Jimi na Kensei (NL)

Volumen 7

Capitulo 2: El Reino De Los Fuertes

Parte 10: Abrumador

El quinto duelo enfrentó a Deyiaoe Utto contra Ran del Estilo Demonio Plateado.

Los Arcanianos ya habían ganado el torneo de exhibición al lograr la victoria en los primeros cuatro partidos, dando a los espectadores e invitados importantes pocos motivos para el optimismo, ya que no tenían camino hacia la victoria. Además, los cuatro partidos hasta este momento habían sido unilaterales. Los guerreros del Reino de Arcana se habían enfrentado a sus combates preparados con planes destinados a asegurar una victoria segura.

También quedaba muy poca esperanza para los locales en los tres partidos restantes. No había forma de que los Arcanianos, que habían sido meticulosos en sus preparativos, de repente fueran fáciles con los guerreros de Sukreen. Además, los primeros cuatro guerreros habían sido los criados de menor rango de Sunae. Los tres restantes eran el criado directo de Sunae, su prometido y un criado cercano de la prometida de Tahlan.

Todos vieron que los últimos tres guerreros estaban en un nivel completamente diferente en términos de importancia en comparación con los cuatro que habían comenzado la exhibición. Los guerreros que estaban mirando también sabían simplemente por mirar a Ran que ella era una luchadora de no poca habilidad.

“Ya hemos ganado. Supongo que estaría bien dejarte ganar las tres peleas restantes, pero esto no es solo una pequeña exhibición educada. Y, honestamente… quiero ganar”.

Ran estaba en la arena con la firme determinación de lograr la victoria. No buscaba mostrar su habilidad a los extranjeros; más bien, ella simplemente quería derrotar a la mujer que estaba frente a ella.

“Tú… eres bastante hábil entre los Invocadores Espirituales, ¿verdad? Apuesto a que eres más fuerte que Su Alteza”.

“Sí, soy más fuerte que Sunae”.

“Entonces hay muchas razones para que yo pelee contigo”.

Una vez que Ran terminó de explicarse, su cabello comenzó a moverse. Se encendió en un color plateado brillante y comenzó a ondular como llamas. Todos los presentes sabían lo que eso significaba.

“Entonces, eres un Marcado”.

“Sí, así es… Normalmente, no hay forma de que pueda ganar contra un Invocador Espiritual”.

Ran, que decía ser un Marcado, estaba inquietantemente tranquila, muy diferente del Marcado descrito en las leyendas. Si bien esta región solo tenía Invocadores de Sombras e Invocadores Espirituales, también hubo historias de los Marcados que ocasionalmente parecían causar estragos en la gente.

Los lugareños no podían entender la elección Arcaniana. ¿Por qué los Arcanianos, que hasta ahora se habían centrado tan intensamente en ganar, enviarían un Marcado para luchar contra un Invocador Espiritual? No tenían idea de por qué habían elegido a Ran para pelear el quinto duelo.

“Es exactamente por eso que… esta pelea tiene tanto significado. Es una forma de demostrar que, a través de mi supervivencia, he logrado hacerme más fuerte”.

Sí, hay un significado detrás de elegir a Ran, incluso si los espectadores no lo entienden.

“Si soy honesto… hay una parte de mí que está feliz de tener la oportunidad de derrotar a un Invocador Espiritual. Lo admito, es una parte mezquina y fea de mi mente… pero eso no es todo lo que me impulsa”.

Ran cerró los ojos y luego los volvió a abrir. Miró intensamente a su oponente, su motivación no provenía de la adrenalina, sino de su propia elección, su propia determinación de luchar.

“Toma tu forma de Bestia Divina. Te superaré en fuerza incluso entonces”.

La forma de la Bestia Divina no era necesariamente la forma correcta de luchar contra un portador de los Cuatro Vasos o los Estilos de Veneno Explosivo. Sin embargo, seguía siendo el mejor uso de la Invocación espiritual al luchar contra un Invocador de Sombras o un Marcado. O, más bien, se dijo que tomar esa forma era la única forma de derrotar a un Marcado. A diferencia de las últimas cuatro batallas, Ran era un enemigo que manejaba un Arte que conocían bien.

“¡Bien!”

Utto no pudo retroceder. Incluso dejando de lado el hecho de que se trataba de una exhibición real, Utto, como Sunae, tenía el deber como Invocador Espiritual de enfrentarse a un Marcado. Incluso cuando sabía que había algo más en Ran que el Marcado promedio, Deyiaoe Utto tomó su forma de Bestia Divina, poniendo su propio orgullo en juego.

“¡Entonces todo lo que queda es derrotarte con mis garras y colmillos!”

Ahora, ¿por qué los Invocadores Espirituales tenían una ventaja abrumadora contra los Marcados? En pocas palabras, fue porque las mejoras físicas de un Invocador Espiritual completamente preparado excedieron las mejoras físicas del más poderoso de los Marcados.

“Sí, esa es la forma. Sobrepasaré el poder de un Invocador Espiritual en esa forma”.

Incluso si Ran aumentara sus propias habilidades físicas hasta su límite, todavía no podría igualar a un Invocador Espiritual. Eso era cierto cuando se enfrentó a Sunae y todavía lo era hoy.

“Pero, ya no soy un Marcado. Entiende que me llamo un practicante del Estilo Demonio Plateado por algo más que un espectáculo”.

La brecha en las habilidades físicas, sin embargo, no significaba que Ran no tuviera ninguna posibilidad de victoria.

“¡Vamos!”

Ran comenzó a correr, tal como lo había hecho en su batalla con Sunae. Ella cargó, plenamente consciente de que no sería suficiente por sí solo.

Deyiaoe Utto también entendió que Ran tenía algo más bajo la manga. Incluso armada con ese conocimiento, adoptó una postura defensiva, siguiendo el enfoque estándar cuando se enfrenta a un Marcado.

Tal como decían las leyendas, la velocidad de Ran excedió la agilidad de Utto mientras estaba en forma de Bestia Divina. Si Utto se movía o atacaba primero, Ran podría evitar fácilmente su ataque. Por eso tenía la intención de bloquear el ataque de Ran y posteriormente lanzar un contraataque. No había otra forma lógica de responder.

“¡Ven a mí…!”

Los enfrentamientos entre Invocadores Espirituales y los Marcados se habían desatado desde la era de las leyendas. Como si estuviera siguiendo los pasos de sus antepasados, Ran golpeó al depredador gigante, saltó hacia adelante y golpeó el estómago de su oponente con un puñetazo. Ran había intentado lanzar su golpe contra un punto de presión vulnerable, pero su oponente pudo redirigir su puño.

Un golpe desatado a toda velocidad con todo su peso detrás de él fue extremadamente difícil de redirigir por completo en medio del movimiento. En cambio, el puñetazo de Ran, aunque no le pasó por alto a Utto por completo, había aterrizado en una parte relativamente bien protegida del estómago de Utto.

“…?!”

Utto tenía la intención de absorber el golpe y contraatacar contra el Marcado mientras su oponente estaba suspendido en el aire. Al menos, ese había sido su plan. Sin embargo, la Bestia Divina descubrió que, cuando trató de ejecutar su intención, no podía moverse. Mientras los espectadores observaban, Ran aterrizó de forma segura sin contraataque de Utto.

“Estilo Demonio Plateado… ¡Ondas Ki, Whale Breaker!”

No fue que Deyiaoe Utto no contraatacara. Era que ella no podía.

“Ran, la técnica que te enseñaré se conoce como Ondas Ki. Es la técnica que usa Sansui para enviar una ola de energía contra todo lo que toca”.

“Entiendo tu confusión. Con tu Sangre Contaminada, no puedes usar las Artes Inmortales”.

“Sin embargo, Ondas Ki y Ki Blade no son únicamente Artes Inmortales. Son técnicas que cualquiera puede usar con suficiente entrenamiento”.

Ondas Ki, la técnica que había aprendido de Suiboku, le permitiría abrumar a cualquier Invocador Espiritual al que se enfrentara. Independientemente del Aura de sangre que posea un individuo, las Ondas Ki se volvieron más poderosas cuanto mayor era la cantidad de poder que corría por las venas del usuario.

Whale Breaker era una técnica de Ondas Ki diseñada para usarse contra un oponente que atacaba o defendía con todas sus fuerzas. La técnica aturdió temporalmente al objetivo y le robó su capacidad de actuar. Como marcada, Ran tenía una enorme cantidad de sangre contaminada corriendo por su cuerpo, y su onda Ki era tan poderosa que era suficiente para aturdir incluso a una Bestia Divina.

“Lo sé… sé que cuando lucha contra un Marcado, un Invocador Espiritual se enfoca completamente en reaccionar. Por lo tanto, ¡la respuesta obvia es desarrollar una forma de lidiar con eso!”

La Bestia Divina aturdida e inmóvil dobló las piernas y comenzó a hundirse en el suelo. Todavía estaba consciente, pero ya no podía soportar su propio peso.

De pie junto al flanco de la bestia, Ran se dejó caer en una postura que casi gritó que no tenía necesidad de empezar a correr, preparando su puño. Estaba claro para todos los observadores que estaba preparando un golpe que podría perforar las defensas de un Invocador Espiritual.

“Estilo Demonio Plateado, Ondas Ki… ¡Pies Temblorosos!”

Mientras daba un paso adelante, Ran soltó una Ondas Ki de las plantas de sus pies. Impulsada por ese estallido de energía, hundió el puño en el flanco de Utto con mucha más fuerza de lo habitual. Utto fue lanzado al aire con un impacto que sacudió el suelo, aterrizando en un montón en forma humana.

“¡Bien hecho!”

Una voz desde la tienda real de los magos ofreció palabras de elogio a un resultado que muy bien podría socavar el fundamento mismo de la autoridad real y destruir el mito de la superioridad de la Invocación Espiritual. Era Magyan Sunae, Ran del señor feudal del Estilo Demonio Plateado.

“¡Como se esperaba de mi mejor sirviente! ¡Mi padre está bastante impresionado!”

“Me honra, Su Alteza”.

Todos sabían que todo esto era una farsa, pero nadie podía expresar una queja. Con su cabello todavía plateado, Ran se apartó de su postura de lucha y se arrodilló frente a su ama. No había indicio de rabia berserker o locura en ella. Incluso si su lealtad y respeto por Sunae era un acto, incluso hacer que un Marcado fingiera actuar de esta manera era una hazaña extraordinaria.

“Sí. Ran, el leal criado de nuestra hija. ¡Dimos testimonio de tu fuerza! ¡Sin duda, sus hazañas serán cantadas tanto en Nuestro reino como por Nuestros vecinos!”

No había más remedio que ofrecer palabras de elogio, ya que la propia hija de Khan había domesticado la lujuria de batalla de un Marcado y la había convertido en una leal sirviente. Ese solo hecho hizo que un Invocador Espiritual perdiendo ante un Marcado pareciera un detalle insignificante en comparación. Magyan Khan ofreció elogios en lugar de todos los invitados que se habían quedado en silencio.

“Aun así… para un guerrero de tu habilidad para luchar en quinto lugar… Ven, di la verdad. No podemos imaginar que seas inferior en habilidad a las primeras cuatro, pero seguramente no eres más fuerte que los dos restantes, ¿verdad?”

“Tenga la seguridad, Su Majestad…”

Si los Arcanianos hubieran ignorado por completo la fuerza relativa de sus guerreros y cambiado el orden en el que lucharon, se habría considerado una táctica mezquina y solapada. Khan sabía que probablemente ese no era el caso, pero aun así se aseguró de confirmar el hecho.

La respuesta de Ran no tranquilizó a los espectadores que la escucharon. “Los guerreros restantes son mucho más poderosos que yo”.

“Entonces, finalmente es mi turno”.

Saiga se quitó la camisa y la chaqueta, exponiendo su torso mientras se levantaba de su asiento. Tenía una mirada decidida y era fácil ver los resultados de su entrenamiento en su físico. Tenía cicatrices en la cara y el porte de un luchador veterano. Por supuesto, eso era solo lo que se veía de un vistazo.

“¡Mwahahahaha! ¿Qué te parece mi táctica? Mi maestro, el escenario está listo, ¡así que entremos en batalla ahora!”

“Sí, gracias a ti, parece que ganaremos los siete encuentros. Puedes retroceder y mirar”.

Saiga dio un paso confiado hacia la arena, dejando su espada en su forma humana. No llevaba armas ni armadura, y se dirigió a la arena sin ningún tesoro noble en la mano. Eckesachs fue tomada por sorpresa por un momento antes de aferrarse suplicante a su maestro.

“¡E-Espera, mi maestro! No… ¿No estás olvidando algo? Seguramente es de mala educación ir desarmado a un duelo, ¡aunque sea solo una exhibición!”

“Eckesachs, necesitas calmarte. ¿Recuerdas lo que me dijo Sansui cuando luché contra él por tercera vez?”

La espada legendaria definitiva Eckesachs es uno de los ocho tesoros sagrados, y su función es amplificar el aura de sangre de cada arte existente en el mundo. Ella es un arma perfectamente adecuada para Saiga en su papel de as de la Casa Batterabbe, pero tampoco era completamente adecuada para la exhibición actual.

“Si te usara, Eckesachs, mataría a mi oponente”. “¡¿Qué?!”

No había necesidad de que Saiga matara a su oponente para lograr la victoria, y mucho menos empuñar a Eckesachs para hacerlo. Como tal, no había necesidad de que él la usara. Habiendo madurado a través de sus experiencias, Saiga había tomado el juicio correcto. A veces, el crecimiento de alguien podría exponer verdades brutales.

“O-Oh no… lo he hecho demasiado fuerte”.

“Voy a pelear con las manos desnudas esta vez, así que aguanta hasta que peleemos contra alguien realmente fuerte, o contra muchos oponentes”.

“¡¿Cuándo será eso?!”

“Bueno, eso no lo sé…”

Mientras Saiga miraba con disculpa a su compañero de pelea, quien estaba sufriendo flashbacks de un trauma pasado similar, también se dirigió a las mujeres que eran sus parejas románticas.

“Happine, Zuger.” “¿Sí?”

“¿Qué pasa?”

“Estoy a punto de luchar por Sunae. Será bastante complicado”.

Saiga trató de transmitir que sería mejor si no veían ni escuchaban el duelo que se avecinaba. Esta era una pelea en la que necesitaba mostrar su fuerza, y no podía simplemente terminarlo aplastando pacíficamente a su oponente y dejando su fuerza sin probar. Necesitaba mostrar su abrumador poder a los que miraban y hacer que le temieran.

“En tiempos como estos, no soy un fanático de poder ver el futuro…”

Saiga entró en la arena con una expresión de determinación en su rostro. El oponente que tenía delante ya estaba pálido cuando se acercó a ella.

Magyan Toris, su oponente, fue la única participante en esta exhibición que fue miembro de la familia real Magyan; evidentemente, ella era una de las medias hermanas menores de Tahlan. Su expresión puede haber sido la de un oponente ya derrotado, pero tenía la constitución de una guerrera extremadamente bien entrenada. Sin duda, como uno con la Presencia Real, se había entrenado mucho desde la infancia.

Comparado con sus años de entrenamiento, el propio esfuerzo de Saiga fue poco mejor que las incursiones de un aficionado. No cabía duda de que Saiga era la que menos formación tenía entre los participantes de esta real exposición. Pero, aun así, no pudo echarse atrás.

“Realmente lo siento, pero tú vas a sufrir más que nadie aquí”.

Debido a que Ran había ganado una abrumadora victoria en el duelo anterior, necesitaba ganar de una manera que avergonzara su victoria. Además, necesitaba honrar a Sunae, su prometida, así como el nombre de la Casa Batterabbe, que había invertido tanto en él.

“Tienes todo el derecho a insultarme y burlarte de mí. Tienes todo el derecho a despreciarme. Tienes todo el derecho a odiarme”.

Saiga tenía la responsabilidad de mostrar lo ridículamente poderoso que era. Necesitaba mostrar cuán injusto y ridículo era su fuerza en comparación con los demás.

“Soy Saiga Mizu, el heredero y as de la Casa Batterabbe, una de las Cuatro Grandes Casas del Reino Arcana. También soy el prometido de Magyan Sunae. Demostraré mi temple usando tu cuerpo como objetivo”.

Saiga ya había previsto lo que estaba a punto de suceder, cómo progresaría la batalla y cómo terminaría. Sabía cuál sería el resultado incluso antes de pelear el duelo. Desafortunadamente para la mujer que tenía ante él, solo le esperaba el peor resultado posible.

“Si bien las reglas dicen que no puedes quejarte de los resultados, creo que tienes derecho a quejarte de mí. Eso es lo injusto que soy”.

Aprovechar la Presencia Real dio lugar a la invocación espiritual. Los espectadores se sorprendieron al ver la visión demasiado familiar de un Invocador Espiritual. Saiga permaneció en forma humanoide mientras la piel cubría su cuerpo.

“Sí… lo siento mucho. A diferencia de Ran, no soy tan bueno controlando mi Sangre Contaminada”.

Aprovechar su Sangre Contaminada dio lugar al Estilo Demonio Plateado. Ninguno de los espectadores podía creer lo que estaban viendo: algo le estaba sucediendo al cuerpo de Saiga que no debería haber sido posible con un Invocador Espiritual. Lo mismo le estaba sucediendo a Saiga que le había sucedido al Marcado que había peleado antes, mientras todo el pelaje de su cuerpo ardía de un color plateado brillante.

“No puedo contener la emoción de la batalla”.

Aprovechar su Presencia de Sombras dio lugar a la Invocación de Sombras. Dos lobos humanoides, con su pelaje ardiendo con llamas plateadas, aparecieron de la nada frente a Saiga. Al presenciar la aparición de las dos figuras adicionales, todos dudaron de sus sentidos, pero también se sorprendieron con la certeza de lo que estaba sucediendo.

“No te preocupes. Tenemos el Divino Ginseng. Mientras no mueras, te curarás”.

Aprovechar su sangre filtrante dio lugar al Estilo de Veneno Explosivo. Las dos sombras se tocaron en el hombro y los lobos plateados comenzaron a cambiar a un color diferente. Conservaron su brillo plateado, pero su pelaje tomó otro color.

“¡Así que da lo mejor de ti!”

Aprovechar su maná dio lugar a la magia. Las llamas brotaron de los pies de los tres lobos y los levantaron del suelo.

“Escucharé tus insultos más tarde. ¡Me disculparé más tarde!”

Aprovechar su Orb Blood dio lugar al Estilo Cuatro Vasos. Los puños de los lobos se endurecieron.

“¡Has jurado no quejarte ni siquiera a costa de tu vida, pero…!”

Aprovechar su poder temporal dio lugar a la adivinación. O tal vez su Sangre Celestial dio lugar al Estilo Testudo. Saiga ya había decidido qué harían sus duplicados.

“¡Estoy seguro de que no pensaste que estarías sometido a tanto!”

Saiga Mizu era el as de la Casa Batterabbe y todas las auras de sangre fluían dentro de él. Además, era capaz de manejarlos todos a la vez. La sonrisa loca en su rostro era, irónicamente, la de un Marcado.

“¡Es demasiado tarde para arrepentirse! ¡Te aplastaré justo antes del momento de la muerte…! “

Saiga había tomado una forma inhumana, con una expresión inhumana de locura en su rostro. Habiendo recibido sus poderes de Dios, estaba mostrando su superioridad.

“¿Qué estás haciendo? Date prisa y conviértete en una Bestia Divina”. “Oh.”

“¿Quieres que te ataque ahora?” “¡Eep…!”

Probablemente nunca hubo un Invocador Espiritual que hubiera tomado la forma de Bestia Divina con tal expresión de miedo en su rostro. No tenía precedentes para un Invocador Espiritual tomar a la Bestia Divina, activando la totalidad de su poder, después de tener miedo de hacerlo, todo por el bien de la supervivencia.

Aun así, no había nadie que pudiera culpar a Toris por hacerlo. Estaba claro para todos los que miraban que Saiga estaba en un nivel completamente diferente de los cinco que habían venido antes que él. Estaba usando múltiples técnicas a la vez, tanto técnicas conocidas como aquellas que los espectadores nunca habían visto antes.

Incluso la gente de Magyan y la región circundante conocían la regla, a pesar de que solo conocían la Presencia de Sombras y la Presencia Real: una sola persona solo debería tener un poder innato. Es decir, cada persona solo podía practicar un arte.

Que un ser humano pueda usarlos todos a la vez destruyó por completo todas y cada una de las suposiciones que sustentaban la batalla en este mundo. Fue simplemente una locura. El hecho de que pudiera usar todas las técnicas extranjeras que habían dejado una impresión tan abrumadora en los últimos duelos hizo que el absurdo de la situación fuera aún más evidente.

“Bien… ¡Ahora no te voy a matar!”

Ran era el único que podía mantener continuamente el estado de mejora física completa proporcionado por la sangre contaminada. Incluso si Saiga no estaba usando las habilidades regenerativas más agotadoras físicamente de la Sangre Contaminada, lo más tiempo que podía permanecer en su estado de berserker plateado ardiente eran varios minutos.

Aun así, fue tiempo más que suficiente para resolver el asunto. Era imposible que un simple Invocador Espiritual aguantara incluso diez minutos enfrentándose a Saiga en su estado actual.

“¡Jet Knuckle!”

Saiga se lanzó hacia adelante con su magia de llamas, poniendo todo su peso detrás de su carga. Los tres lobos se lanzaron hacia adelante como meteoritos y golpearon a la bestia debajo de ellos.

“¡Guh…!”

“Este sentimiento… ¡El sentimiento de mi puño golpeando, el sentimiento que no puedo obtener de la Adivinación! ¡Eso es lo que quería!”

Saiga se estremeció de alegría por la violencia. La Sangre Contaminada había aumentado su disfrute de la batalla, de golpear a su oponente, y sus rasgos se retorcieron en una mirada de alegría salvaje.

Dejó una enorme apertura para su oponente en ese momento, pero no hubo contraataque. La Bestia Divina no pudo reunir nada propio a través del dolor de ser golpeada por tres hombres lobo berserker a la vez.

“¿Qué ocurre? ¡¿Vas a terminar siendo nada más que un saco de boxeo, como lo había previsto?!”

Saiga dejó que la locura se lo llevara. Si hubiera querido matar a Toris, solo necesitaba usar el Estilo de Veneno Explosivo en el momento en que tocó a su oponente. Si hubiera querido simplemente neutralizar a su oponente, todo lo que habría tenido que hacer es someterla al Estilo de Puño Borracho y luego golpearla hasta que se someta.

Sin embargo, no tomó ninguno de esos cursos, ya que irían en contra del objetivo de esta exposición. Al igual que la realeza solía hacer con sus rivales, Saiga necesitaba vencer unilateralmente a alguien más débil que él.

“¡¿No se supone que debes ser fuerte?! ¡Vamos, vamos, vamos! ¡No pierdas conmigo! ¡No corras! ¡Enfréntame!”

Mientras el propio Saiga sostenía la cabeza de la bestia, los dos duplicados saltaron hacia atrás y crearon muros de energía con las Artes Místicas.

“¡Bright Jet Press!”

Los duplicados mantuvieron las paredes de luz frente a ellos, ardiendo hacia adelante con magia de fuego y aplastando a la Bestia Divina entre ellos. Todos los espectadores cerraron los ojos antes de que aterrizara el ataque real. Ellos supieron de inmediato que sería doloroso con solo mirar la configuración, sin siquiera verlo suceder.

“Gah… ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Aaahhhh…!”

Toris, como objetivo del ataque, no podía apartar la mirada. La pura agonía que resultó de ser aplastada entre dos paredes gigantes no era algo de lo que pudiera escapar con solo cerrar los ojos.

“¡Vamos, no puede doler tanto! ¡Las Paredes Místicas no son más que luz!”

Las Paredes Místicas que aplastaban a la bestia se desvanecieron simultáneamente cuando el propio Saiga retrocedió con su puño, encerrado en un gigantesco guantelete de luz. Era un uso ofensivo ordinariamente inútil de las Artes Místicas.

“¡Debería doler más solo sufrir golpes normales! ¡Así que deberías poder resistir!”

Se paró en el suelo, cubriéndose las manos con poder místico y golpeó con ambos puños. La Bestia Divina, su resolución ya destrozada, no pudo hacer nada más que recibir los golpes.

“¡No tengo ninguna intención de matarte! ¡Te estoy dando todo lo que tengo con solo la mitad de mi esfuerzo!”

Cada vez que sus puños supuestamente a medio esfuerzo hacían contacto, la sangre salpicó el suelo. Por supuesto, la sangre que empapaba el suelo no era de Saiga.

“¡Necesitas mostrar tu temple! ¡¿No era ese el plan?!”

Le estaba haciendo daño a la hermana de su amada prometida. “Esto es lo que planeabas hacerme, ¿no es así?”

Estaba enfurecido por los hechos desnudos y estaba haciendo una rabieta. “Estabas planeando humillarme frente a Sunae, ¿no es así?”

Golpeó a Toris con sus puños gigantes, dejando escapar un fuerte grito, abrumándola con el aluvión de golpes. Era un rostro aterrador, uno que minaba lo que quedaba de su moral.

“¡Con esas garras! ¡Esos colmillos! Ibas a hacerme pedazos y humillarme,

¿no es así?”

Toris y las otras princesas tenían la intención de ganar los siete encuentros contra Saiga y los otros Arcanianos, luego desafiar a Heki y los otros hermanos. Al derrotarlos, planeaban hacer que Tahlan no pudiera escapar. Sin duda, habían planeado golpear unilateralmente al prometido de Sunae, Saiga, mientras estaban en ello.

“¡Pensaste que no tenía la Presencia Real! ¡Pensaste que podrías vencerme! Y me menospreciaste por eso, ¿no es así?”

No podía perdonar el hecho de que alguien tan débil lo hubiera estado mirando desde arriba.

“¡Sigues operando bajo un malentendido, ¿no es así?! ¡Que soy un tramposo! ¡Que soy ridículo! ¡Que no hay forma de vencerme! ¡¿No es así?!”

Las dos sombras tocaban el suelo. La sangre rezumante del estilo del veneno explosivo empapó el suelo debajo de ellos y tiñó el suelo debajo de ellos.

“¡Apuesto a que piensas que nunca he perdido antes!”

En su estado de mayor excitación, había pasado de llevar a casa la injusticia de su existencia a simplemente quejarse. Aun así, sus sombras se movieron como había planeado inicialmente, creando una pequeña explosión que fue suficiente para hacer estallar lo que fuera que estuviera encima de él en el aire. Esa explosión fue suficiente para lanzar a la Bestia Divina al aire.

“¡Crees que es porque tengo todos los poderes, ¿verdad?! ¡Que he ganado todas las peleas que he enfrentado hasta ahora, fácilmente!”

Creó una plataforma de luz a unos dos metros del suelo para que todos los espectadores pudieran ver, sin dejar de llover golpes sobre su oponente mientras se paraban sobre ella.

“¡No han sido más que pérdidas para mí! ¡No he hecho más que humillarme delante de las chicas que amo! ¡Me lastimé! ¡Me ha dado vergüenza! ¡Me deprimo mucho! ¡Siempre quise ganar e impresionarlas!”

Borró la plataforma de luz, pisó a su oponente desde arriba y la empujó hacia el suelo, siguiendo con magia de fuego.

“¡¿Esperabas un resultado diferente?! ¡¿Pensaste que perdería a propósito para dejar que la mamá de Sunae salvara las apariencias?!”

Saiga usó toda su fuerza para patear a la bestia gigante que yacía en el suelo. Esta vez no se había cubierto las piernas con Armadura Mística, sino que simplemente las había endurecido con el Estilo de Cuatro Vasos. Si bien no podía cortar a su oponente, la superficie de sus piernas era mucho más dura de lo que podía manejar una Bestia Divina. Un golpe doloroso sonó que todos pudieron escuchar.

“¡No tengo expectativas de hacerme amigo de la mamá de Sunae ni nada!

¡¿Crees que actuaría en base a pequeñas fantasías convenientes como esa?!”

Que alguien no le guste, que alguien le odie, que alguien le odie… Saiga era muy consciente de que todo eso era doloroso. Sabía que incluso Suiboku se arrepintió de las cosas que no se podían arreglar.

Pero Sunae y Tahlan no tenían miedo de ser odiados, porque sabían que había algo más importante que simplemente agradar. Era una fantasía creer que se podía vivir sin ser odiado, sin tener enemigos.

“¡Perder es humillante, es vergonzoso y decepciona a la gente! ¡Eso es lo que te va a pasar!”

La Bestia Divina maltratada yacía tendida en el suelo. Mientras intentaba desesperadamente mantener su refuerzo completo, solo para aferrarse a la vida, los dos duplicados se acercaron a pie.

“¡Yo soy!”

Las dos sombras que habían sido infundidas con la Sangre Filtrada explotaron.

“¡El hombre de Sunae!”

Cuando los efectos de la explosión se despejaron, lo que yacía allí era una mujer inconsciente.

“¡Si Sunae quiere que lo haga, también me haré enemigo de su madre!”

Las llamas plateadas se apagaron y todo lo que quedó fue un hombre cansado.

“No soy un tipo tan agradable como para ser fácil con mi oponente. Eso sería un insulto para todos los que luchan a mi lado”.

Le dio la espalda a la mujer que yacía allí, inmóvil. “Eso es lo que quiero ser. Eso es lo que debería ser”.