Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 5

Capítulo 59: El Ex-Señor Demonio Y La Nación Santa

Tan pronto como tomamos esta decisión por nosotros, Ireena y yo regresamos al dormitorio de la escuela para empacar nuestras cosas. Cuando empezamos a salir del edificio, Ginny y Sylphy nos habían mirado con caras expectantes que suplicaban que las lleváramos con nosotros, pero…

Desafortunadamente, eso no estaba en las cartas esta vez.

Era mejor realizar esta misión en pequeñas cantidades. Si solo lo piensa en un sentido amplio, tener más guardias podría parecer que proporcionaría una seguridad más estricta, pero eso simplemente no tenía todo en cuenta. Sería más fácil para el enemigo localizar un grupo más grande. Una multitud rodeando a una sola persona prácticamente gritaría que había alguien importante en el medio.

Ginny y Sylphy eran lo suficientemente inteligentes para entender eso.

“Rezo por sus viajes seguros, aunque estoy seguro de que Ard no lo necesitará”.

“¡Será mejor que traigas algunos recuerdos!”

Después de despedirnos, Ireena y yo nos dirigimos a una de las zonas de carga de carruajes repartidas por la capital. A partir de ahí, nos reunimos con la Reina Rosa y el Primer Ministro Valdr en ropa de plebeyo y abordamos el carruaje personalizado que había sido preparado para nosotros.

“Personalizado”, pero no lujoso en apariencia. De hecho, todo lo contrario. No querían que esto se convirtiera en un desfile de la reina, razón por la cual el exterior parecía ser un modelo estándar utilizado por la gente común. El interior, sin embargo, estaba equipado con tecnología de punta, lo que hace que el vehículo se destaque por encima del resto. Los materiales del carruaje estaban imbuidos de magia, con una increíble durabilidad incongruente con la estética.

“Oye, Rosie. ¿Cuánto tiempo nos llevará llegar allí?”

“Como pasaremos por una multitud de ciudades, yo diría… una semana”.

“Sabía que estaremos de gira por un tiempo”.

Ireena comenzó a hurgar en su bolso en el estrecho espacio del carruaje. “¡Para pasar el tiempo, juguemos un juego de cartas!”

“Oh hermosa. No puedo  recordar la última vez que disfruté de tales diversiones”.

Se despertó el interés de Rosa, pero Valdr a su lado…

“… ¿No deberíamos tomarnos esto un poco más en serio? No se sabe cuándo pueden ser atacados”, amonestó, dejando escapar un suspiro, pero Rosa e Ireena ni siquiera parecían estar escuchando.

“Ya sea que uno se preocupe o no, no cambiará nada”.

“Además, ¡no tenemos nada de qué preocuparnos! ¿Verdad, Ard?” Ireena estaba convencida de que no había nada que temer conmigo allí. Asentí con la cabeza. “Sí. Por favor déjamelo todo a mí”.

“… ¡Hmph! ¡Tenga cuidado de no cometer un desliz!” El primer ministro Valdr advirtió con una mirada horriblemente amarga.

Incluyendo al primer ministro cascarrabias, nos divertimos con juegos de cartas. Fue un momento sin incidentes, aunque Valdr y yo no bajamos la guardia durante todo el juego. Estábamos preparados para responder a cualquier problema en cualquier momento, lo que significaba que intercambiamos pocas palabras.

Rosa e Ireena, por su parte, charlaban sin descanso, lo cual debió ser porque se sentían muy seguras. Los temas eran tontos, nada digno de mención, así que me encontré sintonizándolos, hasta que…

“Por cierto, Ireena, ¿cómo va tu vida escolar?”

“¡La escuela es muy divertida! ¡Es una maravilla, incluso si hay algunos huevos podridos en la mezcla! ¡Ard me mantiene alerta y he hecho un montón de amigos!”

“¿Es eso así? Parece que te está yendo bastante bien”.

¿Por qué decidí concentrarme en esta conversación?

Las palabras y expresiones de Rosa fueron perfectamente inofensivas… pero se sintieron artificiales. No es que estuviera captando malicia. No sabía qué hacer con eso…

¿Qué está pensando ella? Pensé, tratando de entenderla.

“Lady Ireena… Erm, supongo que la señorita Ireena sería más apropiada”, comenzó Valdr. Su voz era pesada. “Veo que estás en la cima del mundo en este momento. Sin embargo, no debes olvidar que naciste con un destino turbulento. Incluso si has dejado entrar a alguien en tu círculo íntimo… nunca debes revelar tu verdadero yo. De lo contrario…”

El primer ministro se aclaró la garganta. El rostro de Valdr se volvió aún más sombrío y su tono grave.

“De lo contrario… perderá todo lo que ha ganado. Porque la gente le teme a lo que no sabe”.

La expresión de Ireena se ensombreció y guardó silencio.

“… Pero pase lo que pase, nunca te abandonaríamos, Ireena,” argumenté, como si disputara en su lugar.

Valdr me miró sin decir una sola palabra. Me imagino que vio a través de mi vacilación.

Porque Ard Meteor… no confiaba en nadie en lo más profundo de su corazón.

Si alguna vez se revelaba al público que Ireena… y yo… estábamos lejos de la norma… sabía que la predicción de Valdr se cumpliría.

… Odiaba eso de mí.

La gente teme a lo que no sabe.

Daría vueltas a esas palabras en mi mente hasta el final de nuestro viaje.

***

El viaje en carruaje duró aproximadamente una semana. En el camino, mientras atravesábamos las ciudades, evitamos encontrarnos con obstáculos importantes.

Mientras manejaba los caballos, la voz del cochero llegó hasta el carruaje. “Hemos llegado.”

Ireena y Rosa abrieron instantáneamente las ventanas laterales.

Fue alrededor del mediodía. La luz del sol entraba a raudales en la cabina, y el brillo me cegó por un momento.

“¡Oh! ¡Cuánto tiempo ha pasado desde que vi este paisaje!” Rosa exclamó. “¡Es tan pintoresco! ¡Una verdadera obra de arte!”

Nuestro carruaje aparentemente acababa de cruzar la puerta de Megatholium. Ireena y Rosa estaban empezando a inquietarse por la emoción. La campana de la iglesia repicó como dando la bienvenida a las dos niñas a su pueblo.

“¡E-Estás siendo indiscreto! ¡El enemigo podría notar tu presencia! ¡Cerrar la ventana!”

“Eres demasiado débil de corazón. Incluso si nos notan, no tiene ninguna importancia”.

“¡Rosie tiene razón! Después de todo, ¡tenemos a Ard! ¡Deberíamos ser valientes!”

Valdr se llevó las manos a la cabeza mientras Rosa e Ireena miraban por la ventana para contemplar las vistas.

Este hombre también estaba ansioso. Sintiendo pena por él, miré más allá de las chicas para observar la ciudad.

Un país formado por una sola ciudad. Pude ver que Ireena tenía razón: el paisaje urbano de Megatholium era una obra de arte. Las hileras de edificios parecían casi históricas… El símbolo del Credo Unido estaba tallado en cada edificio, como se esperaba de una nación santa.

El cochero volvió a gritar mientras contemplamos esta escena extranjera.

“Llegaremos a la zona de carga en breve. Tenga cuidado de no ser arrastrado por el mar de gente”.

Me imagino que quería decirnos que no deberíamos bajar la guardia porque un asesino podría estar escondido entre los civiles.

Poco después de informarnos, nuestro carruaje llegó a destino. Valdr y yo salimos primero para inspeccionar el área. Después de confirmar que no había nadie que pareciera turbio o que exudara vibraciones asesinas, ofrecí mi mano a las chicas en el carruaje.

“Ireena, por favor dame tu mano. Cuida tus pasos”. “Gracias.”

Tan pronto como se bajó, le ofrecí la mano a Rosa…

“¡Cómo te atreves a intentar tocar a Su Majestad, maldito!” Valdr me apartó la mano de un golpe. “Ven ahora, por favor toma mi mano”.

“Oye. No quiero tomar tu mano seca. Quiero a Ard”. “¡No está seca! ¡Yo, Valdr, todavía puedo ser útil!”

Parecía que su relación era más indicativa de padre e hijo que de amo y sirviente.

Salimos a la avenida principal. Nuestro destino era una mansión, nuestra residencia temporal. Nada más que navegar sin problemas en esta parte del viaje también. De hecho, estábamos a gusto.

Atravesamos la ciudad hasta la residencia, nos deslizamos por una puerta alta y atravesamos el patio. Al entrar al edificio principal, una gran cantidad de sirvientes vinieron a darnos la bienvenida y nos llevaron a nuestras habitaciones designadas. Todos teníamos nuestras propias habitaciones, que eran ridículamente espaciosas y lujosas hasta el punto de los excesos.

Después de confirmar nuestro dormitorio, Valdr nos miró a cada uno de nosotros mientras estábamos en el pasillo.

“La reunión es en seis días. Hasta entonces, permaneceremos en la mansión en espera. Está estrictamente prohibido salir. Si necesita algo, pídale a un sirviente que lo prepare… ¿Está bien, Su Majestad?”

“Hmph. ¿Por qué me lo adviertes?

“… Porque es más improbable que escuches”.

“¡Qué grosero! ¡Soy un adulto de prudencia modelo! ¡En tiempos importantes, no me atrevería a desafiar el consejo de un vasallo superior!”

… Unos treinta minutos después…

“¡Ard Meteor! ¡Exploremos los lugares de interés de Megatholium!”

Me había tirado en la cama de mi habitación, tratando de recuperarme del viaje, cuando se abrió la puerta y Rosa me llamó.

…Por el amor de Dios.

Suspiré una vez, me senté y miré hacia la puerta, donde encontré a Rosa… y…

“¡Vamos! ¡Apurarse! ¡Salgamos de aquí antes de que el aguafiestas nos atrape!”

… Los ojos de Ireena brillaban como un niño al que le encantan las bromas.

“Creo que es mejor seguir las instrucciones del Maestro Valdr… pero bueno, supongo que no puedo convencerte de que no lo hagas”.

Quería hacer turismo con ellos. Con un suspiro de cansancio, seguí adelante, tratando de deslizarme por la entrada, pero…

“Sabía que usted no es de los que escuchan, Su Majestad”.

Valdr nos estaba esperando allí, tratando de hacerse parecer más grande. Él miró, intentando decirnos que no se doblegaría a nuestra voluntad.

“Si deseas pasar, tendrá que estar sobre mis muertos…” “¡Toma esto! ¡Golpeeeeeee de reina!”

“¡¿G-blergh?!”

El golpe en el cuerpo de Rosa golpeó al antiguo primer ministro en el plexo solar. La inquebrantable decisión de Valdr de detenernos fue pulverizada por un solo ataque.

“¡Hmph! ¡Son diez mil millones de años demasiado pronto para que me enfrentes! ¡Idiota!” Rosa sacó la lengua.

“¡Grrrrragh…!” Valdr se dobló y se apretó el estómago. Rosa acompañó a Ireena más allá de las puertas.

“Um. Como su guardaespaldas, asumiré la responsabilidad de su bienestar. Espero que esto alivie algunas de sus preocupaciones”.

“¡Aaaaargh…!”

El puñetazo debió haber sido realmente efectivo, porque no respondió. Apuesto a que este hombre no encontraría descanso hasta el día de su muerte.

Eso nos hizo dos. Seguí a las chicas.

Cuando salimos a la ciudad, deambulamos por el país sin ningún destino en mente. Por supuesto, estaba constantemente tomando nota de nuestro entorno. En repetidas ocasiones les dije que mantuvieran sus rostros ocultos bajo sus capuchas.

“Su Majestad. Tu capucha se está deslizando. Tu rostro es visible”. “¿A quién le importa? Eso es de poca importancia”.

“No. No debemos permitir que el enemigo se dé cuenta de tu presencia”.

“Suspiro. Si, muy bien. Dios mío, eres más fuerte que cualquier otro, pero sigues siendo un manojo de nervios”.

La reina hizo un puchero pero obedeció mis instrucciones. Aunque parecía madura, por dentro era una niña pequeña.

… Hablando de niños.

Ireena había estado corriendo como una niña pequeña. “¡Nunca me aburriré de ver esta ciudad! ¡Mi mami tenía razón!” “… Ireena, ¿tu madre ha visitado esta tierra antes?”

Fue Rosa quien respondió a mi pregunta.

“En efecto. Megatholium celebró una vez una conferencia internacional. Todavía era reina en ese momento, pero viajé con mi padre. Uno de nuestros guardias era la madre de Ireena… Lady Claudia”.

“Ya veo… Así que la madre de Ireena se llamaba Claudia”. “¿Mmm? ¿No te lo he dicho?”

“Ah sí…”

Siempre había considerado que hablar de la madre de Ireena era un tema delicado, por eso nunca lo había mencionado antes.

“Lady Claudia, ¿eh? Su nombre suena austero”.

“¿Sólo austero? Lady Claudia era cien veces más estricta que Valdr y cien veces más aterradora. Ni la apariencia ni la personalidad de Ireena se parecen a ella”.

“Supongo que yo también le tenía un poco de miedo a mi mami”.

“¿Un poco? Cuando Lady Claudia estuvo aquí con nosotros, estabas mucho más bulliciosa. En ese entonces, todo lo que recuerdo es que te vi estallar en lágrimas por los azotes”.

“¡E-Eso no es cierto!”

“¿Oh? ¿Qué más recuerdas?” “¿Eh?”

“¿Tienes otros recuerdos además de las nalgadas?” “Yo… yo… no, pero…”

Rosa se rio mientras veía a Ireena murmurar para sí misma.

“Heh-heh-heh. Te lo dije… Dios mío, nunca imaginé que me llevaría tan bien con alguien como tú. Este mundo funciona de formas misteriosas. Pensar que mi compañero más cercano sería el tipo de persona que no me agrada”.

Rosa tenía una mirada perdida en sus ojos.

Se me ocurrió un pensamiento. De todos en este mundo, Rosa es la que más tiempo ha estado con Ireena.

… La rivalidad infantil brotó dentro de mí. Hmph.

Incluso si Rosa había estado con ella más tiempo, yo era la primera amiga de Ireena. Obviamente fui el ganador si sumabas los puntos.

Yo era el mejor amigo de Ireena. Y no estaba dispuesto a ceder ese título a nadie.

“… ¿Mmm? ¿Qué te aflige, Ard? ¿Algo en mi cara?” “Nada.”

“Heh-heh. Ya veo. Estás fascinado por mi belleza. Bueno, supongo que es natural”. Rosa parecía engreída, sacando su voluminoso pecho.

La sonrisa de Ireena se desvaneció.

Agh, ¿cómo iba a hablar para salir de esta? Mi mente se volvió mientras buscaba las palabras correctas.

“¿Mmm? ¿Aquí sola, señorita?” “¿Perdiste a tu mamá y a tu papá?”

Había una multitud de personas contra la pared de un edificio cercano… Vi a una joven rodeada por un grupo de orcos sombríos.

“Um, bueno, ah…”

“Ya sé. ¿Por qué no te ayudamos a buscarlos?” “Vamos. Vamos.”

Sus palabras parecían lo suficientemente generosas… pero la malicia se filtraba en su tono.

“Mmm. Supongo que todavía hay crimen en la nación santa”.

Apuesto a que estaban intentando intentar un secuestro. Aparentemente, no fui el único que se dio cuenta de esto.

“¡Tenemos que ayudarla!”

“Heh-heh. No me he soltado en tanto tiempo”.

Ireena les disparó dagas. Rosa hizo crujir sus nudillos. Parecían estar listos para saltar sobre ellos en cualquier momento. Los detuve con mi mano.

“Espera. No debemos permitir que se conozca la presencia de Su Majestad. Permíteme resolver esto”.

Me acerqué a los orcos y fui a llamarlos—

“¡Espera!”

Antes de que pudiera hacer mi movimiento, alguien más intervino.

… La voz sonora resonó en mi estómago.

Lo había escuchado antes.

… No, no podría ser.

Pero si lo era… esta era la más inconcebible de las coincidencias. Estaba pensando en los eventos del viaje escolar. No podría ser… Me volví nerviosa hacia el recién llegado.

Efectivamente, allí de pie estaba… un anciano con un sombrero de copa negro, vestido con un traje oscuro. Era alto y delgado, con ojos de halcón. Con cabello blanco bien cuidado y una gran barba, este hombre era…

… mi antiguo subordinado y mejor luchador. Un Rey Celestial, Lizer Bellphoenix…