Campione (NL)

Volumen 9

Capítulo 6: Antes del Duelo.

Parte 3

“No hay necesidad de explicar la situación. Ya he oído lo principal de Godou. Creo que puedo imaginar el resto de las circunstancias actuales”.

Apareciendo majestuosamente, Erica mostraba una gran espada ancha en la mano.

Esta era la verdadera forma de la espada mágica Cuore di Leone. Tomado en la otra mano había un escudo rómbico.

Ena le preguntó a su inesperada salvadora:

“Erica-san, ¿no que eras incapaz de volver de inmediato?”

“Sí. Pero afortunadamente tuve la oportunidad de obtener el permiso para volver poco después de la llamada de Godou. Luego me fui al aeropuerto, rezando para que el vuelo a Japón no hubiera sido cancelado.”

Erica habló elegante como de costumbre.

Sin embargo, esta confianza le hizo sentir a Ena aún más tranquilidad.

“Tua forma de hablar suena un poco como la de Kaoru-san. Seguramente no hubo ‘rezar’ tal como lo has dicho.”

“¿Cómo puede ser así? Estoy obligada al honor de un caballero con una conciencia limpia. Más bien, Ena-san debe haber pasado demasiado tiempo con una persona tan engañosa para que seas incapaz de creer en la buena fortuna de los demás…”

Después de haber hablado con compostura, Erica volvió la mirada hacia el cielo.

La Reina Bruja Guinevere y por otra parte, la bestia divina Kraken cuya cabeza había surgido, todavía estaba esperando detrás de ella.

A pesar de que un calamar normal sólo tenía diez tentáculos, esta criatura en realidad tenía veinte o treinta de estos apéndices.

Esos tentáculos enormes eran como serpientes de mar retorciéndose sin parar a lo largo de la superficie de la carretera Trans-Bahía de Tokyo y estirando sus cuellos como una guadaña.

Los blancos tentáculos terroríficamente estaban densamente cubiertos con numerosos vientos. Era un espectáculo que creaba una gran disonancia contra la belleza de una muñeca antigua como Guinevere.

“Permíteme presentarme formalmente hacia ti, bruja entre brujas. Este encuentro es un honor para mí, el Caballero Erica Blandelli. He oído mucho acerca de sus hazañas como enemiga del Principe Negro Alec.”

“Bien. Es raro que la gente sepa de las relaciones cordiales de Guinevere con el Príncipe Negro.”

El caballero rubio con gracia realizó el saludo de un caballero.

Ella mostró una sonrisa de dama cuando la belleza se asomaba en su vestido negro.

Haciendo caso omiso de la extraña configuración, eran como un par de personajes cortesanos sacados de la literatura de la caballería medieval.

“¡No sólo valerosa, sino que bien versada en los modales y muy ingeniosa! Hohoho, caballero inteligente, también sé sobre ti. De hecho, eres el vasallo directo de Kusanagi-sama.”

“Ser reconocida por Guinevere-sama es verdaderamente una alegría inesperada.” La conversación era como un mutuo eco.

Ena empezó a impacientarse. A pesar de que Erica estaba hablando con mucha gracia, su verdadera naturaleza era insoportablemente arrogante. De una manera intrigante. Pero por otra parte, algo sobre Erica hizo que Ena sintiera cuidado.

Erica Blandelli estaba de vuelta después de una larga ausencia.

Para la líder indiscutible de las Hime-Miko, Seishuuin Ena, Erica era su primera oponente. Lo más probable es que seguirían siendo rivales por el resto de sus vidas.

En el pasado, Ena no sentia que Erica estuviera escondiendo su poder.

Puramente en términos de potencial latente, incluso la prodigia Erica no podía coincidir con un usuario de posesión divina.

Eso era lo que siempre Ena había pensado. Sin embargo, ¿qué pasa ahora? ¿Desde ahora en adelante? De alguna manera, los instintos de Ena le advertian.

“Hohoho. Ha pasado tanto tiempo desde que tuve la oportunidad de conversar con un caballero que sabe cómo tratar a una dama correctamente. Esto debería haber sido una ocasión para saborear y disfrutar, pero muy lamentablemente, Guinevere tiene prisa para averiguar lo que pasó entre Kusanagi-sama y Atenea. Ya es hora de que las cosas concluyan aquí”.

Guinevere sonrió mientras flotaba en el aire.

La conversación era la única cosa cortés. La tensa atmósfera original no había cambiado en absoluto.

Erica preparó su espada mágica y se preparó para la batalla. Ena también agarró la Ama no Murakumo no Tsurugi firmemente una vez más.

“Hey Erica-san… ¿Podrías dejarme manejar esto por sí sola?”

“Oh, Ena-san, ¿quieres un duelo uno contra uno? A pesar de que ese tipo de estilo caballeresco es mi preferencia, la situación actual sólo tiene capacidad para un dos contra dos.”

La Hime-Miko y el Gran Caballero estaban hombro con hombro, frente a sus opositores.

La Ancestra Divina Guinevere y la bestia divina Kraken. A pesar de la disparidad masiva en su exterior belleza, ambos pertenecían a la esfera divina. Ninguna cantidad de artes marciales o el dominio mágico podría superar a estos formidables enemigos.

“Sí. Ena puede verlo, pero luchar en esta batalla desordenada no es una solución… Más bien, la marea se convertirá gradualmente en contra de nosotras debido a eso, ¿podrías por favor dejarle a Ena ir en primer lugar?, entonces después me basaré en Erica-san para el resto”.

“Debatiendo de técnicas por un lado, creo que Ena-san realmente debería aprender un poco de retórica.”

Esta manera abstracta del discurso expresó su desacuerdo. Sin embargo. “Bien. Yo Erica Blandelli también he sido bendecida por la fortuna con la

adaptabilidad del talento. Haz lo que quieras. Muéstrame lo que puedes hacer.” “Gracias. Realmente me ayudas. ¡Pues bien, voy a estar a tu cuidado!”

En el instante en que obtuvo la respuesta favorable de Erica, Ena se echó a correr.

Corriendo a toda velocidad hacia la antepasada divina y la bestia divina. Convocó aún más del aura divina del Ama no Murakumo no Tsurugi. A pesar de que ya había alcanzado los límites de control, ella continuó llamando más.

El Kraken abrió sus enormes tentáculos hacia Ena.

Guinevere se preparó también para lanzar la jabalina tal como antes.

Pero Ena no podía sentir nada. ¡Ella iba a dejar que todas las cosas dirigidas hacia su cuerpo fueran contenidas por su socio quien debía ser capaz de barrerlas todas a la distancia!

… A partir de este momento, la conciencia de Ena comenzó a desvanecerse.

Por el contrario, el cuerpo corriendo a toda velocidad se hizo aún más alerta. En comparación con antes, era aun más sensible y vigoroso.

Moviéndose con bestial salvajismo, saltó y esquivó los tentáculos del Kraken. Pisando y saltando más allá, esquivó ágilmente la lluvia de jabalinas mágicas de Guinevere en el camino.

Su cuerpo no era lo único que se movía vigorosamente.

La espada divina, Ama no Murakumo no Tsurugi también se movía libremente en una ráfaga de ida y vuelta sin cesar.

Esos terribles tentáculos del Kraken eran imposibles de discernir sobre cuantas docenas había.

La sagrada hoja de color negro azabache continuamente se empujó por sí misma hacia ellos, rebanándolos y cotándolos.

Las jabalinas de Guinevere también corrieron la misma suerte. Tan pronto como se acercaron a su espada, fueron inmediatamente cortadas en pedazos.

El Kraken rugió dolorosamente usando algún órgano desconocido. El rostro de Guinevere comenzó a mostrar signos de shock.

Ignorando por completo estas imágenes y sonidos, el cuerpo de Seishuuin Ena continuó saltando con la espada divina.

Se sentia como si su conciencia estaba mirando fijamente hacia abajo desde el cielo. Como si estuviera viendo a alguien más. Alguien claramente anormal.

Era un estado berseker. Seishuuin Ena intencionalmente permitió que su poder divino se descontrolara y entrara en un estado berseker sin control.

A pesar de que ella entró en este estado por última vez para dominar a Erica, había sido un accidente. Pero esta vez ella deliberadamente causó por sí misma este estado. Ella creía que la mejor manera de derrotar a la combinación de la bestia divina y la Antepasada Divina era confiar en el poder explosivo arrasador.

Con demasiadas incertidumbres, era una táctica final desesperada que no podría ser utilizada tan a la ligera.

Sin embargo, Ena se dejó ir fuera de control sin dudarlo porque creía que podía confiarle las secuelas a Erica. En ese caso, ¿cómo reaccionarían sus oponentes?

Erica se distanció de la Hime-Miko arrasando y cuidadosamente observó la batalla desarrollándose.

Está bien el dearlos por su cuenta.

En su estado actual, no tenía ninguna confinza de que Ena y la Ama no Murakumo podrían distinguir al amigo del enemigo. Era correcto que Erica diera un paso atrás y mantuviera un ojo en la situación, lista para aprovechar cualquier oportunidad. Erica-san era muy inteligente como para estar esperando, y mientras que su mente contemplaba, el cuerpo de Ena ya estaba empezando su último alboroto.

El límite debía estar acercándose rápidamente. En ese caso, el cuerpo pronto se estrellaría como un cometa con una cadena cortada. Si tan sólo pudiera llegar a tiempo…

Con su conciencia dentro de un sueño, el cuerpo de Ena corrió hacia el mar y saltó tan fuerte como pudo, junto a la autopista Trans-Bahía de Tokio hacia el Kraken expuesto por encima de la superficie del marn, con el cuerpo como objetivo en lugar de los tentáculos.

Ena voló, su cuerpo era tan ligero que podría haber saltado más de ocho barcos.

Con el salto en una línea recta, ella empujó la Ama no Murakumo no Tsurugi hacia delante. Al momento que la hoja de color negro azabache golpeó la cabeza del calamar con un violento impacto, lo perforó a través y al no poder detenerla, el Kraken rugió.

¡¡Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!

La bestia divina de inmediato causó que la superficie del mar se elevara, intentando con todas sus fuerzas crear un muro de defensa con el agua del mar. ¡Estaba tratando de enviar a Ena volando junto con su ataque!

Sin embargo, en el instante en que la Ama no Murakumo se puso en contacto con la pared del agua de mar…

El material de la pared, el agua de mar, al instante se abrió y perdió la forma. Con la serie de proyecciones, el agua volvió a caer en el mar donde se había originado.

Aún volando, Ena apuñaló la hoja divina en la cara del Kraken.

¡¡Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!! Los gritos finales de la muerte.

Golpeado por un golpe en toda potencia, el calamar gigante se convirtió de nuevo en un enorme volumen de agua con un chillido escalofriante. Con rompientes y salpicaduras de ruidos, se partió y regresó al mar creando masivas olas.

Sin embargo, al obtener la victoria, el cuerpo de Ena también cayó al agua.

¿Me voy a ahogar…? Cuando la conciencia de Ena se preguntó, Erica entró en acción.

“Increíble. ¡Tal imprudencia absoluta, haciendo cosas tan molesto!”

Volviendo a Cuore di Leone en una cerradura y cadena, ella le echó un vistazo. Y espléndidamente, el bloqueo y la cadena se enredaron en torno a la pierna derecha de Ena.

Tirando de la ondulada cadena, Erica arrastró el cuerpo de Ena de nuevo en la autopista Trans-Bahía de Tokio.

La conciencia de Ena regresó en este momento. Al final, había llegado a su límite. “¡Guhooh!… ¡Guwah!”

Recuperando sus sentidos, Ena se arrodilló ante los pies de Erica vomitando sangre.

Todo su cuerpo se sentia tan pesado como el plomo. Exhausta hasta el límite absoluto. Después de usar la posesión divina durante dos días seguidos, las secuelas la golpearon todas a la vez.

“Parece que estoy fuera… Así como te solicité hace un momento, te dejo las cosas a ti…”

“No tienes remedio. Ve y siéntate satisfecha. Es muy raro para mí el apoyar a alguien aparte de Godou y Lily.”

Ena sonrió ante la respuesta de Erica.

A pesar de que esta rival era tan vanidosa, al mismo tiempo también era extremadamente generosa.

“Básicamente, las preocupaciones de Guinevere resultaron ser correctas.” Flotando en el aire a través de la magia, Guinevere en voz baja susurró.

A pesar de la derrota de la bestia divina ante ella, el rostro de la hermosa chica no estaba envuelto en tinieblas.

“Esto me recuerda a los berserkers antiguos y sus magníficas formas de batalla. Nunca hubiera esperado que mi pariente fuera derrotado de esta manera. ¡Que niño miedo…!”

Guinevere sonrió.

El hermoso rostro como de niña fue infundida con solemne indiferencia de la Reina Bruja.

“Tal como corresponde a una que sirve a un asesino de dioses. Superan por lejos a los seres humanos normales. Si ese es el caso, Guinevere utilizará el movimiento final. ¡Señor caballero, ven ante la citación de Guinevere!”

Los gritos de la encantadora voz llegaron hasta el cielo.

Inmediatamente, el soleado cielo se volvió negro con las nubes y el relámpago descendió.

O más bien, un hombre y un caballo descendieron del cielo, vestidos como un rayo. Un caballo blanco divino junto con un caballero en armadura blanca. ¡Esto no era una bestia divina sino un [Dios Hereje]!

El jinete del caballo blanco descendió junto a Guinevere, flotando tranquilamente en el aire.

“Guinevere necesita encargarse de estas personas, señor caballero. ¿Puedo pedirle que vaya hacia donde están Athena y Kusanagi-sama?”

“Hmm. Va a ser difícil de manejar.”

Desde el casco del caballero blanco llegó una voz muy varonil y hermosa. A pesar de que su rostro real no podía ser visto, uno inevitablemente sentia que él debía ser un joven o un hombre imponente.

“Que lamentable. Por lo tanto, señor caballero por favor tome esto.”

Un corto peltre personal de serpiente apareció de repente en la mano de Guinevere.

Su punta estaba hecha en plata para parecerse a una serpiente de dos cabezas. El caballero blanco casualmente recibió el peltre personal de serpiente sin prestar especial atención.

“Hmm. Todo se hará de acuerdo a tu voluntad.” “¡Que la victoria sonría sobre usted, Lancelot du Lac!”

Asntiendo con la cabeza en la despedida, el dios blanco fue envuelto en un rayo.

Él voló directamente de esa manera hacia la playa donde se encontraban Athena y Godou.

Ena era incapaz de dar un solo paso, pero incluso en las mejores condiciones, no habría sido capaz de interceptarlo.

El verdadero rayo volando por el cielo era muy probablemente imposible de ser objetivo para las flechas de Ena.

“El caballero del Lago, Sir Lancelot… Ha habido rumores de que en secreto protege a Guinevere-sama, pero está claro que ya no es nada secreto…”

Por otra parte, Erica se paró al lado de la sorprendida Ena.

Por lo tanto, Guinevere se dio la vuelta y sonrió con inocencia infantil hacia el suelo.

“Hoho. Usted parece estar en términos amistosos con la princesa Alice. Sí, con el fin de no repetir el mismo error que cuando perdí contra Su Alteza el Príncipe Negro, ahora hice que el caballero se manifieste como un dios hereje.”

Para que la Reina Bruja pudiera reclutar a un dios de la guerra del acero, incluso la optmimista Ena estaba extremadamente sorprendida.

“Yo podría haberle pedido al Señor Caballero que las eliminara en un instante, pero no se me permite una solicitud así de grosera con el inigualable dios de la guerra.

¡Así que Guinevere personalmente las enviará a sus tumbas!” Cuando Guinevere gritó, su cuerpo liberó un intenso poder mágico.

«La esencia divina del agua. ¡Te suplico que de prisa vuelvas hacia Guinevere y una vez más respondas a las oraciones de la Reina Bruja, revela tu forma sagrada!”

La esencia divina surgió una vez más, haciendo que el mar se elevara. Pero esta vez no fue el Kraken.

Lo que apareció fue un dragón de agua de color blanco.

Con una cabeza feroz como un dinosaurio carnívoro y un cuerpo largo y delgado como una gigantesca serpiente. Desde que atrás le crecían alas de murciélago. Sus dos patas delanteras se parecían a las de un lagarto. Se veía como una extraña quimera.

Levantando la cabeza y el torso desde el mar, el dragón de mar rugió.

¡¡Oooooooooooooooooooooh!! El sonido rugiente creó viento.

Violentas ráfagas de viento soplaron a través del mar de los alrededores y la superficie de la carretera Trans-Bahía de Tokio. Era tan fuerte que Erica y Ena se sentian como si estuvieran a punto de perder la cabeza.

“¡Ven! Ataca junto con Guinevere y devora a estos jóvenes con tus mandíbulas!”

La Reina Bruja desapareció, su esbelto cuerpo se absorbió en el pecho del dragón de agua. La Ancestra Divina Guinevere fue asimilada dentro del dragón blanco de varias docenas de metros de largo.

“¿¡Podría ser posible que ella lanzó el sello de los dragones y las serpientes!?” “No lo creo… ¡Eso sigue siendo una bestia divina!”

Cuando la femenina caballero preguntó con una expresión palidecida, Ena respondió en voz baja.

Erica procedió a mirar fijamente el cuerpo masivo del dragón de agua, y murmuró para sus adentros:

“¿En serio?… En ese caso, tal vez esto podría finalmente ser utilizado.”

An te las palabras de Erica, tal como se esperaba, Ena asintió hacia sus correctas sospechas.

Antes, cuando Ama no Murakumo no Tsurugi fue arrasando fuera de control en Chidorigafuchi, y también en la batalla contra el Gran Sabio que Iguala el Cielo, Erica había recibido la protección de Verethragna, permitiéndole que se enfrentara contra Ena y el Gran Sabio.

Pero ahora ya no tenía esa protección. Ella debía luchar contra la manera de salir de esta situación con sus propios medios.

“Si finalmente debe ser utilizado no es lo suficientemente bueno. La crisis debe superarse no importa qué, Erica.”

Una voz de repente gritó.

Era una voz que no se había escuchado por un día, la del imponente caballero femenino. Ena inmediatamente miró en su dirección.

Ella debía haber entrado en la autopista Trans-Bahía de Tokio, cerca de la entrada a la conexión Kisarazu y finalmente había llegado.

“Con el fin de obtener ese ritual místico, me tomé ese descanso perezoso que la escuela realizó. ¡Si no presentaras los resultados correctamente, toda tu indisciplina carecería de sentido!”

“Bien dicho, Lily.”

Erica se rió de la declaración de Liliana Kranjcar.

El caballero femenino petrificado muy probablemente había revivido hace un poco más de diez minutos antes, preguntó acerca de la situación y había corrido hasta aquí inmediatamente. Ella debió haber considerado más urgente apoyar a Ena primero en vez de su señor.

“Con la esperanza de que te confiara el deber de ayudar a Godou, Lily sonreía felizmente en aquel entonces. En cualquier caso, debes de haber estado cumpliendo tus deseos mientras yo estaba fuera.”

“¡Uf, deja de hablar tonterías!”

Usando su capa azul y negra, Liliana se opuso con un grito mientras su rostro comenzó a temblar.

Habiendo convocado la espada mágica Il Maestro en su forma de alabarda, ella estaba entrando claramente en esta batalla con precaución.

“En realidad, yo originalmente planeaba ir junto a ti y leer ese libro. Pero entonces yo pensaba que no podría tomar el tiempo libre para dejar de lado a Kusanagi Godou, así que no se podía hacer nada…!”

“¡Ena-san! ¿¡Hiciste un uso excesivo de la posesión divina!? ¡T-tú necesitas tratamiento de inmediato…!”

Haciendo caso omiso de la ansiedad del caballero, otro miembro de los refuerzos había hablado.

Era Mariya Yuri vestida con su traje de miko. Debido al alboroto de la bestia divina, el camino estaba lleno de escombros y Yuri lenta y dolorosamente se dirigió hacia ellas.

De rodillas y acariciando suavemente la espalda de Ena, asintió hacia Erica. “Está bien, tu nuevo poder Erica-san. Si con el tiempo se puede controlar bien,

debería ser una carta de triunfo que se encuentre en un terreno de igualdad con la posesión divina.”

“Gracias, Yuri. Tu aliento es realmente inspirador.”

Erica mostró una sonrisa encantadora hacia la Hime-Miko, quien muy probablemente recibió una visión a través de la visión espiritual.

“Bueno, la cuestión más importante es el control” tal como se ha mencionado, pero no hay más remedio que seguir adelante en esta coyuntura. ¡Todo el mundo, vean el poderoso estilo de Erica Blandelli marcándose en sus ojos! ¡Voy a derrotar a la Ancestra Divina Guinevere aquí y ahora!”

Entregando sonoramente su declaración, el caballero rojo se acercó hacia el dragón de agua mortal y feroz.