Slayers (NL)

Volumen 12

Capítulo 2: Se vislumbran las sombras que reptan en Gairia.

Parte 1

-¿Pero qué…? Eso es… – Murmuró Jade. Sus ojos miraban hacia un estrecho callejón en mitad de la calle.

“Exacto…”

Incluso para alguien que no estuviera acostumbrado, lo que apareció allí le hubiera resultado extraño. Tenía la apariencia de un hombre que llevaba una capa negra hecha trizas. Pero era evidente para todos que no era humano. Su delgado… más bien, su excesivamente delgado cuerpo estaba cubierto de una piel negra como el carbón, y le daba una apariencia similar a un cadáver. Su cara no tenía boca, nariz, orejas ni pelo, sólo dos ojos gigantescos. Se podría decir que eran todo lo grandes que podían serlo y seguir cabiendo en su cabeza. Tras abrir dichos ojos completamente, miró hacia nosotros.

-Un mazoku puro… – Dije, contestando a Jade.

Los mazoku puros son diferentes de los lesser y los brass demons, pues usan su propio poder para tomar forma en el plano físico, en vez de poseer animales pequeños. Por supuesto eso significa que su poder es muy superior al de un brass demon.

-Está usando un extraño poder para sellar y alterar el espacio, encerrándonos dentro.

-¡Vaya, qué lista! – Dijo respondiendo a mi explicación, como si le hubiera

impresionado. O eso, o era un idiota.

-Bueno, ya sabes. No es la primera vez que me encuentro con algo así. Pero seguro que no has venido a charlar, ¿verdad?

-Supongo que no, pero tampoco es una tarea del otro mundo.– Dijo el mazoku mientras caminaba por la calle –. Estaba pensando en daros a probar el sabor de la muerte.

-Apártate, Jade. Las espadas corrientes no pueden herir a este tío. Y ten cuidado, no nos enfrentamos sólo a él.

-Eres muy perspicaz, muchacha. ¡Salid, chicos!

“¿Chicos?”

En cuanto dijo eso pude sentir se de sangre a nuestro alrededor. Una parte venía de encima de mí. Pero antes de que pudiese mirar en esa dirección, Gourry desenvainó su espada.

“Deja vu.”

¡Clang!

El sonido del metal al chocar sonó por encima de mi cabeza. Lo que lo había causado saltó sin parar un momento hacia la calle, delante de nosotros, y volvió a saltar para aumentar la distancia.

“Shaman”. Tenía claro que iba a aparecer y estaba preparada pero, entonces volvía a sentir sed de sangre que provenía de la dirección opuesta a la que estaba “Ojos– saltones”. Y allí estaba, en el callejón.

Su altura era similar a la de un hombre, y llevaba una espada sujetada con las dos manos. Como “Shaman”, su cuerpo era totalmente negro, pero lo que le hacía destacar estaba por encima de su cuello. No tenía una cabeza normal. De la base de su cuello salían cinco o seis cabezas parecidas a las de las serpientes, cada una de ellas tan gruesa como la muñeca de un niño. En resumen, de cuello para arriba parecía que le hubieran transplantado una hidra en miniatura.

-¡¿Hay tres…?!

En respuesta a la pregunta de Millina, “Ojos–saltones” emitió una risa muy aguda.

-Bueno, tres de nosotros contra cinco humanos corrientuchos. Creo que es excederse… pero esas son las órdenes.

-¿Órdenes de Sherra? – Cuando hice mi pregunta con un tono suave y uniforme, nuestro oponente bizqueó durante un momento.

-Serás zorra… ¿quién demonios eres tú?

-Sí, a ti te lo voy a decir…

-¡No sé cuánto sabes pero, como pensaba, quitarte de en medio me hará ganar puntos! – Al terminar de gritarme bajó su mano derecha. ¡Entonces una lanza de energía negativa surgió de ella, y se dirigió hacia nosotros! Por suerte pudimos esquivarla.

-¡Gourry, tú a por “Shaman”! ¡Luke y Millina contra “Hidra”! ¡Yo me encargo de “Ojos–saltones”!

-¡No me des órdenes! – Gritó Luke, pero aún así salió corriendo hacia “Hidra”. “Shaman” gritó mientras se lanzaba contra Gourry.

En cuanto a mí…

-¡Mi nombre es Lebifore! – Dijo “Ojos–saltones” con voz aguda, enfadado, mientras se disponía a atacarme. Pero yo ya estaba recitando un hechizo.

-¡Admiro tu coraje si piensas enfrentarte a mí tú sola! ¡Aunque no es algo que uno deba decir en una situación como esta! – De nuevo hizo un movimiento descendente, esta vez con la mano izquierda, y me lanzó una lanza de energía negra. ¡La esquivé saltando hacia un lado y lancé mi hechizo!

-¡Elmekia Lance!

-¡Idiota! – Gritó Lebifore mientras hacía añicos mi hechizo con un movimiento de su mano izquierda –. ¡Un ataque así no servirá contra mí!

Poniendo cara de asustada, saqué mi espada mientras recitaba mi siguiente hechizo. Corrí hacia él para reducir la distancia entre nosotros, apuntando directamente hacia él. Al llegar hasta él conseguí clavarle mi espada en el flanco, pero el mazoku simplemente se quedó ahí quieto, sonriendo.

-¡Idiota! ¡Cuántas veces tengo que decírtelo! ¡Un ataque así…! Pero no le dejé terminar.

-¡Astral Vine! – ¡Mi hechizo colmó mi espada con poder mágico!

-¡GAAAAAHHH! – Gritó Lebifore mientras saltaba hacia atrás. El ataque le había hecho daño, pero no era un golpe mortal.

-¡Zorra!

Sin dejar de aumentar la distancia entre los dos a toda prisa, me lanzó una mirada de odio. Parecía que por fin se había dado cuenta. Desde el principio, tanto mis ataques corrientes como mi expresión sólo eran un cebo para atraerle a mi trampa. Lebifore me miraba cada vez con más odio, pero yo comencé a recitar mi hechizo.

-¡Elmekia Lance! ¡Luke, Millina!

Aunque estaba mirando a Lebifore, lancé mi hechizo contra “Hidra”. Luke y Millina esquivaron inmediatamente mi hechizo, e Hidra consiguió hacerlo también, contorsionando su cuerpo, pero eso le hizo perder el equilibrio.

-¡Bram Blazer!

-¡Fehlzareid!

Y así, “Hidra” fue destruido entre el fuego cruzado de los hechizos de Luke y Millina.

-¡…! – Lebifore me lanzó una mirada de hostilidad absoluta.

-¡Retirada! – Como esperaba, se habían dado cuenta de que estaban en desventaja, y decidió que era hora de marcharse, deslizándose por el callejón a sus espaldas. “Shaman”, cuya espada seguía cruzada contra la de Gourry, se giró rápidamente y siguió las órdenes.

-¡Sigámosles!

-No llegaríamos muy lejos. – Dije en tono bajo respondiendo a las palabras de Jade. Si consiguiéramos vencerles ahora a la carrera, nos quitaríamos un problema de encima, pero… –. Este lugar es parte de un campo mágico formado por ellos. No debemos seguirles… si cometiésemos cualquier error, nos separarían y nos atacarían uno a uno.

Después de la táctica que habíamos usado para derrotar a “Hidra”, Lebifore y “Shaman” no iban a descuidare ni un pelo con nosotros.

-Pero Lina… entonces, ¿cómo salimos de este sitio?

-Cuando Lebifore se marche, probablemente todo vuelva a la normalidad. El problema es que, después, vamos a encontrarnos en mitad de una buena cuando… – Dejé la frase a la mitad.

Ruido. El ruido de la ciudad había regresado. Entonces la calle que estaba vacía se llenó de figuras humanas. La barrera creada por Lebifore se había disuelto.

-Ya veo, tal y como dijiste.

-Pero las cosas no parecen muy calmadas… – Dijo Millina, después de Luke.

Desde el punto de vista de la gente de nuestro alrededor, les habría parecido que acabásemos de aparecer de la nada, pero no había nadie cerca de nosotros como para darse cuenta. Pero bueno, no era momento de preocuparse por algo así. Habíamos conseguido repeler al grupo de Lebifore, pero aún quedaban los demonios que se acercaban a la ciudad, lo que significaba que aún quedaba mucho por hacer. Empezamos a correr de nuevo, esquivando a la gente que huía asustada, y nos metimos en una calle…

– ¡…!

No tardamos mucho en detenernos por completo. De repente estábamos solos en la zona. La plaza cercana a la entrada a la ciudad, y las calles que llevaban hacia ella, estaban totalmente desiertas. En la calle principal podíamos ver un incontable número de sombras retorcidas… más y más sombras…

-…No… puede… ser…

-Son todos… – Murmuró alguien entre nosotros. No podía decir exactamente a qué distancia estaban, ni siquiera cuántos eran, pero se dirigían hacia nosotros y eran muchos, muchos más que diez o veinte.

-¿Q… qué hacemos? Esto podría ponerse mucho peor que la batalla que acabamos de tener con esos mazoku. – Balbuceó Luke, perplejo.

“Pero…”

-¡Vale! Podríamos marcharlos de un golpe en la calle principal. ¡Pero tendremos que hacerlo antes de que entren en la ciudad! – Exclamé antes de empezar a recitar mi hechizo.

Vos más oscuro que el crepúsculo.

Vos más rojo que la sangre que fluye.

¡Pues claro que estaba recitando el Drag Slave! Con ese hechizo no importaba cuántos mazoku de bajo rango hubiese, ¡acabaría con todos de un golpe! Pero entonces…

-Oye… ¿qué es eso? Es blanco… – Dijo Gourry durante mi pausa. Algo brilló, y en ese instante…

-¡¿Qué…?! – Exclamé, interrumpiendo mi hechizo. La luz que acabábamos de ver barrió la horda de demonios de un plumazo.

-¡¿Pero qué puñetas?!

-¡¿Qué ha pasado?! – Gritaron Luke y Millina a la vez.

Seguramente Gourry, con su excelente visión, era capaz de ver lo que ocurría, pero los demás no teníamos ni idea.

-¡Se está acercando! – Exclamé. No esperé a la reacción de los demás, y salí corriendo. Mientras lo hacía la luz brilló una segunda y una tercera vez. Con cada resplandor, la horda de demonios menguaba más y más, y entonces…

– ¡¿…?!

Sin saber qué decir, me paré de repente. No estaba segura de cuánto había corrido. Todos los demonios que se dirigían hacia nosotros habían sido reducidos a la nada. Habíamos escuchado un sonido, una luz había atravesado el cielo, y entonces el suelo se había llenado de quién sabe cuántos cadáveres de demonios. ¿Qué había matado a los demonios, y producido una luz capaz de crear cráteres en el suelo?

-¿Eso es… el gigante… blanco? – Dije automáticamente sin darme cuenta. Cuando los aldeanos decían que tenía el tamaño de una montaña pequeña debían de estar exagerando. Aunque era el doble de grande que un demonio, y eso podía considerarse algo gigantesco. Tenía un cuerpo blanco brillante, casi resplandeciente. Y podría decirse que similar al de un humano, aunque parecía un gólem de diseño extraño. Su cabeza estaba medio hundida en sus hombros.

-Oye Lina… ¿hemos visto algo así antes?

-No sé tú, pero desde luego yo no, – respondí a Gourry mientras miraba hacia el cielo. El gigante usaba su brazo derecho para escudarse de la luz que emitía. Usando esa luz había derrotado a innumerables lesser y brass demons. No quedaba ni uno en pie o moviéndose. Nos quedamos allí de pie, sorprendidos. El gigante nos dio la espalda y comenzó a caminar.

-Va… vamos…

Nadie respondió a las palabras de Luke. No sé cómo deberíamos haber reaccionado. Con todos los demonios exterminados, ya no había peligro, al menos por el momento. Pero me preguntaba si de verdad podríamos considerar al gigante nuestro aliado. Entonces, mientras le mirábamos sorprendidos y en silencio…

-¿Eh?

De repente, y literalmente, el gigante blanco desapareció.

-¡Pero bueno! ¡¿Qué ha sido eso?! – Ninguno podíamos responder a la pregunta de Jade. Al menos la pila de cadáveres de demonios nos demostraba que no había sido ni un sueño ni una ilusión.

-Bueno, quedarnos aquí de pie no sirve de nada. Vayamos a informar a los ciudadanos. Por ahora, se ha terminado.

-Eso es, vamos a tranquilizar a la población. – Dijo Jade aprobando mi idea.

-¡Pues si les decimos que acabamos de vencer a la horda de demonios, nos darán una recompensa!

-¡Ooooh! ¡No es mala idea!

-¡No podemos hacer algo así!

Luke inclinó la cabeza hacia un lado mientras Jade trataba de contenerse.

-¡Para empezar no hemos hecho nada! ¡Si nos dieran una recompensa sería un fraude!

-No puedes decir que no hemos hecho nada. ¡Hemos estado muy atentos y vigilado al gigante!

-¡Pero no hemos hecho nada importante!

-Je, no te pongas así, Jade. En este mundo si haces algo, mereces algo a cambio, incluso si no obtienes resultados. Eso es lo que se dice.

-¡Pero no hemos hecho nada! ¡No hemos participado en la lucha!

-Mmmm, tienes respuestas para todo…

-¡Lo mismo te digo!

Entre la cabezonería y la sinceridad de nuestras palabras, Jade se estaba hartando de Luke y de mí. De hecho buscó con la mirada a Gourry y Millina.

-¡No os quedéis ahí callados, decid algo!

-Algo… ¿Como qué?

-Bueno… en este mundo no todo es blanco o negro.

-¡¡Uwaaaaah!! ¡Pero estaría mal! – Gritó Jade, agarrándose la cabeza.

Para empezar, buscar aliados con un tema así en Gourry y Millina ya era un error.

-Pero… mi honor como caballero de Dills… permitir una conducta tan deshonesta… – De su actitud y palabras pude deducir que su cuerpo necesitaba un descanso.

-¡Entiendo lo que decís! Por mí podéis hacer lo que queráis, ¡pero pienso decirles a los ciudadanos la verdad tal y como…!

-Sleeping. THUD

Zzzzzz

-¡Bueno, ya está! ¡Vamos a informar a la ciudad! – Bajo mi hechizo de sueño Jade no nos molestaría, así que empezamos a correr.

***

Desde la cima de una colina, podíamos ver la ciudad. Totalmente rodeada de una muralla, el nombre de esta vasta ciudad era Gairia, la capital del reino de Dills.

-Por fin he regresado. – Dijo Jade con un tono emotivo mientras miraba la ciudad en la distancia. Desde el anterior ataque de los demonios, estaba de mal humor por algún motivo. Pero parecía que el ver su ciudad natal le había animado.

-Debemos tener cuidado de no vernos envueltos en ningún problema. – Dijo Luke con un tono grave, interrumpiendo a Jade –. No importa como fueran las cosas antes, ahora mismo tenemos que tener eso muy en cuenta.

Era cierto. Cuando nos enfrentamos a Lebifore y “Shaman”, seguían las órdenes de Sherra, que estaba en esta ciudad casi con toda seguridad. Por otro lado, con la cantidad de soldados y mercenarios que había en la ciudad, no era conveniente meterse en problemas. Pero, sobre Sherra… hasta ahora nos hemos desenvuelto bien pero, ¿cómo podíamos ganar contra alguien como ella? Para ser sincera, tenía la sensación de que lo mejor era salir corriendo tan lejos como pudiésemos y hacer como si no supiésemos nada del tema. Pero, aunque me gustaría hacer algo así, ya no había marcha atrás.

No tenía ni idea de lo que Sherra pensaba conseguir con su plan, pero si un mazoku del nivel de un general se está implicando directamente en dominar un reino, no puede ser poca cosa. Incluso si hiciésemos la vista gorda en lo que estaba ocurriendo, antes o después se transformaría en algo más grave. Si podemos detenerlo ahora, tenemos que intentarlo.

No se me ocurre si podríamos haber conseguido la ayuda de alguien más, o alguna organización. En cuanto a aliados, se me ocurren dos personas. Pero una de ellos está muy lejos, en Saillune, y el otro no tengo ni idea de donde podría estar. Habría Podido intentar localizarlos, pero no creo que pudiera haberlo hecho en tiempo.

Tras soltar un leve suspiro, descendí la ladera de la colina seguida de mis cuatro compañeros. Directos hacia Gairia.

***

-No hay excusas que valgan, no podéis entrar. – Dijo el joven soldado en vos baja, con una alabarda en la mano. El primer incidente había aparecido nada más llegar a la puerta de Gairia.

-¿C…cómo puedes decir eso?

Jade estaba reaccionando muy mal ante el problema, pero teniendo en cuenta lo que sabíamos, era de esperar. Está claro que la función de la muralla exterior de una ciudad es protegerla de los invasores. Pero, en este caso, los invasores potenciales eran mazoku. Aún así, aumentar tanto la seguridad de la muralla podría ser perjudicial, pues acabarían haciendo que ni los viajeros ni los mercaderes quisieran acercarse, lo que dañaría la economía de la ciudad.

Obviamente la gente sospechosa debería ser registrada y, llegado el caso, debería negársele la entrada a la ciudad. Pero si no eres sospechoso y tienes motivos para entrar, no debería haber ningún problema. Si les pareciésemos sospechosos, tal y como están las cosas, debería bastarnos con decirles ‘hemos oído que reclutáis mercenarios’, y nos dejarían pasar.

Pero, que no dejen pasar a alguien como Jade, que es un caballero de esta ciudad…

-¡Te estoy diciendo que soy Jade Codewell de los Caballeros Azules del Palacio Real de Gairia, segunda unidad! ¡Salí de la ciudad en una misión! ¡Mis compañeros son mis guardaespaldas! ¡¿Cuál es el problema?!

-Ya sé quién eres… pero no puedo dejarte pasar… – Respondió el guarda.

-¿Qué quieres decir?

-Son… órdenes.

-¿Órdenes?

-Si, ni lord Jade ni su hermano Lord Graia…

-¡¿Por qué motivo?! ¡Si hay algún problema, dímelo directamente!

-Bueno… pues… al salir de la ciudad sin avisar, no sólo habéis perdido el rango de caballero, sino que…

– ¡¿Qué?!

-Se nos ha ordenado no dejaros pasar si regresaseis.

¡¿Expulsados y exiliados?! En la cara de Jade se podía apreciar lo sorprendido que estaba al descubrirlo.

-¡¿Q… quién ha dado la orden?!

-La orden vino… vino del general Als. – Dijo el joven soldado tras mirar a sus compañeros.

-¡¿Con qué autoridad…?! – Dijo Jade, prácticamente escupiendo las palabras. El soldado reaccionó como si estuviera buscando una excusa.

-Bueno, el permiso se lo otorgó su majestad, yo sólo… ‘Su majestad’ era, obviamente, el rey.

-Ya veo. No te preocupes, no es culpa tuya. Si no quieren que entre, no hay nada que pueda hacer. En vez de eso… me gustaría hacer una petición. Me gustaría que contactases con mi padre, el general Grancis Codewell.

-Bueno, eso… – La cara del soldado dejaba claro que no quería hablar.

-¿Por qué no? No puede ser parte de mi castigo. No hay razones para ello.

-No… el general Grancis… ha fallecido, de una enfermedad.

– ¡…!

Jade se quedó sin palabras, allí plantado, sin mover ni un músculo.

***

De por si los bares por la noche suelen ser muy ruidosos. Este sitio además apestaba a alcohol. Los borrachos hablaban sobre todo tipo de cosas, interrumpidos en ocasiones por risas escandalosas y estúpidas. Así que nuestra mesa era la única sumida en un pesado y depresivo silencio.

Estábamos en la taberna del primer piso de un hostal, en una de las ciudades vecinas de Gairia. Era raro que no hubiese ninguna ciudad relativamente grande cerca de la capital. Supuse que los viajeros simplemente paraban aquí para descansar antes de continuar hacia Gairia, y no se quedaban mucho tiempo.

-Sobre lo que dijo… – Murmuró Luke, como si acabase de recordar algo. Casi todos habíamos terminado la cena –. ¿De qué va ese tal general Als? Cuando mencionaron su nombre, la forma en la que reaccionaste…

Antes de responder, Jade bebió casi una copa de sake de un tirón.

-Es el general al mando de los Caballeros Rojos… nunca oyes nada bueno sobre él, siempre está intentando adelantarse a todos y ser el primero, siempre tomándoselo todo demasiado en serio, exagerando ante cualquier nimiedad. Cuando Sherra fue ascendida, fue él quien se la presentó a su majestad, o eso he oído, seguramente para conseguir también el favor del rey. Al menos eso es lo que decía mi padre…

-Bueno, creo que podemos asumir que no es una buena persona. – Dijo Luke mientras comía un bocado de cerdo frito –. ¿Y bien? ¿Qué vas a hacer, Jade?

-¿Qué… voy a hacer? – Repitió Jade, arrugando el entrecejo.

-Tu padre ya no está, te han expulsado de los caballeros, te han prohibido la entrada a la ciudad… Llegados a este punto, ya no tienes ningún tipo de responsabilidad con este país.

“¡Aaagh! ¡Gilipollas! ¡¿Cómo se te ocurre decirle algo así?!”

-Esa Sherra… si está conectada de alguna manera al estado del país, ¿no sería suficiente razón para quedarse? Por otro lado, si decidieras irte a otro reino, ¿no tendrías aún tiempo de volver a convertirte en caballero? ¿Cómo te suena el reino de Zephilia? Creo que la reina de allí tiene buena reputación, ¿qué me dices?

– …

Todos nos quedamos en silencio un momento, entonces Jade se bebió de un trago el resto del sake.

-No. Me gusta este reino.

-Ya veo. – Dijo Luke mientras rellenaba la copa de Jade.

-Pero… hay… un problema… – Dijo, hablando con pausas, seguramente debido a todo el sake que se había bebido de golpe –. El que mi padre haya muerto en este momento… ¿no es demasiada casualidad?

-¿Asesinato? – Dijo Millina con cautela, y Jade asintió levemente.

El padre de Jade y el opresivo general Als, que ascendió a Sherra. Teniendo sus sospechas, el padre de Jade le había enviado a él y a su hermano con mensajes a los señores feudales cercanos, y entonces murió. Seguramente Als y Sherra acabaran con él temiendo que truncase sus planes. Me hubiera gustado mostrarme escéptica ante esa idea, pero tenía mucha lógica. Además, “Shaman”, que parecía trabajar para Sherra, había matado a alguien que podría ser perfectamente el hermano de Jade. No hacía falta ser un genio para suponer que el padre de Jade había sufrido un destino similar.

-Si fue asesinato, ¿quién lo hizo? Me gustaría poder averiguarlo, por lo menos.

-Ya veo, así que te has decidido.

-Por ahora, tenemos que pensar en una estrategia.

-Es verdad, nuestro oponente parece muy listo… – Dije, asintiendo a las palabras de Luke.

Pero ninguna de las estrategias que se me ocurrían eran lo suficientemente fiables contra nuestro enemigo. No importaba lo ridículo que fuera su nombre, seguía siendo la general de Dynast.

Bueno, durante un tiempo viajamos en compañía del sacerdote de Greater Beast Zelas Metallium, que poseía suficiente poder como para enfrentarse al sacerdote y al general de Chaos Dragon por si solo. Con un título similar, me preguntaba si de verdad somos conscientes de la diferencia entre nuestras fuerzas y las suyas. Es decir, incluso entre los mazoku, la diferencia entre los de bajo y los de alto nivel es increíble. Así que lanzarnos a por ella sin una estrategia sería un suicidio.

-Para empezar deberíamos tener claro nuestras propias habilidades. Tres de nosotros podemos usar magia negra y magia elemental. Luego están Gourry y Hade. – Dijo Luke, y miró primero en dirección a Gourry –. Hace tiempo nos dijisteis que estabais buscando una espada mágica. Cuando estuvimos en Solaria buscamos por todos lados, pero… ¿llegasteis a encontrar algo allí?

-No, tampoco tuvimos suerte. La espada que lleva ahora sólo tiene como característica especial que es muy buena a la hora de cortar cosas. Además es extrañamente fuerte. Si tiene alguna particularidad mágica, debe de estar relacionada con defender y repeler los ataques. Parece causar algo de daño a los mazoku hasta cierto punto, pero como descubrimos en la primera batalla en la que la usamos, no puede acabar con uno fuerte.

-Ya veo… – Luke se quedó pensando un momento –. La que yo uso es bastante fuerte, su capacidad de corte es superior a la normal. Pero además también puede absorber un hechizo.

-¡¿Absorber un hechizo?!

-Sí. Normalmente se comporta con las características del hechizo que ha absorbido. Por ejemplo, si haces que absorba un Elmekia Lance, puedes usar la espada para matar a un mazoku.

-¡Eso no me impresiona para nada!

-Pues te diré que el hechizo que pones en la espada puede ser liberado en su forma original, así que no tienes que recitarlo de nuevo. Sólo tienes que pensar ‘ya’, y lo libera. Es perfecto para ataques sorpresa. Y si lo liberas, puedes seguir usando el arma como una espada normal y corriente mientras recitas el siguiente hechizo. Sea como sea, es un arma muy útil. Su debilidad es que no importa cómo de fuerte o débil sea el hechizo, lo liberará por completo como una corriente directa. Y si quisiera absorber un hechizo demasiado fuerte, existe la posibilidad de que se rompiese sin absorberlo.

-Hmmm…

-Vaya, ha sido una presentación muy larga. Pero, dejando eso al margen, entre las dos espadas, ¿cuál deberíamos dejar que usase Jade? Por supuesto la otra espada sería para ti, Gourry.

-Ah, claro…

Parecía que el plan era, por el momento, evaluar nuestras fuerzas. En la batalla anterior con Lebifore, Jade no podía hacer nada contra los mazoku, y no pudo hacer nada excepto observar. A partir de entonces nuestros enemigos se incrementarían, y Jade no podría hacer nada contra ellos. Eso debía de estar escociéndole por dentro.

-Bueno, entonces, Jade puede usar la espada de Gourry, y Gourry la de Luke, ¿qué os parece?

Millina respondió a mi pregunta asintiendo calmadamente.

-Pero, por lo que habéis dicho… dudo que los mazoku de antes aparezcan de nuevo, así que…

Mientras cambiaba las espadas, Luke se dirigió a Jade con una extraña expresión de ánimo.

-Bueno, creo que no te lo he dicho todavía… – Luke se quedó pensativo durante un momento, arrascándose la mejilla –. ¿Cómo podría decirlo con delicadeza? La verdad es que es un poco complicado… Bueno… es como… en fin, voy a decirlo directamente. La Sherra de la que estamos hablando es un mazoku.

…

-¿…Ah, sí?

Tras la explicación de Luke, los ojos de Hade se convirtieron en dos puntos pequeñitos

-Así que… sí, es un mazoku. Así que si empezamos a meternos en sus asuntos, más mazoku nos saldrán al paso. Así están las cosas.

-¿Así están…? Pero cuando la vi, me pareció una mujer normal y corriente…

-Durante mucho tiempo conocimos a un mazoku muy poderoso, pero parecía un humano de lo más normal. Les gusta aparentar y ocultar su verdadera naturaleza.

-Uh… si tú lo dices… – Respondió Jade vagamente ante lo que le acaba de soltar.

-Bueno, lo primero de todo es infiltrarnos en la ciudad. Jade, vamos a tener que escondernos en tu casa. Entonces… – Me giré para hablar con Luke, pero Jade tenía un -ire de tristeza en la cara.

-Es sólo que… mi madre murió cuando yo era muy joven. Ahora mi padre ha muerto, y mi hermano y yo hemos sido expulsados… existe la posibilidad de que hayan requisado nuestras propiedades.

-¿Quéee? Bueno, aún así, la casa no va a desaparecer de su sitio. El caso es que entrar en la ciudad es nuestra prioridad. Descansad bien esta noche y recuperad fuerzas. Mañana vamos a por todas.

Todos asentimos a la vez, en respuesta.