Slayers (NL)

Volumen 12

Capítulo 2: Se vislumbran las sombras que reptan en Gairia.

Parte 2

El ruido de la taberna podía escucharse desde muy lejos antes de empezar a desvanecerse, aunque no estaba segura de hasta dónde tenías que llegar para eso. Tras unas pocas horas, era absurdo quedarse en la oscuridad.

-¡Ugh! ¡No puedo dormir! – Grité mientras salía de la cama. Debía de ser media noche. Cuando te pasa algo así es buena idea comer algo caliente, para lo que tendría que bajar al restaurante de la primera planta.

“¿Debería? Probablemente no… Maldita sea…”

Bueno, era inútil discutir conmigo misma, así que me puse algo de ropa y salía de la habitación del hostal en dirección al restaurante. Pensaba que quizás estaría cerrado, pero había aún una lámpara encendida. Al entrar vi a…

-¿Millina?

Exacto, sentada sola en una mesa en una de las esquinas y bebiendo una copa de sake tranquilamente, estaba Millina.

-¿Ha pasado algo? Estás aquí sola… Oh, eh, oiga señor, ¿queda algo caliente para comer?

-Podría calentar lo que ha quedado del estofado…

-¿Le importaría, por favor? – Mientras se preparaba mi comida, me senté frente a Millina –. Tú tampoco podías dormir, ¿verdad?

-Ah… bueno… – Respondió con desánimo a mi pregunta mientras seguía bebiendo sake –. Exactamente. Mañana iremos a Gairia y, una vez que entremos es muy posible que tengamos que enfrentarnos a Sherra. Mientras tanto, estamos haciendo tiempo aquí, y creo que es mejor no pasarlo sola. Es difícil dormir… o incluso relajarse, cuando vamos a enfrentarnos a un enemigo de la talla de Sherra, un mazoku de rango general.

-Eso dices, pero tampoco es que estés encantada con esta situación. Supongo.

-¿Esta situación?

-Sí. El tipo de situación de la que sólo puedes hablar con otra chica. Ya sabes, Millina, Luke está siempre a tu lado y…

-Y Gourry siempre está al tuyo.

Cuando dijo eso pude sentir el sudor apareciendo en mi cara. Me arrasqué la punta de la nariz.

-Bu…bueno, eso es… se ha autoproclamado mi guardián. Por supuesto, aún así soy yo la que hace todo el trabajo. Es un gorrón… ¡una sanguijuela! Da igual. Millina, ¿Por qué viajas con Luke?

En silencio, una sonrisa se formó en la comisura de sus labios.

-…Porque soy una patosa.

No tenía ni idea de lo que quería decir con eso. Entonces…

-Sobre eso… – La frase se quedó a medias. Entonces miré sobre mi hombro. El sombrío restaurante, la lámpara de techo… de repente todo parecía estar desvaneciéndose de la existencia. Entonces sentí una extraña presencia…

“¿Es mi imaginación?”

-No es tu imaginación.

Dijo Millina como si hubiese leído mi mente. Se levantó y sacó su espada.

-¡El encargado ya no está!

-¡¿…?! – Empecé a mirar a todos lados, asustada. Tenía razón. Hasta hace un momento estaba detrás del mostrador, pero su figura había desaparecido.

-Como pensaba. Millina asintió.

-Parece que nos han vuelto a atrapar. Es una barrera mágica.

-Vaya, os lo estáis tomando con mucha calma. ¿O es que ya habéis aceptado vuestro destino? – Dijo una voz grave que retumbó por toda la poco iluminada habitación.

Miré por todos lados, pero nuestro enemigo no se dejaba ver. Aunque su presencia se percibía perfectamente.

-Jejejeje… No podéis verme, ¿verdad? Esta es mi primera batalla contra humanos. Me pregunto por qué la señora Sherra se muestra tan cautelosa con vosotros…

“Qué borde.”

Además de la voz podía escuchar un sonido similar a la arena al caer, que venía de alguna parte…

“¿De dónde…? ¿Del centro…de la habitación?”

-¡¿La lámpara?! – Al oír mi voz, Millina miró hacia arriba. Un tenue brillo se estaba formando en la lámpara, como si tratase de atravesar unas nubes, cayendo sobre el suelo como un único rayo de luz. Ante nuestros ojos, flotando en esa tenue luz, se formó una figura humanoide. Parecía como si estuviera cubierto de musgo fosforescente, y en su cara había dos pequeñas cavidades a modo de ojos, que se abrieron de repente.

-¿Esa es la pinta que tienen los humanos? La memorizaré. Tengo un nombre… es Guberg, y estoy bajo las órdenes de la general de lord Dynast, Sherra.

¡Sabía que tenía que ser uno de los subordinados de Sherra! Pero eso daba igual ahora, no cambiaba el hecho de que teníamos que acabar con él. Y para eso…

-¡Dynast Brass!

¡No iba a dejarle ganar! Estaba segura de poder vencer al tipo este musgoso, pero no iba a hacerlo quedándome quieta sin hacer nada. El hechizo que acababa de recitar generó un ataque de relámpagos que golpearon de lleno al mazoku.

“¡Toma ya!”

-¡No ha acabado! – Dijo Millina. Sin saber a qué se refería, miré hacia la extraña figura.

-¡¿…?! – No supe qué decir.

Había abierto los ojos, y sólo con eso había conseguir absorber toda la violenta descarga magia de relámpagos en su interior, sin dejar ni rastro de mi ataque. Se volvió hacia mí, y su voz sonaba como si se estuviera riendo.

-Mis ojos absorben todo y lo arrastran hacia el vacío. Con estos ojos es casi imposible derrotarme, ¿lo comprendéis?

Arrastrar hacia el vacío… sonaba casi como… el Rey Dorado. Si Guberg era así de fuerte, no me extraña que Sherra lo tenga a su servicio. Pero en realidad, probablemente sólo estuviera transportando los ataques generados en este sub–espacio, y enviándolos hacia otro, o algo parecido. Fuera como fuera, este tío iba a darnos problemas.

-Más asesinos se están ocupando de vuestros amigos en otro espacio, así podréis morir todos a la vez. Tengo otro poder, dejad que os lo muestre. – Y en cuanto dijo eso… empezamos a escuchar un crujido.

Guberg movió su pie por el suelo.

-¡¿…?! – Lo que vi me dejó sin palabras. Desde el pie del mazoku, una masa que se también parecía musgo fosforescente empezó a esparcirse por el suelo. Guberg estaba extendiendo su cuerpo.

“¡¿Corrosión?!”

-Al esparcir mi cuerpo poco a poco, pronto todo lo que hay en este espacio se habrá corroído. Incluyéndoos a vosotras, humanas bastardas. – Retumbó la voz de Guberg mientras alardeaba de su victoria.

La corrosión se extendía ante nuestros ojos hacia las escaleras que llevaban al segundo piso, bloqueando también el camino hacia la puerta. De todos modos no habría servido de nada tratar de huir, pues estábamos atrapadas en el campo mágico. Si se estuviera enfrentando a humanos corrientes, no podrían hacer nada contra él, ¡pero conmigo no se acaba tan fácilmente! Empecé a recitar un hechizo, pero antes de que pudiera terminarlo, Millina se lanzó contra Guberg, desenvainando su espada.

“Espera… ¡¿Qué?!”

Antes de que pudiera decir algo que la detuviese, atravesó con su espada el musgo fosforescente que estaba corroyendo el suelo.

-¡Idiota! ¡Es inútil! – Dijo Guberg, dejando entender que no importaba el daño que causásemos al musgo, aunque eso no parecía importar a Millina, que comenzó a tirar de su espada hasta liberarla del suelo, con un trozo de musgo pegado a la hoja, unido al suelo. En ese momento yo no tenía ni idea de lo que iba a hacer.

Entonces Millina volvió a lanzarse hacia Guberg, esta vez dando un gran salto, y clavó la espada en uno de los ojos del mazoku.

“No servirá de nada…”

Seguramente el mazoku estaba pensando lo mismo que yo, pero no tuvo tiempo de verbalizarlo.

-¡Elmekia Flame! – Exclamó Millina, y su ataque a quemarropa envolvió el cuerpo de Guberg.

“¡Ya lo entiendo!”

-¡¿Ga…?! – Balbuceó Guberg, tratando de gritar. CRACK

Los pies de Millina sonaron muy fuerte al aterrizar, y entonces… Crack. Cr–crack. Crack….

Empezamos a oír crujidos intermitentes que se multiplicaban más y más.

¡¡CRASH!!

Con un sonido similar al cristal al romperse, el cuerpo de Guberg se hizo mil pedazos.

“Sí, así se hace, Millina.”

Con su estrategia había envuelto su espada en con el musgo del cuerpo del mazoku, y así la había clavado en su ojo. Si entonces usaba un hechizo de ataque… Cuando el mazoku utilizase su habilidad para absorber el hechizo en sus ojos, también absorbería su propio cuerpo. En definitiva, Millina había ideado una forma para acabar con el mazoku sin tener que dañarle con un hechizo. Guberg había intentado atemorizarnos con su poder, pero sólo había conseguido acabar consigo mismo. Aunque yo no había participado apenas en la batalla…

Millina se giró y se quedó mirándome.

-¿Qué sucede? Pareces decepcionada.

Lo que me ocurría… bueno, iba a usar mi espada de oscuridad, el hechizo Ragna Blade, para partir a Guberg en dos, y luego decirle algo tipo ‘¿Te gusta? ¡Este es el verdadero sabor del vacío!’… Pero bueno, qué más daba ya.

-Eh… nada, en serio… – Dije en una voz que hasta a mí me sonó triste. Pero conseguí recuperarme de mi desilusión –. ¿La barrera no ha desaparecido todavía? – Pregunté y, al oírme, Millina miró en la misma dirección que yo.

Todo seguía igual, el espacio distorsionado no se había deshecho.

-¿Crees que alguien más sosteniendo la barrera? Asentí a la pregunta de Millina.

-Dijo que había más asesinos atacando a los demás. El muy bastardo… ¡Vamos, Millina! – Exclamé, y ambas salimos corriendo escaleras arriba.

-¡Espere un momento señorita!

La voz del encargado venía desde nuestra espalda.

“¿Eh?”

En cuanto nos dimos la vuelta, el hombre apareció en la puerta de la cocina, con una olla de estofado en las manos.

-Su estofado está listo.

Millina y yo intercambiamos miradas. ¿Significaba eso que la barrera había sido destruida?

-¡Millina! – Gritó Luke desde las escaleras.

Parecía que estaba a salvo pero, ¿qué había pasado con los otros dos? Quería preguntarle a Luke sobre ellos, pero antes de que pudiera decir nada, Luke bajó las escaleras corriendo y abrazó a Millina.

“…………Um………¿chicos?”

-Luke, espe…

-Gracias a Dios que estás bien, Millina…

-Sí, bueno…

-¿Estás herida?

-No, pero…

-Ah, la juventud, pero sería mejor que hicieseis eso en vuestra habitación. – Dijo el encargado. Luke se calmó por fin y soltó a Millina.

-¡Ah! Lo siento…

-Como si fuera algo nuevo. Pero, aparte de eso, ¿qué ha pasado con los demás?

-¿Aparte de eso…? Ah, sí, están a salvo.

-Hey, Lina. – Como si estuviera esperando a que preguntase, Gourry y Jade aparecieron en las escaleras –. ¿Lo ves? Sabía que estaba a salvo.

“Así que sabías que estaba a salvo.”

No tenía por qué sonar tan confiado. Por una vez podría preocuparse un poco por mí, siendo mi autoproclamado guardián… Bueno, no tan preocupado como para abrazarme de sopetón, porque me daría mucha vergüenza.

-Nos topamos con un mazoku, aunque no era Lebifore. ¿Y vosotros?

-Nos atacaron dos. Luke y Gourry acabaron con uno de ellos, pero el otro desapareció. Ninguno de ellos era Lebifore. – Respondió Jade.

Si Lebifore no había participado, seguramente significaba que aún se estaba recuperando de nuestra última batallo, o que…

-Hmm… eso significa que seguramente atacarán otra vez.

-¿Otra vez? ¿En mitad de la noche? – Preguntó Luke, y yo asentí.

-Exacto, porque no han venido todos a la vez. Seguramente nos ataquen varias veces seguidas, así antes o después conseguirán cansarnos. Me desconcierta que Lebifore no haya participado en este ataque. Quizás… casi con toda seguridad, aparecerá en la segunda ronda, ¿no creéis? Creo que lo mejor es que nos marchemos en vez de esperar a que aparezcan.

-¿Marcharnos? ¡¿Ahora?!

-Tiene razón. – Dijo Millina, que no había participado en la conversación hasta ahora. Era una decisión clave para poder entrar en Gairia. Millina y yo intercambiamos-miradas y asentimos a la vez.

-¡Yo también estoy de acuerdo! – Dijo Jade desde la barandilla.

-¡Vale, está decidido! Entonces no lo retrasemos más y…

-¡Un momento!

Miré hacia tras por encima de mi hombro hacia la abrupta voz que acababa de llamar nuestra atención. Entonces me acordé de que el encargado seguía allí.

-Déjese de rollos… su estofado esté listo.

***

-Deprisa, chicos.

-¡No nos vengas con esas! – Respondió Luke enfadado. Antes de salir me había terminado el estofado y habíamos empaquetado nuestras cosas. Ahora, en mitad de la noche, nos dirigíamos directamente hacia Gairia por el camino principal.

-¡Ya te vale! ¡Tal y como están las cosas y tenías que parar a terminar de comer!

-¡¿Pero qué dices?! ¡No pienso desperdiciar ni una migaja de una comida calentita!

-Aparte de eso, ¿os parece bien que usemos el camino principal? Vamos a ser blancos fáciles si nuestros enemigos vuelven a atacarnos. – Dijo Jade, interrumpiendo mi discusión con Luke.

-Probablemente no haya de qué preocuparse. Son mazoku puros, así que pueden cruzar el espacio y materializarse en cualquier sitio. Así que seguramente vayan directamente al hostal, y no nos buscarán aquí hasta que sea tarde –. Estos mazoku confían mucho en sus propias habilidades, y creen que no valemos nada simplemente porque somos humanos. Si siguen así, eso será su perdición. – Continué mi explicación bajo la luz de la Luna y el frío viento de la noche.

-Pueden… ¿cruzar el espacio? – Preguntó Jade en un tono dudoso, no muy convencido. Por mucho que lo explicase, para alguien que no lo había visto nunca, no tendría mucho sentido.

-Cruzar el espacio… pero quizás podrían estar moviéndose muy rápido, pero… si eso es cierto, tengo la sensación de que los ataques que hemos sufrido hasta ahora estaban demasiado separados entre si…

-Sí…

No le faltaba razón… desde el ataque de Shaman en el camino, hasta la vez que fuimos atacados por Lebifore, y luego el ataque de esta noche… habían pasado varios días. Suponiendo que estuvieran siguiendo nuestros movimientos de camino a Gairia, basándonos en el ritmo de sus ataques, me daba la sensación de que su siguiente ataque aún tardaría en llegar.

-Bueno, en la vida las cosas no siempre son constantes, ¿verdad? Sea como sea, démonos prisa y vayamos a Gairia.

-No lo repitas más.

Llegamos a Gairia, por suerte, antes de que despuntase el alba.

“Qué cansada estoy.”

Aprovechando la oscuridad, usé el hechizo Levitation para subir por la muralla, entrando a la ciudad evitando los ojos de los curiosos sin ninguna dificultad…

“Estoy muy, muy cansada.”

La idea era escondernos en la casa de Jade y, sobre todo, dormir un poco. Entonces, por la mañana, iríamos a buscar una nueva base de operaciones. Al menos, ese era el plan.

-La casa… no está…

-E… eso parece… – Contestó Luke con un murmullo dubitativo, mientras Jade se quedaba plantado, como hipnotizado, y asentía levemente. De su casa sólo quedaba el terreno y escombros, aunque aún se entreveía la casa señorial que debió ser antes.

El terreno era bastante amplio y, aunque no se veía bien, parecía que el jardín había estado bien cuidado… pero la casa principal ya no estaba. Jade había mencionado que sus pertenencias habrían sido expropiadas pero… no sabía que eso significaba que habían destruido su casa.

-Bueno… ¿qué hacemos ahora? – Preguntó Gourry mientras bostezaba, lo que me sacó de mis pensamientos.

-…¡Eso! ¡Es verdad! ¡Todavía no hemos ni empezado, así que…!

-…

-¿Así que… qué? – Dijo Luke animándome a continuar después de que dejase la frase sin terminar. Y es que no sabía como acabarla…

“…¡¡¡Auuuugh!!! ¡Mi cerebro no funciona cuando estoy tan cansada!”

-Así que… vamos a otra parte. Jade, ¿no hay ningún sitio en el que nos podamos esconder?

-L… la verdad es que no se me ocurre un sitio así…

-Bueno, entonces, ¿por qué no damos una vuelta a ver qué encontramos…? – Pregunté, antes de ponerme a andar sin rumbo concreto.

“¡Jejejeje! Creo que así podré dormir un rato. No podré tumbarme, ¡pero al menos dormiré!”

-¿Y qué tal un hostal en la periferia?

-Lo siento, no conozco ninguno.

Luke, Jade y yo manteníamos una conversación mientras continuábamos caminando por las calles en grupo. La luz del Sol en el este se hizo más brillante, estaba amaneciendo. Poco a poco empezaron a aparecer personas andando por la calle, de camino a las tiendas, niños que se habían levantado temprano sin una razón aparente, o guardias patrullando la ciudad.

“¿…Guardias?”

-¡Eh, tú!

Antes de poder reaccionar, los guardias nos vieron. Eran cinco o seis.

-¡Eh, tú! ¡Tú eres Jade Codewell!

-Pues sí, lo soy. – Respondió Jade sacando pecho.

“¿Es que no le funciona bien el coco o qué?”

-¡Lo sabía! ¡Estás infringiendo la ley, te han prohibido…! – Pero no le dimos tiempo a terminar lo que estaba diciendo.

-¡Corred! – Dije mientras salía disparada, con mis cuatro compañeros siguiéndome a toda prisa.

-¡Ey, esperad! – Gritaban los guardias mientras corrían tras nosotros. Corrimos por una calle cualquiera y giramos en un callejón.

-¡Diem Wind!

¡Whoosh!

-¡Whaah!

-¡Ugh!

Luke liberó un hechizo de viento que detuvo a los guardias en seco, mientras nosotros seguíamos corriendo. Me giré por un momento y no pude ver a ningún guardia.

“¡Toma! ¡Los hemos perdido!”

O eso pensaba.

¡¡Fwiiiiiiiiiiiiiiii!!

Entonces escuchamos un sonido muy agudo. Era el sonido de un silbato, alertando a más guardias. ¡Qué mal! Si fueran mazoku podría acabar con ellos uno tras otro y nadie diría nada, pero en esta ocasión nuestros enemigos eran humanos corrientes siguiendo órdenes. Como es de imaginar, no podía destruirlos sin más. Pero tampoco podíamos seguir corriendo eternamente.

“Total, ¿hacia dónde estamos huyendo?”

-¡Por aquí!

“¿Eh?”

Entonces oí una voz proveniente de la sombra proyectada por un edificio. Cuando nos giramos vimos a un joven muchacho haciéndonos señas para que nos acercásemos.

-¡Lord Jade, por aquí!

-¡Tú eres…!

-¡Rápido!

Siguiendo a Jade llegamos hasta el final del callejón donde subimos por unas escaleras de emergencia.

-Aquí.

Poco después llegamos hasta a una habitación del segundo piso de un edificio nuevo. Bastante estrecha, aún más para todos los que éramos, y creo que eso explica lo ‘lujosa’ que era. Suspiré aliviada, y me giré hacia Jade, señalando con los ojos al muchacho.

-¿Le conoces?

Jade se rió con modestia ante mi pregunta.

-En realidad, no. ¿No te acuerdas de él? Le conocimos ayer, a la entrada de la ciudad…

-La entrada de…

“¡¿Eh?!”

-¡El guarda de la puerta!

-Exacto… mi nombre es Maius. – Dijo el muchacho, también riéndose con cautela.

-¿…Quién es?

-¡Aquel tipo! ¡El que estaba en la puerta de la ciudad ‘siguiendo órdenes’ cuando vinimos ayer! ¡El de la cara inexpresiva! – Dije, respondiendo a la pregunta de Gourry.

-Eh… podrías ser más amable… – Dijo, quejándose por algún motivo.

-Pero, ¿por qué nosotros? ¿Por qué me han exiliado? Maius bajó la voz y respondió a la pregunta de Jade:

-A mí simplemente me dieron la orden. Soy sólo un soldado prescindible. Pero, siendo honesto y a mi pesar… no estoy de acuerdo con lo que está haciendo el general Als. – Entonces dejó escapar un suspiro –. La mercenaria que fue ascendida… yo quería que me cayese bien, pero cuando oí las noticias sobre su padre, la muerte del general Grancis Codewell por una enfermedad, después de oponerse a ella… La verdad… es que…

-¿Asesinato?

Maius asintió, respondiendo a la pregunta de Jade.

-Sí, eso es lo que pensé. Además ese tipo de rumores están por toda la ciudad. De ser cierto… ¡entonces este reino no está cumpliendo con su deber! Lord Jade, estoy dispuesto a arriesgarme para que usted destape la verdad.

-Vaya una manera de pasarnos el mu… – Millina tapó la boca de Luke rápidamente con su mano.

Bueno, quizás es verdad que, en vez de hacer algo por si mismo para descubrir la verdad, nos estaba pasando el testigo a nosotros, pero eso es un millón de veces mejor que no hacer absolutamente nada. Sin darse cuenta, al parecer, de lo que Luke estaba murmurando, Jade dijo.

-Pero… ¿estarás bien? ¿Tu familia no tendrá problemas?

-No, soy de otra ciudad. Vine aquí para convertirme en caballero y ayudar a este país… mis problemas no importan en comparación con los del reino.

-¡Te entiendo! Tu sueño… ¡no es en vano! Seguramente, si podemos destapar la conspiración del general Als y la mercenaria Sherra, ¡todo volverá al anormalidad y podrás demostrar al reino lo que vales! Incluso si pierdes tu título, ¡no debes olvidar el orgullo del corazón de un caballero! ¡Con ese orgullo en el alma, protegeremos el reino!

-¡Lord Jade! ¡Es usted un ejemplo para cualquier caballero!

-Llamar a alguien con tan poca experiencia como yo, ‘un ejemplo para cualquier caballero’ es demasiado. Para empezar, un auténtico caballero es… – Ambos estaban totalmente inmersos en toda esa cháchara sobre caballeros.

-Por ahora, deberíamos dormir un poco.

-Supongo…

-Ah, sí, podéis acostaros donde queráis…

– …

Dejamos a Jade y Maius hablando en su lejano mundo, mientras nosotros nos echábamos ‘donde quisiéramos’.

***

Esperamos hasta la noche siguiente y salimos a la ciudad. Nos habíamos despertado a medio día, y estuvimos hablando sobre lo que debíamos hacer, discutiendo los detalles y las posibilidades. Al final nos decidimos por un plan, infiltrarnos en el castillo, encontrar a Sherra, y patearle el culo.

Si el castillo hubiese sido más pequeño, Jade sabría como entrar o cuántos soldados encontraríamos… o quizás donde estuviera Sherra… pero, por supuesto, no lo sabía. Nos iba a llevar bastante tiempo encontrar el sitio exacto. Más tiempo significaba que podríamos descubrir más información pero, al mismo tiempo, Sherra podría encontrarnos a nosotros, o reunir más mazoku. Ese era el defecto de nuestro plan, así que teníamos que darnos prisa. Era un método a la desesperada.

Maius era el único que se había quedado atrás, así que en nuestro grupo estábamos Luke, Millina, Jade, Gourry y yo. Los cinco tratando de acercarnos al castillo de noche, a la luz de una delgada Luna en el cielo nocturno. Entonces llegamos ante la negra muralla del castillo.

-¿Vamos allá? – Preguntó Luke, y todos asentimos.

Luke, Millina y yo recitamos nuestros hechizos. Gourry iba conmigo y Luke llevaba a Jade mientras, usando el hechizo Levitation, flotábamos hacia el castillo. Primero nos dirigimos a los aposentos de los invitados. Como pensábamos, Jade sólo tenía una vaga idea de la estructura de la zona. Seguramente no encontraríamos a Sherra allí, pero la idea era localizar a un vigilante y sonsacarle la información que necesitábamos. Poco a poco llegamos hasta el tejado de los aposentos de los invitados.

-Vale, ¿cómo entramos?

-No tenéis que preocuparos por eso.

“¡¿…?!”

Alguien respondió a la pregunta de Luke, pero no fuimos ninguno de nosotros. Miramos hacia arriba, de donde venía la voz. Allí, una sombra flotaba delante de la delgada Luna.

“Mazoku.”