Shijou Saikyou No Daimaou Murabito A Ni Tensei Suru (NL)

Volumen 3

Capítulo 51: El Ex-Señor Demonio Y La Antigua Batalla Final

Cuando los soldados se preparaban para la batalla, se enfrentaban a una gran cantidad de sentimientos: preocupación, miedo, ira, alegría, euforia…

Sin embargo, aquí había dos personas que no sentían ninguna de esas cosas.

En la capital real de Kingsglaive, en la mansión de la campeona Lydia, Ireena y Ginny estaban sentadas en camas en una de las habitaciones, irradiando decepción.

Llevaban adornos de ámbar en el pelo. Eran las muestras de agradecimiento de Lydia por permitirle que se llevara a Ard en ese entonces. En términos de belleza y artesanía, el mundo antiguo era muy inferior al moderno, pero eran encantadores, y les gustaban a los dos viajeros en el tiempo. Pero había una cosa que les molestaba.

“Um, ya sabes, me siento un poco como si nos estuviéramos dejando atrás”, se lamentó Ireena, jugueteando con el adorno, dejando escapar un pequeño suspiro que decía que estaba un poco resentida por cómo se estaban desarrollando las cosas.

Sintiéndose de la misma manera, Ginny asintió con la cabeza. “En efecto. Desde que llegué aquí, ha sido como si fuéramos completamente invisibles”.

“…Lo entiendo. Pero eso no significa que quiera aceptarlo”.

Ireena no dijo intencionalmente No somos más que una carga para Ard.

Ella no diría este hecho frío y duro; de hecho, no podría.

“… Realmente quiero ser igual a Ard. He estado trabajando muy duro. Pero supongo que esta es la realidad”.

La vida no suele salir según lo planeado, incluso cuando tienes talento natural, solía decirle el padre de Ireena.

Reflexionó sobre esto ahora más que nunca, y no pudo evitar sentirse deprimida. Por otro lado… Ginny estaba ocupada superando su mal humor.

“Pero no podemos rendirnos, ¿verdad?”

“…Por supuesto que no.”

“Ya veo. ¡Si te rendiste, entonces mis planes para el harem de Ard de diez mil mujeres deberían progresar sin problemas!”

“Diez mil… ¿Desde cuándo lo incrementaste?” “¿Hay algún problema?”

“… Bueno, supongo que el número no importa. Nunca permitiré un harem de ninguna manera”. Ireena miró a Ginny, aunque se veía malhumorada.

Ginny esquivó esta intensa mirada, luciendo fría como un pepino mientras las alas en la parte superior de su cabeza se movían.

“Haah… Estás tranquila con todo esto. Pensé que serías la más preocupada por quedarte atrás”.

“… Sería una mentira decir que no lo estoy. Sin embargo…” Pasando sus dedos sobre el adorno de su cabello color melocotón, Ginny entrecerró los ojos como si recordara el pasado. “Se lo prometimos a Lady Lydia. Solo corre hacia adelante sin pensar en nada demasiado en serio. Por eso he terminado con la depresión. Si tenemos tiempo para eso… deberíamos correr a dónde queremos ir. Es más constructivo, ¿no crees?”

“…Estás bien. Eso es exactamente. “

Ginny sonrió, sus dudas se aclararon cuando Ireena le dio una a cambio.

“Bueno, ¡empecemos a correr! ¡Hagamos lo mejor que podamos hasta que Ard regrese!” De repente, quería estar lo más activa posible. Como si pensara lo mismo, Ginny estuvo de acuerdo con la propuesta de Ireena. Los dos se dirigían al patio para perfeccionar su magia, pero justo cuando estaban a punto de levantarse…

“Perdóname.”

Una chica entró en la habitación sin llamar. Era el subordinado de Lydia y el antiguo esclavo encargado del cuidado de Ard… Latima.

Mientras la chica bronceada con cabello blanco los miraba con una expresión mecánica…

“Tengo noticias importantes”, dijo con austeridad—

***

Las llanuras occidentales de Aralia. En esa esquina había una amplia región de colinas con un ligero pero notable cambio de elevación…

Fue el escenario principal de la batalla actual.

Marchar en el mundo antiguo era increíblemente rápido en comparación con los tiempos modernos. Se habían ido temprano en la mañana y ni siquiera les había llevado medio día antes de llegar. El tiempo era pasado el mediodía… pero no había ni rastro de un cielo azul brillante. Una de las razones fue porque era un día nublado. Sin embargo, el principal era… el grupo de Wyverns que se elevaban en el cielo.

Cualesquiera que fueran sus métodos, el Señor Demonio había sometido a una corriente de monstruos y había acumulado su ejército. El número de Wyverns capaces de realizar una guerra aérea ya era demasiado para procesar.

Obviamente, mientras cubrían el cielo con sus cuerpos, no solo anunciaban su presencia. Dominando la batalla que avanzaba a continuación, desataron bolas de fuego. Fue un ataque aéreo de Wyverns.

Si alguna gente moderna fuera a presenciarlo, seguramente pensaría que es el fin del mundo. Sin embargo… para los soldados antiguos, no era nada por lo que preocuparse demasiado.

¿Por qué sería eso?

Fue porque Lizer Bellphoenix estaba entre ellos.

Era uno de los Cuatro Reyes Celestiales y un general veterano conocido como Defensa Invencible. Especialmente habilidoso tanto en magia de defensa como en magia de avivamiento, él y sus fuerzas actuaban actualmente como salvaguardas.

Estaban en la cima de una colina ligeramente elevada en la parte trasera del campo de batalla. Mientras miraban hacia abajo en su progresión, Lizer y su ejército estaban trabajando como siempre, lanzando magia de defensa remota.

Mientras llovían bolas de fuego, Lizer continuó protegiendo a cada soldado con su magia defensiva, dejando a los Wyverns completamente impotentes. Su precisión y enfoque eran temibles, y su magia ilimitada era aún más terrible. Había alrededor de diez mil soldados en el ejército de Lizer y más de ochenta mil soldados luchando en el campo de batalla. La gente moderna nunca podría imaginarse defendiendo y curando continuamente más de ocho veces su número, con una sincronización impecable y a largas distancias.

Eran de un mito, en todos los sentidos de la palabra.

“… Hay un espectáculo que vale la pena ver”, dijo Lizer con su voz profunda mientras cumplía con sus deberes. Esos ojos astutos y brillantes habían visto… un gigante de hierro que venía para ayudar a cosechar los frutos de la guerra.

Era enorme. Fue heroico. Fue increíblemente fuerte. Era tan grande que tenías que estirar el cuello para asimilarlo todo, y era casi demasiado para manejarlo. Y una cosa más: fue genial como una mierda.

Eran todas las fantasías salvajes de un niño pequeño y más. Fue una obra maestra mística y un arma mágica creada por el desastre natural andante, el genio erudito mágico Verda.

Su nombre era Golem.

Su silueta —grande, gorda, áspera— era capaz de manejar una fuerza de diez mil jinetes. Cada parte de ella era un arma letal, y pateó a un lado a hordas de monstruos simplemente moviéndose. El grupo de Hombres Lagarto que corría por la tierra no era nada para él. Golpeó a los enormes dragones que vinieron a enfrentarlo con un rayo de luz mortal y destructivo. Era un súper soldado que hacía alarde de su tremendo poder mientras se destacaba de manera conspicua en el medio del campo de batalla.

Y ahí dentro de la cabina…

“¡GEH-HEH-HEH-HEH! ¡SOY UN BUENAAAAAAAAA!” chilló Verda Al-

Hazard.

Con los nuevos dispositivos instalados recientemente, podía ver cada rincón del campo de batalla desde el asiento del conductor en 360 grados. Estaba completamente equipado con calefacción y aire acondicionado, una variedad de bocadillos, un sillón de masaje y cualquier otra cosa que puedas pedir. Sin embargo, con estas comodidades y eficiencias increíbles, la entrada mágica requerida de su pasajero fue un gran obstáculo… En la actualidad, el único que podía controlar completamente el Golem era Verda.

“¡VE A BUSCARLOS! ¡PUÑO EXPLOSIVOOOOOO! ¡AHORA PARA EL GOLPE FINAL! ¡HURACAN DE BRAINSTORM!”

Ella mató a las hordas de monstruos enemigos como un niño jugando. Así como parecía que nadie podía decir qué tan lejos llegaría el gigante de hierro…

“¡BIP! ¡BIP! ¡GOLPEADO POR FUEGO ENEMIGO! ¡GOLPEADO POR EL

FUEGO ENEMIGO!” Una alarma de advertencia resonó en la cabina.

… Este soldado mágico tenía algunas fallas. Su gran tamaño le dio movilidad limitada y… hizo que fuera difícil lidiar con enemigos pequeños y rápidos.

“Ummm… ¡Dispara! Una manada de hombres lobo dorados, ¿eh? Odio lidiar con esas cosas”. Verda no estaba particularmente nerviosa mientras miraba a los enemigos que la rodeaban.

Hombres Lobo de Oro. Era un término general para la variedad de Hombres Lobo de Oro. Incluso sus uñas estaban hechas de hierro y acero resistentes que podían atravesarlo como mantequilla. Actualmente se lanzaban sobre el marco gigante con aire señorial y destrozaban las placas de la armadura. Verda todavía no estaba especialmente desconcertado por esto. De hecho, era resistente, pero…

La verdad es que ella estaba en el campo de batalla. Este fue el factor más importante.

“Deberías luchar contra la velocidad, después de todo. En ese caso… cuento contigo”. Verda esbozó una pequeña sonrisa.

Al momento siguiente, las bestias que corrían en círculos alrededor del gigante encontraron su fin cuando fueron destrozadas.

¿Qué pudo haber pasado? Naturalmente, cualquier persona moderna no tendría ni idea, pero incluso entre los antiguos, eran pocos los que podían dar una respuesta.

Pero para un Rey Celestial, esto era algo común que no merecía mucha preocupación.

“Bueno, no es de extrañar” murmuró Verda ante la vista que tenía ante ella… un grupo que se lanzaba a la siguiente ubicación, habiendo terminado su trabajo.

“¡Impresionante como siempre, Olivia!” Verda vitoreó.

Ese grupo dejó escapar un aura un tanto extraña. Estaba oscuro, una oscuridad total y completa que no dejaba lugar para nada más. Estaban vestidos para la máxima maniobrabilidad con un atuendo que parecía fortificado por la oscuridad misma, y sus bocas estaban ocultas por telas de color negro azabache. El nombre de este grupo extensamente sombrío era… los Asesinos de Demonios.

Los miembros del grupo eran casi en su totalidad Personas Bestia que fueron enseñadas por su líder. Corrieron como un viento oscuro, cortando a los monstruos que pasaban con una velocidad increíble. A la cabeza estaba uno de los Cuatro Reyes Celestiales: la Mayor Asesina de Demonios, Olivia vel Vine.

Vestía igual que todos los demás, pero la energía intimidante que emanaba de todo su cuerpo no se parecía a ninguna otra. Llevaba el Demon Blade Elminage. El nombre era muy antiguo y tenía la intención de cortar. La longitud de su hoja superó fácilmente su propia altura, pero era tan delgada que parecía que se rompería al golpear cualquier cosa con una cantidad decente de fuerza. Era un representante de armas especializadas de la propia Olivia. Forjado por su “hermano pequeño”, Varvatos, el Demon Blade podría cortar toda la creación en dos. Agregue el juego de espada y las habilidades únicas de Olivia como una de las Personas Bestia, lo que le permitió aumentar su movilidad sin consumir su magia, y se transformó en una energía caótica y divina.

“… Formación de la flor de cerezo”, ordenó, en voz baja y sumisa, y el grupo se mudó rápidamente.

Se dispersaron en todas direcciones a la vez y cortaron a los monstruos como una onda. Una vez que alcanzaron un cierto rango, volvieron al lado de su líder, Olivia, y reanudaron la carrera. Su trabajo en equipo y coordinación fueron los mejores de todo el ejército. La forma en que todos se unieron para acabar con sus presas fue como una manada de lobos.

“¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Veeeeeee!” Había alguien que era exactamente lo opuesto a las fuerzas de Olivia.

Con una gran sonrisa, esta persona lanzó magia de ataque junto a ellos. Un espeso destello púrpura se disparó directamente y convirtió a decenas de monstruos en cenizas.

“¡Bah-ha-ha! ¡Estarás en el lado perdedor de esta próxima apuesta!” “¡Aww, mierda! ¡Casi lo tengo!”

La risa juguetona e infantil parecía fuera de lugar en este campo de batalla infernal. Míralo y encontrarás—

“¡Supongo que no hay forma de evitarlo! ¡Es hora de mi castigo!”

Un soldado dejó al resto de sus compañeros y se sumergió solo en una horda de monstruos.

“¡Ha-ha-ha-ha-ha! ¡Bien, es la explosión humana!” Gritando en voz alta, el soldado explotó de adentro hacia afuera con magia.

Un calor intenso se extendió y envolvió una corriente de monstruos. Ante esto, los amigos del soldado que se detonó a sí mismo hicieron reír a carcajadas.

“… Supongo que esto es lo que quiere decir cuando los pájaros del mismo plumaje se juntan. Malditos locos.”

¿Cómo surge un campo de batalla?

Algunos dirán que se debe a la tragedia. Algunos dirán que es por miedo y agonía.

En cualquier caso, no cabía duda de que la mayoría de las palabras que me vienen a la mente son negativas.

Pero no vieron batalla con una perspectiva tan pesimista.

Para Alvarto Egzex y sus fuerzas, el campo de batalla y la guerra eran… los mejores campos de juego que uno podría pedir.

“¡Muy bien, el siguiente es el juego de la decapitación!”

“¿Qué? De ninguna manera, ¿me enfrento a ti? Vas a ganar totalmente”.

En medio de los furiosos bramidos, los sonidos de destrucción y la miserable escena que los rodeaba, eran los únicos que reían y reían.

Sin formación de batalla. Sin estrategia. Sin cooperación. El objetivo… era simplemente divertirse.

Una vez más, los soldados de Alvarto se dispersaron como quisieron, lucharon como quisieron y… murieron como quisieron.

Mientras todos aullaban de risa estridente, Alvarto Egzex continuó mirándolos desde el aire.

“Ah, mis hermanos. Me complace que se estén divirtiendo. Sin embargo… no puedo evitar sentir una punzada de celos. No pensé que pudiera aburrirme tanto”.

Incluso él había hecho todo lo posible recientemente. Esta acción superó con creces a una fuerza de diez mil. Pero… en cierto punto, inmediatamente detuvo sus movimientos y voló en el aire como si abandonara la pelea. Solo había una razón para esto.

Ya había tenido suficiente. Estaba enfermo y cansado de luchar contra monstruos.

“Como pensaba, las bestias y los monstruos no me emocionan. La lucha es la forma suprema de comunicación; requiere amor de ambos lados. Pero estos monstruosos enemigos son incapaces de hacerlo… Ah, supongo que esto lo hace masturbatorio”. Lamentándose en un tono dramático, miró hacia el cielo de Wyverns y gritó:

“¡Pero uno de los credos por los que vivo es hacer que lo poco interesante sea interesante! ¡Es por eso que tomaré este giro terriblemente aburrido de los acontecimientos y lo convertiré en algo divertido!”

Su rostro andrógino se iluminó con una sonrisa demente y abrió los brazos.

“Nosotros, Que Nacemos En La Confusión. “Viva Con Resentimiento.

“Y Por Fin Abrazar La Nada”.

Los patrones geométricos se encendían y apagaban, y cada vez, acercaban un canto a su finalización.

“Nuestra Vida No Tiene Sentido.

“Si La Pura Ociosidad Ha De Ser Nuestro Fin,

“Entonces Yo Al Menos…”

Tan pronto como el encantamiento llegó a este punto… todos en el campo de batalla, humanos y monstruos por igual, miraron hacia el cielo.

En ese momento, su militancia se disipó y una extraña sensación de unidad se extendió entre amigos y enemigos. La intención de todos se convirtió en una.

Alguien tiene que detener a ese monstruo.

Si no se veía frustrado de inmediato, seguramente sucedería algo terrible.

Sin embargo, el soldado más poderoso y más loco, Alvarto, no se dio cuenta de su sensación de muerte inminente y continuó…

“Puerta Del Infierno, Abierta”.

Desde la distancia, alguien había cortado su encantamiento, y en el siguiente instante, Alvarto fue acorralado por todos lados por puntos negros.

“¡Heh-heh-heh! ¡Eso no es tan malo!” Su risa enloquecida se hizo más profunda cuando detuvo su cántico, alejándose del lugar.

Segundos más tarde, los puntos negros formaron una poderosa succión, aspirando a los Wyverns que volaban por el cielo. Si hubiera tardado un segundo en escapar, Alvarto habría corrido la misma suerte.

“¡Heh-heh-heh…! Su lenguaje de amor es tan extremo, Maestro”, murmuró Alvarto con amor, mirando a su alrededor antes de que finalmente se detuvieran, mirando a la distancia.

“… Tch. Lo esquivó”.

En la parte de atrás, lejos del campo de batalla, Varvatos chasqueó la lengua mientras se sentaba en una simple silla en medio de su campamento principal. La ira le agrió el rostro y era obvio que estaba de mal humor.

Solo había una razón para eso: un idiota, un pervertido y un loco. Alvarto acababa de intentar jugar una mano peligrosa sin tener en cuenta las consecuencias.

“Ese maldito payaso. Sabía que se volvería loco. ¡Es por eso que odio llevarlo a la batalla…! Ugh, no puedo soportarlo. ¡Mi estómago está empezando a dolerme seriamente…!”

Entre su frente lánguida se formó un pliegue profundo, y su pierna continuó rebotando. Pero la belleza de Varvatos hizo que incluso eso pareciera pintoresco.

Uno de los colaboradores más cercanos del rey, Rivelg, el caballero de las rosas, sonrió con ironía.

“Su Majestad, si no tuviéramos las tropas de Lord Alvarto, sería difícil mantener el frente de guerra”.

“Sí, supongo que tienes razón. A juzgar solo por su fuerza, son los mejores de nuestro arsenal… Maldita sea. ¿Por qué los cielos bendijeron a los pervertidos con gran poder…?” Dejó escapar un suspiro. “Rivelg, ¿cómo va la batalla?”

“Bien. Actualmente estamos luchando”.

“En otras palabras, estamos jugando nuestro peor escenario”. No llegó respuesta. Eso era todo lo que él necesitaba.

“La cantidad de monstruos en sí no es el problema. El problema es… que su flujo de bestias no parece terminar nunca. ¿Podrían realmente tener un ejército infinito?”

Nuevos monstruos volvieron a aparecer para reemplazar a sus compañeros caídos. Varvatos no podía imaginarse por su vida si era algún tipo de hechizo.

“Sé que dije que esto terminaría en un día, pero eso me preocupa”.

“… Sería bueno si el castillo tuviera algún tipo de puerta secreta”, señaló su asistente.

Varvatos sonrió de manera oscura. “Incluso si lo hubiera, no podríamos encontrarlo. Después de todo, es un secreto”.

En cualquier caso, la situación no pintaba bien. Si esto continuaba para siempre, nunca se acercarían más al castillo enemigo. Si hubiera alguien que pudiera atravesarlos, sería cierto alguien…

“¡TOMA ESTOOOOOOOOOO!”

Justo cuando la silueta de cierta mujer cruzó por su mente, la persona en la que había estado pensando lanzó un grito de guerra que resonó lejos del lejano campo de batalla.

“S-Su voz es tan fuerte como siempre”, comentó el asistente de Varvatos.

“… Hmph,” Varvatos resopló, apoyando su barbilla en su mano, luciendo absolutamente molesto.

Pero ese no fue el caso en el interior.

Cuento contigo, Lydia, pensó el apuesto rey, pensando en la valentía y la actitud galante de su amiga mientras sonreía para sí mismo.

Las tropas lideradas por la Campeona Lydia parecían desorganizadas a primera vista. No tenían disciplina ni orden y se movían como aficionados completos. Sin embargo, todo eso se debió a las tácticas avanzadas del genio estratega, la Gran Campeona Sabio.

El equipo de incursión central, formado por la capitana Lydia y la vicecapitana Sylphy, hizo una demostración furiosa. Un solo golpe de la espada sagrada de Lydia, Vald-Galgulus, cortó a incontables enemigos en dos. Sin desanimarse, Sylphy utilizó tanto la magia como el manejo de la espada para derribar a un enemigo tras otro.

En medio de estos esfuerzos, Sylphy gritó malhumorada: “¡Agh, basta!

¡Estoy agotada! ¡Al menos sería un poco más fácil si él estuviera aquí!”

Este “él” no especificado no estaba con ellos, el niño conocido como Ard Meteor.

… No era como si la Sylphy de esta época hubiera pasado mucho tiempo con él. Y a diferencia de su yo moderno, tampoco tenía sentimientos especiales por él. Incluso entonces, Sylphy reconoció su poder. Sin embargo, esa era la razón por la que estaba molesta porque él no estaba cerca.

“¡No puedo creer! ¡Él saldría! ¡Huyendo en medio de la marcha! ¡Oh, no me lo digas! ¡Perdió las agallas!” ella grito balanceando su espada.

Quería luchar junto a él y competir por el botín de guerra. Toda su desaparición la irritó irracionalmente de alguna manera.

Lydia le dedicó una sonrisa irónica. “Bueno, estoy segura de que tenía algo que hacer… Más importante aún…” Una mirada astuta cruzó su rostro. “… No vayas a hacer nada raro”, murmuró crípticamente, de una manera que solo ella podía entender. Miró hacia el este y volvió a hablar de forma incomprensible.

“Sabía que llegaría a esto”.

***

En el lado occidental de las llanuras de Aralia, la Tierra en ruinas. El nombre describía la condición de la tierra y las características peculiares, por supuesto, pero también tenía sus raíces en la historia.

Hace mucho tiempo, en una época anterior a los tiempos, la región había servido como escenario de una batalla trascendental.

En un lado de la lucha estaba la existencia enigmática que controlaba el mundo, los Dioses Antiguos.

Se enfrentaron a los seres profundamente misteriosos del más allá: los trascendentales, los Exteriores.

El choque entre los dos poderosos poderes impactó la tierra debajo de ellos. No hubo explicación sobre qué había causado este fenómeno, pero una débil maldición continuó flotando en el área. Cualquier criatura ordinaria que entrara perecía.

Para alguien como yo, que tenía una alta resistencia mágica, no era nada especial, pero… la Tierra Arruinada parecía rechazar a todos los seres vivos, como si tuviera rencor contra el mundo. Por lo tanto, la única vista que se podía ver aquí era la destrucción.

En otras palabras… era un páramo desolado que se extendía hacia el horizonte.

Y aquí, en esta imagen de verdadera desolación… me reuní con mi otro yo: Disaster Rogue.

Estaba completamente cubierto por su armadura oscura habitual, y no pude leer su expresión. Tal vez estaba pensando en la batalla que se desarrollaba muy lejos y se sentía incómodo. O tal vez estaba repasando un plan en su mente y riéndose para sí mismo.

En cualquier caso, ambos teníamos una cosa que hacer.

“… ¿Tienes una respuesta para mí?” Su voz hizo que me retumbaran las entrañas.

Tomé una respiración profunda. “Yo—”

Empecé a decir la respuesta que había estado esperando durante días, la conclusión a la que había llegado.

Lo hablé claramente al mundo.

“No voy a salvar a Lydia”.