Slayers (NL)

Volumen 11

Capítulo 2: ¡En marcha! ¡De camino a la Asociación de Hechiceros!

Parte 1

 

 

Crimson.

 

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No había estado nunca en esta ciudad hasta ahora, aunque había oído hablar de ella. La ciudad se formaba mediante la conexión de incontables islas pequeñas que flotaban sobre un enorme lago. Había numerosos canales entre ellas, y la principal forma de transporte eran pequeños botes que navegaban por ellos. Todos los edificios de la ciudad estaban pintados de blanco.

Con esa explicación quedaba claro que la ciudad era un lugar perfecto para los turistas pero… Antes de venir aquí, había una pregunta a la que no podía dar respuesta.

¿Por qué la ciudad se llamaba Crimson? Aunque, ahora…

-Ya veo… así que esa es la razón por la que se llama Crimson. – Dije, dándome cuenta de la respuesta a la misteriosa pregunta, mientras miraba la ciudad desde la ladera de una gran montaña.

Era por la tarde, cuando el sol se empezaba a esconder tras las montañas. Bañada en la luz roja anaranjada del Sol, el agua de los canales brillaba con un tono escarlata, y todos los edificios estaban teñidos de un brillante color carmesí, como si estuvieran ardiendo.

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De hecho, la espectacular vista justificaba perfectamente el nombre de la ciudad, Crimson, “carmesí”.


-Podemos llegar a la ciudad si bajamos un poco… en esa dirección, – dijo Aria, saliendo de los arbustos que había a mis espaldas.

‘Usaremos el canal tras subir a la montaña’… Eso era lo que Aria había sugerido. Nos dijo que si dejábamos el camino, tomábamos un pequeño desvío y subíamos a una montaña que no parecía tener ninguna conexión con Crimson, podríamos evitar a la armada del rey y alcanzar la cuenca, la fuente del agua de la ciudad.

Como Crimson estaba construida en un lago, tenía que tener algún tipo de canales que llevasen el agua hasta allí, y uno enorme pasaba por esta misma montaña. Aria dijo que la descubrió por accidente mientras jugaba con su hermana cuando eran jóvenes.

Un bonito recuerdo con su hermana utilizado para esto… me pregunto si será un buen o un mal presagio.

-Bueno, entonces, ¿Nos vamos ya? – Dijo Dilarl mientras ponía su brazo alrededor de los hombros de Aria, sin sentir ninguna vergüenza.

Pese a todo lo que nos dijo y el miedo que parecía tener, al final había decidido acompañarnos. Como había sido contratado por la asociación, no podía echarse atrás ahora, pero no podía seguir el camino que llevaba hasta la armada del rey, así que no tuvo otra opción que unirse a nosotros… o eso dijo. En mi opinión estaba claro que intentaba ligar con Aria.

-Er… bueno… señor Dilarl… – Murmuró la joven.

-¿Hmmm…? jejeje, ¿estás asustada, Aria?

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-¡Lo que intenta decir es que te cortes un poco! – Dije mientras la suela de mi bota golpeaba a Dilarl en la cara.

-En serio… no tengas tanto reparo, Aria. – Dije volviéndome hacia ella -. Si no le dices cuanto antes que te deje en paz, no se rendirá nunca.

-Ah… ya veo… – Eso es todo lo que dijo sobre mi sabio consejo.

Slayers Volumen 11 Capítulo 2 Parte 1 Novela Ligera

 

-Ouch… – se quejó Dilarl -. ¿Era para tanto? Está bien que seas estricta, pero…

-Sí, es una de mis cualidades. – Dije sin más. Dilarl se quedó callado mientras me miraba con cara de pocos amigos -. Da igual, Aria, guíanos hacia la fuente del agua.

-De acuerdo. – Dijo mientras asentía con la cabeza y apartaba unos setos. Tras un rato caminando, pudimos oír el sonido del agua.

-Aquí es. – Dijo Aria mientras se detenía. Ya habíamos recorrido bastante distancia desde donde nos detuvimos antes.

Gourry miraba a su alrededor con una extraña expresión. – Esto parece una cascada.

-Sí, es una cascada, – respondió con la cara muy seria.

Y no mentía… una enorme corriente de agua saltaba de los riscos haciendo mucho ruido. Veíamos la cascada desde un saliente de roca en un punto entre la cima y el fondo de la cascada, por debajo de nosotros había una altura como la de un edificio de os pisos. Este lugar podría haber sido considerado un valle en vez de un río… la enorme masa de agua caía desde los riscos con una gran fuerza.

-No… no estarás diciendo que tenemos que saltar desde aquí, ¿verdad? – Preguntó Gourry, temblando.

Pero Aria agitó su mano y dijo, – No, para nada. Hay dos o tres cascadas más adelante, así que si saltamos desde aquí, moriremos.

Cierto… por eso la armada del rey o el grupo de Cairus no se habían molestado con esta ruta.

-Pero, si descendemos desde aquí de alguna manera, – continuó -. Llegaremos directamente a Crimson.

“Ah, ya lo pillo. Así que sólo tenemos que descender desde aqu…”

-¡Un momento! – Dije mientras avanzaba hacia Aria -. ¡¿Qué quieres decir con “alguna manera”?! ¡¿Estás diciendo que no pensaste en cómo llegar desde aquí?!

-N… no, quería decir que había distintas formas de hacerlo, – balbuceó -. Podemos viajar por la superficie del agua con el Levitation, o descender por el camino que sigue este valle… no creo que los caminos de la montaña sean muy confortables… pero no pueden ser muy malos si yo podía trepar por aquí cuando era joven.

-Lo siento, pero ninguna de las opciones nos vale. – Dije, cortando en seco la sugerencia de Aria.

-¿Eso crees?

-Si tomamos alguna de esas dos opciones, los hombres de Cairus nos detectarán sin problemas, – expliqué -. Si un residente de Crimson como Aria sabe este camino, hay posibilidades de que Cairus, que también ha estado viviendo aquí durante bastante tiempo, también lo conozca. Por supuesto, no es un sitio por el que puedan pasar docenas de personas, lo que significa que si la armada del rey lo conociese, no lo usarían, así que Cairus no mantendría aquí a muchos hombres… pero es mejor que pensemos que posiblemente haya dejado al menos a una patrulla, y es posible que haya más conforme nos acerquemos a la ciudad. Tratar de escondernos en el manto de la oscuridad tampoco servirá, porque haremos bastante ruido. Aunque no sea nuestro fin si nos descubren, hará que nuestra tarea sea más difícil.

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-P… pero entonces, ¿cómo…? Nos va a llevar mucho tiempo encontrar otra manera de bajar. – Dijo Aria.

-Hmmm… – suspiré, mirando hacia la cascada. La corriente caía hacia el agua azul del fondo con un sonido parecido al de un trueno. – Aria, ¿Cómo de profundo es este río?

-¿Disculpa? Ah… Bueno, si no fuese por las cascadas, es lo bastante profundo como para viajar por él en barco.

-Vale, entonces ya he decidido cual va a ser nuestro plan. – Afirmé.

-¿Qué vas a hacer? – Preguntó Aria. Yo señalé hacia una parte distante del río.

-Iremos bajo el agua.

Todos se quedaron callados un momento, sólo se podía oír el ruido de la cascada.

-¡¿Quéeeee?! – Gritaron Gourry, Aria y Dilarl a la vez.

-¡Oye, Lina! ¿Es que quieres que nademos desde aquí?

-¡Eso no tiene sentido! ¡Ya te he dicho que hay más cascadas!

-¡Es mejor luchar contra los enemigos que arriesgarnos así!

-¡¡CALLAOS!! ¡¿Quién dijo nada de nadar?! – Grité, silenciándolos con la mirada -. ¿Cuándo he dicho yo algo así? Eso sería una locura, ¡nos mataríamos! Pensaba usar un hechizo de vuelo rápido llamado Ray Wing, que crea un escudo de viento alrededor del hechicero. ¡Con ese hechizo podríamos respirar bajo el agua y, como el río es muy profundo, si nos hundimos lo bastante nadie podrá vernos!

Por supuesto, sería demasiado para un Ray Wing normal el llevarnos a los cuatro, pero si potenciaba el poder mágico con los talismanes que compré a cierta persona, no sería tan difícil.

-¡Ah, de acuerdo! ¡Ya lo entiendo!

-Si eso es lo que querías decir, no tengo problemas al respecto. – Aria y Dilarl asintieron rápidamente a mi idea.

-¿En serio…? Yo aún tengo un mal presentimiento sobre esto… – Dijo Gourry, aún quejándose, pero lo ignoré.

Dicho eso, entre tú y yo, esta vez sus dudas estaban justificadas.

-Bueno, si ya lo hemos decidido, marchémonos ahora mismo. Ataos con una cuerda y tened cuidado de que no se os caigan vuestras cosas o las armas en el agua. – Dije mientras me preparaba rápidamente.

No hace falta decir que había recuperado mi espada corta que había dejado bajo el hielo durante nuestra batalla con Zonagain. No era una gran espada, pero tampoco una barata. Como no quería perderla en el agua, até la vaina a la empuñadura con una cuerda, que até a su vez a mi cinturón.

Até la cuerda del grupo a mi cintura, y parecía que los otros tres también estaban preparados.

-Entonces, ¿nos vamos? – Los tres respondieron asintiendo. Yo asentí también, y comencé a recitar el hechizo.


-¡Ray Wing!

Rodeados por una barrera de viento, los cuatro flotamos hacia la corriente.

***

 

-¡Mentirosa! ¡Lina, eres una estafadora!

-¡Cállate Aria! ¡Vas a morderte la lengua!


Los gritos de Aria y Dilarl retumbaban en la barrera de viento.

Bueno, siendo sincera, no los culpo por gritar. Podría describir nuestra situación actual como “ir a la deriva por el agua dentro de una burbuja de aire”, pero decir que el viaje era confortable, como en un paseo en bote, sería mentir demasiado.

Profundo o no, el fondo del río era de todo menos plano. Había rocas irregulares por todas partes, y el río giraba y se retorcía erráticamente, cambiando constantemente el ancho del mismo. Además la corriente era muy fuerte, y la dirección cambiaba al azar.

Ese era el entorno por el que teníamos que navegar con el Ray Wing.

Bueno, “navegar” podía ser una palabra demasiado fuerte. Para ser franca, el agua nos barría de un lado para otro. Yo controlaba el movimiento del hechizo cuando nos lanzamos a la cascada pero, a partir de ahí, nos movíamos con las corrientes del río.

No quiero pararme a describir lo que se siente viajando así.

Aunque podía entender que Aria y Dilarl gritasen aterrorizados… no podía soportar que me llamasen mentirosa o estafadora. Yo nunca había dicho nada parecido a “será un viaje fácil” o “estaremos a salvo”.

Al contrario que esos dos, Gourry estaba totalmente callado. Cuando le miré por encima de mi hombro, su expresión hablaba por si misma, parecía decir “mi vida siempre es así”.

De todos modos, como ya estábamos en ello, no teníamos más opción que aguantar hasta llegar a Crimson.

Pasamos por tres lugares que parecían una cascada… De acuerdo, quizás “caímos” describe la situación mejor que “pasamos”. Según la descripción de Aria, ya deberíamos estar cerca de la ciudad, pero no me era posible echar un vistazo como si cualquier cosa. Para ver lo que había por encima del agua, teníamos que flotar hacia la superficie, y cualquiera podría vernos, así que si hubiese enemigos en la zona, nos descubrirían en seguida.

Así que nuestra única opción era observar lo que teníamos a nuestro alrededor dentro del río. Quizás cuando entrásemos en al ciudad las corrientes irían más lentos y podríamos ver algún signo de civilización en la orilla. Como el Sol ya se había puesto, no teníamos mucha visibilidad, pero la brillante luz de la Luna me permitía ver algo de lo que nos rodeaba.

Entonces me di cuenta de que la corriente se había vuelto más suave… Dirigiendo los movimientos del hechizo, mis ojos se movían de izquierda a derecha.

Y, a nuestro lado…

En cuanto miré a la derecha, se me cerró la garganta.

-¿Lina? – Aria se giró a la misma dirección hacia la que yo miraba… y también se quedó en silencio.

Allí había un ojo.

Había un ojo fuera de la barrera de viento, más o menos del tamaño del puño de una persona adulta, mirándonos. Seguía nuestra barrera, a la misma velocidad. La verdad es que era más asqueroso que perturbador. No podíamos ver con claridad al dueño del ojo, pero pude ver fugazmente una sombra flotando en el agua.

-Uhm… yo… – Aria se giró hacia mí, con la cara con una extraña expresión -.

¿Quizás es un pez?

“No lo creo…”

En vez de contestar, aumenté la velocidad del hechizo sin decir una palabra. El ojo que nos seguía se quedó atrás.

Entonces se escuchó un crujido.

-¡¿Woaaaah?! – Esta vez era Dilarl el que gritaba.

Miré en su dirección y vi que varios retorcidos tentáculos verdes habían atravesado la barrera de viento, y se dirigían hacia nosotros.

-¿Qué? – Pese a estar dentro de la pequeña burbuja, Gourry sacó rápidamente su espada y cortó los tentáculos.

“¡Pues claro! ¡Nuestros enemigos no son tan descuidados como para dejar los numerosos canales de la ciudad sin supervisión!”

-¡Nos han descubierto! ¡Vamos a subir! – Grité.

Tras este giro en los acontecimientos, seguir en el agua nos habría hecho más mal que bien. Dirigí el hechizo para hacernos subir a la superficie.

Pero, en el momento en que intenté subirnos, pudimos sentir un impacto sordo, a la vez que algo de la superficie chocaba con la barrera de viento.

-¡Lina, ahí arriba! – Tras oír las palabras de Aria miré hacia arriba, y vi dos sombras con forma extraña nadando en nuestra dirección, como si tratasen de volcar la barrera. Aunque sólo podía ver sus siluetas contra la superficie del agua, tenía claro que no eran peces.

Las dos sombras se acercaron a nosotros con un ondulante movimiento. Al instante siguiente, dos aletas, que parecían más bien las hojas de dos espadas, penetraron en la barrera de viento.

-¡Ha! – Gourry les atacó rápidamente con su espada pero, aunque sus habilidades con la espada eran de primera, el estar dentro de un espacio en el que apenas se podía mover limitaba su efectividad. La aleta que había golpeado se retiró por un momento, pero entonces penetró la barrera una vez más.

-¡Aria, usa el Freeze Arrow! – Ordené.

-¿Eh? Pero el Freeze Arrow es… – Dijo dudando, sin entender lo que quería. Pero Dilarl tomó la iniciativa.

-¡Freeze Arrow! – Sus flechas de hielo no aparecieron dentro de la barrera, sino fuera, donde estaban ambas sombras pegadas a nuestra barrera.

Por supuesto no podía estar segura de que el Freeze Arrow tuviera efecto en esas sombras, pero al menos congelarían el agua. ¡Al aparecer, las flechas solidificaron todo a su alrededor, bloqueando a las sombras! Las aletas que habían entrado en la barrera se retiraron en seguida.

“¡Bien! ¡Ahora el camino está libre!”

Hice acelerar un poco más al Ray Wing y, atravesando la superficie del agua, ascendimos hacia el cielo nocturno.

El cielo estaba cubierto de estrellas. Las gotas de agua que arrastramos brillaron bajo la luz de la Luna. Una bandada de pájaros salió volando, y pudimos ver las siluetas de los edificios de la ciudad… Habíamos llegado a Crimson.

“… Um… ¿Una bandada de pájaros?”

Me volví hacia ellos para asegurarme de algo. En medio de la noche deberían haber sido búhos o quizás murciélagos… Pero los que volaban en el cielo de Crimson no eran ninguna de las dos cosas, aunque sus alas parecían las de los murciélagos.

Después de todo, yo no llamaría “murciélagos” a unas criaturas con forma humana y que portaban lanzas, tuvieran alas parecidas o no.

Su forma copiaba la de los humanos, pero esas cosas (que prefiero no describir en detalle) nos miraban con caras sin ojos, nariz o boca, seguidos de docenas de lo que parecían ser lesser demons.

“¡Maldita sea! Primero las tropas submarinas, ¿y ahora el escuadrón aéreo?”

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No podía moverme con libertad tal y como estábamos, por lo que dirigí el hechizo para aterrizar en un camino cercano, y cancelé el Ray Wing.

Mientras, unas sombras salieron salpicando del agua del canal. Escamas cubrían su cuerpo, brillando bajo la luz de la Luna… parecían una combinación de lesser demons y peces. Donde deberían estar sus pies y sus manos había aletas similares a espadas, las que habían roto nuestra barrera de viento poco antes.

-¡Hoaaah! – ¡En cuanto salieron del agua, Gourry salió corriendo hacia ellas con la espada en la mano!

-¡Espera, Gourry…! – Antes de poder terminar, tanto él como yo nos caímos al suelo.

Me puse de pie en seguida. – ¡¿Cómo has podido olvidar que estamos atados por

una cuerda?! – Grité.

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-¡P… perdón! – Gourry se puso de pie rápidamente, cortó la cuerda con su espada y se lanzó de nuevo. Los demás desatamos las armas y también cortamos nuestras partes de la cuerda.

La espada de Gourry brillaba bajo la luna mientras la blandía contra esos seres.

-¡Khyaaaaaj! – Cerca de nosotros, otro de esos seres aullaba en la noche… poco antes de que muchísimas flechas de hielo se materializasen ante él.

“¡Esto no va bien!”

-¡Gourry! ¡Retirada! – Grité antes de darme la vuelta y salir corriendo.

Nuestros enemigos era ahora un par de esas criaturas medio pez, docenas de esos lesser demons alados, y una de esas criaturas aladas que parecían humanos. Estaba segura de poder derrotarlos, pero nos llevaría algo de tiempo, suficiente para que llegasen sus refuerzos. Necesitábamos un momento para poder organizarnos.

-¡O… oye, Lina! – Gourry se puso a correr a mi espada, poco antes que Aria y Dilarl se pusieran en marcha también.

Entonces oímos el batir de las alas en el aire, y yo podía sentir una presencia asesina a mis espaldas, así que corrí hacia un callejón mientras recitaba un hechizo. Al mirar hacia arriba pude ver entre los edificios a algunos de esos lesser demons voladores flotando en el cielo nocturno.

Parecía que no podían entrar en un callejón tan estrecho porque las alas chocarían con las paredes. ¡Aún así, no nos podíamos relajar, porque antes o después nos atacarían con algún hechizo!

-¡Khyaaaaak! – Los aullidos de los demonios resonaron desde el cielo. En ese momento puse mi mano en la pared de la casa que tenía al lado y lancé mi hechizo.

-¡Blast Wave! – Con un estruendo, un agujero apareció en la pared -. ¡Por aquí! – Dije mientras corría hacia el interior del edificio por el agujero, y los demás me siguieron.

-¡¿Acabas de entrar por la fuerza en la ca…?! – Antes de que Aria pudiese terminar de gritarme, un ruido similar a un trueno y una nube de polvo llenaron el callejón. Sabía que los demonios lanzarían un hechizo desde arriba, y por eso destrocé la pared y entré en la casa.

Aunque Aria parecía preocupada por eso, no creo que hubiese nadie en su interior. Lo sospechaba porque no se veía ninguna luz desde el exterior, y era demasiado temprano para que la gente se fuese a dormir, pero el cielo ya estaba demasiado oscuro para ver sin encender un fuego o una lámpara. Al parecer yo tenía razón, pues no había ningún mueble en el interior, y ni rastro de los que viviesen allí.

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Era imposible decir si los propietarios habían escapado de la ciudad por lo que estaba pasando, o si nadie había vivido allí desde mucho antes. El verdadero problema era qué hacer a continuación.

Por supuesto, una vez que descubran dónde estamos, nuestros enemigos volverán a atacarnos. Quizás intenten vencernos a base de superioridad numérica…

“No… quizás…”

Empecé a recitar un hechizo en voz baja.

Apenas unos momentos después, la casa se derrumbó a causa del ataque mágico de los demonios.

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