Jimi na Kensei (NL)

Volumen 6

Interludio 1: Punto De Vista

“Finalmente se ha asentado… y me alegro de que tampoco hayamos podido perder ningún país”.

Dios, que había estado mirando la vela de Suiboku desde su asiento, se relajó cuando notó que la llama de Suiboku había vuelto a la normalidad. Mirando las velas a su alrededor, no parecía que hubiera habido muchas víctimas esta vez.

“Cuando ese monstruo se desenfrena, realmente vemos una gran cantidad de velas apagadas, después de todo”.

Siempre que la llama de la vela de Suiboku ardía intensamente, generalmente consumía una gran cantidad de velas a su alrededor. Miles, decenas de miles de vidas se perderían por la intensidad de Suiboku. Aun así, eso habría estado bien, en cierto sentido, si de alguna manera hubieran cumplido el objetivo de Suiboku. Desafortunadamente, tales individuos ni siquiera podían servir como combustible para los esfuerzos de Suiboku. Las víctimas que habían venido de los alborotos pasados de Suiboku no habían sido necesarias en absoluto para que Suiboku obtuviera su nivel actual de fuerza.

“…Un desperdicio.”

La razón por la que Suiboku dejó ir a Eckesachs y comenzó a entrenar por su cuenta fue porque sintió que no se había vuelto más fuerte a pesar de masacrar a un gran número de personas. Si la masacre al por mayor era necesaria para volverse fuerte, entonces Suiboku habría entrenado a Sansui enviándolo a tal alboroto. Destruir cosas con rabia no te hacía más fuerte. ¿Cuántas personas habían muerto antes de que Suiboku se diera cuenta de ese simple hecho?

“Bueno, no podemos recuperar lo que se ha perdido. Supongo que no es digno de un dios quejarse tanto de lo que ya había pasado. Lo que es más importante es lo que sucederá a continuación…”

Dios ya sabía lo que iba a pasar en este mundo.

“Si Suiboku luchara en serio, entonces las amenazas venideras probablemente morirían sin poder hacer nada, pero dudo que se moleste en luchar contra ellas en este momento…”

La gente del mundo pronto se enfrentaría a una amenaza existencial, una amenaza en la que los Ocho Tesoros Sagrados que Dios había creado finalmente cumplirían su verdadero propósito. La aterradora realidad era que Suiboku habría podido vencer esa amenaza por su cuenta, pero Dios no podía confiar en que él lo haría.

“Bueno… supongo que es un error pensar en los Inmortales como humanos en primer lugar. Lo máximo que puedo esperar es que ofrezcan pistas sobre los humanos comunes…”

Por supuesto, si Dios le preguntara a Suiboku directamente, muy bien podría aceptar. Pero eso sería ir demasiado lejos, interferir directamente de una manera que se suponía que no debía hacer con el mundo de los mortales.

“Oh, bueno… Decidí qué habilidades tendrían los humanos cuando creé todo. Sería un insulto para la gente de este mundo si de repente interviniera directamente y cambiara las cosas… Puede que sea yo quien administre este mundo, pero no es como si fuera mi mundo hacer lo que me plazca”.

Dios se estaba preparando simplemente para velar por el mundo, esperando que las cosas salieran bien.

Lejos al este del Reino de Arcana, más allá de la República de Domino y otros innumerables países, en el extremo oriental del mundo había un grupo de islas flotando en el aire. Era una tierra que una vez se conoció como Hanafuda y ahora se llamaba las Ocho Grandes Provincias. En esa tierra había muchos Inmortales y mortales viviendo sus días.

Entre esas personas se encontraba un Inmortal particularmente viejo conocido por el nombre de Kacho, que miraba hacia afuera con una sensación de resignación. Sentado cerca de la base de un árbol enorme, un niño estaba meditando cerca cuando el Maestro Inmortal detectó el resultado inevitable de una batalla lejana.

“Así que Fukei ha llegado a su fin”. “¿Eh? ¡¿Maestro Fukei perdió?!”

Al escuchar las palabras de Kacho, el joven que estaba sentado cerca mostró asombro por la pérdida de su hermano aprendiz.

“¡No puedo creer que el Maestro Fukei alguna vez pierda! Fue considerado el guerrero más poderoso, un hombre sin igual, aquí en las Ocho Grandes Provincias. ¡¿De verdad perdió?!”

“El resultado fue bastante inevitable. Estaba enfrentando al oponente equivocado. No tenía ninguna posibilidad, no contra Suiboku, quien dividió esta tierra cuando se llamó Hanafuda hace más de tres mil años. Pero no me entristece que haya perdido ni que haya muerto”.

“¡Espera, el hecho de que haya muerto es muy triste! Quiero decir, fue muy bueno conmigo incluso durante mis días mortales, mientras que usted, Maestro Kacho, debió conocerlo desde hace más tiempo…”

“Vivió más de cuatro mil quinientos años. No hay nada triste en que su vida llegue a su fin. Lo que me entristece es que no aceptó sus errores hasta el final”.

Fukei no había podido ponerse en el estado mental correcto como Inmortal hasta que fue demasiado tarde. A Kacho le había preocupado que Fukei terminara así durante más de cuatro mil años. En última instancia, esa preocupación no había impedido que su aprendiz llegara al final que temía que sucediera.

“Si bien no hay un significado inherente al crecimiento de un árbol, hay una razón para ello. Lo mismo ocurre con las piedras formadas por ríos. Debido a que Fukei estaba demasiado cerca de Suiboku, un ser que había dejado de lado su humanidad, Fukei también trató de dejar de lado su humanidad”.

Suiboku se había convertido en un poder extraordinario simplemente por ser como siempre había sido. Fukei, que estaba cerca de él, había sido eclipsado continuamente por su sombra. Debido a que Fukei había sido corrompido hasta la médula por esta proximidad, continuó siendo afectado por Suiboku incluso mucho después de que Suiboku se hubiera ido.

Fukei había pasado su vida luchando contra la sombra y la influencia de Suiboku. El hecho de haber estado encerrado en una constante batalla interna con su rival significaba que también había estado en un estado de continuo sufrimiento. Y, al final, Fukei no pudo seguir soportando ese sufrimiento.

“Fui un fracaso como maestro. Como adoraba a Suiboku, lo dejé actuar con demasiada libertad, mientras que mi preocupación por Fukei significaba que lo bombardeaba continuamente con palabras”.

“Lo bombardeaste con palabras… ¿Pasaste demasiado tiempo sermoneándolo?”

“De hecho, eso es correcto. Hice eso a pesar de saber que las palabras son meras palabras, no en realidad enseñanzas… Sin duda cometí un error al criarlos a los dos”.

Habían pasado tres mil años desde que Suiboku había dividido a Hanafuda en dos. Casi todos los Inmortales que habían instruido a Suiboku ya se habían convertido en uno con la naturaleza. Kacho era el último que quedaba, solo atado a este mundo por el arrepentimiento. Sintió un impulso inquebrantable de ver a sus dos aprendices llegar a sus inevitables finales. Ahora todo había terminado. Trágicamente, el final que había previsto en el momento en que Suiboku llegó a esta tierra hace cuatro mil años finalmente había llegado.

“Las palabras se pueden interpretar como quiera que el oyente desee interpretarlas. Así como las Artes Inmortales se pueden usar de cualquier forma que desee el portador, mis palabras, al final, nunca llegaron al corazón de Fukei”.

“¿Qué quieres decir?”

“Un Inmortal es aquel que ha dejado de consumir los cinco granos básicos y se centra en sus búsquedas. ¿No es así?”

“Bueno, seguro.”

“Pero no es que un Inmortal no pueda consumir los cinco alimentos básicos, ni tampoco sea capaz de hacerlo. No hay ninguna regla que diga que un Inmortal que se ha comido los cinco alimentos básicos deba ser exiliado, ¿verdad?”

“¡Bueno, por supuesto que no!”

Los inmortales no tenían necesidad de comer y la glotonería era solo un obstáculo para el entrenamiento. Pero mientras fuera con moderación, muchos Inmortales continuaron consumiendo alimentos. Afirmar que nadie que consume los cinco granos básicos es un Inmortal mostró una falta total de comprensión de los Inmortales en general.

“Lo importante es su corazón, su estado de ánimo… ¡Eso es lo que siempre enseñas, maestro!”

“Sí… y no es una cuestión simple cambiar el corazón o la mente de uno con palabras. Pero el hecho de que uno se vea obligado a emular las acciones de un Inmortal a través del acto de entrenamiento no significa que también adquirirá el estado de ánimo adecuado”.

Por ejemplo, digamos que hay un entrenamiento que implica sentarse frente a un árbol. Al participar en ese acto, el discípulo aprende disciplina y dedicación. Pero eso no significa que la acción les permita cumplir el objetivo de volverse uno con la naturaleza, de sentirse y comprenderse a sí mismos como parte de la naturaleza.

¿Ha aprendido el discípulo la disciplina o simplemente se está entrenando para cumplir su objetivo de vengarse? Si bien la diferencia en las motivaciones se manifestará en la realidad, los discípulos que no puedan llegar a la respuesta correcta nunca podrán notar la diferencia.

“Fukei era extremadamente serio y dedicado. Admiraba a los Inmortales que lo rodeaban, los respetaba y quería emularlos. Eso estaba bien, pero lo veía solo como la respuesta a su búsqueda. Se había convencido a sí mismo, erróneamente, de que bastaba con emular sus formas y sus técnicas”.

Un Inmortal Caído que había vivido durante cuatro mil quinientos años era, en esencia, un Inmortal que había desperdiciado cuatro mil quinientos años viviendo en el error. Fukei estaba convencido más allá de toda duda de que Suiboku había caído y se había convertido en un ser maligno, y lo había usado como una justificación para convertirse él mismo en un Inmortal Caído, pero esa había sido una conclusión equivocada.

“Es cierto que Suiboku actuó de maneras que estaban lejos de las de un Inmortal típico, pero no había maldad ni malicia en el corazón de Suiboku. En su esencia, en realidad era un hombre bien intencionado. Por eso competimos para enseñarle nuevas técnicas”.

“… Um, pero ¿no fue eso lo que provocó ese problema?”

“Por ‘ese problema’, ¿te refieres a la destrucción de Hanafuda? Incluso en ese momento, los únicos que lucharon para lidiar con eso fueron los jóvenes. Nosotros, los Inmortales completamente entrenados, estábamos, de hecho, satisfechos con el resultado. Después de todo, todo lo que había sucedido era que la isla se había dividido en varios pedazos”.

Kacho y muchos Inmortales no habían reprendido a Suiboku, descartando la destrucción de la isla como algo intrascendente. La razón era simplemente que a ninguno de ellos realmente le importaba lo que había sucedido.

A pesar de eso, Fukei se había enfurecido. Como para decir que no tenía ningún deseo de acobardarse ante un monstruo, una fuerza de la naturaleza, como Suiboku, y que haría que Suiboku pagara por su crimen. Dada la justificación de que estaba actuando para castigar a alguien que había cometido un gran crimen, Fukei felizmente comenzó a acumular su odio hacia su aprendiz rival.

“Suiboku pudo haber sido poco convencional, pero en su esencia seguía siendo un Inmortal. Por eso todos estaban felices de enseñarle sus técnicas. Sin embargo, la razón por la que otros Inmortales le enseñaron a Fukei fue por lástima”.

“Eso es bastante terrible…”

“Fukei quería desesperadamente ver a Suiboku como su inferior. Debido a que Suiboku estaba tan alejado de un Inmortal ordinario, no podía verlo como correcto o como un buen Inmortal”.

“¿Realmente necesitaba aceptar que Suiboku era un buen Inmortal?”

“No sé sobre artes marciales, pero las Artes Inmortales no son una competencia. A los inmortales simplemente no les importa cuánto otro inmortal haya dominado sus artes marciales o sus artes inmortales. El verdadero camino de un Inmortal es elevarse a sí mismo, y ahí fue donde Fukei se equivocó”.

Los inmortales necesitaban vivir una vida sin deseos y controlarse a sí mismos en todo momento, evitando involucrarse con el mundo mortal. ¿Por qué? Porque hacer lo contrario los llevaría a convertirse en un inmortal caído.

Dicho de otra manera, sin embargo, mientras uno no cayera, no había necesidad de que un Inmortal se controlara a sí mismo, ni evitara el contacto con el mundo mortal. Si un Inmortal era capaz de participar en el entrenamiento, independientemente de sus circunstancias, ese era todavía el camino adecuado para un Inmortal.

Para los Inmortales más allá de cierto nivel, si ya no controlarse o involucrarse en la sociedad mortal era suficiente para perderse y caer, eso era simplemente una señal de que necesitaban más entrenamiento. Si bien ahogarse en la lujuria podría ser la causa de la caída de un Inmortal, no todos los Inmortales que participaron en tales relaciones cayeron.

En general, no era como si los Inmortales compartieran un conjunto absoluto de leyes entre ellos, ni existía ningún conjunto establecido de castigos que aplicaran por cada infracción. En ese sentido, los Inmortales eran libres y se esperaba que asumieran la responsabilidad de sus propias decisiones. Serían perdonados con una risa incluso si destruyeran la isla flotante en la que todos vivían y serían perdonados por perseguir al que destruyó la isla y matarlos. No había reglas absolutas que dictaran las interacciones entre los Inmortales.

Los inmortales tenían un cierto tipo de estilo de vida y muchos inmortales llegaron a sus hábitos de forma bastante natural. Sin embargo, ese estilo de vida no era absoluto. Era simplemente que la mayoría de los Inmortales vivían de esa manera, y no había ninguna regla que dijera que era la única forma de vida de un Inmortal, o que ningún otro estilo de vida era aceptable.

Fukei, que había estado obsesionado con mantener las formas y había convertido el camino Inmortal en un objeto de veneración, simplemente se había convencido a sí mismo de que había formas correctas e incorrectas de ser un Inmortal. Por supuesto, otros trataron de persuadirlo de su error, pero Fukei nunca pudo alejarse de su mentalidad de que había una forma absolutamente “correcta” de ser un Inmortal.

“Por supuesto, al final, todo se deriva de las elecciones de Fukei y los fallos de Suiboku. No hay malentendidos ni tragedias en eso. Cada uno de ellos había contribuido a las razones de este resultado, y no hubo intenciones maliciosas de ninguna de las partes”.

“¿Entonces quieres descartarlo como algo inevitable?”

“En efecto. La realidad es que no había nada que hacer al respecto”.

Sí, no había nada que hacer. Con esa única declaración, Kacho se había rendido y aceptado todo lo que había sucedido.

“Pensando en ello, tal vez había demasiados antepasados para servir de ejemplo aquí. El hecho de que fuera un entorno adecuado para el aprendizaje era lo que hacía a Suiboku tan poderoso y a Fukei tan obsesivo. Enseñar y guiar no son necesariamente siempre lo mismo. Quizás Suiboku finalmente haya reconocido ese hecho”.

“Uhm… ¿Qué quieres decir?”

“En el caso de Suiboku, incluso si nadie le hubiera enseñado, sin duda habría adquirido poder a su manera. Sin duda eso habría llevado más tiempo que cuando le enseñamos. Tanto Suiboku como Fukei pudieron tomar atajos usando nuestras instrucciones. Pero, si todo lo que se ahorra al tomar esos atajos es tiempo, entonces tal vez sea mejor tomar el camino más largo. Eso es particularmente cierto cuando se trata del corazón”.

Kacho, el Inmortal que había vivido durante siglos, se tomó el tiempo de explicarle al joven que probablemente sería su último aprendiz. Describió en detalle el pesar que sentía por los dos aprendices que había criado con sus propias manos.

“Hay un significado para luchar y esforzarse, pensar en los problemas y llegar a sus propias respuestas. Te permite aprender y crecer, mental y emocionalmente, de una manera que no puedes simplemente tomando las respuestas correctas que han sido preparadas para ti”.

“Entonces, ¿es por eso que no me has enseñado mucho en cuanto a técnicas? ¿Es para corregir ese error?”

“No, eso es solo porque te falta talento. Además, solo han pasado unos cien años desde que te convertiste en mi aprendiz”.

“Oh.”

Al final, todo quedó en el pasado. Nadie había sido obligado o controlado a hacer nada. Todos simplemente habían seguido sus propios corazones. No importa cuán predecible y trágico fuera el resultado, la vigilia de Kacho sobre sus dos aprendices estaba casi a su fin.

“Pronto, Suiboku regresará a esta tierra. Será entonces cuando terminará mi último arrepentimiento por atarme a este mundo. Finalmente podré dejar este mundo y unirme a mis amigos”.

“… Um, Maestro Kacho. ¿Qué hay de mí?” “… Supongo que te dejaré con Suiboku”.

“¡¿Maestro Kacho?! ¡Eso es horrible! Te habías olvidado por completo de mí, ¿no es así? ¡¿No te arrepientes en absoluto de mí?!”

“Bueno, estoy seguro de que alcanzarás la iluminación incluso si te dejo solo”.

“Además, ¿no es el Maestro Suiboku el que tiene todas las historias horribles, como aquella en la que orinó en la cabeza del Maestro Fukei?”

“En efecto.”

“¡No ‘de hecho’ eso fuera! ¡¿Realmente hizo esas cosas?! ¡¿No fueron exageraciones?!”

“Solo tenía unos quinientos años más o menos en ese momento… Todavía era inmaduro para los estándares inmortales…”

“¡Eso sigue siendo solo el tipo de cosas que hacen los niños de cinco años o algo así! ¡Realmente no quiero ser aprendiz de alguien así!”

Pronto, el hombre que había encontrado las vacas de la iluminación vendría a esta tierra. Traería al aprendiz del que estaba tan orgulloso y regresaría a la tierra donde había acumulado tantos de sus defectos. Eso significó el final de un Inmortal en particular.

“Bueno, sí… Suiboku haría cosas como pisar la cabeza de Fukei, golpear su cabeza contra una roca, noquearlo y arrojarlo fuera de la isla, arrojarlo al océano después de paralizarlo con agujas, enterrarlo en el suelo y rodearlo de rocas, aplastarlo con bolas de nieve gigantes… Sí, hizo todo tipo de cosas terribles, pero estoy seguro de que ahora se ha convertido en un Inmortal de verdad. Estoy seguro de eso”.

“¡Realmente no quiero un maestro como ese! Espere, Maestro Kacho,

¡¿usted y los otros Inmortales realmente no lo detuvieron?!” “… Todos pensamos que era lindo y nos reímos de eso”.

“¡Ahí está! ¡Eso es de lo que más deberías estar avergonzado!”

¿Podría ser que este maestro fuera el peor de todos? Zen, el joven Inmortal, no pudo evitar sentirse ansioso por la capacidad de su maestro para enseñar.

“…Ya veo. Supongo que esto es lo que significa aprender sabiduría de la boca de los bebés. El entrenamiento no tiene fin, supongo”.

“… Es por eso que los Inmortales de esta edad pueden ser un problema”.