Jimi na Kensei (NL)

Volumen 6

Interludio 2: Sedición

Magyan Tahlan y Magyan Sunae, príncipe y princesa, nacidos de la misma madre. Los dos hermanos se habían reunido en una tierra lejana y, después de presenciar una batalla entre dos grandes Inmortales y reunirse con Sansui, los dos ahora se conocieron sin ningún otro presente. No estaban ocultando nada, solo querían confirmar lo que tenían que hacer como miembros de la realeza que habían dejado atrás su tierra natal.

“Sunae, tu hombre realmente ha crecido”.

Tahlan se aseguró de referirse a Saiga como el hombre de Sunae. Era su forma de ser considerado por su hermana.

“Estoy seguro de que tú también lo viste, pero… En la parte final de nuestra batalla con Fukei, él te empujó a ti y a los demás, mientras nos empujaba a Ran y a mí hacia adelante. Se comportó admirablemente”.

Cuando Tahlan habló del crecimiento de Saiga, no solo estaba elogiando el aumento de fuerza de Saiga. Saiga no había cedido ni una pulgada a pesar de enfrentarse a un Inmortal poderoso e invencible. Incluso cuando parecía que no había posibilidad de victoria, Saiga trató de cumplir con su papel hasta el final. Eso era algo que Tahlan no podía hacer más que elogiar sin reservas.

“Honestamente, tenía mis reservas al principio, pero… ahora estoy seguro de que papá lo aceptará”.

“¡P-Por favor, dígaselo al mismo Saiga! ¡Estoy seguro de que se alegrará de escuchar eso!”

“Por supuesto, tengo la intención de contárselo más tarde. Pero… solo logró lograr todo esto porque estabas a su lado”.

Saiga había perdido ante Sansui en tres ocasiones distintas. A pesar de presenciar sus humillantes derrotas, Sunae se quedó a su lado. Por supuesto, el crecimiento de Saiga se debió a que no se había roto ni se había rendido después de esas pérdidas, pero incluso entonces, Sunae también había cumplido su palabra.  Tahlan estaba seguro de que la compañía de Sunae había ayudado a Saiga a convertirse en el hombre en el que se había convertido.

“Y yo soy el mismo… pude conocer a una mujer encantadora”.

“¿D-De verdad?”

La expresión de Tahlan adquirió una expresión de satisfacción, como si finalmente hubiera encontrado su hogar, incluso cuando Sunae sintió la necesidad de objetar. Después de todo, el socio de Tahlan era Douve Sepaeda. Incluso Sunae, que había sido criada como miembro de la realeza, no pudo evitar encontrar a Douve desagradable.

Mientras tanto, Tahlan era el padrino de tres reinos. Incluso dejando de lado su prejuicio como su hermana menor, Sunae estaba segura de que él era el mejor hombre del mundo. Después de todo, muchas princesas habían buscado la mano de Tahlan en matrimonio. Fue una prueba objetiva de sus cualidades.

“No entender su encanto… todavía eres una niña, Sunae”. “No creo que ese sea el problema…”

Si envejecer era lo que le hacía a uno apreciar los encantos de Douve, entonces Sunae estaba perfectamente contenta de ser una niña.

“Heh… estoy seguro de que papá lo entendería”. “¿Está seguro?”

“Por supuesto. Pero… estoy preocupado por mamá”.

La razón por la que los hermanos de la familia real Magyan podían viajar al extranjero era que tenían muchos medios hermanos. Sunae tenía derecho al trono, pero no se la consideraba una candidata prometedora. Todos estaban seguros de que el rey vendría de entre los otros medios hermanos.

Por eso no habría ningún problema para el reino si los dos no estaban presentes. Pero para su madre, fue un problema enorme. Después de todo, Tahlan y Sunae eran los únicos hijos que tenía su madre. Que Sunae hubiera decidido no disputar el trono significaba que su madre no tenía esperanzas de cumplir su ambición de ser la madre del próximo gobernante.

“… Mis disculpas, Hermano Mayor. No debería haber dejado el reino”.

“No tiene sentido disculparse conmigo. Además, dejé el reino igual que tú. Todos somos igualmente culpables de alejarnos, a pesar de ser miembros de la realeza”.

Si bien se hablaban de manera bastante formal entre ellos, seguía siendo una conversación amistosa y afectuosa entre hermanos. Debido a que eran cercanos, los hermanos querían que su familia celebrara el hecho de que habían encontrado cónyuges.

“Bueno, entonces, ¿nos vamos a casa y seremos objeto de sermones juntos? Regresemos con nuestro amado Magyan, llevándonos a nuestros parejas con nosotros”.

Pero ni siquiera ellos podían imaginar lo que se estaba gestando en su tierra natal.

“¿Aún no has encontrado a Tahlan?”

“Mis disculpas. Parece que ha viajado a un país lejano…” “Ahórrame tus excusas. El tiempo se acaba”.

Magyan Sukrin, la Primera Reina del Reino Magyan. Ella era la madre de Sunae y Tahlan y la más poderosa de las esposas de Magyan Khan. Sus ojos estaban inyectados en sangre mientras miraba con dureza a su subordinado.

“Si no nos apuramos… terminarán eligiendo al próximo rey”.

Aunque había recibido el favor y el amor del rey, había perdido la oportunidad de convertirse en la madre del próximo rey. Impulsada por una sensación de pánico, dijo algo que estaba completamente fuera de lugar.

“¿Dónde estás, Tahlan…? Deberías ser el hombre que se convierta en el próximo rey de este país…”

Incluso si era el mayor, sin la Presencia Real, Tahlan no tenía derecho al trono. Y, sin embargo, Sukrin todavía hablaba como si pudiera convertirse en rey. Eso significaba… Eso significaba que no tenía intención de obedecer la ley de sucesión.

“¡Te encontraré, cueste lo que cueste…!”

-FIN DEL VOLUMEN 6-