Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 3

Capítulo 50: El Ex-Señor Demonio En Busca De Una Respuesta

Finalmente, amaneció en una noche completamente insomne… y alguien llamó a mi puerta.

“…Perdóname.”

Fue Latima. Tan pronto como su voz tranquila llegó a mis oídos, entró en la habitación.

“Tú también estás despierto esta mañana”.

Si este fuera un día cualquiera, habría dicho Lo siento por hacerte venir hasta aquí por nada, con una risa seca. Pero no tenía energía para bromear en este momento.

Incluso entonces, Latima no parecía particularmente preocupada por mi bienestar.

“El desayuno está servido. Por favor dirígete al comedor”, me informó Latima con indiferencia, una transacción comercial.

Simplemente respondí con un asentimiento y me levanté, siguiendo su petición y siguiéndola.

“Latima”.

¿Por qué la llamé? No tenía ni idea, incluso ahora. Antes de que pudiera detenerme, le había hecho una pregunta.

“Digamos que llegó un momento en que tu vida y la vida de Lady Lydia debían ser colocadas en una balanza, comparadas por su valor. Qué harías tu—”

“Qué pregunta más tonta”, espetó en un tono seco y brusco. “Haría cualquier cosa por Lady Lydia”.

Fue una gran declaración incondicional.

… Entonces, ¿qué me hizo tan vacilante?

No estaba más cerca de la respuesta cuando llegamos al comedor. Allí, todos estaban sentados alrededor de una mesa grande.

“¡Santo cieloooooos! ¡Tú comida es realmente la mejor, Latima!”

“… Me halagas, Lady Lydia.” “¡Dame más!”

“Joder, comes mucho, Sylphy”, respondió Ginny. “¡Hee-hee, soy una chica en crecimiento!”

“… ¿Si?”

“¡Oye, Ginny! Si tienes algo que decir, ¡dímelo a la cara!”

“No es nada. ¡Te ruego que crezcas! … Especialmente en el área del pecho”.

Fue una escena de desayuno bulliciosa.

Ireena y Ginny ya se habían familiarizado con Sylphy en esta era y desarrollaron una relación con ella, tal como lo habían hecho en la actualidad.

En medio de esto… no dije una palabra y comí en silencio.

… No pude saborear nada. Era como si mis papilas gustativas hubieran perdido todos sus sentidos. Debe haber tenido que ver con anoche.

“Por qué no… ¡¿Por qué no le dijimos lo que teníamos en mente?! ¡Si le hubiéramos dicho! ¡Nada de esto hubiera sucedido! ¡¿Me equivoco?!”

“Únete a mí para cometer el pecado final”.

Si hacía eso, entonces Lydia se salvaría. Y… mis pecados serían borrados. No hubo otra expiación.

… Entonces, ¿por qué estaba dudando?

¿Fue porque estaría matando gente inocente en lugar de demonios?

O tal vez… no me sentía tan culpable como Rogue por permitir que Lydia me matara.

…Eso debe haber sido.

Una de mis conversaciones anteriores con Ginny cruzó por mi mente. Fue justo después del festival escolar.

“… Ard, ¿podrías ser el Señor Demonio?”

Inmediatamente respondí: “No”. A pesar de que no tenía la intención de insultarla, mi tono había sido duro, e incluso yo no sabía por qué había estado tan emocionado al respecto… pero una vez que conocí a Rogue, lo entendí.

Quería escapar. Quería escapar del Señor Demonio… de mi yo pasado. Para olvidar mis errores y vivir otra vida como Ard Meteor. A diferencia de Varvatos, los días de Ard estarían llenos de buenos momentos.

Por eso.

… Uf, Dios. Estaba repugnante. ¿De verdad era tan egoísta? ¿Pensé que podía matar a mi querido amigo y aun así esperar ser salvo? Fue muy presuntuoso de mi parte. Despreciable, de verdad.

… ¿Era ese egoísmo lo que me hacía inseguro? Cuanto más lo pensaba, más me odiaba a mí mismo. “Oye, Ard. ¿Tienes algo de tiempo hoy?”

“¿Qué?”

“Pasa el rato conmigo hoy. Apuesto a que estas libre, ¿verdad?” Le lancé a Lydia una mirada desconcertada.

… Esos ojos claros me atravesaron. Parecían ver cualquier cosa y todo, dándome sentimientos complejos imposibles de expresar.

“…Entiendo.”

No era como si pudiera negarme.

… Después del desayuno, Lydia rápidamente tomó mi mano, arrastrándome a la ciudad.

La Ciudad de Primera Línea de Aether no se podía comparar con la actividad de la capital real de Kingsglaive. Sin exagerar, fue la ciudad que más floreció en el mundo antiguo. Y ahí estaba yo, caminando con Lydia en medio de eso…

“¡Oh! ¡Tú allí! ¿Te gustaría pasar una velada apasionada conmigo esta noche?” Y la lujuriosa bestia Lydia estaba haciendo un espectáculo de seducir a todo tipo de mujeres.

“¡Oye, Ard! ¡Pruébalo tú también! ¡No puedes ser un soldado en toda regla si apestas como un artista de la recogida!”

Me vi obligado a coquetear…

“¡¿Por qué estás recibiendo todo el amor?! ¡Tienes que estar bromeando!”

… Y luego se puso irracionalmente violenta. Tienes que estar bromeando.

… Recuérdame: ¿Por qué volví a ser un buen amigo de esta persona?

“¡Mierda! Si va a ser así, ¡hagamos un concurso de comida!” ladró esta gran mujer-niña.

“S-Siguiente… V-Vamos, vamos a correr… Eructar”, sugirió esta persona con la que ni siquiera me llevaba bien.

“¡Argh, caramba! ¡Pierde al menos una vez, maldita sea! ¡No eres nada divertido!”

“… ¿Podrías dejar de golpearme cada vez que pierdes?” Le respondí a este idiota con una personalidad terrible.

¿Por qué me gustaba tanto ella?

… Ella realmente estaba empezando a enojarme, así que le devolví el golpe.

“¡¿Urgh?! ¡Maldito seas…! ¡Servir un sándwich de nudillos en la cara de una dama es lo peor!”

“¿Una dama? ¿Dónde podría estar ella? Todo lo que veo ante mí es un mono salvaje”.

“¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Eres carne muerta!”

Nuestras bromas inútiles se convirtieron en una pelea a puñetazos en la que ignoramos todo lo que nos rodea, sin prestar atención a la conmoción que estábamos creando.

Ella estaba exasperante.

No había nadie tan incompatible conmigo como ella. No había nadie tan opuesto a mí como ella.

Y más que nada… no había nadie que fuera tan franco conmigo como ella. “¡Toma eso!”

Como si mis pensamientos inútiles me hubieran salido por la culata, no pude esquivar un puño que normalmente hubiera desviado… Un golpe directo hizo contacto con mi cara, y me tendí allí en medio de la calle principal.

“¡Está bien! ¡Yo gano!” Con una mirada de orgullo, la idiota infló su pecho cómicamente grande. Odiaba ese rostro brillante.

… La detestaba absolutamente. “¡Parece que soy la gran ganador aquí!”

“… ¿De qué estás hablando? ¿No tuviste más pérdidas que victorias? ” “¡Puede! ¡El ganador de una pelea se lo lleva todo! ¡Lo decidí justo ahora!” “… Sabes, creo que eres un idiota”.

Accidentalmente había dejado escapar mi verdadero yo, pero ya no me importaba. Ella vio a través de todo de todos modos.

Ella sabía que mi personalidad normal de “Ard Meteor” era todo un acto. Y ella sabía que yo estaba en agonía.

… Me molestó, así que fui a hacer un barrido. “¡¿Whoa?!”

Fue un movimiento hermoso. Lydia se golpeó la cara directamente contra el camino pavimentado. Sirvió su derecho.

“¡P-Pequeña mierda! ¡Juegas sucio!” “Es tu culpa por caerte”.

Luego estalló la segunda parte de nuestra pelea…

“Huff, huff, esa es… mi victoria. Ahora soy el vencedor total”. “¿Qué diablos… estás diciendo, idiota…? Ese… no contaba…”

Los dos fuimos golpeados hasta el infierno y regresamos mientras nos insultábamos el uno al otro. Me pregunté qué estarían pensando otras personas.

… Estaba dispuesto a apostar a que pensaban que parecíamos un par de ding-dongs enormes.

¿Qué diablos estoy haciendo? Pensé e inmediatamente comencé a reír. “Heh, hee-hee-hee…”

Aparentemente, la idiota a mi lado tuvo la misma idea. ” Ha-ha-ha-ha-ha…”

Después de reírnos un rato, Lydia dejó escapar un gran suspiro.

“¿Entonces? ¿Se ha ido ese extraño estado de ánimo tuyo?” Ella me miró fijamente.

…Lo sabía. Entonces ella había visto a través de mí después de todo. “Puedes ser una idiota, pero ciertamente tienes una aguda intuición”. “Cállate… ¿Te sientes mejor?”

Negué con la cabeza. “… Si tuvieras que sacrificarte… para recuperar las cosas y las personas más preciadas para ti, ¿qué harías?”

Era una pregunta inocente, casi al azar. Nadie podría saber cómo me estaba sintiendo realmente.

Sin embargo… Lydia le dio una mirada de disgusto que podría darle a un niño problemático decepcionante.

“Puedes usar magia de vuelo, ¿verdad?” “… ¿Qué pasa con eso?”

“Ven conmigo. Hay algo que quiero mostrarte”.

Mientras ella decía esto, comencé a flotar… y me elevé hacia el espantoso cielo azul.

Volamos por el cielo durante unas horas hasta que el cielo azul brillante tomó un tinte anaranjado.

Siguiendo detrás de Lydia, contemplé en el aire.

Si ella hubiera asentido en afirmación a mi pregunta, podría haber disipado un poco mi confusión … Podría haber endurecido mi resolución de dar vida al nombre de Demon Lord en su sentido más verdadero: perderlo todo, pero salvar a Lydia … Y finalmente morir por su mano.

Probablemente podría haber aceptado este futuro. Pero ella no había hecho eso.

¿Por qué? Empecé a reflexionar sobre las cosas.

“Todo el mundo siempre anda llamándome héroe y campeona, pero realmente no soy tan buena. Ya sabes… Debe significar que soy un molesto desperdicio de espacio”, dijo Lydia, murmurando al sol poniente.

Antes de que pudiera preguntar el verdadero significado detrás de esas palabras…

“… Estamos aquí”, anunció e inmediatamente comenzó a descender. Seguí su ejemplo… y me acomodé en el suelo.

Lo único que nos rodeaba eran ruinas. Debieron haber funcionado alguna vez como una magnífica fortaleza. Ahora, los muchos edificios no mostraban ni rastro de su antigua gloria, y no se encontraba ni un alma.

“Esto es…”

“Uno de mis mayores crímenes”. Lydia le dio una mirada de dolor. Justo después, un remolino de niebla negra nos rodeó de repente…

Todos tenían forma de calaveras.

“… Son estos gritos de los difuntos… ¿Fantasmas?”

Todos los que murieron tenían deseos y sueños que enviaron al universo antes de morir. Si esos sentimientos fueran especialmente fuertes, permanecerían en ese lugar para siempre como una masa de pensamiento. El diluvio final de voluntad de los muertos. Esos eran fantasmas.

Y estos manifestaron póstumamente los sentimientos de sus momentos finales.

“¡Lydiaaaaaaaa…!”

“¡Malvada, ella es…!” “¡Devuélveme a mi hijo…!” “¡Vete al infierno…!”

Todos la detestaban. La querían muerta.

Los fantasmas se arremolinaron a su alrededor con una energía maldita. Pero eran masas de pensamiento informe. No pudieron hacer nada contra la carne y la sangre vivientes.

Pero… el corazón era una historia diferente.

Lydia había adoptado una mirada angustiada. “Es duro. Sabes que tienes que afrontarlo, pero quieres huir, en contra de tu mejor juicio”.

Parecía al borde de las lágrimas… grité sin pensarlo. “¿Que en el mundo es…?”

“Te dije. Este es mi pecado, mi crimen. Solía ser una ciudad donde solo vivían demonios… una que atacamos hace mucho tiempo. En términos de estrategia militar, fue un lugar clave. Teníamos que tomar el control de éste” continuó Lydia con gravedad. “Derribar su castillo y sus fuerzas fue simple. Pero… ocuparlo fue difícil. Lejos de escuchar a los civiles, los atacamos de noche…”

Con voz temblorosa, concluyó: “Los matamos a todos. Mujeres, niños, no importaba. Ni uno solo quedó vivo… Si no lo hubiéramos hecho, habríamos perdido a nuestros amigos. Por eso decidimos tomar el ‘mejor’ curso de acción”.

Por fin, los ojos de Lydia se llenaron de lágrimas. Su expresión era de arrepentimiento e intenso odio a sí misma…

Era la primera vez que la veía así. Bueno, era la primera vez que oía hablar de esto.

… No podría soportar ver esto por más tiempo.

Mientras pensaba esto, traté de enviarle un bote salvavidas proverbial para darle una salida.

“Dijiste que todos eran demonios, ¿verdad? Entonces—”

“¿Entonces no se pudo evitar? ¿Entonces no es pecado matarlos? … No me atrevo a creerlo, incluso cuando lo intento”, Lydia rechazó rotundamente, negando exactamente lo que la absolvería.

“¿Cuál es la diferencia entre las personas y los demonios? Vemos a los demonios como monstruos, creyendo infaliblemente que no son diferentes a los demonios repulsivos… Hace mucho tiempo, yo también lo pensaba. Pero me di cuenta de que estaba equivocado. Las personas y los demonios comparten las mismas raíces”.

Con eso como prefacio, Lydia logró decir: “Solo soy una asesina. Me di cuenta de eso y sigo ensuciándome las manos… Nosotros somos los que deberían ser llamados monstruos”.

Quería discutir esa conclusión de alguna manera.

No eres un monstruo.

Todo fue por justicia. No había otra forma. No eres culpable de nada.

Preocuparse no te llevará a ningún lado.

… Sin embargo, todas esas palabras se atascaron en mi garganta y nunca salieron.

Lydia no quería que nadie la consolara o perdonara. Después de todo, ella… ya había llegado a una única conclusión.

“Ya he decidido cómo voy a morir. Lucha y lucha y lucha hasta el amargo final. Si puedo hacer que la gente no tenga a nadie a quien temer… Si puedo crear un mundo donde todos, personas y demonios, puedan vivir juntos en armonía… entonces creo que intentaré morir de la manera más cruel y patética”.

Esa es la única forma en que puedo perdonarme a mí mismo. Eso era lo que decía Lydia.

Esos ojos eran cristalinos, sin ninguna vacilación… como si hubieran forzado por completo cualquier objeción u oposición…

Por lo que pude ver, esos ojos eran terriblemente crueles.

Solo podía quedarme allí en silencio. Lydia dejó escapar un suspiro de alivio y sonrió.

“No merezco que nadie cambie sus creencias para adaptarse a mí o se sacrifique para salvarme… No importa cómo me vaya; no hay necesidad de que nadie se estrese por eso”.

Eso no es cierto.

Aunque quería discutir, no pude. Me di cuenta de que cualquier cosa que dijera sería inútil. Cuando Lydia se puso así, no se doblegaría por nadie. Su culpa, su autodesprecio y su sentido de propósito… habían cimentado su sistema de creencias.

“… ¿Qué hay de nuestros sentimientos? ¡Si fueras a morir…!” Solo podía discutir con ella como un niño haciendo un berrinche.

Lydia acarició mi cabeza mientras me reprendía. “Es lo que tengo que hacer. Tengo que expiar mis pecados. Si no puedo hacer eso… entonces no puedo morir con orgullo. Las virtudes en tu vida son importantes, pero no tanto como la forma en que mueres…”

Ella me miró directamente a los ojos. Realmente se sentía como si lo vieran todo. De hecho… ella debió haberlo captado todo.

E incluso entonces, Lydia siguió hablando.

“No intentes cambiar la forma en que muero”.

Su sonrisa tenía un toque de tristeza. Los ojos que me miraban parecían disculparse.

Pero… pude ver claramente que ella sabía que sus creencias no cambiarían.

… Lydia. ¡Si ese es tu deseo, entonces yo…!

Bajo el cielo que se oscurecía, mientras la prueba maldita del pecado de Lydia giraba a nuestro alrededor, apreté mis puños con fuerza.

Y reflexioné en silencio sobre la respuesta que había descubierto.