza) activó intencionalmente una trampa de flechas para golpear a Toi, pero Toi no vaciló ante un antagonismo tan flagrante. Ella casualmente apartó las flechas y mantuvo el ritmo con una sonrisa, tomando represalias cortésmente lanzando un Golem a Niku por detrás, que ella esquivó. Estas peleas continuaron hasta que los dos llegaron al coliseo, completamente ilesos y respirando normalmente.

El coliseo fue iluminado con herramientas de luz mágica y supervisado por una audiencia de Golems. Dentro de la arena central, dos sirvientas loli de piel morena y orejas de perro se enfrentaron entre sí. Finalmente llegó el momento de que las cosas se arreglaran.

“Para presentarme una vez más, soy Toi, tu hermana mayor”.

“Soy Niku. Niku Kuroinu. Soy la dakimakura del Maestro y soy la hermana mayor aquí”, replicó Niku, hinchando su pecho y estableciendo el dominio. Por cierto, la jerarquía de poder dentro de la [Cueva de la Codicia] comenzó con Keima (en lo que respecta a Niku) y fue seguida por Rokuko, luego por Soto. Niku fue el siguiente, luego Ichika, luego las mascotas de Rokuko, luego las chicas monstruosas, luego todos los demás subordinados.

En esta jerarquía mental que había formado, ¿dónde encajaría un novato?

¡El fondo absoluto, naturalmente! Toi pertenecía al grupo de “otros subordinados”, ¡incluso por debajo de las chicas monstruosas! Si pudiera arrastrarse hacia arriba a través de pura determinación y fuerza, entonces, bueno, Niku le permitiría unirse a las chicas monstruosas. Pero al principio, ella estaba en el fondo. Así era como funcionaban las cosas. Por lo menos, de ninguna manera Toi estaría por encima de ella.

“Dakimakura. ¡Vaya, qué noble deber! ¿Quizás me una a ustedes en este noble esfuerzo? Ahaha, no hay nada que un fracaso como tú pueda hacer que yo no pueda. De hecho, creo que haré que tu amo se vuelva adicto a mi cuerpo y te haré la vida más fácil al reemplazarte por completo”, dijo Toi, riéndose con una mano en la boca.

Toi deseaba unirse al rebaño de Keima aquí (aunque Leona siempre estaría en una posición de máxima autoridad dentro de su jerarquía), y no se habría quejado de ninguna posición adecuada para su fuerza; si él la hubiera asignado a las chicas monstruo, una posición bastante baja pero administrativa, ella habría estado bien. Sin embargo, toda esa humildad se dispersó como polvo en el viento ante un experimento fallido (Niku) siendo la autoridad número cuatro de la mazmorra. Toi, con todas sus habilidades, encontró intolerable estar bajo una falla inútil, incluso si era por orden de Leona. Oh, ¿pero ella había perdido antes? Eso no contaba; no había sido un duelo uno a uno.

Toi se consideraba muy competente después de todo lo que había hecho en Daide, y si alguien deseaba contradecir eso, solo tenían el derecho después de poner de rodillas a un país como lo había hecho ella.

Naturalmente, ella nunca reconocería a alguien menos hábil como su superior. Ella sintió que tenía derecho a recibir el rango de número tres en la mazmorra o, alternativamente, derribar el experimento fallido hasta el fondo para estar en la cima.

“Por cierto, cachorro. Solo para estar segura, ¿hasta dónde puedo vencerte? Dudo en erradicar por completo la dakimakura de Lord Keima sin su permiso”.

“No vayamos tan lejos como para molestar al Maestro”.

“Eso está bien para mí. Dijo que no nos hiciéramos daño unos a otros”. Niku   sacó   dos   cuchillos   de   entrenamiento   de   madera   de   su

{Almacenamiento}. Toi, por el contrario, sacó un palo de madera de su

{Almacenamiento}. Era grande y octogonal, lo suficientemente grueso como para agarrarlo con las dos manos.

“Oh, ¿no usarás un cuchillo?” preguntó Niku. Recordó que Toi había estado usando un cuchillo ancho y considerable antes. Lo señaló para que Toi no pudiera excusar su pérdida diciendo que no había estado usando su mejor armamento.

“Soy hábil con el cuchillo común y eficiente, pero he llegado a la conclusión de que, por el bien de la práctica, un garrote como este sería ideal. Es más fácil contenerse cuando no hay espada”, dijo Toi, dando a entender que ella era más inteligente que Niku y mejor pensando en el futuro. “¿Empezamos, entonces? Cachorro.”

“Sí.”

Así comenzó el duelo entre dos sirvientas loli de orejas de perro.

Niku se movió primero. Se lanzó al rango cuerpo a cuerpo de Toi y balanceó ambos cuchillos en una X. Pero Toi lo esquivó golpeando su garrote contra el suelo y saltando sobre ella. Lanzó su pie hacia abajo para pisotear la cabeza de Niku, pero Niku rodó y pateó sus propios pies para bloquearlo. Ambas se pisaron los pies, y Toi saltó con su garrote para hacer algo de distancia.

“Ahaha, ahora la ropa que tan agradecidamente recibiste del Maestro está sucia. ¿No te da vergüenza?”

“Solo puedo usar {Purificación}. No es un problema.” 

“Ya veo, ya veo.”

Toi tarareó de risa. Círculos mágicos aparecieron a su alrededor. “■■,■■■■■■■■■,■—{Bola de Fuego}.”

“Nn.”

Niku esquivó las bolas de fuego entrantes rodando hacia un lado. Naturalmente, ella no quería que su ropa se quemara.

“Vaya, si no quieres que tu ropa se queme, ¿por qué no te la quitas?” “No seas tonta. Solo tengo que no ser golpeado”.

“Ya veo, ya veo, eres una chica grande y fuerte, ¿verdad? ¡Teeheehee!” Toi chasqueó los dedos. Esta vez las bolas de fuego aparecieron y se lanzaron sin ningún canto.

“¡Ah! ¡Ngh!”

“Cielos. Ese fue un canto doble simple con un canto retrasado, el truco más antiguo en el libro de cualquier mago. Ah, pero supongo que Lady Soto me derrotó antes de que pudiera usar magia en ese entonces. Lady Soto, eso es”, repitió Toi, enfatizando que solo había perdido ante Soto mientras Niku desviaba las bolas de fuego con su espada de madera.

“Nada mal; No está mal. ¿Qué tal esto, entonces? ■■,■■■■■■■■■,■■—

{Bola de Fuego}.” “…!”

Cinco bolas de fuego aparecieron en el aire, luego volaron hacia Niku, una tras otra. A través de volteretas y cortes, Niku logró lidiar con todos ellos sin que ni siquiera el dobladillo de su falda se quemara. Pero Toi simplemente se rio al ver su ropa cada vez más sucia.

“Eso fue un quíntuple, cinco cantos a la vez. Deberías sentirte honrado de haberlo visto. ¿Podría un fracasado como tú hacer lo mismo? ¿No es esto una prueba de que soy superior?”

“…■■,■■■■■■■■■■■—{Bola de Fuego}.”

Y, sin embargo, Niku lanzó cinco bolas de fuego a Toi. Toi dejó escapar una risa engreída mientras los veía venir.

“■■■■,■■■■,■■—{Rayo de Hielo}.”

Toi golpeó las cinco bolas de fuego con rayos de hielo. Se cancelaron entre sí.

No está mal para un experimento fallido. ¡Ahaha, y como producto final exitoso, revisaré su calidad aún más!”

“Te haré entender que soy superior”, respondió Niku, preparando su cuchillo de madera nuevamente y mirando a Toi.

“Veo que incluso un fracaso es al menos pasable en magia. Pero, ¿qué hay de las artes físicas?”

“No perderé”.

“Oh, ¿pero no tienes la intención de ganar? Supongo que la falta de ambición le sienta bien a un cachorro fracasado.”

“Simplemente me mantengo en guardia como es normal en una pelea”. Niku una vez más corrió hacia Toi mientras este último se burlaba de ella. “¡Lenta…!”

“Estúpida.”

Toi reaccionó a la carga de Niku con un golpe de su garrote. Niku, sin embargo, lo derribó con un giro y usó el impulso para lanzar poderosas puñaladas. Los cuchillos corrieron hacia los lados indefensos de Toi desde ambos ángulos.

“{Salto}!”

Toi hizo un salto imposible desde su posición desfavorable con una habilidad. Era el tipo de habilidad que solo aumentaba la capacidad de saltar, pero en la práctica podría usarse para situaciones de emergencia como esta.

“Oh, ¿usando habilidades? Ciertamente eres débil.”

“Uf… ¿Por qué no usar cosas tan convenientes? Ignorar las herramientas es el acto de un tonto. Oh, pero supongo que eres un tonto”, dijo Toi con una burla. Niku la miró con ojos fríos.

Sin embargo, ambos en realidad estaban buscando aperturas en la postura del otro.

“■■■■■■■■,■■■■■,■■■■■,■■—{Lanza Maldita}.” “■■,■■■■■■■■■■■■—{Bola de Fuego}.”

Niku derribó las múltiples lanzas negras que Toi creó con cinco bolas de fuego. Los hechizos chocaron y explotaron.

“¡Aha! Espera, ¿es ese el único hechizo que puedes usar? Supongo que como un fracaso, ¿no tienes muchas cartas en tu mazo?”

“Solo mantengo mis cartas ocultas. ¿Por qué debería mostrártelos?”

“Punto justo. Sin embargo, necesito mostrarle mis cartas a Lord Keima e indicarle el alcance total de mi utilidad, así que continuaré usándolas.

■,■,■■■■■,■■■■—{Pilar Maldito}.”

El suelo se partió y un pilar tan grueso como un hombre adulto salió disparado por los aires. Una niebla púrpura emanaba de él, haciéndolo altamente inaccesible.

“No temáis; esto no tiene poder de matar… Simplemente tomaré el control de ti a través de una maldición. Ahaha, lo sé, puedo hacer que bailes un baile de stripper grosero. ¿No será divertido?

“■■■■. ■■■■■■■■,■■■■—{Invocar Esqueleto}.”

Pero Niku golpeó el pilar con soldados de hueso. Los esqueletos malditos comenzaron a bailar mientras empujaban sus caderas hacia adelante y hacia atrás, pero bueno, ignora eso.

“Oh, hechizos de invocación. Veo que dominas lo básico.” “Voy a empezar a hacer todo lo posible”, dijo Niku.

“Oh vaya. Entonces supongo que usaré una pequeña, muy pequeña fracción de todo mi poder.”

“La mitad de la mitad de mi poder debería ser suficiente, entonces”.

“¿Hmm? Entonces usaré la mitad de la mitad de la mitad de mi poder”, dijo Toi.

“Lucharé con la mitad de la mitad de la mitad de la mitad de mi poder”, replicó Niku, mirándola. Era como un concurso de insultos entre dos niños… Aunque en realidad eran niños, así que realmente era eso.

“En ese caso, usaré… Una trigésima parte de mi poder”, dijo Toi después de una breve pausa para calcularlo.

“De acuerdo. Usaré… Un dieciseisavo de mi poder. ¿Impresionado? También puedo hacer divisiones de dos dígitos. El maestro me enseñó”, dijo Niku con orgullo, pero Toi solo resopló y apenas contuvo una carcajada con una mano sobre su boca.

“Ohoho… ¡Así que usarás el doble de mi poder!”

“¿Nn? El doble es sesenta y cuatro. Estás siendo estúpido ahora.”

“¡Ahahaha! ¡Estas son fracciones! ¡Fracciones, cachorro ignorante! Aaaha, ni siquiera puedes hacer matemáticas al nivel de un niño de primaria, ¡qué triste!” exclamó Toi, tropezando un poco con “estudiante de escuela primaria” como si no fuera una frase con la que realmente estuviera familiarizada. De todos modos, cuanto mayor era el denominador de una fracción, menor era el número, pero desafortunadamente Niku aún no había aprendido sobre fracciones o decimales. Sin embargo, no había nada vergonzoso en eso, ya que la mayoría en este mundo se conformaba con sumas y restas. Había más personas que no podían hacer divisiones y multiplicaciones que las que sí podían.

“…No entiendo a qué te refieres exactamente, pero entiendo que te estás burlando de mí. Te voy a pegar.”

“No me estoy burlando de ti, porque es verdad que eres un cachorro tonto e ignorante, ¿no? ¡Ahahahaha!”

Y así la batalla comenzó de nuevo.

Niku empujó sus cuchillos de madera directamente a la cara de Toi. Tenía la intención de cortar su sonrisa de suficiencia, pero, naturalmente, Toi los esquivó e incluso lanzó una patada. Niku respondió pateando el palo. Toi predijo eso y arrojó su garrote a un lado para agarrar la pierna de Niku.

Toi abandonó el garrote pateado y clavó los dedos en la parte posterior de la rótula de Niku a través de su calcetín para sostener su agarre… pero Niku no colapsó. Asistencia de Golem. Este poder que Toi no conocía condujo a un resultado impredecible para ella.

Fue solo por un momento que parpadeó sorprendida. Pero ese fue tiempo más que suficiente para que Niku bajara su pierna levantada sobre la cabeza de Toi.

“¡Guaaaah!”

“Disculpas, quise parar pero no lo hice. A propósito.” “…Ngh. No está mal para un fracaso, cachorro,” escupió Toi.

“He estado entrenando. Por cierto, es tarde para esto, pero ¿cuál debería ser exactamente mi apodo para ti? Mal perdedor, ¿quizás?”

“Por supuesto que no, porque no soy un perdedor. ¿Qué truco asqueroso usaste para asestar ese golpe?”

“El truco de tener un control perfecto sobre el propio cuerpo y, por lo tanto, no permitir que el oponente lo explote”.

“¡Tch, estilo Rey Demonio!”

Toi estaba familiarizado con eso. El estilo Rey Demonio apuntaba a un sentido completo de unidad. Un perfecto control de la forma que no podría ser sacudido por ningún otro. Una vez dominado, uno tendría control completo sobre su cuerpo, corazón e incluso alma. Esto fue medio solo un farol de Niku, pero era cierto que el estilo del Rey Demonio tenía esa técnica. Toi nunca hubiera pensado que Niku tuviera tal maestría.

“Supongo que esta vez realmente tomaré esto en serio, entonces. El estilo caos es aquel que lo consume todo. Se utilizará todo lo que esté disponible, incluso los enemigos. ¡Mil cambios cambiantes, diez mil formas fluidas—

{Caleidoscopio}!” Toi gritó, luego se dividió en cuatro copias de sí misma. “¿Impresionado, tonto cachorro?” preguntó uno.

“Es simplemente crear tres copias ilusorias a la vez…”

“—Pero todos ellos irradian la energía de los seres reales, ¿no? Ese es el poder de la técnica”.

“Era el estilo de alguna famosa escuela de artes marciales, pero… he olvidado su nombre. Creo que era su última técnica”, dijo el último clon de Toi, habiéndole explicado educadamente todo.

… Realmente parecía como si hubiera cuatro de ella. “Ahora”, dijeron los cuatro a la vez. “Prepárate.”

Las cuatro Tois saltaron hacia Niku a la vez, pero sin dudarlo, Niku le dio un codazo al segundo desde la derecha, que era el verdadero Toi.

Las tres falsificaciones se desvanecieron en la nada. “¡Ngah, nffu! ¡¿Cómo… lo… viste a través de eso?!”

“Te enfocabas tanto en mantener la técnica que era más fácil pegarte. Esa es ciertamente una buena técnica”, dijo Niku.

“… Solo para futuras referencias, ¿cómo supiste quién era yo?”

“Pensar. No importaría si fallara. Son solo ilusiones, por lo que habrían desaparecido”, comenzó Niku. Por lo tanto, un ataque de embestida habría atravesado el muro de las ilusiones, matando dos pájaros de un tiro. Repite hasta que llegues al verdadero. El hecho de que acertó en el primer intento fue solo buena suerte.

“…Tiene un punto. Dios mío, qué terrible técnica definitiva”, dijo Toi, dejándose caer en el suelo con una sonrisa enfadada. “Muy bien. Perdí hoy, debido a que me concentré demasiado en mis propias técnicas. Es deber del perdedor apoyar al vencedor”.

“Una sabia decisión. Ahora, arrodíllate.” “¿Así?”

Toi se arrodilló obedientemente. Niku presionó su pie sobre su espalda, luego su cabeza. Ella orgullosamente se paró sobre ella con sus calcetines todavía puestos. Era un perro sirviente encima de un perro sirviente.

“… Mm. Pararse encima de un perdedor es cómodo”.

“…Nmmm”.

Puede parecer sorprendente lo obediente que estaba siendo Toi, pero era natural que el perdedor cumpliera. Esa era la forma del mundo en lo que a ellos dos se refería. Niku le dio a la cabeza de Toi dos, tres pisotones para enfatizar, luego bajó, habiendo establecido firmemente el dominio.

“Ahora volvamos, Toi”. “Como desee, señora Niku”.

Toi obedeció suavemente a Niku. Se sacudió el polvo de la ropa y la cara, luego siguió a Niku con un salto en su paso.

Así concluyó la batalla por el dominio, con Toi terminando debajo de Niku.